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Quema de conventos en Asturias, año 1934

https://es.wikipedia.org/wiki/Violencia_anticlerical_en_la_Revoluci%C3%B3n_de_Asturias

Sucesos:

- Cámara Santa (o capilla de San Miguel) y Cripta de Santa Leocadia, catedral de Oviedo. Fue
destruida por los mineros durante la Revolución de Asturias y luego reconstruida.
- 5/10/34, Rebollada. Muere a culatazos de arma el párroco Luciano Fdez. Martínez. En
Valdecuna, el párroco Manuel Muñiz Lobato y se quema la iglesia, retablo, imágenes y
archivos parroquiales. En Oviedo, queman el convento de las benedictinas de San Pelayo. El
mismo día, en Mieres, son asesinados y arrojados al río los novicios pasionistas Baudilio
Alonso Tejedo y Amadeo Andrés Celada. En Sama de Langreo, Venancio Prada Morán muere
de un tiro tras colocarle una bomba en la iglesia. En Moreda, su párroco, Tomás Suero
Covielles.
- 06/10/34, Mieres, incendio de la residencia de lso Padres Pasionistas. También se incendia el
Convento de los Dominicos y la Iglesia de San Pedro en La Felguera.
- 07/10/34, incendio convento de Santo Domingo y Palacio Arzobispal de Oviedo. Se fusilan a
6 seminaristas que consiguieron huir del convento. En San Esteban de Cruces, se asesina al
ecónomo Graciliano Glez. Blanco. En Santullano dos jesuitas más.
- 08/10/34. Muere el padre paúl Vicente Pastor en San Lázaro. También su vicario general y su
secretario del obispado.
- 09/10/34. Fusilados varios sacerdotes de La Salle (8, todos santificados como los Mártires de
Turón). También el sacerdote argentino Héctor Valdivieso y el pasionista de Mieres manuel
Canoura Arnau (ambos santificados).
- 10/10/34. En Olloniego muere el párroco Joaquín del Valle.
- 11/10/34. Colocan una bomba en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. Destruyen
numerosas obras de arte y reliquias. También sufre daños la catedral.
- 12/12/34. Muere el superior del convenot carmelita Eufrasio Barredo.
- 13/10/34, incendian el colegio religioso de las Recoletas de Oviedo. Dinamitan el antiguo
edificio de la Univ. De Oviedo, quemándose toda su biblioteca de 1608. Esta biblio se había
convertido en uno de los 1os centros bibliográficos univ de la nación. También se destruyó la
pinacoteca de la univ. Y asesinados dos padres paúles más el párroco de Sta. María la Real.
- Total de muertos: 855 civiles (677 en Oviedo), 144 policías y 25 militares. Heridos: 1449
(1003 en Oviedo), 152 policías y 483 militares.
- Los revolucionarios asaltaron el 6 de octubre la ciudad y tomaron el Ayuntamiento, al día
siguiente la estación de tren y el cuartel de carabineros y un grupo de guardias de asalto se
atrincheraron en la catedral y se produjeron los primeros ataques a la cárcel desde un tren
blindado. Tomaron después la Fábrica de Armas y el Banco de España, e incendiaron el
convento de San Pelayo, la Universidad de Oviedo, el Teatro Campoamor y destruyeron la
Cámara Santa de la catedral antes de retirarse hacia las cuencas mineras el 14 tras la llegada
de las tropas mandadas por el general Yagüe, llamado “el carniceru d’Asturies”.
Contexto político

- Ya en 1931 hubo una crisis provocada por la quema de conventos en España (n Madrid,
Sevilla, Sanlúcar, Cádiz, Jerez, Algeciras, Málaga, Córdoba, Granada, Murcia, Alicante y
Valencia).
- Niceto Alcalá-Zamora (Gobierno Provisional de la II República), eliminó la exención fiscal de
la iglesia y ordenó la retirada de los crucifijos en escuelas públicas, suprimió la religión en las
escuelas.
- La Constitución de Diciembre de 1931 la aplicó Manuel Azaña en los primeros meses de
1932: suprimió la Compañía de Jesús, nacionalizó sus bienes, secularizó los cementerios,
presentó la ley de divorcio, prohibió el culto fuera de las iglesias sin autorización, comenzó el
proceso de cierre de colegios religiosos.
- Aumentó la tensión con la Iglesia católica, que se sentía perseguida.
- En las elecciones de noviembre de 1933, la derecha, con los partidos de centro, obtuvieron
más de 2M de votos de ventaja frente a la izda. Se formó un gobierno del Partido
republicano Radical (Alejandro Lerroyx).
- PSOE, UGT y Juventudes Socialistas anunciaron una huelga general insurreccional cuando la
CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, coalición de partidos católicos y de
derechas que los socialistas lo consideraban un partido fascista) entrada en el gobierno.
- El 1 de octubre de 1934, la CEDA retiró su apoyo al Partido Republicado Radical (de Ricardo
Samper) y el 5 formó nuevo gobierno de coalición radical-cedista presidido por Lerroux, con
tres ministros de la CEDA.
- Los socialistas fueron a la huelga general insurreccional, conocida como la Revolución de
Octubre de 1934. Fue aplastada por las fuerzas de orden público y el ejército a las órdenes
del gobierno por su preparación “militar” deficiente.
- Lluís Companys proclamó el Estado Catalán, y la revuelta fue reducida por el General Batet,
jefe de la División Orgánica.
- Solo en Asturias la revolución logró prender gracias a unos 30.000 mineros organizados por
Alianza Obrera + la CNT. Destacaban Ramón González Peña y Belarmino Tomás, presidentes
respectivos del 1er y 3er Comité provincial Revolucionario.
- Lerroux les declaró la guerra. Hubo cerca de 2.000 muertos, sobre todo insurrectos, además
de fuerzas del orden.
- También hubo víctimas en Madrid, Santander, León, Vizcaya, Zaragoza… 26 provincias, pero
sobre todo en Asturias.
- De nuevo la violencia clerical resurgió, como en mayo de 1931, pero ahora se cometieron
asesinatos del clero.

MONASTERIO DE SAN PELAYO

- Monjas de clausura llamadas “las Pelayas”.


- Rosquillas de San Blas. Otros dulces.
- Las monjas abandonaron el monasterio, según Fco. Javier Conde e Isabel Torrente,
profesores de la Universidad de Oviedo.
- En 1939 volvieron a sus claustros para iniciar la reparación del edificio.
- Su archivo conserva varios miles de documentos: 720 en pergamino y unos 100 libros sobre
la vida económica del cenobio, que participó en infinidad de negocios.
- Siglos antes del XX, habían acogido a varias comunidades expulsadas de sus conventos por
diferentes motivos (benedictinas de Nava, Villamayor y Santa María de la Vega, clarisas y
agustinas de Oviedo y bernardas de Avilés).
- Por primera vez, en más de 1.000 años, tuvieron que dejar su casa y acogerse a la generosa
hospitalidad de las benedictinas de león.
- El edificio quedó totalmente destruido y mucho tiempo después, cuando regresaron, las
monjas tuvieron que trabajar como peones para ahorrar jornales. La hermana María del
Carmen Álvarez Prendes, que fue una de ellas, recordaba las lágrimas que derramó por la
dureza del trabajo.
- D. Diego Vázquez Carballo, ceutí sargento de Infantería, apoyó a los revolucionarios, intentó
convencer a sus compañeros de armas del Cuartel del Milán, nº 3d e Oviedo de que se
unieran a la Revolución y, aunque no lo consiguió, él sí se hizo revolucionario. El comité le
pone al frente del Batallón de 500 mineros de Mieres y asalta el Cuartel de las Pelayas
(llamado así por estar en el antiguo convento) y, una vez terminada la insurrección, fue
juzgado en un Consejo de Guerra celebrado en 1935, condenado y fusilado. Fue el único
participante de la Revolución de 1934 que fue oficialmente condenado a la pena capital,
porque otros muchos (civiles) se les dio el paseíllo o se les aplicó la ley de fugas y no se sabe
en qué fosa o cuneta están.

DIARIO AHORA, 2/11/1934, Nº 1.202. RELATO DE LOS HECHOS.

http://www.memoriademadrid.es/doc_anexos/Workflow/4/214047/hem_ahora_19341102.pdf

Ahora, 2/11/1934, nº 1.202. Los revolucionarios se dividieron en grupos y fueron adueñándose


casa por casa de las más sólidas y estratégicas. Se hicieron dueños absolutos de la calle Santa
Cruz, edificio Radio Asturias, con una ametralladora y un atrinchera en el parque y el muro de la
verja de los jardines de S Francisco y calle Marqués de Santa Cruz. Del nº 4 pasaron al 3,
separada por la calle del Principado de la fachada del Banco de España. Dos ametralladoras
contra el banco desde la librería de Bonifacio Martín, situada en una lonja de la calle Cabo Noval
(cuartel general provisional de los rebeldes y centro de aprovisionamiento). Los vecinos del nº 4,
unos 50, estuvieron en el sótano cuatro días. Desde la azotea se atacó el banco y luego con
dinamita. El banco resistió del 5 al 8, que fue abandonado por sus defensores, replegándose al
edificio de la Diputación, situado entre las calles Fruela y Santa Cruz.

Mientras, grupos llegados del campo invadieron la ciudad por el barrio de San Lorenzo,
apoderándose del ayto en pocas horas y corriendo por las calles de Santa Susana y Campomanes
hacia el centro. De la calle Judas pasaron por Fruela, ocupando el instituto de San Isidro, antiguo
Colegio de Jesuitas.

Otros núcleos que venían de la estación avanzaron por la avda Uria y por las calles Portugalete y
Covadonga hasta la plaza del 27 de marzo. De ahí penetraron por la calle de Tartiera hasta plaza
de Porlier para ocupar el Banco Asturiano, la Telefónica y la Catedral, pero las tropas estaban
parapetadas en estos edificios y les hicieron frente.

Cada hora llegaban de los pueblos cercanos a Oviedo y de Mieres y Sama más grupos y, como no
podían ocupar esos edificios, cambiaron de táctica.
Primero quemaron el edificio de la Universidad y su valiosa biblioteca; luego los Almacenes
Simeón y el Banco de Asturias que, aunque no se incendió totalmente debido a su estructura,
fue abandonado por los defensores.

Dueños de la calle Tartiere y la plaza de Porlier, atacaron el edificio de Telefónica. Las tropas
tuvieron que abandonarlo, refugiándose en el Hotel Covadonga, conteniendo a los rebeldes
dentro de la Central de Teléfonos.

Lograron prender los sótanos de la Audiencia y el Hotel Covadonga y los defensores tuvieron que
parapetarse en la calle. Siete soldados enfrentaron a los rebeldes del edificio de Telefónica y a
los que pretendían apoderarse de la Catedral, en cuya torre estaban los mejores tiradores del
Ejército.

Los rebeldes abandonaron el edificio de Telefónica y se replegaron hacia la calle Jovellanos. En la


mañana del 5 atacaron con bombas de mano y dinamita y tomaron de nuevo Telefónica.

Mientras ocurría esto cerca de la Catedral, se libraban otras batallas en la plaza de la República
(antigua plaza de la Escandalera), donde estaba el cuartel de los guardias de Asalto, los Juzgados
y el Teatro Campoamor. Después de varios días, lograron forzar las puertas del teatro y subieron
a los tejados.

Incendiaron la manzana de casas formada por la calle de Argüelles, la plaza del 27 de marzo y la
calle Tartiere. Muchos vecinos se salvaron perforando los tabiques con las casas medianeras que
aún no habían prendido.

El cuartel de la GC sito en La Llanera, a 1,5 del cuartel de Pelayo, no reúne condiciones de


defensa. Edificio del año 1929 muy extenso para las familias y construcción poco sólida, débiles
tabiques y grandes ventanas de cristal. Las mujeres y niños (+ de 200) tuvieron que ser
trasladaos al sótano.

El 5 cortaron la luz y el agua del cuartel. El 6 atacaron y en la tarde del 7 el edificio resistió fuego
de fusil y ametralladora, e incluso cañón. Lo asaltaron 17 veces sin éxito hasta el amanecer del 8,
que disminuyeron los ataques pudiendo evacuar las familias hasta el cuartel de Pelayo. A la
tarde se agravó la situación y tuvieron que evacuar el cuartel. Ocho muertos y 9 heridos.

El 7 las fuerzas de asalto tomaron la catedral, que estaba cerrada con sus verjas de hierro.
Destrozaron cerraduras y rompieron con un hacha una de las antiquísimas puertas de madera:
entraron 9 guardias, 12 soldados, 2 cabos, 1 sargento y un teniente que mandaba las fuerzas.
Fueron elegidos los mejores tiradores para la defensa de la catedral, haciendo bajas desde 2 km
de distancia. 87 bajas de rebeldes que se sepa.

Otro edificio asaltado fue el convento de los PP Carmelitas que huyeron y solo cayó detenido el
prior, Eufrasio del Niño Jesús. El 12 fue fusilado después de huir, caer desde un muro, dislocarse
la cadera, pasar por el hospital y ser finalmente detenido por los rebeldes.

Todos los ataques tenían un objeto único: el Gobierno Civil y el gobernador, Sr. Blanco, que
entregó el mando al jefe militar de la plaza. Resistió todos los ataques.

Defensa del hotel Tuñón. Un reducto que sufrió múltiples asaltos, muy próximo al Gob. Civil.
La Casa-cuartel Comandancia de Carabineros, sita en la casa esquinera de Magdalena y Marqués
de Gastañaga, junto al palacio del marqués de Canillejas, hoy Delegación del Trabajo, fue donde
los rebeldes instalaron un puesto de socorro. Se defendieron 48 horas hasta que quedaron sin
municiones y se rindieron. El coronel y el comandante fueron fusilados y otro comandante murió
en la calle.

Asedio a la cárcel durante 9 días. El 10 se rindieron. El 12 fue liberada del asedio la Guardia dela
cárcel.

La fábrica de armas la ocuparon unas horas, que fue defendida con 100 hombres que, sin bajas,
se replegaron al próximo cuartel de Infantería. Allí quedaron 35.000 fusiles, 60 ametralladoras y
poca cartuchería porque se trasladaron 300.000 cartuchos al cuartel días anteriores.

Cuando fue ocupada la fábrica, comenzó en regla un asedio al cuartel. En la verja del a fábrica, a
25m del cuartel, pusieron una ametralladora y después de acribillarlo, le tiraron dinamita. No
pudieron conseguirlo y tuvieron grandes bajas. Cuando llegaron refuerzos de Mieres lo volvieron
a intentar con cañón desde el Naranco, pero se quedaban cortos y no hacían explosión.
Intentaron otros dos ataques, pero resistieron.

El ferrocarril Vasco-Asturiano tiene una curva desde los talleres hasta la estación, pasando frente
al cuartel de Pelayo. Blindaron una máquina y un vagón y le pusieron ametralladoras.

Viendo lo inútil de sus esfuerzos contra el cuartel de Pelayo, sacaron 38 prisioneros y los
colocaron frente a él. Murieron tres, que se cree eran sacerdotes.

Desde una casa lindante con la Normal, defendida por GC, alcanzaban a rebeldes de la avda de
Uría. También desde el Hotel Pasajes y desde cualquier sitio de la ciudad.

Tras la posesión de los resortes del mando en la ciudad, comenzó el 9 un racionamiento del
servicio de agua. Los Comités de barriada distribuyeron vales de víveres y medicamente y un
servicio de Sanidad recogió 200 cadáveres que, después de ser enterrados en el cementerio,
mataron al enterrador. Los comunistas sustituyeron a los socialistas y puso nuevo puestos de
ametralladoras. La ciudad se dividió en 6 distritos revolucionarios, con el Comité al frente, que
dependía de los cuarteles generales de Sama y La Felguera. Puso un bando en las fachadas
pidiendo ayuda al pueblo por la escasez de víveres. Se extendería unos vales de racionamiento
para cada dos días, y suprimiendo la moneda. El pan se daría con un vale aparte, ½ kg x cabeza.

El 11 se distribuyó la orden para la Guardia Roja de que cantasen los centinelas a intervalos
¡Centilena alerta! Y las iniciales de la consigna revolucionaria.

El palacio Episcopal también fue incendiado. Dos días después intentaron de nuevo un ataque a
la Cabtedral partiendo desde la plaza 27 de Marzo, a través de las calles Tartiere, Altamirano,
Universidad, San Antonio y Canónico. Para evitar los tiradores de las torres, la atacaron por un
recodo que da a la Cámara Sagrada, donde se guardan las reliquias: arrojaron gasolina al techo
con una bomba de presión, y prendieron fuego. La Cámara quedó destruida y las reliquias y
joyas sepultadas, pero no consiguieron la Catedral.
Se salvaron el arca de Fruela II (llamada de Las Caledonias), la urna con los resto de San Julián y
San Serrano, San Eulogio y Santa Lucrecia, Santa Eulalia de Mérida (de la época de Alfonso VI), el
Santo Sudario, tres espinas de la corona del Salvador, el crucifijo Nicodemus, etc.

Comenzó a decaer la moral en el Hotel Covadonga, el cuartel de Pelayo, la Catedral, el cuartel de


Infantería, etc.

Se lanzó la proclama contrarrestando supuestos bulos sobre la derrota en otras provincias


españolas citando los numerosos fusilamientos de generales, coroneles y oficiales todos los días
y desmintiendo que en Oviedo los mineros se hayan rendido. Aunque algunos miembros del
Comité provincial revolucionario escaparon, ya fueron sustituidos. Anuncia también que los
ataques de los aeroplanos desaparecerán pronto por haberse cogido el aeródromo de León, que
atacarán lo poco que falta de la capital y luego vendrán en su ayuda, que cada ciudadano de
empuñar su fusil. Por último, se anima a vencer y castigar a los que lanzan bulos.

Desde Langreo también se quiere levantar la moral de los revolucionarios mediante una
proclama que habla de los obreros de Asturias y su triunfo en Langreo y Mieres, estando a punto
de coger Oviedo y Gijón en pocas horas. Cita también que las mismas noticias llegan de Vizcaya,
Cataluña, Aragón, Levante, Valladolid y otras muchas provincias. En Madrid, por ejemplo, se
tiene a raya a las fuerzas reaccionarias. Solo faltaría para el triunfo la creación de Cuerpos del
Ejército proletario disciplinado, obedientes ciegos de sus superiores. Se anima al ataque con
fiereza, decisión y astucia. ¡Viva el poder de los obreros y campesinos! ¡Viva la dictadura del
proletariado! (vaya tela).

Iban acumulando cajas de dinamita de la Unión Española de Explosivos, en La Felguera,


mediante camiones blindados y que depositaban en el Instituto San Isidro, fuertemente
guardado por más de 200 hombres con ametralladoras. En las calles de Oviedo se acumulaban
los cadáveres y los heridos eran asistidos en el hospital, donde se había formado un Cuerpo de
Enfermeras Rojas.

Oviedo, al fin, fue liberada por una columna mandada por el gral López Ochoa con 359 hombres.
Se arrojaron sobre Oviedo periódicos de Madrid para informar de la verdadera situación de
España, desmoralizando a los rebeldes. A la columna de López Ochoa le esperaba una
emboscada. El 10 abandonó Grado hacia Avilés, se volvió y entró en Grado el 11, porque era
difícil pasar por una carretera de montaña. El general desvió su columna del desfiladero y,
después de un bombardeo al Naranco, entró en Oviedo el 12.

A las puertas de Oviedo, aún había algunos obstáculos. En la estación del Norte se encontraron
con rebeldes que fueron sorprendidos, porque esperaban que esta columna estuviera en Grado.
Como no sabían cuántos eran, los dejaron pasar.

En el Cuartel de Infantería también fue fácil levantar el asedio, porque sus defensores, al
principio, abrieron fuego contra Ochoa (el coronel director de la fábrica de armas y otro de la
GC) hasta que pudo identificarse el 14. Luego, juntos, liberaron la fábrica de armas.

Uno de los líderes del movimiento, Bonifacio Martín, librero ovetense socialista, fue detenido en
La Llanera por la GC la madrugada del 5 al 6, cuando avanzaba hacia Oviedo en un coche
precedido de un tanque blindado. López Ochoa lo usó como guia para entrar en Oviedo. Entró
en la ciudad gritando “¡Camaradas, no disparéis!” y lo mataron de un tiro en la cara.

Tuvieron que aguardar a las tropas del Tercio y Regulares que venían de Gijón y La Coruña para
entrar en Oviedo. Primero lucharon frente a la cárcel. Tomaron una casa por asalto donde había
una ametralladora rebelde. Cuenta que 20 “indígenas Regulares” se encargaron de esta misión.
Al fin la cárcel fue liberada y poco a poco cayeron los grupos resistentes de toda la ciudad.
Además de las fuerzas de Regulares, estaban los Legionarios.

Los revolucionarios decidieron volar su arsenal del Instituto de San Isidro. Estallaron más de
2.000 kg de dinamita, destruyendo hasta los cimientos y los edificios próximos. La explosión
conmovió a toda la ciudad y sirvió de aviso a los que se resistían, que iniciaron la huida.
Quedaron destruidas unas manzanas de las calles San Francisco, Uría y Tartiere, en la plaza de
Portlier; los hoteles Inglés y Covadonga, el Instituto, la Universidad, la Audiencia, el Palacio
Episcopal, la Cámara Sagrada dela Catedral, el Banco Asturiano, el Teatro Campoamor…

La aviación bombardeó desde el 10. El 11 y 12 se empleó a fondo. El 13 estaba paralizado el


tráfico entre los centros mineros y la capital, deshicieron varios camiones y algunos trenes.

Los incendios comenzaron el jueves 11 y el 13 entraron las tropas.

La zona rebelde ocupaba Oviedo, Vega del Rey, Infiesto y Grado. El día que más actuó la aviación
fue el de la ocupación de Oviedo. Bombardearon la estación del Norte, el sur, los caminos a la
cuenca minera, etc. Los nacionales ponían paneles en los tejados: “200 m a la izda,
concentración rebelde”, etc. Dos o tres veces se bombardeó la ciudad, sobre el centro de la calle
y objetivos seguros.

López Ochoa ocupó Avilés por sorpresa, pero tenía pocas fuerzas y se quedó en Lugones hasta
esperar la llegada por Gijón de las fuerzas de África.

Del Banco de España desaparecieron 14 M ptas. También se atacó el Banco Herrero, el Banco
Asturiano fue destruido, y los rebeldes instalaron un tiempo su cuartel general en el Banco
Español de Crédito. No ocasionaron daños en el Banco Central ni en el Banco Popular de los
Previsores del porvenir.

Murió el cónsul de Bélgica en Santander, que pasaba unos días en Oviedo, por un proyectil que
entró por una de las ventanas del hotel y que le alcanzó el cuello. Lo tuvieron que enterrar varios
días después (qué peste).

El director del periódico socialista Avance, Javier Bueno, fue detenido antes de la invasión de
Oviedo, por ser uno de los principales organizadores del movimiento. Permaneció en la cárcel los
días de asedio.

Los rebeldes detuvieron a Nicanor de las Alas Pumariño, que luego fue gerente del Banco
Asturiano. Entonces vivía en el 3º del Banco. Lo desalojaron el 7 y lo llevaron al Hotel
Covadonga, pero también lo abandonó, saliendo por unas ventanas de patios interiores, hasta
que se refugió en los Almacenes Simeón. También huyó de allí, pero luego lo detuvieron y lo
llevaron al Instituto de San Isidro, liberando a su mujer. Allí se encontró con un coronel retirado
de artillería, su hijo, director de la Compañía de Tranvías, un canónigo, un párroco, etc.

Tras el asedio del general Ochoa, fue detenido en su domicilio el diputado socialista Teodomiro
Menéndez, que condujo el movimiento revolucioanrio en su primera fase, cuando estuvo
controlado por los socialistas. Organizó un tribunal marcial, que actuaba en el Instituo San Isidro.
Cuando pasó la dirección a los comunistas, parece que se recluyó voluntariamente en su casa.

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