Procrastinar
En nuestro negocio tenemos toda la libertad del
mundo y eso, aunque parezca lo contrario, es un
problema.
Cuanta más capacidad tenemos para elegir lo que
haremos genera más ansiedad y menos acabamos
haciendo.
El otro problema es el miedo al fracaso. Que nos
empuja a posponer.
Posponemos porque nada nos obliga a trabajar o por
miedo, lo que hace que nos dediquemos a cosas
irrelevantes o agradables, eso se llama procrastinar.
Se llega a creer, de manera ilusoria, que más adelante
se encontrarán oportunidad, voluntad, tiempo y
recursos para hacer las tareas. Y acabamos viviendo
en piloto automático. Lo que afecta nuestra calidad
de vida.
Una investigadora encontró que: “Los procras-
tinadores tienen dificultad en el manejo del tiempo,
sienten frustración y menoscabo de su autoestima, y
se ven obligados a mentir para justificar su conducta,
convencer a los demás y a sí mismos.”
“La procrastinación tiene raíces en el perfeccionismo,
el miedo al fracaso, la baja tolerancia a la frustración
y la compensación con la satisfacción inmediata”.
“quien piense que un procrastinador es
sencillamente un haragán, se equivoca. La diferencia
entre uno y otro es que el primero sufre el problema
mientras que la persona irresponsable y perezosa
vive sin inquietud su apatía o negligencia.”
¿Por qué posponemos?
Porque las tareas nos parecen aburridas, frustrantes,
no compensatorias y carentes de valor.
El pensar que son aburridas nos regresa a la zona de
confort. Pero, cuando sentimos que son
frustrantes y que no podemos, es más riesgoso,
pues nos lleva a la zona de peligro. Al no puedo.
¿Cuál es el origen de ésta actitud?
Tus buenos y malos hábitos fueron formados por
repetición. En algún punto en tu vida, desarrollaste el
hábito de la procrastinación porque te “sentiste bien”
con una recompensa a corto plazo de vivir el
momento. Los que probablemente no hiciste fue
aprender como experimentar esos “sentimientos de
flojera” y poner manos a la obra a pesar de ellos.
Una de las más grandes razones por la que la gente
procrastina es porque una tarea entra en conflicto
con sus hábitos establecidos. Cuando sea que trates
de hacer algo que no es parte de tu rutina diaria,
cuesta esfuerzo y voluntad completarlo. Esto es
especialmente cierto si la tarea no es agradable.
La solución más simple para eliminar la
procrastinación no es pelear contra ella.
En lugar de ello, necesitas reemplazarla con buenas
rutinas que benefician tu vida. Encontrarás que
cuando una tarea difícil se convierte en un hábito, se
vuelve difícil de posponer. Eventualmente lo harás sin
pensarlo –como leer, manejar un auto, etc. Todo lo
que necesitas es una huella que te ayude a romper
cualquier tarea en un proceso de día a día que se
complete.
Todos nos sentimos tentados a procrastinar a veces,
es perfectamente normal responder cuando se
enfrenta con un reto difícil. El truco para emprender
es comprender por qué lo estas posponiéndolo.
La mayoría de nuestros sentimientos de
procrastinación vienen de un miedo subconsciente o
auto creencia limitante. Cuando te tomas el tiempo
para explorar estos pensamientos, encontrarás que
es fácil superarlos y crear un ambiente orientado
a la acción.
A menudo nos atoramos en un proyecto – no por
falta de deseo, sino por patrones de pensamiento
negativos que rondan nuestras cabezas.
La causa raíz del “hábito de procrastinación” viene de
nuestras propias creencias limitantes.
Formas de posponer:
“Me aburre hacer esto”
“Revisaré primero mis Whats App”
“Me tomaré un café y luego ya me pondré a trabajar”
“Veré un rato la TV para distraerme”
“Daré un paseíto para despejarme”
Excusa 1: “No es importante el trabajo.” Restamos
importancia a la tarea por falta de visión.
Excusa 2: “Necesito hacer esto primero.”
Excusa 3: “Necesito más información para
comenzar.”
Algunas Consecuencias.
 Estrés.
 Sentimiento de culpabilidad.
 Pérdida de productividad.
¿Cómo combatir el posponer?
Se trabaja con ejercicios de afrontamiento, con metas
cortas y objetivos más visibles. Hasta que forman
hábitos.
Hábito 1.- Usa la regla 80/20 para tomar
decisiones.
Wilfredo Pareto, dice que obtienes 80% de tus
resultados con 20% de tus esfuerzos. Por lo tanto, la
mayoría de tus resultados vienen de sólo un puñado
de tareas.
Sólo enfócate en las acciones que generan un
resultado significativo.
¿Qué actividades en nuestro negocio generan los
más importantes resultados?
1) Compra una libreta y una agenda.
2) La lista de contactos.
3) Hacer las citas y llenar la agenda.
4) Hacer presentaciones
5) Dar seguimiento.
6) Reunirse inmediatamente con los que ya se
comprometieron.
7) Apoyar a los que sí están comprometidos.
Hábito 2.- Pregúntate diariamente: ¿Lo que hago
ayuda a ese resultado del 80%?
Hábito 3.- Revisa las cosas que deberían ser
eliminadas o delegadas.
Hábito 4.- Di “No” a las actividades de baja prioridad
¿Cómo avanzar en esos hábitos?
1. Proponte sólo 10 minutos con la tarea.
El truco de esta técnica radica en que nuestro cerebro
es perezoso y además funciona mucho con la inercia.
Si está parado, como es el caso antes de ponernos
con la tarea importante, quiere seguir parado. Pero
si vencemos la inercia inicial entonces es muy
probable que quiera seguir moviéndose en la
dirección que hemos marcado.
En un inicio tu objetivo es ponerte la meta real de
10 minutos. Si luego de manera natural quieres
seguir, perfecto, si no, no pasa nada, te pones con
otra cosa y más tarde intentas otros 10 minutos,
“a ver si esta vez me engancho y quiero seguir.”
2. El entorno importa
Si tu casa te distrae, sal de tu casa.
3. Todos los estudios han demostrado que las
interrupciones nos hacen más tontos.
Eliminar las distracciones es la técnica que más
diferencia marca en cuanto a aumento de
productividad. Aléjate de la TV, juegos, etc.
4. Escribe tus tareas. Pues una vez las escribes,
hay más probabilidades de que lo hagas.
Las dos primeras horas de la mañana son
claves. Dedícalas a planear y hacer llamadas.
5. La productividad forzada supone colocarse
en una situación donde la única elección
posible es hacer lo que tienes que hacer.
6. Buscar buena compañía para el trabajo.
Es más difícil escamotearnos o ponernos excusas
cuando trabajamos con alguien. Por ejemplo: es más
fácil no faltar al gimnasio si quedamos con alguien
para ir habitualmente. El uno por el otro ayuda a que
no hagamos trampas.
7. Visualizarse haciendo el trabajo bien. Y
visualiza tu meta.
Sentirse exitoso te anima a romper límites.
8. Toma una acción ahora mismo.
Eso genera placer y fortalece tu sentido de
responsabilidad.
Así que no te desanimes:
La virtud de nuestro negocio es que pequeños pasos
hacia la dirección correcta tarde o temprano nos
darán resultados. No importa de dónde iniciemos. El
éxito está garantizado. Sólo: no te rindas. Lucha.
Resumen: Julio César García