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HIPERTROFICA
DE PÍLORO
JAVIER ZAQUINAULA NOE
CIRUGÍA I
UPAO - PIURA
EPIDEMIOLOGIA
• se produce en aproximadamente 2 a 3,5 por 1000
nacidos vivos.
• > varones que en mujeres (4: 1 a 6:1)
• > Prematuros que a término.
• Aproximadamente 30%-40% ocurren en los
primogénitos (1,5 > RIESGO)
• < FREC. en los bebés de madres mayores.
• Los síntomas se pueden iniciar desde los 2 meses de
vida, siendo con mayor frecuencia entre las 3-5
semanas y rara vez después de las 12 semanas de
vida
ETIOLOGÍA
exposición a la eritromicina Hiperacidez gástrica
un aumento de las fibras elásticas, de la elastina y del colágeno [que confiere al píloro
un aspecto «cartilaginoso»
- una hipoplasia o incluso una agenesia del frenillo del labio inferior.
SINDROME PACIENTE DE 2 – 6
PILORICO. SEMANAS
SIGNOS TARDIOS
DESHIDRATACION
BAJO PESO
SEVERA
• La palpación de la oliva pilórica.
En cuanto sea posible, debe iniciarse una rehidratación parenteral por vía periférica a
base de suero fisiológico y glucosado de 1,5 veces el gasto basal.
la anestesia debe diferirse hasta que se corrija la alcalosis, ya que esta alcalosis conlleva
un riesgo de apnea posoperatoria evitable si se efectúa la corrección metabólica antes
de la intervención.
El nino debe, por lo tanto, ser intervenido una vez corregidos estos trastornos.
QUIRURGICO.
gástrica y a continuación duodenal (Fig. 3). Puede servir de ayuda un único separador
de tipo Farabeuf. En caso de fracaso, se debe ampliar la incisión. Se mantiene entonces
la oliva entre dos dedos con el fin de fijarla. Se realiza con bisturí una incisión
longitudinal (Fig. 4) de forma superficial sobre toda la longitud del píloro por la parte
antimesentérica hasta llegar al menos a 5 mm del borde gástrico (ya que las pilorotomías
incompletas se suelen encontrar a este nivel).
Se disecan las fibras pilóricas mediante un disector o espá- tula atraumática a lo largo
del eje del píloro (Fig. 5), desde la parte duodenal hasta la parte gástrica. Se realiza una
disección en profundidad mediante un disector con la punta hacia arriba (Fig. 6). De
esta forma, la mucosa queda bien visible (Fig. 7). Al final de la disección, la mucosa
sobresale y no debe quedar tapada por fibras residuales. Se puede comprobar el buen
estado de la mucosa mediante irrigación de la mucosa pilórica e inyección de aire en el
estómago (50-100 ml inyectados rápidamente por la sonda gástrica). Una vez
comprobada la ausencia de corte en la mucosa, se reintroduce el píloro en la cavidad
abdominal sin necesidad de realizar hemostasia en la oliva pilórica cortada (riesgo de
lesión mucosa en caso de hemostasia). Se realiza el cierre parietal con puntos separados,
sobre todo en caso de desnutrición del nino. ˜ Una resección de los ángulos a nivel de la
T de la incisión cutánea permite conseguir una cicatriz semicircular en los pliegues del
ombligo.
COMPLICACIONES
las pilorotomías incompletas
las perforaciones mucosas
las complicaciones de la pared.
La persistencia transitoria de vómitos tras la
intervención no se considera una complicación,
pero debe explicarse a la familia antes de la
intervención.
Las series muestran tasas del 0,3-12% de infecciones
de la cicatriz, del 0-11,5% de perforaciones
mucosas y del 3-60% de vómitos postoperatorios