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Después de la I Guerra Mundial se produjo en Europa Occidental una crisis del sistema
democrático como consecuencia de la incapacidad de los políticos democráticos para
evitar la Gran Guerra. Por tanto el sistema parlamentario había fracasado por causas
internas al propio sistema. Se empiezan a hacer atractivos otros sistemas políticos que
ofrecen soluciones autoritarias basadas en el partido único. El triunfo del comunismo en
Rusia (Revolución de 1917) supone un efecto dominó (efecto de contagio) revolucionario
en la clase obrera. Por otro lado surge en Italia el fascismo (Mussolini) con la marcha sobre
Roma en 1922. El fascismo surge como freno a la expansión comunista. El fascismo triunfó
en Italia, Alemania y Portugal (además de España).
En 1929 tiene lugar la Gran Crisis, el Crash del 29. Esta crisis supone una radicalización de la
vida política que deriva en el ascenso de Hitler al poder el 1933 y desde ese momento se
produce una escalada de conflictos que pasando por la Guerra Civil Española
desembocaría en la Segunda Guerra Mundial.
En España, el 27 de Agosto de 1930, se firma el PACTO DE SAN SEBASTIÁN cuyo
objetivo es destruir a la Monarquía y, tras el fracaso de la Dictablanda del General
Berenguer, le sucede el almirante Juan Bautista Aznar (un político de poco talento) que
organizó un gobierno de concentración con personas de los antiguos partidos dinásticos.
Aznar además convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931. El resultado en
conjunto fue favorable a la monarquía, pero en la mayoría de ciudades y capitales de
provincia resultaron vencedores los republicanos. Este resultado fue interpretado como un
triunfo para la República, pues la victoria en las áreas rurales de la monarquía se justificaba
con la existencia del caciquismo y el analfabetismo. Por tanto inmediatamente se
proclama la República en Barcelona y Eibar. En Madrid se formó un Comité
Revolucionario y en este momento Alfonso XIII cesó en sus funciones y salió hacia el exilio
a través de Cartagena.
PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA
Mientras, cundía el desconcierto entre los ministros de Alfonso XIII: Durante la larga noche
del 12 al 13 de abril, algunos de ellos barajaron ya la posibilidad de una abdicación, aunque
otros, se mostraban partidarios de la resistencia a toda costa. Por el contrario en las filas
republicanas el optimismo desbordaba todas las previsiones.
El día 13 se sucedieron las manifestaciones en apoyo a la proclamación de la República, y a
media tarde, la bandera tricolor ondeaba en el palacio de Telecomunicaciones de Madrid.
Alfonso XIII, que a primeras horas de la mañana había manifestado su deseo de
mantenerse firme, vacilaba. Antes de anochecer, el monarca decidió abdicar y abandonar
España, mientras el ministro de Estado, conde de Romanones, buscaba una salida
pactada con el Comité Revolucionario.
En Éibar (Guipúzcoa) los concejales electos proclamaron la República y lo mismo ocurrió
en Jaca y en León. En Barcelona Luis Companys proclamaba la República desde el balcón
del Ayuntamiento. Poco después, Francesc Macià proclamaba la República catalana.
LA CONSTITUCIÓN DE 1931
La Constitución de 1931 fue de carácter plenamente democrático y progresista. Fue
aprobada el 9 de diciembre con un amplio respaldo. Fue una constitución con tendencias
socialistas con el objetivo de que gobernara la izquierda (se refleja la influencia del PSOE)
En lo referido a la forma de Estado daba cabida a las autonomías regionales. Las Cortes
son unicamerales, solo existe el Congreso elegido por sufragio universal masculino.
En el artículo primero, se definía a España como “una República Democrática de
trabajadores de toda clase”. Los derechos y deberes de los españoles no recogieron la
pena de muerte (hubo un fuerte debate sobre el asunto). Se otorgó el derecho de voto a
las mujeres por primera vez en 1933 (con el miedo de la izquierda de que las mujeres al ser
más conservadoras votaran a la derecha). Se determinó el derecho a la propiedad privada
que quedaba sometido a expropiación forzosa lo que abría la puerta a un gobierno
marxista y a una reforma agraria (expropiar las tierras y repartirlas entre los trabajadores).
Es una de las más modernas de su tiempo. Garantiza los derechos individuales y
colectivos de los ciudadanos y refleja los avances sociales de la época (aprobó el divorcio)
En cuanto a la relación Iglesia-Estado se declaraba al Estado español como laico
(Artículo 26), con una clara línea de anticlerical y con la prohibición de impartir enseñanza
a las órdenes religiosas, la anulación de la aportación económica del Estado y la expulsión
de los Jesuitas. La cuestión confesional despertó fuertes enfrentamientos que se
trasladaron a la calle, donde se llegó a la quema de conventos y otros establecimientos
religiosos.
1. La Reforma militar
Al desprestigio del ejército con el Desastre del 98 y con la ocupación de Marruecos (donde
se dieron episodios como el Barranco del Lobo o el Desastre de Annual) había que sumar
las tensiones entre los militares peninsulares y los africanistas.
2. La Reforma agraria
El problema agrario refleja el fracaso de las desamortizaciones. Era una vieja aspiración del
campesinado sometido a unas condiciones de vida miserables y paros que llevaban al
hambre a sus hogares. La decisión del gobierno fue la expropiación de aquellas fincas que
no cumpliesen un fin social.
La aplicación de la ley fue lenta y creó un fuerte rechazo a la República entre los
propietarios.. Las reformas del gobierno llevaron a considerar la República como sinónimo
de revolución comunista.
3. La Reforma educativa
Quienes la consideraban como una obligación del Estado defendían una educación
pública y laica; y quienes hablaban de libertad de creación de centros de enseñanza y
consideraban fundamental el papel de las órdenes religiosas, defendían una educación
teñida de un fuerte contenido católico.
El gobierno puso en marcha un ambicioso proyecto (sobre todo en educación primaria)
de construcción de centros escolares: 10.000 escuelas. Se planteó mejorar las condiciones
salariales de los maestros y se convocaron 7.000 plazas de maestros nacionales para hacer
frente al analfabetismo.
Las Misiones Pedagógicas (voluntarios) llevaron al mundo rural las actividades teatrales y
musicales y las bibliotecas ambulantes en las que participó, por ejemplo, Federico García
Lorca.
En mayo de 1932 entró en las Cortes el proyecto de Estatuto de Cataluña que quedó
aprobado en septiembre de aquel año con una fuerte oposición de la derecha.
El Estatuto de Estella del País Vasco y Navarra en 1931 fue rechazado por el gobierno.
Un año más tarde en junio se sometió a consulta un nuevo proyecto estatutario pero
quedó sin ratificar por el gobierno. En agosto de 1933 se realizó una nueva consulta. La
victoria electoral de la derecha en las elecciones de noviembre de aquel año paralizó un
proceso que se retomó en 1936 como proyecto de estatuto para el País Vasco.
En Galicia en 1932 una asamblea de ayuntamientos celebrada en Santiago de Compostela
aprobó el proyecto de Estatuto gallego Sin embargo, las divisiones entre los partidos
complicaron la celebración del referéndum.
Andalucía: Blas Infante presentó en 1933 un anteproyecto para elaborar un estatuto de
autonomía para Andalucía que no fue aprobado por el triunfo de la derecha y además en
1936 comenzó la Guerra Civil y Blas Infante fue fusilado.
5. Las reformas laborales y sociales
La España del primer tercio del siglo XX había estado sacudida por el problema obrero
que generó episodios cargados de violencia como la Semana Trágica de Barcelona. El
llamado “pistolerismo barcelonés” había convertido a la capital catalana en campo de
luchas sangrientas entre la patronal y los sindicatos. En las zonas rurales aparecieron los
salarios miseria.
Desde el ministerio de Trabajo, Largo Caballero impulsó la jornada de ocho horas en el
campo, la atención sanitaria, el establecimiento de un salario mínimo, el descanso
dominical…A pesar de las medidas, la agitación continuó siendo una realidad y los
enfrentamientos con las fuerzas de orden público fueron frecuentes.
La situación política era muy complicada por la heterogeneidad de la CEDA, pues estaba
formada por quienes aceptaban la República y elementos ultraconservadores declarados
enemigos del régimen republicano. A ello se unía la falta de fidelidad a la República. Gil
Robles (líder de la CEDA) se encontró con un rechazo frontal por parte de las izquierdas
para asumir la jefatura del gobierno.
Alcalá-Zamora, en su condición de presidente de la República, propuso a Lerroux (Partido
Radical) como presidente del nuevo gobierno, con el apoyo parlamentario de la CEDA,
aunque sin ministros de la CEDA en ese gobierno. Se formó pues una coalición entre el
Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles (es el llamado bienio radical-cedista o
bienio negro)
Ese radicalismo se trasladó a la calle. El triunfo del Frente Popular abrió las cárceles donde
estaban los detenidos de la revolución de octubre, quieres fueron acogidos como héroes.
Eran frecuentes los enfrentamientos entre militantes de la izquierda radical y de la
derecha totalitaria. La violencia callejera entre los meses de febrero y junio de 1936 se
cobró un importante número de víctimas: Se conoce como la “Primavera trágica”.