Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Seminario. Enfermedad Ulcerosa Gastroduodenal
Seminario. Enfermedad Ulcerosa Gastroduodenal
ANATOMÍA.
El estomago es una amplia bolsa musculosa que constituye el segmento inicial del tubo digestivo
subdiafragmático.
CONFIGURACIÓN EXTERNA
Forma: De J
Dirección: oblicua de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha para la 1era porción, ligeramente
ascendente para la segunda.
Dimensiones: Longitud: 25cm, ancho: 12cm y profundidad 8cm. Capacidad: 1200ml
CONFIGURACIÓN INTERNA
Mucosa rosa atravesada por gruesos pliegues paralelos a la dirección del órgano y que convergen
hacia el píloro, dos de ellos, mas pronunciados, que forman a nivel de la curvatura menor una
especie de surco que dirige el bolo alimentario hacia la porción horizontal.
A nivel de los orificios se observan verdaderos repliegues valvulares:
- En el cardias: la válvula de Gubaroff
- En el píloro: el esfínter eleva la mucosa en una válvula anular.
CONSTITUCIÓN ANATÓMICA
El estomago se haya formado, de la superficie a la profundidad, por 4 túnicas:
a) Serosa: fina y reluciente, que corresponde al peritoneo visceral
b) Musculosa: especialmente desarrollada en relación a la función del estomago en la
trituración de los alimentos y subdividida en 3 planos de fibras:
- Superficial: con fibras longitudinales, más densas en la curvatura menor.
- Media: con fibras circulares que continúan las del esófago, y se engruesan a nivel del
píloro, donde alcanzan 5 – 8mm.
- Profundo: con fibras oblicuas, que irradian en abanico desde el ángulo de His hasta las 2
curvaturas gástricas
c) Submucosa: muy laxa, recorrida por numeroso vasos y nervios, permite a la mucosa deslizarse
fácilmente debajo de la capa muscular (importancia quirúrgica).
d) Mucosa: gruesa, esta recorrida por finos surcos que circunscriben pequeñas mamilas de 2 a 3
mm de diámetro.
MEDIOS DE FIJACIÓN
Independientemente de su continuidad con el esófago abdominal por una parte, y con el duodeno
por la otra, el estomago está fijado en la celda gástrica por 3 tipos de medios de inserción:
2) Epiplones:
2.1) Epiplón menor o ligamento hepatogastrico: ligamento peritoneal pequeño de dos capas,
que conecta la curvatura menor del estomago y la porción proximal del duodeno con el hígado.
Puede ser subdividido en contacto con el estomago en 2 pociones:
a) Pars condensa: frente al cardias, que contiene los nervios gastrohepaticos (une el Nervio
vago izquierdo con los nervios del higado)
b) Pars fláccida: la mas extensa, que contiene entre sus hojas y contra el bode gástrico el
circulo vascular de la curvatura menor, asi como los nervios originados del Nervio vago.
c) Pars vasculosa: situada a la derecha, alrededor del pedículo hepático.
2.2) Epiplón mayor: nacido en el mesogastrio posterior, resulta de la adherencia de 4 hojas que
desciende por debajo del colon trasverso y recubren el intestino delgado, su porción alta une la
curvatura mayor al colon trasverso y forma el ligamento gastrocolico que contiene el circuito
vascular de la curvatura mayor.
2.3) Epiplon gastroesplenico: sale del megogastrio posterior y se continua con el ligamento
gastrofrenico y con el ligamento gastrocolico. Es muy corto, une la curvatura mayor con el hilio del
bajo y contiene ramas de la arteria esplénica.
3) Hoces vasculares: son repliegues peritoneales elevados por las arterias coronaria estomaquica y
hepática, que une la curvatura menor y el duodeno a la pared posterior.
a) Hoz de la coronaria
B) Hoz de la hepática
VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN
ARTERIAS:
Originadas en el tronco celiaco o en sus ramas, forman, en contacto con las curvaturas, 2 círculos
arteriales:
* Posterior: bordea la curvatura menor hacia atrás, y se anastomosa con la rama posterior
de la pilórica
Colaterales de la coronaria:
Colaterales de la pilórica:
Colaterales:
-Ramas gástricas: igual a las que nacen de la gastroepiploicas derecha (en total 25
– 30 arterias para la curvatura mayor).
- Ramas esplénicas
VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN
VENAS: El retorno venoso es muy paralelo al arterial, con venas gástricas derecha e izquierda,
además de la vena prepilorica, que drenan en la vena porta. Venas gástricas cortas y
gastroepiploica izquierda que drenan en la vena esplénica. Vena gastroepiploica derecha que
termina en la mesentérica superior.
LINFATICOS: El drenaje linfático viene dado por cadenas ganglionares que recorren la curvatura
mayor (nódulos gastroepiploicos derechos e izquierdos y nódulos gástricos derechos e izquierdo).
Se complementan con los ganglios linfáticos celiacos y pilóricos.
NERVIOS: Originados por los nervios neumogástricos (parasimpático), y el plexo celiaco simpático.
ULCERA GASTRODUODENAL:
EPIDEMIOLOGÍA
• Enfermedad frecuente.
• 10% de la población presenta síntomas de UP.
• 25% cursa con complicaciones
• La prevalencia de persona infectadas por HP es del 10 – 20%.
• Tasa de mortalidad 2 – 3 casos por 100.000 habitantes.
• La UD, es la mas frecuente, apareciendo con mayor frecuencia en varones.
• No existen diferencias en la ulcera gástrica, en lo que al sexo se refiere.
• Incidencia máxima en la UD: 55 – 65 años
• Incidencia de la UG: alcanza una meseta a los 25 años en varones y a los 45 años en las
mujeres.
• Aproximadamente 50% de la población adulta, 20% de niños menores 10 años y el 80% de
ancianos están infectados por HP.
• Entre 50 – 80% de las hemorragias digestivas presentan antecedentes de haber utilizado
AINEs de manera reciente.
Diversos factores pueden contribuir al desarrollo de una úlcera péptica, siendo la vía final común
la lesión acidopéptica de la mucosa gástrica o duodenal. Se considera que el desbalance entre
factores agresores y protectores es el principal mecanismo por medio del cual se producen
ulceraciones en la mucosa gástrica o duodenal.
• Úlcera duodenal: Estudios han demostrado la presencia de Helicobacter pylori hasta en un 95%
de los pacientes, siendo este el principal mecanismo de formación de las úlceras duodenales. La
bacteria, se encuentra adaptada para sobrevivir en el ambiente estomacal; ya que posee una
enzima llamada ureasa, que convierte la urea en amoniaco y bicarbonato, creando así un
ambiente alrededor de la bacteria que amortigua el ácido secretado por el estómago. Además en
el caso de la úlcera duodenal prevalecen los factores agresores sobre los protectores,
entendiéndose esto como hipersecreción.
• Úlcera Gástrica: Se han establecido pocas diferencias fisiopatológicas entre las úlceras gástricas
y duodenales, encontrándose infección por Helicobacter pylori en un 60 a 80% de los pacientes
con úlcera gástrica. La secreción de ácido en estos pacientes es variable, siendo la disminución en
factores de defensa el principal mecanismo de formación. El reflujo gastroduodenal tiene un
importante papel en el debilitamiento de las defensas de la mucosa gástrica, ya que el jugo
duodenal contiene bilis, lisolectina y jugo pancreático, ocasionando lesión en la mucosa gástrica Se
describen cuatro tipos de:
• Tipo 1 o de Johnson: Es la más frecuente, se asocia con baja producción de ácido. Se localiza en
la incisura angular en la curvatura menor, cercana al borde entre antro y cuerpo estomacal.
• Tipo 2: Es la presencia de una úlcera gástrica y una duodenal. Se asocia a hipersecreción ácida.
• Tipo 3: Es una Úlcera prepilórica con hipersecreción acida.
• Tipo 4: Ocurre cerca de la unión gastroesofágica.
• Ulceras Asociadas a AINES: La inhibición de la síntesis de prostaglandinas es el principal
mecanismo de lesión gástrica, ya que las prostaglandinas son un factor de protección de la mucosa
en dicha zona. Se demuestra que el uso de inhibidores COX-1 se asocia con mayor riesgo de
presentar úlcera péptica en comparación a los inhibidores selectivos COX-2.
GRADO HALLAZGO
I Primaria a nivel de la curvatura menor
II Gástrica y duodenal combinadas
III Pre pilórica
IV Yuxtaesofagica
V Relacionada con fármacos AINES
FISIOPATOLOGÍA:
• Los Factores de crecimiento que permiten la proliferación rápida de la mucosa cuando hay
una lesión. Uno de los tejidos que más rápido prolifera, crece y repara sus lesiones es la
mucosa gástrica.
• Helicobacter pylori :
-60-80% en aquellos con úlceras gástricas (UG), además la infección por este germen es la más
frecuente a escala mundial.
• Tabaquismo
• Pepsina
• Acidos biliares
Etiología
Las 3 formas más comunes de úlceras pépticas son:
El Helicobacter pylori es un bacilo espiral flagelado Gram (–) que se adquiere principalmente en la
infancia, productor de ureasa que se encuentra en el estómago.
La mayoría de los pacientes pueden estar asintomáticos durante toda su vida. Se sabe que
Helicobacter pylori sólo puede colonizar el epitelio de tipo gástrico. Su capacidad de adhesión a la
superficie del epitelio celular le permite quedar situado por debajo de la capa de moco y debido a
su actividad ureasa, que hidroliza la urea y la transforma en amonio, puede crear un microentorno
alcalino que le permite sobrevivir en el estómago, además el 60% de las cepas de Helicobacter
pylori secretan toxinas vacuolizantes.
Por este motivo, se pierde el efecto inhibitorio sobre la gastrina, con la consiguiente
hipergastrinemia que origina un aumento de células parietales y un aumento de la secreción ácida.
De hecho se ha demostrado que tanto la secreción ácida basal como la estimulada por la
pentagastrina se encuentra aumentada en pacientes con UD e infección por Helicobacter pylori
cuando se compara con pacientes no infectados o con infectados asintomáticos.
Aún no se conoce el mecanismo de transmisión de la bacteria, aunque hay dos vías que son las
más aceptadas:
1. La vía oral-oral: a través de la saliva y secreciones del estómago, que es la forma más frecuente.
2. La vía fecal-oral: a través del consumo de agua contaminada con residuos fecales o alimentos
regados con aguas no depuradas.
Estas lesiones son indistinguibles de las anteriores y además posee una incidencia mucho menor.
Los factores psicológicos son sólo agentes precipitantes
En estas situaciones se puede aceptar que existe una ruptura del equilibrio entre los factores de
agresión y la barrera de defensa de la mucosa gástrica y duodenal.
Resumen:
Se tratan de ulceraciones únicas o múltiples, otras veces son de gran tamaño, se manifiestan por
hematemesis y melena, pero pueden llegar a perforarse.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
Al examen físico:
• Hiperestesia epigástrica.
• Taquicardia y ortostaltismo (deshidratación por vómito y hemorragia activa).
• Abdomen en tabla. (perforación)
• Chapoteo a la succión, por liquido retenido en estomago (Obstrucción de orificio de salida
gástrico)
Métodos diagnósticos:
Los métodos diagnósticos de la infección por HP se han clasificado tradicionalmente en invasivos y
no invasivos. Los primeros se basan en técnicas de detección directa de la bacteria que precisan de
biopsias y, por tanto endoscopia. Los métodos no invasivos no requieren biopsia, se basan en la
detección de ciertas características de la bacteria (por ejemplo, la capacidad de hidrolizar urea,
propiedad en la que se basa la prueba del aliento), o de los antígenos de la bacteria en heces
Clasificación de Forrest
Métodos no invasivos
• Prueba del aliento de urea marcada, a prueba del aliento se basa en la capacidad de la ureasa
producida por H. pylori para hidrolizar una solución de urea previamente marcada, bien con 13C o
con 14C. el test del aliento se realiza del siguiente modo: con el paciente en ayunas, se administra
ácido cítrico, lo que mejora la fiabilidad de la prueba al estimular la actividad ureasa de H. pylori,
inhibiendo la de otras bacterias. posteriormente se administra urea marcada con c13, un isótopo
no radioactivo. Si el estómago está infectado, H. pylori de- grada la urea en amonio y cO2, que
pasa a la sangre y posteriormente se elimina a través de la respiración. el incremento de la
cantidad de c13 en el aire espirado tras la ingesta de la urea marcada permite el diagnóstico de la
infección. el método resulta altamente fiable si se realiza de acuerdo al protocolo europeo
estándar, que incluye el em- pleo de ácido cítrico154. no se recomiendan los kits diagnósticos que
no administran ácido cítrico antes de la prueba, ya que su fiabilidad diagnóstica parece
notablemente inferior90.
Donde se analiza la composición del aire espirado antes y después fundamentándose en que la
presencia de CO2 marcado en el aire espirado nos indica hidrólisis de la urea y por tanto nos
informa de la presencia de microorganismos productores de ureasa en el estómago. Se caracteriza
por ser una prueba segura, con una alta sensibilidad y especificidad, y se considera la mejor
prueba para monitorizar la respuesta al tratamiento. Cuando se quiera comprobar la curación de
la infección por Helicobacter pylori no es necesario que se le practique una nueva endoscopia para
tomar biopsias.
Esta prueba debe realizarse al menos un mes después de finalizar la pauta terapéutica
erradicadora. Para evitar falsos negativos, el paciente no debe tomar inhibidores de la bomba de
protones (IBP) ni antibióticos durante los 15 – 20 días antes de su realización y debe llevarse a
cabo en ayunas y sin haber fumado en las 8 horas previas.
TRATAMIENTO:
El tratamiento de la UGD es médico y está dirigido a controlar la secreción ácida, evitar sustancias
que alteren la barrera mucosa y tratar la eventual infección por Helicobacter Pylori. El tratamiento
quirúrgico tiene indicación frente a las complicaciones de la enfermedad.
Medidas no farmacológicas:
• Abstenerse de bebidas alcohólicas, en concentraciones elevada lesionan la barrera
mucosa del estomago y ocasionan gastritis. Algunos autores han demostrado que su
consumo retarda la cicatrización.
• Abstenerse de café y té: es un estimulante de la secreción gástrica, favoreciendo la
sintomatología de reflujo gastroesofagico.
• Leche y derivados: el calcio y las proteínas lácteas estimulan la secreción de acido y no
poseen efector protector.
• Tabaco: se ha implicado como factor etiológico de la ulcera duodenal, retardando la
cicatrización y aumentando las recurrencias. Este efecto lo realiza a través de diferentes
mecanismos que son:
1- El aumento de la secreción acida en el estomago
2- La disminución de la secreción pancreática de bicarbonato
3- La disminución de la síntesis de prostaglandinas y la estimulación del reflujo del contenido
duodenal hacia el estomago.
• Abstenerse de fármacos ulcerogénicos (acido acetilsalicilico, AINEs, corticoides, entre
otros). Si fuera necesario su uso, habría que reevaluar periódicamente dicha necesidad.
• Establecer una dieta fraccionada con 5 o 6 comidas al día, evitando los alimentos que el
paciente sabe por su propia experiencia que le provocan síntomas. Es conveniente hacer
comidas frecuentes para evitar la excesiva distención del antro gástrico, ya que esto puede
aumentar la secreción acida.
• Como analgésico o antigripal usar paracetamol.
• Utilizar antiácidos 1 hora después de cada comida
• Vigilar el color de las heces y acudir a urgencias ante cualquier modificación pues puede
ser indicio de sufrir una hemorragia digestiva.
• Comunicar cualquier efecto secundario del tratamiento
• Ante cualquier brote ulceroso no automedicarse salvo con antiácidos para evitar
enmascarar lo síntomas.
• Continuar la medicación aunque el dolor desaparezca, pues aunque desaparezcan los
síntomas es necesaria la cicatrización de la ulcera.
Medidas Farmacológicas
Reducir la acidez elevando el pH por encima de 3, valor denominado PH crítico por encima del cual
no actúa la pepsina; aumentar la resistencia de la barrera mucosa y tratar la eventual infección por
Helicobacter pylori.
Recientemente el grupo de la Conferencia Española de Consenso recomendó como tratamiento
de elección en la erradicación de HP la combinación de un inhibidor de la bomba de protones (IBP)
asociado a amoxicilina y claritromicina durante 7 días. Esta pauta consigue la erradicación de HP
en un 86% de los casos en nuestro medio. Como IBP puede utilizarse indistintamente omeprazol,
lansoprazol o pantoprazol. Otra opción sería el rabeprazol o el esomeprazol.
Si existe alergia a penicilinas se recomienda como alternativa el metronidazol. Este consenso
español asume también como otra pauta de primera elección la asociación de ranitidina,
subcitrato de bismuto, claritromicina y amoxicilina o un nitroimidazol, que ha conseguido tasas de
erradicación del 82-89%.
En cuanto a la duración del tratamiento erradicador, se ha comprobado que las pautas de 14 días
aumentan aproximadamente en un 5% las tasas de erradicación con respecto a las pautas de 7
días26. No obstante, el grupo de la Conferencia Española de Consenso considera las pautas de 7
días las más adecuadas en base a la relación coste-beneficio 26. En caso de fallo en la erradicación,
se recomienda cuadrúple terapia sin repetir ninguno de los antibióticos previamente utilizados.
Por ejemplo, podría utilizarse la asociación de un IBP, subcitrato de bismuto, tetracicilina y
metronidazol.
Tratamiento Quirúrgico
Indicaciones y Elecciones del Tratamiento Quirúrgico
a. Hemorragia
Varios son los factores que deben considerarse para ser tratada quirúrgicamente:
• Intensidad, persistencia y recurrencia del sangrado.
• Que los métodos endoscópicos como la electrocoagulación, mono o bipolar,
fotocoagulación con láser, probeta caliente, no hayan dado resultados.
• Tiempo y tipo de control.
• Localización y características de la úlcera. Edad del paciente.
• Experiencia del equipo quirúrgico.
b. Perforación
El tratamiento de la perforación de una úlcera péptica a cavidad libre, debe ser quirúrgico e
inmediato.
Nunca olvidar que ese cuadro obstructivo puede corresponder a un cáncer ulcerado. De no ser así,
y el paciente es joven, muchos autores se inclinan por una vaguectomía troncular con antrectomía
a lo Billronth II. En los pacientes mayores las alternativas serían la vaguectomía troncal con
piloroplastía tipo Finney o Jaboulay, o con gastroen-teroanastomosis, antecólica.
En la elección del método quirúrgico a emplear se debe considerar además del estado clínico del
paciente, que es muy importante, la experiencia profesional del personal, médico y las facilidades
hospitalarias.
a. Gastroenteroanastomosis
Fue utilizada antiguamente como tratamiento de úlceras gástricas bajas o úlceras duodenales no
complicadas o con suboclusión pilórica. Consiste en una anastomosis latero-lateral de cara
anterior de estómago a borde antimesen-térico de yeyuno, a unos 15 cm del Treitz, habitualmente
antecólica y anisoperistáltica. Actualmente se emplea como una forma de drenar el estómago
cuando se realiza una vaguectomía troncular.
b. Piloroplastías
La mayor parte de veces se realizan gastrectomías subtotales distales, es decir que la resección
comprende el antro, pudiendo incluir el cuerpo o parte del fondo gástrico. En la parte inferior la
sección se hace a 2, ó 2,5 cm del píloro en el bulbo duodenal.
La primera gastrectomía subtotal distal la realizó Theodoro Billroth, el año 1881, en una paciente
con una tumoración pilórica maligna. Sobrevivió mas de seis meses. El cirujano resecó el píloro y
una pequeña parte del antro, realizando una anastomosis gastroduodenal termi-noterminal. Esta
operación es llamada Billroth I. Cuatro años después, el mismo autor realizó otro tipo de
gastrectomía subtotal distal: resecó el antro, cerró el muñón duodenal y anastomosó el muñón
gástrico al yeyuno, a 15 cm del Treitz, en forma laterolateral y anisoperis-táltica. Esta operación se
llamó Billroth II.
Con el tiempo esta técnica fue modificándose, siendo las más conocidas la de Polya y la de
Hofmesister- Finsterer, que consisten, respectivamente, en anastomosar el muñón gástrico
empleando toda la circunferencia de su boca, o cerrando un segmento de dicho ostoma.
d. Gastrectomía total
A veces la úlcera puede estar en la región subcardial, o fibrosar gran parte de la curvatura menor,
o haber más de una úlcera, en tales casos cabe la posibilidad de una gastrectomía total.
e. Vaguectomías
Hay que recordar que hay variaciones en cuanto a posición, tamaño y número de ramas vagales a
nivel abdominal. En el mayor número de casos los nervios vagos gástricos se originan en los plexos
esofágicos, formando un tronco anterior izquierdo y otro posterior derecho.
La vaguectomía troncal fue realizada y descrita por Dragtedt y Owens el año 1943. Con sólidos
fundamentos fisiopatológicos, que les permitió corregir la atonía gástrica de sus primeras
intervenciones. El empleo de una gastrotomía, piloroplastía, gastroenteroanastomosis o una
antrectomía, eliminan esta disfunción vagal.
f. Vagotomía selectiva
• Cirugía Laparoscópica
Durante los últimos años de la presente década, el mundo quirúrgico ha incursionado en la cirugía
gástrica y duodenal laparoscópica, en procesos agudos y crónicos, benignos e inclusive malignos.
Entre nosotros, todavía son pocos los grupos que realizan este tipo de operaciones, pero el avance
es satisfatorio y va ampliándose en cobertura y seguridad.
Con algunas variantes y sólo a título de información, diremos que el método consiste en establecer
un pneumoperitoneo con dióxido de carbono a una presión promedio de 10 mmHg, a través de
una punción en el área periumbilical (aguja de Veress). Consiguiendo esto, se retira la aguja y por
el mismo sitio se introduce la cánula laparoscópica por donde se inserta la cámara (10 mm). Con la
cavidad iluminada y visión directa, se introducen otras dos cánulas a la izquierda, sobre la línea
auxiliar anterior (15 mm y 10 mm) y otra a la derecha de la zona subxifoidea (10 mm), por donde
van los instrumentos tractores, cortantes, disectores, coaguladores, aspiradores, porta-agujas, etc.
que permitirán a su turno, realizar la exploración, disección y otros actos quirúrgicos en la zona
perigastro- duodenal, incluyendo eventuales suturas directas.
Para la sección de los segmentos digestivos (esófago, estómago, duodeno e intestinos), y para las
anastomosis pertinentes, se emplea material y equipos mecánicos como Endoglia 30, que permite
suturas mecánicas adecuadas.
La práctica quirúrgica de la cirugía abierta y una mayor experiencia guiada en esta nueva
modalidad, permitirán valorar en un mediano plazo los avances, resultados y ventajas de los
procedimientos en mención.
Indicativas de complicación:
COMPLICACIONES:
Van a sufrir complicaciones alrededor del 35% de los pacientes ulcerosos. Estas complicaciones
son, por orden de frecuencia: penetración, hemorragia, perforación y estenosis del píloro. En
general estas complicaciones van a ser más frecuentes en las úlceras gástricas, a excepción de la
penetración que va a ser más frecuente en la úlcera duodenal.
Por otra parte estas complicaciones van a ser más frecuentes tanto en los pacientes fumadores
como en aquellos consumidores de AINE.
Penetración
Se estima que un 15% de las úlceras gástricas y hasta un 50% de las úlceras duodenales penetran
en órganos vecinos, como páncreas, vía biliar, hígado, epíplon gastrohepático y mesocolon. Esta
complicación, debido a que se relaciona con la evolución de la enfermedad, ha disminuido con la
introducción de las nuevas estrategias terapéuticas. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y
se basa en la pérdida del carácter circunscrito del dolor y permanece, de manera constante
llegando a irradiarse hasta espalda u otras zonas, según el órgano al que penetre. Por otra parte,
ante esta complicación el dolor pierde su ritmo diario y estacional, persiste durante temporadas
más prolongadas y se alivia menos con los alimentos y los antiácidos.
Hemorragia digestiva
Van a sufrir esta complicación el 25% de los pacientes ulcerosos en algún momento de su
evolución, siendo a veces su primera manifestación clínica. Por otra parte la enfermedad ulcerosa
es la causa de 50% de las hemorragias. Esta complicación es frecuente en aquellos que consumen
AINEs.
El cuadro clínico varía, desde casos de hemorragia oculta que se manifiestan como una anemia
hasta casos de hemorragias masivas con vómitos (que se manifiesta en forma de “posos de café” o
deposiciones negras como el alquitrán, aunque a veces no se observan de un modo directo) y
deposiciones hemáticas, que ponen en peligro la vida del paciente. Ante hemorragia o sospecha
de ella es imprescindible la realización de una endoscopia.
Perforación
Posiblemente sea la complicación más grave de todas, ocurriendo en el 5 - 10% de los pacientes
con úlcera, siendo en el 33% de los casos la primera manifestación de la enfermedad. Se produce
cuando una úlcera en la pared anterior de estómago o duodeno penetra y accede dentro de la
cavidad abdominal.
Esta complicación va a ser más frecuente en varones y aparece con más frecuencia en las úlceras
de la pared anterior del duodeno. Se relaciona con el consumo de tabaco, alcohol y sobre todo con
el consumo de AINEs. Clínicamente se manifiesta por un intenso dolor epigástrico o en el
cuadrante derecho del abdomen, que se extiende de forma transfixiva (“como una puñalada”)
hasta espalda o hasta el resto de la cavidad abdominal. También puede extenderse hasta el
hombro derecho.
La exploración del abdomen se caracteriza por la presencia de una contractura limitada o
generalizada de la musculatura de la pared abdominal (abdomen “en tabla”). La técnica
diagnóstica más específica es la radiografía simple de abdomen, que refleja la presencia de gas
libre en la cavidad peritoneal. La perforación, es una urgencia, que requiere tratamiento
quirúrgico precoz.
Obstrucción pilórica
Las úlceras pépticas causan más del 80% de las disminuciones del calibre de la válvula que permite
el paso del estómago al duodeno (estenosis pilóricas). Esto se puede producir por la presencia de
una úlcera dentro del canal pilórico o bien en la zona de estómago o duodeno próximo a él. Se
produce por la disminución del calibre de la luz intestinal, en la zona donde está o estaba la úlcera,
debido a la intensa reacción inflamatoria producida, o bien por la cicatrización originada una vez
curada.
Esta complicación afectaba clásicamente al 5% de los pacientes ulcerosos, aunque actualmente, la
presencia de eficaces tratamientos médicos ha hecho disminuir notablemente esta complicación.
Clínicamente se inicia con la presencia de sensación de plenitud gástrica posprandial, nauseas y
anorexia. Al avanzar el cuadro aparece el síntoma fundamental de la enfermedad, que es el
vómito retencionista, es decir, vómitos de alimentos ingeridos al menos 6-8 horas antes.
Cáncer
Las personas con úlceras causadas por Helicobacter pylori tienen de 3 a 6 veces más
probabilidades de desarrollar cáncer de estómago al cabo de los años. No existe riesgo aumentado
de padecer cáncer si la causa de las úlceras es otra.