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Historia de España
2º Bachillerato
Tema 16
TEMA 16
LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000)
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Introducción
Tras la muerte de Franco se desarrolló en España un proceso de transición política en el que se
promulgó la Constitución de 1978 y mediante el cual se estableció un sistema de monarquía constitucional. La
transición se desarrolló entre 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I, y 1982, con la llegada al poder
del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), uno de los partidos de la oposición al franquismo.
A partir de 1982 se inició un periodo de normalidad democrática en el que dos partidos, PSOE y PP, se
han ido alternando en el gobierno. Durante estos años España ha dado un inmenso salto modernizador,
consolidando un “estado del bienestar” propio de los países industrializado.
La crisis económica que venía de 1973 y las altas tasas de paro eran otro de los factores de
malestar entre los llamados barones de UCD, donde se encontraban importantes personalidades políticas
como Fernández Ordóñez, Garrigues Walker o Calvo
Sotelo, alguno de los cuales cuestionaban el liderazgo de
Suárez.
A ello se unía el malestar en sectores del ejército
con las medidas de Suárez, que había sido Secretario
General del Movimiento, y al que consideraban por ello un
traidor.
La oposición iba ganando fuerza y en 1980, el
poder ejecutivo tuvo que someterse a una moción de
censura, presentada por el PSOE en las Cortes, que ganaría
el gobierno de Suárez pero con escaso margen.
Ante toda esta presión, Suárez dimitió y se convocó un congreso extraordinario de UCD (en
realidad era una coalición de partidos) que elegirá a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la
presidencia. En la sesión de investidura de este, se produjo el asalto al Congreso por el teniente coronel
Tejero al frente de un grupo de guardias civiles, suspendiendo los poderes ejecutivo y legislativo.
Esta intentona golpista se debía a las tensiones propias de una situación de crisis económica, con
un alto malestar social por la elevada cifra de desempleados, así como los problemas generados por una
intensa actividad terrorista desatada por ETA y el GRAPO. Los entierros de las víctimas del terrorismo se
llenaban de gritos contra el sistema.
Todo ello alimentaba deseos involucionistas de los grupos de la derecha radical –Fuerza Nueva,
Guerrilleros de Cristo Rey o Falange Española- y de los sectores más conservadores del ejército, que miraban
con nostalgia hacia los tiempos de la dictadura. En 1978, se había producido una intentona golpista
(operación Galaxia), que había sido descubierta.
El asalto al Congreso de Tejero pudo verse en directo en todo el país, al quedar en funcionamiento la
cámara de un periodista. Las horas siguientes fueron de incertidumbre, al controlar los golpistas algunos
puntos estratégicos, como las instalaciones de Televisión Española, y al proclamar el capitán general de la III
Región Militar, el teniente general Milans del Bosch el estado de guerra y sacar los tanques a la calle en
Valencia. El papel del rey fue fundamental: al filo de la medianoche, Juan Carlos I desautorizó el golpe y
conminó a los militares golpistas a deponer su actitud. El general Milans del Bosch ordenó el regreso a los
cuarteles de las tropas que patrullaban Valencia. Los días siguientes, grandes manifestaciones recorrieron las
calles de las principales ciudades del país, invocando a la Constitución y proclamando su voluntad de
continuar por la senda de la democracia.
Ante la grave crisis de UCD, Adolfo Suárez fundó su propio partido, el CDS –Centro
Democrático y Social- con la clara vocación de recoger el legado de la UCD, cuya descomposición era
patente. No tendría mucha relevancia. La debilidad del gobierno, sin apoyos parlamentarios para llevar a cabo
su tarea, obligó a Calvo Sotelo a adelantar las elecciones al 28 de octubre de 1982. El PSOE obtendrá una
amplia mayoría (202 diputados), mientras que Alianza Popular de Manuel Fraga sube espectacularmente
(106 diputados) recogiendo muchos votos del descalabro de la UCD. El PCE solo obtendrá 4 diputados y el
PSA desaparece del mapa electoral. Los nacionalistas vascos y catalanes mantenían sus posiciones. El
arrollador triunfo del PSOE llevó a considerar que la Transición había terminado. Su secretario general,
Felipe González se convertiría en el nuevo presidente del Gobierno. Tendría que afrontar importantes retos:
hacer frente a la crisis económica, buscar el ingreso de España en la Comunidad Europea, y hacer frente a su
compromiso electoral de sacar a España de la OTAN.
3. Los gobiernos de Felipe González (PSOE)
En las elecciones de octubre de 1982, El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo la
mayoría absoluta y su líder, Felipe González gobernará entre
1982 y 1996, al alcanzar cuatro victorias electorales consecutivas,
tres de ellas por mayoría absoluta, aunque con un decreciente
número de diputados.
En política exterior destaca su cambio de postura ante el ingreso de España en la OTAN, que lo
llevó a convocar un referéndum , haciendo campaña a favor de la permanencia en la organización. Ganó el sí
por un estrecho margen. De esta forma se eliminaba el último obstáculo para el ingreso de España en la
Comunidad Europea (solicitada años antes), firmada el 12 de junio de 1985 (y con entrada en vigor desde el
1 de enero de 1986) que significó el comienzo de un profundo cambio económico y social que modernizó el
país, acercándolo a los parámetros europeos. Los ajustes necesarios en algunas ocasiones ocasionaron una
importante contestación social, pero la mayoría parlamentaria le permitió hacer frente a los cambios.
La modernización de España, afrontada por el gobierno y por la estela de optimismo que significó
la entrada de España en la Comunidad Europea, influyó en el resultado electoral de 1986 mucho más que el
cambio de posición del PSOE en la espinosa cuestión de la OTAN o el fracaso de la política de empleo. Del
resto de partidos solo el CDS subía algo. La creciente decepción posterior a la entrada en la CE llevará al
PSOE a una pérdida importante de votos en las elecciones municipales del año siguiente. Esto se debe a una
necesaria reconversión industrial que significó el cierre de industrias obsoletas, incapaces de competir en el
mercado europeo. El rechazo de los sindicatos a lo que se denominaba desmantelamiento industrial de los
ministros Boyer y Solchaga condujo a una huelga general el 14 de diciembre de 1988 de masivo
seguimiento. Como respuesta el gobierno respondió con medidas sociales y laborales: se universalizó la
asistencia sanitaria gratuita, se fortaleció el sistema de protección contra el desempleo y se garantizó el sistema
de pensiones (esto último en 1995, al final del gobierno socialista con el Pacto de Toledo)
Por otro lado, el gobierno tiene que hacer frente al terrorismo de ETA con más de 100 muertos en
la legislatura y la reforma del ejército para acabar con el peligro del golpismo. Para abordar el problema
terrorista se firmaría un acuerdo entre todas las fuerzas políticas vascas contrarias al terrorismo: el Pacto de
Ajuria Enea (1988)
Alianza Popular buscó transformar su imagen convirtiéndose en el Partido Popular –PP- que
presentaba una imagen más centrista, y Manuel Fraga daba paso a una nueva generación, encabezada por José
María Aznar; se empezaba a hablar de centro-derecha.
Por su parte, el Partido Comunista se unió a otros partidos surgiendo Izquierda Unida –IU-.
Felipe González decide adelantar las elecciones a 1989 y consigue una ajustada mayoría de 176
diputados, por lo que le obliga a pactos con nacionalistas catalanes y vascos y con el CDS. El PP de José
María Aznar se queda estancando en 106 diputados, e IU, con Julio Anguita llega a 17 diputados.
Los beneficios de la entrada en la CE empezó a notarse con un importante crecimiento económico
y el desceso del paro. Se empezaba a dar la modernización de las grandes infraestructuras –autovías,
aeropuertos, trenes de alta velocidad, equipamientos urbanos-.
La imagen de España en 1992, donde se dieron cita dos grandes eventos –la Exposición Universal de
Sevilla, en conmemoración del V Centenario del descubrimiento de América y los Juegos Olímpicos de Barcelona-
proyectaron al mundo la imagen de un país moderno.
Sin embargo, la salida a la luz pública de escándalos financieros y casos de corrupción en los
que estaban involucrados importantes dirigentes del PSOE o personalidades próximas a su entorno, como los
del hermano de Alfonso Guerra, el gobernador del Banco de España o el director general de la Guardia Civil,
Luis Roldán, iba haciendo mella en el PSOE. Surgieron dos corrientes enfrentadas: los llamados guerristas,
partidarios de las tesis de Alfonso Guerra, y los renovadores, vinculados a las tesis de Felipe González.
Alfonso Guerra abandonó la vicepresidencia del gobierno en 1991.
Se aprobó una nueva reforma educativa, la Ley Orgánica General del Sistema Educativo
(LOGSE,1990) que creaba la ESO, el nuevo Bachillerato de dos años y la nueva Formación Profesional.
En un ambiente de crisis económica, y acosado por los escándalos de corrupción, Felipe González
convocó elecciones en 1993. Con la promesa de acabar con la corrupción el PSOE volvió a ganar, aunque
no por mayoría absoluta. Había incorporado en las listas, como reclamo, al juez Baltasar Garzón, para avalar
su deseo de luchar contra la corrupción. Felipe González encontró apoyo para gobernar en los nacionalistas
catalanes de Jordi Pujol. La corrupción no se arregló y aparecieron otros nuevos casos. Uno de los asuntos
más graves fue la llamada trama de los GAL –Grupos Antiterroristas de Liberación-, cuyo objetivo era la lucha
contra el terrorismo de ETA, aunque con procedimientos impropios de un Estado de derecho, utilizando
atentados igual que los que querían combatir.
En ese ambiente, en las elecciones municipales de 1995 se produce una severa derrota del PSOE en
las principales alcaldías, por lo que Felipe González convoca elecciones generales para febrero de 1996.
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Abertzale. “Patriota” en euskera y por extensión, nacionalista. Con el término izquierda abertzale se denomina a os miembros y simpatizantes
de las organizaciones del nacionalismo radical vasco como Herri Batasuna, Euskal Herritarrok o Aralar.
Las elecciones de 2000 daban la mayoría absoluta al PP, al conseguir 183 diputados. EL PSOE
sufre un grave revés, al igual que IU. La economía siguió
creciendo, con la reducción del paro y espectaculares aumentos
de los cotizantes a la Seguridad Social. España conoció una
situación insólita al convertirse en país receptor de inmigrantes
que llegaban en busca de un puesto de trabajo.
El 1 de enero de 2002 comienza la utilización del euro,
lo que supuso importantes ajustes en los precios que la expansión
económica asumió sin grandes dificultades. La mejora de las
infraestructuras y la modernización del país, iniciada en las
décadas anteriores, continuó a buen ritmo. El sector de la
construcción vivió una escalada de precios vinculada a
movimientos especulativos, que convirtieron la vivienda en un
bien muy costoso. Muchas familias se endeudaron para adquirir
un bien tan básico.
Al contar con la mayoría absoluta, pudo modificar sin cortapisas, la legislación anterior socialista
elaborando una serie de leyes entre los años 2000 y 2002: La Ley de Extranjería, regulaba la entrada y
estancia en España de los extranjeros; la Ley Orgánica de Universidades, reducía la autonomía
universitaria; la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE) restructuraba las enseñanzas medias y
la Ley de Partidos, condenaba a aquellos partidos que no condenasen de manera expresa la violencia
(asesinatos, tortura, extorsión, secuestros…). Otra medida fue la supresión del Servicio militar obligatorio
y la creación de un ejército profesional en 2001.
El gobierno tuvo que afrontar medidas más polémicas como el Plan Hidrológico Nacional que
preveía trasvases de agua de unas cuencas fluviales a otras (del Tajo al Segura) o el desastre ecológico que
supuso el hundimiento del petrolero Prestige frente a las
costas gallegas en noviembre de 2002. Así como una
reforma de los subsidios de desempleo sin negociar con
los sindicatos, lo que le valió una huelga general en junio
de 2002, cuyo éxito supuso la retirada de la ley.
Como cada cambio de legislatura, se llevó a cabo una nueva reforma educativa y así se aprobó la
Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006), donde el Gobierno trató de frenar la anterior reforma llevada a
cabo por los populares (LOCE). También llevó a cabo una importante labor legislativa, de carácter cívico y
social, que incidió en aspectos fundamentales de la modernización de la sociedad española, como la Ley para
la Igualdad de Mujeres y Hombres y la Ley de Dependencia.
En un nuevo contexto sacudido por la crisis económica mundial, el Gobierno se enfrentó a serias
dificultades para plasmar socialmente sus ideas políticas de carácter progresista. La falta de recursos, el
aumento del déficit público, el cierre de empresas, el aumento del paro… llevaron al establecimiento de una
política de recortes que tuvo una difícil aceptación social. El Gobierno reaccionó con el establecimiento de
planes económicos de inversión pública (plan E), que sólo consiguió el aumento del déficit público y la
llamada de atención desde la Unión Europea.
La llegada del PSOE al poder supuso la reiteración de la candidatura española a la entrada en las
Comunidades Europeas. Las negociaciones iniciadas años atrás culminaron con la firma del Tratado de
Integración de España en la CEE en junio de 1985 (con efectos de 1 de enero de 1986). Mientras el partido
intentaba resolver el problema de su anterior oposición a la OTAN. En marzo de 1986, un referéndum en el
que el PSOE hacía campaña por el sí, aprobó con un 52% de los votos la permanencia de España en la
OTAN.
En líneas generales se dio un plazo de 7 años para que España armonizara su economía y su
legislación a las directrices comunitarias. Inicialmente fue un golpe duro para las empresas españolas pero
luego se ha visto que modernizó y mejoró el tejido productivo español; además, las ayudas del FEOGA,
FEDER, FS y Fondo de Cohesión han dejado en España miles de millones de euros que han servido para
reducir las distancias con las economías de la UE.
Los españoles acogieron con entusiasmo la integración en Europa: participaron activamente en las
elecciones al Parlamento Europeo, valorando sus instituciones europeas, y siendo conscientes de las ventajas
derivadas de la integración.
La opinión española se mostró favorable a los cambios introducidos en los tratados de Maastricht,
Amsterdam, Niza, etc.), a la nueva denominación de Unión Europea, a sus sucesivas ampliaciones, y a la
adopción de la moneda única, que constituyó en 2002 un auténtico acontecimiento y todo un símbolo de los
nuevos tiempos, ya que llegó en un momento de sólida expansión económica.
La presidencia de turno de la Unión ejercidas por España en 1989, 1995, 2002 y 2010, el
nombramiento de españoles para puestos de comisarios en la Comisión Europea o el hecho de que Javier
Solana11 ocupara hasta 2009 el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE,
han contribuido a que los españoles asuman como asuntos propios los europeos.