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LECTURA 1
“Sentido de pertenencia”, “traer puesta la camiseta” y “tu trabajo habla por la empresa” son
ideas que pueden remitir directamente al nivel de involucramiento que tienes con tu trabajo y
con la institución a la que perteneces, pero desafortunadamente en la actualidad han sido
descuidadas o simplemente devaluadas por los mismos empleados ante la falta de interés de
las empresas por mantenerlas presentes dentro de la cultura organizacional. Tal vez puedas
pensar que son conceptos “cursis” o sin tanta importancia para que desempeñes tu trabajo,
pero de lo que no hay duda es que cuando se crea un sentido de pertenencia en la empresa
donde laboras, tu compromiso con la misma aumenta y los buenos resultados del trabajo
individual y en conjunto se reflejan hacía el exterior. Definitivamente ambos actores,
trabajador y jefe, están involucrados en la creación y mantenimiento del sentido de
pertenencia en una empresa. Esto no es algo que se entregué en tu primer día de trabajo
(como cuando te dan las herramientas con las que desempeñarás tus labores), es algo que si
bien comienza a formarse desde que entras a una institución, se va reforzando día a día. Para
lograr que te pongas la camiseta de la empresa, los elementos de los que la ésta debería
ocuparse es propiciar un clima laboral sano, en el que la cordialidad y el respeto imperen y
estén sobre cualquier rango o grado de responsabilidad de cada uno de los trabajadores.
También será ideal que la empresa tenga una definición clara de acciones, proyectos,
responsabilidades y actividades que cada uno de los empleados deba llevar a cabo. De nada
sirve que la empresa lo sepa, lo importante es que lo ¡comunique! Si el trabajador no tiene
claro esto, difícilmente sentirá que es parte de la empresa.
Además de lo ya mencionado, el que la empresa otorgue las herramientas necesarias para que
cada uno de los empleados, desde su respectivo puesto de trabajo, realice sus actividades,
será otro de los elementos que contribuyan para el bienestar del trabajador. Conocer su
esquema de contratación, prestaciones con las que cuenta, derechos y obligaciones, entre
otras cosas, son factores que sin duda influirán en que el trabajador confíe en la empresa. No
solamente el patrón tiene cosas que hacer para que los empleados se sientan parte de la
empresa, en gran medida dependerá del trabajador que esto se logre. El elemento principal
será la disposición. ¿No te gusta lo que haces? ¿Entraste a trabajar a esa empresa porque fue
lo primero que encontraste? ¿Te sientes estancado? ¿No te gusta el escritorio que tienes?
Seguramente si al contestar estas preguntas notas que hay algo que no cumple tus
expectativas, esto puede ser un factor principal para que, aunque estés trabajando en una
institución, no te sientas parte de ella.
¿Qué puedes hacer para que esa sensación de disgusto se vaya? Acércate a tu jefe y plantea
tus inquietudes de la forma más clara y tranquila posible. El papel de tu jefe será el de
escucharte y darte una o más posibles soluciones; ten en cuenta que muy probablemente tu
jefe no lee la mente y difícilmente podrá adivinar que no estás de acuerdo con algo, así que
¡platícalo! Otra de las cosas que como empleado tienes en tus manos para contribuir a reforzar
el sentido de pertenencia a la empresa es el de mantener el ambiente laboral sano, esto va
desde la relación que mantengas con tus compañeros de trabajo, hasta la manera en la que
Análisis de lecturas – Psicología Organizacional
Mg. Jeymer Iriarte
manifiestas tu desacuerdo con algo. Estos son sólo algunos de los ejemplos de por dónde
comenzar a crear el sentido de pertenencia del empleado con la empresa. Actualmente hay
instituciones con una clara cultura organizacional que han innovado en este terreno y además
de llevar a cabo varias de las acciones ya mencionadas, también propician por ejemplo,
eventos de integración entre los empleados, pláticas o sesiones para aclarar dudas sobre la
operación de la empresa, premios y/o bonos, entre otras cosas. El que traigas “la camiseta
bien puesta” puede sonar sencillo, y para algunas empresas es fácil lograrlo, pero en otros
casos esto puede ser un trabajo que requiera tiempo y esfuerzo. Y aunque parezca difícil, no es
imposible. La clave de todo es la disposición.
LECTURA 2
Quítate la camiseta, ponte el cerebro
Si te encuentras en el escalón 7 u 8 de tu organización, es tierno que te pongas "la camiseta"
de la empresa, te identifiques con ella y cantes emocionado en el coro organizacional. Pero si
estás en los niveles intermedios y pretendes llegar pronto a sus niveles superiores más te vale
tomar distancia de esa modita destructiva.
Dicho de otro modo, sirve para que la gente quite horas a su vida familiar, social y de pareja
para dedicárselas a la organización y, todo, por el mismo módico sueldo. No discutiremos aquí
el por qué este mecanismo enfermizo tiene tanta aceptación entre los jefes peruanos, pero
claramente no es algo que vaya con las organizaciones ni con las personas triunfadoras
quienes tienen como una de sus primeras características, el balance entre todos sus distintos
roles.
En resumen: que tu trabajo es solo tu trabajo. No dudamos que es una parte importantísima
de tu vida (así, subrayando "una parte" y no subrayando "importantísima"). Pero tu trabajo no
es tu vida y no debieras permitir que tu trabajo se convierta en tu "yo", en tu identidad. A
menos que seas un chupe de octava y no tengas ninguna otra forma de lograr que no te echen
de ese empleo de bajo rango.
Las primeras cuatro razones por las que debes quitarte la camiseta
por el estilo. Lo único importante, es que algún gerente, gracias a estos ahorros, logrará sus
metas y cobrará su bono anual, que es lo único que de verdad importa.
2. La segunda razón es más bonita. Podría suceder que, dada tu gran capacidad y tu buen
desempeño, mañana podrías conseguir una mejor chamba y decidas renunciar y te vas de esta
organización. ¿Qué harías entonces con esa "camiseta" que ya la tienes tatuada en la piel?
Los mejores ejecutivos, más que tener camisetas bien puestas, tienen los cerebros bien
activos. Aman el éxito, por lo que quieren que sus empresas y sus productos sean exitosos,
pero no están cegados por el amor a ellos de modo que son conscientes de los peligros y
limitaciones.
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