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Trastornos evolutivos
Aunque la expresión trastornos evolutivos ha reemplazado a retraso mental
entre los profesionales que tratan estos problemas, en 2002 la Asociación
Estadounidense de la Disfunción decidió mantener el término antiguo, para el
que propone la siguiente definición: *El retraso mental es una discapacidad
caracterizada por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento
intelectual como en el comportamiento adaptativo, lo cual se evidencia en las
habilidades conceptuales, sociales y prácticas. El trastorno se produce antes de
los dieciocho años.
En décadas posteriores, han sido muchos los estudios que han demostrado la
utilidad de las técnicas de modificación de conducta para el entrenamiento de
comportamientos como control de esfínteres, destrezas de autoayuda como
alimentarse, vestirse e higiene personal, habilidades sociales, vocacionales, de
comunicación, actividades de ocio y diversos comportamientos de
supervivencia.
Autismo infantil
Los niños diagnosticados de autismo suelen manifestar algunos
comportamientos parecidos a los diagnosticados de trastorno evolutivo, ya que
ambos logran puntuaciones muy por debajo de la media en gran variedad de
destrezas de cuidado personal, tales como vestirse, lavarse y comer. Sin
embargo, también es probable que evidencien una combinación de habilidades
sociales alteradas (por ejemplo, no mostrar malestar cuando la madre sale de la
habitación), ecolalia (repetir palabras o frases sin ninguna indicación de que
transmitan significado), comportamientos de juego anormales y conductas de
autoestimulación repetitivas (por ejemplo, dar vueltas a los objetos delante de
los ojos).
Esquizofrenia
Dado que las relaciones sociales inadecuadas son uno de los factores que más
contribuyen a empeorar la calidad de vida de las personas con diagnóstico de
esquizofrenia, las habilidades sociales son uno de los objetivos
comportamentales del cambio. La investigación disponible señala el éxito de las
intervenciones conductuales en el entrenamiento de interacciones sociales
positivas, destrezas de comunicación, asertividad y técnicas de búsqueda de
empleo.
GERONTOLOGÍA
El porcentaje de la población envejecida aumenta y por ello, cada vez son más
las personas que tienen que asumir cotidianamente la pérdida de destrezas y
habilidades necesarias para funcionar autónomamente, que se produce tanto
en edades avanzadas como al aparecer enfermedades crónicas.
2. Siempre que sea posible, hay que usar los mismos reforzadores
condicionados que la persona encontrará en su ambiente natural.
La extinción suele ser más rápida tras el reforzamiento continuo (en que todas
las respuestas han sido reforzadas) que tras el refuerzo intermitente (en que las
respuestas eran reforzadas sólo a veces). Si se intenta extinguir una conducta
que ha sido reforzada intermitentemente, hay que estar preparada para que la
extinción se prolongue más tiempo.
c. Hay que elegir una actividad de la que se puedan controlar los reforzadores
que la están manteniendo.
2. Consideraciones preliminares
a. Si es posible, registre la frecuencia de la conducta objetivo antes de empezar
el programa de extinción. Durante esta fase de registro, no debe retirarse el
reforzador de la conducta no deseable.
*Una consecuencia positiva (por ejemplo, un elogio por ser generoso) sirve de
reforzador, pues incrementa un comportamiento deseable. Una consecuencia
negativa o estímulo aversivo (por ejemplo, ante una agresión, una tarjeta
amarilla o roja en el fútbol), sirve de castigo, favoreciendo la extinción de esa
conducta.