A partir de estos eventos surgen nuevas actas entre los congresos de ambos
gobiernos los cuales dieron el inicio y finalmente la firma de las negociaciones del
TLC.
Además del TLC con Estados Unidos, conocido como Acuerdo de promoción
Comercial, Colombia ha firmado diversos Tratados de Libre Comercio con otros
países y que a la fecha están en vigencia tales como; TLC con el Triangulo Norte
de Centro América, (Guatemala, El salvador y Honduras); TLC con Chile, TLC con
México, TLC con Canadá y TLC con la Unión Europea.
El Tratado del Libre Comercio no solo abarca una integración económica, social y
política regional, esto conlleva también aspectos de presupuesto, política fiscal,
movimiento de personas, mejoras ambientales, mutua cooperación, solución de
controversias y organismos políticos comunes.
Este tratado es una gran oportunidad para la producción colombiana, para
aumentar la inversión y competitividad, lograr la expansión hacia un gran mercado
y la generación de empleo, ya que la economía de un país no se mide solo por el
Pib que produzca sino también por la burocracia y poder político que establezcan.
A pesar de las innumerables críticas al TLC Colombia- E.U, sobre todo para
aquellos trabajadores que conforman las centrales sindicales, los cuales
manifiestan estar en desacuerdo con dicha implementación por verse afectados
directamente, ocasionando precariedad en las condiciones laborales en el país,
violencia sindical, y por verse afectados sectores como el campesino.
A tan evidente oposición, es preciso aclarar que en el largo plazo del tratado se
verán reflejado los beneficios esperados logrando una economía más globalizada,
a pesar que algunos sectores de la economía se vean afectados y no estén
preparados para afrontar dicho Tratado, se podrán diseñar posibles alternativas
para mejorar su sostenimiento y evitar su deterioro.
El cierre de la negociación del Tratado de Libre Comercio –TLC- de Colombia
con los Estados Unidos representa un gran éxito de la política de integración
comercial con el mundo, que viene adelantando el gobierno colombiano. Con
el TLC, Colombia logra acceso preferencial permanente a los Estados
Unidos, que se suma al que ya tenemos en México y los países de
Suramérica.
Colombia ahora hará parte de un reducido grupo de países con acceso
preferencial al mercado estadounidense. Este acceso privilegiado es una gran
oportunidad para nuestro país, es el espacio comercial que necesitamos para
aprovechar nuestra energía empresarial y transformarla en bienestar y
riqueza para todos. Los colombianos tenemos grandes cualidades. Podemos
competir con el resto del mundo exitosamente. El TLC abre oportunidades y
retos y los colombianos, mediante un trabajo conjunto entre el gobierno y los
ciudadanos, estamos a la altura del momento histórico y podemos hacer los
ajustes y cambios que determinarán un mejor futuro para todos nosotros.
El TLC es una gran oportunidad histórica para Colombia por tres razones. En
primer lugar, estamos aprovechando la oportunidad de consolidar para el país
las preferencias que nos fueron otorgadas en el ATPDEA, gracias a las cuales
han evolucionado importantes renglones de exportación como las flores, los
textiles, el calzado, y los cigarrillos, sólo para citar algunos casos. ATPDEA
representó US$ 4.935 millones de exportaciones en 2005, el 52.8% de lo
exportado a EEUU. En segundo lugar, estamos ganando espacio en
comparación con otros países que son nuestros directos competidores en el
ámbito internacional. Los países que ya tienen un TLC como Chile, México y
los países centroamericanos no podrán tomarnos ventaja ganando un espacio
comercial importantísimo para Colombia, sin el cual nuestras exportaciones se
reducirían considerablemente y los demás países serían mucho más
atractivos para nuevas inversiones. En tercer lugar, estamos ganando una
herramienta muy importante para ganar competitividad y para conquistar
mercados antes de que países como China e India lo hagan.
Estados Unidos es la mayor economía del mundo (32% del PIB del mundo
en 2003) y es un mercado con alto poder de compra; su ingreso per cápita en
2004 fue de US$ 35.500, en tanto que el de Colombia fue de US$ 2.000. Es
una economía que compró a los demás países del mundo bienes por US$ 1.4
billones en 2004, que equivalen a casi 200 veces nuestras exportaciones
hacia ese mercado.