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DEFINICIÓN
La insuficiencia renal crónica (o enfermedad renal crónica) se define por la presencia de alteraciones en la
estructura o función renal mantenidos durante más de 3 meses, bien sean marcadores de daño renal o descenso
de la función de filtrado (cualquiera de ellos es suficiente).
EPIDEMIOLOGIA
La ERC es un problema creciente a nivel mundial, con una prevalencia estimada que se aproxima al 10%.
La enfermedad renal crónica se ha convertido en un problema de salud tanto a nivel nacional como mundial.
La tasa de prevalencia en el Ecuador para el año 2022 es 1074 ppm e incidencia 206 ppm. El deterioro
progresivo de la función renal resulta en el uso de terapia de reemplazo renal (TRR) mientras se espera por el
trasplante renal. En Ecuador, el 95 % de estos pacientes no están registrados en la lista de espera para
trasplante. La sobrevida de los pacientes a 5 años en TRR es de 62%
Las ciudades más afectadas son Manabí, SD, El oro, Loja, Pichincha.
ETIOLOGÍA
• Nefropatía diabética, siendo esta la principal causa de inicio de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS)
• Nefropatía Hipertensiva Enfermedad vascular arteriosclerótica, nefroangioesclerosis, nefropatía
isquémica. Todos tienen en común la presencia de hipertensión arterial.
• Glomerulonefritis primaria o secundaria a enfermedad sistémica
• Nefropatías congénitas y hereditarias. Enfermedad renal poliquística, amiloidosis
• Infecciones urinarias de repetición
• Enfermedades sistémicas (lupus, vasculitis, mieloma…)
FACTORES DE RIESGO
FISIOPATOLOGIA
A pesar de la pérdida de nefronas, las nefronas asumen cambios adaptativos con el fin de mantener la TFG,
estos cambios incluyen:
Esta hipertensión glomerular induce un aumento en el tamaño de las nefronas (a través de la activación del
sistema renina-angiotensina (RAS) como mecanismo compensador para mantener la TFG total y para reducir
la presión intraglomerular. En consecuencia, los podocitos deben someterse a hipertrofia para mantener la
barrera de filtración a lo largo de la superficie de filtración ampliada. Sin embargo, La hipertrofia de los
podocitos es limitada, por lo que, más allá de cierto umbral, la disfunción de la barrera se manifiesta como
proteinuria leve al no dar abasto.
En etapas posteriores de la ERC, el aumento del estrés de los podocitos promueve su desprendimiento, pero
la proteinuria y potencialmente otros factores inhiben el reemplazo de los podocitos perdidos. Lo que provoca
el aumento de la formación de cicatrices, en forma de glomeruloesclerosis focal segmentaria,
glomeruloesclerosis global y consecuentemente atrofia de nefronas.
La hiperfiltración glomerular y la proteinuria implican una mayor carga de trabajo de reabsorción para los
túbulos proximales. En consecuencia, los restos de nefronas tienen que aumentar aún más su tamaño para
satisfacer las demandas de filtración, lo que acelera los mecanismos de progresión de la enfermedad renal
crónica (ERC) en un círculo vicioso.
La IRC viene finalmente definida por las consecuencias que se derivan de la pérdida progresiva de las
funciones propias del sistema renal:
se reduce la producción renal de eritropoyetina, que junto con otros factores (deficiencia de hierro, pérdida de
sangre latente o manifiesta, inhibición de la médula ósea por toxinas urémicas, disminución del período de
supervivencia de los eritrocitos, deficiencia de ácido fólico y vitamina B12) conducen a anemia.
Al progresar la enfermedad, los riñones pueden perder la capacidad de mantener una volemia correcta, la
composición electrolítica y del pH de la sangre.
Una liberación excesiva de las sustancias vasoconstrictoras por los riñones (angiotensina II, endotelina I), la
deficiencia de factores vasodilatadores (entre otros óxido nítrico, prostaglandinas), el aumento de la actividad
del sistema nervioso simpático, trastornos hormonales y metabólicos y una creciente rigidez de las paredes de
las grandes arterias conducen al desarrollo de hipertensión arterial, la cual aparece en >90 % de los enfermos
con deterioro significativo de la función excretora de los riñones (este porcentaje disminuye en un 50 %
después del comienzo de la hemodiálisis).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La sintomatología asociada a la insuficiencia renal, llamada uremia o síndrome urémico, comienza cuando el
filtrado glomerular es del 25-35% de lo normal. Aparece hiperpotasemia e hiperfosfatemia cuando el filtrado
glomerular se ha perdido en, al menos, un 70-75%. La hiponatremia sólo aparece si el filtrado glomerular es
menor del 10%.
DIAGNÓSTICO
La ERC en sus etapas tempranas debe detectarse activamente mediante un tamizaje poblacional, ya que
durante muchos años puede cursar sin signos ni síntomas. El control periódico mediante análisis de orina,
albuminuria, y concentración de creatinina sérica es imprescindible en personas con un mayor riesgo de ERC,
particularmente si tienen diabetes mellitus o hipertensión arterial. En la práctica clínica el mejor indicador de
la función renal es la TFG estimada y no la concentración de creatinina en el suero, la cual también depende
de la edad y de la masa muscular.
TAMIZAJE
Exploraciones complementarias
3. Pruebas de imagen. En la ecografía: los riñones en un importante porcentaje de casos están disminuidos de
tamaño (a menudo el eje longitudinal <10 cm). Existen excepciones (riñones agrandados a pesar de la IRC),
como es el caso de la nefropatía por amiloide, nefropatía diabética, riñones poliquísticos y nefropatía por VIH.
Los estudios con contraste iv. deben evitarse siempre que sea posible, considerando que el medio de contraste
tiene nefrotoxicidad, que es mayor en esta población.
TRATAMIENTO
La actuación depende del estadio de la enfermedad. En todos los casos debe incluir el tratamiento de la causa
de la ERC, medidas para inhibir la progresión de la ERC cuando está en estadios anteriores a la IRC,
prevención de las complicaciones asociadas a la IRC y el tratamiento de estas, tratamiento de las enfermedades
concomitantes, prevención de las enfermedades cardiovasculares y en casos avanzados (estadio por lo menos
G4), la preparación para terapia renal sustitutiva ya sea diálisis o trasplante.
Tratamiento Farmacológico
• Dieta de insuficiencia renal crónica: Consiste en una dieta de las siguientes características:
- Hiposódica.
- Restricción proteica moderada (máximo 0,6 g proteínas/kg/ día): para evitar acumulación de
productos catabólicos de las proteínas.
• Suplementos de calcio como el carbonato cálcico, cuando el calcio esté disminuido: es fundamental
para prevenir el hiperparatiroidismo evitar la hipocalcemia y la hiperfosforemia.
• Quelantes de fósforo, basados en el calcio (carbonato o acetato cálcico) o libres de él (sevelamero,
lantano)
• Calcitriol: debe administrarse cuando el calcio y el fósforo estén bajos. Está contraindicado si existe
hiperfosforemia, pues la vitamina D la agravaría.
• Mantener el equilibrio ácido-base mediante la administración de suplementos de bicarbonato sódico
oral.
• Administración de eritropoyetina humana recombinante junto a ferroterapia intravenosa u oral para
mantener unos niveles objetivos de Hb 11-12 g/dl y Hto 33-36%.
• Tratamiento HTA: Objetivo <140/90 mmHg. IECA/ARA II.
• Tratamiento de la dislipidemia: Estatinas
Se inicia en función de la situación clínica, pero en general cuando la TFG es de 15-20 ml/min/1,73 m2. En
cualquier caso en que sea factible, se debe considerar el trasplante de riñón, como método de elección, sin
diálisis previa.
METODOS
DIALISIS
La diálisis es un procedimiento que se utiliza para reemplazar parte de la función de los riñones. El paciente
que recibe diálisis debe combinarlo con otros medicamentos que suplan las funciones del riñón como la
eritropoyetina y la vitamina D.
Existen dos modalidades de diálisis (hemodiálisis y diálisis peritoneal) que el paciente deberá escoger
libremente, siempre y cuando no exista una contraindicación absoluta para una modalidad u otra.
HEMODIALISIS
Para realizar hemodiálisis se necesita un acceso vascular que permita la circulación de un gran flujo de sangre
hacia al dializador o filtro. Este acceso puede ser una fístula arteriovenosa, o también llamada FAVI, o
un catéter vascular. El paciente debe realizar hemodiálisis tres días a la semana en días alternos durante
sesiones de entre cuatro o cinco horas.
Contraindicaciones:
• Hipotensión
• Choque
• Sepsis
• Tendencia a hemorragia
• Pacientes con cáncer
DIALISIS PERITONEAL
Es la técnica más utilizada sobre todo la diálisis peritoneal continua ambulatoria (DPCA). El paciente
permanece en casa y varias veces al día (en promedio 4 veces) cambia el líquido de diálisis de la cavidad
peritoneal, solo, o con la ayuda de un asistente entrenado. Una complicación relativamente frecuente es la
peritonitis.
Para realizar la diálisis peritoneal se necesita un tubo estrecho y flexible (catéter peritoneal) que se coloca
dentro del abdomen mediante una operación con anestesia general.
A través del tubo, se introduce el líquido de diálisis (normalmente 2 litros) en la cavidad abdominal y se deja
que actúe durante unas horas para que las sustancias tóxicas y el agua pasen del peritoneo al líquido.
Posteriormente, se vacía y se vuelve a llenar con un líquido limpio. El ciclo se reinicia de manera sucesiva.
TRASPLANTE RENAL
Los pacientes con enfermedad renal crónica se incluyen en una lista de espera para trasplantes, periodo durante
el que tienen que decidir a qué tipo de diálisis se quieren someter: hemodiálisis o diálisis peritoneal.
Aproximadamente, 33 personas de cada 100 que se someten a diálisis se encuentran en lista de espera para un
trasplante. De esas 33 personas, alrededor de 15 recibirán el trasplante.
Tras el trasplante renal, el paciente debe seguir, de manera estricta y para toda la vida, un tratamiento
para evitar el rechazo del riñón (inmunosupresores)
PREVENCIÓN
El manejo de la ERC consiste en 7 puntos principales: tratar las causas específicas de la enfermedad renal,
identificar y resolver las causas reversibles de daño renal, tratar los factores de progresión, manejar y controla
los factores de riesgo cardiovascular, evitar los nefrotóxicos, tratar las complicaciones urémicas y preparar al
paciente para alguna técnica de sustitución renal (diálisis o trasplante) de requerirlo.
Independiente de la causa de base y los otros factores fisiopatológicos involucrados, el manejo preventivo de
la ERC ya instalada está enfocado en retardar o detener su tasa de progresión y prevenir los eventos
cardiovasculares.
No debe olvidarse impedir la exposición del paciente a nefrotóxicos, ajustar la dosis de los distintos fármacos
según la VFGe o según niveles plasmáticos si están disponibles.
Las medidas dietéticas recomendadas incluyen una reducción de la ingesta de sal a menos de 100mmol/día,
lo que facilita el control de la HTA. La restricción severa de proteínas no es recomendable por el riesgo de
desnutrición. La suplementación oral con bicarbonato de sodio reduce la tasa de progresión de la falla renal
crónica y mejora el estado nutricional de pacientes con VFG reducida (< 30ml/min) y acidosis crónica
Es importante destacar el cese del tabaco, debido al riesgo demostrado de progresión de ERC y mayor
mortalidad en esta población.
La obesidad se asocia al desarrollo de ERC, progresión del daño renal y mortalidad relacionada a ERC. Es
recomendable realizar ejercicio físico dinámico, de tipo moderado, por 30 a 60 minutos, 5 veces por semana.
PRONÓSTICO
Hay múltiples factores que condicionan la progresión y pronósticos de esta enfermedad y, al ser una entidad
con implicaciones multisistémicas, varios factores pueden precipitar el deterioro irreversible de la función
renal, provocando complicaciones y muerte prematura.
La progresión de la enfermedad renal crónica se predice en la mayoría de los casos a partir del grado de
proteinuria.