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EL TLC: ¿UNA OPORTUNIDAD O UNA CONDENA PARA COLOMBIA?

NICOLAS FORERO PARRA

Como resultado del complejo proceso de la globalización y la predominancia de las


medidas neoliberales que dirigen las políticas económicas y diplomáticas en el mundo, los
TLC o tratados de libre comercio se han consolidado como la estrategia más evidente para
impulsar y dinamizar la economía entre países que se comprometen a disminuir los
obstáculos que impidan acuerdos comerciales beneficiosos que permitan a cada país ser
competitivo en el contexto internacional. De hecho, es exactamente ese el objetivo de los
TLC: Brindar oportunidades para comerciar entre países. De esta forma, en el presente
siglo sea evidenciado el afán de naciones por consolidar acuerdos que le permitan exportar
sus productos y darse a conocer ante el resto del mundo. La situación globalizada ha
mostrado la batalla campal en la que los más poderosos pretenden imponer su economía y
utilizar a aquellos menos competitivos para engrandecer su economía, mientras que otros
tratando de no quedarse atrás ni dejar su economía decaer han tratado por diferentes medios
conjeturar diferentes tratados con la esperanza de impulsar su incipiente industria.
Entonces, ¿Es justificable exponer una economía no tan competitiva ante las directrices de
las potencias? ¿Será que un país en vía de desarrollo puede beneficiarse igual que las
potencias? Es por esto que en el presente ensayo se analizará la forma en la que la
aplicación del TLC ha afectado a Colombia, a su vez que se argumentará si es viable o no
que el país direccione sus esfuerzos para seguir las políticas neoliberales contemporáneas.

Como primer aspecto se puede hablar sobre un poco de la historia de los TLC en
Colombia. Por ende, cabe resaltar que hasta 1991 el país aplicaba una doctrina más
proteccionista, es decir, su economía no era abierta ni exportaba. Pero esto cambió durante
el gobierno de César Gaviria quien intentó desarrollar una apertura económica en el país. A
partir de allí, transcurrieron varios años en el que el país intentaba adaptarse a la
competencia internacional hasta que en mayo de 2012, durante el gobierno de Juan Manuel
Santos se firma el TLC con EE.UU, criticado fuertemente por algunos economistas y a su
vez ha generado controversia en cuanto si ha beneficiado verdaderamente lo que se acordó
al país. Para esto se puede citar a la autora Bárbara Bécares, quien en su investigación
llamada “TLC en Colombia: Un análisis a las ventajas y desventajas de nuevos tratados de
Libre Comercio” explica que “Las economías emergentes son las que salen perdiendo
porque la eliminación de barreras comerciales puede abrir, dentro de algunas industrias
nacionales, una competencia muy complicada de sostener. Algunos mercados
internacionales no están en el mismo nivel que la industria nacional y son capaces de
producir una forma determinada de producto más barato que en muchos países latinos,
siendo el caso de China, ya que la mercancía proveniente de este gigante asiático inunda el
mercado local a precios mucho más baratos”. En otras palabras, los TLC pueden
desestabilizar la industria y la economía nacional colombiana porque esta no es tan
competente comparado con las potencias mundiales, lo que podría llevar en la práctica que
desaparezcan muchas industrias ye empresas para dar cabida a lo extranjero. Otro tema que
critican los expertos es que se realizan prácticas donde “todo vale”, por lo que para ser
competitivos utilizan estrategias destructivas como contaminación, pérdida del valor de la
mano de obra, productos de mala calidad, entre otros. Pero con esto no se pretende decir
que todos los TLC sean malos, sino que es una realidad que las economías emergentes
como Colombia están muy por debajo de la productividad de EE.UU o China, quienes son
los más beneficiados y los que menos riesgos tienen de perder sus industrias.

Como aspecto relacionado con lo expuesto con anterioridad se puede mencionar las
ventajas que le ha traído este tratado a Colombia, y para ello se tendrá en cuenta los
argumentos del periódico digital de la Universidad Nacional de Colombia publicado en
mayo de 2019 y se titula “7 años después de la firma del TLC con EE.UU”, en la que
expone la situación general y un balance entre el antes y el después de la firma para
establecer conclusiones. Entonces, entre los aspectos positivos se mencionaba,
parafraseando al autor, que en un principio este tratado es significativo para los
consumidores, quienes pueden acceder a productos y servicios que antes no existían, a la
vez que pueden decidir qué productos comprar y a quién, es decir, ha habido mayores
libertades económicas. También se puede mencionar el incremento de exportaciones,
especialmente de productos y servicios no tradicionales, aumento de la inversión extranjera
y la generación de más puestos de empleo pues se requería personal más apto y capacitado
para ser competitivo. Sin embargo, se menciona que tales acuerdos se olvidaron y hoy en
día el TLC no ha sido tan significativo como se creía por “la desprotección de sectores
productivos poco beneficiados con la negociación del Tratado, el desajuste en materia de
ingresos tributarios, ya que al eliminar los aranceles se podría ahondar el déficit fiscal
nacional y la poca capacidad de adaptación de las empresas nacionales frente a los
estándares internacionales de producción.” Para comprobar esta tesis se puede recurrir a
datos estadísticos expuestos en el mismo documento, de los que llaman la atención: “Desde
la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos la balanza comercial del país pasó de
positiva a negativa. Según las estadísticas del DANE, en 2012 Colombia tenía un superávit
de 8.244 millones de dólares y a partir de 2014 se generó un déficit sostenido, situación que
no se presentaba desde finales del siglo XX. Además, 2018 cerró con un déficit de 1702,6
millones de dólares, lo cual representa una pérdida de 11.192 millones de dólares (31.2
billones de pesos), desde la implementación del acuerdo”. Más adelante se menciona que
“El comercio con los Estados Unidos (Exportaciones + Importaciones) se ha reducido entre
2012 y 2019, pues pasó de ser de más de 36.011 millones de dólares a 23.627 millones de
dólares, lo que significa una reducción de 34,4 %. De igual manera, Colombia ha venido
perdiendo peso en el monto de exportaciones hacia Estados Unidos en más de 11.280
millones de dólares (unos 37 billones de pesos), lo que representa una reducción de 51,7
%”. Ante esto, se puede plantear la postura que se necesita replantear los acuerdos del TLC
de acuerdo con la realidad del país porque el TLC con los Estados Unidos no le ha brindado
a Colombia los beneficios económicos que se esperaban, lo que necesita es que Colombia
mejore en productividad y eficacia porque de esta forma estos tratados serán muy
beneficios, de lo contrario, el país no está en las condiciones para competir en los mercados
internacionales.

Continuando el hilo argumentativo se ha comprobado que el TLC no ha sido muy


beneficioso para Colombia, entonces ¿Colombia debería negarse a realizar estos tratados
porque su economía es poco competitiva? La respuesta es claramente que NO porque el
país no está en condiciones para aplicar una doctrina proteccionista, pues se evidencia que
es necesario el comercio con otros países para financiar sectores como la industria y la
tecnología. Además se ha comprobado que otros pactos económicos como el CAN o el
pacto con Panamá y Chile de 1993 han sido una oportunidad para el progreso y prosperidad
de varios sectores, lo que comprueba que el problema no es el pacto sino los acuerdos y la
aplicación. Por eso Colombia debe replantear su mirada económica y tratar de negociar en
mejores condiciones el TLC. Para finalizar se debe resaltar la importancia del bienestar
social ante los TLC, es decir, para saber si un TLC es beneficioso para un país, basta con
analizar el impacto social, pues de nada sirve un tratado que perjudique o genere
descontento y oposición entre la población civil. De hecho, esto es exactamente una de las
mayores críticas al TLC, y por eso se puede citar a la ya mencionada Bárbara quien
menciona que “un ejemplo práctico va relacionado con los campesinos de Colombia que
sufren el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y que han llevado a cabo una gran
cantidad de paros desde que este se firmara, para mostrarse en contra. En los últimos seis
años las importaciones de leche se han más que triplicado, pasando de 9727 ton en 2006 a
33728 el año pasado, según cifras de la Dirección Nacional de Estadísticas”. Ante esto se
puede decir que es muy respetable su opinión porque cómo es posible que un país tan
productivo en tierra que tiene todos los pisos térmicos con grandes hectáreas de tierras
cultivables para cualquier producto, esté importando productos de primera necesidad. Con
esto se evidencia que EE.UU no le está interesando beneficiar a Colombia sino beneficiarse
a él. Para finalizar se puede plantear una reflexión basados en la Tesis de Francisco Giraldo
Isaza, profesor de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia de título
“Antecedentes y desventajas del TLC para un país como Colombia” en la que se afirma que
“con la teoría neoclásica moderna se creería que el libre mercado y la competencia podrían
llevar a la economía colombiana hacia una mayor eficiencia, productividad, crecimiento y
bienestar. Sin embargo, la teoría no describe adecuadamente lo que realmente sucede: el
mercado no funciona tan bien como se prescribe y en la vida real el comercio no es
ciertamente libre y justo”. De acuerdo a esto, el tema del TLC suena muy beneficioso pero
hay que tener en cuenta si Colombia está apta para estos tratados.

En conclusión, los TLC son una evidente oportunidad para potenciar el comercio
internacionalizar, mejorar las relaciones entre los países, dinamizar las exportaciones y
afianzar la globalización. Su ejecución y puesta en práctica deben llevarse a cabo mediante
acuerdos legales y tener en cuenta las realidades y la competitividad entre los miembros,
de lo contrario, estos serían desventajosos para los países emergentes o en vía de desarrollo.
Muestra de ello es Colombia, el cual estableció un TLC con los EE.UU, pero los resultados
no han sido los esperados, beneficiándose más este último que el país latinoamericano con
una economía menos competitiva. Una posición al respecto es que estos son positivos
porque ayudan a que un país pueda exportar e importar aquello que necesita, pero para que
en el caso colombiano esto suceda, los acuerdos deben ser acordes con el país, pues no se
puede pretender que el país importe productos de primera necesidad o que importe más de
lo que exporta a EE.UU, de lo contario, con una economía estable y con grandes recursos,
Colombia sí se beneficiará de estos tratados.

REFERENCIAS

https://unperiodico.unal.edu.co/pages/detail/siete-anos-despues-colombia-sigue-en-
desventaja-en-el-tlc-con-estados-unidos/

https://www.siliconweek.com/cloud/tlc-en-colombia-un-analisis-a-las-ventajas-y-
desventajas-de-nuevos-tratados-de-libre-comercio-60361

https://revistas.uptc.edu.co/index.php/cenes/article/view/203
Investiga ¿Qué tan importante ha sido y es el café en la economía colombiana?

Históricamente se puede afirmar que el café ha sido un producto que ha tenido un rol muy
predominante en la economía colombiana. De hecho, tal como lo expresa José Alberto Pérez en la
sinopsis de su libro “Economía cafetera y desarrollo económico en Colombia”, “Los colombianos
no podemos olvidar que el café ha sido uno de nuestros productos de exportación más
importantes. Su nivel de producción es tan alto que compromete a 590 municipios y los
departamentos andinos del país. El área disponible para el cultivo del café es de cerca de 3,6
millones de hectáreas y se cultiva en 970 mil hectáreas, empleando a las familias propietarias de
los predios cafeteros, y a miles de recolectores de café, que conforman el grueso de los
trabajadores indirectos e indirectos, situación que determina que ésta sea nuestra industria
emblemática”. Desde un punto de vista personal es evidente el papel que ha tenido este producto
en el país ya que además de ser un producto de consumo primario, ha sido el motor de varios
departamentos y le ha otorgado un renombre al país en un contexto internacional. Sin embargo,
llama la atención cómo las distintas fuentes resaltan que si bien el café jugó un papel
preponderante en el desarrollo económico del país durante casi un siglo, hoy en día su
importancia es micho menor, pero sigue siendo un fuerte creador de empleo. Al respecto, se
puede mencionar al ensayo monográfico “Historia y Economía del Café en Colombia” en la que se
explica que “La agroindustria del café se ha contraído visiblemente debido a la baja de los precios
internacionales, repercutiendo de manera considerable sobre el resto de la economía nacional”.
También se muestra una gran preocupación al respecto porque “las ventajas comparativas a nivel
internacional no favorecen a la producción y realización del café, además con el incremento de los
costos de producción, este sector pierde espacios de competitividad en el mercado externo, lo que
puede llevar a agudizar la crisis agraria, aumentar los índices de migración a la ciudad, pobreza y
miseria.” Más adelante se menciona la importancia al afirmar que “Históricamente el café ha sido
un soporte material de la acumulación interna de capital, estrechamente vinculado con los
orígenes de la industria nacional y con el despliegue del mercado interno, es decir, ha sido fuente
de financiamiento para el resto de la economía del país y permitió vincular la economía nacional
con la internacional”.

El café se produce en 590 municipios del país,


se utilizan aproximadamente 3,6 millones de
hectáreas, y como consecuencia son muchas las
familias que se sostienen gracias al desarrollo
de esta economía, no solo como propietarios y
beneficiarios directos de su explotación, si no
por aquellos trabajadores que son utilizados
para la siembra, cuidado y cosecha del mismo,
generando un 26% del empleo agrícola
existente en el país.
https://www.monografias.com/trabajos3/histocafe/histocafe.shtml

https://www.banrep.gov.co/es/borrador-710

https://www.gestiopolis.com/reflexiones-sobre-la-economia-del-cafe-en-colombia/

https://blog.elinsignia.com/2017/11/08/ea-la-importancia-del-cafe-en-colombia/

CAMPO CIUDAD
Es un lugar más tranquilo y en el que es la vida en las ciudades se reconoce
posible encontrar la relajación tanto como menos saludable por múltiples
física como mental. El campo es un factores, entre ellos el estrés, la
lugar mucho más tranquilo que la ansiedad, la violencia, el crimen y la
ciudad, no solo por la cantidad de exposición permanente a
habitantes, sino también en por el estilo contaminantes ambientales.
de vida, mucho más relajado y en el que
se está continuamente en contacto con
la naturaleza.

En los pequeños pueblos o en el campo En las grandes ciudades, por el


podremos vivir con más espacio ya que contrario, las casas y edificios se
existe una menor densidad de construyen unos pegados a los otros,
población y normalmente podremos ya que la tierra es el bien más escaso y
vivir en casas más grandes y con mucho por ende más caro.
más espacio que en las ciudades. Esto
ha cobrado especial importancia debido
a la cuarentena exigida por la pandemia
del coronavirus o COVID-19 que ha
obligado a la población a permanecer
largos periodos dentro del hogar.

Una de las principales ventajas de vivir En las ciudades existen problemas de


en el campo es el contacto con la contaminación y el aire que respiramos
naturaleza, la posibilidad de estar en un día a día puede influir en nuestra calidad
entorno sin polución. de vida y en nuestro estado de salud.

la creciente tecnificación ha llevado a En las grandes ciudades se encuentran la


que cada vez se requieran menos gran mayoría de sedes de las grandes
personas para realizar las tareas empresas y escuelas de formación, por lo
agropecuarias, y eso hace que las que existen muchas más posibilidades de
nuevas generaciones, cuando llegan a la
desarrollo profesional, por tanto si
edad en que deben incorporarse al
mercado laboral, tengan dificultades consideras que la proyección profesional
para hacerlo localmente. Esto ha es el motor de tu vida la ciudad es tu
motivado en gran parte el abandono de mejor elección.
las áreas rurales en diferentes puntos
del país.

En el campo hay menos habitantes y La densidad de población es mucho mayor


viven de forma más dispersa. en las ciudades que en el campo.

Es un lugar más tranquilo y en el que es Las ciudades son grandes alternativas de


posible encontrar la relajación tanto arte, cultura y ocio, por lo que es posible
física como mental. realizar muchas actividades divertidas
relacionadas con iniciativas grupales

Según una investigación realizada por la Vivir en la ciudad aumenta en un 21%


Sociedad Española de Medicina la probabilidad de padecer un trastorno
General, algunos factores ambientales de ansiedad, además de ser un factor de
del campo favorecen a sus habitantes riesgo de sufrir depresión o esquizofrenia
ya que sufren menos casos de cáncer,
padecen menos hipertensión y
desarrollan menos trastornos
psicológicos, como son la ansiedad y la
depresión

Las personas que viven en el campo son Acceso a los servicios públicos de
más propensas a tener enfermedades educación, sanidad y cultura. Existe un
infecciosas y a las crisis cardiovasculares mayor acceso a las diversas instalaciones
agudas, debido al tiempo que tardan los de estos servicios.
servicios médicos en atenderles.

Hay una gran deserción escolar, debido La educación en las ciudades es diferente
principalmente a las dificultades para a la del campo. Si pensamos en una
acceder a los centros de educación, la metrópolis, podemos imaginar grandes
carencia de transporte o porque deben campus universitarios, que pretenden
trabajar desde muy temprana edad. No cubrir las necesidades laborales de ese
hay muchas escuelas. Hay mayor tasa contexto.
de analfabetismo Así, por ejemplo, para
efectuar trámites, para cursar estudios
superiores o para obtener asistencia
médica más especializada, la población
rural se ve obligada a trasladarse a
algún centro urbano.

En el campo hay un neto predominio de En las ciudades predominan las


actividades primarias, esto es, actividades terciarias, sobre todo de
producción de materias primas para provisión de bienes y servicios.
En las ciudades los terrenos se necesitan
abastecer a diferentes industrias
para construcción de viviendas y servicios,
(fundamentalmente la alimenticia y la como hospitales, escuelas, oficinas
de la construcción). En el campo el públicas, etc. Esto impacta en la calidad de
suelo se usa casi en su totalidad para la vida de la gente, que en las grandes
actividad primaria, esto es, para los ciudades casi no tiene áreas de
cultivos o para criar ganado. esparcimiento.

En el campo, por el contrario, se En las ciudades predominan imponentes


mantienen mayormente los elementos moles de asfalto, concreto y acero, que en
del paisaje natural, que otorgan una verano actúan como superficies de
amplia gama de colores y formas y absorción de calor y tapan gran parte del
dejan al descubierto el cielo, espacio aéreo.
tornándose en un sitio más confortable.

Al haber menos gente, un ritmo de vida A menudo se generan componentes


más pausado y ámbitos de psicológicos adversos en los que
sociabilización más acotados, cada predomina la sensación de anonimato
individuo se siente siempre reconocido
como un ser único, que mantiene su
identidad frente a sí mismo y frente a
los demás.

Para mi familia y para mí ha sido más significativa la vida en la ciudad por cuestiones sociales y
sobre todo económicas, pues las oportunidades de empleo y de estudios han permitido el
sostenimiento y la buena calidad de vida de mi familia. Sin embargo, algunos familiares viven en el
campo y pasar el tiempo allá ha sido muy significativo por la conexión con la naturaleza, la
tranquilidad y dejar de lado el estrés y la vida rutinaria de la ciudad.

https://www.amparocalandinpsicologos.es/vivir-en-el-campo-o-en-la-ciudad/

https://psicologiaymente.com/miscelanea/diferencias-campo-ciudad

https://www.caracteristicas.co/campo-ciudad/

https://www.santalucia.es/blog/ventajas-beneficios-vivir-campo-la-ciudad/

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