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TEMA 14.

- EL BARROCO: LA PROSA Y EL TEATRO

Cambios en la literatura: desaparecieron las novelas de caballerías, las pastoriles y las moriscas;
la novela picaresca llegó a su máximo esplendor en el siglo XVII; y surge la novela alegórica.
La novela satírica, la costumbrista, la moralizante y la doctrinal alcanzan un momento de gran
esplendor.

Se distinguen dos grandes apartados en la novela barroca:

1) La prosa narrativa.
La novela picaresca. Destaca el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, novela que sigue la
estructura novelesca de El Lazarillo (relato de ficción en forma autobiográfica con protagonista
de origen deshonroso que lucha por la supervivencia) y añade otros caracteres: intención
moralizadora, amargura y sarcasmo y actitud social crítica.
Otra obra es El Buscón de Quevedo, en la que se rompe el modelo de novela picaresca al
presentar unos personajes muy caricaturescos y al evitar la intención moralizadora.
La novela satírico-costumbrista. La sátira social de costumbres de la época está representada por
El diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara.
La novela filosófico-alegórica. Su máximo representante es Baltasar Gracián, uno de los más
geniales escritores de la época. Su obra más célebre es El Criticón, novela que culmina el
proceso de desnovelización, en la que sustituyó el realismo por el simbolismo y la reflexión
filosófica sobre la existencia y la condición humana con intención moral, y llenó el lenguaje a la
máxima expresión del artificio barroco y del juego verbal.

2) La prosa crítica y moral.


Como consecuencia del pesimismo y el desengaño, los escritores reaccionan con escritos
satíricos y políticos-morales. La literatura adopta varias direcciones:
La prosa satírica. La sátira se convierte en una punzada despiadada y cruel y el maestro
indiscutible fue Quevedo, dotado de un espíritu crítico y burlón y una inagotable capacidad de
ingenio para burlarse de vicios y costumbres sociales. Destaca su obra Los sueños.
La prosa moral y didáctica. Muestra una visión negativa de la vida (como la picaresca). Tiene
una intención didáctica y práctica y está llena de artificio (discurso sumamente elaborado,
repleto de recursos...). Autores representativos: Quevedo (valoró el poder de la voluntad para
alcanzar la virtud, la sabiduría y el dominio de uno mismo) y Baltasar Gracián (concebía la vida
como una lucha llena de trampas que hay que vencer con armas eficaces).
La prosa política. Vuelven a estacar Quevedo y Gracián con obras de reflexión política que
aluden a aspectos de comportamiento público, administrativo o de gobierno.
La prosa de crítica literaria. Quevedo realizó una sátira contra el culteranismo en obras como La
culta latiniparla. Baltasar Gracián escribió el más completo tratado de retórica del Barroco:
Agudeza y arte de ingenio. Y Saavedra Fajardo pasó revista a personajes de las artes y las letras
en su República literaria.

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