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Intereses en el Código Civil y Comercial y dilemas en su aplicación al

proceso laboral - Un largo camino de inequidades


Autor:
Romualdi, Emilio

Cita: RC D 153/2024
Encabezado:

El presente trabajo comienza con un análisis conceptual y por lo tanto general, para desarrollar luego uno
particular, de distintos criterios jurisprudenciales vinculados con la tasa de interés y su validez a partir de los
precedentes de la CSJN "García c/ UGOFE" y "Oliva c/ COMA", conforme las disposiciones previstas en los
artículos 768 y 770 del Código Civil y Comercial.

Sumario:

I. Introducción. II. Clases de interés. III. Los intereses en el proceso. III. Algunos criterios jurisprudenciales. IV.
Conclusiones.

Intereses en el Código Civil y Comercial y dilemas en su aplicación al proceso laboral - Un largo camino
de inequidades

I. Introducción

El problema del interés en nuestro país tiene una relevancia central dado que su función en la práctica excede su
función compensadora y/o moratoria que podría tener (que tiene) en países con estabilidad monetaria y
consecuentemente baja inflación.

Ahora bien, la solución normativa vigente en el Código Civil y Comercial -arts. 767 a 771- a partir del 1 de agosto
de 2015 ha sostenido el principio nominalista que por otro lado ha sido el que los tribunales superiores han
avalado al sostener las previsiones de las Leyes 23928 y 25561[1].

Es claro que en la cultura jurídica argentina las soluciones del Código Civil redactado por Dalmacio Vélez
Sarsfield, como culminación de una serie de intentos de codificación civil, aprobado por el Congreso de la Nación
a libro cerrado (vicio parece que es viejo) sin modificaciones, el 25 de septiembre de 1869, mediante la Ley 340,
promulgada el 29 de septiembre del mismo año, entrando en vigencia el 1 de enero de 1871, parecen una
especie de tótem inamovible claramente inconsistente con la realidad que enfrentamos a diario.

Es cierto que en el art. 770 del CCC manteniendo la regla de la ausencia de capitalización tiene un leve, avance
sobre las soluciones del art. 623 del Código Civil pero que de ningún modo se adecua a la realidad entrando,
incluso, en una contradicción con el art. 768 del CCyC.

Lo cierto es que hoy la tasa de interés es la única manera de "compensar" el efecto inflacionario y el tiempo
transcurrido desde la mora en la obligación y su efectivo pago.

El interés es la cantidad de dinero u otra cosa fungible que se obtiene como renta de una obligación de capital en
proporción al importe o al valor del capital y el tiempo por el cual se está privado de la utilización de éste.

Dicho de otra manera, esta noción indica qué cantidad de dinero se obtiene (o hay que pagar) en un cierto
periodo temporal por una deuda.

Luego, en relación con la tasa que se abona se puede afirmar que esa cantidad de dinero denominada interés es
la renta o compensación medida porcentualmente sobre el capital adeudado.

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No puede dejar de apreciarse que las tasas de interés se componen principalmente de tres factores: a) Retorno
del Capital, b) Riesgo de Morosidad y c) Expectativa de inflación.

De este modo, tanto en las tasas activas como las pasivas la expectativa o corrección inflacionaria está
comprendido dentro del monto de las tasas que se fijan en el sistema formal bancario contrariamente a lo que
afirman muchos fallos de tribunales superiores que descalifican por eso la tasa activa[2].

Conforme lo dispuesto por el art. 768, inc. c) del CCyC la tasa que deben fijar los jueces son las reguladas en el
sistema financiero por el BCRA tal como ha sostenido la CSJN en el precedente García c/UGOFE[3].

Por tanto, dejamos de analizar el sistema financiero extrabancario -ej. tarjeta de crédito no bancarizadas -, las
tasas del mercado bursátil o el denominado call money consistente en los préstamos interbancarios
(generalmente desde la banca mayorista a la minorista) que se realizan por períodos generalmente breves, a
efectos de evitar el "descalce" con respecto a los coeficientes (encajes) fijados por la autoridad monetaria.

Tampoco es relevante el denominado Spread financiero que es la diferencia entre el precio de compra y el de
venta de un activo de esa naturaleza. Este así, es una especie de margen que se utiliza para medir la liquidez del
mercado -spread significa margen- y, por tanto, el spread bancario sería el margen que existen entre los tipos de
interés activos y pasivos.

Ahora bien, desde hace ya unos años en el sistema financiero se han puesto en marcha los créditos hipotecarios,
prendarios o personales actualizados por UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) cuyo capital se actualiza por el
coeficiente de estabilización de referencia sobre el que se aplica un interés.

El capital del crédito se divide en UVA y lo que se adeuda ya no es una moneda sino cantidades de esta unidad
que se actualiza de diversa manera conforme el tipo de crédito que se tome y sobre, como ya dije, se calcula el
interés.

En este sentido los UVA trabajan no sobre expectativa inflacionaria sino sobre la tasa de inflación ya producida
que se aplica al capital en UVA mediante el CER y sobre su resultado se aplica el interés pactado.

El CER es un coeficiente de estabilización de referencia -no una tasa de interés- regulado por el Decreto
214/2002.

Luego el CER es publicado mensualmente los días 7 de cada mes por el BCRA siguiendo los parámetros
establecidos por el Ministerio de Economía en la Resolución 47/2002, que refleja la variación diaria de la
evolución mensual del índice de precios al consumidor publicado por el INDEC.

El artículo quinto del decreto establece que su sanción no deroga lo establecido por los artículos 7 y 10 de la Ley
23928 en la redacción establecida por el artículo 4 de la Ley 25561.

Las obligaciones de cualquier naturaleza u origen que se generen con posterioridad a la sanción de la Ley
25561, no podrán contener ni ser alcanzadas por cláusulas de ajuste[4].

Esto es relevante porque en los créditos laborales estamos frente a una deuda de dinero que está excluida de
este coeficiente de ajuste.

En el mercado financiero se verifican dos tipos de tasas de interés:

- La tasa pasiva o de captación (la que pagan los intermediarios financieros a los que confían en ellos sus
recursos monetarios).

- La tasa activa o de colocación (la que reciben los bancos o intermediarios por los préstamos que otorgan).

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En cuanto a su módulo de cálculo se puede distinguir entre:

- El interés simple siendo éste el que se calcula sobre el monto de capital y por el tiempo de utilización y donde la
tasa y el plazo deben estar expresados en la misma unidad de tiempo. Este método era el establecido en los
arts. 622 y 623 del CC y hoy mantienen con variantes los arts. 768 y 770 del CCyC con la variante establecida en
el inc. b) de esta última norma conforme surge del precedente de la Corte "Oliva c/ COMA"[5].

- El interés compuesto siendo éste el que se capitaliza después de un cierto periodo, es decir, que luego de un
periodo fijado, se suma al capital, para generar nuevos intereses (lo que denominamos anatocismo). Una manera
de comprender este interés es por ejemplo cuando los bancos publican sus tasas nominales anuales (interés
simple) y tasa efectiva anual (tasa a interés compuesto por ese período).

De conformidad con lo dispuesto en el art. 770 del CCyC, es claro que el legislador optó por mantener un sistema
de interés simple en base a un paradigma que la realidad no convalida.

Una verdadera condena de un pasado inexistente sobre un presente dinámico muy distinto al presupuesto por la
norma.

II. Clases de interés

Siguiendo al nuevo Código Civil y Comercial en sus artículos 767 a 769 -antes arts. 621 y 622, CC- se puede
clasificar los intereses como compensatorios, moratorios (o legales) y punitorios (-en este punto es de destacar
que si bien se expresa en un interés el supuesto del art. 275 de la LCT es una sanción por una conducta-).
Algunos autores mencionan también a los intereses sancionatorios (con fuente en los derogados art. 622, 2º
párrafo del Código Civil y 565 del Código de Comercio) pero no resulta relevante en este trabajo ahondar y me
limito a los tres intereses mencionados en la normativa vigente.

a) Interés compensatorio: Siendo que son los que pactan las partes por el precio por el uso del capital resulta de
relativa relevancia para el análisis que estamos haciendo. En caso de abuso se aplica lo dispuesto por el art. 771
del CCyC.

b) Moratorios: Estaban previstos en el art. 622 del CC y ahora están expresamente previstos en el art. 768 del
CCyC. En este sentido operada la mora -en Derecho Laboral es automática dado que no se requiere en principio
interpelación para constituirla salvo las excepciones como las indemnizaciones previstas en los arts. 80 de la
LCT y de la Ley 25323- se computan de manera inmediata los mismos. Siguiendo la nota al art. 622 que hizo
Vélez Sarsfield "el interés del dinero en las obligaciones de que se trata, corresponde a los perjuicios e intereses
que debía pagar el deudor moroso".

c) Punitorios: Se encuentra regulado en el art. 769 del CCyC. La denominación del art. 769 de "intereses
punitorios se refiere a los intereses moratorios pactados por los contratantes y se encontraba prevista en el art.
622 del CC en cuanto sostenía que "El deudor moroso debe los intereses que estuviesen convenidos en la
obligación, desde el vencimiento de ella". Por tanto, es derivado también por el incumplimiento, pero dispuesto
por una cláusula penal que lo prevé. Por el contrario, el art. 769 remite a los art. 790 a 803 del CCyC que regulan
la cláusula penal. Los acuerdos judiciales suelen tener acordados intereses con esta naturaleza.

III. Los intereses en el proceso

El nuevo Código Civil y Comercial regula, como dijimos, los intereses moratorios en el art. 768 en sus tres
incisos.

1. En relación con el inciso a) se prevé la libertad de que las partes pacten los intereses moratorios. Esto podría
ocurrir si en un acuerdo al capital reclamado o acordado históricamente las partes le asignaran una suma en
concepto de intereses. Es bastante usual, sobre todo en los casos de accidentes de trabajo que se acuerde el
capital histórico y se reconozca una suma de dinero en concepto de intereses. En este supuesto un tema a
observar es la eventual afectación del principio de irrenunciabilidad si se pacata una tasa menor que la que

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aplican los tribunales superiores o la Cámara en la ciudad de Buenos Aires. Esto es si el interés es disponible o
no en particular dado que el mismo tiene un efecto de corrección del efecto inflacionario. Esto es, cual es el límite
de la afectación del capital -licuación del activo- por el transcurso del tiempo y la tasa de interés.

2. El inciso b) se está refiriendo a los denominados "intereses moratorios legales", estos son los previstos en
normas como ocurre a partir de la sanción de la Ley 27348 que modifica el art. 12 de la LRT, introduce en su
inciso tercero el siguiente texto: "A partir de la mora en el pago de la indemnización será de aplicación lo
establecido por el artículo 770 del Código Civil y Comercial acumulándose los intereses al capital, y el producido
devengará un interés equivalente al promedio de la tasa activa cartera general nominal anual vencida a treinta
(30) días del Banco de la Nación Argentina, hasta la efectiva cancelación".

En relación con este caso en particular destaco la deficiente redacción de la norma. En el precedente Páez
Alfonzo[6] sostuvo la Corte, que tiene reiteradamente establecido, que la primera fuente de interpretación de las
leyes es su letra y que, cuando esta no exige esfuerzo para determinar su sentido, debe ser aplicada
directamente, con prescindencia de consideraciones que excedan las circunstancias del caso expresamente
contempladas por la norma (Fallos: 311:1042; 320:61 y 305 y 323:1625, entre otros), ya que de otro modo podría
arribarse a una interpretación que, sin declarar la inconstitucionalidad de la disposición legal, equivalga a
prescindir de ella (Fallos: 313:1007).

Esto nos lleva, de aplicarse el criterio de interpretar literalmente la norma, a la conclusión que sobre las demás
variables de la ecuación matemática no hay interés. Esto genera una dificultad enorme que merece una técnica
interpretativa más adecuada para sortear las dificultades de una redacción inadecuada del legislador.

En este contexto dejo a salvo que muchas aseguradoras de riesgo están utilizando la variable identificada como
c) y algunos tribunales la variable utilizada como b) más allá del sentido literal del texto normativo.

Finalmente, el inciso c) establece que, en subsidio y no habiendo convenio de los intervinientes, el juez deberá
aplicar la tasa bancaria que se "fije según reglamentaciones el Banco Central".

En primer lugar, una interpretación de esta norma se refiere a las tasas que fijen los bancos conforme las
disposiciones del central. En general se fijan las de Banco de la Nación o de un banco provincial.

En segundo lugar, un aspecto relevante es que la norma hace que los jueces no puedan fijar tasas ideales como
del 6 %, 8 % o 15 % anual que había sido una práctica usual cuando se aplicaban fórmulas de actualización
monetaria u otra forma de corrección en el capital de sentencia -que se ha retomado en recientes actas que
analizaremos más adelante-.

En este sentido, la práctica de aplicar estas tasas puras ideales en los procesos de cuantificación del daño
civiles[7] también se encuentra desajustada a la norma vigente.

Finalmente, si se utilizara como módulo de cálculo los UVA, el índice de corrección se fórmula sobre el capital (lo
cual en sí mismo no es una excepción a la Ley 23928 -arts. 7 y 10- ratificada por el art. 4 de la Ley 25561 ya que
se contratan unidades de valor y no moneda de curso legal forzoso) y la tasa moratoria será la que apliquen las
entidades bancarias en operaciones ajustadas por este medio crediticio lo cual no genera una excepción a la
norma analizada. Esa misma tasa que se aplica al capital actualizado es la que se debe aplicar en caso de deuda
de valor -art. 772 del CCyC- y no las tasas puras ideales que tradicionalmente se usaron con la vigencia del
anterior Código Civil.

III. Algunos criterios jurisprudenciales

Veamos algunos criterios jurisprudenciales "testigo" y analicémoslos a la luz de lo dispuesto por los precedentes
"García c/ UGOFE" y "Oliva c/ COMA" a fin de establecer la compatibilidad con estos.

En la Provincia de Buenos Aires la doctrina legal establecida a partir del precedente Ginossi[8] es que se debe
fijar la tasa pasiva del Banco Provincia de Buenos Aires que, dada la doctrina legal de los precedentes

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"Zoccaro"[9] y "Trofe"[10], debe ser la más alta, que en la actualidad es la denominada "pasiva digital". La Corte
no se expedido con claridad sobre la capitalización prevista por el artículo 770, inc. b) pero ahora, con el
precedente "Oliva" el tema queda zanjado para los tribunales inferiores.

Ahora bien, es de destacar que con la utilización de un interés simple la utilización de la tasa pasiva, aun siendo
la más alta, resulta profundamente inequitativa ya que produce una verdadera licuación del activo favoreciendo al
deudor y propiciando, como externalidad, la extensión de los juicios.

En cuanto al interés puro sostiene la Corte provincial que a fin de evitar distorsiones en el cálculo se ha
establecido en el seis por ciento (6 %) anual[11].

En tal sentido, este criterio no se adecúa al precedente "García c/ UGOFE" ya que no es un interés regulado por
el BCRA -podría coincidir temporalmente- ni aplicado por el Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Esta entidad bancaria fija para los créditos UVA ajustados por CER para Clientes con Paquete Provincia Impulso,
Crecimiento, Evolución o Logros: Tasa nominal anual fija 7,90 % y para -Clientes sin Paquete Provincia Impulso,
Crecimiento, Evolución o Logros: Tasa nominal anual fija 8,90 % (*2), ambas, como dijimos, sobre capital
ajustado[12].

Es claro que en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 768, inc. c) de conformidad con el precedente de la
CSJN ya referenciado éstas son las tasas a las que debería remitir la Corte provincial en casos de deudas de
valor.

En la Ciudad de Buenos Aires mediante Resolución 3 y Actas CNAT 2783 y 2784 la Cámara del Trabajo
establece los nuevos parámetros de cálculo de intereses en los procesos laborales estableciendo que se debe
reemplazar lo dispuesto por el Acta 2764 del 07/09/2022.

En tal sentido, dispone, como recomendación, que se adecuen los créditos laborales sin tasa legal, de acuerdo a
la tasa CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) reglamentada por el BCRA más una tasa pura del 6 %
anual, en ambos casos, desde la fecha de exigibilidad del crédito hasta la fecha del efectivo pago. Seguidamente
establece que la única capitalización del artículo 770, inciso b del Código Civil y Comercial se produce a la fecha
de notificación de la demanda exclusivamente sobre la tasa pura del 6 % anual.

El BCRA emitió la Comunicación A 6069 en septiembre de 2016, donde estableció que los UVI y UVA sólo rigen
para las entidades sometidas al régimen del Banco Central y permite indexar tanto créditos hipotecarios como el
resto de los productos de un banco, tales como préstamos personales, comerciales, para pymes, prendarios, así
como plazos fijos.

Como explicamos oportunamente es una unidad de valor a partir de la cual quien toma un préstamo de estas
características -o ahora deposita a plazo fijo- contrata una deuda de valor que se ajusta a un coeficiente que es el
CER.

No son deudas o créditos de dinero a diferencia de los créditos laborales, sino que son de valor conforme
desarrolláramos en trabajos previos.

De allí la confusión en muchos medios de comunicación donde los tomadores de créditos UVA sostienen que
tomaron una deuda de pesos, pagaron las cuotas y deben más dinero.

Ello es así porque lo que tomaron son créditos por unidades de cuenta que se ajustan por CER o por lo que la
convierte en una deuda de valor.

Ahora bien, como dijimos y a fin de no desviarnos del objetivo del trabajo es claro que el CER sólo se puede
aplicar a las obligaciones de dar sumas de dinero expresadas en moneda extranjera existentes al 6 de enero de
2002.

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La Ley 25561 prohíbe la indexación por precios o cualquier forma de repotenciación de deudas.

La aplicación del CER en deudas en mora posteriores al 6 de enero de 2002 son una forma de repotenciación de
deudas prohibida por la ley.

En este contexto, desde mi óptica, la CNAT mezcla un coeficiente de ajuste de deudas de valor con el interés
establecido en el art. 768 del CCyC.

El CER, si bien regulado por el BCRA, no es una tasa de interés, sino que es un factor de corrección para
créditos tomados como deudas de valor en UVAs.

En ese contexto hay que recordar que la CSJN ha sostenido en el precedente "Massolo" (Fallos: 333:447), a la
prohibición de indexar instituida por el artículo 7 de la Ley 23928, con las modificaciones establecidas por la Ley
25561 (artículo 4) doctrina que ha estado inalterada a la fecha conforme los precedentes que la propia resolución
que comentamos refiere.

El reciente fallo de la CSJN en un caso de alimentos[13] no tiene nada que ver con el desarrollo que hablamos
dado que refiere a una deuda que nace mensualmente y a establecer un mecanismo de ajuste para evitar
innumerables incidentes de ajuste de la cuota alimentaria. Se sostuvo concordantemente con el dictamen de la
Procuración, que los jueces deben establecer un mecanismo alternativo para la actualización de las cuotas
alimentarias y no obligar a la alimentada la tramitación periódica de nuevos procesos para obtener el aumento
frente a la inflación.

Son situaciones distintas que no pueden confundirse.

Lo expresado previamente sin dejar de reiterar que todas las normas que impiden la indexación están referidas a
una moneda -el peso convertible- que ya no existe más dado que tenemos una moneda fiduciaria -peso
fiduciario- que más allá de mantener su denominación son distintas conforme lo explica la teoría económica.

En Rosario, con fecha 25 de marzo de 2024 y conforme lo establecido por la CSJN, la Cámara de Apelaciones
en lo Laboral decidió modificar el Acta 2/23 de fecha 27 de marzo de 2023 dado que, si bien se utilizaban tasas
del BCRA, estas no son las que cobra el sistema crediticio y por tanto se apartaban de lo dispuesto por el art.
768, inc. c) del CCyC. Luego se estableció que se fijarían las tasas que cobra el Nuevo Banco de Santa Fe para
sus operaciones de Adelanto de Cuenta Corriente con una única capitalización al momento de la notificación de
la demanda (art. 770, inc. b del CCC).

En relación con la tasa de interés aplicable y modo de cálculo los adelantos de cuenta corriente o descubierto
bancario[14] son aquellos créditos sin plazo ni límites determinados con anticipación, o bien fijados en forma
"interna", que solo se utilizan ocasionalmente y cuya cancelación se efectúa en períodos breves, nunca
superiores a 30 días corridos.

Es decir, son créditos de alto riesgo y corto plazo de cancelación (no más de 30 días) que si bien se ajusta sin
dudas a los precedentes de la CSJN "García" y "Oliva" parece con poca relación con un crédito dinerario de la
naturaleza de los laborales.

Hasta aquí se cumple con la doctrina de ambos precedentes de la Corte. Sin embargo, luego, establecen un
mínimo de resultado con fundamento en el precedente BANCO POPULAR ARGENTINO S.A. vs. ECUESTRE
S.R.[15] al que remite el precedente de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe "Vignolo"[16] que consiste en
que se le aplique el coeficiente RIPTE (según la publicación de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social)[17] con más una tasa de interés anual del 6 %. En caso de que el resultado obtenido de acuerdo con la
tasa de interés prevista sea inferior al parámetro objetivo antes mencionado, será aplicable éste último a los fines
de que el crédito adeudado no resulte irrazonable, injusto y prescindente de la realidad económica.

Una primera consideración sobre el fallo de la CSJN al que remite la acordada de la cámara y el precedente de la
Corte provincial santafecina: en el precedente en cuestión se discutían eventos ocurridos entre 1983 y 1992 y un

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problema de la aplicación sistemática de índice de corrección de precios minoristas (el hoy IPC) que producía
una distorsión exorbitante entre la acreencia en dólares y la liquidación en pesos[18].

Es decir, por un lado, algo totalmente diferente a lo que se refieren los créditos laborales y por el otro refiere a
períodos donde no existía la Ley 23928 y se aplicaban sistemáticamente los índices sin medir si los mismos
generaban distorsiones económicas.

Hago esta consideración porque el acta fija un piso ajustable por RIPTE (que es un índice en definitiva en este
caso referido al crecimiento de los salarios) al que le caben las observaciones que hicimos referidas al CER.

El piso funciona como un mecanismo de ajuste en subsidio vedado por las disposiciones normativas vigentes
más allá de la validez en términos de equidad que ello puede implicar en el caso concreto.

Por otro lado, además le adiciona un interés puro al que se le pueden hacer las observaciones que ya hice
referido a la SCBA.

El Tribunal Superior de Córdoba en el precedente "Seren"[19] estableció la permanencia de la tasa pasiva


promedio mensual que publica el BCRA como variable que refleja las fluctuaciones del costo monetario (cfr.
"Hernández c/ Matricería Austral") con más el 2 % mensual nominal hasta el 31/12/2022. Luego, desde el
1/1/2023 incrementó dicho componente fijo a un 3 % nominal mensual con fundamento en que debido a que -a
partir de dicha fecha- las mencionadas fluctuaciones registraron tal magnitud en su variación acumulada que
ponen en evidencia una aceleración notable en relación con los guarismos informados en el año precedente.

Me permito dos observaciones en relación con la tasa de referencia base en esta solución. El Banco Central de
la República Argentina, atento lo dispuesto en el artículo 10 del Decreto 941/91, difundió una serie estadística de
tasas de interés pasiva que consideró en su momento podía ser utilizada por los jueces a los fines previstos en el
artículo 622 del Código Civil el que daba mayor libertad junto al art. 623 en fijar las tasas de interés porque no
tenían la limitación del inciso c) del art. 768 del CCyC.

Luego, la serie refleja diariamente la capitalización de la tasa diaria equivalente a la tasa de interés efectiva
mensual promedio ponderada de los depósitos en la caja de ahorros común y a plazo correspondiente al
segundo día hábil anterior a la fecha informada, según la encuesta que diariamente lleva a cabo el Banco
Central, de acuerdo con la metodología prevista en el punto 1 del Anexo a la Comunicación "A" 1845[20].

Entonces, en primer lugar no es una tasa sino una serie estadística que no tenía objeciones con el art. 622 del
CC, Ley 340 pero si tiene el límite normativo ya expresado en el art. 768, inc. c).

Por otro lado, esa serie estadística se realiza con capitalización lo que encuentra un obstáculo en el art. 770 del
CCyC (también lo tenía en el 623 del CC) y que ha sido objeto de impugnación en el precedente "Oliva c/
COMA".

Finalmente, la tasa adicional del 2 % o del 3 % carece de base normativa como interés moratorio conforme
ambos precedentes de la CSJN. No tendrían objeción si fueran punitorios, pero es un adicional que ni siquiera
puede calificarse de interés puro lo cual excede -a partir del 1 de agosto de 2015- cualquier previsión normativa.

IV. Conclusiones

Más allá que el trabajo presupone conceptos que en razón de espacio no es posible desarrollar en plenitud, a
modo conclusivo, sostengo que dentro de los márgenes o límites del art. 768 del CCyC cualquier tasa regulada
por el BCRA puede ser utilizada por el juez y dependerá de su argumentación adecuada la validez o no de la
misma.

En cuanto a la capitalización, más allá de que el interés compuesto y no el simple debió ser receptado en la Ley
26994 que sancionó el nuevo Código Civil y Comercial, sólo procede la misma en los casos expresamente fijados
en la norma careciendo los jueces de facultades para establecer otros supuestos de procedencia. Ello sin

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perjuicio que es clara la flagrante contradicción conceptual entre las disposiciones del art. 768 y del art. 770 del
CCyC dado que los intereses nominales no son los que aplican los bancos sino los de tasa efectiva anual que
implica la capitalización de los mismos.

En este contexto destaco una pequeña -o gran- contradicción con lo dispuesto por el art. 768, inc. c) ya que los
intereses bancarios están previstos económicamente para ser capitalizados en la previsión de renta estimada por
la entidad bancaria.

Es decir, los intereses bancarios que tienen ese componente correctivo de la inflación implícito están fijados
previendo su capitalización a fin de mantener el valor aproximado del crédito o débito. Los intereses judiciales a
los que remite la norma por lo que en la práctica no aplicamos realmente un interés bancario sino uno menor.

Esta circunstancia nos deja abierta el eventual planteo sobre la constitucionalidad de la norma y la posibilidad
que dada la referencia del art. 768, inc. c) la tasa judicial se calcule como está previsto en el sistema bancario.

La norma del Código Civil y Comercial nació vieja generando el problema de la licuación de activos que pone a
los jueces frente a un dilema que resulta finalmente una aporía más allá de la titánica, si se quiere, búsqueda de
éstos de encontrar un sistema de equidad, conforme surge de los supuestos analizados, que en general carecen
de base normativa.

La salida del régimen de convertibilidad y la indefectible desvalorización de los créditos de los trabajadores,
llevaron a la situación que nos toca analizar en estos trabajos.

En este sentido, retomando el problema de la actualización monetaria el 20 de abril de 2010, la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en los autos "Massolo, Alberto José vs. Transporte del Tejar S.A.", sostuvo que el acierto
o desacierto de la medida legislativa tendiente a mantener la prohibición de toda clase de actualización
monetaria, pese a la derogación de la paridad establecida, entre peso y dólar, en la Ley de Convertibilidad
23928, según lo normado en el art. 4 de la Ley de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario 25561,
que mantiene la vigencia de los arts. 7 y 10 de aquella ley, escapa al control de constitucionalidad que ejerce el
Poder Judicial, pues la conveniencia del criterio elegido por el legislador no está sujeta a revisión judicial,
debiendo tenerse presente que los mencionados artículos de la Ley 23928 constituyen una decisión clara y
terminante del Congreso de la Nación de ejercer las funciones que le encomienda art. 75, inc. 11 de la
Constitución Nacional, en punto a hacer sellar la moneda, fijar su valor y el de las extranjeras.

Luego también se afirmó que el valor de la moneda circulante con fuerza legal en todo el territorio de la Nación
-que cumple la función de un bien económico insusceptible de ser regulado directa o indirectamente por la ley de
la oferta y la demanda- se funda en la autoridad del Estado que es su creador y, por consiguiente, la
perdurabilidad de ese valor como signo monetario de fuerza legal, en tanto no fuere alterado por el propio Estado
de quien dimana, no puede estar a merced de las convenciones concertadas por los particulares entre sí.

Ahora bien, la Corte omite analizar que la Ley 23928 ratificada por la Ley 25561 está dictada en base a una
moneda convertible y no una moneda fiduciaria.

Consecuentemente, con el peso convertible era inexistente la depreciación monetaria y la posibilidad de


devaluación monetaria

Es decir, la plataforma fáctica tenida en cuenta por el legislador es totalmente distinta a la actual y por tanto
analizar el problema de manera directa y sin ninguna consideración como si estuviéramos frente a una misma
moneda es incorrecta.

Es cierto que la Corte en "Massolo" sostiene que la problemática de la inflación, fenómeno muy antiguo y
corriente cuyo remedio, en definitiva, está inevitablemente ligado a la política que acierte a seguir el Estado, debe
ser, por naturaleza, objeto de soluciones legislativas y no pretorianas.

Sin embargo, la falacia del argumento es que la ley remite a una norma con un presupuesto fáctico que ya no

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está vigente. La Corte se refiere a un dinero convertible inexistente que se ha transformado en una moneda
fiduciaria realizando una transición incorrecta ya que ambas se sostienen sobre presupuestos, repito, fácticos
totalmente distintos.

Es cierto que el legislador en 2015 en el Código civil y Comercial reiteró el principio nominalista para las
obligaciones de dinero -art. 765- lo que demuestra que tampoco comprendió el cambio más allá de presuponer
que mantener el nominalismo es impedir el proceso inflacionario lo que es un razonamiento absurdo.

La inflación actual es un hecho notorio que no necesito demostrar y la depreciación monetaria (mercado libre)
disociada de la devaluación monetaria (mercado oficial) se ha proyectado en un proceso inflacionario incipiente
en el año 2015 y que el legislador se negó a ver.

El camino es la derogación de la Ley 23928, su declaración de inconstitucionalidad o simplemente derogar la


regla general del art. 770 del CCyC y permitir que el interés se calcule como lo hacen los bancos cuando aplican
las tasas reguladas por el BCRA.

[1] Belatti, Luis Enrique vs. F. A. s. Cobro de australes, CSJN, B.56.XLVII, 20/12/2011, Rubinzal
Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 13919/11, Bedino, Mónica Noemí vs. Telecom Argentina
S.A. y otro s. Participación accionariado obrero, CSJN, 14/03/2017, Rubinzal Online, 1186/2012,
RC J 1706/17, Correa, Oscar Jesús vs. Carboclor Industrias Químicas S.A.I.C. s. Indemnización
enfermedad, SCJ, Buenos Aires, 29/08/2007, Boletín de Jurisprudencia de la SCJ de Buenos Aires
(Dr. Jorge M. Galdós), Ac. 86189;Rubinzal Online, RC J 13126/10; “L 92958 S 3-6-2009, Da Silva,
Miguel Angel y otro c/ Transportes La Perlita S.A. y otro s. Indemnización; L 91575 S 7-10-2009,
Carzoglio, Carlos Alberto c/ Banco de La Pampa s/ Indemnización por antigüedad y otros.

[2] Ginossi, Juan Carlos vs. Asociación Mutual UTA s. Despido, SCJ, Buenos Aires, 21/10/2009;
Jurisprudencia de la Provincia de Buenos Aires, 94446, Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 8413/10, y Ponce, Manuel Lorenzo y otra vs. Sangalli, Orlando
Bautista y otros s. Daños y perjuicios, SCJ, Buenos Aires, 101774, 21/10/2009, Jurisprudencia de la
Provincia de Buenos Aires, Rubinzal Online, RC J 8041/10.

[3] García, Javier Omar vs. Ugofe S.A. y otros s. Daños y perjuicios, CSJN, 07/03/2023, Rubinzal
Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 696/23.

[4] El Decreto 214/2002 estipula que el CER se aplicará a las obligaciones vinculadas al sistema
financiero, incluyendo: - los depósitos en dólares u otra moneda extranjera existentes en el sistema
financiero al 6 de enero de 2002, los cuales fueron pesificados a $ 1,40 por dólar o su equivalente
en otra moneda extranjera; - los préstamos u otras deudas en dólares u otra moneda extranjera con
el sistema financiero al 6 de enero de 2002, los cuales fueron pesificados a $ 1 por dólar o su
equivalente en otra moneda extranjera; - las deudas en dólares u otra moneda extranjera
transmitidas por entidades financieras en propiedad fiduciaria a fideicomisos existentes al 6 de
enero de 2002, las cuales fueron pesificadas a $ 1 por dólar o su equivalente en otra moneda
extranjera; y -Las obligaciones no vinculadas al sistema financiero, lo cual incluye todas las
obligaciones exigibles de dar sumas de dinero expresadas en dólares u otra moneda extranjera no
vinculadas al sistema financiero existentes al 6 de enero de 2002, las cuales fueron pesificadas a $
1 por dólar o su equivalente en otra moneda extranjera.

[5] Oliva, Fabio Omar vs. COMA S.A. s. Despido, CSJN, 29/02/2024, Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 1420/24.

[6] Páez Alfonzo, Matilde y otro vs. Asociart ART S.A. y otro s. Indemnización por fallecimiento, CSJN,
64722/2013, 27/09/2018, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 6469/18.

[7] Trofe, Evangelina Beatriz vs. Fisco de la Provincia de Buenos Aires s. Enfermedad profesional,
SCJ, Buenos Aires, 118587, 15/06/2016, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J

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3667/16, Zócaro, Tomás Alberto vs. Provincia ART y otro s. Daños y perjuicios, SCJ, Buenos Aires,
118615, 11/03/2015, Rubinzal Online, RC J 1412/15, "Dadario, Rubén Oscar y otra contra Álvarez
Antonio y otros. Daños y perjuicios" y su acumulada "Chiapero, José Carlos y otros contra Álvarez,
Antonio y otros. Indemnización de daños y perjuicios, S 24/02/2021.

[8] Ginossi, Juan Carlos vs. Asociación Mutual UTA s. Despido, SCJ, Buenos Aires, 21/10/2009,
Jurisprudencia de la Provincia de Buenos Aires, 94446, Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 8413/10.

[9] Zócaro, Tomás Alberto vs. Provincia ART y otro s. Daños y perjuicios, SCJ, Buenos Aires, 118615,
11/03/2015, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 1412/15.

[10] Trofe, Evangelina Beatriz vs. Fisco de la Provincia de Buenos Aires s. Enfermedad profesional,
SCJ, Buenos Aires, 118587, 15/06/2016, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J
3667/16.

[11] SCBA LP Rc 124094 I 10/03/2022, Stabile, Rafael Humberto c/ Federación Patronal Seguros S.A.
Daños y perjuicios; SCBA LP Rc 125164 I 18/02/2022 Pereira, Silvio Hernán c/ Guerra, Mario
Bautista y otros s/ Daños y perjuicios. Automot. con lesiones o muerte; SCBA LP Rc 124571 I
04/05/2021. Schmit, Adrian Isaac y otro c/ Perillo, LUis Ernesto y otro-a s/ Daños y perjuicios; SCBA
LP C 122687 S 17/11/2020 Rodríguez, Daniel Osmar c/ Ibarbia, Matías Martín y otro s/ Daños y
perjuicios (con Lesiones o muerte. Excep. Estado) y su acumulada Barresi, Jorge Osmar c/ Ibarbia,
Matías Martín y otro s/ Daños y perjuicios (con lesiones o muerte. Excep. Estado).

[12] chrome-wxtension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.bancoprovincia.com.ar/CDN/Get
/hipotecarios_uva_360#:~:text=Clientes%20con%20Paquete%20Provincia%20Impulso,)%2C%20a
mbas%20sobre%20capital%20ajustado.

[13] G., S. M. y otro vs. K., M. E. A. s. Alimentos, CSJN, 20/02/2024, Rubinzal Online,
www.rubinzalonline.com.ar, RC J 1137/24.

[14] BCRA, Reglamentación de la cuenta corriente bancaria - Última comunicación incorporada: "A"
7969.

[15] HSBC Bank Argentina S.A. s. Recurso de hecho en: Banco Popular Argentino S.A. vs. Ecuestre
S.R.L., CSJN, 16/03/2004, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 3750/04.

[16] Vignolo, Darío Héctor Miguel vs. Provincia de Santa Fe - Incidentes- s. Recurso de
inconstitucionalidad, CSJ, Santa Fe, 20/02/2024, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J
2914/24.

[17] Se prevé que dado el plazo de demora con el cual se publican los coeficientes, se hace la
salvedad de que si no se hubiere difundido el correspondiente a la fecha de liquidación, deberá
retrotraerse el originario cuantos períodos faltaren publicitar algo parecido a la R 332 de la SSN en
relación a la tasa de interés de la LRT conforme DNU 669/17.

[18] Relata que en 1992 inició el reclamo de autos por la suma de u$s 1.937,76, importe que precisó en
agosto de dicho año en un total de u$s 3.953,07. El tribunal -prosigue- hizo lugar a la demanda,
pero, con sustento en el informe pericial contable practicado en autos, condenó a pagar la suma de
$ 2,407433 actualizada desde el 24 de febrero de 1983 hasta el 31 de marzo de 1991, importe que,
desde el 24 de febrero de 1988, debía devengar el 6 % anual por intereses compensatorios, y el 3,5
% anual por punitorios. A partir de estas pautas, la perito calígrafo designada en el proceso,
practicó la liquidación que finalmente fue aprobada, y que arrojó un importe de $ 23.583.733,98,
sobre el cual pretende se regulen sus honorarios (pág. 510).

[19] Seren, Sergio Enrique vs. Derudder Hermanos S.R.L. s. Ordinario – Despido, TSJ, Córdoba,
01/09/2023, Rubinzal Online, www.rubinzalonline.com.ar, RC J 1489/24.

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[20] A efectos de determinar la tasa de interés devengada en un determinado periodo se recomienda
utilizar la siguiente expresión: I=((100+Tm/100+To)-1) *100 Donde: I= Tasa de interés expresada en
tanto por ciento. Tm: Valor de la serie de tasas de interés promedio ponderada de depósitos en caja
de ahorros común y a plazo fijo correspondiente al día hasta el cual deben devengarse intereses.
To: Valor de la serie de tasa de interés promedio ponderada de depósitos en caja de ahorros
común y a plazo fijo correspondiente al día anterior a partir del cual se devengan los intereses.

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