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Silvestrelli, María Soledad vs. Control de Realizaciones S.R.L.

y
otros s. Despido
CNTrab. Sala VII; 21/04/2022; Rubinzal Online; RC J 2557/22

Sumarios de la sentencia
Art. 1, Ley 25323 - Categoría laboral - Diferencias salariales -
Improcedencia

La multa prevista en el art. 1, Ley 25323, tiene como finalidad penar a aquellos
empleadores con el pago de una doble indemnización prevista en el art. 245,
LCT, en el supuesto en que se trate de una relación laboral que al momento del
despido no estuviere debidamente registrada, y que por dicha deficiencia u
omisión registral se hubieran evadido normas previsionales. En el caso, si bien
en primera instancia se concluyó que la actora estaba mal categorizada y se
condenó al pago de las diferencias en la categoría de convenio, ello no justifica
la procedencia de esta indemnización pues si bien se trata de una deficiencia
registral, no se verifica el presupuesto de clandestinidad contemplado en el
precepto legal. Ello así, por cuanto la norma no sanciona tales supuestos, ya que
el registro deficiente del salario es el que tiene lugar cuando los libros y demás
constancias no se corresponden con la realidad y no cuando lo percibido es lo
que figuraba en los recibos de la persona trabajadora y es lo que la empleadora
le abonaba y asentaba en sus registros.

Mora. Art. 2, Ley 25323 - Actuaciones ante el SECLO - Improcedencia

Para la procedencia de la multa del art. 2, Ley 25323, es necesario que el


trabajador intime de manera fehaciente al pago de las indemnizaciones por
despido, extremo que no puede ser suplido por la actuación ante el SECLO, tal
como pretende el recurrente, ya que la Ley 24635 ha creado una instancia
prejudicial obligatoria para dirimir conflictos entre los empleadores y
trabajadores, una vez ya establecido los términos del conflicto. En función de lo
expuesto, habida cuenta que se encuentra incumplido el requisito de intimación

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que requiere la norma para la procedencia de la multa pretendida, se confirma la
sentencia de grado en cuanto decidió en sentido desfavorable al accionante en
el punto.

Responsabilidad de los administradores y representantes - Categoría


laboral - Improcedencia

Si bien se ha acreditado la existencia de una irregularidad en lo atinente a la


categoría en la cual la actora debió estar registrada, dicho accionar, que sin
dudas constituye un incumplimiento contractual por demás reprochable desde el
punto de vista jurídico, no habilita per se a tener por configurada una maniobra
fraudulenta por parte de las personas físicas co demandadas ya que no puede
reputarse como un acto tendiente a violar la ley, el orden público laboral, la
buena fe o para frustrar derechos de terceros. Tales incumplimientos atribuibles
a la empresa empleadora, por su significación y características no justifican la
aplicación de las normas de excepción que contiene la ley de sociedades
comerciales para establecer la responsabilidad solidaria de los socios directivos
o administrativos.

Horas extras - Imprecisión

En la sentencia de grado se desestimó el reclamo de horas extras dado que no


se había indicado debidamente en la demanda el horario laboral de la actora,
circunstancias que impedía determinar si la jornada legal conforme convenio se
encontraba excedida. La parte actora afirmó que en la demanda se denunció
que cumplía un horario laboral de 10 a 17 hs. Desde tal perspectiva, la queja
intentada no puede prosperar pues no se advierte denunciado cuáles eran los
días que concurría a prestar servicios, lo cual impide evaluar la existencia de un
desempeño en exceso de la jornada legal. Dicha omisión en el escrito inicial
impide acceder a su tratamiento en segunda instancia pues, caso contrario se
estaría vulnerando el principio de congruencia y el de defensa en juicio. Las
pautas sentadas en la traba de la litis se proyectan necesariamente en la
valoración de la prueba producida, en tanto no puede admitirse que un hecho no
debidamente alegado resulte introducido luego en la etapa de prueba.

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Texto completo de la sentencia
En la Ciudad de Buenos Aires, a los 21 días del mes de abril de 2022, para
dictar sentencia en los autos: "SILVESTRELLI, MARIA SOLEDAD C/CONTROL
DE REALIZACIONES SRL Y OTROS S/DESPIDO", se procede a votar en el
siguiente orden:
LA DOCTORA GRACIELA L. CARAMBIA DIJO:
I.- La sentencia de primera instancia, que hizo lugar a la demanda en forma
parcial, ha sido apelada por la parte actora a tenor del memorial de agravios que
se visualiza en el Sistema de Gestión Lex 100, el cual fue replicado
oportunamente por la demandada.
El Sr. Perito en sistemas, a su turno, apela los honorarios que le fueron
regulados, por considerarlos bajos.
II.- La parte actora se queja por el rechazo de las multas previstas en los
artículos 1ero y 2do de la Ley 25323, porque se desestimó su reclamo vinculado
a la realización de horas extras y porque no se hizo lugar a la extensión de
responsabilidad de los socios fundada en la Ley 19.550. Asimismo, se queja por
la regulación de honorarios efectuada por la Sra. Jueza de grado.
Comenzaré entonces con el primer agravio deducido por la recurrente, referido
al rechazo de la multa prevista por el art. 2do de la Ley 25323, la cual fue
desestimada por la "a quo" por no haberse demostrado la realización de la
interpelación a la que hace referencia la norma como requisito de procedencia
de la multa que prevé.
En lo que a ello respecta, pretende el recurrente que se considere como
"intimación fehaciente" el haber concurrido a la audiencia conciliatoria ante el
Seclo en tanto afirma que los demandados asistieron a la citación y allí se les
reclamaron los rubros cuyo incremento se solicita.
En mi opinión, la queja en el punto no puede tener favorable acogida pues la
norma en cuestión es clara al disponer que para la procedencia de la multa
respectiva, es necesario que el trabajador intime de manera fehaciente al pago
de las indemnizaciones del despido, extremo este que no se advierte cumplido
por el accionante.
Este fundamental requisito de procedencia no puede ser suplido por la actuación
ante el SECLO, tal como pretende el recurrente ya que la Ley 24635 ha creado
una instancia prejudicial obligatoria para dirimir conflictos entre los empleadores
y trabajadores, una vez ya establecido los términos del conflicto.
En función de lo expuesto, habida cuenta que se encuentra incumplido el

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requisito de intimación que requiere la norma para la procedencia de la multa
pretendida, he de confirmar la sentencia en cuanto decidió en sentido
desfavorable al accionante en el punto.
III. A continuación, la parte actora se queja por el rechazo de la multa prevista en
el art. 1º de la Ley 25323 pero, en mi opinión, tampoco corresponde atender su
agravio en el punto.
En efecto, desde mi punto de vista, la norma tiene como finalidad penar a
aquellos empleadores con el pago de una doble indemnización prevista en el art.
245 LCT en el supuesto en que se trate de una relación laboral que al momento
del despido no estuviere debidamente registrada, y que por dicha deficiencia u
omisión registral se hubieran evadido normas previsionales.
En el caso, si bien en primera instancia se concluyó que la actora estaba mal
categorizada y se condenó al pago de las diferencias en la categoría de
convenio, ello no justifica, en mi opinión, la procedencia de esta indemnización
pues si bien se trata de una deficiencia registral, no se verifica el presupuesto de
clandestinidad contemplado en el precepto legal.
Ello así porque el pago de un salario menor al devengado -supuesto acreditado
en autos-, a mi juicio no habilita a la aplicación del precepto en análisis, por
cuanto la norma no sanciona tales supuestos, ya que el registro deficiente del
salario es el que tiene lugar cuando los libros y demás constancias no se
corresponden con la realidad y no cuando lo percibido es lo que figuraba en los
recibos de la persona trabajadora y es lo que la empleadora le abonaba y
asentaba en sus registros.
En consecuencia, propongo desestimar el agravio en el punto cuestionado.
IV. En la misma línea con lo decidido en el punto anterior adelanto que tampoco
he de receptar la queja relativa a la pretendida extensión de responsabilidad a
las personas físicas co demandadas en autos.
En efecto, afirma la recurrente que la sentenciante no ha considerado que la
actora se encontraba registrada en una categoría inferior a la que correspondía
en virtud de sus tareas de mayor responsabilidad (productora audiovisual),
percibiendo debido a ello un salario inferior al que debió haber percibido,
perjudicando el ilegítimo accionar de la demandada tanto a la actora como a la
Administración, toda vez que los aportes y contribuciones con destino a
seguridad social eran inferiores a los que debió realizar.
Pero tal como lo adelanté, en mi opinión, no encuentro que se haya demostrado
en estas actuaciones que los Sr. Reyes y Ciangherotti hubieran incurrido en
maniobras fraudulentas que justifiquen aplicar en el caso la normativa emergente
de los arts. 54, 59 y 274 de la ley de sociedades. Desde mi punto de vista, para
extender en forma solidaria la condena a las persona físicas co demandadas,

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resulta insuficiente la sola acreditación de la calidad de socio, administrador,
presidencia o vice de la sociedad empleadora tal como pretende el recurrente
pues, conforme lo dispone la normativa aludida en los párrafos precedentes, se
requiere comprobar que las personas físicas han incurrido, participado o
permitido, la configuración de alguna maniobra fraudulenta ya sea en forma
dolosa o culposa, circunstancia que en la especie no aparece configurada.
En tal contexto, si bien se ha acreditado la existencia de una irregularidad en lo
atinente a la categoría en la cual la actora debió estar registrada, considero que
dicho accionar, que sin dudas constituye un incumplimiento contractual por
demás reprochable desde el punto de vista jurídico, no habilita per se a tener por
configurada una maniobra fraudulenta por parte de las personas físicas co
demandadas ya que no puede reputarse como un acto tendiente a violar la ley,
el orden público laboral, la buena fe o para frustrar derechos de terceros.
En este orden, estimo que los incumplimientos que a esta altura del litigio cabe
tener por atribuibles a la empresa empleadora, por su significación y
características no justifican la aplicación de las normas de excepción que
contiene la ley de sociedades comerciales para establecer la responsabilidad
solidaria de los socios directivos o administrativos.
En consecuencia, propongo desestimar el agravio también en el punto.
V. Finalmente, abordaré el agravio vinculado al rechazo del reclamo por horas
extras el cual, desde ya adelanto, tampoco habrá de tener favorable acogida.
En efecto, en la sentencia de grado se desestimó el reclamo de horas extras,
argumentando la a quo que no se advertía indicado debidamente en la demanda
el horario laboral de la actora, circunstancias que impedía determinar si la
jornada legal conforme convenio se encontraba excedida.
Ahora bien, la parte afirma que en la demanda surge que se ha denunciado que
la actora cumplía un horario laboral de 10 a 17 hs, y con las declaraciones
brindadas por los testigos que depusieron en autos se ha acreditado que en
muchas ocasiones la actora debía cumplir horas extras.
Desde tal perspectiva, entiendo que la queja intentada no puede prosperar pues
resulta exacto lo apuntado por la sentenciante respecto a que no se advierte
denunciado cuáles eran los días que concurría a prestar servicios, lo cual impide
evaluar la existencia de un desempeño en exceso de la jornada legal.
Dicha omisión en el escrito inicial impide acceder a su tratamiento en esta
instancia pues, caso contrario se estaría vulnerando el principio de congruencia
y el de defensa en juicio, por lo que resulta insustancial los extremos que surgen
de la prueba testimonial, los cuales pretende hacer valer en esta alzada.
Cabe señalar además que las pautas sentadas en la traba de la litis se
proyectan necesariamente en la valoración de la prueba producida, en tanto no

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puede admitirse que un hecho no debidamente alegado resulte introducido luego
en la etapa de prueba.
En consecuencia, propongo desestimar el recurso también en el punto.
VI.- Teniendo en cuenta el mérito, extensión de la labor desarrollada, el monto
del juicio, la naturaleza del litigio y demás pautas arancelarias, juzgo que los
emolumentos regulados en grado en favor de los profesionales intervinientes,
lucen adecuados, por lo que propongo su confirmación (Art. 38 de la Ley 18345,
el art. 13 de la Ley 24432 (DL 16638/57) y demás normas arancelarias vigentes).
VII.- De tener favorable adhesión mi voto propongo imponer las costas de Alzada
a la recurrente que ha resultado vencida (art. 68 CPCCN). A dichos efectos,
sugiero se fijen los emolumentos para cada una de las representaciones letradas
intervinientes, por las labores realizadas en esta instancia, en el 30 % (treinta por
ciento) de lo que les corresponda percibir por su actuación en origen. (arts. 16 y
30 Ley 27423).
LA DOCTORA PATRICIA SILVIA RUSSO DIJO: por compartir los fundamentos,
adhiero al voto que antecede.
EL DOCTOR HECTOR CESAR GUISADO no vota (art. 125 de la Ley 18345).
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, el Tribunal
RESUELVE:
1) Confirmar la sentencia apelada.
2) Imponer las costas de Alzada a la parte actora.
3) Regular los honorarios por las tareas de Alzada para cada una de las
representaciones letradas intervinientes, en el 30 % (treinta por ciento) de lo que
les corresponda percibir por su actuación en origen.
4) Oportunamente, cúmplase con lo dispuesto en el art. 1º de la Ley 26856 y con
la Acordada de la CSJN Nro. 15/2013.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

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