Está en la página 1de 15

¿Por qué procrastinamos y cómo dejar de hacerlo?

Descubre por qué:

• Dices que vas a hacer algo y no lo haces


• Te cuesta despertarte temprano y hacer ejercicio
• Postergas tareas importantes hasta el último momento
• Te planteas el mismo objetivo una y otra vez
• No logras empezar el inglés y terminar la tesis

Y, sobre todo, conoce ideas prácticas para conseguir hacer aquello que quieres
hacer.

Escrito por Nelson Portugal


Prohibida la distribución completa o parcial sin autorización.
Índice

• ¿Qué procrastinamos?
• Razones
o #1 Conflicto interno
o #2 Intentar realizar objetivos
o #3 Anticipar resultados negativos
o #4 Tratar de hacer más de una acción a la vez
o #5 Establecer condiciones díficiles de cumplir
• Cómo continuar el aprendizaje
¿Qué procrastinamos?

Hace unas semanas hice una encuesta para conocer cuáles son las actividades que
más procrastinamos las personas.

Como imaginarás, la lista es bastante extensa; sin embargo, noté que puede ser
organizada en cuatro categorías principales: salud, estudios, proyectos personales y
trabajo.

Veamos cada una de ellas:

Salud

• Levantarnos temprano
• Hacer ejercicios
• Practicar deporte
• Citas médicas
• Hábitos alimenticios saludables

Estudios

• La lectura
• Estudiar inglés
• Sacar el título
• La tesis de maestría
• El doctorado

Proyectos personales

• Emprender nuestro negocio


• Practicar nuestros hobbies
• Tiempo para la familia
• Nuestros planes a futuro
• Hacer arreglos en casa

Trabajo

• Presentaciones comerciales
• Negociar un aumento
• Actividades tediosas
• Planificar estratégicamente
• Dar feedback a nuestro equipo
¿Por qué procrastinamos?

Hay 5 razones por las cuales procrastinamos y, a diferencia de lo que la mayoría de


nosotros creemos no es porque:

1. "Nos falta fuerza de voluntad"


2. "Nos distraemos con facilidad"
3. "No nos gusta la actividad"
4. "No hay fecha límite o aún no es urgente"
5. "Queremos que sea perfecto"

Todas esas "razones" son en realidad solo los síntomas, aquello que podemos
observar desde afuera. Sin embargo, las causas - es decir, la raíz del problema, son
otras.
Razón #1 Conflicto interno

Hace un tiempo una persona cercana me comentó que venía postergando hace un
tiempo la búsqueda de un nuevo proveedor para su empresa.

"Digo que lo voy a hacer pero al final no lo hago" - me comentó.

Él llevaba semanas con ese pendiente en la mente porque la persona que lo ayudaba
actualmente llegaba tarde a las reuniones y tardaba en responderle.

La pregunta que yo le hice fue simple: ¿ya tomaste la decisión de despedirlo?

"Sí, hace tiempo; pero bueno, es una persona cercana, la conozco hace un tiempo y lo
bueno es que sí hace un buen trabajo" - respondió.

Antes de continuar con la historia me gustaría preguntarte a ti lo siguiente:

• ¿Qué notas hasta este momento?


• ¿Por qué crees que procrastina?

Tómate unos segundos para reflexionar al respecto antes de seguir leyendo.

¿Ya lo tienes?

La razón por la cual procrastina es porque tiene un conflicto interno sobre la ejecución
de dicha actividad. Es decir, siente que tiene que hacerlo pero - en el fondo - no quiere
hacerlo.

Sorprendentemente, es la razón número uno por la cual procrastinamos: no nos


detenemos para pensar y tomar una decisión sobre lo que realmente queremos.

Me sucede todo el tiempo.

Hace poco debía enviar una propuesta pero no lograba avanzar en ella. Programaba
en mi calendario que la haría el lunes, pero cuando llegaba ese día no la hacía.

Cuando pensé al respecto me di cuenta que realmente no estaba seguro de seguir


adelante con el proyecto.

Por eso, no importaba cuánto me dijera a mí mismo que lo haría, llegado el momento,
iba a sentir una resistencia al tratar de ejecutarla.

Lo que hice fue plantearme las siguientes interrogantes, que te invito a hacerte cuando
sientas que estás experimentando un conflicto interno:

1. ¿Estoy seguro(a) de la decisión que tomé sobre realizar la actividad?


2. ¿Realmente la quiero realizar?
3. ¿Existe algún conflicto que haga que me retractes de la decisión?
4. ¿Hay alguna conversación que esté evitando tener?

Y es que solo entendiendo la resistencia interna podremos liberar la acción externa.


Razón #2: Intentar realizar objetivos

Con frecuencia escucho a personas decir que cuando están a punto de realizar una
tarea se abruman por todo lo que tienen que hacer y terminan distrayéndose.

Si bien la distracción es una de las razones por las cuales procrastinamos, lo que hace
que sea más fácil distraernos es el hecho de no tener claridad sobre la acción que
deseamos realizar.

"Yo sí sé que lo que quiero hacer" - podrías pensar.

Y, tal vez estés en lo cierto. Pero, si te cuesta tener el impulso para tomar acción o
sientes que por momentos te paralizas, entonces es muy probable que lo que tengas
claro sea el objetivo, pero no la acción.

¿Qué quiero decir con esto?

Que, con frecuencia, las personas pensamos en lo que queremos conseguir, pero no
definimos con claridad lo que debemos hacer en este momento para acercarnos a
dicha meta.

Lo curioso es que hacemos esto todo el tiempo, sin siquiera darnos cuenta. Pensamos
que hemos definido la acción del día, pero seguimos atrapados en el objetivo de algún
día.

Pongámoslo a prueba.

Identifica cuál de las siguientes opciones son acciones y cuáles de ellas son objetivos:

• "Terminar mi tesis"
• "Iniciar la creación de mi producto para vender"
• "Colegiarme"
• "Aprender a tocar la guitarra"
• "Crear sistema de archivos digitales de mi empresa"

¿Ya lo tienes?

Piensa al respecto por algunos segundos.

Ninguna de ellas son acciones, todas son objetivos.

Y, debido a que no podemos ejecutar objetivos (solo acciones) cuando pensamos


en hacerlas nos abrumamos (y procrastinamos).

¿Por qué? Porque aunque tenemos claro lo que queremos lograr, aún no hemos
definido las acciones que haremos para acercarnos a nuestra meta.

Detallémoslo aún más.

Inicias tu sábado y te dices a ti mismo(a) "debo terminar mi tesis". ¿Cómo piensas que
te sentirás? y, ¿qué crees que terminarás haciendo?

Como debes imaginarte, es probable que te sientas sobrecargado(a) por todo lo que
involucra el terminar la tesis y digas "mejor después lo hago".

¿Qué sucedería, en cambio, si en lugar de tratar de ejecutar un objetivo te enfocas en


definir las acciones que te apoyarán a acercarte a él?
En este ejemplo, tienes claro que tu objetivo es terminar tu tesis pero, sobre todo,
reconoces que el primer paso es tomarte el tiempo para decidir qué acciones
realizarás.

(Recuerda, el objetivo se logra producto de las acciones que se realizan)

Por ello, te preguntas: ¿cuáles son las acciones que puedo realizar hoy para progresar
y en qué orden?

Algunas ideas iniciales vienen a tu mente:

1. Sentarme junto a mi escritorio


2. Conectar el cargador a mi laptop
3. Encender la computadora

Suena simple, pero precisamente así lucen las acciones: simples pero, en especial,
ejecutables. Es decir, las puedes hacer en este momento.

Preguntémonos, ¿qué probabilidad existe de que, al estar en una situación similar, te


logres sentar, conectar tu laptop y encenderla?

Si solo te enfocas en una actividad a la vez, es muy probable que lo hagas.

Estando ahí, la pregunta evidente sería, "¿qué puedo hacer ahora para continuar
acercándome a mi objetivo?"

Nuevas ideas de acciones vienen a tu mente:

1. Abrir el documento en el que tengo el avance de mi tesis


2. Leer en qué parte me he quedado
3. Escribir un párrafo a modo de borrador

Compara estas acciones con pensamientos que no son ejecutables como "avanzar lo
pendiente", "hacerlo bien", "terminarlo cuanto antes".

¿Difícil tomar acción sobre ellos, verdad?

A diferencia de ello, tú abres el documento, ubicas en qué parte te quedaste y escribes


un párrafo sin juzgar la calidad del texto.

Luego, siguiendo el mismo proceso, decides escribir más párrafos, hacer mejoras al
primer párrafo o buscar una nueva fuente.

Mientras tu mente esté enfocada solo en la siguiente acción más cercana - en lugar de
pensar en el cumplimiento de todo un objetivo - entonces notarás que podrás seguir en
movimiento.

Lo que sucede es que muchos de nosotros, como lo decía anteriormente, pensamos


en ejecutar objetivos, lo cual evidentemente no es posible.

Recuerda este concepto cuando te sientas abrumado(a), estancado(a) y/o


paralizado(a). Verás cómo empiezas a romper la inercia y, cuando menos lo notes,
habrás progresado de manera significativa.
Razón #3: Anticipar resultados negativos

Una de mis frutas favoritas es la palta (sí, yo también pensaba que era una verdura) y
si has visto mi cuenta de Instagram entonces no es sorpresa.

Coincidentemente, ahora estamos viviendo a solo unos metros de decenas de árboles


como este:

Yo encantado de caminar en la ciudad tanto como en el campo, pero puedes imaginar


que disfrutar de una vista así me da una satisfacción adicional.

Pese a ello, durante los primeros meses viviendo aquí no lograba despertarme
temprano para salir y hacer un poco de senderismo.

Decía "mañana lo hago" pero al final - lamentablemente - no lo hacía.

Siguiendo mis propios consejos empecé a preguntarme por qué estaba procrastinando
tanto esa actividad.

• ¿Tenía un conflicto interno? No, la verdad es que estaba decidido a hacerlo.


• ¿Estaba intentando ejecutar un objetivo? No, era una tarea en concreto: salir a
caminar.

Lo que evitaba que ejecutar la acción era la tercera de las cinco razones por las cuales
las personas solemos procrastinar: anticipar resultados negativos.

Cuando despertaba pensaba "seguro no me alcanzará el tiempo”.

Tenía, sin querer, los siguientes pensamientos:

• "Si sales a caminar no te alcanzará el tiempo”


• "Trabajo todo el día, ¿también voy a salir en las mañanas?"
• “Tal vez incomode a mi familia saliendo tan temprano”

Como puedes ver, mi mente anticipaba todos los posibles resultados negativos en
caso que realizara la acción.

Esos pensamientos eran precisamente aquellos que bloqueaban la conducta que


deseaba ejecutar.

No importaba si eran ciertos o no, mi mente los creía y hacía que funcionaran como
una camisa de fuerza que evitaba que pudiera salir a caminar.

Cuando pude identificar que ésa era la razón de mi procrastinación, empecé a


diferenciar mi interpretación de la realidad.

Noté que yo pensaba que incomodaría a mi esposa. Yo pensaba que no me


alcanzaría el tiempo. Pero nada de eso significaba que las cosas serían de esa
manera.

Conversé con mi esposa sobre lo que pensaba y me comentó que no se despertaría.

Que, incluso si lo hacía, no habría ningún problema porque estaba segura que podría
volver a dormirse, a demás que ella estaría feliz de que yo salga a caminar.
Respecto al tiempo, solo tenía que intentarlo: salir a caminar y comprobar si podía
empezar el trabajo puntualmente; dependiendo del resultado podría mejorar poco a
poco.

Lo mismo puedes hacer tú cuando sientes que no logras desbloquear una conducta:

• Tener conversaciones alrededor de tus temores


• Dar un primer paso para experimentar
• Mejorar a partir de los resultados obtenidos

Específicamente, cuando te encuentres procrastinando algo de manera constante,


puedes hacerte estas preguntas:

1. "¿Qué temo que ocurra si realizo la acción?"


2. "¿Cómo podría minimizar los riesgos?"
3. "¿Cuál podría ser la acción de menor riesgo con la que puedo empezar?"
4. "¿Qué beneficios positivos podría traer en mi vida?"

Cada respuesta te permitirá ir desprendiéndote de la camisa de fuerza que evita que


hagas aquello que deseas hacer y, sobre todo, que logres aquello que deseas lograr.
Razón #4: Tratar de hacer más de una acción a la vez

La cuarto razón por la cual procrastinamos es porque intentamos realizar más de una
acción a la vez.

"Yo no hago eso" - podrías pensar.

Antes de que llegas a esa conclusión permíteme contarte algo que me sucede cada
cierto tiempo.

Llego a casa y veo que:

• Dejé mi escritorio desordenado


• Me falta darle comida a Woodie y a Bride (nuestros hijos caninos)
• Tengo que cenar
• Debo enviar un correo final

Inevitablemente mi mente se empieza a abrumar y mi cuerpo, a tensar.

Puede ser que no lo note, pero en ese momento estoy intentando hacer - al menos -
cuatro cosas a la vez.

Frente a ello, respiro, miro a mi alrededor y empiezo a definir el orden en el cual haré
cada actividad.

Específicamente, pienso:

"Sí, debo hacer todas esas cosas, pero primero cenaré, luego de haber cenado les
daré comida a nuestros chamacos (así les decimos). Después ordenaré mi escritorio y,
al final, enviaré el correo".

El establecer un orden a las actividades que tengo en mi mente hace que me enfoque
en una acción a la vez y, sobre todo, evita que me abrume.

De hecho, siendo más específicos, una vez que defino el orden, mi único objetivo en la
vida es hacer la acción que tengo al frente.

Por ello, pongo atención plena - o, al menos, lo intento - a la actividad que me


corresponde hacer.

En este caso en particular, mi único objetivo en la vida es cenar.

Ya sea que la siguiente acción sea enviar un correo, tener una reunión o enviar un
mensaje, dicha actividad será mi único objetivo en la vida.

A veces, sin darme cuenta, cuando estoy realizando una acción mi mente empieza a
pensar en todas las demás; pero yo le vuelvo a recordar que, terminando la actual
comenzaré con la siguiente.

Suena simple pero muchos de nosotros nos paralizamos porque estamos pensando
en todo lo que tenemos que hacer en lugar de enfocarnos solo en la siguiente acción.

Aplica este concepto y notarás que se hace más sencillo superar la procrastinación en
todos los ámbitos de tu vida.
Razón #5: Establecer condiciones que dificultan la ejecución de una actividad

Permíteme explicarte este concepto en mayor detalle con algo que me sucedió hace,
literalmente, menos de un minuto.

Mientras redactaba este correo estuve a punto de cerrar la venta y dejar de escribirlo;
pensaba dejarlo para después.

¿Por qué?

Porque que mi mente me llevó a pensar que no lo estaba haciendo bien.

Específicamente, aparecieron estos pensamientos: "no se va a entender lo que


quieres decir" y "mejor otro día siéntante y hazlo bien".

Dicho de otra manera, sin darme cuenta, empezaba a establecer condiciones difíciles
de cumplir - como por ejemplo:

• Que las ideas salgan de mi mente ya ordenadas


• Que lo que escriba sea perfecto
• Que tenga más tiempo para poder "hacerlo mejor"

Si permitía que estas condiciones se mantengan, entonces es muy probable que no


enviara el correo que ahora estás leyendo.

Por esa razón, cuando aparecieron esos pensamientos en mi mente me dije a mí


mismo "solo debo enfocarme en escribir, incluso si no son ideas claras al comienzo,
conforme lo redacte podré mejorarlo".

Solo así pude liberar la presión que estaba evitando que escriba estas líneas.

Lo interesante es que hacemos esto, de manera inconsciente, en diferentes ámbitos


de nuestra vida.

Cuando queremos empezar a hacer deporte, por ejemplo, decimos: "mañana


temprano saldré a correr durante una hora".

Pareciera ser una frase "inocente", sin ningún perjuicio. Sin embargo, me gustaría que
reflexionaras sobre la siguiente pregunta.

¿Identificas cuántas condiciones están establecidas en solo esa frase?

De forma explícita, podemos encontrar - al menos - cuatro:

• ¿Qué? - "Correr"
• ¿Cuándo? - "Mañana temprano"
• ¿Dónde? - "Saldré"
• ¿Cuánto? - "Durante una hora"

Cada condición eleva la probabilidad de que no realices la actividad.

Analicemos cada una de ellas para descubrir por qué:

"Correr"

• ¿Disfrutas de correr?
• ¿Cuentas con las zapatillas necesarias?
• ¿Tienes la ropa adecuada para correr en el clima actual?
"Temprano"

• ¿Sueles dormir temprano?


• ¿Tienes ya formado el hábito de despertarte temprano?
• ¿Hay responsabilidades que debes cumplir en ese horario?

"Saldré"

• ¿Tienes la ropa lista para poder salir?


• ¿Sabes a dónde saldrás, específicamente?
• ¿Has decidido la ruta que tomarás?

"Durante una hora"

• ¿Te mantienes entretenido durante una hora?


• ¿Cuentas con el físico necesario?
• ¿Dispones del tiempo?

Para quien ya tiene el hábito de salir a correr temprano por las mañanas,
probablemente la respuesta sea "sí" a todas las preguntas.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando es algo que estamos haciendo por primera vez,
estamos retomando el hábito o simplemente nos cuesta hacerlo?

En esos casos, cada condición adicional que establezcamos reducirá la probabilidad


que realicemos la actividad.

De hecho, basta que la respuesta sea "no" en solo una de las dieciséis para que no
logremos ejecutar la tarea.

Por esa razón, lo mejor que podemos hacer al intentar realizar una tarea o proyecto -
ya sea el deporte, la maestría, nuestro emprendimiento o los arreglos en casa - es
reducir las condiciones al menor número posible.

En este ejemplo en particular, ¿cómo eliminarías algunas condiciones de esta frase:


"mañana temprano saldré a correr durante una hora"?

Tómate algunos segundos para reflexionar al respecto.

¿Ya lo tienes?

...

Permíteme plantear algunas opciones:

• Nivel 1: "Mañana, a la hora que me despierte caminaré durante un minuto


seguido en mi cuarto"
• Nivel 2: "Mañana, después del almuerzo, subiré y bajaré las escaleras tres
veces. Si me siento cansado(a), lo haré solo una vez."
• Nivel 3: "Mañana, si me despierto temprano, saldré a correr durante quince
minutos. Si despierto tarde, después del almuerzo saldré a caminar durante
veinte minutos".

¿Qué diferencias notas entre estas opciones y la frase "mañana saldré a correr
durante una hora"?
Podrían parecer cambios sutiles, sin embargo, la diferencia fundamental está en que
estas nuevas opciones requiere cumplir menos condiciones para empezar - lo cual
evita que caigamos en el perfeccionismo.

Y es que es sencillo pensar "caminar un minuto es muy poco", "correr quince minutos
no hará la diferencia"; pero - si reflexionamos al respecto - esos pensamientos
provienen del temor a no ser suficientes.

Una vez que reconocemos que está bien empezar por algo pequeño, incompleto e
imperfecto; entonces nos libramos de la presión que nos ponemos a nosotros(as)
mismos.

Al hacerlo, abrimos la posibilidad de hacer aquello que queremos hacer, para lograr lo
que deseamos lograr.
Autoevaluación sobre Procrastinación

Con el objetivo de identificar la raíz de tu procrastinación, te invito a realizar esta breve


autoevaluación con las acciones que estás postergando.

¿Qué estoy ¿Ya he ¿Está descrito ¿He gestionado ¿Estoy ¿Las


procrastinando tomado la en modo de mis temores? intentando hacer condiciones
y por qué? decisión de tarea o solo una acción a para empezar
hacerlo? acción? la vez? son fáciles de
cumplir?

Sí - No Sí - No Sí - No Sí - No Sí - No

Si la respuesta Tómate unos Recuerda que Los temores son La mente puede Identifica las
es “no” minutos para la mente no naturales, sin enfocarse solo en condiciones
pensar al puede realizar embargo, cuando una tarea a la que requieres
respecto y objetivos. sentimos que nos vez. Si piensa en que se
tomar una Pregúntante: paralizan es “todo” lo que cumplan para
decisión ¿qué tareas porque estamos tienen que hacer, poder realizar
informada. puedo ejecutar anticipando se bloquea. la acción y, en
Recuerda que hoy que me resultados Acepta que hay lo posible,
puedes ayude a negativos. muchas cosas elimina
aplazar, en progresar con Prueba enfocarte por hacer, pero algunas de
caso luego del el objetivo?. en realizar la ordénalas de ellas.
análisis notes Mientras más primera acción, manera Recuerda que
que no es el específicas ver qué sucede y secuencial y mientras
mejor sean, mucho aprender de los presta atención menos
momento o no mejor. resultados solo en la primera tengas, mejor.
es lo más obtenidos. tarea.
adecuado
hacerlo.
¿Cómo continuar con el aprendizaje?

Inicia tu propio negocio:

Si una de las actividades que estás procrastinando es iniciar un negocio, te invito a


conocer más sobre Trasciende, nuestro programa de emprendimiento.

Puedes hacerlo registrándote sin costo alguno a nuestra próxima charla informativa,
ingresando a https://consultorias.nelsonportugal.com/

Haz que el tiempo te alcance:

Si te gustaría organizarte mejor para lograr que el tiempo te alcance y puedas crecer a
nivel profesional, sin descuidar tu vida personal y familiar, entonces te invito a conocer
los detalles de nuestro Taller de Organización Personal.

Te apoyará a gerenciar mejor tu tiempo, ser más productivo(a) y ser una persona cada
vez más disciplinada y decidida(a). Solo envíanos un mensaje a
nportugal@nelsonportugal.com o al WhatsApp 920384279.

Gestionar mejor tus emociones:

Si sientes que la impulsividad te lleva a responder de manera negativa a las personas


que amas o hace que tomes decisiones de las cuales luego te arrepientes, entonces te
invito a ser parte de nuestro Programa de Inteligencia Emocional.

En cada sesión adquirirás las herramientas necesarias para manejar mejor tus
emociones, comunicarte de forma más asertiva y fortalecer tu confianza personal. Si
deseas los detalles, puedes enivarnos un mensaje a nportugal@nelsonportugal.com o
al WhatsApp 920384279.

También podría gustarte