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Sindicatos y Contratos Colectivos de Trabajo

Muy buenos días a todos

El Presidente de la República presume con insistencia la política laboral de su


gobierno. Elogia las bondades de la reforma a la ley federal del trabajo del 1º de
mayo de 2019, y destaca el impulso a la libertad y a la democracia sindical.

Pero veamos lo que sucede en la realidad, más allá de los discursos y de la misma
ley. Los trabajadores sindicalizados en México apenas alcanzan el 12.7%.
Porcentaje bajísimo, problema que —ciertamente— no es nuevo. Pero que tampoco
se está resolviendo. En los primeros cuatro años de este gobierno solo creció el
0.3% el número de sindicalizados. Prácticamente, nada. Aceptando sin conceder
que ahora los sindicatos fueran más democráticos, tal democracia abarcaría solo a
una pequeña parte de los trabajadores mexicanos.

Para sorpresa de muchos, las reformas legales en materia laboral impulsadas por el
gobierno no están dando los resultados esperados. El defecto en sus análisis
consiste en que ven los fenómenos como hechos aislados, fuera del contexto que
los determinan.

Basta recordar que 6 de cada 10 trabajadores se encuentra en la economía informal


(vendedores ambulantes, trabajadoras domésticas, negocios familiares, etc.) y en
consecuencia ajenos a toda organización gremial. Tampoco favorecen la
sindicalización el trabajo temporal, la rotación de personal, la flexibilidad laboral,
la permanente amenaza de despido para quienes sean catalogados como
“revoltosos”, etc. Si no se atienden estos problemas, de muy poco servirán las
alabadas reformas. Además, muchos trabajadores no saben para qué sirven los
sindicatos, porque los sindicatos no les han servido para nada, como no sea para
cobrarles las cuotas sindicales.

Los sindicatos son la unión de los trabajadores para el estudio, defensa y


mejoramiento de sus condiciones laborales. Los aumentos en salarios y
prestaciones deben plasmarse en un Contrato Colectivo de Trabajo, que se aplique
a todos los trabajadores de una empresa o establecimiento. Pero existían muchos
“contratos de protección” patronal firmados a espaldas de los trabajadores,
pactados entre los “líderes charros” y los representantes de las empresas. Los
trabajadores, comúnmente, no conocían ni el CCT, ni a los dirigentes sindicales y
menos los estatutos del sindicato que supuestamente los representaba.

La reforma laboral de 2019 estableció el procedimiento para la legitimación de los


CCT. ¿Qué es la legitimación del Contrato Colectivo? Es el procedimiento mediante
el cual los trabajadores aprueban o rechazan el Contrato Colectivo que rige en su
centro de trabajo. Si la mayoría de los trabajadores vota por el sí (o sea, que
aprueban el contrato: el sindicato titular confirma que representa a la mayoría de
los trabajadores y tiene derecho a seguir revisando el Contrato Colectivo
legitimado). Pero, si en la consulta gana el no (es decir, que la mayoría de los
trabajadores rechaza el contrato colectivo, éste será anulado por ministerio de ley y
el sindicato ya no representará a los trabajadores. Por lo pronto, en esa empresa no
habrá Contrato Colectivo.

Se concedió un plazo de cuatro años para la realización de las legitimaciones de


Contratos, plazo que terminó el pasado 1º de mayo (todavía podrán llevar a cabo la
consulta los sindicatos que hicieron su solicitud antes de esa fecha y cuyo
procedimiento se encuentre en trámite).

Según datos difundidos por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de 139 000
contratos colectivos depositados ante la propia Secretaría y ante las Juntas Locales
de Conciliación y Arbitraje solo se legitimaron cerca de 20 000. La conclusión
obligada es que la gran mayoría de los trabajadores mexicanos no está organizada
en sindicatos y no está protegida por Contratos Colectivos.

A este preocupante cuadro súmele el desempleo, los bajos salarios, las precarias
condiciones laborales, la creciente pobreza (causa principal de la emigración), la
marginación, la inflación, los malos servicios de salud pública, la inseguridad
reinante en todo el país, etc. Ahora, pregúntese ¿qué puede presumir el presidente
López Obrador? ¿Por qué deberíamos estar felices, como predica el Presidente?

Retomemos el tema de la Legitimación. Si el CCT fue rechazado en la consulta, se


da por terminado; pero los derechos de los trabajadores no se pierden. No se debe
reducir ni sus salarios ni sus prestaciones (días adicionales de vacaciones y
aguinaldo, bonos de productividad, bonos de transporte, fondo de ahorro, gastos
funerarios y demás prestaciones contenidas en el CCT rechazado). Ahora sus
derechos deberán establecerse en los contratos individuales de cada trabajador.

Si los trabajadores no se organizan en sindicatos que realmente los representen, si


no sustituyen al viejo charrismo sindical por un sindicalismo auténtico, se verán
obligados a negociar en estado de necesidad. Cada trabajador tendrá que negociar
por separado su salario y sus condiciones laborales; por su debilidad no le quedará
más que supeditarse a lo que le ofrezca la empresa.

Esto lo entienden muy bien los dirigentes de la COPARMEX (principal


organización patronal del país) quienes dijeron “estar encantados con la reforma
porque lo más probable es que ahora sí podrán tener relaciones directas con los
trabajadores sin mediación sindical”. Se hace realidad su sueño dorado de debilitar
a los sindicatos y fortalecer la tendencia empresarial de construir ambientes libres
de sindicatos. Miren por donde saltó la liebre.
Por otra parte, ¿cuál es la situación de los trabajadores que no están protegidos
por ningún contrato colectivo: ya sea porque rechazaron el contrato colectivo que
tenían, porque no realizaron el procedimiento de legitimación o porque nunca lo
tuvieron?

Los trabajadores pueden, y en mi opinión deben, formar sindicatos auténticos que


realmente los representen y defiendan sus intereses o unirse a alguno de los ya
existentes que tengan estas características. Los nuevos sindicatos deberán luchar
por obtener la titularidad del contrato colectivo de trabajo en cada empresa.

La Defensoría Nacional de los Trabajadores, por mi conducto, les ofrece


gratuitamente la asesoría jurídica y sindical necesaria para la formación y
desarrollo de sus organizaciones sindicales y para la recuperación de sus Contratos
Colectivos de Trabajo. No duden en contactarnos a través del teléfono y redes
sociales que han estado apareciendo en la parte inferior de este video.

De nada sirve abandonar el viejo y corrupto charrismo sindical representado por la


CTM, CROC, CROM, CTC entre otras centrales que surgieron y se desarrollaron al
amparo de los gobiernos del PRI y caer en las garras de los sindicatos igualmente
corruptos prohijados por el gobierno de la cuarta transformación, como es el
Sindicato Minero dirigido por Napoleón Gómez Urrutia (que por cierto, en otros
tiempos era del PRI) o la Confederación Auténtica de Trabajadores y Empleados de
México (CATEM) dirigida por el empresario Pedro Haces Barba. Ni tampoco
pueden confundirnos los sindicatos supuestamente independientes como los
gansters de la Liga Sindical Obrera Mexicana dirigidos por abogados de morena y
con fuertes vínculos con los sindicatos gringos. Como dice el dicho “tan malo el
pinto como el colorado”.

Compañeros trabajadores: debemos conformar nuestros sindicatos como


herramientas de lucha para lograr mejores condiciones de vida y de trabajo,
debemos exigir que nuestros derechos queden establecidos en los Contratos
Colectivos para evitar que los abusivos patrones los desconozcan. No podemos
confiar en un gobierno y en un partido que se alía con los poderos para perpetuarse
en el poder. Nuestros aliados naturales son los obreros y campesinos de México.

Aprovechemos la oportunidad para rescatar nuestros sindicatos.

Muchas gracias por su atención, nos vemos en el próximo video.

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