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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil.

Historia de España

Bloque 10
La II República:
- Introducción.
- El Gobierno provisional. La Constitución de 1931.
- El Bienio Reformista o republicano-socialista: 1931-1933. Las Reformas.
- El Bienio Radical-Cedista.
- Primera etapa del Bienio Radical-Cedista (1933-1934).
- La Revolución de 1934
- Segunda etapa del Bienio Radical-Cedista (1934-1936)
- Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.

La Guerra Civil:

La sublevación militar y el estallido de la guerra. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución


de las dos zonas.
- La sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil.
- El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.

La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la Guerra.


- La dimensión política del conflicto.
- La dimensión internacional del conflicto.
- Consecuencias de la Guerra.

Antecedentes: El hundimiento de la Restauración borbónica liderada por Cánovas del Castillo, se


produjo tras las elecciones municipales, el 14 de abril de 1931. Fue un sistema basado en el
turnismo de dos partidos (Liberal y Conservador), fraude electoral (pucherazo y caciquismo), y la
constitución de pacto de 1876. Este sistema ocupó tres etapas: reinado de Alfonso XII, Regencia de
M.ª Cristina y reinado de Alfonso XIII. Tras siete años bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera
(1923-1930), las medidas regeneracionistas no trajeron la democratización del sistema.
Aunque se trataba de unas elecciones municipales, la campaña electoral se planteó en la prensa como
un referéndum sobre la monarquía y, ante el triunfo de la coalición de republicanos-socialistas en las
principales ciudades, el rey Alfonso XIII, prácticamente sin apoyos, decide exiliarse en Italia. Se
constituye un Gobierno Provisional, presidido por Alcalá Zamora y formado por los dirigentes de
los partidos firmantes del Pacto de Sebastián.

Desarrollo: Se proclamó la Segunda República, en un contexto internacional poco favorable


marcado por la crisis económica que siguió al crac del 29 y la crisis de la democracia ante el ascenso
de los fascismos y del comunismo.

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

Las bases ideológicas de la República estaban formadas por partidos republicanos burgueses, de
izquierda (Izquierda Republicana de Azaña) y de centro-derecha (partido Radical de Lerroux, Acción
Republicana de Alcalá Zamora), nacionalistas, movimiento obrero (socialistas, PCE y POUM e
incluso anarquistas) y contaron con el apoyo de intelectuales, estudiantes y algunos sectores del
ejército.
La base social estaba formada fundamentalmente por las clases medias y a un importante sector de la
clase obrera. La entusiasta acogida popular estaba basada en la esperanza de que la república
realizara la regeneración y la modernización de España.
Al margen de este entusiasmo republicano están los grandes propietarios, la oligarquía financiera,
parte del ejército, la Iglesia, algunos sectores del campesinado y, en un primer momento, los
anarquistas.
En la Segunda República, distinguimos tres fases o periodos:
1. Bienio reformista o republicano-socialista (1931-1933).
2. Bienio derechista o radical-cedista (1933-1936).
3. Frente Popular (1936-1939), paralelo a la Guerra Civil.

A) El Gobierno provisional. La Constitución de 1931

El Gobierno Provisional, presidido por Alcalá Zamora, estaba constituido por una coalición
sumamente heterogénea (republicanos conservadores y republicanos de izquierda, socialistas y
nacionalistas catalanes y gallegos), que no contaba con un programa unitario. Se convocaron
elecciones a Cortes Constituyentes para junio y mientras tanto se pusieron en marcha toda una serie
de medidas para dar respuesta a los deseos de cambio de la sociedad:

 Se concede la amnistía a los presos políticos.


 Para paliar la grave situación del campesinado se establece la jornada laboral de 8 horas, la
prórroga automática de arrendamientos y se obliga a los propietarios agrícolas a cultivar las
tierras abandonadas y a contratar como jornaleros a vecinos del municipio, lo que generó una
fuerte oposición de los terratenientes.
 Se inician las negociaciones con vascos y catalanes para sus futuros estatutos de autonomía.
 Se inicia la reforma del ejército, para garantizar su fidelidad a la República.

Pero el Gobierno Provisional ha de hacer frente a una fuerte conflictividad social: huelgas de la
CNT que quiere las reformas de forma inmediata, que derivaron en violentos choques con las fuerzas
de orden público y, sobre todo, al enfrentamiento con la Iglesia (Cardenal Segura) que atacó
duramente el nuevo régimen en prensa, homilías y pastorales. La quema de conventos fue tanto
causa como consecuencia de esa postura eclesiástica y fue el inicio de un permanente conflicto. Las
clases poderosas encontraron en la defensa de la religión un arma de propaganda antirrepublicana
muy eficaz.
Las elecciones a Cortes Constituyentes, celebradas el 28 de junio, tuvieron una elevada
participación (70%) (los anarquistas defendieron la abstención) y dieron un claro triunfo a la
coalición republicano socialista formada por 19 partidos diferentes en la que el PSOE obtuvo 116
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escaños y el Partido Radical de Lerroux 90 escaños. La derecha, desunida y desconcertada obtuvo


muy pocos diputados en relación con su poder real. Las nuevas Cortes elaboraron una Constitución.

La Constitución de 1931.

La Constitución de 1931 es muy avanzada, con un marcado carácter democrático y un gran


contenido social, que recoge ideas republicanas y socialistas. Los debates más polémicos fueron los
relativos a la cuestión religiosa y territorial.
 Se definía a España como "República democrática de trabajadores de toda clase que se
organiza en régimen de libertad y justicia". El principio de soberanía popular se recoge de
forma clara “Todos los poderes emanan del pueblo”.
 En lo relativo a la organización territorial del Estado se buscó una fórmula intermedia entre el
Estado unitario y el federal, un Estado integral: que admitía la existencia de regiones
autónomas y Estatutos de autonomía, pero se mantiene la unidad de la nación al prohibir
expresamente la “federación” de regiones.
 Extensa declaración de derechos: además de los derechos individuales tradicionales y
colectivos (cultos, expresión, reunión, asociación, etc.) se recogen derechos sociales: el
derecho al trabajo, a la educación, la no discriminación, la expropiación por interés público,
la posibilidad de elegir a mujeres como diputadas, etc.
 Sufragio universal no solo masculino, sino también femenino, por primera vez.
 Separación de poderes:
- El poder legislativo: residía en las Cortes. Constaban de una sola cámara elegida por sufragio
universal cada cuatro años. Predominio sobre las demás instituciones (control sobre el Gobierno).
- El poder ejecutivo: residía en el Gobierno, pero sus atribuciones eran controladas por las Cortes. La
Jefatura del Estado correspondía al presidente de la República: elegido cada seis años, de forma
indirecta a través de las Cortes y de compromisarios. Nombra al Presidente de Gobierno y, a
propuesta de éste, a los ministros, que deben ser ratificados por las Cortes.
- Poder judicial totalmente independiente.
Se creó el Tribunal de Garantías Constitucionales, una institución nueva que debía declarar la
constitucionalidad de las leyes que se aprobasen en el futuro.

 En materia religiosa se establece una radical separación Iglesia-Estado, configurando un


Estado laico pleno. Se reconoce la libertad de cultos, se suprime el presupuesto para el culto
y el clero, se prohíbe a la Iglesia el ejercicio de la enseñanza y se reconoce el matrimonio
civil y el divorcio.

La Constitución fue aprobada en Cortes el 9 de diciembre de 1931. Días después se formó el


primer Gobierno constitucional, con Manuel Azaña como presidente del gobierno, integrado
principalmente por republicanos de izquierdas y socialistas. En un gesto conciliador, se cedió la
presidencia de la República al conservador Alcalá Zamora.

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B) El Bienio Reformista o republicano-socialista: 1931-1933. Las Reformas.


El gobierno de Azaña era una coalición 19 partidos, con miembros del partido Acción
Republicana (azañistas) y socialistas. Por ello, se le conoce como el Gobierno republicano-socialista.
También tuvo el apoyo de los partidos nacionalistas, mientras que los radicales de Lerroux fueron la
oposición moderada.

El gobierno de Azaña planteó un ambicioso programa de reformas para solucionar los


problemas que el país arrastraba y modernizarlo, pero tuvo que enfrentarse tanto a la oposición de los
sectores más reaccionarios (intento de golpe de Estado del general Sanjurjo), que consideraba
excesivas las reformas, como a sectores de la izquierda que consideraba que éstas se hacían con
demasiada lentitud (rebeliones campesinas y huelgas).

Medidas que se adoptaron durante el Bienio Reformista:

1. La reforma agraria: fue la más ambiciosa, ya que pretendía acabar con el latifundismo y
convertir en propietarios a millones de jornaleros y arrendatarios, poniendo fin a una situación que
era la causa fundamental del atraso, la desigualdad y la baja productividad del campo. Se aprobó la
Ley de Bases de la Reforma Agraria (septiembre de 1932) que contemplaba la expropiación, con
indemnización, de grandes propiedades que no fueran cultivados directamente por sus propietarios,
tierras incultas, etc. y el reparto de tierras. Para llevarlo a cabo se creó el Instituto de Reforma
Agraria (IRA). Los resultados fueron escasos debido a la falta de presupuesto para pagar las
indemnizaciones, la lentitud de los trámites y la fuerte oposición de los grandes propietarios. No
solucionó los graves problemas del campo e incluso empeoró el clima social por que hizo que
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propietarios y jornaleros se alejaran definitivamente de la República. El descontento campesino


provocó violentos levantamientos en Extremadura, Andalucía y Logroño.

2. La política autonómica también dividió a la sociedad española, entre los que defendían la unidad
de España y lo que defendían la descentralización política. La mayor oposición procedía del ejército,
que veía amenazada la unidad de la patria de la que se consideraba garante. En 1932 Cataluña
obtenía su Estatuto de Autonomía (con un parlamento y gobierno propios -la Generalitat- dirigido
por Maciá, de Esquerra Republicana). En el País Vasco también se intentó lograr un estatuto
parecido pero su elaboración resultó más compleja (será aprobado a comienzos de la Guerra Civil, en
1936). Galicia, Andalucía y Valencia también los tramitaron, pero no llegaron a aprobarse.

3. La reforma militar: se impulsó una reforma que buscaba tanto reducir el número de oficiales,
claramente desproporcionado en relación con el tamaño del ejército, como asegurar su
sometimiento al poder civil, terminando con la tradicional intervención del Ejército en la vida
política. Se aprobó la Ley Azaña (1931) que permitía retirarse, con el sueldo íntegro, a todos los
generales y oficiales que quisieran o no aceptaran jurar fidelidad a la República. Se creó la Guardia
de Asalto como cuerpo leal a la República y encargado del orden público, con el fin de sustituir al
Ejército en esta función.

4. Reformas laborales: Largo Caballero, líder de UGT y ministro de Trabajo, desarrolló una
importante legislación laboral que incluía medidas como la jornada laboral de ocho horas, el seguro
de enfermedad, las vacaciones pagadas, salarios mínimos, regulación del derecho de huelga, etc.

5. Reformas educativas y culturales. Muchos dirigentes republicanos y socialistas pertenecían al


mundo cultural y veían en el ideal republicano el instrumento capaz de regenerar el país. Los
mayores esfuerzos en el ámbito educativo se centraron en la enseñanza primaria ya que el objetivo
era reducir el analfabetismo. Aunque se incrementó el presupuesto de educación para implantar una
educación laica, obligatoria, mixta y gratuita no fue suficiente para llevar a cabo el plan inicial.

Uno de los objetivos de la República fue limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad.
La Constitución establecía un Estado laico; el temor a la influencia que las órdenes religiosas
ejercían especialmente en educación llevó al gobierno a prohibirles dedicarse a la enseñanza, se les
limitó la posesión de bienes y quedaron obligadas a pagar impuestos. Esto generó una permanente
oposición entre la República y la Iglesia.

Por otro lado, los dirigentes republicanos estaban convencidos de la necesidad de mejorar el nivel
cultural de la población y hacer de la cultura un derecho para la mayoría. Con el apoyo de
numerosos intelectuales y artistas (Lorca, Alberti, Buñuel, etc.) y el lema de “cultura para todos” se
promovieron campañas para llevar la cultura al mundo rural, las llamadas Misiones Pedagógicas
formadas por grupos ambulantes de profesores e intelectuales que llevaban a los pueblos bibliotecas,
cines, coros, conferencias y grupos de teatro como La Barraca –dirigido por García Lorca-, que
hacía giras por todas España representando obras del teatro clásico español.

Enfrentamientos y conflictos durante el Bienio Reformista.

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Desde la proclamación de la República los conflictos fueron continuos debido a la tensión


social acumulada, fruto de las esperanzas revolucionarias de los campesinos y obreros que chocaron
con la posición intransigente de propietarios, industriales y militares.

Tanto la oposición conservadora –la derecha, la Iglesia y un sector del Ejército- como la
radicalización popular –los anarquistas principalmente, en algunas ocasiones secundados por los
comunistas- contribuyeron desde diferentes ámbitos a obstaculizar la labor del Gobierno. La difícil
situación económica, consecuencia de la crisis mundial, complicó la situación.

Las conspiraciones militares fueron continuas, y la República adoptó una política de sanciones
suaves.

Los anarquistas se mostraron impacientes por la revolución y las reformas. Desde 1927 los
anarquistas más radicales, agrupados en la Federación Anarquista Ibérica (FAI), habían adquirido
gran influencia en la CNT y plantearon una lucha frontal basada en las insurrecciones en el ámbito
rural (como los levantamientos de Castilblanco y Arnedo).
Finalmente, varios hechos contribuirían al desgaste del gobierno de Azaña:
- En agosto de 1932, el intento de golpe de Estado del General Sanjurjo, director de la Guardia
Civil, fruto del descontento de los militares, especialmente los africanistas, con la reforma del
ejército. El golpe fracasó.
- La torpeza y los excesos del gobierno en la represión de los levantamientos campesinos que se
produjeron en distintos puntos de España en enero de 1933. Uno de los acontecimientos que más
resonancia alcanzó fue el levantamiento anarquista de Casas Viejas (Cádiz). Allí los campesinos se
sublevaron y atacaron a la Guardia Civil, lo que justificó el envío de la Guardia de Asalto para
restablecer el orden. Este acontecimiento se saldó con la muerte de 20 personas y una brutal y
desproporcionada represión. La prensa, los sindicatos y el Parlamento exigieron responsabilidades.
- La división entre republicanos y socialistas.

Estos hechos provocaron una gran crisis política que llevó a la caída de Azaña, al romperse la
coalición con los socialistas y quedar en minoría. Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó
elecciones para noviembre de 1933. A lo largo de ese año la derecha, después del fracaso de 1931,
va reorganizándose y creciendo. Se forma la Confederación Española de Derechas Autónomas
(CEDA) bajo el liderazgo de José María Gil Robles, que se plantea conquistar el poder por las urnas
para convertir la República de izquierdas en una República conservadora; los monárquicos formaron
Renovación Española, dirigida por Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera fundó la Falange
Española (de inspiración fascista).
En las elecciones de noviembre de 1933 triunfó el centro-derecha, frente a una izquierda dividida
y con la abstención de los anarquistas de la CNT-FAI. La principal novedad era que las mujeres
votaban por primera vez, con lo que el censo electoral se duplicó.

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Conclusión del Bienio Reformista.


Desde la proclamación de la república, los conflictos fueron continuos debido a la tensión
social acumulada, fruto de las esperanzas revolucionarias de los campesinos y obreros que
chocaban con la posición conservadora (de propietarios, industriales y militares), junto con la
oposición de los anarquistas, y comunistas que contribuyeron a obstaculizar la labor del gobierno.
Los anarquistas se mostraron impacientes por la revolución y las reformas, agrupados en la
Federación Anarquista Ibérica (FAI), plantearon una lucha frontal basada en las insurrecciones en
el ámbito rural.
Finalmente, varios hechos contribuirían al desgaste del gobierno de Azaña:
- En agosto de 1932, el intento de golpe de Estado del General Sanjurjo, director de la
Guardia Civil, fruto del descontento de los militares, especialmente los africanistas, con la
reforma del ejército. El golpe fracasó.
- La torpeza y los excesos del gobierno en la represión de los levantamientos campesinos
anarquista como el de Casas Viejas (Cádiz).
- La división entre republicanos y socialistas.
Estos hechos provocaron una gran crisis política que llevó a la caída de Azaña. Alcalá
Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para noviembre de 1933.

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C) El Bienio Radical-Cedista.
Primera etapa del Bienio Radical-Cedista (1933-1934)
La Revolución de 1934
Segunda etapa del Bienio Radical-Cedista (1934-1936)

Tras las elecciones municipales de abril de 1931, que dieron el triunfo a los republicanos,
Alfonso XIII dejó el trono y se proclamó la República. Durante los dos primeros años, el llamado
“bienio reformista”, una coalición republicano-socialista, con Azaña como presidente del gobierno,
llevó a cabo toda una serie de reformas dirigidas a solucionar los graves problemas del país. Pero el
malestar que las reformas producen en los grupos dirigentes unido a la pérdida de apoyo popular por
hechos como Casas Viejas, hacen que se rompa la coalición republicana y Alcalá Zamora, presidente
de la República, convoca nuevas elecciones.

Primera etapa del Bienio Radical-Cedista (1933-1934)


En las elecciones generales de noviembre de 1933 la división de los partidos de izquierda y la
abstención anarquista facilitó la victoria de una coalición de centro-derecha. La gran novedad fue
que las mujeres votaban por primera vez, según lo establecido por la Constitución de 1931. El
partido que obtuvo más escaños fue la CEDA de Gil Robles, seguido por el Partido Radical de
Lerroux. En la izquierda, el PSOE seguía siendo el partido con más escaños, pero reducidos a la
mitad con respecto a la anterior legislatura. La República giraba a la derecha. Niceto Alcalá Zamora
encomendó el Gobierno a Lerroux, que contó con el apoyo de la CEDA desde el Parlamento. Se
inicia así el Bienio Radical-Cedista, también llamado “bienio negro”, dividido en dos etapas por la
revolución de 1934.
En un contexto internacional de crisis económica y de triunfo del fascismo, el nuevo gobierno se
dedicó a paralizar las medidas más reformistas realizadas durante el periodo anterior:
- Paralización de la reforma agraria y de las expropiaciones: se fijó la devolución de tierras a la
nobleza, se anuló la cesión temporal de tierras mal cultivadas a los campesinos y se concedió libertad
de contratación. Los campesinos respondieron ante el empeoramiento de sus condiciones con
numerosas huelgas.
- La reforma militar siguió vigente, pero se aprobó una amnistía a los implicados en el golpe de
Sanjurjo de 1932 y se puso en puestos clave a militares sospechosos de ser contrarios a la República
(Mola, Franco, Goded)
- Acercamiento a la iglesia mediante la dotación de un presupuesto al culto y al clero.
- Freno a la creación de escuelas y a la secularización de la enseñanza.

En este contexto de “contrarreformas”, se produce la radicalización de derechas e izquierdas,


ambas decididas a usar la violencia para imponerse:

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- Derechas: el aumento de la conflictividad social en el campo y en las áreas obreras consolidó a la


CEDA. Los grupos fascistas españoles se fortalecieron al fusionarse Falange Española con las JONS
(Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) en 1934. Todos ellos disponen de grupos paramilitares
que practican la violencia para conseguir sus objetivos políticos.
- Izquierdas: los republicanos se aglutinaron en un nuevo partido, Izquierda Republicana (fusión
de Acción Republicana, Partido Republicano Radical Socialista y Organización Republicana Gallega
Autónoma). La UGT y el PSOE (el mayor partido obrero, dirigido por líderes a menudo
enfrentados), ante el avance del fascismo, acercaron sus posiciones a las de los comunistas y
anarquistas.

La Revolución de 1934
La radicalización de los socialistas y la proliferación de huelgas y conflictos llevaron a la CEDA
a endurecer su posición y reclamar una acción más contundente en materia de orden público,
exigiendo participar directamente en el gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario.
El presidente del gobierno, Lerroux, accedió a estas peticiones y el 4 de octubre formó un nuevo
Gobierno al que se incorporaron tres ministros de la CEDA, lo que provocó la reacción de muchos
sectores de la izquierda que consideraban a Gil Robles dispuesto a establecer un régimen similar a
los fascismos europeos del momento y desencadenó una insurrección que venía preparándose desde
que la derecha ganara las elecciones en 1933.
El 5 octubre de 1934 la UGT (Largo Caballero, el Lenin español) convocó una huelga general
como medio para dar un golpe de estado del comunismo a la república, y en defensa del reformismo
social amenazados por la entrada de la derecha autoritaria (CEDA) en el gobierno. Pero fue un
fracaso en la mayor parte del país, por la falta de coordinación del movimiento y la respuesta
contundente del gobierno (declaración del “estado de guerra”); solo adquirió importancia en Madrid,
Vizcaya, Cataluña y Asturias, pero en las tres primeras tuvo una corta duración.
En Asturias, el movimiento tuvo un carácter revolucionario con miles de obreros socialistas,
comunistas y anarquistas armados, que proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos
Obreros, fue un golpe de estado del comunismo a la república. Se trataba de una auténtica
revolución obrera, cuyo objetivo era superar la República burguesa y sustituirla por un Estado
obrero, similar al modelo instalado en la Rusia de Stalin. La revuelta tuvo un éxito total en las
cuencas mineras, en dos días controlaron los principales núcleos urbanos y conquistaron,
enfrentándose al ejército, Oviedo. Pero las tropas traídas de Marruecos (al mando del general Franco)
acaban con la insurrección y el resultado fue miles de muertos, detenciones y consejos de guerra. La
represión se caracterizó por su dureza: fueron miles los encarcelados y muchas las sentencias a pena
de muerte. A partir de ese momento, se produjo un giro aún más conservador en la política
gubernamental.
En Cataluña, la insurrección tuvo un carácter más político. El 6 de octubre, el presidente de la
Generalitat, Lluis Companys, proclamó el Estado Catalán. Tan solo un día más tarde, el ejército
acabó con la insurrección y se suspendió el Estatuto de Cataluña y el gobierno autonómico fue
acusado de rebeldía y encarcelado.

Segunda etapa del Bienio Radical-Cedista (1934-1936).

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

La revolución de octubre de 1934 motivó un endurecimiento de la política del Gobierno y la


influencia de la CEDA aumentó. Se aprobó una nueva Ley de Reforma Agraria que detuvo el
proceso de entrega de tierras y el asentamiento de los campesinos. Gil Robles, como nuevo ministro
de Defensa, llevó a cabo una serie de cambios en los mandos militares y colocó en puestos claves a
generales contrarios a la República. Franco, por ejemplo, fue nombrado jefe del Estado Mayor. Pero
el Gobierno era débil y estaba en crisis permanente por las luchas internas entre el Partido Radical y
la CEDA, y la tarea de gobierno aumentó la polarización ideológica.

 A la derecha de la CEDA surgió otro grupo político, el Bloque Nacional, dirigido por Calvo
Sotelo, de orientación monárquica, antirrepublicano y de ideología ultraconservadora.
 Se produce también un acercamiento entre todas las fuerzas de la izquierda burguesa y obrera
que exigen la amnistía y reclaman la disolución de las Cortes y nuevas elecciones.

A finales de 1935 se produjo el hundimiento del gobierno debido a la falta de entendimiento


entre Alcalá Zamora y Lerroux y a que el Partido Radical se vio afectado por una serie de
escándalos económicos en los que participaron varios miembros del ejecutivo (corrupción,
malversación de fondos, contrabando y “el caso del estraperlo”) que obligaron al presidente del
Gobierno, Lerroux, a dimitir. El presidente de la República Alcalá Zamora disolvió las Cortes y
convocó elecciones para febrero de 1936.

D) Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.


En las elecciones de febrero de 1936, los partidos de izquierda crearon una gran coalición
electoral, que se denominó Frente Popular. Incluía a republicanos, socialistas, comunistas e incluso
contaba con el apoyo de los anarquistas. Esta alianza era frecuente en Europa como medio de frenar
al fascismo. Su programa estaba basado en poner en marcha las reformas del Bienio Reformista y
decretar una amnistía para todos los detenidos tras la revolución de 1934. El Frente Popular estaba
integrado por Izquierda Republicana (Azaña), Unión Republicana (Martínez Barrio), PSOE (Largo
Caballero e Indalecio Prieto), PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), y contaba con
el apoyo de la UGT y la CNT-FAI.
La derecha no logró confeccionar una candidatura única ni redactar un programa electoral
consensuado y solo se presentó unida en algunas circunscripciones. Se presentaron por la derecha, la
Falange Española de las JONS, la CEDA de Gil Robles y el Bloque Nacional de Calvo Sotelo, que
acudieron con un programa basado en el miedo a la revolución.

En las elecciones del 16 de febrero de 1936, en un ambiente de gran crispación social, participó
el 72% de los electores y los resultados dieron la victoria al Frente Popular, que basó su triunfo en
las ciudades y las provincias del sur y la periferia. Si bien la derecha obtuvo mayor número de votos,
la suma de los escaños de las izquierdas (acuerdo del Frente Popular) les permitió formar gobierno:
263 frente a 210. Los resultados totales hacían ver que los partidos de centro habían desaparecido de
la escena política y que había dos fuerzas rivales, la izquierda y la derecha.
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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

Tras las elecciones, el Congreso eligió nuevo presidente de la República a Manuel Azaña, y
éste nombró jefe de Gobierno a Casares Quiroga (previamente se lo había propuesto al socialista
moderado Indalecio Prieto, pero se negó a ello su propio partido, imponiéndose las tesis radicales de
Largo Caballero frente a las centristas de colaboración con la izquierda burguesa que proponía
Prieto). El nuevo Gobierno, formado exclusivamente por republicanos de izquierda -sin la
participación del PSOE- nacía debilitado. Sus primeras actuaciones fueron una serie de medidas
progresistas y reformistas, pactadas en el programa de la coalición electoral:
 Se concedió una amplia amnistía para los presos políticos.
 Se reanudó la reforma agraria de 1932.
 Se restableció la legislación del primer bienio.
 Se restableció el Estatuto de Cataluña. Companys volvió a ocupar la presidencia de la
Generalitat. Se iniciaron las negociaciones para la aprobación de un estatuto para el País
Vasco (prácticamente terminado en julio de 1936) y otro para Galicia (aprobado en plebiscito
en junio de 1936).

Entre mayo y julio el deterioro de la vida política y social es palpable, siendo el ambiente social
cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la
derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Se producen luchas callejeras
entre grupos radicales (falangistas y milicias de la CEDA utilizando la dialéctica de “puños y
pistolas” contra comunistas, socialistas y anarquistas) que el gobierno no puede controlar. Las
ocupaciones de tierra por los jornaleros, las movilizaciones obreras, la quema de conventos, etc.,
complican la situación. La creación de un clima de violencia era una estrategia que favorecía a los
sectores partidarios de organizar un golpe de Estado contra la República. A la conspiración militar se
unen los principales líderes políticos de la derecha, los representantes de la oligarquía económica y
los generales antirrepublicanos. El general Mola toma el mando de la conspiración y prepara el
golpe para julio. Su plan consiste en un pronunciamiento militar simultáneo en todas guarniciones
posibles, siendo claves las de Madrid y Barcelona y con un protagonismo especial del ejército de
África, el mejor preparado, al mando del general Franco. El gobierno, para frenar los rumores
golpistas trasladó de destino a los generales más directamente implicados (Franco a Canarias y Mola
a Navarra).

El desencadenante último de la Guerra Civil fueron dos asesinatos: el del teniente José del
Castillo, republicano y perteneciente a la Guardia de Asalto (12 de julio de 1936) –por extremistas
de derecha- y el asesinato del diputado del Bloque Nacional José Calvo Sotelo (14 de julio de 1936),
por miembros de las fuerzas de seguridad en venganza del anterior. El golpe de Estado que se venía
preparando se acelera y la sublevación se inició en Marruecos el día 17 de julio por la tarde y al día
siguiente se extendió a toda la Península. El fracaso del golpe militar en buena parte de España
desencadenó el inicio de una guerra civil que se prolongaría durante tres años.

Conclusión:
El intento de establecer un régimen democrático en España fracasó por las tensiones propias de la
Europa de los años 30, con una democracia atacada por el comunismo y fascismo. La sublevación
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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

militar del 36 puso fin a la II república. La victoria de los sublevados con el general Franco a la
cabeza de un gobierno autoritario traerá a España 40 años de dictadura militar. La democracia
volverá a ser efectiva en España tras la intervención del Rey Juan Carlos I en el proceso de
Transición (1975-1978) junto con Adolfo Suarez. Se desmontaron las instituciones y la legislación
franquista y se elaboró la Constitución de 1978 y se desde ese momento se normalizó la
democracia, se celebrarán elecciones libres con sufragio universal, cada cuatro años hasta hoy en
día.

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

La Guerra Civil
I. La sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil.
II. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.
III. La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la Guerra

I. La sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil.

Desde el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, las tensiones sociales
y políticas de la República se acentuaron. El deterioro del orden público, unido al temor que en los
sectores más conservadores despertaba el programa de izquierdas propició que algunos mandos
militares, muchos de ellos “africanistas”, conspiraran contra la República. Ante las sospechas, el
gobierno había cambiado de destino a los mandos militares más antirrepublicanos (Mola fue enviado
a Pamplona, Franco a Canarias, Goded a Baleares, Queipo de Llano a Sevilla, etc.).

El levantamiento militar fue organizado por el general Mola –destinado en Navarra- y contaba
con el apoyo de los grupos monárquicos, carlistas y falangistas, así como de algunos miembros de la
burguesía financiera y terrateniente. La idea era iniciar una sublevación simultánea en diferentes
ciudades que debía ejecutarse de forma rápida, para derribar al Gobierno Republicano, decretar el
estado de guerra y sofocar cualquier tipo de oposición. El régimen republicano sería sustituido por
una dictadura militar provisional dirigida por el general Sanjurjo.

El asesinato del diputado monárquico derechista Calvo Sotelo, por un grupo de guardias de asalto
como venganza por el asesinato del teniente Castillo (republicano y perteneciente a la Guardia de
Asalto), fue el pretexto para el levantamiento militar, que los sublevados denominaron “alzamiento”
contra el desorden, el comunismo y en defensa de la patria.

La sublevación la inició el coronel Yagüe en Melilla el 17 de julio (triunfando rápidamente en el


protectorado de Marruecos), al día siguiente, Franco, después de sublevarse en Canarias, se dirige a
Marruecos para ponerse al frente del ejército de África. A partir del 18 de julio la sublevación se
extendió por por casi todo el territorio peninsular.

 La sublevación triunfó en amplias zonas de la España rural del norte: Galicia, Castilla-León,
Navarra y parte de Aragón, así como en algunas ciudades importantes como Sevilla, Córdoba,
Granada y Zaragoza. También en la isla de Mallorca y Canarias.
 La sublevación fracasó en casi todo el este y sur de la Península (Cataluña, Levante, Andalucía y
Extremadura) y de la cornisa cantábrica (excepto Álava y Oviedo) y en las grandes ciudades
como Madrid y Barcelona debido a la acción conjunta de militares leales a la República y a la
reacción de gran parte de la población y las organizaciones obreras.
El golpe militar fracasado se convirtió en una Guerra Civil, porque los sublevados no se
rindieron y la República no fue capaz de controlar la situación. Desde ese momento, España quedó
dividida en dos zonas:

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

 La Republicana que contaba con las zonas industriales y mineras, además de disponer de los
recursos del Banco de España para la compra de armas. Aunque la mayor parte de la flota y la
aviación permanecieron leales, el gobierno desconfiaba de los oficiales de tierra y optó por armar
a los voluntarios de partidos y sindicatos (milicianos) al mando de militares leales. El territorio
republicano quedó separado en dos zonas, una al norte y otra en el centro y este.

 La sublevada o “nacional” (denominación con la que se designaban a sí mismos para indicar su


defensa de la unidad de España) que controlaba las principales zonas agrícolas y que contaba con
las experimentadas tropas africanas (la Legión y los regulares), la mayoría de los oficiales y la
Guardia Civil, así como numerosos voluntarios de las milicias organizadas por los partidos
carlista y falangista.

En cada zona, las clases altas y el campesinado medio apoyaron el levantamiento, mientras que
obreros y empleados urbanos, pequeña burguesía y campesinos sin tierras, en su mayoría influidos
por organizaciones de izquierda (definidos como “rojos” por la derecha), fueron el soporte y defensa
de la República. Una gran mayoría silenciosa tuvo que ocultar su ideología, si en su pueblo o ciudad
había triunfado el bando rival y la lealtad geográfica se impuso por todas partes.

Las semanas que sucedieron al 18 de julio fueron muy violentas. En las zonas controladas por los
nacionales, la represión tuvo un carácter sistemático y planificado, dirigida a vencer la resistencia de
la población mediante el terror: se procedió a la detención y ejecución, “paseíllo”, de las autoridades
fieles al gobierno y de todas las personas relacionadas con partidos de izquierda y sindicatos o
sospechosos de tener ideas anticlericales o revolucionarias (García Lorca). En la zona republicana la
represión fue espontánea y desigual, aparecieron numerosos grupos armados, algunos incontrolados
y otros dirigidos por partidos y sindicatos de izquierda que procedieron a la detención y ejecución de
religiosos, “señoritos”, miembros de partidos de derecha, etc. En noviembre fue ejecutado José
Antonio Primo de Rivera en Alicante.

II. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las dos zonas.

El fracaso de la sublevación provocó una guerra civil que duró tres años. Esta larga duración es
consecuencia de la intervención internacional ayudando a uno u otro bando con armas y hombres. El
ejército sublevado mantuvo durante toda la guerra la iniciativa gracias a la existencia de un mando
unificado y a su carácter profesional. La República se vio perjudicada por la desunión existente entre
los diferentes grupos políticos y fracasó en todos sus intentos ofensivos, sin embargo, mostró una
resistencia tenaz que también contribuyó a alargar la guerra.

1ª Etapa (julio 1936 - marzo 1937): El avance hacia Madrid y la batalla de Madrid.

Entre julio y noviembre se produce un rápido avance de los sublevados hacia Madrid que era el
objetivo fundamental, desde el norte dirigido por el general Mola y desde el sur por Franco. Este
avance fue facilitado por el desorden republicano, donde el ejército regular fue sustituido por

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

milicias integradas por voluntarios de partidos y sindicatos, sin organización ni disciplina y que
carecían de un mando unificado.
Las tropas dirigidas por el general Mola, avanzaron desde Navarra hacia Madrid (antes toman
Irún y San Sebastián lo que impide la llegada de refuerzos por tierra y corta el acceso a Francia),
pero fueron detenidas por los milicianos en la Sierra de Guadarrama. El ejército de Marruecos,
dirigido por el general Franco, fue trasladado a la Península en aviones italianos y barcos alemanes
a través del Estrecho de Gibraltar, evitando a la flota republicana y avanza desde Cádiz y Sevilla,
donde se une Queipo de Llano, hacia Extremadura, tomando Badajoz, (lo que permitió unir los
territorios ocupados por los sublevados) para dirigirse a Madrid. Franco, convertido en jefe del
ejército del sur tras la muerte de Sanjurjo, se desvía hacia Toledo para liberar el Alcázar y después se
dirige a Madrid cuya conquista parecía inminente.

En noviembre, los sublevados intentaron el asalto frontal a Madrid. El gobierno republicano,


temiendo ser capturado si la capital caía, se había trasladado a Valencia, dejando la ciudad a cargo
de la Junta de Defensa, presidida por el general Miaja. La fuerte resistencia de los madrileños,
apoyados por la llegada de las Brigadas Internacionales, de armamento soviético y los refuerzos
procedentes de Barcelona, impidieron que la ciudad cayera. El frente se estabilizó en la Ciudad
Universitaria. Se produjo una movilización general para salvar Madrid con míticas consignas como
“no pasarán” y “Madrid, tumba del fascismo”.
Fracasado el intento de conquista rápida de Madrid, los sublevados intentaron aislarla del resto de
España, en 1937, estableciendo un cerco, que es roto en las batallas del Jarama (febrero de 1937) y
Guadalajara (marzo de 1937). Estos fracasos demostraron que no era posible una guerra rápida y
obligó a Franco a adoptar un cambio de estrategia, afrontando una guerra de desgaste dirigida a la
conquista gradual del territorio republicano para lo cual se utilizó la aviación y el carro de combate,
se bombardearon las ciudades, se usó del terror, la radio y la propaganda. El cerco sobre Madrid se
mantendría durante toda la guerra.

2ª Etapa (abril 1937- noviembre de 1938). De la conquista del norte a la batalla del Ebro.

Tras el fracaso en la toma de Madrid, Franco optó por conquistar la zona cantábrica, una
estrecha franja que abarcaba Asturias, Cantabria y parte del País Vasco, aislada del resto de las zonas
republicanas y poseedora de una importante minería e industria siderúrgica. En esta campaña contó
con la ayuda de las tropas italianas y el apoyo de la aviación alemana (Legión Cóndor) cuyos
bombardeos destruyen la ciudad de Guernica (objetivo sin valor militar pero sí simbólico del
nacionalismo vasco).

En junio cae Bilbao (eliminando el Estatuto de Autonomía y los fueros vascos) y, entre agosto y
octubre, Santander y Gijón. El General Rojo (jefe del Estado Mayor Republicano) ordenó dos
ofensivas de distracción en Brunete (cerca de Madrid) y Belchite (en Zaragoza) para tratar de aliviar
la presión sobre Madrid y obligar a los sublevados a retirar tropas del frente norte, pero no
consiguieron levantar el sitio de Madrid, ni impidieron la caída del norte: que queda en manos de
los nacionales.
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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

En el bando republicano, ante el fracaso del modelo de guerra basado en la utilización de las
milicias desorganizadas defendido por los anarquistas, se creó un ejército popular pero organizado
y disciplinado, como defendían los comunistas y apoyaban la izquierda republicana y los militares
profesionales, en el que se integraron dirigentes procedentes de las milicias y de las Brigadas
Internacionales. Los grupos anarquistas actuaron de forma independiente anteponiendo la revolución
social a la guerra. Su actuación provocó que buena parte de las clases medias se pasaran al bando
nacional que garantizaba el orden y la propiedad.

Tras la caída del norte, el General Rojo lanzó una ofensiva sobre Teruel, consigue tomar la
ciudad, pero una contraofensiva nacionalista la recupera un par de meses después. Franco cambia el
criterio y en lugar de avanzar hacia Madrid, desplegó un ataque a lo largo del frente de Aragón con
intención de alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana. En la primavera de 1938, las
tropas de Franco llegaron al Mediterráneo por Vinaroz, con lo que la República quedó dividida en
dos: Cataluña al norte y Madrid y Levante al sur.

Para frenar el avance de Franco hacia Valencia, la República emprendió la Batalla del Ebro (de
julio a noviembre de 1938) con la intención de reconquistar territorio y volver a unir las zonas
republicanas. Fue la batalla más dura y sangrienta de la guerra (más de 100.000 bajas entre ambos
bandos). Franco envió grandes refuerzos, incluida la aviación alemana e italiana y consiguió detener
el avance. Los republicanos fueron derrotados, sentenciando la suerte de la República.

3ª Etapa (diciembre 1938 a marzo 1939). La caída de Cataluña y el final de la guerra.

En enero de 1939, Franco lanzó la ofensiva sobre Cataluña, aislada de Valencia y del centro.
Ante la debilidad y el desánimo republicano, las capitales catalanas caen sin apenas resistencia.
Barcelona es ocupada el 26 de enero; los “nacionales” suprimieron el Estatuto y Companys,
presidente de la Generalitat, fue fusilado. Con la caída de Gerona se produjo la huida masiva de
republicanos hacia Francia.

En febrero de 1939 a la República no le quedaba más territorio que Madrid capital, junto con
una parte de la Meseta Sur y la zona costera levantina hasta Almería.

El enfrentamiento entre los republicanos precipitó el final. El entonces presidente del gobierno,
Negrín y el PCE se mostraban partidarios de resistir y continuar la guerra mientras esperaban el
apoyo de Francia y Gran Bretaña. El coronel Casado (responsable de la defensa de la capital)
apoyado por ciertos sectores del PSOE y anarquistas, consideraban que la guerra estaba perdida y
eran partidarios de un final negociado que pasaba por entregar a Franco los últimos territorios
republicanos. El 5 de marzo, Casado dio un golpe de Estado e inició negociaciones para gestionar
una rendición honrosa, pero Franco impuso la rendición incondicional. Las tropas de Franco entraron
en Madrid el 28 de marzo y el 1 de abril de 1939 Franco firmó el último parte de guerra:

“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus
últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha terminado”.

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

III. La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la Guerra.

I. La dimensión política del conflicto.


II. La dimensión internacional del conflicto.
III. Consecuencias de la Guerra

I. La dimensión política del conflicto

El fracaso del alzamiento militar de julio de 1936 dio origen a una Guerra Civil que se prolongaría
durante tres años y dividió el territorio español en dos zonas. Los primeros meses de la guerra van a
ser de caos organizativo en las “dos Españas”, siendo desbordados los poderes establecidos.

La zona republicana
El golpe militar provocó la desaparición del poder estatal, incapaz de controlar su propio territorio
y el desarrollo de una revolución social. No hubo un mando político único y la República tuvo que
enfrentarse al doble problema de derrotar al ejército sublevado y de controlar su propio
territorio y el desarrollo de una revolución social.
En la España republicana, durante la guerra, se sucedieron tres gobiernos:
 El derrumbe del Estado Republicano (julio-septiembre de 1936). Los primeros gobiernos de
Casares Quiroga y Martínez Barrio tuvieron que dimitir al negarse a entregar armas al pueblo por
temor a una revolución. El poder pasó a José Giral, que entregó armas a las milicias de partidos
y sindicatos para organizar una fuerza militar capaz de enfrentarse a los sublevados, pero su
incapacidad para controlar la situación le obligó a dimitir. La sublevación militar supuso el
desplome total del Estado republicano (salvo en el País Vasco) que fue sustituido por Juntas y
Comités revolucionarios de las organizaciones obreras que se encargaron de organizar las
milicias, del orden público, abastecimientos, etc., con independencia del Estado. Se desencadenó
una revolución social que llevó a la colectivización de gran parte de la propiedad industrial y
agraria, especialmente en aquellas zonas de mayor presencia anarquista (Aragón y Cataluña).
También se produjeron importantes episodios de violencia contra la Iglesia, los propietarios y los
afiliados a partidos de derecha (Paracuellos, fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera).
 El gobierno de Largo Caballero (septiembre de 1936 - mayo de 1937). La prolongación de la
guerra y las derrotas sufridas plantearon la necesidad de restablecer el poder del Estado para
poder ganar la guerra. En septiembre se constituyó un gobierno de coalición, presidido por Largo
Caballero, en el que participaron republicanos, socialistas, comunistas (por primera vez) y
anarquistas, algo sin precedentes. Su objetivo era crear un Ejército Popular, militarizando las
milicias y recomponer el poder del Estado eliminado juntas y comités revolucionarios. El
gobierno abandona Madrid y se traslada a Valencia. Pero existía un fuerte enfrentamiento
dentro de las fuerzas republicanas sobre cómo afrontar la guerra y el proceso revolucionario:
los republicanos, el PSOE y un PCE fortalecido por la ayuda soviética y el prestigio de sus
unidades de combate, defendía la reconstrucción de un Estado fuerte, para ganar primero la
guerra y luego hacer la revolución. Solo los más radicales de los anarquistas y el POUM (Partido
Obrero de Unificación Marxista) defendían que ambos procesos debían ser paralelos.

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

Este conflicto provocó un enfrentamiento armado en Barcelona, en mayo de 1937. Los intentos
de la Generalitat – con el apoyo de los comunistas- de restablecer su autoridad, liquidando el
poder paralelo de las milicias, provocaron la insurrección de grupos anarquistas y del POUM. El
gobierno central tuvo que enviar fuerzas a Cataluña para controlar la situación. Las
consecuencias fueron la caída de Largo Caballero que se negó a ilegalizar el POUM –como
querían los comunistas- y la pérdida de influencia de los anarquistas frente a los comunistas (que
van aumentando su poder). Le sustituyó Negrín.
 El gobierno de Negrín (mayo 1937- marzo 1939), socialista moderado, consideró prioritario el
tema militar por lo que se unificó la dirección de la guerra, se reforzó el poder central y se
estableció un control sobre la producción industrial y agraria (las experiencias colectivistas se
paralizaron) para asegurar los abastecimientos. Esta nueva orientación provocó numerosos
conflictos, los dirigentes del POUM fueron encarcelados y su dirigente, Andreu Nin, asesinado.
Pese a las derrotas, Negrín, apoyado por los comunistas (el grupo más disciplinado y decidido a
luchar hasta el final), defendió una política de resistencia hasta el final, con la esperanza de que
estallara la guerra en Europa y así la guerra española se integraría en el conflicto generalizado,
pero la Conferencia de Múnich alejó esa posibilidad. Trató de negociar una rendición sin
represalias de los vencedores (los llamados “Trece Puntos” de Negrín) pero Franco lo rechazó.
Azaña, presidente de la República, dimitió tras la caída de Barcelona y, en marzo de 1939, el
coronel Casado precipitó el fin de la guerra al sublevarse contra el Gobierno (golpe de Estado)
con la intención de negociar la paz con Franco, quien no la aceptó.

La zona sublevada
A diferencia de la zona republicana, se constituyó un poder centralizado bajo una fuerte
disciplina militar con el objetivo de ganar la guerra y eliminar de los territorios ocupados cualquier
vestigio republicano.
Los grupos políticos y sociales que apoyaron el alzamiento militar no tenían un proyecto político
común y el ejército se convirtió en el elemento vertebrador del nuevo régimen, encargado de
organizar el nuevo Estado. No existía tampoco un mando único: Mola había sido el organizador,
Sanjurjo que aparecía como líder indiscutible había muerto en un accidente y Franco tenía un mayor
prestigio entre los militares.
Al convertirse el golpe de Estado en una guerra, los principales generales crearon en Burgos una
Junta de Defensa Nacional (24 de julio de 1936) como órgano provisional de gobierno para
administrar los territorios bajo control nacional y coordinar sus acciones. Esta Junta nombró a
Franco jefe del Gobierno, del Estado y Generalísimo de los Ejércitos (29 de septiembre de 1936),
concentrando así todo el poder político y militar en una sola persona. La Junta de Defensa se
transformó en una Junta Técnica del Estado que actuó como gabinete de gobierno y fue clave en la
victoria de los sublevados frente a la descoordinación republicana.
Para acabar con los conflictos entre los partidos políticos que apoyaban al alzamiento y
controlarlos, Franco promulgó el Decreto de Unificación (abril de 1937), por el que falangistas y
carlistas se integraban en un partido único llamado FET de las JONS (Falange Española
Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). Así Franco sería Jefe del Partido y

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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

Jefe del Estado. Algunas resistencias de carlistas o falangistas a la unificación fueron acalladas con
destierros o prisión.
En julio de 1937 Franco recibió un apoyo fundamental de la Iglesia española: cuarenta y ocho
obispos publicaron un documento a favor del alzamiento militar que daba legitimidad al mismo y lo
convertía en una “cruzada” en defensa de la fe cristiana. En octubre, el Vaticano reconocía al
gobierno de Franco y toda la legislación republicana que perjudicaba a sus intereses quedó abolida
(se derogó el divorcio, se estableció el culto religioso en la enseñanza y en el ejército, y se instituyó
una retribución estatal al clero). La identificación del nuevo Estado y la Iglesia se conoce como
nacionalcatolicismo.
En enero de 1938 Franco formó su primer gobierno en Burgos, sustituyendo la Junta Técnica
por un gobierno formado por ministros (tres militares y ocho civiles). Se va institucionalizando un
nuevo régimen personalista en el que Franco acaparaba todo el poder, que se definía como
“nacionalsindicalista” de inspiración fascista y católica. El Estado quedó configurado de forma
centralizada y autoritaria, apoyado en instituciones con gran peso político y social: Ejército, Iglesia y
FET de las JONS.
Desde el principio del conflicto, se llevó a cabo una profunda contrarrevolución social,
derogando la legislación republicana en materia social y económica: se prohibieron todos los
partidos políticos y sindicatos (a excepción del oficial) y se abolieron los estatutos de autonomía, se
suprimen las libertades, se prohíben las huelgas, etc. Para consolidar el triunfo, el régimen recurrió a
una fuerte represión sistemática y planificada para imponer un clima de “terror” que impidiese
cualquier contestación. Todos los relacionados con partidos de izquierda y sindicatos o sospechosos
de tener ideas anticlericales o revolucionarios fueron encarcelados o fusilados, según la Ley de
Responsabilidades Políticas de 1939.

II. La dimensión internacional del conflicto.


Desde el primer momento, la Guerra Civil tuvo una gran repercusión entre la opinión pública,
intelectuales, medios de comunicación y gobiernos del mundo entero, porque anticipaba el
enfrentamiento entre fascismo y democracia que estaba a punto de iniciarse en Europa.
La opinión democrática progresista mundial estuvo a favor de la República. En Francia, la
opinión era mayoritariamente favorable a la República. En Gran Bretaña, el gobierno conservador
veía en el alzamiento un freno a la expansión del “comunismo”. El Papado tardó mucho tiempo en
pronunciarse y lo hizo a favor de Franco. Los partidos obreros de todo el mundo, y a su cabeza, la
URSS, se manifestaron a favor de la República.
España no contaba con una industria militar capaz de suministrar el armamento moderno
necesario, así es que ambos bandos recibieron desde muy pronto ayudas y apoyos internacionales, y
en ese sentido se adelantó a lo que sería un ensayo de la Segunda Guerra Mundial (septiembre de
1939).

La ayuda internacional a la República.

Tras el golpe militar, la República pidió ayuda a Francia, donde había también un gobierno de
izquierdas, pero la inicial ayuda francesa quedó cortada por el acuerdo de no intervención, apoyado
por Gran Bretaña, que defendía la no intervención para evitar una internacionalización del conflicto
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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

que se convirtiera en el inicio de una guerra mundial. Ambos países promovieron la formación del
Comité de No Intervención (agosto de 1936), al que se sumaron 27 países (Italia, Alemania y la
URSS incluidas) que decretó la neutralidad y prohibió el suministro de armas a los contendientes. La
no intervención fue una farsa que impidió a la República -un régimen democrático y legítimo-
conseguir armas para defenderse de la rebelión, mientras que las potencias fascistas ayudaron a los
sublevados.
Más tarde comenzó a llegar la ayuda soviética, cuando la URSS aceptó vender armamento y
enviar asesores ante el temor a una expansión fascista en el Mediterráneo. Se utilizaron las reservas
de oro del Banco de España (“el oro de Moscú”) para pagar la compra de material militar, y los
primeros carros y aviones comenzaron a llegar justo cuando se necesitaban para la defensa de la
capital, en noviembre de 1936. Pero el armamento ruso tuvo serias dificultades para llegar a la zona
republicana y obligó a dedicar la flota a labores de escolta, perdiéndose así una importante baza
militar, además su calidad y cantidad fue inferior a la que recibieron los sublevados.
La otra ayuda que recibió la República fue la de las Brigadas Internacionales. Los brigadistas
eran voluntarios procedentes de distintos países que, ante la política de no intervención de sus
gobiernos, decidieron venir a luchar a favor de la República y contra el fascismo. Se calcula que
llegaron a España, a lo largo de dos años, unos 60.000 brigadistas. Su ayuda fue importante, sobre
todo en la defensa de Madrid y en las batallas de 1937, hasta la caída de Teruel. A finales de 1938 se
retiraron de España, ante las presiones del Comité de No Intervención. Sin embargo, éste no
consiguió lo mismo del bando nacional que contó hasta el final con unidades italianas.

La ayuda internacional al bando Nacional

Los sublevados recibieron gran apoyo exterior de Alemania e Italia, que mantuvieron su ayuda
militar y económica de forma constante y masiva.

- Mussolini envió cerca de 70.000 soldados a lo largo de la guerra, además de abundante munición y
material de guerra.

- La Alemania nazi ofreció la ayuda más determinante en el ámbito militar: facilitó el traslado del
ejército de África a la Península, vendió armas y envió a España a la Legión Cóndor, unidad de élite
de la aviación alemana (que bombardeó Guernica), además de numerosos técnicos y asesores
militares. La guerra española permitió a Hitler probar armas y estrategias de cara a la Segunda
Guerra Mundial que estaba a punto de empezar.

- La colaboración de Portugal (bajo la dictadura de Salazar) fue el control de la frontera, permitiendo


la entrada de material de guerra para los sublevados, especialmente importante al inicio de la guerra
cuando todavía no contaban con puertos propios.

III. Consecuencias de la Guerra.

La Guerra Civil tuvo un balance trágico para España: muertes y desapariciones, exilio de
numerosos españoles, represión y pérdidas económicas. Sin embargo, hubo también grupos sociales
que se beneficiaron de la nueva situación.
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Bloque 10: Segunda república y Guerra Civil. Historia de España

- Demográficas: se calculan entre 300.000 y 500.000 las víctimas tanto en el frente como por los
bombardeos a las ciudades, los fusilamientos, etc., a ello hay que añadir el exilio de casi medio
millón de españoles hacia Francia, México, la URSS, Argentina, entre los que había un gran número
de intelectuales, científicos, artistas, etc. Se dio también un descenso de la natalidad y un ascenso de
la mortalidad, debido tanto a la guerra como a las dificultades económicas. Se produce un retroceso
de la población urbana debido al hundimiento de la industria y de los servicios y la vuelta al campo
de gran parte de la población ante la escasez de alimentos.
- Políticas: Se estableció una dictadura militar que se prolongaría casi cuarenta años, con la pérdida
de libertades políticas y la persecución de cualquier forma de disidencia. La represión y las
ejecuciones (ejercidas contra el contrario por ambos bandos desde el inicio de la guerra) se
prolongaron una vez terminado el conflicto. El rechazo al nuevo régimen por su vinculación con los
regímenes fascistas derrotados en la II Guerra mundial provocó el aislamiento internacional de
España que se prolongaría 20 años.
- Económicas: las destrucciones de casi el 60% de las vías de comunicación, el 80% de las
instalaciones industriales, cientos de miles de viviendas, campos de cultivo, etc. y la pérdida de
población activa provocaron una caída de la producción agrícola e industrial que no se recuperó
hasta mediados de los años 50. El hambre y el desabastecimiento hizo que los productos de primera
necesidad tuvieran que ser racionados. El nuevo régimen carecía de reservas (la República las utilizó
para comprar armas a la URSS) y estaba endeudado por los gastos ocasionados por la guerra (Franco
había realizado la guerra a crédito).
- Sociales y culturales: El trauma del sufrimiento durante los tres años de conflicto y la política
represiva de la posguerra agravó la división social y marcó a varias generaciones prolongando el
enfrentamiento entre vencedores y vencidos.
Se produjo un retroceso cultural y científico importante debido a que muchos intelectuales, artistas e
investigadores que habían apoyado a la República fueron fusilados o marcharon al exilio y parte del
patrimonio artístico fue destruido durante la guerra.

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