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Figura 1. Imagen de la filosofía en la edad media extraída de:


https://psicologiaymente.com/cultura/filosofia-medieval

La filosofía en la Edad Media ha sido un tema de gran importancia y relevancia en la


historia de la humanidad. Durante este período, que abarca aproximadamente desde el siglo
V hasta el siglo XV, la filosofía se vio influenciada por varios factores, entre ellos la fusión
de la filosofía griega con la teología cristiana, el surgimiento de las universidades y la labor
de figuras clave que contribuyeron al desarrollo del pensamiento filosófico en esa época.

Uno de los aspectos más destacados de la filosofía en la Edad Media fue la integración de
la filosofía greco-romana con la teología cristiana. Este proceso comenzó con los Padres de
la Iglesia, como San Agustín y San Jerónimo, quienes buscaron reconciliar la fe cristiana
con la filosofía griega, especialmente el platonismo. Más tarde, filósofos como Santo
Tomás de Aquino también desempeñaron un papel crucial en esta síntesis, al incorporar las
ideas de Aristóteles a la teología cristiana, sentando las bases de lo que se conoce como la
escolástica.
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Otro factor importante en el desarrollo de la filosofía en la Edad Media fue el surgimiento


de las universidades. Estas instituciones académicas, como la Universidad de París y la de
Bolonia, se convirtieron en centros de estudio y debate filosófico, donde se enseñaban las
obras clásicas y se discutían cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la realidad, el
conocimiento y la ética. Los filósofos medievales no solo estudiaban a los antiguos
pensadores, sino que también elaboraban sus propias teorías, contribuyendo así al avance
del pensamiento filosófico.

Entre las figuras clave que ejercieron una influencia significativa en la filosofía de la Edad
Media se encuentran Santo Tomás de Aquino, San Agustín, Guillermo de Ockham y Pedro
Abelardo, entre otros. Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, es conocido por su Suma
Teológica, una obra monumental en la que intenta integrar la filosofía aristotélica con la
teología cristiana, argumentando que la razón y la fe no son incompatibles. San Agustín,
por su parte, fue uno de los primeros en utilizar la filosofía para defender la fe cristiana,
influenciado por el platonismo y el neoplatonismo.

Sin embargo, no todo fue positivo en la filosofía de la Edad Media. A lo largo de este
período, la Iglesia desempeñó un papel dominante en la vida intelectual, lo que en
ocasiones limitó la libertad de pensamiento y la innovación filosófica. Asimismo, la disputa
entre la fe y la razón, que ha caracterizado gran parte de la historia de la filosofía, también
se hizo presente en la Edad Media, generando tensiones entre los filósofos que defendían la
primacía de la fe y los que abogaban por el uso de la razón.

En cuanto al futuro de la filosofía en la Edad Media, es importante reconocer que su legado


sigue presente en la filosofía contemporánea. Muchos de los problemas y cuestiones
planteadas por los filósofos medievales siguen siendo relevantes en la actualidad, como la
relación entre la fe y la razón, la naturaleza del conocimiento y la ética. Además, la
influencia de la filosofía de la Edad Media se puede apreciar en la obra de filósofos
modernos, como Immanuel Kant y Martin Heidegger, quienes han retomado y
reinterpretado algunas de las ideas desarrolladas por sus predecesores en la Edad Media.
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En resumen, la filosofía en la Edad Media fue un período de gran importancia y relevancia


en la historia de la filosofía, marcado por la síntesis de la filosofía griega y la teología
cristiana, el surgimiento de las universidades y la labor de figuras clave que contribuyeron
al desarrollo del pensamiento filosófico. A pesar de las limitaciones y tensiones que
existieron en ese período, el legado de la filosofía medieval sigue vivo en la actualidad,
ofreciendo importantes enseñanzas y perspectivas para el estudio de la filosofía en la
contemporaneidad.

Los filósofos de la Edad Media:

Figura 2 Santo tomas de Aquino , Imagen extraída de: https://www.publico.es/psicologia-y-


mente/los-filosofos-mas-importantes-de-la-edad-media/#google_vignette

son figuras fascinantes que han dejado un legado duradero en nuestra sociedad. A lo largo
de la historia, estas mentes brillantes han influenciado el pensamiento y la cultura de su
tiempo, y sus ideas continúan siendo relevantes en la actualidad.

En primer lugar, es importante entender el contexto histórico en el que surgieron los


filósofos de la Edad Media. Este período abarca aproximadamente desde el siglo V al siglo
XV, durante el cual Europa experimentó importantes cambios políticos, sociales y
religiosos. La caída del Imperio Romano de Occidente y la propagación del cristianismo
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marcaron el comienzo de una nueva era en la que la filosofía estaba estrechamente


vinculada a la teología.

Entre las figuras clave de este período se encuentran San Agustín, Santo Tomás de Aquino
y Guillermo de Ockham. San Agustín, obispo de Hipona, es conocido por sus escritos sobre
la teología cristiana y la relación entre la fe y la razón. Sus ideas influenciaron en gran
medida el pensamiento medieval y sentaron las bases para el escolasticismo, una corriente
filosófica dominante en la Edad Media.

Santo Tomás de Aquino, por su parte, fue un teólogo y filósofo dominico cuya obra
principal, la Summa Theologica, es una de las obras más influyentes en la historia del
pensamiento occidental. Tomás de Aquino concilió la fe cristiana con la filosofía
aristotélica, sentando las bases para la escolástica tardía y la filosofía moderna.

Por último, Guillermo de Ockham fue un filósofo y teólogo inglés conocido por su
principio de la navaja de Ockham, que establece que "en igualdad de condiciones, la
explicación más simple suele ser la correcta". Ockham desafió las doctrinas tradicionales de
la escolástica y sentó las bases para un enfoque más racionalista y empírico en la filosofía.

El impacto de los filósofos de la Edad Media ha sido profundo y duradero. Su trabajo sentó
las bases para el pensamiento occidental y contribuyó al desarrollo de la ciencia, la ética y
la política. Aunque algunos críticos han señalado la naturaleza dogmática y conservadora
de la filosofía medieval, otros han elogiado su rigor intelectual y su capacidad para abordar
cuestiones fundamentales sobre la naturaleza del ser humano y el universo.

En conclusión, los filósofos de la Edad Media son figuras fundamentales en la historia de la


filosofía. Su legado ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue siendo objeto de debate y
reflexión en la actualidad. Aunque su enfoque puede parecer distante o abstracto para
algunos, su influencia en la cultura occidental es innegable. Es importante estudiar y
apreciar el trabajo de estos pensadores para comprender mejor nuestra propia historia
intelectual y cultural.

Santo Tomás de Aquino es ampliamente reconocido como uno de los filósofos más
influyentes de la historia. Su filosofía abarca una amplia gama de temas, incluyendo la
metafísica, la ética, la epistemología y la filosofía de la religión. En este ensayo,
analizaremos el contexto histórico en el que vivió Santo Tomás, las figuras clave que
influyeron en su pensamiento, el impacto de su filosofía, así como las perspectivas
positivas y negativas que su trabajo ha recibido.

Santo Tomás de Aquino nació en Italia en el siglo XIII, en un período de gran fermento
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intelectual y cultural conocido como la Edad Media. En ese momento, la filosofía estaba
profundamente influenciada por las enseñanzas de Aristóteles, que habían sido
redescubiertas por los pensadores musulmanes y judíos en el mundo árabe. Santo Tomás
combinó las ideas de Aristóteles con la teología cristiana, creando así un sistema filosófico
coherente que aún se estudia y discute en la actualidad.

Una de las figuras clave que influyeron en el pensamiento de Santo Tomás fue San Agustín,
un filósofo y teólogo cristiano que vivió en los primeros siglos de la era cristiana. San
Agustín defendía la existencia de Dios a través de la fe, mientras que Santo Tomás
argumentaba que la razón y la fe podían coexistir y complementarse mutuamente. Otro
pensador importante para Santo Tomás fue el filósofo musulmán Averroes, cuyos
comentarios sobre Aristóteles influyeron en la interpretación que Santo Tomás hizo de la
filosofía aristotélica.

El impacto de la filosofía de Santo Tomás ha sido enorme a lo largo de los siglos. Sus
escritos han sido estudiados y comentados por filósofos, teólogos y académicos de
diferentes tradiciones religiosas y filosóficas. Su enfoque en la razón y la fe como formas
de conocimiento ha sido especialmente influyente en la tradición católica, donde Santo
Tomás es considerado uno de los principales doctores de la iglesia.

Sin embargo, la filosofía de Santo Tomás también ha recibido críticas. Algunos filósofos
contemporáneos han argumentado que su enfoque en la razón como fuente de conocimiento
es limitado y que ignora otras formas de conocimiento, como la intuición o la experiencia
personal. Además, su posición sobre temas éticos, como la moralidad sexual o la
justificación de la guerra, ha sido objeto de debate y controversia.

En resumen, Santo Tomás de Aquino es una figura crucial en la historia de la filosofía. Su


trabajo ha tenido un impacto duradero en la tradición filosófica occidental y su influencia se
sigue sintiendo en la actualidad. Aunque su filosofía ha sido objeto de críticas y
controversias, su legado perdura y su pensamiento sigue siendo objeto de estudio y
reflexión en todo el mundo.
¿Cómo es la Filosofía Medieval?
Un repaso por la filosofía en la Edad Media y por sus autores más importantes.
Para mucha gente, hablar de filosofía medieval es mencionar algo casi paradójico. Y es que
en nuestro imaginario colectivo está demasiado presente el tópico de que en la Edad Media
“sólo se rezaba”. Pero lo cierto es que existió un pensamiento en el Medievo, que, a pesar
de que fue cambiando a lo largo de los siglos, tuvo unas características propias y bien
definidas.
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El ser humano siempre se ha planteado preguntas y ha buscado dotarlas de respuesta.


Resulta impensable que, durante prácticamente mil años, los hombres y mujeres se
abstuvieran de hacerlo. Y es que, de hecho, la filosofía medieval fue una síntesis
extraordinaria de razón y fe; una época en la que, de la mano de la Escolástica, eruditos de
la talla de San Anselmo de Canterbury o Santo Tomás de Aquino intentaron justificar,
mediante la razón, los preceptos de la fe.
No sólo eso. Porque la filosofía de los últimos siglos del Medievo, de la mano del recién
recuperado Aristóteles (en parte, gracias a los comentaristas árabes), puso las bases de lo
que serían las primeras escuelas empíricas, que eclosionarían en círculos como el de la
Universidad de Oxford y que darían paso, algunos siglos después, a la Revolución
Científica de la Edad Moderna. Casi nada.
Filosofía medieval: el pensamiento de toda una era
A pesar de que la Edad Media es un periodo demasiado largo para sintetizarlo (aunque
algunos autores se entesten en hacerlo), sí que es cierto que, en materia de pensamiento,
existen dos elementos que resultan cruciales. Por un lado, y como no podía ser de otra
manera, la doctrina cristiana, que impregnó toda la cultura medieval y sentó las bases de
Europa. Por otro, la filosofía grecorromana, que no sólo no se olvidó durante los siglos
medievales, sino que se fusionó con el cristianismo y dio origen a corrientes filosóficas tan
inherentes a la Edad Media como el neoplatonismo.

De san Pablo a San Agustín: la génesis de la filosofía medieval

Para rastrear los orígenes del pensamiento de la Europa medieval debemos adentrarnos en
los primeros siglos del cristianismo. En concreto, en las predicaciones de san Pablo, el
verdadero artífice de la religión cristiana.

Y es que el cristianismo tal y como lo conocemos no nace con la muerte de Cristo. En un


principio, los seguidores del mesías eran judíos, y en el seno de la nueva religión no se
admitía a los gentiles, es decir, a los no judíos. Está comúnmente aceptado que el momento
de apertura universal y definitiva del cristianismo vino con el apóstol Pablo, y, con él, el
ingreso del resto de ciudadanos del mundo romano a la doctrina. Para facilitar la
comprensión de la nueva religión, los cristianos paulinos se acercaron a la filosofía clásica,
en concreto, al platonismo. Así, Dios se asimilaba a la idea de Uno y las ideas de Belleza y
Bien. Algunos autores, como Orígenes (184-253), intentaron sintetizar las ideas de Platón
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con el cristianismo, aunque otros pensadores, como Tertuliano (160-220), se negaron a


aceptar filosofía pagana en el seno de la nueva religión.

Sea como fuere, el campo estaba ya abonado y, en los siglos sucesivos (y, en especial, tras
Agustín de Hipona) el cristianismo se impregnaría definitivamente de filosofía clásica,
fusión que ya sería una constante durante el Medievo. Precisamente San Agustín (354-430)
representó una figura clave en este sentido, puesto que sentó las bases de la que sería la
futura Escolástica medieval; en otras palabras, la voluntad de definir y justificar la fe a
través de la razón.

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