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INTRODUCCION «Ni se trata exactamente del sefior Thiers, ni del burgués medio, ni del grosero por antonomasia. Mas adecuadamen- te cabria identificarle con el perfecto anarquista, con lo que impide que nosotros lleguemos nunca a ser el anarquista perfecto, quien, al seguir siendo humano, seguiria haciendo ostentacion de cobardia, fealdad, suciedad, etc.» En el articulo biblicamente titulado «Paralipoémenos de Ubu»', Jarry se refiere en los términos que anteceden al que habria de llegar a ser el mas popular de sus personajes. El mas popular, si, en cuanto mas denostado y ensalzado, pero quizas, en definitiva, el peor comprendido hasta el pre- sente. Y es que la cabal comprensi6n, cuando se trata de uno mismo —y Ubt es cada uno de nosotros, cada uno de los ciudadanos que desde la Revolucién de 1789 venimos consolidando nuestro inalienable derecho a llegar a osten- tar (si las urnas o el secretariado general lo consideran con- veniente) la condicion de gobernantes—, es que la cabal comprension, repito, requiere de una capacidad de autocri- tica que todavia rebasa con mucho, por desgracia, a finales del siglo xx, a la del mas desencantado de los mat as dialécticos. Siendo asi que, por muchas y muy diversas ra- zones, estamos entrando actualmente, y a escala no sdlo de 1. Publicado en la Revue Blanche de fecha 1.° de diciembre de 1896, aparecida la vispera del estreno de Ubu Rey. nuestro ambito de cultura —jdejemos de una vez de mirar- nos el ombligo!—, en la universal era del universal desen- canto. Su intringulis tiene la redundancia, Dos caminos se abren ante el comentarista cuando de lo que se trata es de pergefiar unas lineas a proposito de la creacién ubuesca de Alfred Jarry. El primero, clasico y em- pedrado de consideraciones de critica literaria y teatral, parte obligadamente de la anécdota de la paternidad del Ubu Rey, y viene a desembocar en el reconocimiento de su multifacética trascendencia para la escena de nuestros dias. El segundo, algo mas novedoso y todavia menos transitado que el anterior —que tampoco lo esta demasiado—, intenta enlazar autor y obra como punto de partida, con, como estacion-término y hasta como objeto de especifico estudio, ese publico —lector o espectador, precisemos— que ante ellos, y a manera de representante de la sociedad del futuro a la que una y otro se dirigieron, con mas fuerza cada vez patalea o se extasia porque, para suerte de todos, empieza ya a vislumbrar, en lo que al principio le pareciese estupido, alguna cosa que otra. En el conglomerado que conforma el pavimento de esta segunda via entran en mayor propor- cién, sin duda alguna, integrantes de indole politica, filosé- fica, sociolégica y hasta econdmica, y pierden importancia hasta casi difuminarse, aquellos que, obsoletamente, se adscriben en tuerta exclusividad a la ciencia que, bacantes aun por los cerros de su particular Arcadia, algunos siguen teniendo la osadia de considerar, a lo sumo, como gaya. Encrucijada la descrita en la que, por nuestra parte, sola- mente nos permitiremos tomar tierra una vez voluntaria- mente dejada al margen, claro esta, y entre otras de corte lingiiistico, semantico, semidtico, etc., la cuestion cada dia mas palpitante de los movedizos limites entre el indagar poético y aquella otra forma de conocimiento que, aunque con menos infulas a cada puerta que abre, se sigue auto- proclamando exacta. Cuando Jarry llega al Paris de 1890, justo a tiempo de asistir a la fundacion del Mercure de France, dirigido por Valette, y del Théatre d'Art —que después se llamaria de lGEuvre— de Paul Fort, la sensibilidad del agonizante si- glo esta al ciento por ciento revolucionada. Agrupados por libérrima decisién en torno a Mallarmé, los poetas admira- dores de Verlaine y que han sabido asumir el mundo reve- lado por Baudelaire, se han lanzado a una apasionada ex- ploracién del inabarcable universo de las «correspondan- ces». El simbolismo triunfa también en las demas ramas de la literatura, al igual que en pintura se empieza a imponer la revolucion impresionista de Monet, Pissaro y Seurat, y, en musica, la que tiene como lideres a Debussy y Ravel. Bergson dicta sus cursos en la Universidad y, en la singular confusion, conocen asimismo su pleno apogeo movimien- tos tan diversos, pero tan confluyentes, como los represen- tados por René Ghil —el del Traité du Verbe—, Huysmans, Leon Bloy, Remy de Gourmont, el Sar Peladan y los Rosa- cruces finiseculares... Temprano e intimo amigo de Léon- Paul Fargue, asiduo poco después de Marcel Schwob, a quien dedicara la edicién popular de Ubu Rey y de quien ensalza, por ejemplo, La Croisade des Enfants, lector de Coleridge, Grabbe, Bergerac, Rabelais, Homero y hasta, jcomo no!, de su contemporaneo Jules Verne —jese mara- villoso Voyage au Centre de la Terre!—, el joven poeta bre- ton, que se reconoce influenciado por Villiers de l'Isle Adam y se declara, no sin cierta dosis de soberbia, continuador del Lautremont de los Chants de Maldoror, atacado por una especie de «iluminacion», del estilo de las que provo- casen las excelsas imagenes de Rimbaud, empieza a dar a conocer una poesia que, mezclada a veces con frag- mentos en prosa, no puede por menos que parecer inso- lita a quienes la leen. Violentas en ocasiones hasta ex- tremos sorprendentes, sus palabras, con frecuencia ocurrentes neologismos, s¢ encadenan desencadenando un ritmo agobiante para el lector atento, a quien lle- gan a colocar, casi por completo desalado, al borde mismo 9 de lo absoluto. En 1894 aparece, por fin, su primer libro —Les Minutes de Sable Memorial—. Le seguira, antes del escandalo y la polémica consagracion, el premonitoriamen- te titulado César-Antéchrist (1895). Publicaciones y dedi- cacién no obstante las cuales, tan apasionadamente ena- morado de la libertad como desinteresado en cuanto a aventuras de faldas, encuentra tiempo de asombrar al Paris artistico y literario con sus excentricidades y ocurrencias geniales, entre las que, a modo de muestra y por su futura repercusion, solamente citaremos la de apoyar frente a to- do y contra todos al luego universalmente reconocido Douanier Rousseau. EI 10 de diciembre de 1896 se produce, por fin, el estre- no de Ubii Rey, que como ya es lugar comun constatar Ile- ga a constituir una segunda «batalla de Hernani», repitien- do y llegando a dejar pequefio, también, el estrépito con que en su momento fuese acogida la obra de Edmond Ros- tand titulada Cyrano de Bergerac. Puesto que de los mis- mos textos complementarios contenidos en la presente edi- cién se desprende la informaci6n suficiente, no nos ocupa- remos aqui de las anécdotas tantas veces repetidas referen- tes al escandalo. Comparado por unos y por otros con Proudhomme, Macaire, Thiers, Torquemada, Deutz, Vail- lant, Macbeth, Caliban, Napoleén, Maximiliano, Boulan- ger, Sarcey, Polichinela, Punch, Karagheuz, Mayeux, y, nada menos que por Max Jacob, después, hasta con Jesu- cristo, el personaje alcanza pronto la suficiente celebridad para que, basandose en evidencias insuficientes y deforma- das, algunos oscuros eruditos lleguen a negar su paternidad a Alfred Jarry, atribuyéndosela al militar Charles Morin. Con la perspectiva que los afios dan, suenan tan ridiculos ahora los argumentos que entonces se utilizaron, que tam- poco nos detendremos en su consideracién, limitandonos a recalcar que, pese a la existencia previa en el colegio de Rennes en el que Jarry y Morin estudiaron de una tradicion oral relativa a un histridn en el que cabe ver el antecedente 10 de Ubi —Rey, maticemos-—, la continuacion por aquél, des- pués de 1896, del llamado ciclo tibico —Ubui en la Colina, Ubu Cornudo, Ubu Encadenado, etc.—, bastaria para dejar fuera de combate la minima reticencia al respecto. Ello por no insistir en la pieza de conviccion que se ha esgrimido hasta la saciedad por los mas fiables criticos y estudiosos: Ubi, el simple nombre de Ubi es una creacién que nadie, ni en ningun momento, pudo disputar al poeta Alfred Jarry. Creacion que, como luego veremos con mas detalle, por lo que logra sintetizar bajo su cortante y Ilamativa so- noridad, bastaria para dar por si misma la razon ultima de una obra que, en la linea de los cantares de gesta de la Edad Media, de la Légende Dorée de Jacques Voragine o del ciclo de la Tabla Redonda, situa, en el mismo acto de nombrar, el porqué y el embrién de su potencia. Pues, co- mo tendremos ocasion de comprobar cuando nos adentre- mos por la segunda de las vias indagatorias antes enuncia- das, Ubu es, nada mas y nada menos, que el término con el que cabria designar, si se tratase de hacerlo con uno solo, un siglo de transcurso tan desbordador y atormentado co- mo el que todavia estamos viviendo. A partir del estreno del drama, Jarry se identifica vital y totalmente con su personaje y, en la linea de Gerard de Nerval y de los ya nombrados Baudelaire, Lautremont y Rimbaud, coloca la poesia en el primer rango de su existen- cia privada, consiguiendo hacer de ésta el mejor de sus poe- mas. Como ajios mas tarde reconocera André Breton en su Antologia del Humor Negro, es a partir de él, mucho mas que desde Wilde, cuando «la diferenciacion tenida durante tanto tiempo por necesaria entre arte y vida, empieza a ver- se contestada y acaba por resultar destruida en sus princi- pios y fundamentos». Adelantandose a Tristan Tzara, para quien, como tantas veces se ha citado, «la poesia no es uni- camente un producto escrito, una simple sucesién de ima- genes y de sonidos, sino una manera de vivir», Ubu-Jarry pone en practica, en efecto, mediante sus actos de cada dia, un humor implacable y destructor que, siendo la mas diafa- na expresion de la irrefrenable repugnancia que le producen la estulticia, la falta de belleza y la hipocresia generaliza- das, llega a constituirse en su personal manera de realizar la consigna que siempre predico: «Absoluta rebelién frente a la totalidad de la simpleza.» Toda persona puede abominar de la crueldad y de la es- tupidez del mundo en que nos ha tocado vivir haciendo de su propia vida un poema de absurdo e incoherencia. Toda persona, si, con tal de que disponga del suficiente sentido del humor y de la imprescindible ansia de libertad, terminos ambos —humor y libertad— que resultan por completo inse- parables. Con Jarry precisamente, y con Apollinaire, como reconoce el mismo Tristan Tzara, la sorpresa y el humor hacen su entrada por la puerta grande en el dominio de la poesia. Aun mas, en Alfred Jarry, el humor se llega a con- vertir en un verdadero instrumento de conocimiento; mas no un humor cualquiera, sino, en concreto, ese humor poe- tico que, segtin Blaise Cendrars, no es otra cosa mas que «el arte de saber explotar de risa en la plenitud de lo patéti- co». Y qué decir en cuanto a su sentido de la libertad? In- dividualista a ultranza, montado siempre en su celebérrima bicicleta, con la que tantos récords batia, y en los vehiculos del alma que para él significaban sus continuas zambullidas en la absinthe —«la hierba santa»— y el éter, llevando hasta el extremo los dictados de un temperamento caprichoso al que nada era capaz de frenar, hace en cada momento lo que le apetece, sin llegar a quejarse nunca de las conse- cuencias. Nadie como Alfred Jarry haya sabido nunca, quizas, lo que cucsta practicar el deporte de la libertad; na- die del mismo modo que él, a lo largo de sus treinta y cua- tro afios de vida —murié el dia de Todos los Santos de 1907, de meningitis tuberculosa, en el Hospital de la Cari- dad—, haya estado tan dispuesto, insistamos, en pagarlo a tocat Humor y libertad son, en efecto, las claves que se bastan para colocar a Alfred Jarry en linea con los demas 12 nombres de creadores literarios que pueden ser considera- dos pilares imprescindibles de la actual sensibilidad: Sade —empezando por él, la relacién que sigue nunca podria pre- tender ser exhaustiva ni seria—, Lautremont, Melville, Rim- baud, Mallarmé, Apollinaire, Kafka, Roussel, Nerval, Du- casse, Poe, Saint-Pol-Roux, Cros, Max Jacob, Valle-In- clan, etc. Después seria posible Antonin Artaud, quien, junto con Roger Vitrac, fund6 en 1930 el teatro llamado precisamen- te Alfred Jarry. Después serian posibles Ribemont-Des- saignes, Julien Torma, Eugene Ionesco —cuya Cantante Calva fue publicada por primera vez en los Cuadernos de Patafisica, de los que mas adelante hablamos—, Albert Ca- mus, {Jean-Paul Sartre? y Boris Vian. Después serian posi- bles los dada y los surrealistas, con Breton, Elouard y Ara- gon a la cabeza. Después seria posible el teatro de la cruel- dad, de la vanguardia y la incoherencia, asi como su estéril y tan interesadamente hinchada polémica con los seguido- res del realismo critico y el didactismo, o lo que es lo mis- mo, con los epigonos de Brecht y de Piscator, bastante aceptables ellos. Después serian posibles, siguiendo en el campo dramatico, y por sdlo citar algunos nombres, Peter Weis, Peter Brook, Arthur Miller, Anouilh, Witkiewicz, Stoppard, Adamov, Beckett, Kopit, Bulgakov, Pinter, Frisch y Arrabal. Después serian posibles Nabokov, Solje- nitsin y Grass. Después serian posibles, en pintura, Dali, Picasso, Duchamp y Picabia; en musica, Bessie Smith, Louis Armstrong, Duke Ellington, Lou Reed —por ejem- plo—, el rock y las tendencias que de él siguen derivando. Después seria posible, en cine, las tan sexualmente asexua- das figuras de Charlie Chaplin y el mayor de los Marx. Después serian posibles Sed Vicious, un sefior al que ya na- die recuerda y que, muerto por propia voluntad, se llamo Gary Gilmore, Trotsky, Hitler, Queipo de Llano y los aya- tollah. Después serian posibles Juan XXIII, Juan Pablo I, los «brigadas rojas» y Gadafi... {Para qué seguir enume- 13 rando? Después de Ubu, todo lo que sea, lo que es Ubu, seria, es, esta siendo posible. Y lo mas llamativo reside en que, al igual que Ubui (ni el Rey ni los demas) no ha conocido ain el éxito de publico en la forma teatral en que fuera concebido, a pesar de que —a pesar de ello— todo conocedor que se mueve en el mundillo teatral acostumbre Ilenarse la boca de citarlo, no cabe sa- crificar al ciclo encabezado por su nombre —la division en nada menos que cinco ciclos que se esfuerzan en imponer para la gesta uibica algunos comentaristas franceses no de- ja de ser, en mi opinion, mas que puro chauvinismo—, no eabe sacrificar a dicho ciclo, repito, el resto de la obra del poeta y escritor Alfred Jarry. Como los escasos folios que, en forma de introducci6n, tiene ahora el: lector en las ma- nos no intentan ser una tesis sobre este ultimo, nos limitare- mos a hablar, por lo que respecta a ella, del segundo de sus grandes personajes, remitiendo, en cuanto al resto, a la re- lacion de titulos contenida al final de la presente edicién, ti- tulos algunos de los cuales estan siendo vertidos en la ac- tualidad al castellano. Dicho personaje, que no es otro que el llamado Doctor Faustroll, de Fausto y troll, o duendeci- Ilo del teatro ibseniano, y en particular del Peer Gynt', con- sigue también, al ser el maximo representante de la patafisi- ca o ciencia inventada por el Padre Ubu (vid. Ubu Cornu- do), que Jarry se identifique en su vida personal con él, lo que no implica esquizofrenia ni otro tipo de desdoblamien- to de la personalidad ya que, en patafisica —perdon a los entendidos por la aclaracién—, Ubu es ni mas ni menos que el Doctor Fausto, y los trolls, los pequefios hommes feuil- les mortes —jde roble druidico tal vez?— de la infancia bretona de Jarry. Creado en 1948 por Sainmont, Saillet, Quenau y otros, 1, Pieza ibseniana fundamental de la que, a quien suscribe el presen- te comentario y las versiones que siguen, le cabe también la satisfaccion de tener publicada una versién espafiola (ed. Magisterio Espaiiol, Col. Novelas y Cuentos, Madrid, 1978). 14 el Colegio de Patafisica, responsable de la edicién de los Cuadernos de tan polivalente disciplina, se esforz6 desde su institucin en la difusin de una ciencia que, del mismo mo- do que nadie sabe exactamente lo que es, nadie sabe en ab- soluto lo que no es, ya que, al ser, no es mas que, evidente- mente, la Ciencia —afirmacién con la que, precisamente, acaba la fundamental obra de Jarry titulada Gestes et Opi- nions du Docteur Faustroll, pataphysicien—. Patafisicos son aquellos, si es que puede servir de algo la aclaracion, que hacen conscientemente lo que los demas hacen de ma- nera inconsciente. Y entrando ya de un modo decidido, por tan sugerente camino, en la segunda via indagatoria de la que tantas veces hemos hablado hasta ahora, ,no cabria afirmar que como creador y ultima referencia de todo este estremecedor tinglado patatedrico, el genial Ubu-Jarry- Faustroll se coloca precisamente en los origenes no sdlo de las fuentes de la actual sensibilidad, sino también del actual desarrollo de la investigacién cientifica creadora? Baste con citar, para los reticentes, el nombre de Einstein y sus teorias sobre la relatividad, los ensayos divulgadores de Asimov, la palabra «quantar» de tan sonora resonancia en la fisica de nuestros dias, y ese modo de investigar cada vez mas universalmente aceptado entre los hombres de ciencia de todas las disciplinas que encuentra su talante primigenio en uno de factura semejante a la que siempre se tuvo, en exclusiva, por caracteristica de la intuicién poética. En 1922 —légico dada la fecha—, el critico Jean de Gourmont proclamaba al personaje del Padre Ubi como simbolo de la «ferocidad burguesa». Hoy, y aunque tal afirmacién s6lo cabria aceptarla una vez rociada con el co- rrespondiente pulverizador dialéctico —es decir, en el mis- mo sentido en que cominmente se da por valido que el so- cialismo procede de la acumulacion de capital, y ésta de la concentracién de la poblacién rural en los burgos al final de la Edad Media—, de lo que no cabe duda es de que de la extravagante, sugestiva, sugerente y descomunal figura de iS Ubu mana la corriente de la destruccién, el manantial del que, tal vez sin conocer siquiera su existencia, bebe la ju- ventud contemporanea el brebaje purgante y renovador con el que en su interior —y en su exterior cada dia mas— viene dando al traste con los tradicionales respetos y los prejuicios seculares. Ubu es, en efecto, el anuncio de una nueva libertad, de unas novedosas conciliaciones ideoldgi- cas que solo el mistificador espiritu de un enloquecido pro- vocador, como era Alfred Jarry, hubiera sido capaz de in- tuir antes de que se empezaran a dar las condiciones mate- riales necesarias para su generalizacién —automoviles, TV, técnica nuclear, investigacién del espacio exterior, etc.—. Ubi es también, y no poco del mismo modo, el Juan Bau- tista de un evangelio desmasificador que exigia, para co- menzar a propagarse, la previa y descomunal masificacién a cuyos inicios todavia estamos asistiendo. Como el mismo Jarry nos dice en el texto de los Paralipémenos inicialmen- te citado, «en el caso de que se pareciese a un animal —Ubi-, tendria, sobre todo, la faz porcina, la nariz semejante a la quijada superior del cocodrilo, y el conjunto de su ca- parazon, de cartén, convirtiéndole por completo en el se- mejante del animal marino mas horrible estéticamente ha- blando: el limulo». Es decir, usted. Y yo... Le duela a quien le duela, como cada dia se demuestra mas nitidamente —véanse, si no, las sociedades gobernadas por vanguardias proletarias—, el futuro no estaba implicito en las teoria: toproclamadamente cientificas de los padres del socialis- mo, sino en una forma de individualismo del que todavia no sabemos mas que fue empezado a intuir, entre otros mu- chos, por un visionario enterrado en Bagneux, que, super- macho de la literatura en el sentido mas feminista del (pri- mer) término, ni amaba demasiadas cosas —sus semejantes contemporaneos o no, incluidos—, ni se entusiasmaba con demasiada frecuenc Consciente quien suscribe de que, entre sus muchos pe- cados, se cuenta el de la mala costumbre de hacerlo —entu- 16, siasmarse—, al abordar la tarea de verter al castellano e! Ubu Rey y las piezas de la gesta tibica que en el tiempo le siguieron, decidié emprenderla con un talante tan irénico como desmitificador en la medida de lo posible. Solo de tal modo, pensaba —y sigue pensando—, se podia ser fiel al espiritu de Jarry, llegando, gracias a ello, a ofrecer al lector no especialista —el que normalmente acude o deberia acu- dir a las salas de teatro—, unas versiones legibles en el pro- pio idioma, y no tan incomprensibles como otras que, por pretender un excesivo respeto al original, han circulado a su aire —incomprendidas de todos— por el odioso mercado de la literatura. Como primera providencia opté por incluir unicamente aquellos textos que tuvieran un interés para el lector medio, con lo que resultaron eliminados, entre otros, varias de las versiones no definitivas —Onésime ou les Tri- bulations de Priou, L’Archeopteryx, etc.— de algunas de las piezas que han acabado formando parte del conjunto de la presente edicién. Como se tendra ocasién de comprobar, ésta se compone fundamentalmente de Ubi Rey, Ubi en la Colina, Ubti Cornudo y Ubti Encadenado, y, ademas, de algunos textos o fragmentos de textos de Jarry, correspon- dientes, o no, a lo que él denominé Almanaques del Padre Ubu. Algunos de los términos utilizados son, y no podia ser de otra manera, traducciones «libres» del tan personal -francés del padre del Doctor Faustroll. El lector se encon- trara de tal modo, entre otros, con rastrones, palotines, sa- lopines, phinanzas, onejas, hones, lumelas, etc. Aunque en un principio pensé explicar en esta introduccién el significa- do que para mi tienen algunos de ellos, una vez releidas las versiones, no creo necesario hacerlo, pues el sentido de ca- da uno queda sobradamente diafano en el contexto, incluso para aquellos que ni una palabra conocen del idioma de Moliére. Y ademas porque, en caso de ver representados los Ubu —que es como realmente debieran conocerse—, no todos los espectadores podrian tener a su lado a un enten- dido que les fuera explicando sobre la marcha los caprichos 17 semanticos del genial inventor de la patafisica. En cuanto a la palabreja que fue principio del escandalo, como a estas alturas a nadie asustaria ya, he preferido no referirme a ella hasta ahora. Sdlo ahora, al final de la introduccién, y dado que considero que seria llevar demasiado lejos mi talante irrespetuoso el dejar de mencionarla en absoluto, antes de acabar las presentes lineas, y de que el Padre Ubu me la quite de la boca, la escribiré, como colofén, por tres veces, y entre admiraciones, con todas y cada una de sus siete le- tras: ;|MIERDRA!, |MIERDRA! y |MIERDRA! José BENITO ALIQUE, 1980 ARAKRKRKAAA a ( x MIMD BIE MIME IK Otro retrato del seior Ubi UBU REY (Drama en cinco actos y en prosa) DISCURSO DE ALFRED JARRY' Sefioras, Sefiores Seria superfluo —ademas de lo ridiculo que el autor ha- ble de su propia pieza— que viniera aqui a preceder con al- gunas palabras la realizacion de Ubu Rey, cuando otros mas paladinos ya se han dignado hablar del tema. De entre los cuales doy las gracias, y con ellos a todos los demas, a los sefiores Silvestre, Mendés, Scholl, Lorrain y Bauér, si bien creo que su benevolencia ha visto el vientre de Ubu in- flado por mas simbolos satiricos de los que para esta noche hemos podido insuflarle. El swedenborgiano doctor Misés ha comparado excelen- temente las obras rudimentarias con las mas perfectas y los seres embrionarios con los mas completos, dado que a los primeros les faltan todo tipo de accidentes, de protuberan- cias y de cualidades, lo que les deja en forma esférica 0 casi —caso del dvulo y del sefior Ubu—, y a los segundos se les agregan tantos detalles para hacerlos distintos, que alcan- zan igualmente forma de esfera, en virtud del axioma seguin el cual el cuerpo mas liso es el que presenta mayor nimero de rugosidades. Raz6n por la cual quedan ustedes en liber- tad de ver en el sefior Ubi, bien las multiples alusiones que 1. Pronunciado en la primera representacion de Ubti Rey, en cl Tea- tro de I'CEuvre, el 10 de diciembre de 1896, y publicado en facsimil au- tografo en el tomo XXI de Vers et Prose (abril-mayo-junio, 1910). 23 les vengan en gana, o bien un simple fantoche, la deforma- cion por un colegial de uno de sus profesores, que represen- taba para él todo lo grotesco que en el mundo exista. Estos son aspectos de lo que ofrecera hoy el Teatro de !'CEuvre: para dos veladas, a los actores les ha placido ha- cerse impersonales y representar cubiertos con mascaras, a fin de dar lo mas exactamente posible el hombre interior y el alma de las grandes marionetas que ustedes van a ver. Como la pieza se ha montado apresuradamente y sobre to- do con buena voluntad, Ubu no ha tenido tiempo de procu- rarse su verdadera mascara, por otra parte muy incomoda de llevar, e igualmente sus comparsas estaran tocados mas bien con aproximaciones. Para ser del todo marionetas, era muy importante que dispusiéramos de musica de feria, por lo que la orquestaciOn estaba prevista para instrumentos de metal, batintines y trompas marinas, que nos ha faltado tiempo de reunir. Mas no guardemos demasiado rencor al Teatro de I’CEuvre: sobre todo se trataba de que encarnase Ubi el talento dictil de Gémier, y son las de hoy y mafana las dos unicas noches en que el sefior Ginisty —y la inter- pretacion de Villiers de I’Isle Adam— cuentan con la posibi- lidad de prestarnoslo. Vamos a dar tres actos bien aprendi- dos y otros dos que también lo estan gracias a algunos cor- tes. Cortes, he aceptado todos los solicitados por los acto- res —incluso los de varios pasajes indispensables para el sentido de la pieza— y, del mismo modo, he respetado a pe- ticion suya escenas que hubiera preferido cortar. Pues, por mas marionetas que quisiéramos ser, no podiamos suspen- der cada personaje de un hilo, lo cual, si no absurdo, hubie- se resultado muy complicado para nosotros, ello sin contar con que no estabamos muy seguros de poder conservar el control del movimiento de multitudes, siendo asi que en un verdadero guifiol, un manojo de cabrestantes y de hilos hu- biera bastado para comandar un ejército entero. Contemos con ver a notables personajes, como el sefior Ubi y el Zar, forzados a caracolear el uno frente al otro sobre montu: 24 de cartén —que hemos pasado la noche pintando— para re- presentar lo escrito. De esto, los tres primeros actos por lo menos, y también las ultimas escenas, seran encarnados como se concibieron. Veremos, por lo demas, un decorado perfectamente exacto, pues del mismo modo que hay un procedimiento para situar una pieza en la Eternidad —a saber: hacer dis- parar, por ejemplo, tiros de revolver en el afio mil y tan- tos—, veran ustedes abrirse puertas en planicies de nieve bajo un cielo radiante, chimeneas adornadas con péndulos henderse para servir de puertas, y palmeras verdeando al pie de las camas para que puedan ramonearlas los elefanti- tos colocados en las estanterias. En cuanto a nuestra orquesta, que falta, solo se extrafia- ra su intensidad y su timbre, ya que diversos pianos y tim- bales ejecutaran los temas de Ubi entre bastidores. Y en cuanto a la accidn, que va a comenzar, se desarro- Ila en Polonia, es decir, en Ninguna Parte. 25 OTRA PRESENTACION DE UBU REY' Tras el preludio de una musica de demasiados metales para ser menos que fanfarria, y que es exactamente lo que los alemanes llaman una «banda militar», el telon descubre una decoracion que quisiera representar Ninguna Parte, con arboles al pie de las camas y nieve blanca bajo un cielo muy azul, dado que la accién discurre en Polonia, pais sufi- cientemente legendario y desmembrado como para ser esa Ninguna Parte o, al menos, segun una verosimil etimologia franco-griega, ni con mucho alguna parte interrogativa. Mucho mas tarde de escrita la pieza hemos sabido que en otros tiempos existid, en el pais del que fue primer rey Pyast, ristico hombre, un tal Rogatka o Enrique ventrudo, que sucedié a un rey Venceslao y a los tres hijos del mis- mo, Boleslao y Ladislao, no siendo el tercero Bugrelao; y, asimismo, que este Venceslao, u otros, fue llamado El Ebrio. No consideramos honorable escribir piezas histéri- cas. Ninguna Parte esta en todas y, en primer lugar, en el pais donde nos encontramos. Motivo por el cual Ubu habla francés. Pero sus numerosas faltas no son en absoluto vi- cios ceses, exclusivamente, puesto que los favorecen el capitan Bordura, que habla inglés, la reina Rosamunda, 1. Aparecida bajo el titulo Ubu Rey en el folleto-programa editado por la revista La Critique para el Teatro de I'CEuvre y distribuido a los espectadores. 26 que algarea auvernés, y la muchedumbre polaca, que gan- guea maulas y va vestida de gris. Aunque se transparenten determinadas satiras, el lugar de la accion hace que los in- térpretes no sean responsables. EI sefior Ubu es un ser innoble, por lo que se asemeja —de cintura para abajo— a todos y cada uno. Asesina al rey de Polonia —es decir, hace trizas al tirano, lo que pare- ce justo a algunos, pues tiene apariencia de acto justiciero— y, una vez rey, acaba con los nobles, luego con los burécra- tas y después con los campesinos. Asi, desaparecido todo el mundo, asegura haber acabado con los culpables, y se presenta como hombre de principios y medio. Por ultimo, a la manera de un anarquista, pone en ejecucién por si mis- mo sus fallos, despedaza a la gente porque le apetece, y ex- horta a los soldados rusos a que no disparen contra él, por- que eso no le gusta. Es un poco fierabras, y nadie le contra- dice hasta que se atreve con el Zar, a quien todos respeta- mos. El Zar hace justicia, le separa del trono, del que abu- sO, restaura a Bugrelao —{merecia la pena?— y expulsa al sefior Ubi de Polonia, con las tres partes integrantes de su potencia, integradas en el siguiente vocablo: «Cuernoem- panza» (por el poderio de sus apetitos inferiores). Ubi habla con frecuencia de tres cosas, siempre parale- las en su mente: de la fisica, que es la naturaleza compara- da con el arte, el minimo de comprensi6n frente al maximo de cerebralidad, la realidad de la aquiescencia universal frente a la elucubracion de lo inteligente, Don Juan frente a Platon, la existencia frente al pensamiento, la medicina frente a la crisopeya, la milicia frente al combate singular; paralelamente, de la phinanza, o sea los honores en compa- racion con la satisfaccion de si por uno mismo, lo que es tanto como decir los universales engendradores de la litera- tura basada en el prejuicio de la cantidad, en comparacion con la manera de ver de los clarividentes; y, paralelamente, de la Mierdra. Quizas resulta inutil la expulsion del sefior Ubu de Polo- 27 nia, es decir, como ya hemos dicho, de Ninguna Parte. Y ello porque, si en un principio sabe recrearse con alguna artistica ociosidad, como «encender fuego mientras espera que le consigan lefia» o patronear tripulaciones yateando por el Baltico, acaba por hacerse nombrar Gran Maestre de Hacienda en Paris. Pero menos indiferente resultara en ese lugar de la lejana Cualquier Parte donde, frente a los semblantes de carton de unos actores que han tenido talento bastante para exhibirse de modo impersonal, un escaso publico de inteligentes ha consentido ser polaco durante algunas horas. Alfred Jarry 28 ESTE LIBRO queda dedicado a MARCEL SCHWOB Asi pues, el Padre Ubi meneé la pera, por lo que desde entonces los ingleses le llama- ron Shakespeare, y habéis de él, bajo ese nombre, muchas hermosas tragedias por escri- to. 1. Jarry utiliza aqui ‘pera’ por cabeza, para conseguir un juego de palabras que queda claro si se recuerda que, en inglés, (0 shake es me near, y pear, pera. 29 PERSONAJES! Papre Usv MIGUEL FEDEROVITCH* Mapre Usv NOBLES Capitan BORDURA MAGISTRADOS EL REY VENCESLAO CONSEJEROS La REINA ROSAMUNDA HACENDISTAS BOLESLAO LACAYOS DE PHINANZAS LaDISLAo sus hijos CAMPESINOS BUGRELAO TODO EL EJERCITO RUSO EL GENERAL Lascy* ToDo EL EJERCITO POLACO EsTANISLAO LeCZINSKI* Los GUARDIAS DE LA JUAN Sopieski* Mapre Usv NICOLAS RENSKY UN CAPITAN Et EMPERADOR ALEXIS* EL oso JiRON EL CABALLO DE PHINANZAS PILA palotines LA MAQUINA DE Coriza DESCEREBRAR CONJURADOS Y SOLDADOS LA TRIPULACION PUEBLO EL COMANDANTE 1. Los sefialados con asterisco son personajes histéricos. Sobre los nombres asignados a otros, informamos en otros lugares. VESTUARIO! Papre Usv. Casacon gris acerado, un baston permanen- temente metido en el bolsillo derecho y sombrero hongo. Corona sobre el sombrero a partir de la escena II del ac- to II. Cabeza descubierta a partir de la escena VI (acto II). Acto III, escena II, corona y capelina blanca en for- ma de manto real. Escena IV (acto III), gran chubasque- ro, gorra de viaje con orejas; misma indumentaria, pero con la cabeza descubierta en la escena VII. Escena VIII, chubasquero, casco, sable a la cintura, un garfio, tijeras, un cuchillo y el baston sin moverse del bolsillo derecho. Una botella golpeandole las nalgas. Escena V (acto IV), chubasquero y gorra, sin armas ni baston. Una maleta en la mano en la escena del navio. Mapre Usv. Vestida de portera mercachifle de toallas. Papalina rosa o sombrero de plumas y flores; al costa- do, un capazo o una bolsa de red. Un delantal en la escena del festin. Manto real a partir de la escena VI, ac- to Il. CapitAN BorburA. Traje de musico hingaro muy ceiii- do y rojo. Gran capa, gran espada, botas almenadas y chascas con plumas. Ex rey VeNncesLao, El manto y la corona que llevara Ubi tras asesinarle, 1. Indicaciones redactadas por Jarry, se publicaron por primera vez en los Cahlers du College de Pataphysique, nim. 3-4. 32 La REINA RosamunDaA. El manto y la corona que llevara la madre Ubi. Bovestao, LapisLao. Trajes polacos grises adornados con cordones; calzones bombachos. BUGRELAO. Como bebé, con faldones y gorrito. EL GENERAL Lascy. Traje polaco, bicornio con plumas blancas, y sable. EsTANISLAO LeczinskI. Como polaco. Barba bianca. Juan Sosieski, N. RENSKY. De polacos. Ex ZAR O EMPERADOR ALEXIS. Vestido negro, gran cin- turon amarillo, pufial, condecoraciones y botas altas. Alarmante barba en forma de collarin. Bonete puntiagu- do y negro en forma de cono. Los PALOTINES. Muy barbudos, hopalandas forradas de color mierdra (de verde o rojo en ultima instancia). Ma- las. Cotiza. Mallas. (Indicacién tachada en el manuscrito,) Et puesLo. De polacos. M. FEDEROVITCH. Idem. Gorro de piel en lugar de chas- cas. Noses. De polacos, con mantos bordados y forrados de armiiio. MAGISTRADOS. Togas negras, tocas. Conseseros, HACENDISTAS. Togas negras, capirotes de astrologos, anteojos, narices puntiagudas. LACAYOS DE PHINANZAS. Palotines. EsExcito poLaco. De gris, con pieles y cintas. Por lo menos tres hombres armados con fusiles. EsErcito Ruso. Dos jinetes: indumentaria semejante a la de los polacos, pero verde y con gorro de piel. Cabezas de caballos de cartén. UN INFANTE RUSO. De verde, con gorro. GUARDIAS DE LA MADRE UBU. De polacos, con alabar- das. Un capitAN. Como el general Lascy. Et oso. Bordura de oso. 33 EL CABALLO DE PHINANZAS. Caballo de madera con rue- decitas, 0 cabeza de caballo de carton, segin las esce- nas. La TRIPULACION. Dos hombres vestidos de marineros, de azul con cuello vuelto y demas. EL COMANDANTE. De oficial de la marina francesa. 34 COMPOSICION DE LA ORQUESTA' Oboes Churumbelas Cervelates Gran contrabajo Fistulas Flautas traveseras Gran flauta Bajoncillo Bajon Gran fagot Cornetines negros Cornetas blancas agudas Trompas Sacabuches Trombones Cuernos verdes Zampofias Cornamusas Bombardas Timbales Tambor Bombo Grandes érganos 1. Sacado de Ia edicién facsimil y autégrafa de Ubu Rey, texto de Al- fred Jarry y musica de Claude Terrasse (Mercure de France, 1897). Los comentarios musicales habrian de subrayar principalmente las entradas y salidas de los personajes. 35 ACTO PRIMERO ESCENA PRIMERA (PADRE UsU, MADRE UBU) Papre Usv. jMierdra! Mapre UsU. jOh! jQué bonito, Padre Ubu! Eres un grandisimo granuja. Papre UsU. jY que no te revient’a palos! Mapre UsU. Noes a mi, padre Ubi, sino a otro, a quien habria que asesinar. Papre UsvU. jPor mi chapiro verde!, no te compren- do. Mapre UsU. {Asi que estas contento con tu suerte? Papre Usv. {Por mi chapiro verde!, jmierdra!, sefiora. Claro que estoy contento. Y no creo que sea para me- nos: capitan de dragones, oficial de confianza del rey Venceslao, en posesion de la orden del Aguila Roja de Polonia y, en otro tiempo, rey de Aragon. ,Qué mas quieres? Mapre Ust. {.Como? ;,Después de haber sido rey de Aragon te contentas con llevar a desfilar a medio cente- nar de rufianes armados con chafarotes? No podrias conseguir que la corona de Polonia sucediera en tu ca- beza a la de Aragon? 37 Papre Usv. jAh, Madre Ubu! No comprendo nada de lo que dices. Mapre Usv. {Eres tan bruto! Papre Usv. Por mi chapiro verde! El rey Venceslao to- davia esta bien vivo. Y aun admitiendo que muera, ,no tiene acaso una legion de hijos? Mapre UBU. {Quién te impide acabar con toda la fami- lia y ponerte en su lugar? Papre Usv. {Me ofendes, Madre Ubu! Tendré que apli- carte un correctivo. Mapre UsBU. jPobre desgraciado! Si me aplicas un co- rrectivo, ,quién te remendara el fondillo de los calzo- nes? Papre Usv. De acuerdo. , Y a mi qué? Me sentaré sobre el culo, que para eso lo tengo. : Mapre UBU. En tu lugar, me preocuparia de instalar ese culo sobre un trono. Tus riquezas aumentarian indefini- damente, podrias comer botaguefia a menudo y pasear en carroza por las calles. Papre Usv. Si fuera rey, me encargaria una gran capeli- na como la que tenia en Aragon, y que esos miserables espafioles, sin miramientos, me robaron. Mapre Usv. También podrias tener un paraguas y un gran chubasquero que te cubriese hasta los talones. Papre Usv. jAh, me vence la tentacion! jIndividuo de mierdra, mierdra de individuo! Si alguna vez le encuen- tro a solas en el bosque, juro que le haré pasar un mal rato. Mapbre Usv. jBien, Padre Ubu! Eso si que es hablar co- mo un hombre. Papre Usv. jOh, no! ,Yo, capitan de dragones, acabar con el rey de Polonia? {Mejor morir! Mapre Us. (Aparte.) {Oh, mierdra! (En voz alta.) ,Asi que seguiras siendo pobre como una rata? Papre Us. {Voto a Judas! ;Por mi chapiro verde! Pre- 38 fiero ser pobre como una flaca y valiente rata, antes que rico como un gato reluciente y malvado. Mapre Usv. ;Y la capelina? ,Y el paraguas? zY el gran chubasquero? PADRE UsU. {Y que mas, Madre Ubu? (Se va, dando un portazo.) Mapre UsU. (Sola.) ;Aggg, mierdra! ; Valiente mezqui- no! Pero, jaggg. mierdra!, creo sin embargo haberle tur- bado... Gracias a Dios y a mi misma, quizas dentro de ocho dias sea reina de Polonia. ESCENA II (PADRE Usv, MADRE UBUvU) La escena representa una habitacién en casa del Pa- dre Ubi, en la que esta servida una mesa espléndida. Mapre Usv. jComo se retrasan nuestros invitados! Papre Us. Por mi chapiro verde que si! Estoy que re- viento de hambre... Te ves bien fea hoy, Madre Ubu. iSera porque esperamos visita? Mapre Usv. (Encogiéndose de hombros.) ;Mierdra! Papre Us. (Echa mano a un pollo asado.) ;Vaya, ten- go hambre! Daré un mordisco a este pajaro. Parece que es un pollo. No, no esta nada malo. Mapre Usv, {Qué haces, calamitoso? ;Qué comeran nuestros invitados? Papre Us. Todavia queda bastante. No tocaré nada mas. Anda, asomate a la ventana a ver si Ilegan. Mapre Us. (Asomdndose.) No veo nada. (Mientras tanto el Padre Ubii aparia una tajada de ternera.) |Ah, 39 ahi llegan el capitan Bordura! y sus secuaces... {Qué es- tas comiendo, Padre Ubu? Papre Usv. Nada. Un poco de ternera. Mapre Usv. Oh, la ternera! ;Ternera! j...era! jSe come la ternera! jSocorro! Papre Us. {Por mi chapiro verde! jTe voy a sacar los ojos! (Se abre la puerta.) ESCENA III (PADRE Ust, Mapre UsU, CAPITAN BORDURA Y SUS SECUACES) Mapre Usv. Buenos dias, sefiores. Les esperabamos con impaciencia. Tomen asiento. CapiTAN BorDuRA. Buenas, sefiora. Pero {donde esta el Padre Ubu? Papre Usv. jAqui, aqui! jCaramba! jPor mi chapiro verde! Creo que soy voluminoso. CapitAn Boroura. Buenos dias, Padre Ubi. (A los su- yos.) Sentaos vosotros. (Se sientan todos.) Papre UsU. jUf! Poco mas y desfondaria la silla. CapirAN BorpurA. A ver, Madre Ubi. Qué nos ha preparado hoy? Mapre Usv. Aqui tiene el mend. Papre Usv. jOh, qué interesante! Mapre Usv. Menestra polaca, costillas de rastron, ter- nera, pollo, pastel de carne de perro, corpanchén de pavo, carlota rusa... Papre Us. jEh! Creo que ya es bastante. Hay mas todavia? 1, Parece que al elegir este nombre para el capitan (Bordure, en fran- sts Jarry quiso maridar lo herildico y lo equivoco (Ordure = sucie 40 Mapre Us. (Continuando.) Helado, ensalada, fruta, postres, carne de cocido, aguaturmas, coliflores a la mierdra... Papre Us. jEh! ;Me tomas por el emperador de Orien- te para hacer tales derroches? Mapre Usw. No le hagais caso. Es imbécil. Papre Usv. jOh! jTendré que afilarme los dientes en tus pantorrillas! Mapre Us. Come y calla, Padre Ubu. Aqui tienes la menestra. Papre Usv. jBujarrén! jHuele que apesta! CapiTAN BorpuRA. En efecto, no es muy buena. Mapke Usv. jHatajo de arabes! ;Qué queréis entonces? Papre Usv. (Se da un manotazo en la frente.) ;Oh! jTengo una idea! En seguida vuelvo. (Sale.) Mapbre Usv. Probemos la ternera, sefiores. CapitAn Borpura. Excelente. Ya he terminado. Mapre Usv. El corpanchon ahora. CapiTAN BorDURA. Exquisito meni. jViva la Madre Ubi! Topos. jViva la Madre Ubu! PapReE UsU. (Regresando.) ;Y ahora también gritaréis viva el Padre Ubu! (Trae en la mano una escobilla re- pugnante, que arroja sobre la mesa.) Mapre Usv. {Qué haces, miserable? Papre Usv. Probad, probad un poco. (Algunos prue- ban y caen envenenados.) Pasame las costillas de ras- tron, madre Ubu. Voy a servir. Mapre Usv. Helas aqui. Papre Usv. (Con la fuente en la mano.) ;Afuera todo el mundo...! Usted no, capitan Bordura, tengo que ha- blarle. Los pemAs. jEh! jTodavia no hemos acabado! Papre Usd. 4Como que no habéis acabado? jAfuera he dicho! Usted no, capitan. (Nadie se mueve.) Conque no os marchais, eh? ;Por mi chapiro verde! Os bombar- 41 dearé con las costillas de rastrén. (Comienza a tirdrse- las.) Topos. jOh! jAy! jSocorro! ;Defendamonos! jInfeliz de mi, muerto soy! Papre Us. jMierdra, mierdra, mierdra! ;Afuera de una vez! jMenuda escabechina! Topos. jSalvese el que pueda! jDespreciable Padre Ubu! jBribon traidor y harapiento! PapreE UsU. Ah, por fin se van! Respiremos, a pesar de lo mal que hemos comido. Venga conmigo, capitan. (Salen a su vez, acompanados por la Madre Ubi.) ESCENA IV (Papre Us, MADRE UBU, CAPITAN BORDURA) Papre Usv. Y bien, capitan. gQué tal se ha comido? CaprTAN BorDuRA. Muy bien, sefior, salvo la mierdra. Papre UsvU. jEh, que la mierdra no era mala! Mapre UsU. Sobre gustos no hay nada escrito. Papre Usv. Capitan, he decidido hacerle duque de Li- tuania. CapITAN BoRDURA. j{COmo? Le creia muy pobre. Pa- dre Ubu. Papre UsU. Dentro de algunos dias, con su permiso, rei- naré en Polonia. CapitAN Borpura. {Va a matar a Venceslao? Papre Us. No es tonto este individuo. Lo ha adivina- do. CapiTAN Borpura. Si se trata de matar a Venceslao, cuente conmigo. Le odio a muerte y respondo de la fide- lidad de mis hombres. Papre Usv. (Arrojdndose sobre él para besarle,) \Oh, oh! Le quiero mucho, Bordura. 42 Capitan BorpuraA. jEh! jApesta, Padre Ubu! {No se lava nunca? Papre Ust. Rara vez. Maore Usv. jNunca! Papre Usv. jTe voy a pisotear! Mapre Usv. jGran mierdra! Papre Usu. Bueno, Bordura, ya he terminado con us- ted. Por mi chapiro verde, le juro por la Madre Ubt que le haré duque de Lituania. Mapre Usv. Pero... Papre Usu. Calla, nifiita mia. (Salen.) ESCENA V (PADRE UsU, MADRE UBU, UN MENSAJERO) PADRE UsU. {Qué desea, sefior? Larguese de una vez. Me cansa. EL MENSAJERO. Sefior, el rey os llama. (Se va.) Papre Usv. jOh, mierdra! jCascaras azules! ;Por mi chapiro verde! jMe han descubierto! ; Voy a ser decapi- tado! jAy! jAy! Mapre UsU. jQué marica! Y el tiempo apremia... Papre Usu. {Tengo una idea! Diré que han sido Bordu- ra y la Madre Ubu. Mapre Usv. jAh, gran PU...! Si haces eso... Papre Ust. jEso! Ahora mismo voy. (Sale.) Mapre Usv. (Corriendo tras él.) ;Oh, Padre Ubi, Padre Ubu! jTe daré botaguefia! Papre Usv. (Entre bastidores.) jOh, mierdra! {Ta si que eres una buena botaguena! 43 ESCENA VI (EL REY VENCESLAO RODEADO POR SUS OFICIALES; BORDURA; LOS HIJOS DEL REY. BOLESLAO, LaDISLAO Y BUGRELAO'; DESPUES, UBU) En el palacio del rey. Papre Usv. (Entrando.) ;Oh, sabedlo! No he sido yo, sino Bordura y la Madre Ubu. EL REY. {Qué te sucede, Padre Ubu? BorpuRA. Ha bebido demasiado. Et rey. Lo mismo que yo esta mafiana. Papre UsU. Si, estoy ebrio. He bebido demasiado vino francés. Ex rey. Padre Ubu, quiero premiar tus numerosos servi- cios como capitan de dragones. A partir de ahora eres conde de Sandomir. PapreE UsU. Oh, sefior Venceslao! No sé como agrade- céroslo. EL rey. No me lo agradezcas, Padre Ubi. Espero verte mafiana por la mafana en la gran parada. Papre Us. Me veréis. Pero aceptadme, por favor, este pequefio mirliton. (Lo presenta al rey.) Et rey. ~Y qué quieres que haga con un mirliton? Bue- no, se lo daré a Bugrelao. EL joven BuGRELAO. {Mira que es simple este Padre Ubi! Papre Usv. Y ahora, desaparezco. (Al girar sobre si 1, Bougre, en france mas antigua, que quizas sei do de bujarrén. ica individuo 0 tipo, y, en una acepcidn Ja que intente referirse Jarry, tiene el senti- 44 mismo, cae.) ;Oh! jAy! jSocorro! ;Por mi chapiro ver- de! Me he quebrado el intestino y me he reventado el go- londrino. Ex rey. (Levantdndole.) ;Te has hecho dajio, Padre Ubu? Papre Usu. Si, desde luego. Seguramente voy a morir. {Qué sera de la Madre Ubu? Et REY. Nos ocuparemos de su manutencidn. Papre UsU. Veo que tenéis bondad de sobra. (Sale.) Si, rey Venceslao. Pero no por eso dejaras de ser barrido. ESCENA VII (JiRON, Pita, CoTizA, PADRE Ust, MADRE UBU, CONJURADOS Y SOLDADOS, CAPITAN BORDURA) En casa del Padre Ubi. Papre Usv. Eh, mis buenos amigos! Ya va siendo hora de fijar el plan de la conspiracién. Que cada cual dé su parecer. Yo daré el mio en primer lugar; si lo permitis. CapiTAN BorpurA. Hable, Padre Ubu. Papre UsvU. Pues bien, amigos mios. Soy de la opinién de envenenar al rey de una manera muy simple: atibo- rrando de arsénico su almuerzo. Cuando se le antoje co- merlo, caera muerto, y asi seré rey. Topos. jQuita alla, marrano! Papre UsU. Qué pasa? {No os gusta? Entonces, que Bordura dé su opinion. CapitAN BorpDuRA. Me inclino por sacudirle un hurgo- nazo que le raje de la cabeza a la cintura. Topos. jEso si que es noble y gallardo! Papre Usv. {Y si se lia a patadas? Ahora recuerdo que para las paradas usa unos zapatos de hierro que hacen 45 mucho dajfio. Si lo llego a pensar antes, ya hubiera ido a denunciaros para quedar al margen del asunto. Estoy seguro de que incluso me habria dado algo de calderilla. Mapre UsvU. Oh, el traidor y el cobarde! jE vil y vulgar Tonioso! Topos. Vilipendio al Padre Ubu! Papre Us. jCuidado, sefiores! Manténganse tranquilos si no quieren acabar en mi talega... En fin, consentiré en arriesgarme por ustedes. Ahora bien, Bordura, ti te en- cargas de partir en dos al rey. CaprTAN BorDuRA. {No seria mejor echarnos todos so- bre él berreando y voceando? De ese modo tendriamos la oportunidad de entusiasmar a la tropa. Papre UsU. De acuerdo, eso es. Procuraré pisarle, él da- ra un respingo y entonces gritaré: ;MIERDRA! A esa sefial, os arrojais sobre él. MaprE UBU. Si. Y en cuanto esté muerto, te apoderas de su centro y su corona. CapiTAN BorDuRA. Y yo me precipitaré con mis hom- bres en persecucion de la familia real. PapRE UsU. Muy bien. Te recomiendo especialmente al joven Bugrelao. (Salen el capitan y los suyos. Ubu corre tras ellos y les hace regresar.) \Esperen, sefiores! He- mos olvidado una ceremonia indispensable. Es preciso jurar que batallaremos esforzadamente. CapitAN BorpurA. jCdmo hacerlo? No hay aqui nin- gun sacerdote. Papre Usv. La Madre Ubi actuara en su lugar. Topos. De acuerdo. Sea. Papre Us. Asi pues, jjurais matar bien muerto al rey? Tovos. Si, lo juramos. j Viva el Padre Ubu! 46 a ACTO SEGUNDO ESCENA PRIMERA (VENCESLAO, LA REINA ROSAMUNDA, BOLESLAO, LaDISLAO. Y BUGRELAO) En el palacio del rey. EL rey. Sefior Bugrelao, esta majiana estuvisteis muy impertinente con el Sefior Ubu, caballero de mis reales érdenes y conde de Sandomir. Raz6n por la cual, os prohibo que aparezcais por la parada. La REINA. Considerad, Venceslao, que quiza no sea sufi- ciente toda vuestra familia para protegeros. Et rey. Nunca vuelvo sobre lo dicho, sefiora. Vuestras pataratas me fatigan. EL JOVEN BUGRELAO. Me someto, padre y sefior. La reINA. Entonces, sire, ,continuais decidido a ir a esa parada? EL rey. {Y por qué no, sefiora? La reINA. Os lo diré una vez mas. {Acaso no le he visto en suefios golpeandoos con su maza y arrojandoos al Vistula? {No he visto un aguila como la que aparece en el escudo de Polonia colocandole la corona sobre la ca- beza? Et rey. {A quién? 47 La rEINA. Al Padre Ubu. Ex REY. jQué demencia! El sefior Ubi es un magnifico gentilhombre que se dejaria descuartizar para compla- cerme. LA REINA Y BuGRELAO. jTremendo error! Et REY. Silencio, joven cochino...! Y en cuanto a vos, sefiora, para demostraros lo poco que temo a Ubi, iré a la parada tal y como me veis. Sin armas y sin espada. La REINA. Fatal imprudencia! No volveré a veros vivo. E_rey. Venid, Ladislao. Venid, Boleslao. (Salen. La rei- na y Bugrelao se asoman a la ventana.) La REINA Y BUGRELAO. Qué Dios y el gran san Nicolas os protejan! (La reina solamente.) Bugrelao, venid con- migo a la capilla. Recemos por vuestro padre y vuestros hermanos. ESCENA II (EL EJERCITO POLACO, EL REY, BOLESLAO, LADISLAO, Papre Usv, CAPITAN BORDURA Y SUS HOMBRES, JinON, Pica, Coriza) En el campo de paradas. Et rey. Noble Padre Ubu, ven a mi lado con tu escolta. Acompajiame a revistar las tropas. Papre UsU. (A los suyos.) Atentos vosotros. (Al rey.) Ya voy, sefior, ya voy. (Los hombres de Ubi rodean al rey.) Ex rey. jAh! He aqui el regimiento de la Guardia Mon- tada de Dantzig. A fe mia que son apuestos. Papre Us. De veras lo creéis? A mi me parecen pela- gatos. Mirad éste, por ejemplo. (A! soldado.) {Qué tiem- 48 po hace que no te lavas la cara, despreciable bellaco? Et REY. Ese soldado esta muy limpio. ,Qué te sucede, Padre Ubu? Papre Us. jEsto! (Le pisa con saria.) Et REY. jMiserable! PapreE UsU. jMIERDRA! j;A mi los mios! Borpura. jHurra! jAdelante! (Todos golpean al rey. Un palotin estalla.) EL REY. jOh, socorro! jMuerto soy, Virgen Santa! Botestao. (A Ladislao.) {Qué pasa? jDesenvaine- mos! Papre Usu. jAh! jYa tengo la corona! ;A por los otros ahora! CapirAN BorDurRA. jjSobre los traidores!! (Los hijos del rey huyen. Todos los persiguen.) ESCENA III (LA REINA Y BRUGELAO) La REINA. En fin... Comienzo a tranquilizarme. BuGRELAO. No tenéis ningun motivo de temor. (Un es- pantoso clamor se deja oir desde fuera.) Pero ,qué veo? jMis hermanos perseguidos por el Padre Ubi y sus hombres! La REINA. jOh, Dios mio! jCeden y ceden terreno, Vir- gen Santa! BuGRELao. El ejército obedece al Padre Ubu. El rey ha desaparecido. jHorror! jSocorro! La REINA. jBoleslao acaba de caer! jLe ha alcanzado una bala! Bucretao. jEh! (Ladislao se vuelve.) jDefiéndete! ;Ani- mo, Ladislao! La REINA. jOh! jEsta rodeado! 49 BucreLao. {No mas penas por él! Bordura a de cortarlo en dos como si se tratase de una salchicha. La REINA. jAh! jAy! jEsos insanos entran en palacio! jSuben por la escalera! (El fragor aumenta.) BUGRELAO Y LA REINA. (Caen de rodillas.) ;Protégenos, Dios mio! (Bugrelao solamente.) ;Oh, ese bandido de Padre Ubi, ese miserable! Si lo atrapo le... ESCENA IV (Dicnos, PADRE UsU Y SOLDADOS) La puerta es derribada. Entra Ubi seguido de solda- dos enfurecidos. Papre Usv. Dime, Bugrelao. ;Qué es lo que vas a ha- cerme? BuGRELAO. j{Defenderé a mi madre hasta la muerte, vive Dios! El primero que dé un paso es hombre muerto. PaprE Usw. Socorro, Bordura, tengo miedo! ;Dejadme salir! UN SOLDADO. (Avanzando hacia el principe.) Rindete, Bugrelao. EL.JOVEN BUGRELAO. jToma, granuja, tu merecido! (Le abre el crdneo.) La retina. {Bien hecho, Bugrelao! jResiste! Varios. (Avanzando.) Escucha, Bugrelao. Te perdonare- mos la vida. BuGRELAO. |Bandidos! ;Borrachos! ;Marranos a sueldo! (Molinete con su espada, del que resulta una carni- ceria.) Papre Usv. jOh! Pero de cualquier manera lograré mi proposito. 50 i BUGRELAO. {Ponte a salvo, madre! jPor la escalera se- creta! La REINA. {Y ti, hijo mio? ;Y ti? BuGRELAO. Te seguiré. Papre Usv. jAtrapad a la reina! ;Ah! ;Ya se ha escapa- do...! En cuanto a ti, miserable... (Se adelanta hacia Bu- grelao.) BuGRELao. jAh, vive Dios! ;Ahi va mi venganza! (Terri- ble mandoble que descose la ropa de Ubi a la altura del bajo vientre.) {Tras tus pasos voy, oh madre! (Desapa- rece por la escalera secreta.) ESCENA V (BUGRELAO, LA REINA ROSAMUNDA) Una caverna en las montaras. Entra el joven seguido de su madre. BuGRELAO. Aqui estaremos seguros. La REINA. Espero que si, Bugrelao. jSosténme...! (Cae sobre la nieve.) BUGRELAO. {Qué te ocurre, madre? La REINA. Estoy muy enferma, créeme, hijo mio. Sdlo me quedan dos horas de vida. BuGretao. Como? {El frio acabara contigo? La REINA. {Crees posible que resista tantos golpes...? El rey asesinado, nuestra familia deshecha, y tu, represen- tante de la mas noble estirpe que jamas haya portado es- pada, forzado a huir a las montaiias como un contra- bandista. BucRELAoO. jY por culpa de quién, gran Dios? ,De quién...? {Pues de un vulgar Padre Ubu, aventurero sali- do de quien sabe donde, vil crapuloso y vagabundo ver- 51 gonzante! jCuando pienso que mi padre le favorecié e hizo conde, y que al dia siguiente ese villano no tuvo re- paro en levantar la mano contra él! La REINA. jOh, Bugrelao! ;Recuerdo lo felices que éra- mos antes de la Ilegada de ese tal Padre Ubi! Pero aho- ra, jay!, todo ha cambiado. BuGRELAO. {Y qué hacerle? Aguardemos con esperanza, sin renunciar ni a una pizca de nuestros derechos. La REINA. Deseo que los hagas valer, querido hijo. Por mi parte, no creo que lIlegue a ver ese dia feliz. BuGRELAO. jEh! {Qué te pasa? Palidece, cae... ;Socorro! Pero ,qué digo? Si estoy en despoblado... jOh, Dios mio! jSu corazon ha cesado de latir! jEsté muerta! ,Se- ra posible? ;Una victima mas del Padre Ubu! (Esconde el rostro entre las manos y llora.) ;{Oh, Dios mio, Dios mio! {Qué triste es quedar solo a los catorce afios y con una venganza tan terrible por satisfacer! (Cae al suelo, preso de la desesperacién mds violenta.) Entretanto, hacen su aparicién las almas de Vences- lao, Boleslao, Ladislao y Rosamunda. Las de sus an- tepasados les acomparan y llegan a llenar la gruta. El mds anciano se aproxima a Bugrelao y llama su atencién dulcemente. BuGRELAO. jEh! ,Qué veo? ;Toda mi familia, mis ante- pasados...! {Qué clase de prodigio es éste? Et EsPECTRO. Sabe, Bugrelao, que en vida fui el sefior Matias de KGnisberg, primer rey y fundador de la estir- pe. Te confio la empresa de nuestra venganza. (Le entre- ga una espada inmensa.) Que esta espada no encuentre reposo hasta que haya herido de muerte al usurpador. (Todas las sombras desaparecen y Bugrelao queda solo, en actitud de éxtasis.) 52 ESCENA VI (PADRE UsU, MADRE UBU, CAPITAN BORDURA) En el palacio del rey. Papre UsU. No, no quiero! ;Deseas que me arruine por esos torpes? CapitAN BorDuRA. Comportaos, Padre Ubu. {No veis que el pueblo espera las dadivas de la fausta entroniza- cion? Mapre UsBvU. Si no ordenas distribuir alimentos y oro, estaras derrocado antes de dos horas. Papre Usu. jAlimentos si, oro no! Sacrificad tres caba- llos viejos. Sera suficiente para esos marranos. Mapre Usv. jMarrano tu! ,De donde habra salido ani- mal como éste? Papre UsU. Te lo repetiré. Quiero hacerme rico. No sol- taré ni un céntimo. Mapre UBU. Pero si tienes en las manos todos los teso- ros de Polonia... CapitAN Borpura. Si. En la capilla, por ejemplo, se guarda un inmenso tesoro. Repartamoslo. Papre Us. Miserable! ;Pobre de ti si se te ocurre...! CapitAN BorDuRA. Pero, Padre Ubu! Si no distribuyes algo, el pueblo se negara a pagar impuestos. Papre Usv. {Es cierto eso? Mapre Usv. Si! {Si! Papre Usv. En ese caso, consiento. Repartid tres millo- nes y cocinad ciento cincuenta bueyes y corderos. Des- pués de todo, a mi también me tocara algo... (Salen.) 53 ESCENA VII (PADRE UsU CORONADO, MADRE UBU, CAPITAN BorDuRA, LACAYOS) El patio de palacio, repleto de gente. Los lacayos aparecen cargados de carne. Ex pugs.o, Viva el rey! ; Viva el rey! jHurra! Papre Usv. (Arrojando oro.) Tomad, para vosotros. La idea no me agradaba mucho, ;sabéis?, pero la Madre Ubi se ha empefiado. Prometedme, al menos, pagar los impuestos sin demora. Topos. Si, si! CapiTAN BorpurA. Mire, Madre Ubu, cémo se disputan el oro. jMenuda rebatifia! MADRE UBU. Verdaderamente horrible. ;Aggg! jA uno le han partido el craneo! Papre UsU. Bonito espectaculo... ;Que me traigan mas cajas de oro! CapiTAN BorpurRA. jY Si organizamos una carrera? Papre Usv. (Buena idea...! (Al pueblo.) ,Veis esta caja, amigos mios? Contiene trescientos mil francos de oro en moneda polaca de buena ley. Los que quieran partici- par, que se coloquen en el extremo del patio. Echaréis a correr cuando agite mi pafiuelo, y el que llegue primero hasta aqui, se la llevara. Entre los demas participantes repartiremos, como consolacién, el contenido de esta otra Topos, jBravo! ;Viva el Padre Ubu! jQué magnifico rey! ijNo se veian estas cosas en tiempos de Venceslao! 54 Papre Usu. (A la Madre Ubii, con alegria.) ,Oyes lo que dicen? * La multitud va a colocarse en el punto de partida, en un extremo del patio. PADRE UsvU. ;Preparados...? Topos. Si! jSi! Papre Usv. A la una, a las dos y... ja las tres! jjA co- trer!! (Se ponen en marcha atropellandose unos a otros. Gran griterio y tumulto.) CapitAN Borpura. (Ya llegan! ;Ya llegan! Papre Usv. jEh! jE! primero pierde terreno! Mapre Ust. jNo! jLo ha recuperado! CapitAN Borpura. jOh! jLe alcanzan! jLe alcanzan! jLe estan pasando! (El que venia en segundo lugar llega el primero.) Topos. jViva Miguel Federovitch! ; Viva Miguel Federo- vitch! MIGUEL FEDEROVITCH. Sire, verdaderamente no se como agradecer a Vuestra Majestad... Papre Usv. jOh, querido amigo, no es para tanto! Pue- des Ilevarte la caja a tu casa. Y vosotros repartiros esta otra. Tomad una moneda cada uno hasta que no queden mas. Topos. {Viva Miguel Federovitch! ;Viva el Padre Ubu! PaprRe UsU. {Os invito a comer, amigos mios! jLas puertas de palacio se abren hoy para vosotros! jHaced los honores a mi mesa! EL puesLo. jAdentro, adentro! jViva el Padre Ubi, el mas sefiorial de todos los soberanos! Entran en palacio. Se escucha el ruido de una orgia que se prolonga hasta el dia siguiente. Cae el telén. 55 wietam' ACTO TERCERO ESCENA PRIMERA (Papre Usv, MApre Usv) En palacio. Papre Usu. jPor mi chapiro verde! Heme aqui rey de este pais. Ya me he atizado una indigestién y tengo en- cargada mi gran capelina. Mapre Us. {De qué estara hecha, Padre Ubi? Aun- que seamos reyes, tenemos que economizar. PaprE UsU. Descuida, hembra mia. La encargué de piel de cordero con hebilla y rizos de piel de perro. Mapre Us. {Qué bonita! Pero mucho mas bonito es que seamos reyes. Papre Us. Tines razon, Madre Ubu. Mapre UsU. Debemos mucho agradecimiento al duque de Lituania. 4A quién? .Eh? Al capitan Bordura. Papre Usv. Por favor, Madre Ubi, no me hables de ese simple. Ahora que ya no le necesito, que se las apaiie. En absoluto tendré su ducado, Mapre Usv. Haces mal, Padre Ubu. Se volvera con- tra ti. 56 Papre Us. jOh! Compadezco a ese botarate. Me trae tan al fresco como Bugrelao. Mapre Ust. ¢Crees haber acabado con ése? Papre Us. jCharrasco de plata! jEvidentemente! ,Qué puede hacerme ese gorrinito de catorce afios? Mapre UBv. Escucha lo que digo, Padre Ubu. Trata de conquistar a Bugrelao con alguna dadiva. Papre Usu. {Regalar mas dinero? jAh, no, en absoluto! Ya me has obligado a malgastar lo menos veintidés mi- llones. Mapre Usv. No juegues con fuego, Padre Ubu. Saldras escaldado. Papre Usv. Bueno. A ti no te dara tiempo a ponerte en remojo. Mapre Usv. Escucha de una vez. Estoy segura de que el joven Bugrelao acabara triunfando. La razén esta de su parte. Papre Usv. jAh, bahorrina! ,Es que acaso la sinrazon no vale nada...? Me injurias, Madre Ubi. Voy a hacerte rodajas. (La Madre Ubi escapa perseguida por Ubii.) ESCENA II (PapRE UsU, MaApre UBU, OFICIALES Y SOLDADOS, JiRON, PiILaA, CoTIzA, NOBLES ENCADENADOS, HACENDISTAS, MAGISTRADOS, ESCRIBANOS) En el gran salon de palacio. Papre Us. jTraed los caudales de los nobles, el prende- dero de nobles, el pufial para nobles y el registro de no- bles! Ahora, haced avanzar a los nobles. (Les empyjan brutalmente.) 57 Mapre Usv. Por favor, modérate, Padre Ubu. Papre Ust. Tengo el honor de anunciaros que, para en- riquecer el reino, haré perecer a todos los nobles y con- fiscaré sus bienes. Nostes. jHorror! jFavor! jA nosotros pueblo y solda- dos! Papre Usu. Traed al primero y acercadme el prendede- ro. A los que resulten condenados a muerte, los tiraré por la trampa. Caeran en los sotanos del Pellizcapuer- cos y de la Camara de los Patacones, donde se les des- cerebrara. (Dirigiéndose al noble.) ,Quién eres tu, torpe? EL NoBLe. El conde de Vitebsk. Papre Usv. {A cuanto ascienden tus rentas? EL noble. A tres millones de rixdales. Papre Usv. jCondenado! (Le engancha con el prende- dero y lo arroja a la trampa.) Mapre Usv. Qué innoble ferocidad! Papre Us. Segundo noble, ,quién eres? (El interpelado no responde.) ,Contestaras de una vez, simple? Et noste. El gran duque de Posen. Papre UsU. Excelente, excelente! No te preguntaré na- da mas. jA la trampa...! ,Y tu quién eres, tercer noble? Vaya una cara fea la tuya... Et nosLe. El duque de Kurlandia y de las ciudades de Riga, Reval y Mitau. Papre Usv. Muy bien, muy bien. Nada mas? Et nosLe. Nada mas. Papre Us. A la trampa entonces... Ahora el cuarto. {Quién eres tu? . EL NoBLe. EI principe de Podolia. Papre Ust. {Tus rentas? Et Nose. Estoy arruinado. Papre Usv. Por tan fea contestacion, ja la trampa...! Quinto noble, jquién eres? Ex nosie. El margrave de Thorn y palatino de Polotzk. 58 Papre Us. No es mucho. {Algo mas? EL Noste. Eso me bastaba. Papre Usv. Muy bien. Mas vale poco que nada. jA la trampa...! Algo que objetar, Madre Ubu? Mapre Usv. Eres demasiado brutal, Padre Ubu. Papre Usv. {Eh? Me estoy enriqueciendo. Veras, orde- naré leer Mi lista de Mis titulos. Escribiente, lee mi lista de MIS titulos. Et escripano. Condado de Sandomir... Papre Ust. jComienza por los principados, estupido torpe! EL ESCRIBANO. Principado de Podolia, gran ducado de Posen, ducado de Kurlandia, condado de Sandomir, condado de Vitebsk, margraviado de Thorn y palatina- do de Polotzk. Papre Usv. {Qué mas? EL ESCRIBANO. Eso es todo. PapreE Ust. {Cdmo? jTodo? Entonces continuemos. Adelante con los nobles. Como nunca me cansaré de en- riquecerme, los haré ejecutar a todos y me quedaré con los bienes vacantes. Venga, todos los nobles a la trampa. (Apilan a los nobles junto a la trampa y los van arrojan- do a ella.) {Mas aprisa, mas aprisa! Tengo ganas de le- gislar. Varios. {Lo que faltaba! Papre Usv. En primer lugar, reformaré la Administra- cién de Justicia. Luego procederemos con la Hacienda. ALGUNOS MAGISTRADOS. jNos oponemos a cualquier cambio! Papre Usv. jMierdra! Para empezar, no se volvera a pagar a los magistrados. Los MAGISTRADOS. jY de qué viviremos? No tenemos rentas. Papre Usv. Os quedaréis con el importe de las multas que impongais y con los bienes de los condenados a muerte. 59 Un Maaistrapo. Horror! Otro. jInfamia! Otro. jEscandalo! Otro. jIndignidad! Topos. Nos negamos a juzgar en semejantes condicio- nes. Papre Us. {A la trampa con ellos! (Intentan defender- se en vano.) Mapre Us. {Qué haces, Padre Ubu? ;Quién impartira justicia ahora? PapDRE Usu. jToma! Yo mismo. Veras lo bien que mar- cha todo. Mapre Usv. Si, sera lo propio. Papre UsU. Calla de una vez, torpe... Ahora, sefiores, procedamos con la Hacienda. Los HACENDISTAS. Nada hay que cambiar. Papre UBU. .;Cémo que no? Lo cambiaré todo... En pri- mer lugar, me quedaré para mi peculio con la mitad de los impuestos. Los HACENDISTAS. jCasi nada! PADRE UBU. Tranquilos, sefiores. Estableceremos un im- puesto del diez por ciento sobre la propiedad. Otro so- bre el comercio y la industria, un tercero sobre los ma- trimonios y un cuarto sobre las defunciones, estos ulti- mos de quince francos. PRIMER HACENDISTA. Eso es estipido, Padre Ubi. SEGUNDO HACENDISTA. Y también absurdo. TERCER HACENDISTA. No tiene ni pies ni cabeza. Papre UsU. Os estais burlando? jA la trampa con ellos! (Se enhorna a los hacendistas.) Mapre Usv. De una vez, Padre Ubi, ,qué clase de rey eres? Estas acabando con todo el mundo. Papre Us. {Mierdra! Mapre Us. Ni Administracion de Justicia, ni Hacien- da... 60 PApRE UsU. No te preocupes, mi dulce nifia. Yo mismo iré de villorrio en villorrio a colectar los impuestos. ESCENA III (CAMPESINOS) Una casa de labranza en los alrededores de Varso- via. Varios campesinos estdn reunidos. UN CampESINO. Escuchad las noticias. El rey ha muerto, los nobles también. El joven Bugrelao ha escapado a las montafias con su madre. El] Padre Ubu se ha apoderado del trono. Otro. Yo sé mas cosas. Acabo de llegar de Cracovia, donde he visto cargar con los cuerpos de trescientos no- bles y de quinientos magistrados que han sido muertos. Parece que se van a doblar los impuestos. El Padre Ubt en persona vendra a recaudarlos. Topos. jDios Santo! ;Qué sera de nosotros? El Pa- dre Ubu es un cerdo asqueroso, y su familia, segin di- cen, resulta abominable. UN cAmpEsiNo. jEscuchad! Parece que llaman a la puer- ta. Una voz. (Desde fuera.) jCuernoempanza! jPor mi mierdra! ;Por san Juan, san Pedro y san Nicolas! ;jCha- rrasco de plata! jCuernos plateados! jAbrid! jVengo a cobrar los impuestos! (Derriban la puerta. Entra Ubi seguido de una legién de usureros.) 61 ESCENA IV (PaprReE UsvU, EsTANisLao LECZINSKI, CAMPESINOS, USUREROS) Papre Usv. j{Cual es el mas viejo de vosotros? (Un campesino se adelanta.) ,Como te llamas? Et CAMPEsINO. Estanislao Leczinski. Papre Usv. Entonces, jcuernoempanza!, escichame bien. Escucha, 0 estos sefiores te cortaran las onejas... iMe escucharas de una vez? EsTANISLAO. Vuestra Excelencia no ha dicho nada to- davia. Papre UsU. ~Como? jSi estoy hablando desde hace una hora! {Crees que he venido para predicar en el desierto? EsTANISLAO. Que me aspen si creo eso. Papre Usv. Esta bien. Vengo a decirte, a notificarte y a ordenarte que des cuenta de una vez de tus bienes, pues si no seras machacado. Vamos, sefiores salopines del Tesoro, acerquen hasta aqui el carrito de phinanzas. (Lo acercan.) EsTanistao. Sabed, Sire, que estamos inscritos en el re- gistro por solo ciento cincuenta y dos rixdales. Rixdales que pagamos hace unas seis semanas, por San Mateo. Papre Usw. Seguro, seguro. Pero ha cambiado el go- bierno. He hecho publicar en la Gaceta que habran de pagarse dos veces todos y cada uno de los impuestos, sin perjuicio de aquellos que ulteriormente se aumenten hasta tres. Sistema con el que me enriqueceré antes y, una vez ejecutado todo el mundo, podré retirarme. Los campesinos. Sefior Ubu, por favor, tened piedad de nosotros. Somos ciudadanos pobres. 62 Papre Usu. Me da lo mismo. A pagar. Los CAMPESINOS. No podemos. Ya hemos pagado. Papre Ust. jA pagar! Pagad u os met’en mi saco, pre- via tortura y degollacion de la cabeza y el cuello. ;Cuer- noempanza! jCreo que soy el rey! Padre Ubi, Sefior de las Phinanzas Tovos. {Eso pensais? jA las armas! ;Viva Bugrelao, rey de Polonia y Lituania por la gracia de Dios! Papre Usv. jAdelante, servidores de la phinanza! jCumplid vuestro cometido! (Se entabla la lucha. La casa queda destruida y el anciano Estanislao huye solo a través de la llanura. Ubi Ilena su talega con el bo- tin.) 63 ESCENA V (CaprTAN Borpura, PADRE UBU) En una casamata de las fortificaciones de Thorn. El capitan estdé encadenado. Papre Us. {Lo que son las cosas, ciudadano! Quisiste que te pagase lo que te debia y te rebelaste porque no accedi. Conspiraste, y hete aqui, en chirona. jCuernos de oro, buen fin! La jugada ha resultado tan buena, que incluso ti debes encontrarla de tu agrado. Borpura. Cuidado, Padre Ubu. Sois rey desde hace solo cinco dias. Y el nimero de crimenes que habéis cometi- do bastaria para condenar a todos los santos del Parai- so. La sangre del rey y de los nobles esta clamando ven- ganza. Sus gritos acabaran por ser escuchados. Papre Usw. jEh, querido amigo! Muy larga tienes la len- gua. No dudo de que si huyeras podrian resultar compli- caciones. Pero las casamatas de Thorn nunca han deja- do escapar a ninguna de las buenas piezas que se les confiaron. Asi que, buenas noches. Te deseo que duer- mas a pierna suelta, aunque a las ratas les dé por bailar una zarabanda sobre ti. (Sale. Los lacayos se disponen a echar el cerrojo a todas las puertas.) 64 ESCENA VI (EL EMPERADOR ALEXIS Y SU CORTE, CAPITAN BORDURA) En el palacio de Moscu. Ex zar Atexis. {No fuiste tu, infame aventurero, quien colabor6 en la muerte de nuestro primo Venceslao? Borpura. Perdonadme, Sire. A pesar mio fui arrastrado por el Padre Ubu. ALEXIS. jOh, repulsivo mentiroso! En fin, {qué es lo que deseas? Borpura. El Padre Ubu me encerré so pretexto de cons- piracién. Logré escapar y he galopado durante cinco dias y cinco noches por las estepas para venir a implorar vuestra graciosa misericordia. ALexis. {Qué puedes ofrecerme como prenda de tu su- mision? BorpurRA. Mi espada de aventurero. Y también un deta- lado plano de la ciudad de Thorn. A.exis. Me quedaré con la espada. Pero, por san Jorge, que quemen ese plano. No quiero deber mi victoria a una traicion. BorpurA. Uno de los hijos de Venceslao, el joven Bugre- lao, vive todavia. Haré todo lo posible por reinstalarle. ALexis. {Qué grado era el tuyo en el ejército polaco? Borpura. Comandaba el quinto regimiento de dragones de Vilna. Y una compaiiia independiente al servicio del Padre Ubu. ALexis. Esta bien. Te nombro subteniente del décimo re- gimiento de cosacos. Mas mucho cuidado con desertar. 65 En cambio, si te bates bravamente, seras recompensado. Borpura. De valor no ando escaso, Sire. Atexis. Muy bien. Y, ahora, desaparece de mi presencia. (Sale el capitan.) ESCENA VII (PapRE Us, MADRE UBU, CONSEJEROS DE PHINANZAS) En la sala de Consejos del Padre Ubi. Papre Usu. Seiiores, se abre la sesién. Traten de escu- char atentamente y de mantenerse tranquilos. En primer lugar, pasaremos revista al capitulo Hacienda. Luego hablaremos de cierto sistema que he imaginado para provocar buen tiempo y evitar la Iluvia. UN CONSEJERO. Muy bien, sefior Ubi. Mapre Usv. jEstipido hombre! Papre Usv. Cuidado, sefiora de mierdra. No estoy dis- puesto a aguantar vuestras simplezas... Como ibamos diciendo, sefiores, el Tesoro va pasablemente bien. Un considerable numero de sabuesos con calzas de lana se lanzan cada mafiana a las calles, y no lo hacen mal, no, los salopines. Por todas partes se ven casas ardiendo y gente agobiada bajo el peso de nuestras phinanzas. Et CONseJero. j{Y los nuevos impuestos, sefior Ubu? iVan funcionando? Mapre Usv. En absoluto. El impuesto sobre matrimo- nios sdlo ha producido once céntimos hasta ahora. Y eso que el Padre Ubu persigue a la gente hasta el infier- no para obligarla a casarse. Papre Usv. jCharrasco de plata! jCuerno de mi panza! iAprendiz de hacendista! Creo que tengo dos onejas pa- 66 ra hablar y vos una boca para escucharme... (Carcaja- das de los presentes.) {O mas bien al revés, mierdra! iMe hacéis equivocar y sois la responsable de que parez- ca tonto! Pero jpor el cuerno de Ubi...! (Entra un men- sajero.) ;,Y ahora qué? ,Qué le pasa a éste? Desapare- ce, cochino, o acabaras en mi talega, previa degollacién y quebrantadura de piernas. MApre Us. jAh! Ya se ha ido. Pero ha dejado una car- ta. Papre Usu. Léela. O estoy perdiendo inteligencia, o es que no sabia leer. Date prisa, simplesca. Debe ser de Bordura. Mapre Usv. Exactamente. Dice que el zar le ha acogido muy bien. Que van a invadir tus Estados para reponer en el trono a Bugrelao, y que a ti te mataran. Papre UsU. jOh, oh! jTengo miedo! jTengo miedo! jMuero ya! ,Qué ocurrira, gran Dios? ;Oh, pobre de mi! jEse hombre terrible va a matarme! ;Protegedme, por favor, san Antonio y todos los santos! ;Os procura- ré phinanza y os encenderé muchas velas! {Qué sera de mi, Sefior? (Llora y hace pucheros.) Mapre UsvU. Solo queda un partido que tomar, Padre Ubu. Papre Usv. {Cual, amor mio? Mapre Usv. jLa guerra! Topvos. {Vive Dios! j;Asi es como debe ser! Papre UBU. Si, pero sere yo quien se lleve los golpes. PRIMER CONSEJERO, jApresurémonos! jCorramos a or- ganizar el ejército! SEGUNDO CONSEJERO. jY a reunir viveres! TERCER CONSEJERO. {Y a preparar la artilleria y las forti- ficaciones! CuARTO CONSEJERO. {Y a separar el dinero para las sol- dadas! Papre Usu, jEso si que no, caramba! jA ti tendré que matarte! jNada de soltar dinero! ;Pues menuda ocurren- 67 cia! jAntes me pagaban por hacer la guerra y ahora queréis hacerla a mi costa! jNi pensarlo, por mi chapiro verde! Haremos la guerra, puesto que tenéis el capricho, pero.ni un céntimo habra de costarnos. Topos. Viva la guerra! ESCENA VIII (Papre UsU, MADRE UBU, PALOTINES Y SOLDADOS) En los alrededores de Varsovia. pornos Y PALOTINES. jViva Polonia! | Viva el Padre a! Papre Usv. jEh, Madre Ubu! Alcanzame mi coraza y mi palitroque. jOh! Pronto estaré tan cargado que no podré escapar en caso de persecucion. Mapre Usw. jAsco de cobarde! Papre Usv. jAhhh! jLa mierdra del sable se me cae y el gancho de botines se me escurre! Nunca estaré prepara- do. Y los rusos vienen por mi. UN SOLDADO. Monsefior Ubi, se os estan cayendo las ti- jeras de cortar onejas. Papre Usv. {Mira que te tomato con el garfio de mier- dra y el cuchillo para arreglar caras! Mapre Usv. {Qui ctivo con su casco y su coraza! jSe diria una calabaza en pie de guerra! Papre Usv. Por fin... Y, ahora, montemos. Acérquen- me, sefiores, el caballo de phinanzas. Mapre Usu. Tu caballo no podra llevarte, Padre Ubu. Hace cinco dias que no come y esta casi muerto. Papre Us. Esta si que es buena! ;Doce céntimos dia- rios por la alimentacién de este penco y ahora resulta que no podré montarlo! ;Te estas burlando de mi, por el 68 cuerno de Ubi? ,O es que acaso me sisas? (La Madre Ubu se ruboriza y baja los ojos.) ;Venga! ;Que me trai- gan otra montura! jNo querréis que vaya a pie, cuer- noempanza! (Le traen un caballo enorme.) Bueno, mon- temos de una vez. ;Oh! A mujeriegas, mejor, pues si no, me caigo. (El caballo echa a andar.) ;Ay! jParad a este animal. por Dios! ;Voy a caer y matarme! EI sefior Ubi a caballo Mapret Us. Desde luego, es imbecil. ;Ah, parece que se levanta! Mas ya esta otra vez por tierra. Papre Ust. {Medio muerto estoy, fisicuernos! De acuerdo, jy qué mas da? A la guerra me voy y acabaré con todo el mundo. jPobre del que no ande derecho! En mi sac’acabara, previa torsion de dientes y de nariz, y extirpacion de lengua. Mapre Usv. jBuena suerte, sefior Ubi! Papre Usv. jEh! Olvidaba decirte que te confio la re- gencia. Pero sabe que conmigo me llevo el registro del 69 Tesoro. Tanto peor si me robas. Te dejo al palotin Jirén para que te eche una mano. Adiés, Madre Ubu. Mapre Usv. Adids, Padre Ubi. Mata bien muerto al zar. Papre Usv. Desde luego! Torsién de dientes y de nariz, extirpacion de lengua e introduccién de mi palitroque en sus onejas. (El ejército se aleja al son de fanfarrias.) Mapre Usv. (Sola.) Ahora que ese monigote se ha ido, atendamos nuestros negocios: matar a Bugrelao y ha- cerse con el dinero. 70 ACTO CUARTO ESCENA PRIMERA (Mapre Usv) En el panteén de los reyes de Polonia, en la catedral de Varsovia. Mapre Usv. ;D6nde narices esta el tesoro? Ninguna lo- sa suena a hueco. Sin embargo, he contado bien. Trece baldosas a partir de la tumba de Ladislao el Grande. Pe- ro nada. Me habran engafiado. {Un momento, un mo- mento! Aqui parece que hay algo. Manos a la obra, Ma- dre Ubu. Animo, desprendamos esta piedra. | Uff, se re- siste! Probemos con este trozo de gancho de botines, y esperemos que vuelva a cumplir su cometido. jPor fin! iYa! He ahi el oro entre las osamentas de los reyes. jHa- la, hala, todo a la talega...! j|Eh! ;Qué ruido es ése? ;Ha- bra algun ser viviente bajo estas viejas bovedas? No, no ha sido nada. Apresurémonos, Tomémoslo todo. Este dinero estara mejor a la luz del dia que mezclado con los restos de los antiguos soberanos. Coloquemos de nue- vo la piedra... ,Qué, otra vez ese maldito ruido? El estar en estos lugares me origina una extrafia desazon. En otra ocasién me llevaré el resto del tesoro. Si, mejor vuelvo majiana... WN [x Una voz. (Saliendo de la tumba de Juan Segismundo.) jNunca, Madre Ubi! (La Madre Ubu huye aterrada por la puerta secreta llevdndose el oro robado.) ESCENA II (BUGRELAO Y SUS PARTIDARIOS, PUEBLO Y SOLDADOS) En la plaza de Varsovia. BuGRELAO. jAdelante, amigos mios! ;Vivan Polonia y Venceslao! El viejo bribén del Padre Ubu se ha ido. La bruja de la Madre Ubu se ha quedado sola con un pa- lotin. Me ofrezco a marchar al frente de vosotros para restaurar la estirpe de mis padres. Topos. jViva Bugrelao! BuGRELAO. Suprimiremos todos los impuestos estableci- dos por el odioso Padre Ubi. Topos. jHurra! jAdelante! ;Corramos a palacio y ani- quilemos su ralea! BuGRELAO. Eh? jMirad! jLa Madre Ubt ha salido ro- deada por sus guardias a la escalinata! Mapre Us. {Qué se les ofrece, sefiores? ; Anda, pero si es Bugrelao! (La multitud empieza a tirarle piedras.) PRIMER GUARDIA. Estan rompiendo todos los cristales. SEGUNDO GUARDIA. jPor san Jorge, me han descalabra- do! TERCER GUARDIA. jCuernos azules, soy muerto! BuGRELAO, {Mas piedras, amigos mios! Ex PALoTiN Jindn. jHon! yConque si? (Desenvaina y se precipita sobre la multitud productendo una carniceria espantosa.) 72

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