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Tema 16

Los gobiernos democráticos (1979-2000)

Historia de España
2º Bachillerato

Tema 16
TEMA 16
LOS GOBIERNOS DEMOCRÁTICOS (1979-2000)
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Introducción
Tras la muerte de Franco se desarrolló en España un proceso de transición política en el que se
promulgó la Constitución de 1978 y mediante el cual se estableció un sistema de monarquía constitucional. La
transición se desarrolló entre 1975, con la subida al trono del rey Juan Carlos I, y 1982, con la llegada al poder
del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), uno de los partidos de la oposición al franquismo.

A partir de 1982 se inició un periodo de normalidad democrática en el que dos partidos, PSOE y PP, se
han ido alternando en el gobierno. Durante estos años España ha dado un inmenso salto modernizador,
consolidando un “estado del bienestar” propio de los países industrializado.

1. El segundo gobierno de Adolfo Suárez (UCD)


Las primeras elecciones constitucionales, en 1979,
son ganadas de nuevo por la UCD. Adolfo Suárez afronta su
segundo mandato. En segundo lugar se consolidaba el PSOE
de Felipe González. La Alianza Popular (Coalición
Democrática) de derechas, de Manuel Fraga obtenía muy
malos resultados; y el PCE (Partido Comunista de España)
de Santiago Carrillo, que había levantado muchas
expectativas durante la Transición no se hacía con el voto de
la izquierda. Los nacionalistas catalanes con Jordi Pujol, y el
PNV, dirigido por Xavier Arzallus mantenían su electorado.
El Partido Socialista de Andalucía (PSA) conseguía cinco
diputados.

Una de las cuestiones más delicadas era perfilar el


denominado Estado de las Autonomías, según dice el título
VIII de la Constitución. Este distingue entre “nacionalidades” contemplada en el artículo 151, y
“regiones”, en el artículo 143. La primera suponía la existencia de un gobierno autónomo con competencia
en materias tan importantes como sanidad, educación e infraestructuras, mientras que la segunda significaba
una mera descentralización administrativa. La vía del artículo 151 quedaba reservada para las denominadas
nacionalidades históricas. Dicha consideración fue otorgada a Cataluña, País Vasco y Galicia, en
función del desarrollo de sus Estatutos alcanzado durante la Segunda República. El Partido Socialista Andaluz
se mostró disconforme. La construcción del Estado de las Autonomías produjo la dimisión del ministro de
Administraciones Territorial, Manuel Clavero Arévalo, ante la negativa del gobierno de Suárez a convocar
un referéndum en Andalucía para determinar la vía de su desarrollo estatutario. Sometido a fuertes presiones,
Suárez acabó por convocar el referéndum. La convocatoria del referéndum y el desarrollo de la campaña
agrandaron las divergencias en UCD sobre todo, al salir mayoritariamente favorable la opción de la vía 151.

La crisis económica que venía de 1973 y las altas tasas de paro eran otro de los factores de
malestar entre los llamados barones de UCD, donde se encontraban importantes personalidades políticas
como Fernández Ordóñez, Garrigues Walker o Calvo
Sotelo, alguno de los cuales cuestionaban el liderazgo de
Suárez.
A ello se unía el malestar en sectores del ejército
con las medidas de Suárez, que había sido Secretario
General del Movimiento, y al que consideraban por ello un
traidor.
La oposición iba ganando fuerza y en 1980, el
poder ejecutivo tuvo que someterse a una moción de
censura, presentada por el PSOE en las Cortes, que ganaría
el gobierno de Suárez pero con escaso margen.
Ante toda esta presión, Suárez dimitió y se convocó un congreso extraordinario de UCD (en
realidad era una coalición de partidos) que elegirá a Leopoldo Calvo Sotelo como candidato a la
presidencia. En la sesión de investidura de este, se produjo el asalto al Congreso por el teniente coronel
Tejero al frente de un grupo de guardias civiles, suspendiendo los poderes ejecutivo y legislativo.
Esta intentona golpista se debía a las tensiones propias de una situación de crisis económica, con
un alto malestar social por la elevada cifra de desempleados, así como los problemas generados por una
intensa actividad terrorista desatada por ETA y el GRAPO. Los entierros de las víctimas del terrorismo se
llenaban de gritos contra el sistema.
Todo ello alimentaba deseos involucionistas de los grupos de la derecha radical –Fuerza Nueva,
Guerrilleros de Cristo Rey o Falange Española- y de los sectores más conservadores del ejército, que miraban
con nostalgia hacia los tiempos de la dictadura. En 1978, se había producido una intentona golpista
(operación Galaxia), que había sido descubierta.
El asalto al Congreso de Tejero pudo verse en directo en todo el país, al quedar en funcionamiento la
cámara de un periodista. Las horas siguientes fueron de incertidumbre, al controlar los golpistas algunos
puntos estratégicos, como las instalaciones de Televisión Española, y al proclamar el capitán general de la III
Región Militar, el teniente general Milans del Bosch el estado de guerra y sacar los tanques a la calle en
Valencia. El papel del rey fue fundamental: al filo de la medianoche, Juan Carlos I desautorizó el golpe y
conminó a los militares golpistas a deponer su actitud. El general Milans del Bosch ordenó el regreso a los
cuarteles de las tropas que patrullaban Valencia. Los días siguientes, grandes manifestaciones recorrieron las
calles de las principales ciudades del país, invocando a la Constitución y proclamando su voluntad de
continuar por la senda de la democracia.

2. El declive de la UCD: gobierno de Calvo Sotelo (UCD)


Dos días después del golpe de Estado, Leopoldo Calvo Sotelo fue investido como nuevo presidente
del gobierno, llevando a cabo algunas reformas de tipo social como la aprobación de la Ley del Divorcio
(abril, 1981) o el Acuerdo Nacional de Empleo con los sindicatos, para contribuir a la consolidación de la
estabilidad democrática desde el mundo laboral. Durante
este mandato, se produjo el escándalo del envenenamiento
masivo por aceite de colza.
Con el gobierno de Calvo Sotelo siguieron los
graves enfrentamientos internos en la UCD.
Una de las prioridades de su gobierno fue una
política exterior de acercamiento a Europa y sus
instituciones. Calvo Sotelo llevó a cabo, pese a la fuerte
oposición de los partidos de izquierdas, la adhesión de
España a la OTAN, la alianza militar de los países
occidentales, considerada como paso previo e
imprescindible para la entrada de España en la Comunidad
Europea. Esta entrada también significaba una ampliación
de las bases norteamericanas instaladas en suelo español desde 1953. Felipe González defendía la neutralidad
española, y uno de los lemas del PSOE en la campaña electoral de 1982 fue ¡OTAN, de entrada no!
comprometiéndose a someter la cuestión a un referéndum popular si alcanzaba el poder.

Ante la grave crisis de UCD, Adolfo Suárez fundó su propio partido, el CDS –Centro
Democrático y Social- con la clara vocación de recoger el legado de la UCD, cuya descomposición era
patente. No tendría mucha relevancia. La debilidad del gobierno, sin apoyos parlamentarios para llevar a cabo
su tarea, obligó a Calvo Sotelo a adelantar las elecciones al 28 de octubre de 1982. El PSOE obtendrá una
amplia mayoría (202 diputados), mientras que Alianza Popular de Manuel Fraga sube espectacularmente
(106 diputados) recogiendo muchos votos del descalabro de la UCD. El PCE solo obtendrá 4 diputados y el
PSA desaparece del mapa electoral. Los nacionalistas vascos y catalanes mantenían sus posiciones. El
arrollador triunfo del PSOE llevó a considerar que la Transición había terminado. Su secretario general,
Felipe González se convertiría en el nuevo presidente del Gobierno. Tendría que afrontar importantes retos:
hacer frente a la crisis económica, buscar el ingreso de España en la Comunidad Europea, y hacer frente a su
compromiso electoral de sacar a España de la OTAN.
3. Los gobiernos de Felipe González (PSOE)
En las elecciones de octubre de 1982, El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo la
mayoría absoluta y su líder, Felipe González gobernará entre
1982 y 1996, al alcanzar cuatro victorias electorales consecutivas,
tres de ellas por mayoría absoluta, aunque con un decreciente
número de diputados.

En el primer gobierno de Felipe González destacará


Alfonso Guerra como vicepresidente, o Miguel Boyer como
ministro de Economía. Era el gobierno del cambio prometido
en la campaña electoral. En primer lugar era necesario afrontar
la cuestión económica, donde el principal problema era la
elevada tasa de desempleo; la creación de 800.000 puestos de
trabajo había sido una de sus principales promesas electorales.
Sin embargo, para hacer frente a la grave situación económica,
se aprobó un estricto plan de estabilización económica que
implicó un proceso de reconversión industrial que llevó al
cierre de muchas industrias obsoletas. El cierre de empresas y el aumento del paro desencadenaron
importantes conflictos laborales como el de Altos Hornos del Mediterráneo (Sagunto) y el de los Astilleros de
Galicia, Andalucía y País Vasco.
A pesar del aumento del paro, mejoró la protección a los trabajadores desempleados.
Por otra parte, la estructura del Estado de las Autonomías previsto en la Constitución se ponía en
marcha, quedando concluido el mapa autonómico en 1983.
También se llevaron a cabo importantes reformas sociales. Cabe destacar la despenalización del
aborto teniendo en cuenta algunos supuestos y la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE, 1985)
que daba paso a la aparición de los centros educativos concertados.

En política exterior destaca su cambio de postura ante el ingreso de España en la OTAN, que lo
llevó a convocar un referéndum , haciendo campaña a favor de la permanencia en la organización. Ganó el sí
por un estrecho margen. De esta forma se eliminaba el último obstáculo para el ingreso de España en la
Comunidad Europea (solicitada años antes), firmada el 12 de junio de 1985 (y con entrada en vigor desde el
1 de enero de 1986) que significó el comienzo de un profundo cambio económico y social que modernizó el
país, acercándolo a los parámetros europeos. Los ajustes necesarios en algunas ocasiones ocasionaron una
importante contestación social, pero la mayoría parlamentaria le permitió hacer frente a los cambios.
La modernización de España, afrontada por el gobierno y por la estela de optimismo que significó
la entrada de España en la Comunidad Europea, influyó en el resultado electoral de 1986 mucho más que el
cambio de posición del PSOE en la espinosa cuestión de la OTAN o el fracaso de la política de empleo. Del
resto de partidos solo el CDS subía algo. La creciente decepción posterior a la entrada en la CE llevará al
PSOE a una pérdida importante de votos en las elecciones municipales del año siguiente. Esto se debe a una
necesaria reconversión industrial que significó el cierre de industrias obsoletas, incapaces de competir en el
mercado europeo. El rechazo de los sindicatos a lo que se denominaba desmantelamiento industrial de los
ministros Boyer y Solchaga condujo a una huelga general el 14 de diciembre de 1988 de masivo
seguimiento. Como respuesta el gobierno respondió con medidas sociales y laborales: se universalizó la
asistencia sanitaria gratuita, se fortaleció el sistema de protección contra el desempleo y se garantizó el sistema
de pensiones (esto último en 1995, al final del gobierno socialista con el Pacto de Toledo)
Por otro lado, el gobierno tiene que hacer frente al terrorismo de ETA con más de 100 muertos en
la legislatura y la reforma del ejército para acabar con el peligro del golpismo. Para abordar el problema
terrorista se firmaría un acuerdo entre todas las fuerzas políticas vascas contrarias al terrorismo: el Pacto de
Ajuria Enea (1988)

Alianza Popular buscó transformar su imagen convirtiéndose en el Partido Popular –PP- que
presentaba una imagen más centrista, y Manuel Fraga daba paso a una nueva generación, encabezada por José
María Aznar; se empezaba a hablar de centro-derecha.
Por su parte, el Partido Comunista se unió a otros partidos surgiendo Izquierda Unida –IU-.
Felipe González decide adelantar las elecciones a 1989 y consigue una ajustada mayoría de 176
diputados, por lo que le obliga a pactos con nacionalistas catalanes y vascos y con el CDS. El PP de José
María Aznar se queda estancando en 106 diputados, e IU, con Julio Anguita llega a 17 diputados.
Los beneficios de la entrada en la CE empezó a notarse con un importante crecimiento económico
y el desceso del paro. Se empezaba a dar la modernización de las grandes infraestructuras –autovías,
aeropuertos, trenes de alta velocidad, equipamientos urbanos-.
La imagen de España en 1992, donde se dieron cita dos grandes eventos –la Exposición Universal de
Sevilla, en conmemoración del V Centenario del descubrimiento de América y los Juegos Olímpicos de Barcelona-
proyectaron al mundo la imagen de un país moderno.
Sin embargo, la salida a la luz pública de escándalos financieros y casos de corrupción en los
que estaban involucrados importantes dirigentes del PSOE o personalidades próximas a su entorno, como los
del hermano de Alfonso Guerra, el gobernador del Banco de España o el director general de la Guardia Civil,
Luis Roldán, iba haciendo mella en el PSOE. Surgieron dos corrientes enfrentadas: los llamados guerristas,
partidarios de las tesis de Alfonso Guerra, y los renovadores, vinculados a las tesis de Felipe González.
Alfonso Guerra abandonó la vicepresidencia del gobierno en 1991.
Se aprobó una nueva reforma educativa, la Ley Orgánica General del Sistema Educativo
(LOGSE,1990) que creaba la ESO, el nuevo Bachillerato de dos años y la nueva Formación Profesional.

En un ambiente de crisis económica, y acosado por los escándalos de corrupción, Felipe González
convocó elecciones en 1993. Con la promesa de acabar con la corrupción el PSOE volvió a ganar, aunque
no por mayoría absoluta. Había incorporado en las listas, como reclamo, al juez Baltasar Garzón, para avalar
su deseo de luchar contra la corrupción. Felipe González encontró apoyo para gobernar en los nacionalistas
catalanes de Jordi Pujol. La corrupción no se arregló y aparecieron otros nuevos casos. Uno de los asuntos
más graves fue la llamada trama de los GAL –Grupos Antiterroristas de Liberación-, cuyo objetivo era la lucha
contra el terrorismo de ETA, aunque con procedimientos impropios de un Estado de derecho, utilizando
atentados igual que los que querían combatir.
En ese ambiente, en las elecciones municipales de 1995 se produce una severa derrota del PSOE en
las principales alcaldías, por lo que Felipe González convoca elecciones generales para febrero de 1996.

4. Los gobiernos del Partido Popular: José María Aznar (1996-2004)


Las elecciones de marzo de 1996 fueron ganadas por el Partido Popular aunque con una escasa
diferencia con respecto al PSOE, lo que se tradujo en 156 diputados del PP por 141 del PSOE, que sale
airoso de lo que se pronosticaba como una hecatombe socialista.
A José María Aznar le costó encontrar el apoyo de nacionalistas catalanes, vascos y canarios para
poder gobernar. El nuevo gobierno fue asentándose poco a poco ayudado por la bonanza económica que
llegó tras la crisis y por las medidas gubernamentales que permitieron afrontar con éxito el problema del paro,
que pasó del 24 % al 16 % a lo largo de los cuatro años de legislatura. El PP mejoró su imagen y al final de la
legislatura había alcanzado importantes éxitos económicos, entre ellos el
cumplimiento de los criterios de convergencia establecidos en Maastricht
para poder acceder al euro, a la Unión Económica y Monetaria .Para ello se
llevó a cabo una enorme operación de privatización de empresas públicas,
que permitió recaudar lo suficiente para equilibrar el déficit de las cuentas del
Estado.
Una de las cuestiones más delicadas que tuvo que afrontar el
gobierno popular fue la cuestión del terrorismo de ETA. Después de una
etapa de entendimiento con el PNV, el secuestro y posterior asesinato del
concejal popular de Ermua, Miguel Ángel Blanco, la situación cambió
radicalmente. La movilización contra el entorno abertzale 1 fue de carácter
masivo y los partidos nacionalistas interpretaron que se estaba fraguando un
frente común de los partidos no nacionalistas contra ellos. El Pacto de Ajuria
Enea fue sustituido por el Pacto de Lizarra (1998) que incluía a la izquierda
abertzale y excluía cualquier negociación con los partidos no nacionalistas, acentuándose la polarización
política en el País Vasco.

1
Abertzale. “Patriota” en euskera y por extensión, nacionalista. Con el término izquierda abertzale se denomina a os miembros y simpatizantes
de las organizaciones del nacionalismo radical vasco como Herri Batasuna, Euskal Herritarrok o Aralar.
Las elecciones de 2000 daban la mayoría absoluta al PP, al conseguir 183 diputados. EL PSOE
sufre un grave revés, al igual que IU. La economía siguió
creciendo, con la reducción del paro y espectaculares aumentos
de los cotizantes a la Seguridad Social. España conoció una
situación insólita al convertirse en país receptor de inmigrantes
que llegaban en busca de un puesto de trabajo.
El 1 de enero de 2002 comienza la utilización del euro,
lo que supuso importantes ajustes en los precios que la expansión
económica asumió sin grandes dificultades. La mejora de las
infraestructuras y la modernización del país, iniciada en las
décadas anteriores, continuó a buen ritmo. El sector de la
construcción vivió una escalada de precios vinculada a
movimientos especulativos, que convirtieron la vivienda en un
bien muy costoso. Muchas familias se endeudaron para adquirir
un bien tan básico.
Al contar con la mayoría absoluta, pudo modificar sin cortapisas, la legislación anterior socialista
elaborando una serie de leyes entre los años 2000 y 2002: La Ley de Extranjería, regulaba la entrada y
estancia en España de los extranjeros; la Ley Orgánica de Universidades, reducía la autonomía
universitaria; la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE) restructuraba las enseñanzas medias y
la Ley de Partidos, condenaba a aquellos partidos que no condenasen de manera expresa la violencia
(asesinatos, tortura, extorsión, secuestros…). Otra medida fue la supresión del Servicio militar obligatorio
y la creación de un ejército profesional en 2001.
El gobierno tuvo que afrontar medidas más polémicas como el Plan Hidrológico Nacional que
preveía trasvases de agua de unas cuencas fluviales a otras (del Tajo al Segura) o el desastre ecológico que
supuso el hundimiento del petrolero Prestige frente a las
costas gallegas en noviembre de 2002. Así como una
reforma de los subsidios de desempleo sin negociar con
los sindicatos, lo que le valió una huelga general en junio
de 2002, cuyo éxito supuso la retirada de la ley.

En política internacional, la invasión del Irak


de Sadam Hussein, acusado de fabricar y almacenar armas
de destrucción masiva por USA, tras el grave atentado
terrorista perpetrado por radicales islámicos en Nueva
York el 11 de septiembre de 2001, contó con el apoyo del
gobierno español, pese a la fuerte contestación social que
dicha intervención desató .
Aznar, comprometido a poner un límite a sus
mandatos como presidente no se presentó a la relección en las elecciones convocadas para 2004. El
candidato del PP fue Mariano Rajoy, que había tenido varias carteras ministeriales. El 11 de marzo de
2004, en vísperas de las elecciones señaladas para el día 14 varios atentados terroristas en Madrid, sobre
todo en la estación de Atocha, produjeron dos centenares de muertos y miles de heridos. En principio se
atribuyó a ETA, aunque después se demostró que habían sido islamistas radicales de Al-Qaeda. Esto produjo
un vuelco de los pronósticos de los sondeos, ya que estaba latente la responsabilidad del gobierno por la
intervención española en la invasión de Irak, y el PSOE, con Rodríguez Zapatero se alzó con la victoria.

5. Los socialistas de nuevo en el poder (2004-2011)


La jornada electoral se celebró el 14 de marzo de 2004 en un ambiente político profundamente
sacudido por el atentado terrorista de Madrid. Las encuestas que auguraban una nueva victoria del Partido
Popular no se cumplieron, el PSOE consiguió un mayor número de votos y José Luis Rodríguez Zapatero
fue elegido presidente del Gobierno. La victoria socialista, que el PP atribuyó al ambiente generado por los
atentados, provocó que el clima político de la nueva legislatura estuviese caracterizado por un alto grado de
enfrentamiento entre el gobierno y la oposición.
La primera medida adoptada por el nuevo gabinete fue la inmediata retirada de las tropas españolas
de Irak (abril de 2004). Esta decisión supuso un distanciamiento respecto a EEUU y un retorno al
alineamiento con la política exterior europea. En contrapartida, se intentó impulsar la creación de un foro de
convivencia entre países de oriente y occidente con Europa y España como eje vertebrador, la llamada
“Alianza de civilizaciones”.

Como cada cambio de legislatura, se llevó a cabo una nueva reforma educativa y así se aprobó la
Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006), donde el Gobierno trató de frenar la anterior reforma llevada a
cabo por los populares (LOCE). También llevó a cabo una importante labor legislativa, de carácter cívico y
social, que incidió en aspectos fundamentales de la modernización de la sociedad española, como la Ley para
la Igualdad de Mujeres y Hombres y la Ley de Dependencia.

También se legisló sobre la violencia de género o se introdujeron modificaciones en el Código Civil


para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. Algunas de estas actuaciones fueron fuertemente
contestadas por los sectores conservadores de la sociedad y la Iglesia católica.

En política interior tuvo gran importancia el proceso de renovación de algunos estatutos de


Autonomía, como los de Cataluña o Andalucía, con el objetivo de incrementar el autogobierno de las
comunidades autónomas.
En las elecciones celebradas en marzo de 2008, el PSOE revalidó su triunfo y consiguió una
segunda legislatura para Rodríguez Zapatero.

En un nuevo contexto sacudido por la crisis económica mundial, el Gobierno se enfrentó a serias
dificultades para plasmar socialmente sus ideas políticas de carácter progresista. La falta de recursos, el
aumento del déficit público, el cierre de empresas, el aumento del paro… llevaron al establecimiento de una
política de recortes que tuvo una difícil aceptación social. El Gobierno reaccionó con el establecimiento de
planes económicos de inversión pública (plan E), que sólo consiguió el aumento del déficit público y la
llamada de atención desde la Unión Europea.

6. Los populares de nuevo en el poder (noviembre 2011).


El agravamiento de la situación económica llevó al descrédito del Gobierno. Se convocaron
elecciones para noviembre del 2011, que fueron ganadas por el Partido Popular, y Mariano Rajoy se convirtió
en presidente del Gobierno. Sus medidas económicas intentaron paliar los efectos de la crisis. Los casos de
corrupción, el elevado nivel de desempleo y las aspiraciones de los nacionalistas catalanes, protagonizan esta
legislatura. En 2014, Juan Carlos I abdicaba en su hijo Felipe VI.
En las elecciones del 2015 el PP sería el partido más votado, pero la aparición de nuevos partidos y
la imposibilidad de llegar a acuerdos llevaría a unas nuevas elecciones en 2016 que abrirían una etapa de
gobierno en minoría.

7. Incorporación de España a organismos internacionales.


La integración de España en las instituciones europeas era un objetivo compartido por
prácticamente todas las fuerzas políticas españolas durante la Transición, desde luego formaba parte del
consenso básico de los partidos más votados.

La llegada del PSOE al poder supuso la reiteración de la candidatura española a la entrada en las
Comunidades Europeas. Las negociaciones iniciadas años atrás culminaron con la firma del Tratado de
Integración de España en la CEE en junio de 1985 (con efectos de 1 de enero de 1986). Mientras el partido
intentaba resolver el problema de su anterior oposición a la OTAN. En marzo de 1986, un referéndum en el
que el PSOE hacía campaña por el sí, aprobó con un 52% de los votos la permanencia de España en la
OTAN.

En líneas generales se dio un plazo de 7 años para que España armonizara su economía y su
legislación a las directrices comunitarias. Inicialmente fue un golpe duro para las empresas españolas pero
luego se ha visto que modernizó y mejoró el tejido productivo español; además, las ayudas del FEOGA,
FEDER, FS y Fondo de Cohesión han dejado en España miles de millones de euros que han servido para
reducir las distancias con las economías de la UE.
Los españoles acogieron con entusiasmo la integración en Europa: participaron activamente en las
elecciones al Parlamento Europeo, valorando sus instituciones europeas, y siendo conscientes de las ventajas
derivadas de la integración.

La opinión española se mostró favorable a los cambios introducidos en los tratados de Maastricht,
Amsterdam, Niza, etc.), a la nueva denominación de Unión Europea, a sus sucesivas ampliaciones, y a la
adopción de la moneda única, que constituyó en 2002 un auténtico acontecimiento y todo un símbolo de los
nuevos tiempos, ya que llegó en un momento de sólida expansión económica.

La presidencia de turno de la Unión ejercidas por España en 1989, 1995, 2002 y 2010, el
nombramiento de españoles para puestos de comisarios en la Comisión Europea o el hecho de que Javier
Solana11 ocupara hasta 2009 el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE,
han contribuido a que los españoles asuman como asuntos propios los europeos.

8.Entrada en la Organización del Atlántico Norte (OTAN)


En los últimos momentos del gobierno UCD, Calvo Sotelo consiguió que el Parlamento autorizase
el ingreso de España en la OTAN. En diciembre de 1981 se firmaba en Bruselas el Protocolo de Adhesión,
con un 43 % de la opinión pública española en contra.
El PSOE había encabezado la oposición a la integración en la OTAN al estar más cercano a los
postulados del neutralismo y del grupo de países NO-alineados. Así, Felipe González prometió un
referéndum donde serían los españoles, de forma soberana, los que decidieran si continuar o salirse de la
OTAN.
El acceso al poder y la integración de los políticos socialistas en los organismos internacionales les
llevó a matizar su posición. En 1984 durante la celebración del XXX Congreso del PSOE quedó establecida
la posición oficial del partido: permanecer en la OTAN sin integrarse en su estructura militar.
La opinión pública estaba perpleja ante el cambio de actitud del gobierno socialista y los
movimientos pacifistas concentraron en Madrid grandes manifestaciones de protesta.
En el referéndum celebrado en marzo de 1986, un 53% de los españoles votantes dijo SÍ a la
pregunta del gobierno, y España permanecería en la OTAN pero sin integrarse en su estructura militar.
Cuando se han producido conflictos en Europa, el más grave el que ha afectado a la antigua
Yugoslavia, España ha participado en las misiones militares para el restablecimiento de la paz dentro del
marco de fuerzas organizadas por las Naciones Unidas (Bosnia-Herzegovina) o la de la OTAN (Kosovo).
También en 1990, España envió tropas para participar en la primera guerra del golfo cuando Irak
invadió Kuwait. Otros conflictos durante esta década donde España estuvo presente fueron: Namibia,
Nicaragua, El Salvador o Bosnia.
Bajo la presidencia de José Mª Aznar se produjo un acercamiento a los EEUU y participamos en la
segunda guerra de Irak. Cuando Zapatero llegó al poder en 2004, ordenó la retirada inmediata de las tropas
presentes en Iraq, hecho que condujo a un enfriamiento y distanciamiento de las relaciones exteriores entre
ambos países.

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