Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Atendiendo a esta definición, podemos entender que aquellas tareas que son más susceptibles
de ser postergadas son aquellas que no nos divierten. Y que, además, no es obligatorio
realizarlas ahora mismo.
La procrastinación es por tanto uno de los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar
en nuestro día a día.
Imagínate que tienes que ponerte a estudiar o tienes que realizar un informe que te han
pedido, pero para el que aún no tienes fecha de entrega. En ese momento te viene a la cabeza
un pensamiento que te dice “antes de ponerte sería mejor que te cambies de ropa para estar
más cómodo”.
Entonces, dejas lo que estás haciendo y te vas a cambiar de ropa. Cuando lo estás haciendo
pasas por la cocina y se te ocurre picar algo antes de ponerte, para luego no tener que
levantarte. Coges algo de comer. Y mientras estás comiendo, miras por la ventana, ves el día
tan bonito que hace y decides salir a dar un paseo para hacer algo de ejercicio antes de
sentarte.
Cuando te quieres dar cuenta, han pasado dos horas. Y el tiempo que tenías dedicado a esa
tarea se ha agotado. Entonces, empiezas a ponerte nervioso, te estresas y entra en juego
el sentimiento de culpa. Empiezas a preocuparte y agobiarte por el tiempo, lo que te hace aún
menos productivo y eficiente.
TIPOS DE PROCRASTINACION.
Los optimistas
Son víctimas de la llamada falacia de planificación, que está relacionada con las predicciones
sobre cuánto tiempo se necesitará para completar una tarea futura. Distintos estudios
respaldan este sesgo y confirman que los humanos son demasiado optimistas cuando calculan
el tiempo que los llevará completar una tarea concreta. Una investigación realizada por Jeff
Conte, psicólogo de la Universidad Estatal de San Diego (California), identificó el optimismo
como un rasgo clave entre aquellos que siempre llegan tarde.
Por activación
Cuando se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que realizarla. Es un problema
contrario al tipo de procrastinación que buscan placer.
• Ante todo, manejar nuestros estados de ánimo negativos; realizando ejercicios diarios de
construcción de pensamientos positivos. Podemos utilizar cualquier tiempo "muerto" como una
espera en una fila, el tráfico o antes de conciliar el sueño, para decirnos una serie de frases
positivas sobre nosotros mismos y sobre nuestras propias capacidades de logro y éxito.
• Aprender a decir "no" sin agredir o sin sonar desagradables, como "te agradezco mucho la
invitación, pero no puedo. Gracias".
• Dar el primer paso. Esto equivale a tener el 51 % de la tarea. Cuando comenzamos algo, nos
motivamos a terminarlo: Por ejemplo, escribir el título y el primer párrafo de un documento
largo. Si se trata de limpiar la casa, comenzar con una pequeña parte, etcétera. Cuando hemos
iniciado una tarea, el miedo se desvanece, acumulamos inercia y vencemos la resistencia.
• Dividir el trabajo grande, que puede resultar abrumador, en tareas pequeñas. Si se trata de
ordenar el clóset, la bodega o la alacena, podríamos limpiar una repisa o gaveta por día.
• Si nos enfrentamos a una acción que puede hacerse en menos de cinco o diez minutos, no es
necesario planificarla sino ejecutarla de una vez.
• Ejercitar la fuerza de voluntad; evitando distraerse con la televisión o las redes sociales.