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UNIVERSIDAD DOMINICANA O&M

ASIGNATURA
Evaluación psicométrica del aprendizaje

TEMA
Síntesis (Modificación de la conducta)

SUSTENTANTE
Andrisy López 20-EPSM-7-006

MAESTRO
Thelma De León

SECCION
981

Qué es la modificación de conducta


De forma muy elemental, la modificación de conducta puede definirse como la aplicación
sistemática de principios de aprendizaje y de la psicología experimental con el objetivo de
eliminar, disminuir o cambiar conductas que no son adaptativas. Estos principios de
aprendizaje y de la psicología experimental conforman o se integran en técnicas que se han
desarrollado con el fin de lograr una mayor eficacia a la hora de modificar las conductas
objeto de intervención y tienen como característica fundamental haber contrastado
experimentalmente su eficacia en problemas y sujetos semejantes. Por otro lado, la
definición incluye que la modificación de conducta se lleva a cabo específicamente con las
conductas que no resultan adaptadas. Se entiende como conductas inadaptadas aquellas que
acarrean sufrimiento, insatisfacción, malestar o problemas a la persona o le impiden
desarrollarse o alcanzar sus objetivos vitales a medio o largo plazo.

El término modificación de conducta se ha distinguido en ocasiones del de terapia de


conducta, empleándose esta última denominación para la aplicación de los procedimientos
derivados del condicionamiento clásico, mientras que la primera se reservaba para las
técnicas desarrolladas desde el condicionamiento operante. Igualmente, en ocasiones, se ha
establecido una distinción entre ambas basadas en el campo o ámbito de intervención. Así,
se habla de terapia de conducta cuando se refiere a la actividad clínica del psicólogo
conductual; es decir, su trabajo como psicoterapeuta que trata los problemas
tradicionalmente denominados trastornos mentales o psicológicos, mientras que se opta por
modificación de conducta para sugerir un ámbito de acción más amplio del psicólogo y del
educador, que abarca el análisis y la intervención en comportamientos humanos en
múltiples contextos (educativos, empresariales, penitenciarios, institucionales, ciudadanos,
deportivos, comerciales, publicitarios, etc.).

La conducta
La conducta es la unidad de análisis del modificador de conducta, el elemento al que dirige
su interés y sobre el que concentra su intervención. Por eso, comprender qué es la conducta
resulta fundamental y precede al uso de cualquier técnica. Por desgracia, muchas veces se
obvia este punto y de ahí se derivan malos usos de las técnicas de modificación y una
dificultad para percibir el auténtico propósito de la intervención. Aunque caben distintas
alternativas de definición, el término conducta (o comportamiento, que en este libro se
usarán indistintamente) se entiende aquí como la conexión que se establece entre un tipo de
acción o respuesta del organismo y una situación ambiental concreta. La conducta, así vista,
incluye los componentes de una interacción: la acción, reacción o respuesta del organismo
y los elementos estimulares del campo en que esta acaece.

En consecuencia, se puede afirmar que la conducta es, por definición, aprendida, ya que el
objeto de análisis no es tanto una "acción del organismo" como una "conexión" entre esa
acción y la situación ambiental concreta. Las reacciones del organismo y los estímulos
externos se dan ya de entrada, sin necesidad de aprendizaje; lo novedoso y lo que define la
conducta es, por tanto, la unión que se crea; el que, a partir de un momento dado, se
conecten. Es en esa unión, conexión o interacción sobre la que el modificador de conducta
realiza su análisis y la que tiene en cuenta para su intervención.

Principios de la modificación de conducta


Para delimitar adecuadamente la modificación de conducta es importante conocer también
varios puntos importantes que enmarcan sus principios de actuación. Algunos de ellos solo
se han citado en el apartado en el que especificábamos su definición y serán ahora
explicados con más detalle. Aunque existen distintas modalidades dentro de la
modificación de conducta, los puntos aquí recogidos pueden estimarse comunes o
compartidos por la inmensa mayoría de sus practicantes y, probablemente, conforman su
base.

La modificación de conducta se construye a partir de los principios del aprendizaje y de la


psicología experimental humana. Aunque es frecuente - como en otras ciencias - que haya
primero un desarrollo teórico y experimental basado en el trabajo con animales de
laboratorio, una vez efectuadas estas investigaciones, los tratamientos se contrastan
experimentalmente con sujetos humanos y se implementan solo cuando han demostrado
fehacientemente su utilidad en estas circunstancias (utilizando las convenientes garantías
como grupos control, diseños experimentales, tiempos suficientemente largos de
intervención, seguimientos pos tratamiento, etc.

Campos de aplicación
La modificación de conducta ha sido objeto de diversas críticas, en general derivadas de un
desconocimiento de su auténtico enfoque, método y propósito. Frecuentemente se la ha
tachado de robótica, deshumanizada, simplista y manipuladora. Naturalmente, como toda
tecnología, puede emplearse con fines perversos, aunque tal idea provenga más de ficciones
cinematográficas que de hechos reales. Lo cierto es que cada día, gracias a la modificación
de conducta, mejora la calidad de vida y la libertad de miles de personas en todo el mundo.
Lo que esclaviza y aliena son las conductas problemáticas que, afortunadamente en muchos
casos, se contrarrestan merced a los procedimientos propuestos por la modificación de
conducta. Más en concreto: gracias a esta, los niños autistas consiguen, en muchos casos,
comunicarse eficazmente con las personas de su entorno, los discapacitados cognitivos
ganan autonomía, las personas se liberan de sus fobias o de su ansiedad, muchos obsesivos
dejan de llevar a cabo sus rituales, las personas deprimidas recuperan la alegría y el sentido
de sus vidas, miles de personas con drogodependencias abandonan su consumo, sujetos con
dolencias coronarias incorporan conductas seguras que salvaguardan su salud, enfermos de
demencias mantienen hábitos adecuados y los atletas alcanzan sus objetivos deportivos.

Ámbito clínico
La modificación de conducta es uno de los métodos de intervención más desarrollados en
la clínica psicológica y, sin duda, el más exitoso y verificado de los existentes en la
actualidad. La mayoría de los tratamientos de elección recomendados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y por otros organismos de reconocido prestigio e
independencia se derivan de la modificación de conducta (terapias de conducta). Técnicas
como las de exposición (gradual o masiva, en vivo o en imaginación, etc.), la
desensibilización sistemática o la relajación muscular progresiva, para el caso de los
problemas de ansiedad; y la jerarquización e implementación de actividades, para los
cuadros depresivos, se ven como el camino más seguro para ayudar a los pacientes con
estos problemas.

En la actualidad, nadie pone en duda que la modificación de conducta ha desarrollado


intervenciones eficaces no solo para los trastornos de ansiedad y la depresión, sino también
para problemas de pareja y trastornos sexuales, para trastornos de la conducta alimentaria
(anorexia y bulimia), para las adicciones, para los trastornos psicóticos (en particular para
la esquizofrenia) y para multitud de trastornos o problemas clínicos y de conducta en la
infancia. Naturalmente, no es que estos problemas se resuelvan siempre: falta aún
investigación para garantizar la eficacia en todos los casos, y, además, la colaboración
clínica entre terapeuta y paciente se vuelve imprescindible para obtener los resultados
deseados. No obstante, la tecnología presente en la modificación de conducta es, en
conjunto, la que mayores porcentajes de éxito reúne.

Ámbito de la salud y del cuidado personal


La modificación de conducta ha desarrollado también programas muy eficaces para el
cuidado de la salud. Muchas de las enfermedades con mayor mortalidad - aunque también
dependan de una predisposición genética - guardan una estrecha relación con los
comportamientos de los sujetos. Así, por ejemplo, existen terapias de modificación de
conducta eficaces para problemas socialmente tan graves como el tabaquismo, el consumo
excesivo de alcohol o la obesidad.
Los pacientes que han sufrido cardiopatías o que padecen dolor crónico, hipertensión,
procesos tumorales, asma, bronquitis, colon irritable, diabetes, artritis reumatoide, etc. han
visto mejorada notablemente su calidad de vida gracias a las intervenciones que propone la
modificación de conducta. Muchas de estas enfermedades implican cambiar estilos de vida,
aprender a afrontar situaciones personales o laborales de forma más adaptada o procurarse
apoyos sociales.

Ámbito educativo
Desde muy temprano, la modificación de conducta demostró grandes posibilidades en el
tratamiento de problemas de aprendizaje educativo. Sus procedimientos estandarizados han
facilitado la mejora de la lectura y su comprensión, la corrección de digrafías, dislalias,
disortografías, discalculias, etc. Y, al mismo tiempo, ha llevado a muchos alumnos a
mejorar su rendimiento y a aprender métodos de estudio más prácticos. Por otro lado,
también ha servido para mejorar el rendimiento de los docentes, incluso en el ámbito
universitario. Desde los años sesenta, Fred Keller desarrolló el Sistema de Instrucción
Personalizada (SIP), un método que ha demostrado a lo largo de todo este tiempo su
utilidad para mejorar el aprendizaje complejo. Varios de los sistemas educativos que se han
acabado imponiendo (como últimamente el sistema Bolonia en la Unión Europea) albergan
muchos de los rasgos que ya ideara Keller en su diseño original.

Ámbito comunitario
En el año 2007 en el Metro de Barcelona se pegaron unos carteles, junto a las escaleras
mecánicas, en que se sugería que subir andando suponía un beneficio para la salud física y
mental. Solo por la presencia de este estímulo durante dos semanas el número de personas
que subía a pie aumentó un 45%. Antes de su aparición, únicamente el 6% de los usuarios
hacía este esfuerzo.

Ámbito empresarial
La Psicología (en particular, la social y ambiental) lleva presente en el mundo empresarial
casi desde sus inicios; sin embargo, la incorporación de técnicas de modificación de
conducta es bastante reciente. No obstante, pese a su breve recorrido histórico, gracias a
estas intervenciones, se sabe ya objetivamente cómo mejorar la comunicación entre jefes y
subordinados y cómo aquellos pueden adquirir formas de liderazgo más productivas y
mejores para su salud.

Ámbito del rendimiento deportivo


Hace no muchos años no se veía qué podían hacer los psicólogos en el campo deportivo;
sin embargo, hoy en día está asumido que los éxitos de muchos equipos y atletas puede
tener que ver con una labor de la modificación de conducta. Si un entrenador desea que los
componentes de un equipo de baloncesto se animen más entre ellos durante el partido, o
que en los entrenamientos los nadadores no se detengan tras cada largo, hará muy bien en
utilizar sistemas de fichas o puntos. En estos dos casos existen investigaciones que han
demostrado cómo con estas técnicas se consiguen efectos muy positivos que luego
redundan en un mayor logro deportivo, el aumento de la motivación y el control de la
ansiedad, y la preparación o mentalización para la ejecución de alto rendimiento.

Ámbito de la vida cotidiana


Todo el mundo tiene conductas que desearía cambiar: hacer más ejercicio, fumar menos,
acabar antes las tareas y obligaciones, levantarse de la cama cuando ha decidido, tener más
amigos, ser más asertivo, librarse de determinadas manías, tomar decisiones de forma más
rápida o, al contrario, de manera menos impulsiva, cumplir con sus promesas, etc. Para
todos estos casos es útil recurrir a las técnicas de autocontrol que se han desarrollado dentro
de la modificación de conducta.

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