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Diagnóstico
El proceso diagnóstico incluye los siguientes apartados: historia
clínica, exploración general y neurológica, y exploraciones
complementarias.
En la historia clínica se debe prestar atención a los antecedentes
vasculares personales y familiares, la instauración ictal o súbita de la
focalidad neurológica y, especialmente, la hora de inicio para valorar
si el paciente puede ser subsidiario de tratamiento fibrinolítico
urgente.
La exploración neurológica debe confirmar la sospecha de una
focalidad neurológica y permitirá realizar una orientación acerca de la
topografía del ictus.
Ictus
Tratamiento
Se debe evaluar el ingreso a unidad de cuidados intensivos y unidad
de cuidados intermedios en los siguientes casos: Enfermedad
sistémica descompensada, inestabilidad hemodinámica, necesidad de
ventilación mecánica, necesidad de monitoreo invasivo.
Manejo de la presión arterial (Ictus isquémico): debe mantenerse una
presión arterial media entre 110 a 120 mmHg, no se debe disminuir
la presión arterial a menos que exista insuficiencia cardíaca, disección
de la aorta, presión diastólica mayor de 120 mm de Hg o sistólica
mayor de 220 mm de Hg.
Ictus
Tratamiento
(Ictus hemorrágico) Evaluación por neurocirugía, ante la posibilidad
de beneficio de terapia neuroquirúrgica.
Mantener la presión arterial media entre 100 - 110 mmHg, para
tratar de mantener una perfusión cerebral adecuada.
Ictus
Medidas generales:
• Oxigenoterapia.
• Aspiración de secreciones.
• Mantener con respaldo a 30º.
• Líquidos intravenosos, evitar soluciones hipotónicas.
• Profilaxis con heparina subcutánea (Ictus isquémico).
• Movilización y fisioterapia temprana.
• Uso de sonda nasogástrica en pacientes inconscientes.
• Sonda vesical cuando sea necesario.
• Acceso venoso central en pacientes con ictus agudo con falla
hemodinámica y que requieran un mejor monitoreo.
Ictus