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12. LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000).

1. INTRODUCCIÓN.

España pasó de una dictadura a una democracia a través de un proceso


denominado transición que fue posible gracias a un pacto entre los gobiernos de la
monarquía (herederos del franquismo) y la oposición política (integrada por los partidos
obreros históricos de izquierda y los nacionalistas de Cataluña y del País Vasco).
El nombramiento de Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno por el Rey, la
aprobación por los españoles, mediante referéndum, de la Ley para la Reforma Política
y los Pactos de la Moncloa serán hechos decisivos para el éxito de la transición.
El resultado fue la aprobación de la Constitución de 1978, que consagraba el
Estado social y democrático de derecho, la monarquía parlamentaria y un Estado
descentralizado conocido como Estado de las Autonomías .
Este proceso fue dirigido primero por Adolfo Suárez, al frente de la UCD y, a
partir de 1982, por el PSOE liderado por Felipe González.

2. EL SEGUNDO GOBIERNO DE LA UCD.

Una vez aprobada la Constitución, se disolvieron las Cortes y se convocaron


elecciones legislativas para marzo de 1979. El triunfo fue de nuevo para la UCD, que
presidía Adolfo Suárez. En efecto, la UCD obtuvo 168 diputados, el PSOE, 121, y como
tercera fuerza, a mucha distancia, quedó el PCE, con 23 escaños. El partido más a la
derecha, Coalición Democrática, nombre bajo el que se presentaba Alianza Popular,
sólo obtuvo 10 diputados.
El nuevo gobierno continuó la actividad reformista en la línea diseñada por los
Pactos de la Moncloa, que comportó la promulgación del Estatuto de los
Trabajadores (1980). Sin embargo, no se emprendió una política de reformas de la
estructura productiva porque la vida política era la prioridad del gobierno. El ejecutivo
se mostró inestable, tuvo que hacer frente a sucesivos cambios ministeriales y Suárez
empezó a ser contestado como líder del partido a la vez que se reforzaban distintas
tendencias en el interior de la UCD.
A los problemas internos del partido gobernante se añadió su relativo fracaso en
las primeras elecciones municipales democráticas, celebradas en abril de 1979, a partir
de las cuales se constituyeron ayuntamientos de izquierdas en las grandes ciudades.
Situación similar se produjo en las elecciones autonómicas en el País Vasco y Cataluña
(marzo de 1980) donde la UCD perdió la mitad de los votos conseguidos en 1979.
La oposición ganaba fuerza y se beneficiaba del malestar social y político así
como de la crisis interna de la UCD. En mayo de 1980, el poder ejecutivo tuvo que
someterse a una moción de censura presentada por el PSOE en las Cortes, que ganaría el
gobierno con escaso margen. A partir de aquel momento, la actividad gubernamental se
paralizó y las reformas que habían de adecuar los aparatos del Estado (Justicia,
Ejército…) a la nueva legalidad constitucional quedaron frenadas.
Ante el fraccionamiento de la UCD y el cuestionamiento de su liderazgo, Suárez
presentó su dimisión como presidente del gobierno y del partido el 29 de enero de 1981.
Como causa de su marcha, el presidente se refirió solo al desgaste sufrido tras cinco
años de gobierno, pero las críticas recibidas dentro de su propio partido tuvieron sin
duda un papel relevante en su decisión, así como las fuertes presiones de sectores
empresariales y militares contra su persona.

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3. EL INTENTO DE GOLPE DE ESTADO DEL 23-FEBRERO.

La principal amenaza al sistema democrático provenía fundamentalmente de la


pervivencia en el estamento militar de sectores hostiles al proceso democrático, que
habían visto la legalización del partido comunista, el proceso autonómico, el terrorismo
y la anunciada reforma del ejército como graves signos de alarma que justificaban su
intervención. El 23 de febrero de 1981, mientras se estaba realizando en el Congreso de
Diputados la votación de investidura de Calvo Sotelo como sucesor de Suárez en la
presidencia del gobierno, un grupo de guardias civiles al mando del teniente coronel
Antonio Tejero irrumpió en el hemiciclo, interrumpió la votación por la fuerza y retuvo
a todos los diputados. Paralelamente, el capitán general Milans del Bosch se sublevaba
en Valencia y sacaba los tanques a la calle para imponer un golpe de Estado militar
que cambiase el rumbo de la política española.
El golpe era el resultado de una trama en la que estaban implicados algunos
mandos de la guardia civil, altos jefes militares, como los generales Armada y Milans
del Bosch, y algunos políticos involucionistas. Los objetivos de los golpistas eran
confusos y seguramente no coincidentes, pero en todos ellos había una clara intención
de paralizar el proceso democrático y otorgar al ejército un papel relevante en el
gobierno que debía constituirse posteriormente.
La comparecencia del rey en televisión, la misma noche del 23-F, descalificando
a los sublevados y apoyando el régimen constitucional fue decisiva para abortar el
golpe. El 27 de febrero multitudinarias manifestaciones en defensa de la democracia
recorrieron las calles de las ciudades españolas.

4. EL DECLIVE DE LA UCD.

Dos días después del golpe, Leopoldo Calvo Sotelo fue investido nuevo jefe del
gobierno. Prácticamente su política no se diferenciaría de la anterior de Suárez y la
labor legislativa siguió adelante en medio de disensiones. El gobierno firmó con las
organizaciones empresariales y sindicales el Acuerdo Nacional de Empleo, para
contribuir, desde el mundo laboral, a la estabilidad democrática tras la intentona
golpista. Asimismo, la Ley de Divorcio, a la que se oponían los grupos democristianos
de la UCD, fue aprobada en abril de 1981, pero la Ley de Autonomía Universitaria fue
retirada.
Una de las decisiones más trascendentales del gobierno fue la petición de
ingreso de España en la OTAN, que se hizo efectiva el 30 de mayo de1982, pero a la
que se opusieron los partidos de izquierda. El PSOE manifestó su voluntad de someter
la cuestión a referéndum si alcanzaba el poder. Además, las reticencias provocadas por
la amplia descentralización del Estado español comportaron un pacto entre la UCD y el
PSOE, que llevó a la aprobación de la Ley Orgánica de Armonización del Proceso
Autonómico (LOAPA) el 30 de junio de 1982, con el objetivo de impedir que fueran
desbordados los límites de los poderes entregados a las autonomías.
Sin embargo, Calvo Sotelo no consiguió frenar la progresiva desintegración del
partido en el gobierno ni alcanzar un entendimiento razonable con Suárez y sus
seguidores. Suárez abandonó la UCD para crear su propio partido, el Centro
Democrático y Social (CDS), en el mes de julio de 1982. El 28 de agosto siguiente, el
presidente Calvo Sotelo decidió disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
Las elecciones generales de octubre de 1982, que dieron la victoria al PSOE, marcaron
el final del proceso de transición y dieron inicio a una nueva etapa constitucional de
consolidación definitiva del régimen democrático en España.
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5. LA ETAPA DE GOBIERNO SOCIALISTA (1982-96).

En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE obtuvo la mayoría absoluta, tras


una campaña en la que se presentaba como motor del cambio que necesitaba el país.
Felipe González fue elegido presidente del gobierno y el PSOE se mantuvo en el poder
durante cuatro legislaturas. La mayoría absoluta se renovó en las elecciones de 1986 y
1989, pero no así en 1993 cuando el PSOE tuvo que buscar el apoyo de otros partidos
para poder gobernar.
En 1982, con un censo de 26,8 millones de votantes y una asistencia a las urnas
del 80% del electorado, el PSOE obtuvo 10 millones de votos y Alianza Popular, la
mitad. El tercer partido en número de escaños fue Convergencia y Unión (CIU) que
consiguió 12. Por detrás se situaron la UCD, que sólo obtuvo 11 escaños y acabó
desapareciendo poco después, y el PCE que logró 4 escaños y que promovería
posteriormente una federación de grupos de izquierda con el nombre de Izquierda
Unida (IU). El principal partido de la oposición pasó a ser Alianza Popular.

5.1. EL PROCESO REFORMISTA.

El cambio socialista se concretó en un amplio programa de reformas cuya


prioridad era la lucha contra la crisis económica, la racionalización de las
administraciones públicas y el avance hacia el Estado del bienestar. Para reactivar la
economía se tomaron medidas dirigidas a garantizar la estabilidad financiera
(reconversión bancaria), reducir la inflación y estimular la inversión privada, a la vez
que se impulsó una reestructuración del aparato productivo. La reconversión industrial
fue un proceso de adaptación de los sectores productivos a las exigencias del mercado
internacional y del ingreso en la CEE. Permitió su saneamiento financiero y su
adaptación tecnológica, pero provocó la reducción de la capacidad industrial y del
empleo. El cierre de empresas y el aumento del paro desencadenaron importantes
conflictos laborales como el de los Altos Hornos del Mediterráneo (Sagunto) y de los
astilleros de Galicia, Andalucía y País Vasco.
Las reformas económicas estuvieron acompañadas de reformas sociales. Cabe
destacar la despenalización de ciertos supuestos del aborto y, sobre todo, la reforma
educativa con la Ley de Reforma Universitaria (1983), que reconocía la autonomía de
las Universidades y con la LODE (1985) que extendió la educación gratuita hasta los 14
años. En 1990, una nueva ley de educación, la LOGSE, prolongó la escolarización
obligatoria y gratuita hasta los 16 años.
El Estado de las Autonomías se consolidó, pero la distribución de poderes y
competencias entre las Comunidades y el Estado central presentó algunas dificultades.
En 1983, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales 14 artículos de la
LOAPA. La ley fue derogada y con los artículos válidos se aprobó la Ley del Proceso
Autonómico (LPA).
La plena integración de España en la Comunidad Económica Europea era uno de
los objetivos prioritarios del programa socialista. Para poder hacerla efectiva, España
tuvo que acometer con éxito un amplio proceso de adecuación a la normativa
comunitaria. El 12 de junio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a la CEE con el
consenso de todos los partidos. Con su incorporación el 1 de enero de 1986 se había
alcanzado uno de los grandes hitos pendientes de la historia española más reciente.
Por otro lado, el gobierno socialista tuvo que hacer frente al terrorismo de ETA,
con más de cien muertos durante la legislatura, y a la vez emprender una reforma del
ejército para acabar con el peligro del golpismo. La reforma militar consistió en

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reducir gradualmente la plantilla del ejército y sujetarlo al poder civil. Asimismo, para
abordar el problema terrorista se propició el Pacto de Ajuria Enea (1988) con todas las
fuerzas políticas democráticas vascas contrarias al terrorismo.

5.2. EL DESGASTE DEL GOBIERNO.

Las reformas económicas de los primeros gobiernos socialistas habían supuesto


un deterioro de las relaciones entre los sindicatos y el gobierno. Los esfuerzos por la
reconversión y la modernización económica habían sido soportados esencialmente por
los trabajadores. A la fuerte oposición de CCOO a algunas de las medidas del gobierno
se unió en 1988 la UGT. El resultado fue la convocatoria de una huelga general el 14
de diciembre de 1988, que se celebró con notable éxito de participación. Por primera
vez, un sindicato socialista, la UGT figuraba como inspirador de una huelga frente a un
gobierno del mismo signo político. El gobierno respondió con una serie de medidas
sociales y laborales entre 1990 y 1995: se universalizó la asistencia sanitaria gratuita, se
fortaleció el sistema de protección contra el desempleo y se consolidó y garantizó el
sistema público de pensiones, mediante el Pacto de Toledo.
Pero a principios de la década de 1990, las trayectorias del partido y del
sindicato socialistas empezaron a divergir y dentro del partido surgieron disensiones
entre los dos grandes líderes socialistas, Felipe González y Alfonso Guerra, que
llevaron a la aparición de dos corrientes políticas: la de los renovadores (los seguidores
de González) y la de los guerristas. La situación más grave se produjo a raíz de algunos
casos de corrupción atribuidos a personas vinculadas al gobierno (casos de Luis
Roldán, Juan Guerra o Mariano Rubio). A la corrupción se sumó la llamada “guerra
sucia” contra el terrorismo, que comportó una cierta tolerancia de las autoridades con
los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), grupos de pistoleros que habían
perpetrado una treintena de atentados contra presuntos miembros de ETA entre 1983 y
1987.
Además se inició hacia 1992 una recesión económica de carácter mundial que
comportó un incremento de la inflación y del paro. Por una parte, la crisis frenó la
popularidad del gobierno socialista; por otra, el PSOE acusaba las huellas de la
corrupción, las divisiones internas y el debilitamiento del liderazgo de Felipe González.

6. LOS GOBIERNOS DEL PARTIDO POPULAR.

Las elecciones de marzo de 1996 suponen un salto decisivo en la consolidación


del sistema político español, al producirse de forma democrática la alternancia política
en el Gobierno de la nación, después de 14 años de gobierno socialista.
Las elecciones de marzo de 1996 fueron ganadas por el Partido Popular, aunque
en número de votos hubo una escasa diferencia con el PSOE (9,7 millones para el PP y
9,4 millones para el PSOE). José Mª Aznar fue elegido presidente del gobierno, pero al
no tener mayoría absoluta, tuvo que buscar el apoyo de las formaciones nacionalistas
(CIU, PNV y Coalición Canaria).
José Mª Aznar fijó como tarea principal la política económica, teniendo en
cuenta que la crisis de 1992 había frenado el crecimiento de la economía española y
elevado la inflación al 3,5 %, el déficit de las cuentas del Estado al 4,4 % del PIB y la
tasa de paro al 22,9% la más alta de la Europa industrializada. El ejecutivo procedió a
una política social que asegurase el Estado del Bienestar e inició el diálogo con
sindicatos y empresarios.

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Las actuaciones económicas permiten que España pase a formar parte, desde el
principio, del grupo de países comunitarios que adoptan el euro como moneda única.
Entre las medidas más importantes destacan:
 La privatización de empresas públicas, que aporta cuantiosos ingresos al Estado.
 La reducción de la inflación y los tipos de interés, lo que concede mayor
liquidez a empresas y particulares.
 El mantenimiento del gasto social, la aplicación de convenios con la UE en
torno a los fondos de cohesión y una mayor competitividad de la empresa
española posibilita una reducción sustancial del paro, que se sitúa en torno al
10% de la población activa a finales de 1999; y una generación masiva de
empleo, que hace necesaria la llegada de inmigrantes, que se integran en el
sector de servicios y la construcción.
 La reforma del IRPF, que reduce la tarifa fiscal, lo que permite unos ingresos
efectivos más elevados para las familias y el aumento de la demanda interna.
El Ministerio de Trabajo, consigue varios acuerdos entre las organizaciones que
representan a la patronal y los sindicatos de clase y el conjunto de las fuerzas políticas:
 La reforma laboral de 1997, apoyada con gran apoyo parlamentario, permite una
mayor cobertura social de los contratos precarios y fomenta la contratación
indefinida que trata de proporcionar mayor estabilidad en el empleo.
 Con el Pacto de Toledo, la ley asegura el incremento anual de las pensiones y el
mantenimiento de su capacidad adquisitiva.

En política exterior se endurecen las relaciones con Cuba y se apoya a la


disidencia cubana. En Defensa, España se integra en la estructura militar de la OTAN,
se asientan las bases para la profesionalización de las Fuerzas Armadas y se suprime el
Servicio Militar Obligatorio, que tendrá su último sorteo de quintos en noviembre de
2000.
Una de las cuestiones más complejas que tuvo que afrontar el gobierno fue su
relación con el PNV y su actuación frente al terrorismo de ETA. Después de una
primera etapa de entendimiento entre el gobierno y el PNV, el secuestro y asesinato en
1997 del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel Blanco, cambió notablemente la
situación. Las movilizaciones de protesta adquirieron un carácter masivo y de fuerte
denuncia no sólo contra ETA sino contra el entorno político abertzale. Los partidos
nacionalistas interpretaron que se estaba produciendo un frente de los partidos no
nacionalistas y decidieron un cambio de alianzas, que condujo a la sustitución del Pacto
de Ajuria Enea por el Pacto de Lizarra, en 1998, que incorporaba a la izquierda
abertzale y excluía todo acuerdo con los partidos no nacionalistas. De esta forma se
acentuó la polarización de la política vasca.
Ante la presión realizada por la sociedad y la firmeza de las fuerzas
democráticas, ETA anunció una tregua incondicional (septiembre de 1998). Tras la
tregua se produce un acercamiento de presos a las cárceles vascas y se celebran
encuentros de representantes del Gobierno con ETA. Al no admitir ETA las
condiciones del Gobierno (eliminación de la violencia, aceptación de las reglas
democráticas) las conversaciones se rompen y ETA rompe la tregua, perpetrando varios
atentados.
Las elecciones legislativas del año 2000 adjudicaron al Partido Popular la
mayoría absoluta en el Parlamento. Con un 70% de participación, el PP obtuvo 10,3
millones de votos, mientras que el PSOE se quedaba en 7,9 millones.

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7. CONSECUENCIAS.

El Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta en el Congreso, imponiéndose


en la mayor parte de las provincias como partido más votado. La buena marcha de la
economía, la escasa conflictividad social y política, y el consenso en leyes
fundamentales explican su éxito electoral.
La legislatura comenzó con un pacto: el “Acuerdo por las libertades y contra el
terrorismo” para hacer frente al terrorismo. Este acuerdo entre PP y PSOE firmado en
diciembre del 2000 será uno de los pocos compromisos que se adquieran entre Gobierno
y oposición.
El crecimiento económico superó la media de los países de la OCDE, se controló
la inflación, se crearon cinco millones de puestos de trabajo, descendieron los impuestos
directos y los tipos de interés, lo que permitió el aumento de la demanda interna.
Sin embargo, la subida de los impuestos indirectos, la temporalidad en la
contratación, la subida del precio de la vivienda y la reforma (por decreto) del sistema
de protección por desempleo originó la convocatoria de una huelga general que fue
seguida ampliamente por la industria y la construcción.
Un hecho accidental, el hundimiento del barco petrolífero Prestige (noviembre
de 2002) desgasta al Gobierno, al que se culpa de tomar la decisión de remolcar el barco
y alejarlo de la costa, extendiendo así la zona dañada por las miles de toneladas vertidas
tras su hundimiento.
El gobierno de Aznar, con la superación de los objetivos trazados en Maastricht,
sale reforzado internacionalmente, y en el futuro hace valer esa confianza en las
decisiones que Europa toma en los distintos Consejos de Estado y Gobierno.
Durante esta segunda legislatura se producirán dos hechos de política exterior
de gran complejidad: la ocupación del islote Perejil y la guerra de Irak.
Culminando un proceso de enfrentamientos entre España y Marruecos en torno
a temas como la emigración clandestina y la posición sobre el Sahara del Gobierno de
Aznar, el rey de Marruecos (Mohamed VI) ordena la ocupación (julio de 2002) de “El
Perejil”, islote de soberanía española, aunque deshabitado. La respuesta del Gobierno
español fue contundente: las tropas españolas toman el islote y detienen a las escasas
fuerzas ocupantes. En el proceso, España tendrá el apoyo de la UE y de EEUU.
El apoyo de Aznar a EEUU y RU no es entendido por Francia y Alemania,
contrarios, por distintos motivos, a la intervención en Irak. Sin el apoyo de la ONU,
Blair, Bush y Aznar celebran una cumbre en las islas Azores (marzo de 2003), reunión
considerada como el ultimátum al gobierno de Irak. El 20 de marzo de 2003, Bagdad es
bombardeada y España se convierte, según la oposición, en objetivo de los islamistas.
El 14 de marzo de 2004 tienen que celebrarse elecciones generales en España,
tres días antes, el 11-M, tiene lugar el mayor ataque terrorista conocido hasta entonces
en Europa. Mueren 191 personas y son heridas unas 1800.
La autoría del atentado, atribuido a ETA por el gobierno de Aznar, cuando
parecía que podía haber otra autoría, lleva a la opinión pública a pensar que el atentado
es consecuencia de la participación de España en el conflicto de Irak.
Las elecciones se celebran, en un ambiente enrarecido. El día 14 se produce un
inesperado triunfo del PSOE. José Luis Rodríguez Zapatero es investido presidente y se
mantendrá hasta noviembre de 2011 en la que, en plena crisis económica será elegido
presidente Mariano Rajoy. Este se mantendrá en el poder, hasta que mediante una
moción de censura, sea relevado por Pedro Sánchez del PSOE en el 2018. En abril de
2019 se han celebrado elecciones generales resultando ganador Pedro Sánchez pero al
no obtener mayoría absoluta tiene que formar un gobierno de coalición.

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