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TEMA: Los gobiernos democráticos (1979-2000)

1. Introducción
2. Los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo
3. Los gobiernos socialistas de Felipe González
4. Los gobiernos populares de Aznar
5. Conclusión

1. INTRODUCCION
La consolidación de la joven democracia española se producirá en la segunda legislatura de Adolfo Suárez, si
bien atravesará momentos muy difíciles, especialmente con el desmoronamiento del partido en el poder, la
UCD, y, sobre todo, con el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Los sucesivos gobiernos del PSOE
acabarán por estabilizar y consolidar la democracia en España.

2. LOS GOBIERNOS DE SUÁREZ Y CALVO SOTELO


Tras aprobarse la Constitución DE 1978, las Cortes fueron disueltas y en las nuevas elecciones
generales celebradas el 1 de marzo de 1979 volvió a triunfar la Unión de Centro Democrático (UCD) de
Adolfo Suárez, que formaría un gobierno en minoría, mientras que el PSOE fue la segunda fuerza, seguida
por el PCE, Alianza Popular, CIU y PNV.
Durante el nuevo gobierno de Suárez, la configuración del Estado de las autonomías recibió un notable
impulso. Ya antes de las elecciones, en septiembre de 1979, se había reestablecido la Generalitat Catalana.
También en este período se crearon las “plataformas preautonómicas” de Aragón, Canarias, País
Valenciano y se instituyeron el Consejo General del País Vasco y la Xunta de Galicia. Se trazaba así el
mapa autonómico de España. Otro paso importante se dio con la aprobación de los Estatutos de
Autonomía de las llamadas comunidades “históricas”: Cataluña, País Vasco, y Galicia, a las que con
posterioridad se les unió Andalucía.
En la oposición, el PCE entró en crisis antes sus constantes disidencias y Alianza Popular se reforzó con
miembros de la UCD. Por su parte, el partido gobernante entró en una profunda crisis ante su escisión
interna en dos facciones: al centro-izquierda, los liberales y socialdemócratas; a la derecha, los
democristianos y conservadores. La oposición también jugó sus bazas y el PSOE llegó a presentar una
moción de censura contra Suarez.
A esta inestabilidad política del gobierno se sumaron otros problemas como la crisis económica, que se
fue agravando desde 1979 por el encarecimiento del petróleo, la disminución de inversiones extranjeras y el
cierre de empresas, y el aumento del terrorismo, siendo especialmente dura la campaña terrorista de ETA,
que causó 77 muertos en 1979 y 95 en 1980. Todos estos factores precipitaron la dimisión de Suárez el 29
de enero de 1981. Calvo Sotelo, dirigente de UCD, fue designado candidato a la presidencia. Tras no
obtener mayoría suficiente en una primera votación, se fijó para el día 23 de febrero la segunda votación
para su investidura.
Mientras se celebraba la votación de investidura, un grupo de guardias civiles dirigidos por el teniente
coronel Tejero entró en las Cortes secuestrando al poder legislativo y ejecutivo. El capitán general de
Valencia, Jaime Milans del Bosch, decretaba el estado de guerra y publicaba un bando que recordaba los del
verano de 1936. El golpe no contó, sin embargo, con el apoyo unitario del ejército. La labor de algunos
militares clave para abortar el golpe, así como la actuación del rey, quien se dirigió a los ciudadanos de
madrugada, explicando las órdenes que había transmitido a los altos cargos militares de sumisión al orden
constitucional y transmitiendo su total rechazo al golpe y su incondicional adhesión a la democracia.
Tras el fracaso del intento de golpe de Estado del 23-F, Calvo Sotelo gobernó tan sólo un año y medio,
en un período marcado por la descomposición de su propio partido, la aprobación de la Ley del Divorcio
(julio de 1981) con la oposición de la Iglesia y el escándalo del envenenamiento masivo por aceite de colza
desnaturalizado, que provocó la muerte de 1.100 personas y el envenenamiento de otras 60.000 en la
primavera de 1981. En mayo de 1982, con la oposición de los partidos de izquierda, España ingresó en la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), alianza política y militar. El PSOE, por su parte,
prometió un referéndum popular sobre esta adhesión si ganaba las elecciones.
3. LOS GOBIERNOS SOCIALISTAS DE FELIPE GONZÁLEZ

En octubre de 1982, Calvo Sotelo convocó elecciones. El PSOE consiguió un triunfo arrollador,
con más de 10 millones de votos y mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados (202 escaños). El
proyecto de "cambio" de Felipe González había arrollado a una UCD (11 escaños) que casi
desapareció en las elecciones y fue sustituida por la Alianza Popular de Manuel Fraga (107 escaños)
como el principal partido de la derecha y de la oposición. El PCE perdió muchos votos porque muchos
comunistas votaron al PSOE (voto útil), lo que supuso la dimisión de Santiago Carrillo.
Tras la victoria en 1982, el PSOE de Felipe González volvió a repetir la mayoría absoluta en 1986 y en
1990, pero progresivamente con un menor número de votos. En 1993, en contra de lo que pronosticaban las
encuestas, volvieron a ganar. Se iniciaba así un nuevo período de gobiernos socialistas que duraría hasta
1996.
La llegada de Felipe González al Gobierno de la Nación confirmó el fin de la transición política, ya
que mostró la normalización democrática alcanzada, puesto que no se volvió a vivir en riesgo de
involución militar y supuso la llegada al poder de un Gobierno no franquista, procedente del bloque
republicano derrotado en la Guerra Civil.
Ya desde los primeros momentos, el gobierno de Felipe González desarrolló una política económica
socialdemócrata, encaminada a la construcción del Estado del Bienestar. Para ello, procedió a un
saneamiento económico, marcado por el fin del proteccionismo estatal y por la reconversión industrial,
con el cierre de las empresas públicas deficitarias (astilleros, siderurgia y minería), lo que facilitó reducir la
alta inflación. Esta política vino acompañada de una Reforma fiscal que permitió el aumento de los
impuestos directos (IRPF), lo que se vio reflejado en un ambicioso plan de inversión en infraestructuras
(autovías, AVE, Juegos Olímpicos de Barcelona, EXPO 92), que llegaría a elevar el crecimiento económico
a un 5% anual.
Esta dura política económica se compensó con una decidida política social cuyo objetivo era extender el
“Estado del Bienestar” y que implicó un fuerte incremento del gasto público para ampliar la cobertura de
servicios básicos como la sanidad, la educación y los subsidios a los desempleados y jornaleros temporeros,
a la vez que nuevas leyes educativas (LODE, en 1985 y LOGSE, en 1990) democratizaban la enseñanza y
ampliaban la escolarización hasta los 16 años. También se reformó la enseñanza universitaria a través de la
Ley de Reforma Universitaria (1983). Otra actuación social sería la Ley que despenalizó el aborto
(1983), duramente atacada por los sectores conservadores.
Por otro lado, el gobierno socialista tuvo que hacer frente al terrorismo de ETA, con más de 100 muertos
durante su legislatura. Ante la situación, se propició el Pacto de Ajuria Enea, con todas las fuerzas políticas
democráticas vascas contrarias al terrorismo. Asimismo, para acabar con el peligro del golpismo, se
emprendió una reforma del ejército, que consistió en reducir gradualmente la plantilla del ejército y sujetarlo
al poder civil.
Sin embargo, el hecho más trascendental de la etapa socialista fue la admisión en la Comunidad
Económica Europea en 1986, ya que permitió acceder a miles de millones de pesetas, los fondos
comunitarios, que permitieron en gran medida atender la renovación de las infraestructuras y financiar los
costes de la reconversión industrial, la PAC y la PPC, a la vez que abría la economía española a un mercado
de más de 200 millones de consumidores. La presencia en la actual UE (a partir del Tratado de
Maastricht, 1992) supuso, además, la introducción del IVA y la adaptación de la economía al modelo
impuesto desde Bruselas, con una total liberalización de los mecanismos económicos y la privatización de
las empresas públicas. Respecto a la entrada de España en la OTAN, a la que el PSOE se había opuesto en
un principio, ahora Felipe González, una vez en el poder, cambió de posición, tal vez para romper el
aislamiento en materia de defensa, y se decidió en referéndum (sólo 52% síes).
A pesar de todas las medidas realizadas, el gobierno socialista entró en desgaste a finales de los 80. El
crecimiento económico y las medidas liberalizadoras del gobierno trajeron un aumento de las diferencias de
riqueza entre los diversos grupos sociales. Comenzaban los conflictos socio-laborales. Los sindicatos
CC.OO. y UGT organizaron una huelga general el 14 de diciembre de 1988 que tuvo un seguimiento
prácticamente total. El país se paralizó y Felipe González tuvo que negociar la retirada parcial de su programa
liberalizador.
El desgaste continuó a comienzos de la década de los 90, pues la recesión mundial iniciada a principios
de la década golpeó duramente a nuestro país. La crisis económica, agravada por la política económica del
gobierno, disparó la inflación y el paro llegó a la dramática cifra de tres millones de desempleados. La crisis
económica fue la antesala del estallido de escándalos de corrupción que afectaron al gobierno socialista:
Juan Guerra, hermano de Alfonso Guerra, fue acusado de fraude fiscal y malversación de fondos; y el caso
Filesa, una trama de financiación ilegal del PSOE. A esto se unió el escándalo de los GAL, grupo armado
formado por policías y mercenarios que con la complicidad de cargos del gobierno llevó a cabo la "guerra
sucia" contra ETA entre 1983 y 1987.
En las elecciones de 1993, el PSOE volvió a vencer aunque esta vez sin mayoría absoluta por lo que
necesita el apoyo parlamentario de Convergència i Unió de Pujol. Las fuerzas de derecha se habían
reorganizado en el Partido Popular (antigua Alianza Popular) que era dirigido desde 1989 por Jose María
Aznar. Se iniciaba así la cuarta legislatura con Felipe González en el gobierno del país (1993-1996). Las
dificultades económicas, los nuevos escándalos (Caso Luis Roldán) y la dura campaña de la oposición
llevaron a que, tras negarle Pujol el apoyo para aprobar los presupuestos, Felipe González convocara
elecciones en 1996.

4. LOS GOBIERNOS POPULARES DE AZNAR

En las elecciones del 3 de marzo de 1996, el Partido Popular (PP) ganó al PSOE por un pequeño
margen de votos; no obstante, se produjo el relevo político en el gobierno español. Con el apoyo
parlamentario de CIU, PNV y Coalición Canaria, José María Aznar formó un gobierno del Partido
Popular.
Aznar centró sus esfuerzos en implementar una política económica ortodoxa que redujera el déficit
público y reactivara la actividad económica privada. El gran objetivo era cumplir los denominados criterios
de convergencia (inflación, deuda, déficit...) establecidos en el Tratado de Maastricht de 1991 y que una
vez alcanzados permitirían a España unirse a la nueva divisa europea, el Euro. La política económica,
auspiciada por el vicepresidente y ministro de economía Rodrigo Rato, fue un éxito. La actividad
económica se reactivó, el paro descendió de manera notable y el saneamiento de la economía llevaría a que
España participara en el nacimiento del Euro en 1999.
Por su parte, el terrorismo de ETA llegó a su expresión más sangrienta en verano de 1997 con el asesinato
del concejal del PP en el ayuntamiento vasco de Ermua, Miguel Ángel Blanco. La crueldad de la banda
terrorista y la labor de los colectivos que llevaban años enfrentándose a la violencia en el País Vasco
desencadenó una importante reacción popular que vino a denominarse el "espíritu de Ermua". El gobierno
de Aznar, con el apoyo de la oposición socialista, se lanzó decididamente a una política de dureza con ETA
y con el entorno nacionalista. La reacción en el campo abertzale fue el Pacto de Lizarra-Estella de 1998,
un acuerdo de todas las fuerzas nacionalistas, desde el PNV a ETA, para avanzar hacia la independencia.
Unos días después ETA declaró una tregua indefinida y sin condiciones. Los contactos entre el gobierno de
Aznar y el grupo terrorista no dieron ningún resultado y un año después ETA volvió a la actividad armada.
El presidente Aznar, que había sido víctima de un atentado frustrado en 1995, reforzó su política de
enfrentamiento con el nacionalismo vasco en todas sus tendencias.
Las elecciones convocadas en el año 2000 marcaron el momento de apogeo del PP y Aznar. El nuevo
siglo se inició con una mayoría absoluta del PP en las Cortes, que se prolongaría hasta 2004, año en que
el PSOE vuelve al poder con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza. En esta nueva legislatura de
Aznar, en política interior se reformó la anterior legislación socialista sobre educación (Ley Orgánica de
Calidad de la Enseñanza -LOCE- y Ley Orgánica de Universidades -LOU-), inmigración (Ley de
Extranjería), terrorismo (Ley de Partidos que ilegalizaba los partidos que no condenaban explícitamente
la violencia), trasvases de agua (Plan Hidrológico Nacional). En política exterior, Aznar se alineó
abiertamente con USA y dio su apoyo a la invasión de Irak (represalia por los atentados del 11S de 2001)
sin la aprobación de la ONU.

5. CONCLUSIÓN

En definitiva, los gobiernos que se desarrollaron en España en las dos últimas décadas del siglo XX dieron a
nuestro país la normalidad democrática que existía en otros países de Europa. Gracias a estos gobiernos, se
creó en España el Estado del Bienestar y nuestro país cerró las heridas abiertas durante la Guerra Civil.
Posteriormente, Zapatero (PSOE) y Rajoy (PP) continuarían con la labor de sus antecesores.

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