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1 INTRODUCCIÓN.
5 CONCLUSIÓN.
1 INTRODUCCIÓN.
Calvo Sotelo inició una política de cierto consenso con el PSOE. El 22 de junio de
1981 se aprueba la Ley de Divorcio. El 30 de junio de 1982 se aprobaba la LOAPA (Ley
Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico), ley pactada con el PSOE. Ambos
partidos pretendían limitar las competencias de las Autonomías. Los nacionalistas la
recurrieron ante el Tribunal Constitucional, y en parte, fue rectificada.
La política exterior recibió un impulso notable. Los objetivos básicos eran la
integración en la Comunidad Europea y la OTAN, y las relaciones con América Latina. El
gobierno no obtuvo el apoyo socialista respecto a la entrada de España en la OTAN. El
29 de octubre de 1981 -con los votos en contra de las fuerzas de izquierda- el Congreso
de los Diputados autorizaba la tramitación para la adhesión de nuestro país al Tratado del
Atlántico Norte.
Los conflictos internos en el seno de UCD continuaban a pesar de que estaban
llevando al partido a su destrucción. Los mayores problemas del gobierno se localizaban
en su propio grupo parlamentario. Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones
para el 28 de octubre de 1982. La UCD se desmoronó.
La política económica del gobierno, aunque con un coste social muy elevado,
Las dificultades que encontraba el PP para ensanchar su base electoral tenían más
que ver con la imagen de partido situado muy a la derecha que con la oposición que
realizaba el PSOE. Desde 1998 el PP inició un viraje al centro y esperó que la buena
coyuntura económica diera sus resultados.
El PSOE se mostró bastante desorientado después de tantos años de ejercer el
poder. Dejar de ser un partido de gobierno para convertirse en un partido de oposición no
le resultó fácil. La renuncia de Felipe González a seguir dirigiendo la organización creó un
grave problema de liderazgo. La situación de Joaquín Almunia como su sucesor en la
secretaría general tardaría en normalizarse. Con todo, el apoyo electoral del PSOE
parecía no reducirse. La confusa política que llevaba a cabo IU le beneficiaba.
El hecho de que el PP no contara con mayoría absoluta en el Parlamento había
dado a los partidos nacionalistas la posibilidad de disponer de una amplia capacidad de
influencia en la gobernación del país. Paradójicamente, en esta situación se radicalizaron.
Para marzo de 2000 fueron convocadas las elecciones a Cortes. El avance de los
populares y la derrota de los socialistas -que provocó la dimisión de Joaquín Almunia-
resultaron considerablemente más amplias de lo previsto. El PP con 183 diputados,
lograba la mayoría absoluta, acababa con sus tradicionales dificultades electorales y
podía gobernar cómodamente.
5 CONCLUSIÓN.