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Ámbitos de aplicación: una panorámica

SER PADRES Y MADRES Y EDUCAR A LOS HIJOS


Las técnicas de modificación de conducta cuentan con numerosas aplicaciones
para que padres y madres mejoren en la práctica la educación de los hijos. Así,
estas técnicas se han aplicado eficazmente para ayudar a los progenitores a
que enseñen a sus hijos a andar, a desarrollar las destrezas lingüísticas
tempranas, a controlar los esfínteres y usar el servicio adecuadamente y a que
colaboren en las tareas domésticas.

Se ha entrenado igualmente a padres y madres en estrategias conductuales


que han contribuido a reducir manifestaciones problemáticas, tales como
morderse las uñas, rabietas, comportamientos agresivos, incumplimiento de
normas, desobediencia y discusiones frecuentes.

EDUCACIÓN: DESDE PREESCOLAR HASTA LA UNIVERSIDAD


Muchos programas para la escuela primaria están enfocados a remodelar
comportamientos indisciplinados o incompatibles con el aprendizaje académico
del alumnado y así, se han modificado con éxito berrinches, agresiones,
inquietud y sociabilidad excesiva.

Otras aplicaciones se han dirigido a la mejora directa del rendimiento


académico, incluyendo lectura en voz alta, comprensión lectora, ortografía,
caligrafía, matemáticas, redacción, creatividad y aprendizaje de conceptos
científicos. Hay que destacar el éxito logrado en las intervenciones en personas
con problemas especiales de aprendizaje e hiperactividad.

El Sistema de Instrucción Personalizada (SIP) constituye una de las innovaciones


importantes en lo que respecta a los enfoques comportamentales de la
docencia. Este sistema fue desarrollado por Fred S. Keller y sus colaboradores
en Estados Unidos y Brasil en la década de 1960 como técnica de modificación
de conducta en la enseñanza universitaria.

Trastornos evolutivos
Aunque la expresión trastornos evolutivos ha reemplazado a retraso mental
entre los profesionales que tratan estos problemas, en 2002 la Asociación
Estadounidense de la Disfunción decidió mantener el término antiguo, para el
que propone la siguiente definición: *El retraso mental es una discapacidad
caracterizada por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento
intelectual como en el comportamiento adaptativo, lo cual se evidencia en las
habilidades conceptuales, sociales y prácticas. El trastorno se produce antes de
los dieciocho años.

En 1992, la Asociación Estadounidense de la Disfunción Cognitiva propuso el


abandono de las categorías de retraso mental leve, moderado, severo y
profundo y en su lugar, sugirió la clasificación de las personas conforme a la
intensidad y el tipo de apoyo que precisen: intermitente, limitado, amplio o
constante. Aunque algunos investigadores prefieren las categorías diagnósticas
tradicionales acorde a los niveles de retraso mental.

Se produjeron tres factores que al materializarse conjuntamente revolucionaron


la educación de las personas con trastornos evolutivos. Un factor estuvo
representado por defensores de la normalización como Wolfensberger (1972),
quien argumentó que hay que ayudar a estas personas a llevar una vida tan
normalizada como fuera posible y que las grandes instituciones tradicionales
simplemente no son normales. Esta ideología condujo a un movimiento
desinstitucionalizador y al desarrollo de opciones de vida integradas en la
comunidad para personas con trastornos evolutivos.

El segundo factor estuvo representado por los defensores de los derechos


civiles y las madres y los padres de niños con discapacidades severas que
lograron garantizar su derecho a la educación, lo cual se tradujo en el
establecimiento de los programas didácticos pertinentes.

El tercer factor tuvo su origen fundamentalmente en los modificadores de


conducta, cuyos esfuerzos lograron crear la tecnología que hizo posible mejorar
significativamente el comportamiento de las personas con retraso severo y
profundo del desarrollo.

En décadas posteriores, han sido muchos los estudios que han demostrado la
utilidad de las técnicas de modificación de conducta para el entrenamiento de
comportamientos como control de esfínteres, destrezas de autoayuda como
alimentarse, vestirse e higiene personal, habilidades sociales, vocacionales, de
comunicación, actividades de ocio y diversos comportamientos de
supervivencia.

Autismo infantil
Los niños diagnosticados de autismo suelen manifestar algunos
comportamientos parecidos a los diagnosticados de trastorno evolutivo, ya que
ambos logran puntuaciones muy por debajo de la media en gran variedad de
destrezas de cuidado personal, tales como vestirse, lavarse y comer. Sin
embargo, también es probable que evidencien una combinación de habilidades
sociales alteradas (por ejemplo, no mostrar malestar cuando la madre sale de la
habitación), ecolalia (repetir palabras o frases sin ninguna indicación de que
transmitan significado), comportamientos de juego anormales y conductas de
autoestimulación repetitivas (por ejemplo, dar vueltas a los objetos delante de
los ojos).

Mediante las técnicas de modificación de conducta, Lovaas (1977) desarrolló


estrategias para entrenar comportamientos sociales, eliminar conductas de
autoestimulación y desarrollar habilidades lingüísticas. Cuando aplicó sus
programas intensivos de tratamiento a niños por debajo de los 30 meses con
diagnostico de autismo, logró que el 50% de ellos consiguiera acceder al curso
correspondiente a su edad en escuelas normalizadas (Lovaas, 1982), y los
beneficios comportamentales de la intervención se mantuvieron a largo plazo.
No hay tratamientos alternativos para el autismo que hayan logrado tanto éxito
como la modificación de conducta.

Esquizofrenia
Dado que las relaciones sociales inadecuadas son uno de los factores que más
contribuyen a empeorar la calidad de vida de las personas con diagnóstico de
esquizofrenia, las habilidades sociales son uno de los objetivos
comportamentales del cambio. La investigación disponible señala el éxito de las
intervenciones conductuales en el entrenamiento de interacciones sociales
positivas, destrezas de comunicación, asertividad y técnicas de búsqueda de
empleo.

MEDICINA Y CUIDADO DE LA SALUD


De esta colaboración surgió la medicina comportamental, un ámbito
interdisciplinar muy amplio que analiza las conexiones entre salud, enfermedad
y comportamiento. 1998). Los psicólogos conductistas practican la medicina
comportamental en estrecha colaboración con profesionales de la Medicina, la
Enfermería, la Dietética, la Sociología y otras especialidades, sobre problemas
que hasta hace poco tiempo se hubieran considerado de naturaleza
estrictamente médica. Dentro del ámbito de la medica comportamental, la
Psicología de la Salud analiza la influencia de los factores psicológicos en la
aparición de enfermedades y cómo animar a la práctica de comportamientos
saludables que ayuden a prevenir los problemas de salud.
biofeedback y consiste en aportar información inmediata a la persona sobre
procesos fisiológicos, tales como tasa cardiaca, presión sanguínea, tensión
muscular y ondas cerebrales. Disponer de esta información ayuda a la persona
implicada a ganar control sobre el aspecto fisiológico que se registra. El
biofeedback se ha aplicado con éxito en el tratamiento de diversos problemas
de salud: hipertensión, ataques epilépticos, cefaleas crónicas, arritmias
cardiacas, taquicardias y ansiedad (

GERONTOLOGÍA
El porcentaje de la población envejecida aumenta y por ello, cada vez son más
las personas que tienen que asumir cotidianamente la pérdida de destrezas y
habilidades necesarias para funcionar autónomamente, que se produce tanto
en edades avanzadas como al aparecer enfermedades crónicas.

También en este ámbito la modificación de conducta hace contribuciones


positivas. Por ejemplo, si ya no es posible llevar a cabo los comportamientos
rutinarios en casa o en el trabajo, habrá que diseñar y aprender nuevos hábitos
de comportamiento. Probablemente será necesario afrontar la ansiedad y el
temor frente a la posibilidad de no lograr hacer frente adecuadamente al
envejecimiento. A menudo se diseñan estrategias para reducir los
comportamientos inadecuados de los residentes en instalaciones geriátricas y
para desarrollar nuevas relaciones con los profesionales de las mismas.

NEGOCIOS, INDUSTRIA Y GOBIERNO


En general, este ámbito suele describirse como Intervención en el
Comportamiento de las Organizaciones y se define como la aplicación de los
principios y métodos del comportamiento al estudio y control de la conducta de
las personas o los grupos dentro de marcos organizacionales. Otros términos
que se emplean como sinónimos de intervención en el comportamiento de las
organizaciones son: manejo del rendimiento, modificación del comportamiento
industrial, modificación del comportamiento organizacional, tecnología del
comportamiento organizacional y análisis del comportamiento de las
organizaciones. La intervención en el comportamiento de las organizaciones se
aplica tanto a las grandes como a las pequeñas, públicas y privadas.

Diversos estudios posteriores han aplicado las técnicas de modificación de


conducta para mejorar la productividad, reducir los retrasos y el absentismo
laboral, aumentar el volumen de ventas, crear nuevas empresas, mejorar la
seguridad en el trabajo, reducir las sustracciones por parte de los empleados,
reducir los robos en los comercios y mejorar las relaciones entre empresarios y
empleados.

PSICOLOGÍA DEL DEPORTE


La Psicología del Deporte Aplicada se define como el uso de los conocimientos
psicológicos para mejorar el rendimiento y la satisfacción de los atletas y otras
personas relacionadas con el deporte, y la modificación de conducta ha
realizado contribuciones significativas al respecto.

•Técnicas para mejorar las destrezas de los deportistas.


•Estrategias que aumentan la motivación para la práctica y la resistencia
durante el entrenamiento.
•Cambiar el comportamiento de los entrenadores.
•«Mentalización o preparación psicológica» para la competición.

MODIFICACIÓN DE CONDUCTA EN PERSONAS DE DISTINTAS CULTURAS

Reforzador condicionado (reforzadores secundarios o aprendidos)


Cuando un estímulo funciona como reforzador como resultado de haber sido
emparejado con otros reforzadores. Ejemplo, prendas que nos favorecen,
halagos, la foto de un ser querido.
Reforzador de apoyo
Un estímulo que logra que otros estímulos que se emparejan con él funcionen
como refuerzos condicionados; por lo general se utiliza para establecer y
mantener la potencia de los reforzadores condicionados. Estímulos que se
vuelven reforzadores mediante su asociación con otros reforzadores.

Reforzador incondicionado (reforzadores primarios o no aprendidos)


Estímulo que funciona como reforzador sin necesidad de aprendizaje previo.
Ejemplo, sexo para quien esta privado de él, comida para el que tiene hambre,
agua para quien tiene sed.

Factores que influyen en la eficacia del refuerzo condicionado


1. La potencia de los reforzadores de apoyo
La potencia de un reforzador condicionado depende en parte de la potencia de
reforzadores de apoyo con que se asocia.

2. La variedad de los reforzadores de apoyo


Un estímulo puede convertirse en un reforzador condicionado emparejado con
reforzador de apoyo. Ejemplo, entrenamiento de los delfines, la entrenadora
comienza emparejando el sonido con la entrega de pescados, el pescado es un
reforzador de apoyo y otros emparejamientos, el sonido se convierte en un
reforzador condicionado ya que hay un aprendizaje de por medio pero
inicialmente es un estímulo neutro.

*Reforzador condicionado simple (un solo reforzador): reforzador condicionado


emparejado con un reforzador de apoyo. Ejemplo, cupones, puntos en las
tarjetas.
*Reforzador condicionado generalizado (varios tipos de reforzadores): estímulo
que está emparejado con varios tipos distintos de reforzadores de apoyo.
Ejemplo, la atención que se les da a los bebés, el dinero, elogios.

3. El programa de emparejamiento con el reforzador de apoyo


El reforzador condicionado resulta más eficaz si su aparición no es siempre
seguida por el reforzador de apoyo.

4. La extinción del reforzador condicionado


Cuando el reforzador condicionado no es seguido en una situación en que éste
no es seguido del reforzador de apoyo.

Errores en la aplicación del refuerzo condicionado


1.  El  principio  puede  tener  efectos  contraproducentes  en   personas  que
no  lo  conocen   Quienes  no  están  familiarizados  con  los  principios  del
refuerzo   condicionado  podrían,  sin  querer,  aplicarlo  inadecuadamente  en  
varios  sentidos.     Un  ejemplo  frecuente  de  práctica  indebida  es  de  los
adultos  que   regañan  a  los  hijos  por  no  portarse  bien,  pero:  
(a)  no  lo  acompañan  de  ningún  tipo de  técnica  de  castigo.
(b)  no  refuerzan  ninguna  conducta  deseable  alternativa  con   refuerzo
positivo  o  refuerzo  intermitente.   Así,  los  regaños  y  otros  estímulos
verbales  negativos,  como  <<NO>>,   se  convierten  en  reforzadores
condicionados  y  las  personas  se   comportarán  inadecuadamente  para
obtenerlos  (el  niño  molesta  y   gana  la  atención  del  padre  como  beneficio
secundario).  
2.  Los  estímulos  que  habitualmente  resultarían  puni3vos   pueden
convertirse  en  reforzadores  condicionados   mediante  su  asociación  con
reforzadores  primarios   potentes.         Ejemplo,  El  padre  o  la  madre  que
da  un  azote  a  su  niña   porque  se  ha  portado  mal  y  después  “se  siente
culpable”   al  verle  llorar  con  desconsuelo  .    Inmediatamente  la   abraza  y
le  da  un  helado  o  cualquier  otra  chuchería.  Un   resultado  posible  de  este
procedimiento  es  que  la  niña   desarrolle  cierto  gusto  al  castigo‐premio;  es
decir,  el   azote  mas  el  abrazo  y  el  helado  se  convierten  en  un  
reforzador  condicionado  que  mantendrá  la  conducta   que  lo  genera  en
lugar  de  eliminarla.  

3.  Extinción  del  refuerzo  condicionado:     En  ocasiones  se  aplica  la


extinción  de  un  reforzador   condicionado,  sin  quererlo  y  con  resultados  no
deseados.     Un  ejemplo  de  esa  situación  es  el  de  una  profesora  que  
concede  estrellas  por  buen  comportamiento,  pero  no   utiliza  los
reforzadores  de  apoyo  adecuados  (el  canje  de   estrellas  se  da  por  algo
que  no  interesa  a  los  niños),  con   lo  cual  estas  estrellas  pierden  el
poder  reforzador  que   tenían  cuando  se  introdujo  el  programa.     No
utilizar  los  reforzadores  de  apoyo  adecuado  podría   explicar  la  falta  de
motivación  que  experimentan   muchos  estudiantes  frente  a  los  programas
de   economía  de  fichas.  (Otro  ejemplo: Muchos  puntos  por   una  licuadora)

DIRECTRICES PARA UN USO ADECUADO DEL REFUERZO CONDICIONADO


1. El reforzador condicionado debiera ser un estímulo que pueda manejarse y
administrarse con facilidad en las situaciones previstas.

2. Siempre que sea posible, hay que usar los mismos reforzadores
condicionados que la persona encontrará en su ambiente natural.

3. En las primeras fases del establecimiento de la conexión, hay que presentar


el reforzador de apoyo tan pronto como sea posible, inmediatamente después
de la presentación del reforzador condicionado. Si se desea, posteriormente se
puede ir aumentando la distancia entre el reforzador condicionado y el de
apoyo.

4. Siempre que se pueda, hay que emplear reforzadores condicionados


generalizados; es decir, es preferible emplear muchos tipos distintos de
reforzadores de apoyo, ya que de esa manera en cualquier momento habrá al
menos uno con la fuerza suficiente como para mantener la potencia del
reforzador condicionado.

5. Cuando los programas implican varios participantes, hay que evitar la


competencia destructiva por conseguir reforzadores condicionados y de apoyo.
Si una persona recibe un refuerzo en perjuicio de otra, hay que considerar que
ésta última podría desarrollar comportamientos agresivos o extinguir sus
conductas deseables. Por ello no es adecuado poner demasiado énfasis en que
un aprendiz consiga más reforzadores condicionados y de apoyo que otro. Por
supuesto, los participantes contarán con habilidades diferentes, pero los efectos
negativos de estas disparidades se minimizan si se diseñan programas en los
que cada cual pueda lograr refuerzos cuando su rendimiento sea acorde con su
nivel de competencia.

6. Además de estas directrices, el refuerzo condicionado ha de seguir los


principios que se aplican para cualquier refuerzo positivo.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA EFICACIA DE LA EXTINCIÓN


1. El control de los reforzadores de la conducta que se quiere reducir
Es necesario controlar la conducta de las personas que podrían entorpecer un
procedimiento de extinción o llevar a cabo el procedimiento en su ausencia.

2. Extinción de una conducta combinada con el reforzamiento positivo


de una conducta alternativa
La extinción es más efectiva cuando se combina con reforzamiento positivo de
alguna conducta alternativa. Durante la aplicación de la extinción, también es
importante asegurarse de que los refuerzos que se retiran son los que
realmente estaban manteniendo el comportamiento inadecuado. Equivocarse al
hacer esto, no satisfaría técnicamente la definición de extinción, y la conducta
no deseada no desaparecería.

3. El ámbito en que se lleva a cabo la extinción


Como indicamos anteriormente, una razón para cambiar el entorno en que se
lleva a cabo la extinción es minimizar la posibilidad de que otras personas
refuercen la conducta que se pretende reducir. En otras palabras, es importante
considerar el ámbito en que se va a llevar a cabo la extinción para: (a)
minimizar la influencia de reforzadores alternativos de la conducta no deseada
que se quiere extinguir y (b) maximizar las opciones de que los modificadores
de conducta persistan en el programa.

5. La extinción puede ser más rápida tras un reforzamiento continuo


Cuando un comportamiento se ha reforzado siempre y luego deja de recibir
refuerzo (como el bolígrafo que deja de escribir de repente), la conducta se
extingue con bastante rapidez. Cuando un refuerzo intermitente ha mantenido
una conducta (como el bolígrafo que escribe después de ser sacudido), es
probable que esta se extinga más lentamente, aunque este es un fenómeno
complejo y depende en parte de cómo se mida la conducta durante la extinción.
Se describe como resistente a la extinción al comportamiento que se extingue
lentamente.

La extinción suele ser más rápida tras el reforzamiento continuo (en que todas
las respuestas han sido reforzadas) que tras el refuerzo intermitente (en que las
respuestas eran reforzadas sólo a veces). Si se intenta extinguir una conducta
que ha sido reforzada intermitentemente, hay que estar preparada para que la
extinción se prolongue más tiempo.

6. Una conducta que se intenta extinguir puede ponerse peor antes de


desaparecer
Hay conductas que durante la extinción se incrementan llamativamente antes
de empezar a desaparecer. En este caso, las cosas se ponen peor antes de
mejorar. Se denomina pico o explosión de la extinción al incremento en la
respuesta que a veces se produce durante la extinción. ¿Por qué ocurre esto?
La mayoría hemos aprendido que si algo no está surtiendo el efecto deseado,
un pequeño incremento en la conducta puede hacer que vuelva a funcionar.

Este es un asunto bien documentado tanto en la investigación básica como en


la investigación aplicada. Quien pretenda aplicar un programa de extinción ha
de conocer la posibilidad de que la actividad aumente llamativamente antes de
desaparecer. La regla a seguir en esta circunstancia sería: si se introduce la
extinción, hay que seguir adelante. Las cosas se suelen poner peor antes de
mejorar, pero hay que mantenerse firme, porque hacerlo compensa a largo
plazo. Son excepciones a esta regla las situaciones en que los picos durante la
extinción conllevan riesgos. Si se anticipa esa posibilidad, habría que tomar
medidas preventivas.
7. La extinción puede producir agresiones que interfieran con el
programa
Otra dificultad de la extinción es que el procedimiento podría provocar
agresividad. Si reconsideramos el ejemplo del chasqueo de dedos, podríamos
ver una pequeña agresión. Si la profesora ignora la conducta, la niña habría
empezado a chasquear los dedos cada vez más fuerte, y tal vez habría
golpeado la mesa mientras grita «¡ey!».

La prevalencia de la agresión era sustancialmente menor cuando la extinción se


aplicaba como parte de un paquete de tratamiento que incluía refuerzo positivo
para una conducta alternativa deseable. Es importante minimizar la agresión no
sólo por no deseable, sino porque podría conducir a la interrupción temprana
del tratamiento, lo cual conllevaría como efectos secundarios no ya reforzar una
actividad improcedente mediante un programa intermitente, sino reforzar
además la agresión.

Otra opción consiste en llevar a cabo el programa de extinción en un entorno


que tolere una cierta cantidad de agresión. Si los padres deciden extinguir las
pataletas de su hijo, por ejemplo, podrían hacerlo en casa tras haber retirado
cristales y otros objetos frágiles. En una intervención para eliminar los
comportamientos agresivos de un niño con un trastorno severo del desarrollo
(arañar, pegar, dar patadas o morder), Carr hizo que los profesores llevaran
protecciones, consistentes en un abrigo grueso de pana y guantes de goma,
para afrontar con éxito la extinción.

8. Una conducta extinguida podría reaparecer tras una demora


Otra dificultad es que una conducta que ha desaparecido completamente
durante la extinción puede reaparecer si surge la ocasión transcurrido el
tiempo. La reaparición de una conducta extinguida tras un descanso se
denomina recuperación espontánea. Típicamente, su magnitud es inferior a la
que exhibía el comportamiento inadecuado durante la sesión de extinción
previa.

POSIBLES OBSTÁCULOS EN LA EXTINCIÓN


Lamentablemente, aquéllos que no son conscientes de la extinción pueden
aplicarla sin pretenderlo a conductas agradables de amigos, conocidos,
familiares y otros.

Aún cuando algunas personas apliquen conscientemente la modificación de


conducta en un esfuerzo por ayudar a personas con deficiencias conductuales,
su buen hacer puede verse perjudicado por quienes no conozcan este principio.
Por ejemplo, un participante de un programa para personas con trastornos del
desarrollo ha sido reforzado por un cuidador para vestirse solo, pero este
empleado ha sido trasladado o se ha ido de vacaciones y es sustituido por otro
que no está familiarizado con los principios del refuerzo positivo y la extinción o
con el programa concreto de este alumno. Frente a un niño que se viste solo y
otros muchos que no lo hacen, el nuevo monitor probablemente dedicará
mucho más tiempo a ayudar a los alumnos con dificultades y prestará menos
atención al más autónomo.

Es una tendencia humana natural prestar atención a los problemas e ignorar


situaciones en que parece que las cosas van bien.

PAUTAS PARA UNA APLICACIÓN EFECTIVA DE LA EXTINCIÓN


A continuación presentamos una serie de directrices a modo de inventario de
comprobación para quienes quieran utilizar la extinción para reducir una
conducta concreta. Como en el caso de las pautas para el reforzamiento
positivo del Capítulo 3, asumimos que los usuarios son padres, madres,
profesores u otros profesionales que desempeñan su labor con personas con
problemas conductuales.

1. Selección de la conducta a reducir:


a. Conviene elegir una conducta bien especificada y no esperar una mejoría
completa inmediata. Por ejemplo, no se pueden extinguir simultáneamente
todas las conductas problemáticas de Johnny. Es preferible elegir una concreta,
como el chasquido de dedos.

b. Recuerde que la conducta puede empeorar antes de mejorar y que a veces


se observa cierta agresividad durante el proceso de extinción. Por este motivo,
hay que asegurarse de que las circunstancias son tales que se pueda seguir
adelante con el procedimiento de extinción. Por ejemplo, estableceremos
precauciones si la conducta objetivo es destructiva hacia la propia persona o
hacia otras. ¿Sería peligroso persistir con el programa de extinción si el
comportamiento empeora? Debe considerar también el entorno en que más
probablemente ocurrirá la actividad que nos interesa, ya que por ejemplo sería
imposible extinguir pataletas en un restaurante por las obvias presiones
sociales existentes. Si quiere debilitar una conducta concreta pero no puede
aplicar la extinción debido a alguna de las consideraciones expuestas, no hay
que desesperar.

c. Hay que elegir una actividad de la que se puedan controlar los reforzadores
que la están manteniendo.

2. Consideraciones preliminares
a. Si es posible, registre la frecuencia de la conducta objetivo antes de empezar
el programa de extinción. Durante esta fase de registro, no debe retirarse el
reforzador de la conducta no deseable.

b. Hay que procurar identificar qué está reforzando la actividad inadaptativa


para poder retirarlo durante el tratamiento. Si no es posible, entonces,
técnicamente, el programa no tendría un componente de extinción. La historia
de refuerzo de la conducta no deseable podría proporcionar alguna idea sobre
el tiempo que llevará conseguir la extinción.

c. Es aconsejable identificar un comportamiento alternativo adaptativo que la


persona pueda realizar.

d. Identificar que reforzadores efectivos para aplicarlos a la conducta


alternativa deseable.

e. Conviene seleccionar un entorno adecuado en que la extinción pueda


llevarse a cabo satisfactoriamente.

f. Hay que asegurarse de que las personas implicadas conozcan de antemano


qué conducta va a ser extinguida y cuál va a ser reforzada. Quienes van a estar
en contacto con la persona tienen que estar avisados para que ignoren las
acciones a extinguir y premien las alternativas buscadas.

3. Puesta en marcha del plan


a. La persona debe conocer con precisión cuál es el plan antes de empezar.

b. En relación con el refuerzo positivo para la conducta alternativa deseable,


hay que asegurarse de que cumple las reglas pertinentes expuestas en el
Capítulo 3.

c. Después de empezar el programa, habrá que mantener la consistencia de la


retirada del reforzamiento después de todos los episodios de la conducta no
deseable y también al reforzar la actividad alternativa deseable.
4. Cómo independizar al estudiante del programa
a. Después de que la conducta no deseable se haya reducido hasta
desaparecer, hay que estar preparados para posibles recuperaciones
espontáneas.

b. Hay tres posible razones para que falle un procedimiento de extinción:


1. La atención que se retira después de una conducta inadecuada no es el
reforzador que estaba manteniéndola.
2. La conducta inadaptativa está recibiendo refuerzo intermitente de otra
fuente.
3. No se ha fortalecido adecuadamente la actividad alternativa pertinente.

Si el procedimiento de intervención se está prolongando sin éxito más de lo


previsto, convendría repasar cuidadosamente estas razones.
c. En relación con el refuerzo de una actividad alternativa favorable, es
aconsejable seguir las pautas comentadas en el Capítulo 3 para independizar al
niño del programa.

*Una consecuencia positiva (por ejemplo, un elogio por ser generoso) sirve de
reforzador, pues incrementa un comportamiento deseable. Una consecuencia
negativa o estímulo aversivo (por ejemplo, ante una agresión, una tarjeta
amarilla o roja en el fútbol), sirve de castigo, favoreciendo la extinción de esa
conducta.

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