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TEMA 7

Tras la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), la monarquía había quedado muy debilitada. Para
intentar arreglarlo el Rey Alfonso XIII nombra presidente del Gobierno al General Berenguer y,
posteriormente, al Almirante Aznar. Para entonces se había “firmado” el Pacto de San
Sebastián (agosto de 1930): republicanos, catalanistas y socialistas acuerdan acabar con la monarquía.
Con la intención de dar sensación de normalidad, el sr. Aznar convoca elecciones municipales para
abril de 1931. El triunfo republicano en la mayoría de las capitales (donde el voto era más libre, al
escapar en mayor medida del control de los caciques) hace comprender al rey el predominio de los
republicanos, por lo que, aconsejado por Romanones, ministro de Estado, abandona el país camino del
exilio. De inmediato, el 14 de abril de 1931, es proclamada la II República.
1.- El bienio republicano-socialista y sus reformas

1.1. El Gobierno Provisional


Tras la proclamación de la II República se forma un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá
Zamora, católico y republicano de derechas, que debía actuar como garantía en el poder de la
burguesía. En cuanto a los ministros, tuvieron entrada la mayoría de las opciones políticas del Pacto de
San Sebastián: centro (radicales de Alejandro Lerroux, radicales-socialistas de Marcelino Domingo),
izquierda (socialistas -Prieto, Largo Caballero y Fernando de los Ríos-, republicanos -Azaña-,
catalanistas -d’Olwer- y galleguistas -Casares Quiroga-). Fuera del gobierno quedan la extrema
izquierda (comunistas, anarquistas), la derecha (monárquicos, tradicionalistas) y los partidos
regionalistas conservadores (Partido Nacionalista Vasco y Lliga Regionalista).

Se convocan (junio de 1931) Cortes Constituyentes que son ganadas por la conjunción de republicanos
y socialistas que logran una aplastante mayoría excepto en el País Vasco y Navarra donde
nacionalistas y carlistas fueron los triunfadores.

1.2. El Bienio republicano-socialista o reformista (1931-1933)


Es elegido Presidente de la República don Niceto Alcalá Zamora y Presidente del Gobierno
don Manuel Azaña. La obra fundamental de este Gobierno será la Constitución de 1931 y el diseño de
una serie de Reformas.
a.- La Constitución de 1931 (6ª)
El texto fue elaborado por una comisión presidida por el socialista y catedrático de Derecho Penal Luis
Jiménez de Asúa, generando su elaboración fuertes tensiones especialmente por el tema religioso,
tanto en la Cámara como en la calle. Se aprueba el texto definitivo en diciembre de 1931 sin ningún
voto en contra, aunque cerca de un centenar de diputados se ausentó de la votación.

Características principales: tiene gran extensión y detallismo (125 artículos agrupados en nueve títulos
y dos Disposiciones Transitorias). Es de un fuerte carácter democrático y progresista así como de un
contenido eminentemente social. Lo más significativo hace referencia a la subordinación de la
propiedad al interés general, la definición de España como República de Trabajadores, el laicismo, una
única cámara como poder legislativo, las funciones del gobierno, el sufragio universal masculino y
femenino, las amplias libertades individuales, la abolición de la pena de muerte, el derecho a la
autonomía en el marco de un “estado integral” (soberanía y estado central), la existencia de un
Tribunal de Garantías Constitucionales, la Diputación Permanente de las Cortes, y el nombramiento
mixto del Presidente (las Cortes junto a los Compromisarios, elegidos popularmente).

b.- Las Reformas.

En el ámbito Educativo. Azaña sustituyó los métodos y profesores religiosos por partidarios de una
enseñanza progresista. Otras, como la disolución de la Compañía de Jesús o la prohibición de ejercer
la enseñanza a las órdenes religiosas, fueron excesivamente agresivas y entrañaron un grave riesgo de
enfrentamiento entre la opinión católica (mayoritaria en España) y el régimen republicano. Además, a
principios de 1933, se abren en España cerca de 4.000 nuevas Escuelas de Primaria, muestra de la
inquietud pedagógica del nuevo gobierno (el proyecto pretende seguir con otras tantas para cubrir las
necesidades del Estado).
En el ámbito Militar. El gobierno republicano-socialista aborda la difícil tarea de modernizar el
ejército, cuya abundancia de mandos, escasa formación y anticuado material le habían hecho perder
capacidad técnica. Una de las primeras decisiones de Azaña fue la reducción del número de oficiales
ofreciéndoles la jubilación anticipada. Otra de las medidas importantes tendió a disminuir la
jurisdicción militar en beneficio de la civil, así como la supresión de la Academia General Militar de
Zaragoza, dirigida por Franco. Se crea, además, la Guardia de Asalto, una fuerza leal, especialmente
entrenada como Policía Urbana.
En al ámbito Agrario. Quizá es la más importante de las reformas intentadas por el primer Gobierno
Republicano. El problema de la reforma del campo se arrastraba desde hacía varios siglos. Extensos
latifundios de Extremadura y Andalucía esperaban remedio. La base de esta reforma será la
distribución de la tierra entre los arrendatarios y jornaleros, lo cual provocará la oposición radical de
los propietarios. El fracaso del levantamiento monárquico del General Sanjurjo (agosto de 1932)
fortaleció a Azaña que aprovechó el momento para aprobar la Ley de Bases de la Reforma Agraria. La
buena voluntad no fue suficiente y los problemas creados como la falta de presupuesto o las tensiones
creadas por algunas ocupaciones de tierras hicieron que la reforma no tuviese los resultados esperados.
En el ámbito Social. Lo más importante fue el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas, la
prolongación de los contratos de arrendamiento de tierras y utilización de braceros locales. Para
intervenir en conflictos laborales se establecen los jurados mixtos (obreros y empresarios).
En el ámbito Territorial. El 9 de septiembre de 1932, Manuel Azaña forzó la aprobación del Estatuto
de Cataluña. En su defensa pronunció uno de sus más brillantes discursos que consiguió arrancar de
los diputados el voto favorable al Estatuto. En el País Vasco no se aprobó el Estatuto merced a la
división de sus habitantes.
Esta política reformista concita la oposición de los grupos privilegiados, que ven peligrar su
predominio político, económico y social. Las reformas fracasaron por su lentitud, por la influencia de
la crisis económica de 1929, por la oposición de los terratenientes y de la Iglesia, la conflictividad
social (sobre todo de anarquistas y jornaleros socialistas –FTT o Federación de Trabajadores de la
Tierra-), y la oposición de los militares africanistas (fallido golpe de estado del general José
Sanjurjo en Sevilla, 1932).
A partir de 1932 las derechas se reagrupan en la Confederación Española de Derechas
Autónomas (CEDA), dirigida por José Mª Gil Robles y que defendía una vía posibilista de acceso al
poder para frenar las reformas. Más a su derecha se encuentran los alfonsinos, los carlistas y los
primeros grupos fascistas (el más exitoso será Falange Española).
El gobierno cae en 1933 como consecuencia de la conflictividad social (sucesos de Casas Viejas,
radicalismo proletario, acciones violentas de Falange…) y de la división entre republicanos y
socialistas, convocándose elecciones para el 1 de noviembre de 1933.

2.- El bienio radical-cedista o contrarreformador y la revolución de Octubre de 1934.

En estas elecciones el triunfo por mayoría simple es de la CEDA, seguida del PRR de Alejandro
Lerroux, favorecido por la desilusión de las bases izquierdistas, la abstención anarquista, el voto
femenino y la reorganización de la derecha.

El Gobierno será presidido por Lerroux y apoyado por la CEDA, aunque sin contar con ministros. Se
suspenden las medidas reformistas del bienio anterior y se van polarizando las posturas políticas.

La izquierda considera a la CEDA como un instrumento del fascismo, por lo que ante la posibilidad de
su entrada en el gobierno alienta y provoca una revolución armada que estalla en octubre de 1934 en
Asturias (socialistas y anarquistas, sofocada por el ejército de Marruecos dirigido por el general
Francisco Franco) y Cataluña (Lluis Companys, presidente de la Generalitat) proclama el estado
catalán, pero es fácilmente derrotado por la falta de apoyo de la CNT-sindicato anarquista). En el resto
de España los socialistas declaran una huelga general, pero fracasan por su mala preparación y la falta
de apoyo anarquista.
Tras la revolución de octubre de 1934 entran en el gobierno varios ministros de la CEDA, entre ellos
el mismo Gil Robles como ministro de guerra. Al mismo tiempo asistimos a la radicalización de la
derecha en torno a Falange Española (partido fascista fundado por José Antonio Primo de Rivera en
1933) y Renovación Española (partido monárquico totalitario en el que destaca José Calvo Sotelo).

El gobierno cae por la descomposición del PRR de Lerroux debido al escándalo del estraperlo (ruletas
amañadas). Se nombra presidente del gobierno a Manuel Portela Valladares, que convoca elecciones
para febrero de 1936.

3.- La etapa del Frente Popular


En estas elecciones, la desunión y desgaste de la derecha coinciden con la unión de la izquierda en una
coalición electoral denominada “Frente Popular” (republicanos, comunistas, socialistas), ganando esta
última las elecciones. Ante el fracaso electoral, los grupos conservadores empiezan a considerar que la
única manera de frenar las reformas y mantener sus privilegios es llevar a cabo un golpe de Estado que
establezca un régimen dictatorial.

Niceto Alcalá Zamora es destituido como presidente de la República, siendo sustituido por Manuel
Azaña. Se forma un gobierno presidido por Santiago Casares Quiroga. Los ministros son todos
republicanos, ya que el PSOE se niega a entrar y va optando cada vez más claramente por la vía
revolucionaria de la mano de Francisco Largo Caballero, “el Lenin español”.

La conflictividad social es creciente, polarizándose las posturas políticas en torno a las extremas
derecha e izquierda (Primavera Trágica). Ante el peligro de un golpe militar, el gobierno dispersa a los
militares sospechosos: Emilio Mola a Navarra, Francisco Franco a Canarias y Manuel Goded a
Baleares, manteniendo a José Sanjurjo en Lisboa. Los asesinatos en julio de 1936 de José del Castillo
(teniente de la Guardia de Asalto) y de José Calvo Sotelo (líder de Renovación Española) provocan
la sublevación encabezada por los anteriores generales y que se inicia en Marruecos el día 17 de ese
mes. Tras el fracaso del golpe de estado, se inicia la guerra civil.
Señalar, por último, que uno de los avances sociales de la República fue, sin duda, el reconocimiento
de los derechos de la mujer (derecho de sufragio, ley de divorcio, derecho a la patria potestad,
posibilidad de acceder a cargos públicos, etc…).

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