Está en la página 1de 5

3 claves para terminar con el

hábito de Procrastinar
12 febrero, 2018 by Olga Colino 4 Comments

Procrastinar. O lo que es lo mismo «tengo que hacerlo…pero…ya lo


haré». Ese hábito en el que, seamos realistas, todos caemos en algún
momento.

Literalmente procrastinar significar aplazar y cuando hablamos


de procrastinación nos referimos al hábito de postergar acciones que
debemos hacer por otras que consideramos más importantes, más
urgentes o simplemente más placenteras.

Como seres cómodos que somos, generalmente tendemos a postergar


esas acciones o actividades que nos da más pereza hacer, que
consideramos tediosas, o cuyas consecuencias tememos. Puesto que
como ya hemos dicho procrastinar es algo que en uno u otro momento
todos hacemos vamos a ver cuáles son sus causas y consecuencias y
sobre todo 3 claves para conseguir dejar de hacerlo.

Causas de la procrastinación
Seguramente tu yo interior ya lo sepa, pero a veces necesitamos que
nos digan algo (o leerlo) para asumirlo realmente… si eres consciente
de que tienes el hábito de procrastinar o estás procrastinando alguna
acción en concreto, seguramente la causa se encuentre entre las
siguientes:
 Nos basamos en las recompensas y
consecuencias inmediatas: en muchas ocasiones postergamos
acciones porque el hacerlo no tiene consecuencias directas, y
las sustituimos por otras que nos generan una recompensa
inmediata. Por ejemplo, podemos postergar hacernos un chequeo
médico por pereza, y el hacerlo no tiene una consecuencia
inmediata, pero si puede tenerla a largo plazo.
 Buscamos el momento perfecto: en ocasiones posponemos
acciones por el hecho de que creemos que el momento perfecto
aún no ha llegado. Ni llegará. Nunca será el momento
perfecto para llevar a cabo algo que no nos gusta o nos da pereza,
así que si esperamos a que se alineen los planetas para hacer
algo, se quedará sin hacer.
 La causa más sencilla de todas: no nos gusta. Obviamente, no
postergamos aquello que nos resulta placentero, postergamos las
cosas que nos desagradan o nos da pereza. Por eso en ocasiones
vale más que nos paremos a pensar si realmente lo que tenemos
que hacer queremos hacerlo. A veces postergamos ciertas
obligaciones que nosotros mismos nos hemos impuesto por
diferentes razones, sin que realmente tengamos buenos motivos
para ello. Si vas a hacer algo que te desagrada, asegúrate al
menos de tener una buena razón.
 Y por el último la causa más compleja…: nos da miedo hacerlo.
No hacemos algo por miedo a sus consecuencias. Volvemos
al primer ejemplo, puede que no estés postergando ese chequeo
médico porque te de pereza, si no por miedo a lo que pueda
salir. No puedes permitir que el miedo te paralice.

Consecuencias de procrastinar
¿Ya te has dado cuenta de cual es tu causa? Pues es el momento de
que te pares a ver las consecuencias. Quizá este sea el empujón que
necesitas para terminar con la procrastinación.

 Postergar determinadas tareas aumenta la sensación de


estrés y agobio, llegando a generar ansiedad: se te acumulan las
tareas, tienes un montón de cosas pendientes por hacer que te
agobian y te abruman sin tener nunca tiempo de abordarlas. Si
vas procrastinando pequeñas cosas, terminarás formando
una gran montaña de cosas pendientes que acabará por
sobrepasarte.
 El ir dejando cosas pendientes, también puede afectar a tu
autoestima: te propones hacer cosas, y no lo haces, lo cual
provoca que el concepto que tienes de ti mismo empeore. Tu
mente está sintiendo que no eres capaz de hacer eso que te has
propuesto y eso provoca que te sientas menos capaz y tu
autoestima baje.
 La procrastinación es literalmente un colador de
tiempo: debes hacer algo, pero no quieres, y para justificarte vas
rellenando el tiempo con otras acciones. Por ejemplo, tienes
que ponerte a redactar un informe pero decides que es mucho más
importante revisar el email… este tipo de acciones harán que
pierdas un tiempo muy valioso en acciones que no son necesarias
solo por no ponerte con aquello que de verdad debes.

3 claves para dejar de procrastinar


Terminar con la procrastinación no es sencillo, y menos aún si has
hecho de ello un hábito. Sin embargo, si pones en práctica estas tres
claves hace un poco más fácil irnos deshaciendo de aquellas cosas que
hemos ido postergando.
Decide: la peor decisión es siempre no
decidir
En muchas ocasiones damos por sentadas demasiadas cosas sin
habernos parado a decidir. Así que párate y piensa. Hay veces en las
que la única razón por la que no iniciamos unas tareas es porque
implica tomar determinadas decisiones que esperemos que el
tiempo tome por nosotros mismos.

Cuando seas consciente de que estás procrastinando una tarea, date


cinco minutos para pensar en ella. Contesta a algunas preguntas
como qué necesitas para llevarla a cabo, cuáles serán las
consecuencias de no realizarlas y qué recompensas obtendrás al
hacerlo. Además, date unos minutos para planificar lo necesario, pero
ojo! el tiempo estrictamente necesario, no utilices la planificación como
una excusa más para ir retrasando el inicio de la tarea.

Empieza: con lo que sea, pero empieza!


Hay personas que llevan mejor que otras aquellos de las tareas
inacabadas, pero lo que si es cierto es que hay más probabilidades
de acabar algo que está comenzado que algo con lo que ni siquiera
nos hemos puesto.

Asume que el momento perfecto no va a llegar, y simplemente


empieza. Por donde sea (preferiblemente por el principio… pero al
menos empieza!) si te has parado a planificar un poco la tarea, deberías
haberla divido en pequeñas acciones, comienza por tanto con
cualquiera de ellas. Piensa en dedicarle tan solo media hora, o 20
minutos, una vez hayas comenzado tu motivación aumentará para
continuar.

Utiliza la regla de los dos minutos


Es una regla muy sencilla que viene del GTD y simplemente se basa
en que si algo te va a ocupar menos de dos minutos, hazlo ya! Parece
mentira, pero incluso conociendo esta regla, tendemos a procrastinar
acciones que no nos ocuparían más de este tiempo.
Cosas tan simples como hacer una llamada o mandar un mail pueden
darnos pereza y lo vamos retrasando… de manera que pasa a estar en
el cajón de pendientes, aumentando así nuestra sensación de trabajo
acumulado y por consiguiente nuestro agobio.

Cuando surja cualquier tarea que te implique dos minutos, llévala


a cabo sin más, sin pensar, evitando acumular trabajo extra. Tampoco
hay que llevar lo de los dos minutos a rajatabla, pueden ser 3, pueden
ser 4, pero asegúrate que no te vaya a implicar más de 5 o 10, o
terminará por romper tu ritmo de trabajo.

Para mayor información revisa:

http://www.olgacolino.com/procrastinar-procrastinacion-2minutos/

También podría gustarte