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2015
AÑO XI
octubre

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cuaderno
de apuntes
notariales

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Año XI - octubre de 2015

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Cuaderno de apuntes notariales

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cuaderno de apuntes notariales

Año XI - Nº 130 Asesoría Notarial Personalizada


octubre de 2015 Colegio de Escribanos
Provincia de Buenos Aires
ISSN 1851 - 0159
DNDA en trámite
Área de la Vicepresidencia 1°
Malvina Julia Zalabardo

Coordinación de los Cuadernos


Rubén Augusto Lamber

Miembros de la Asesoría
Notarial Personalizada
Adriana N. Abella
Cristina N. Armella
Jorge Raúl Causse
Eduardo Gabriel Clusellas
Gastón R. di Castelnuovo
Zulma A. Dodda
Julio Roberto Grebol
Néstor Daniel Lamber
Marcela Haydée Tranchini
Aldo Emilio Urbaneja

Fundación Editora Notarial


Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires
Av. 13 N° 770 - B1900TLG - La Plata, Buenos Aires, Argentina
Teléfonos: +(54 221) 412 1800 / +(54 11) 4126 1800
e-mail: fen@colescba.org.ar

Las opiniones vertidas en los dictámenes no representan necesariamente


la posición oficial del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires.

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sumario 130

INTROITO

MONEDA
Art. 765 CCyC. La renuncia del deudor de moneda extranjera 7

CONSULTAS

1) ADJUDICACIÓN POR DIVISIÓN DE CONDOMINIO


1.1.- Imposibilidad de adjudicar gratuitamente la totalidad de un inmueble a un condómino 13

2) ASENTIMIENTO
2.1.- Falta de asentimiento conyugal 14

3) AUTOMOTORES
3.1.- Firma a ruego en el formulario “08” 15

4) BIENES DEL MATRIMONIO


4.1.- Calificación. Efecto temporal de la ley 15

5) CESIÓN
5.1.- De acciones que no cotizan en bolsa. Procedimiento 16
5.2.- De herencia. Notificación sobre un bien determinado. Cesión partición 17

6) COMUNIDAD DE GANANCIALES
6.1.- Disposición de bienes gananciales en un proceso sucesorio 19

7) COPIAS
7.1.- Segundo testimonio de poder irrevocable 20

8) DIVORCIO
8.1.- La problemática de los bienes propios y la liquidación de los bienes del matrimonio disuelto 21

9) DONACIÓN
9.1.- Determinación del objeto a donar 21
9.2.- De dinero. El reconocimiento como bien propio por parte del cónyuge
y los efectos de la donación 22

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Cuaderno de apuntes notariales

10) FIDEICOMISO
10.1.- Supuesto contrato de fideicomiso 23

11) HIPOTECA
11.1.- Constitución mediante oferta del deudor 23

12) INDIVISIÓN POSTCOMUNITARIA


12.1.- Codisposición. Poder anterior a la reforma 24

13) JUICIO POR ESCRITURACIÓN


13.1.- Sucesión del comprador. Tracto abreviado. Sucesión del vendedor 25

14) PODER
14.1.- General de disposición. Su eficacia con la nueva legislación 26
14.2.- Para donar y aceptar donación 27

15) PROPIEDAD HORIZONTAL


15.1.- Errores en el reglamento otorgado por el fiduciario. Subsanación por el consorcio 27
15.2.- Modificación de reglamento. Otorgantes 28
15.3.- Rectificación de superficie conforme al art. 148, ap. 6, inc. a, del decreto ley Nº 9020/78 29

16) RESPONSABILIDAD NOTARIAL


16.1.- La cédula catastral y el reconocimiento presunto de una ocupación del bien transmitido 29

17) SUCESIÓN
17.1.- Bienes a declarar 30
17.2.- Situación del adquirente por boleto fallecido 32

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Introito

MONEDA
Art. 765 CCyC. La renuncia del deudor de moneda extranjera

CONSULTA
En la parte final del art. 765 del nuevo Código Civil y Comercial se establece que: “…el
deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal”. ¿Puede el deudor
renunciar expresamente a esta posibilidad y declarar que se ajusta a lo que dispone el art.
766?

RESPUESTA
Oportunamente tratamos el tema exponiendo el texto que reproducimos a continuación con
pequeños agregados respecto del original.

I.- Introducción
El eje en cuyo rededor van a girar nuestras acotaciones es el art. 765 CCyC. Esta norma
dispone: “La obligación es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda
determinada o determinable, al momento de la constitución de la obligación. Si por el
acto por el que se ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso
legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el
deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal”.
La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en el fallo que motiva estas
líneas, afirma: “El art. 765 del Código Civil y Comercial no resulta ser de orden público, y
por no resultar una norma imperativa no habría inconvenientes en que las partes en uso de
la autonomía de la voluntad (arts. 958 y 962 del código citado) pacten -como dice el art.
766 del mismo ordenamiento-, que el deudor debe entregar la cantidad correspondiente en
la especie designada”.
Las repercusiones de la decisión son ostensibles y los comentarios que ha suscitado,
examinándola dentro del contexto del Código Civil y Comercial, constituyen una prueba
elocuente. Entre ellos se deben destacar los valiosos conceptos vertidos por el Dr. Félix A.
TRIGO REPRESAS en oportunidad de ser distinguido con el “Doctorado Honoris Causa”
por la Universidad Notarial Argentina1. En su alocución, aludiendo al referido art. 765 y al

1 El acto de entrega de esta merecida distinción tuvo lugar el 5 de noviembre de 2015 en el Salón de Actos del
Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, entidad fundadora de la Universidad Notarial Argentina
en el año de su 51º aniversario, cuyas autoridades fueron protagonistas esenciales de la celebración, juntamente

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impactante fallo que mencionamos, puso de relieve la contrariedad que produce una norma
que remite a una clasificación de las obligaciones de dar cantidad de cosas que estaba
prevista en la derogada ley Nº 340, pero cuya existencia no aparece renovada en este Código
Civil y Comercial. Advertía además este egregio jurista la falta de armonía que se pone de
manifiesto ante lo que establece el artículo siguiente (el art. 766), ofreciendo un contexto
de tono bien diverso al de la norma que le antecede, y frente a disposiciones que están en
el mismo ordenamiento legal tales como los arts. 1525 y 1527 (concepto y onerosidad del
contrato de mutuo), 1390 (que define al depósito bancario), 772 (sobre la cuantificación del
valor en relación con tales obligaciones), entre otras normas no derogadas, en las que se
prevé un tratamiento diferente respecto de las deudas en moneda que no sea de curso legal
en el país.
Jorge H. ALTERINI e Ignacio E. ALTERINI, calificando la correspondencia que existe
entre el art. 712 del proyecto del año 1998 y la parte inicial del art. 765 CCyC, afirman que
“…tal sinonimia se propaga en diversos artículos del Código vigente” citando precisamente
las normas de las que se diera cuenta en el párrafo anterior concluyendo: “…que utilizan
inequívocamente como sinónimos los vocablos ‘dinero’ y ‘moneda’. Agregan, citando a
Cossari (y doctrina opuesta): ‘La moneda extranjera es simplemente moneda sin curso
legal, pero dada su condición monetaria es también dinero’”2.
Nuestro enfoque apunta a uno de los costados convencionales involucrado en la cuestión
decidida, insinuado por FUNES3, y planteado por CASIELLO4, entre otros5, desde distintos
vértices. Nos referimos a la renuncia del deudor de moneda extranjera al derecho que le
confiere el art. 765 CCyC, de liberarse dando su equivalente en moneda de curso legal.
Sobre la calidad de norma no imperativa atribuida al art. 765 por la decisión en comentario
de BOMCHIL6, anticipando su criterio en el sentido de que se trata de una norma supletoria,
concluye señalando que la renuncia del deudor a liberarse entregando moneda de curso
legal y la que asume de cancelar con la especie de moneda comprometida puede llegar a
constituirse en una obligación de cumplimiento imposible por las restricciones imperantes
en el mercado oficial de cambios.
En el meduloso casuismo con el que MARINO encara la cuestión de las obligaciones en
moneda extranjera7 y luego de hacer un minucioso desglose de los negocios posibles en esa
moneda, fuera de la órbita cambiaria, aprecia categóricamente que el empleo “...del verbo
transitivo ‘podrá’ no consagra un derecho irrenunciable para el deudor que puede abdicar

con las del aludido Colegio, y de la Directora del Área de Extensión Universitaria de la mencionada Universidad
Notarial, Dra. Elvira M. YORIO.
2 ALTERINI, Jorge Horacio y Alterini, Ignacio Ezequiel. “Pluralidad de regímenes para los derechos reales de
garantía de créditos determinados ‘cerrados’ e indeterminados ‘abiertos’”, La Ley, Suplemento diario del
05/10/2015.
3 FUNES, María Victoria. “Obligaciones en moneda extranjera en el nuevo Código”, La Ley, 2015-B-1066, alu-
diendo al carácter imperativo o supletorio del art. 765 CCyC, definición que considera relevante en orden a
determinar si lo que la norma establece: “(…) puede ser dejado de lado por los particulares”.
4 CASIELLO, Juan José. “La obligación de dar moneda sin curso legal en la República Argentina. El Régimen del
Código Civil y Comercial”, La Ley, CCyC, septiembre de 2015, pág. 12, con el siguiente título en el punto IX de
su aporte: “¿Es renunciable por el deudor la facultad u opción que se le confiere de pagar con el ‘equivalente’ en
moneda de curso legal?”.
5 COMPIANI, María Fabiana. “La regulación de las obligaciones en moneda extranjera en el Código Civil y Co-
mercial”, La Ley, CCyC, septiembre de 2015, pág. 3; Barreira Delfino, Eduardo. Fallo comentado en CCyC,
octubre de 2015, pág.182.
6 BOMCHIL, Máximo. “Las normas sobre obligaciones en moneda extranjera en el Código Civil y Comercial son
supletorias y no imperativas”, La Ley, 2015-D-1211.
7 MARINO, Abel E. “Obligaciones en moneda extranjera”, La Ley, diario del 17/09/2015.

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de dicha facultad tanto -in obligatione- al momento de contraer la obligación o en cualquier


momento posterior antes de la exigibilidad -como in solutione- al momento del pago”.
En el aspecto que nos interesa (la equivalencia) el segundo párrafo del texto de este artículo,
anterior a la modificación que le introdujo el poder ejecutivo, era el siguiente: “Si por el
acto por el que se ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda de curso legal en la
República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor
puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal, de conformidad con la
cotización oficial”.
Concluyendo esta breve reflexión sobre el contenido del art. 765 junto con el dato histórico
relativo al cambio que se le introduce, reproducimos este concepto de BARREIRA
DELFINO8: “El cambio introducido es altamente significativo (…) ya que la nueva
normativa vuelve al esquema anterior a la reforma introducida por la ley 23.928 en los
arts. 617 y 619 del derogado Código Civil. Este viraje demuestra la predisposición de la
dirigencia política de optar por la repetición en vez de la renovación”.
Parece indudable que, mientras la moneda extranjera siga sometida a su pertinaz búsqueda
por los particulares dada su significación económica -atesoramiento, mantenimiento del
poder adquisitivo del dinero de curso legal en el país, etc.-, continuaremos expuestos a las
medidas cambiarias que se adopten por el poder administrador.

II.- La renuncia de las leyes y de los derechos en particular


El código velezano contenía una disposición articulada desde la privación de efecto
alguno a la renuncia general de las leyes, bien que posibilitando la de los derechos que
ellas confieren bajo dos condiciones: “que sólo miren al interés individual y que no esté
prohibida su renuncia” (art. 19).
El proyecto de Código Civil de la República Argentina, unificado con el Código de Comercio
para el año 20009 (aludido como Proyecto del año 1998), en su art. 3° tiene un texto de
factura relativamente similar al que contiene el art. 13 en el CCyC. La diferencia radica
en que en aquel proyecto se admitía la renuncia “excepto que estén comprometidos el
orden público o la moral, o prohibida su renuncia”, mientras que en el vigente la excepción
concierne a “que el ordenamiento jurídico lo prohíba”. En cuanto a esta terminología, se
lee en los fundamentos: “Es admisible la renuncia a los efectos, pero, en cuanto a los
límites, se utiliza una expresión más amplia, comprensiva de todo el sistema”. Remitidos
al texto del art. 12 CCyC, imperatividad y orden público siguen siendo condicionantes
esenciales para que se admita la renuncia de “derechos que no estén conferidos en atención
al cumplimiento de un interés público, porque implicaría eximirse de él; es decir, en los que
sólo se compromete el interés particular”10.
Por lo anterior, la decisión que nos anima a esta nota adquiere la trascendencia que ya
destacamos y, para nosotros, habilita sin lugar a dudas a la renuncia que propiciamos. El
mantenimiento del juicio de valor que el fallo contiene se constituirá en una pieza clave
para que nuestra proposición se sostenga en el tiempo.
Para la rigurosa consideración legal de la renuncia que nos interesa se deben tener en

8 COMPIANI, María Fabiana. Ob. cit.


9 Elaborado por la Comisión Honoraria designada por decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 685/95.
10 LAMBER, Néstor D. En Código Civil y Comercial. Comentado. Anotado. Concordado, T. 1, Ed. FEN-Astrea, coordi-
nado por Clusellas Gabriel, Buenos Aires, 2015, pág. 53, citando a Lavalle Cobo en Código Civil y leyes complemen-
tarias. Comentado, anotado y concordado, T. 1, director Belluscio, coordinador Zannoni, editorial Astrea, pág. 99,
además señalaba: “Se mantiene la norma anterior, y no se podrán renunciar efectos de las normas imperativas o
de orden público como lo establece el Art. 12 de este Código en su primer párrafo”.

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cuenta las disposiciones contenidas en el Capítulo 5 (“Otros modos de extinción de las


obligaciones”), Sección 5º (“Renuncia y remisión”) del Título I (“Obligaciones en general”)
del Libro Tercero (“Derechos Personales”) del Código Civil y Comercial, arts. 944 al 949
inclusive.

III.- La renuncia como modo de extinguir una prerrogativa legal


El concepto legal de renuncia contenido en el art. 944 CCyC habilita al deudor de moneda
extranjera a desistir de la facultad que le otorga la segunda parte del art. 765 CCyC. Las
condiciones que la norma impone para que la renuncia sea eficaz consisten en: no estar
prohibida y que sólo afecte intereses privados.
Las precisiones que dejamos expuestas en párrafos anteriores, el contenido inequívoco de
la decisión judicial que se comenta en cuanto al calificativo de norma supletoria que le
asigna y su falta de imperatividad, juntamente con la doctrina concomitante, sumado a que
el texto del artículo no consigna prohibición alguna, nos exime de mayores comentarios11.
Juzgamos que el tiempo apropiado para que el deudor formalice la decisión de exteriorizar
su voluntad de renunciar debería ser el mismo en el que se obliga en moneda extranjera,
integrándola entre las estipulaciones del contrato que le sirven de causa fuente, esto es “in
obligatione” como lo señaló MARINO, que preferimos sin descartar que también pueda
verificarlo posteriormente antes de que la obligación sea exigible. En efecto, puede ocurrir
que les interese a las partes arbitrar posteriormente la renuncia que nos ocupa, según lo
exijan o lo aconsejen las oscilaciones que presente o pueda presentar el mercado cambiario.
La forma instrumental de la renuncia estará contenida en el mismo documento en el que se
formalizó el contrato que origina la obligación del deudor de moneda extranjera, con las
seguridades que las partes prefieran para garantizar la eficacia plena de lo convenido. Para
la instrumentación posterior a este tiempo se tendrá en cuenta lo dispuesto por el art. 284
CCyC sobre la libertad de las formas. En algunos casos el empleo de la escritura pública,
además de obligatorio, garantizará efectos ponderables a los que nos remiten las normas
regulatorias de los instrumentos y de las escrituras públicas.
Con lo anterior presentamos una visión posible sobre la cuestión instrumental, sin descuidar
lo que establece el art. 94912 que incluye en la parte final una excepción a lo que establece
el inc. c) del art. 101713 CCyC14.

11 Señala CASIELLO, Juan José. Ob. cit.: “De modo que la renuncia del deudor a hacer uso de la opción de pagar
con el equivalente, volvería las cosas a su quicio pagando con la especie de moneda debida. En otra postura, en
el camino se protege esa facultad que se le confiere al deudor de pagar con el equivalente se ha afirmado que no
puede ser renunciada por el beneficiario, -es decir no es ‘disponible’ por él- por resultar la renuncia atentatoria
contra el orden público económico. Nos parece una afirmación desacertada. Por lo pronto el Cód. Civ y Com.,
en su art. 12 dice que ‘las convenciones particulares (obviamente, también se comprenden las declaraciones de
voluntad individual) no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden público’.
Luego de glosar la valoración que Llambías hizo sobre la noción de orden público en el art. 21 del derogado
Código Civil y desde esa óptica, concluye que no hay trasgresión posible a ninguno de los principios superiores
del ordenamiento jurídico; se trata de la renuncia a una facultad que se le concedió al deudor”.
12 Normativa. Art. 949: “Forma. La renuncia no está sujeta a formas especiales aun cuando se refiera a derechos
que constan en un instrumento público”.
13 Normativa: Art. 1017: “Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública: (…) inc. c.) Todos los actos
que sean accesorios de otros contratos otorgados por escritura pública”.
14 LAMBER Rubén A. Ob. cit., T. 3, pág. 660, examinando el art. 949 como regla general concluye señalando (citan-
do antes lo que dispone el mencionado inc. c.) del art. 1017): “La libertad de forma torna inaplicable ese precepto,
en el supuesto de la renuncia o remisión, y puede celebrarse del modo que las partes consideren más adecuado,
sin temor a aquel precepto general. De la misma manera lo resolvía el art. 885 del Cód. Civil”.

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En este tópico y acerca de la cuestión probatoria el art. 94815 no sólo establece que la
renuncia no se presume sino que, además, califica de restrictiva la interpretación de los
actos que la induzcan. La eficacia probatoria que el art. 296 le confiere al instrumento
público conlleva que también se le asigne a las escrituras públicas, habida cuenta de la
identidad legal de su naturaleza jurídica (inc. a) art. 289 CCyC)16, de manera tal que resulta
atendible sugerir esta forma instrumental sumándola a los casos de los actos de renuncia
que refieran a inmuebles o “a contratos en los que, por acuerdo de partes o por disposición
normativa, deban ser otorgados en escritura pública” (art. 1017, incs. a) y d)17.
La autonomía de la voluntad que sostiene la decisión del deudor de renunciar (invocada en
el fallo que comentamos con cita de los arts. 958 y 962 CCyC) sumada a su manifestación
de ajustarse a lo dispuesto por el art. 76618, debe ser acompañada por la aceptación del
acreedor, conjugándose el acuerdo final con aquellas cláusulas que le permiten a los
particulares obtener legalmente la moneda extranjera comprometida apelando al diseño
de los mecanismos adecuados. Ubicar al deudor como “consumidor” (ver arts. 1092 y
sgts. CCyC; art. 37 de la ley Nº 24.240) traería como contrapartida que su renuncia “in
obligatione (…) a la facultad legal de liberarse de una obligación en moneda extranjera por
su equivalente en moneda de curso legal no sería tomada en cuenta en materia de contratos
de consumo”19.
La renuncia no es gratuita ni conlleva contraprestación alguna porque carece de otro
contenido y finalidad económica que la de asegurar el cumplimiento al que se obliga un
deudor con la moneda comprometida20. Un acuerdo celebrado en los términos que indicamos
torna difusa la intervención de un beneficiario actuando como tercero interesado tal como
se desprende de los términos que emplea el art. 946 CCyC21.
La aceptación por parte del acreedor que mencionamos en el párrafo anterior, lejos de
extinguir la obligación del deudor, robustece su vigencia y además consolida la posición
de aquél máxime si el deudor complementariamente se ajusta a lo dispuesto por el aludido
art. 766.
El deudor para renunciar debe tener la misma capacidad que se le requiere para obligarse
y, por la forma en que ella puede ser operativa sin solución de continuidad, la retractación
prevista en el art. 94722 resulta inoperante. Ello así salvo que el deudor le haya remitido a su
acreedor una propuesta de renuncia cuya aceptación por este último esté pendiente.

IV.- Conclusión
1.- El fallo comentado y la propuesta de renuncia examinada, en potencia puede actuar
como elemento dinamizador del mercado financiero y, colateralmente, del inmobiliario en

15 Normativa. Art. 948: “Prueba. La voluntad de renunciar no se presume y la interpretación de los actos que per-
miten inducirla es restrictiva”.
16 ARMELLA, Cristina N. En Código Civil y Comercial. Comentado. Anotado. Concordado, T.1, Ed. FEN-Astrea, coordi-
nado por Clusellas Gabriel, Buenos Aires, 2015, pág. 763.
17 LAMBER, Rubén A. Ob. cit., T. 3, pág. 661.
18 Normativa. Art. 766: “El deudor debe entregar la cantidad correspondiente de la especie designada”.
19 MARINO, Abel E. Ob. cit.
20 Normativa. Art. 945: “Renuncia onerosa y gratuita. Si la renuncia se hace por un precio o a cambio de una ven-
taja cualquiera, es regida por los principios de los contratos onerosos. La renuncia gratuita de un derecho sólo
puede ser hecha por quien tiene capacidad de donar”.
21 Normativa. Art. 946: “Aceptación. La aceptación de la renuncia por el beneficiario causa la extinción del dere-
cho”.
22 Normativa. Art. 947: “Retractación. La renuncia puede ser retractada mientras no haya sido aceptada, quedando
a salvo los derechos adquiridos por terceros”.

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Cuaderno de apuntes notariales

cualquiera de sus variantes.


2.- El deudor de moneda extranjera puede renunciar a la facultad legal que le confiere
el art. 765 CCyC de liberarse entregando el equivalente en moneda de curso legal. Ese
deudor también está habilitado para volver al régimen establecido en la parte final del
citado artículo. En todos los casos debe mediar la aceptación del acreedor.
3.- Por su valor probatorio se presenta como recomendable adoptar la forma instrumental
de la escritura pública.
4.- La calificación del deudor de moneda extranjera como “consumidor” obstaría su
renuncia con arreglo a lo dispuesto por el CCyC sobre los contratos de consumo y por la
ley Nº 24.240.
5.- La renuncia propuesta es aplicable en los contratos de locación, naturalmente mediando
el pertinente acuerdo de las partes bajo los argumentos expuestos. Por esta perspectiva
consideramos opinable el criterio planteado por SOLIGO SCHULER en sus cometarios al
art. 1187 que lucen en Código Civil y Comercial. Comentado. Anotado. Concordado, T. 4,
ed. FEN-Astrea, coordinado por Clusellas Gabriel, Buenos Aires, 2015, págs. 330 y 331,
parágrafo 2.
Jorge Raúl CAUSSE

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Consultas

1) ADJUDICACIÓN POR DIVISIÓN DE CONDOMINIO


1.1.- Imposibilidad de adjudicar gratuitamente la totalidad de un inmueble a un con-
dómino
CONSULTA
El motivo de la presente consulta es para saber si es posible otorgar válidamente una
escritura de adjudicación por división de condominio entre cinco condóminos sobre un
único inmueble, en la que uno solo de ellos se desea adjudicar el cien por ciento de la
titularidad registral.
La causa genuina de la adjudicación en tales condiciones estriba en un acuerdo transaccional
entre las partes a los fines de evitar una controversia judicial.
Independientemente de lo dicho en el punto anterior, no sería posible efectuar la transmisión
a través de una donación atento a que los donantes tienen herederos forzosos. A su vez,
tampoco podría transmitirse por compraventa ya que no habría posibilidad de justificar los
egresos de dicha operación.
En caso de ser posible y válida la adjudicación en los términos planteados, ¿nos recomiendan
ustedes algún resguardo en especial a incluir en la escritura?
Cabe destacar que todos los condóminos son mayores de edad, hábiles y capaces y no existe
compensación económica alguna entre las partes otorgantes.
RESPUESTA
1.- La transacción
El nuevo código la define en el art. 1641, así: “Concepto. La transacción es un contrato por
el cual las partes, para evitar un litigio, o ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas,
extinguen obligaciones dudosas o litigiosas”. Mejora la redacción del art. 832 del Código
Civil que la definía como “un acto jurídico bilateral, por el cual las partes, haciéndose
concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas”.
En el código velezano se encontraba regulada como un modo de extinción de las
obligaciones. No obstante, numerosos códigos, siguiendo la directiva del Código Civil
francés, la definieron como un contrato. La mayoría de la doctrina actual opina que es un
contrato, siendo esta la tesis receptada por el proyecto de Código Civil de 1998, fuente del
nuevo código en este aspecto (conf. LORENZETTI, Ricardo L. Tratado de los contratos,
T. III, Ed. Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2000, pág. 792).
Sus recaudos son:
A.- Incertidumbre: la materia de la transacción son los derechos litigiosos o dudosos.
B.- Concesiones recíprocas de las partes: se trata de actos jurídicos unilaterales de renuncia
y reconocimiento de derechos. La reciprocidad importa que las concesiones se hagan en la
medida en que la otra parte también las hace.

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Cuaderno de apuntes notariales

Como sostiene el autor citado “no es necesario que exista igualdad, pues los motivos que
pueden conducir a transar son de índole muy variada e incluso pueden estar relacionados
con otros negocios o con situaciones personales”.
C.- Finalidad extintiva: es la finalidad económico-social del contrato.
D.- Forma: de conformidad al art. 1643: “La transacción debe hacerse por escrito. Si recae
sobre derechos litigiosos sólo es eficaz a partir de la presentación del instrumento firmado
por los interesados ante el juez en que tramita la causa. Mientras el instrumento no sea
presentado, las partes pueden desistir de ella”. Claro que si la transacción versa sobre
inmuebles, como es su caso, debe ser hecha en escritura pública: art. 1017, inc. b).
A la transacción puede arribarse en dos ámbitos:
- Judicial: cuando tiene lugar en juicio y se refiere a obligaciones litigiosas.
- Extrajudicial: cuando se refiere a derechos dudosos y se realiza sin intervención de los
tribunales, que es su caso.
La diferencia no es de esencia pues en ambos casos es un contrato, sólo que, en el primer
caso, el efecto de la cosa juzgada permite utilizar el procedimiento de ejecución de sentencia,
mientras que en el segundo debe promoverse juicio de conocimiento.

2.- La división de condominio para evitar un juicio


No hay inconveniente, en principio, para que se utilice a la división de condominio para
evitar un litigio, pero pretender adjudicar a uno solo de los condóminos el inmueble sin
contraprestación alguna, con ser posible desde el ángulo de los derechos reales (el art.
1998, dice: “Adquisición por un condómino. Sin perjuicio de lo dispuesto en las reglas
para la división de la herencia, también se considera partición el supuesto en que uno de los
condóminos deviene propietario de toda la cosa”), no se condice con la exigencia de que las
partes de una transacción se “hagan concesiones recíprocas”; es decir, de lo que Ud. expone
sólo se advierte que una de las partes hace una concesión a cambio de nada.
Por otra parte, tenga presente que el art. 1543 dice: “Aplicación subsidiaria. Las normas
de este Capítulo (se refiere a la donación), se aplican subsidiariamente a los demás actos
jurídicos a título gratuito” (el agregado nos pertenece).
Marcela Haydée TRANCHINI

2) ASENTIMIENTO
2.1.- Falta de asentimiento conyugal
CONSULTA
Me requirieron para autorizar una compraventa por tracto abreviado. Cuando realicé el
estudio de títulos, me encontré con que en el antecedente (del año 1960) dispuso que el
titular registral había adquirido el bien por compra siendo de estado civil casado. La cónyuge
no prestó el asentimiento previsto por el entonces art. 1277 del Código Civil velezano, y
el notario nada dijo al respecto. Entiendo que, dado el tiempo transcurrido, han prescripto
todas las acciones.
RESPUESTA
Coincidimos con su apreciación. El tiempo transcurrido desde el otorgamiento del acto
en el que se prescindió de contar con el asentimiento conyugal determinó que el eventual
derecho de quien podía accionar, visto que no lo había prestado, prescribiera al transcurrir

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los 10 años previstos en el art. 4023 de código velezano, episodio que pudo principiar a
acontecer a partir del año 1970.
Jorge Raúl CAUSSE

3) AUTOMOTORES
3.1.- Firma a ruego en el formulario “08”
CONSULTA
Me dirijo a Ud. a fin de consultarl cómo debo proceder para certificar la firma de un cliente
que padece mal de Parkinson en un formulario “08” por la venta de un vehículo. El señor
solamente puede estampar su impresión dígito pulgar. ¿Se debe hacer con firma a ruego?
¿Es correcto?
RESPUESTA
Con fecha anterior a la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial las normas
del registro automotor ya autorizaban la firma a ruego, dejando constar el motivo de la
imposibilidad y la impresión digital. En efecto, el art. 8º del digesto de normas registrales
del registro automotor, Título 1, Capítulo 1, Sección 1º, establece: “Las Solicitudes Tipo
deberán ser firmadas por el o los peticionarios, no obstante lo cual podrá ser admitida en
ellas la firma a ruego, en los casos de las personas que no saben o no pueden firmar, siempre
que el certificante:
a) haga constar el motivo de la imposibilidad;
b) acredite debidamente la identidad de la o de las partes;
c) proceda a explicar debidamente al peticionario el contenido del trámite antes de que se
estampe la firma a ruego, de lo cual también dejará constancia;
d) tome además la impresión digital del peticionario, haciendo constar que fue puesta en su
presencia y en el mismo acto” (http://www.dnrpa.gov.ar/digesto/digesto.htm, actualización
del 04/03/2015).
Además tenga presente lo dispuesto por el art. 313 del Código Civil y Comercial que, más
allá de mi opinión sobre sus alcances negativos, establece que si alguno de los firmantes de
un instrumento privado no sabe o no puede firmar puede dejarse constancia de la impresión
digital y, como otra alternativa en pie de igualdad, con la presencia de dos testigos que
suscriban el acta.
En suma, actualmente y ya con sustento en el nuevo código, podrá certificar la impresión
digital declarando el requirente el motivo por el cual no puede firmar; además, en el caso
particular del formulario “08”, se exige la firma a ruego.
Marcela Haydée TRANCHINI

4) BIENES DEL MATRIMONIO


4.1.- Calificación. Efecto temporal de la ley
CONSULTA
Antecedente: El Sr. Néstor adquiere el cien por ciento del dominio de un inmueble sito en
la provincia de Buenos Aires, según las siguientes constancias: a) adquirió la sexta parte
indivisa como heredero en la sucesión de su padre, cuyo testimonio de la declaratoria de
herederos se encuentra inscripto en el año 1985; b) las cinco sextas partes restantes las

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Cuaderno de apuntes notariales

adquirió por compra que realizó siendo de estado civil casado con Susana, a sus hermanos
y madre, según escritura de fecha 9/12/1991 que se encuentra debidamente inscripta en el
registro de la propiedad.
Situación: Susana y Néstor tuvieron sólo dos hijos. Susana falleció en enero de 1993 (nunca
iniciaron sucesión).
Néstor falleció en marzo de 2011, se dictó declaratoria de herederos a favor de sus dos hijas
y se ordenó la inscripción del bien en cuestión para que la suscripta otorgue la escritura de
venta por tracto abreviado.
Consulta: 1) ¿Cómo debo calificar dicho bien: como propio según el nuevo código art. 464,
inc. k) o como ganancial? Para tal caso, ¿debo tener a la vista el expediente sucesorio de
Susana?
En caso de que sea bien propio, ¿cómo califica el registro?
RESPUESTA
El fallecimiento de Susana en el año 1993 provocó la disolución del matrimonio y el cese
del régimen de comunidad de bienes gananciales, que pasaron a integrar la indivisión
postcomunitaria.
La calificación de los bienes del matrimonio se realiza a partir de ese momento y con la
ley vigente en 1993, que de acuerdo a la doctrina de nuestro supremo tribunal de justicia
provincial, se estaba ante bienes mixtos. Así se debe calificar por haberse consumado la
situación jurídica previamente a la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial.
No se trata de una consecuencia pendiente de la situación jurídica, sino que ella ya está
consolidada (se produjo el consumo jurídico).
Por lo demás, a la misma conclusión se arribará si se aplica el criterio de la disposición
Nº 45/2015 del Registro de la Propiedad Inmueble provincial, en el que sigue calificando
como mixtos a los bienes del matrimonio cuando una adquisición operó durante la vigencia
del código derogado con la citada interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires.
En conclusión, el bien se debe calificar como mixto y se debe liquidar y partir la comunidad
de gananciales indivisos.
Los herederos investidos (art. 2337 CCyC) de Susana y Néstor podrán celebrar tal partición.
Néstor Daniel LAMBER

5) CESIÓN
5.1.- De acciones que no cotizan en bolsa. Procedimiento
CONSULTA
Un cliente desea vender acciones de su propiedad -de una sociedad anónima que no cotiza
en bolsa-, para lo cual entiendo a mi humilde saber y entender que debo realizarla de la
siguiente manera:
1.- Ver el libro de asistencia a asambleas para saber la cantidad de acciones que posee.
2.- Ver el libro de registro de acciones para ver si sus acciones estan registradas en la
sociedad.
3.- Enviar a la sede legal de la sociedad la propuesta de venta de las acciones y, luego de un
plazo de unos 30 días, se estaría en condiciones de realizar la venta.

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130

4.- Sea por instrumento privado con firmas certificadas o por escritura pública, realizar el
contrato de venta de acciones, a lo cual pregunto: ¿Qué impuesto se debe abonar por dicha
venta? ¿Hay algún impuesto a la venta de acciones?
5.- Hecha la venta, enviar a la sociedad copia de la documentación que acredite la venta
para que hagan las anotaciones correspondientes en el libro de registro de acciones.
6.- Consulta: ¿Se debe anoticiar a la Inspección General de Justicia?
De no ser así el procedimiento, le ruego que me asesore y me indique cómo debe realizarse.
RESPUESTA
Tratándose de una cesión de acciones de una sociedad, la cual puede celebrarse por
instrumento privado, queda sujeto a las partes el contralor de libros, la legitimidad de los
títulos o de los estados contables para tener certeza del verdadero valor patrimonial de las
acciones cedidas y del estado de la sociedad.
El escribano, si interviene certificando firmas, se limitará a la identificación de las partes,
a la verificación de la expresión en el instrumento de los elementos mínimos para que
se pueda individualizar como un contrato oneroso de cesión de acciones, precisando
la cantidad e identificación de las acciones (sociedad a la que corresponde, precio), sin
olvidar que el nuevo Código Civil y Comercial exige, si se trata de bienes gananciales, el
asentimiento del otro cónyuge para enajenar o gravar acciones nominativas no endosables
y las no cartulares, con excepción de las autorizadas para la oferta pública (art. 470, inc. b);
como así también asesorará para que se notifique la sociedad para su inscripción en el libro
de registro de acciones de la sociedad (art. 215, ley 19.550, ahora denominada ley general
de sociedades), a fin de hacer valer los derechos del cesionario frente a terceros y frente a
la sociedad.
Por cierto, también se puede otorgar la cesión por escritura pública e incluso el escribano
hacerse cargo de notificar al deudor cedido, es decir, a la sociedad.
De acuerdo a la resolución Nº 7/2015 de la Inspección General de Justicia corresponde
la inscripción de: “La transmisión por cualquier título de cuotas de sociedades de
responsabilidad limitada y partes de interés de sociedades colectivas, en comanditas
simples, de capital e industria y en comanditas por acciones”, si se trata de sociedades
comerciales domiciliadas o con sucursal en la Capital Federal (art. 35, inc. c).
En cuanto a los aspectos impositivos, debe dirigirse a la asesoría correspondiente.
Marcela Haydée TRANCHINI

5.2.- De herencia. Notificación sobre un bien determinado. Cesión partición


CONSULTA
Mi consulta es la siguiente: tengo que firmar una cesión de derechos hereditarios sobre
bien determinado. La sucesión cuenta con declaratoria, la cual fue dictada a favor de una
hija y varios nietos de la causante (estos en representación de su padre prefallecido). Los
cesionarios serían la hija de la causante y un nieto. A continuación debía firmar otra cesión
donde dicha hija cedía a sus hijos sus derechos y los recibidos por la escritura anterior. Allí
se había previsto que los cesionarios anteriores se notificarían de la cesión con relación
a ese inmueble, pero debo suspender la segunda cesión para el próximo mes. Pregunto:
En caso de no poder concurrir los cedentes originales (primera cesión), ¿deberían otorgar
poder para que alguien se notifique de la misma, para que consientan la cesión sobre ese
inmueble con el fin de que luego sea adjudicado a esos cesionarios? ¿Podrían otorgar el

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Cuaderno de apuntes notariales

poder en la misma cesión y a favor de la cesionaria que es la que va a ceder el próximo mes?
Otra alternativa: al acompañar copia de la cesión en el expediente sucesorio y luego copia
de la segunda cuando se otorgue, ¿sería igualmente necesario que conste la notificación en
este último instrumento de estos coherederos?
RESPUESTA
De la consulta se desprende que se pretende otorgar un acto de “cesión de derechos
hereditarios sobre un bien determinado” de los coherederos a favor de otros dos coherederos:
1) la hija y 2) un nieto.
A su vez, la hija otorgaría otro acto de cesión de derechos que le corresponden por esa
cesión y seguramente los que tenga como heredera de acuerdo a su vocación legal.
Se debe colegir que también comparecerían los cedentes de esa primera cesión a esta nueva
cesión (no se aclara si son los mismos u otros que los actuales cedentes).
La consulta se suscita al no poder otorgar el segundo acto y no poder comparecer éstos
anteriores cedentes al segundo acto en el futuro.
La respuesta deviene de la interpretación de la denominada cesión de derechos hereditarios
sobre bien determinado, sobre el cual el art. 2309 CCyC determina que no se rige por las
normas de la cesión de herencia, sino del contrato más parecido: venta, permuta, donación,
etc., pudiendo ser incluso un negocio mixto o con fines partitivos.
1.- Si la primera cesión de herencia referida en la consulta fuese una cesión del todo o de
una parte de la porción alícuota de los cedentes, se hubiera transmitió el derecho patrimonial
del sucesorio en tal parte alícuota en ese momento; es decir, tuvo el efecto traslativo de los
derechos hereditarios a la cesionaria en ese momento (arts. 2304 y conc., 2305, 2307, 2302
CCyC). Tales derechos patrimoniales (de bienes y deudas en forma indeterminada) ya no
integran el patrimonio de los cedentes y sí el de la cesionaria.
En este caso, al no tener la cesión de herencia necesidad de notificación a persona alguna
(a diferencia de la cesión de derechos o créditos), no tienen que venir a notificarse los
cedentes del nuevo acto traslativo (ya sea una cesión parcial de herencia, con la obligación
de adjudicar bienes en particular o determinados).
La presencia de los primeros cedentes sólo se entendería si ellos hubieren conservado
o tuvieren por un título posterior a la cesión derechos patrimoniales susceptibles de ser
partidos y adjudicados. En tal caso, su comparecencia sería para prestar consentimiento
para una futura partición con acuerdo de adjudicar el inmueble determinado en la hijuela
de los nuevos cesionarios, asegurando su derecho en los términos de la parte final del art.
2309 CCyC.
2.- En cambio, si la primer cesión no fue sobre la universalidad del derecho del heredero o
cedente, o sobre una parte del mismo y por el contrario se trató de una cesión de herencia
sobre bien determinado, ese contrato no produjo el efecto traslativo de los derechos
hereditarios como universalidad o parte alícuota típico de la cesión de herencia, ni tampoco
tuvo efecto traslativo del inmueble determinado por no haber cumplido las partes el modo
de transmisión por el heredero investido para disponer bienes registrables o su cesionario.
En este caso la cesionaria es titular de un derecho personal -a que se le transmita el
dominio- que de acuerdo al art. 2309 CCyC citado se regirá por la norma del contrato que
corresponda, donde la notificación de tal cesión de derechos personales tendrá el efecto de
hacerla oponible a los obligados a transmitir a ese momento (art. 1620 CCyC); ergo, no
siendo indispensable su notificación al momento de la cesión, esta será válida entre partes.

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No puede interpretarse que se trata de la transmisión de la posición contractual regulada


en el art. 1636 CCyC y, por ende, no se requiere consentimiento de las demás partes (al
momento del contrato de cesión de posición contractual o antes).
De querer tener por efectivizada la notificación, el poder de representación voluntaria es el
negocio adecuado para ello y así podrá otorgarse.
3.- Pero diferente es si lo que se pretende en realidad es que los demás coherederos y
cesionarios (es decir, todos aquellos con interés en el resultado de la partición y legitimados
para su otorgamiento) aseguren la adjudicación a los nuevos cesionarios con los efectos del
arts. 2309 in fine y 2403, segundo párrafo, CCyC. Se debería entonces recurrir a la cesión-
partición de herencia, donde expresamente el contrato prevé dos momentos diferenciados:
a) una primera etapa en que se rige por las normas de la cesión parcial de herencia, por la
cual se determina la parte alícuota cedida por una fracción o porcentaje numérico en forma
clara y expresa, o por la previsión de su determinación por la parte alícuota de parte de la
cedente que resulta de la operación aritmética del porcentual de valor del inmueble con
relación al del total del acervo, donde las partes netamente son: cedente, hija; y cesionarios,
sus hijos.
b) una segunda etapa que resulta del mismo documento, en que todos los legitimados a partir
(herederos y cesionarios de herencia) acuerdan el modo de adjudicarlo para el momento de
la partición que determinen.
Esto nos diferencia de la cesión de bien determinado, ya que se transmite una porción o
parte de la parte alícuota de titularidad de la cedente, con el consecuente efecto traslativo de
tales derechos hereditarios, asegurando los eventuales herederos y cesionarios este acuerdo
de adjudicación.
En esta posición tendría sentido el consentimiento de todos los cedentes ya para ratificar
el carácter de cesión-partición de la primera si se realizó como simple cesión sobre bien
determinado, y de la segunda cesión.
Estos actos también podrán ser otorgados por poder en ejercicio de una representación
voluntaria.
4.- Si se trata de cesión total o parcial de derechos hereditarios (donde comprendemos
esta primera etapa de la cesión partición), la agregación de la escritura al expediente
sucesorio hará oponible la misma a los demás herederos (debiendo comprender también a
sus cesionarios -doctrina del art. 2304 CCyC-) de conformidad al art. 2302, inc. b), CCyC,
no requiriendo notificación alguna.
Néstor Daniel LAMBER

6) COMUNIDAD DE GANANCIALES
6.1.- Disposición de bienes gananciales en un proceso sucesorio
CONSULTA
El cliente se presenta con un abogado a solicitarme la venta de la mitad indivisa de un
inmueble que fue adquirido por una señora como titular de dominio siendo de estado civil
casada. Posteriormente su marido falleció.
¿Está en condiciones de poder vender la mitad indivisa del inmueble? ¿Cómo subsanaría
el asentimiento conyugal? El abogado me manifiesta que subsanaría el asentimiento
conyugal con una manifestación de la vendedora de que la propiedad no fue el asiento del
hogar conyugal y acompañando en la escritura solamente la declaratoria de herederos, sin

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Cuaderno de apuntes notariales

necesidad de inscribir la sucesión de la cual resultan herederos del cincuenta por ciento sus
dos hijos.
RESPUESTA
El art. 475, inc. a), CCyC prevé como causal de extinción de la comunidad de gananciales
la muerte comprobada de uno de los cónyuges.
A la vez, el art. 481 CCyC distingue un diferente tratamiento normativo a la indivisión
postcomuntaria de bienes gananciales según se concurra o no con la indivisión hereditaria.
En caso de extinguirse la comunidad de gananciales por muerte comprobada o presunta de
uno de los cónyuges, la indivisión se rige por las normas de la indivisión hereditaria (art.
481, primer párrafo, CCyC), es decir, por los arts. 2323 y sgts. CCyC. En cambio, en los
restantes casos, se rige por las normas de la indivisión postcomunitaria de los arts. 482 y
sgts. CCyC.
En el caso en consulta no cabe duda de la causal de extinción de la comunidad de gananciales
y la aplicación normativa de las normas de la indivisión hereditaria, en particular el art.
2325 CCyC que exige que los actos de disposición sean otorgados por todos los comuneros
(cónyuge supérstite e hijos) y que no existe condominio, sino que la indivisión subiste hasta
la partición (art. 2363 CCyC) o acto asimilable al partitivo (art. 2403, segundo párrafo,
CCyC).
Por ello, en el caso consultado, no se debe subsanar el asentimiento, sino que debe otorgarse
la transferencia por tracto abreviado, o la partición para constituir el condómino pretendido
y luego disponer de su parte indivisa.
La solución no varía y es la misma que con el anterior Código Civil.
Si lo que se pretende es acreditar que no era un bien ganancial sino propio y excluirlo del
sucesorio del marido fallecido, ello sólo podrá hacerse en forma previa y por vía judicial.
Néstor Daniel LAMBER

7) COPIAS
7.1.- Segundo testimonio de poder irrevocable
CONSULTA
Caso: solicitud de segundo testimonio de poder especial irrevocable “en comisión” vigente,
otorgado hace siete años, del cual se extravió su original:
a.- Se expidió primer testimonio para la poderdante. ¿Quién lo puede solicitar ahora?
b.- ¿Es suficiente para legitimar el pedido con una nota simple de extravío de su original o
requiere alguna forma de exposición o denuncia?
c.- ¿Sería recomendable pedir informe de dominio como buena práctica, a pesar de que la
naturaleza del acto no lo exija?
d.- El art. del nuevo CCyC que se refiere a los quince días para designar comitente, ¿tendría
algún efecto sobre el pedido actual?
RESPUESTA
a.- En caso de ser un poder irrevocable fundado en un negocio causal traslativo como se
indica, tanto poderdante como apoderado pueden solicitar testimonio. En el caso, que se
extravió el del poderdante, hay dos opciones: 1) el poderdante puede pedir un segundo
testimonio invocando el extravío; o 2) el apoderado puede solicitar primer testimonio para
él mismo (véase 39 JNB, conclusiones: tema IV).

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b.- Para solicitar el segundo testimonio basta con invocar bajo declaración jurada el extravío
en la misma solicitud.
c.- No es necesario pedir el informe de dominio (salvo duda del ejercicio previo de tal
representación). La certificación se solicitará al momento del acto encomendado.
d.- El art. 1029 CCyC referido al contrato con persona a designar (en comisión), en cuanto
al plazo previsto es una norma de carácter supletorio y por ende se aplican a las compras
en comisión previas al 1/8/2015 las normas vigentes al momento de su celebración (art. 7º,
tercer párrafo, CCyC), es decir, no se aplica la nueva norma en el particular.
Nestor Daniel LAMBER

8) DIVORCIO
8.1.- La problemática de los bienes propios y la liquidación de los bienes del matri-
monio disuelto
CONSULTA
Sentencia de divorcio: los cónyuges de común acuerdo resolvieron adjudicar el bien que
fue el asiento del hogar conyugal a la cónyuge a quien se le otorgó la tenencia de los hijos.
Pregunta: ¿Es necesario homologar judicialmente el acuerdo o bien simplemente otorgar una
escritura de partición donde las partes expresan la adjudicación de la mitad del exmarido a
la exesposa? El bien fue adquirido por partes iguales en condominio siendo ambos solteros.
RESPUESTA
Previa advertencia acerca de que los dictámenes de esta asesoría no tienen efectos vinculantes
y que tratan de colaborar con el escribano en su decisión sobre la calificación del acto o el
tratamiento más adecuado, reflejando solamente la opinión del asesor.
Creo que hay un problema con su consulta. De acuerdo a la misma el bien fue adquirido
en condominio entre ambos, cuando eran de estado civil solteros. En consecuencia, siendo
un bien propio de ellos, no forma parte de la masa postcomunitaria formada por los bienes
gananciales que integran la sociedad conyugal. Mal puede adjudicarse en consecuencia el
cincuenta por ciento a la mujer. Se podría hacer una transferencia de dominio de uno a otro
a título oneroso o bien gratuito, pero no como partición. Una excepción a esto sería que
la mujer tuviera derecho a recompensas y que por equivalencia el marido le dé en pago su
cincuenta por ciento propio del bien señalado.
Ahora bien, conforme al art. 443 CCyC, uno de ellos puede solicitar la atribución de la
vivienda familiar siendo el bien propio o ganancial. Pero en este supuesto especialísimo
siempre será por un tiempo determinado y será el juez quien deberá evaluar las condiciones
que se citan en dicho artículo, la posibilidad de una renta compensatoria (art. 444 CCyC) y
si se extingue conforme las pautas establecidas en el art. 445 CCyC.
Julio Roberto GREBOL

9) DONACIÓN
9.1.- Determinación del objeto a donar
CONSULTA
Debo realizar una donación de madre a hijo en la cual el inmueble objeto de donación se
encuentra afectado mediante plano de propiedad horizontal al régimen de la ley 13.512 y aún
no se ha otorgado el reglamento de copropiedad. ¿Es viable la donación de la parcela general

21
Cuaderno de apuntes notariales

sin el otorgamiento del reglamento, el cual quedaría en cabeza del futuro donatario, o debe
inevitablemente la donante otorgar el mismo para luego donar las unidades funcionales?
RESPUESTA
La primera cuestión a resolver concierne en establecer la voluntad de la donante en cuanto
al objeto que pretende donar. Ello así porque, con arreglo a lo que establece el art. 13 de
la disposición técnico registral Nº 14/2010 en el sentido que aun habiéndose producido la
comunicación del plano de propiedad horizontal, no constituye un obstáculo para que se
lleven a cabo actos de disposición o gravamen por el régimen general y que los mismos
alcancen inscripción registral definitiva.
Si, por el contrario, es su voluntad donarle a su hijo unidades funcionales, el otorgamiento
del reglamento de propiedad horizontal constituirá para ella un trámite inexorable (art.
2038 CCyC).
Jorge Raúl CAUSSE

9.2.- De dinero. El reconocimiento como bien propio por parte del cónyuge y los efec-
tos de la donación
CONSULTA
El señor XX (padre) quiere comprar una casa para su hija con dinero dado por él.
Se va a realizar por escritura de donación de dinero simultánea (anterior) a la compra. En la
escritura de compra, ¿es conveniente poner que el origen de los fondos es una donación de
dinero efectuada por el señor XX (como la hija es casada), establecer en la escritura que el
origen del bien es de carácter propio y que firme el marido ratificando esto?
¿Esto se equipararía a una donación de padre a hija no aceptada por el nuevo código Civil
y Comercial?
RESPUESTA
1.- Régimen de ganancialidad. Carácter propio del bien: vea que en el art. 464 del Código
Civil y Comercial de la Nación se establece, al igual que en el código velezano (arts. 1263
y conc., 1266 y conc.), que son bienes propios de cada cónyuge los adquiridos por herencia,
legado o donación (inc. f) y, además, los adquiridos mediante la inversión de dinero propio
(inc. c). Aplicándolo a su caso, el dinero habido por donación de su padre es propio como
lo es la adquisición del inmueble con ese dinero.
2.- Presunción de ganancialidad. Prueba del carácter de propio de bienes registrables frente
a terceros: ahora bien, para excluir la presunción general de ganancialidad que rige en el
régimen del mismo nombre, se mantiene la necesidad acreditar el carácter propio del bien
registrable adquirido por inversión o reinversión de bienes propios y el consentimiento del
otro cónyuge a tenor de lo dispuesto en el art. 466, que concuerda parcialmente con los arts.
1271, 1246 y 1247 del derogado Código Civil.
El art. 466 regula la forma de determinar el carácter propio de un bien que adquiere quien
se encuentra casado bajo el régimen de comunidad, con recaudos similares a los impuestos
por el art. 1246, aunque con el agregado de la conformidad expresa del otro cónyuge.
Así, para que sea oponible a terceros el carácter propio del bien registrable (inmuebles,
automotores, aeronaves, acciones nominativas, etc.), se exige que:
a.- Se haga constar en el acto de adquisición.
b.- Se determine el origen del bien invertido o reinvertido.
c.- Exista la conformidad del otro cónyuge.

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130

En suma, en la escritura de adquisición, en atención a lo dispuesto en el art. 466 del Código


Civil y Comercial de la Nación, deberá dejar constancia del dinero con que abona la compra
a fin de dejar sentado el carácter propio, en su caso en virtud de que el precio de la operación
fue abonado por donación que le efectuara su padre. Además, en virtud del mismo artículo,
el cónyuge del adquirente deberá prestar su conformidad con lo expresado al respecto por
ella.
3.- La cuestión de la observabilidad de las donaciones: finalmente, debo aclararle que la
donación de padres a hijos no está prohibida. Lo que ocurre es que las donaciones (todas,
sean legitimarios o no) que se realicen a partir del 1/8/2015 son observables por el plazo de
diez años contados desde el inicio de la posesión según lo que refiera el título (art. 2459), o
de cinco, desde la muerte del donante por prescripción liberatoria.
Dado que esta interpretación no es uniforme en doctrina y debe aguardarse a lo que decidan
los jueces frente al caso concreto, es conveniente que el escribano advierta a las partes y lo
documente en la forma que lo considere pertinente.
Marcela Haydée TRANCHINI

10) FIDEICOMISO
10.1.- Supuesto contrato de fideicomiso
CONSULTA
El contrato que se remite, cuyas firmas se solicita certificar, aparece titulado como contrato
de fideicomiso. Todo indicaría que, en realidad, se trata de una permuta que se pretende
disimular bajo la apariencia de un fideicomiso. Se solicita calificar lo remitido.
RESPUESTA
La lectura del texto confirma que estamos frente a un posible acuerdo de voluntades pero
que en modo alguno puede ser calificado como contrato de fideicomiso. En diferentes partes
de su redacción se señala que los diferentes fiduciantes aportan bienes al fideicomiso, lo
que para nosotros colisiona con lo que dispone el art. 1666 CCyC en el sentido de que la
transmisión que lleve a cabo el fiduciante o que se comprometa a transmitir operará en la
persona a quien se denomina fiduciario y que es designada en el contrato. Por otra parte, no
se pudo encontrar en el texto remitido un capítulo o cláusula dedicada al fiduciario y al o a
los rol/es que le viene dado cumplir, lo que desnaturaliza a la figura contractual a la que se
pretende dar el contenido que resultaría de su título con las expresiones redactadas.
Jorge Raúl CAUSSE

11) HIPOTECA
11.1.- Constitución mediante oferta del deudor
CONSULTA
El Banco del Salado le comunicó a un cliente y a su vez deudor que se había aprobado la
ampliación su crédito en el monto solicitado. También que se le anticiparía parte de ese
monto mediante acreditación en su cuenta corriente. Ahora, el banco reclama instrumentar
lo acordado de tal modo que quede descartado (en medida razonable) cualquier tipo de
riesgo en cuanto a la constitución del gravamen hipotecario en primer grado de privilegio a
su favor. Ofrecimos el otorgamiento de un poder especial irrevocable. La asesoría legal del
banco rechazó la propuesta por considerarla insuficiente. ¿Existe alguna otra alternativa?

23
Cuaderno de apuntes notariales

RESPUESTA
La que proponemos deberá contar con la aprobación de las autoridades de la entidad bancaria
mediante adopción por parte de su directorio de la pertinente resolución confirmando,
además, que sólo se aceptará como garantía al derecho real de hipoteca.
Partiendo de la convencionalidad establecida en el art. 2185 CCyC para la constitución del
derecho real de hipoteca deberán concurrir las voluntades de ambas partes (del acreedor y
del deudor e hipotecante, con sujeción a lo que dispone el art. 262 y conc.), prestando su
respectivo consentimiento para crear este derecho real de garantía. Todo ello al amparo de
lo que establece el art. 957 de este mismo código, que define al acto jurídico contrato bajo
los parámetros que se fijan en el art. 958 sobre la libertad de contratación. Ese contrato
quedará concluido (desde lo que establece la mencionada norma y, en nuestro caso, entre
personas determinadas), cuando una de las partes reciba de la otra una oferta en la que se
haga ostensible la intención de obligarse del proponente. Consideramos que esta oferta
puede ser dirigida por el propio deudor a la entidad acreedora que ya le anticipó, bajo
ciertas condiciones, que la ampliación de su crédito estaba aprobada y que se le adelantaría
parte del capital solicitado, acreditándoselo en su cuenta corriente. Como la oferta obliga
al proponente, tal como lo edicta el art. 974, esta debe ser formulada en términos claros y
precisos indicando como mínimo: a) que confirma la solicitud de ampliación de su crédito y
que se notifica de su aprobación oportunamente comunicada; b) que ratifican las condiciones
de amortización del capital, intereses compensatorios y punitorios y demás estipulaciones
pactadas, incluyendo las cláusulas relativas a las consecuencias de incumplimientos
posibles; y c) que, a fin de asegurarle a la entidad acreedora que se constituirá hipoteca en
primer grado a su favor, le otorgará un poder especial irrevocable (arts. 1330 y 380 CCyC),
el que le será conferido a la persona que la entidad designe en la aceptación que deberá
cursarle al proponente para tener por totalmente perfeccionado el contrato. Constituye un
requisito esencial la fijación del plazo que se le asigna a esta oferta.
Jorge Raúl CAUSSE

12) INDIVISIÓN POSTCOMUNITARIA


12.1.- Codisposición. Poder anterior a la reforma
CONSULTA
Tengo un poder para vender que otorgado por un cónyuge al otro una vez divorciados entre
sí. ¿Puede vender codisponiendo sin previa adjudicación? El poder es anterior a agosto
2015.
RESPUESTA
El nuevo art. 482 CCyC establece como régimen supletorio para la gestión y disposición
de los bienes indivisos de la extinta comunidad de gananciales que se seguirá rigiendo por
la gestión de la comunidad en las relaciones con terceros, distinguiéndola de sus relaciones
internas entre excónyuges. Esto implica que, a falta de acuerdo de partes que resuelvan
otra cosa (por ejemplo, codisponer), bastará con la disposición del titular registral y el
asentimiento del no titular.
Esto nos lleva a dos opciones en el caso en consulta:
a.- Interpretar la voluntad real del representado y el negocio causal (analogía de los arts.
1061, 1063, 1064 y 1066), la presunción de causa y los motivos subjetivos jurídicamente
relevantes (arts. 281 y 282 CCyC), buena fe (arts. 9º y 961 CCyC) y la extensión de las

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facultades a los actos necesarios para su ejecución (art. 360 CCyC); y, en consecuencia,
considerar que decir codisponer implica también prestar el asentimiento, lo cual hubiera
hecho en caso de conocer la nueva legislación. Máxime cuando en el régimen anterior,
ante la coexistencia de las dos posturas (codisposición -mayoría- y mantener la gestión
de la comunidad solo ante terceros –minoría-, ante la aceptación de ambas) la 37 JNB
(Junín, 2011) concluyó en la interpretación recíproca entre ambas manifestaciones; es decir
que si un poder decía codisponer el receptor y redactor del acto de disposición que se
adecuaba a la otra doctrina lo debía tener por suficiente para esta por ser esa la intención de
la representación (analogía de la doctrina del art. 384 CCyC).
b.- Interpretar que, como la primera parte del art. 482 CCyC da prioridad a la autonomía de
la voluntad, el representante al realizar un acto de codisposición y el representado al haber
manifestado su voluntad de tal acto, están integrando su voluntad en ese acto en el sentido
de excepcionarse del régimen supletorio y, sólo para la disposición de ese bien, podrán
optar por la codisposición.
En ambos casos se dispone o codispone sin previa adjudicación del inmueble a uno de ellos.
Néstor Daniel LAMBER

13) JUICIO POR ESCRITURACIÓN


13.1.- Sucesión del comprador. Tracto abreviado. Sucesión del vendedor
CONSULTA y RESPUESTA
Hechos: se inició un juicio de escrituración con el boleto de compraventa de un inmueble
de fecha 30/11/1982 otorgado entre Raúl, como comprador, y Jesús, como vendedor.
El 29/4/1991 se dictó sentencia ordenando la escrituración a favor de Raúl.
Con fecha 28/2/1992 se dictó una resolución interlocutoria disponiendo que la escritura sea
suscripta por el juez en representación de los demandados.
El 3/7/1998 falleció Raúl por lo que iniciaron la sucesión del comprador. En dicha sucesión
se incorporó el inmueble en cuestión, se pagó la tasa de justicia y la sobretasa, así como los
aportes correspondientes al letrado, pero la jueza no ordenó la inscripción y manifestó que
no corresponde tal orden por no encontrarse en cabeza del causante el inmueble.
Por otro lado, también falleció el demandado Jesús según así lo denunció su abogado. Sin
embargo, no se ha acreditado dicho fallecimiento por no haberse podido recabar aún la
partida de defunción. Por supuesto que esta sucesión ni siquiera se ha iniciado ni tampoco
se conoce a los herederos.
Actualmente el expediente de la escrituración se encuentra en condiciones de escriturar
pero restan agregarse segundos testimonios de títulos relevantes. Se me plantean preguntas
que expongo seguidamente.
En este caso el desarrollo abarca la CONSULTA (C) y a continuación sigue la RESPUESTA (R):

C.- ¿Debo relacionar el expediente sucesorio del comprador y en consecuencia hacer un símil
tracto abreviado para poder obtener la firma de los herederos en su carácter de compradores o
no sería necesario, bastando simplemente que haga referencia a la declaratoria de herederos
dictada a favor de quienes comparecen a firmar la escritura a nombre de su difunto padre,
restando efectuar posteriormente los trámites sucesorios que por ley correspondan?
R.- La relación del expediente sucesorio del comprador tiene por finalidad comprobar y
glosar la existencia de la declaratoria de herederos que los legitima para adquirir lo que

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Cuaderno de apuntes notariales

el causante había comprado privadamente antes de su deceso. En tal caso, consideramos


inaplicable la mecánica registral del tracto abreviado por cuanto el bien de que se trata no
estaba a nombre del comprador fallecido. Desde esta perspectiva y toda vez que judicialmente
se habilite a los herederos declarados a suscribir la escritura de compra en su condición de
sucesores del causante-adquirente, se torna innecesario efectuar los mencionados “trámites
sucesorios que por ley correspondan”.

C.- Respecto del vendedor, si bien el juez va a suplir su firma, ¿no sería imprescindible la
tramitación del expediente sucesorio para poder otorgar la escritura a favor del comprador
o, como manifestó el juez del expediente de escrituración, atento que la posesión y el
precio se encuentran totalmente abonados según constancias del expediente y dado que la
sentencia que ordena escriturar se encuentra firme y es de fecha 1991, bastaría acreditar la
defunción y citar por edictos a todos los herederos que pudieran tener derecho a presentarse
en el expediente para hacer valer su derecho y, en caso de que nadie se presente, otorgar la
escritura en representación del demandado fallecido?
Es un tema bastante complejo porque, a mi modo de ver, el tracto del comprador no sería
necesario pero sí el tracto del vendedor aunque el juzgado insiste en que tampoco sería
necesario por lo antes expuesto.
R.- Estimo que la postura judicial es la correcta. La sentencia condenando al vendedor a
otorgar la escritura pasada en autoridad de cosa juzgada y sumado a la decisión de que la
escritura la otorgará S.S., conlleva a que la citación en procura de la necesaria comparecencia
pueda obviarse.

C.- Por parte de los herederos declarados y contando con el aval del juzgado interviniente
en el juicio de escrituración, se intima el otorgamiento del acto de compra. Se insiste en
la necesidad de contar con segundos testimonios de títulos que se han extraviado y que
el pago del precio total y la entrega de la posesión del inmueble son insuficientes para el
otorgamiento que se reclama. ¿Es correcta nuestra reticencia?
R.- Compartimos la exigencia de contar con los títulos que justifican la pertenencia del
inmueble de que se trata. Lo dispuesto por el art. 23 de la ley Nº 17.801, no modificado
hasta la fecha, le sirve de apoyo a lo exigido.
Jorge Raúl CAUSSE

14) PODER
14.1.- General de disposición. Su eficacia con la nueva legislación
CONSULTA
Se presenta un apoderado a vender un inmueble con un poder general amplio de
administración y disposición otorgado antes del 1º de agosto de 2015. ¿Se puede escriturar?
Y si hubiera firmado boleto con ese poder, ¿podría ahora otorgar la escritura?
RESPUESTA
El Código Civil anterior decía en su art. 1881: “Son necesarios poderes especiales: (…)
7.- Para cualquier contrato que tenga por objeto transferir o adquirir el dominio de bienes
raíces por título oneroso o gratuito…”. El CCyC de la Nación, art. 375, nos dice que: “Son
necesarias facultades expresas para: (…) E.- constituir, modificar, transferir, o extinguir
derechos reales sobre inmuebles u otros bienes registrables”. En consecuencia, nada cambió

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al respecto. El poder general amplio de disposición no es más que una suma de poderes
especiales.
Si tiene facultades para vender, se puede utilizar.
Julio Roberto GREBOL

14.2.- Para donar y aceptar donación


CONSULTA
En el año 2011 hice una oferta de donación, ya que la donataria vivía en el exterior.
Actualmente está en el país y permanecerá por cuatro o cinco días. Le expliqué la
modificación del código y como su madre (la donante) está viva quieren hacer la aceptación
de donación. Mi pregunta es si con un poder especial se puede otorgar el acto de donación
y aceptación.
RESPUESTA
La reforma no tiene normas sobre representación en el título de las donaciones como lo
hacía el código derogado.
Por ello se debe estar a las normas generales sobre representación, donde el art. 375, inc.
l), prevé la exigencia de facultad especial para donar sin otro requisito, como lo era la
enunciación del bien en el sistema derogado. Su inc. e) impone la facultad especial para
constituir, modificar, transferir o extinguir derechos reales sobre inmuebles.
En consecuencia se puede otorgar poder con facultad especial para donar y también para
aceptar donación de inmuebles.
Néstor Daniel LAMBER

15) PROPIEDAD HORIZONTAL


15.1.- Errores en el reglamento otorgado por el fiduciario. Subsanación por el con-
sorcio
CONSULTA
El fiduciario otorgó un reglamento de copropiedad y simultáneamente transfirió veintiuna
unidades funcionales sobre un total de treinta por extinción del fideicomiso.
Ahora se observa la existencia de errores materiales en la determinación de porcentuales
y en el porcentual de propietarios para convocar a asambleas. Se tiene que otorgar una
escritura para corregir estas situaciones. ¿La debe suscribir el fiduciario o el administrador
del consorcio?
RESPUESTA
Con relación a su consulta, al otorgarse el reglamento de copropiedad y las escrituras de
transferencia de dominio, no sólo ha nacido el derecho real de propiedad horizontal, sino
también el consorcio de propietarios (arts. 2038 y 2044 CCyC).
En consecuencia, la modificación del reglamento aun cuando pueda considerarse un
error de redacción en el otorgamiento del mismo, se deberá instrumentar por los actuales
propietarios que componen el consorcio, entre ellos el titular fiduciario si todavía quedaren
unidades funcionales a su nombre por no haber sido aún transferidas.
Julio Roberto GREBOL

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Cuaderno de apuntes notariales

15.2.- Modificación de reglamento. Otorgantes


CONSULTA
En esta oportunidad me requieren para autorizar una modificación de un reglamento de
propiedad horizontal sobre dos unidades funcionales, típico de estos pueblos.
La primera ratificación del plano modifica una sola de las unidades funcionales, es decir
que desaparece y se generan dos unidades funcionales nuevas. La otra unidad funcional
no se modifica.
La pregunta es si la modificación del reglamento puede otorgarla solamente la propietaria
de la unidad funcional modificada (que reúne la mayoría de los dos tercios del art. 2057
CCyC si tomamos en cuenta el porcentual establecido en el reglamento original).
RESPUESTA
En efecto el art. 2057, establece: “Modificación del reglamento. El reglamento sólo
puede modificarse por resolución de los propietarios, mediante una mayoría de dos
tercios de la totalidad de los propietarios”. Similar prescripción contenía el art. 9º,
primer párrafo, de la ley 13.512. Si bien la ley no disponía de otra mayoría, la doctrina
en forma unánime consideró aplicable esta prescripción si la modificación afectaba
cláusulas reglamentarias. En cambio, la modificación de cláusulas estatutarias requería
la unanimidad.
Igual mayoría exige el art. 2057, también computada sobre el total de los propietarios y
no sobre los presentes en la asamblea.
Por supuesto que si se trata de modificar cláusulas estatutarias se necesita la unanimidad,
pues se afecta la existencia o amplitud de los derechos, reales o personales, de los
consorcistas. Entre ellas se encuentran las que determinan las partes privativas y
comunes, las que fijan la proporción de cada propietario sobre los bienes comunes, la
alícuota para el pago de expensas, las que establecen el destino de las unidades.
Aunque Ud. no brinda muchas precisiones sobre la cuestión, la circunstancia de que en
un inmueble de dos unidades, una de ellas haya “desaparecido” para dar lugar a otras
dos, está indicando que se trata de una modificación que requiere de la unanimidad.
La resolución asamblearia válida, esto es ajustada a la ley y al reglamento de propiedad
horizontal, en punto a convocatoria, quórum, competencia y mayorías, es un antecedente
de la escritura de modificación. Ello no es óbice, para que, reunida la unanimidad de los
consorcistas, otorguen directamente la escritura sin necesidad de previa asamblea, lo
que además se encuentra respaldado por el art. 2059 que, en su último párrafo establece
que: “Son igualmente válidas las decisiones tomadas por voluntad unánime del total de
los propietarios aunque no lo hagan en asamblea”. Es lo que ocurre en supuestos como
el suyo.
De manera que, a menos que haya habido una cláusula que autorice la sobreelevación
o sobreedificación en el reglamento (o bajo ciertas condiciones, a posteriori de este)
en favor quien fuere titular de la unidad modificada, complementado con un poder
irrevocable y con vigencia post mortem para realizar los distintos trámites y, por
supuesto, la modificación, se deberá requerir el consentimiento del otro propietario.
Marcela Haydée TRANCHINI

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130

15.3.- Rectificación de superficie conforme al art. 148, ap. 6, inc. a, del decreto
ley Nº 9020/78
CONSULTA
Al ser requerido para autorizar una escritura de donación de una unidad funcional observé
que en el reglamento de copropiedad y administración respectivo la superficie cubierta de
la misma ha sido mal consignada.
Entiendo que con el plano de propiedad horizontal podría hacer la escritura rectificatoria
que firmaría solamente el actual titular de dominio de la unidad funcional, pues no se trataría
de una modificación de reglamento de copropiedad que sí necesitaría ser otorgada por dos
tercios o todos los copropietarios, según el caso.
Consulto si es correcto que otorgue dicha escritura rectificatoria solamente el titular de
dominio de la unidad funcional involucrada.
RESPUESTA
Si se está ante un error de transcripción de la copia en la escritura de reglamento de
copropiedad y administración, al copiar los datos del plano de propiedad horizontal se
está claramente ante una circunstancia que permite la subsanación de oficio o a instancia
de parte de acuerdo a los datos o los elementos que surgen de planos, como expresamente
lo regula el art. 148, ap.II inc. 6, a), del decreto ley Nº 9020//78 para las notas marginales.
Si la nota marginal no puede ser inserta por cualquier motivo justificado, se puede hacer
por una escritura complementaria, rectificatoria, aclaratoria o subsanatoria a requerimiento
de cualquier interesado, o sólo por el notario a cargo del registro de la escritura a subsanar
como “escritura sin compareciente” y basado en el requerimiento de la primera (actuación
“de oficio”).
En el caso, el titular podrá requerir esta acreditación subsanatoria y su rogación registral
ante el notario que escoja, o solicitar al autorizante de la escritura de reglamento (o notario
a cargo del registro y con guarda del protocolo) que haga por marginal la corrección en base
al plano que debe estar allí agregado.
La presente respuesta no varía ante la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y
Comercial.
Néstor Daniel LAMBER

16) RESPONSABILIDAD NOTARIAL


16.1.- La cédula catastral y el reconocimiento presunto de una ocupación del bien
transmitido
CONSULTA
Mi pregunta es qué alcance, jurídicamente hablando, tiene el informe técnico que un
agrimensor establece en el estado parcelario cuando dice: “que el inmueble se encuentra
ocupado y alambrado, posible posesión para usucapión”; informe que luego es transcrito
en la escritura de compraventa del lote de terreno. Luego de un plazo de dos años de
haberse otorgado, los adquirentes reclaman al colega por responsabilidad notarial en el mal
asesoramiento, porque ahora se encuentran en litigio con el poseedor del inmueble, siendo
que ellos sabían de esta situación por cuanto se dejó constancia en la misma escritura.

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Cuaderno de apuntes notariales

RESPUESTA
En primer lugar entiendo que la cédula catastral debe limitarse al señalamiento del estado
físico del inmueble, por cuanto las opiniones personales sobre los eventuales intereses que
se puedan deducir de la existencia de un alambrado sólo pertenecen a quien hubo podido
colocar dicho alambrado y no al agrimensor, siendo la tarea de este verificar el estado físico
del inmueble y los hechos objetivos que puede constatar.
Ahora bien, habiendo dejado constancia en el relevamiento catastral del inmueble, se
encuentra ocupado y alambrado al margen de las posibles intenciones del ocupante
alambrador. Ello crea un estado de incertidumbre acerca de la posesión del inmueble.
Conforme el art. 35 del decreto ley Nº 9020/78, dentro de los deberes del notario, señala, en
sus incs. 2 y 3: “Asesorar en asuntos de naturaleza notarial a quienes requieran su ministerio”.
“Estudiar los asuntos para los que fuere requerido en relación a sus antecedentes, a su
concreción en acto formal y a las ulterioridades legales previsibles”.
En consecuencia, entiendo que el notario tenía la obligación formal de comunicar al
adquirente la existencia de dicha nota consignada por el agrimensor en la cédula catastral,
atento las eventuales ulterioridades que de la misma podían derivarse.
Si el colega informó a las partes dicha situación y consignó la nota en el cuerpo de la
escritura, considero que en principio ha cumplido con los deberes señalados.
Tener presente además que el nuevo CCyC (como el código anterior) exige el título y
modo para adquirir el dominio (arts. 1892 y conc.). En consecuencia y sin tener mayor
información sobre la instrumentación de dicho acto, podríamos presuponer que no se dio
el modo, es decir, no se efectuó la tradición traslativa de dominio, por lo cual no se habría
adquirido el dominio, sin perjuicio de lo cual, dado un viejo plenario de las Cámaras Civiles
de la Capital Federal, el adquirente al cual no se le ha hecho la tradición de la cosa igual
tiene la acción reipersecutoria para su obtención, atento que la venta hace presumir que el
vendedor le ha cedido a su comprador todas las acciones que sobre el inmueble tenía, entre
ellas la acción reivindicatoria.
Sobre el tema de las consecuencias de una eventual responsabilidad por parte del notario
autorizante no puedo expedirme por no ser parte de la problemática a tratar por la asesoría
notarial por exceder la temática de la misma.
Julio Roberto GREBOL

17) SUCESIÓN
17.1.- Bienes a declarar
CONSULTA
Mi caso es el siguiente: en el año 1976 adquirieron por compra en condominio y en partes
iguales (cincuenta por ciento cada uno) Pedro (soltero) y Angelina (manifestando en la
escritura casada en primeras nupcias con Paulino, de quien se encuentra separada desde
1942). En el año 1984 falleció Paulino y nunca se abrió la sucesión del mismo. Posteriormente
contrajeron nupcias los condóminos, Pedro y Angelina. De la unión de Paulino y Angelina
había nacido Víctor, y de la unión de Pedro y Angelina nacieron Petrona, Raúl y Luis. En el
año 1995 falleció Pedro y heredaron sus hijos Petrona, Raúl y Luis. En el año 2010 falleció
Víctor, quien se encontraba casado en segundas nupcias con Elena. De la unión de hecho
de Víctor con Delia nacieron Adriana y Claudia. En el año 2012 falleció Angelina y se
declararon herederos sus hijos Petrona, Raúl, Luis, Adriana y Claudia (estas dos últimas por
derecho de representación de su padre, Víctor, prefallecido). Una de las herederas, Adriana

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(abogada que tramitó las sucesiones descriptas), me comentó que entiende que la sucesión
de Paulino no hay que abrirla, ya que han pasado mas de veinte años y cualquier acción
de herederos que pudiera existir prescribió y que incluso están dispuestas a manifestar la
renuncia a iniciar cualquier tipo de acción en la escritura. Entiendo que dicha situación es
así, pero a los fines del correlato del corresponde de la escritura traslativa que se efectuará
creo que sí hay que abrirla. Y no sólo por ello sino porque además se declararía heredero a
su único hijo Víctor, quien falleció en 2010 y ahí heredaría la parte propia su cónyuge en
segundas nupcias (Elena) y no sólo sus hijas (Adriana y Claudia) si bien se abrió la sucesión
de Víctor en otra jurisdicción, y se declararon herederas Adriana, Claudia y su cónyuge
en segundas (Elena). En cuanto a los bienes propios, no se ha denunciado el inmueble en
cuestión.
Entiendo que una parte de Paulino, al fallecer, ya estaba en cabeza de su hijo Víctor, por
lo que: 1) habría que declarar en la sucesión de Víctor este inmueble; y 2) hay que abrir la
sucesión de Paulino ya que su cónyuge en primeras nupcias compró siendo de estado civil
casada. Los puntos 1) y 2) son las consultas por las cuales les escribo.
RESPUESTA
A.- Del caso resulta un inmueble, cuya mitad correspondiente a Paulino era propia por
haberla adquirido siendo soltero y la otra mitad a Angelina por ser de estado civil casada.
Los puntos en cuestión son: 1) que a su juicio correspondería abrir la sucesión de Paulino;
2) que en la sucesión de Víctor, el hijo de Paulino, habría que denunciar el inmueble, pues
no se denunció el inmueble en cuestión.
B.- En cuanto al punto 1) está claro que, de haberse iniciado la sucesión de Paulino, debió
incluirse al cónyuge, con lo cual las porciones de los hijos hubieran sido menores, pues
siendo su parte de origen propio le heredan sus hijos y su cónyuge (que era Angelina)
como un hijo más, situación que no sólo se corresponde con lo que prescribía el código
velezano (art. 3585), sino también el nuevo Código Civil y Comercial (art. 2433, ap. 1:
“Concurrencia con descendientes. Si heredan los descendientes, el cónyuge tiene en el
acervo hereditario la misma parte que un hijo”).
Como escribano debe Ud. relacionar todos los antecedentes que hacen a la legitimación de
quienes ahora van a disponer, a lo que se suma el perfecto encadenamiento en el tracto que
exige la ley registral.
La posibilidad de renuncia que sugiere la letrada debe cumplir con las exigencias del Código
Civil y Comercial de la Nación, pues se efectúa durante la vigencia de este (arts. 2286 a
2301). Obviamente, esta renuncia corresponde a quienes eran los herederos de Paulino o
quienes los representan. Sin embargo, a mi juicio, ya no pueden renunciar, habida cuenta de
lo prescrito en el art. 2294, sobre todo preste particular atención a los incs. a) y c).
Con lo cual comparto su idea de que debe abrirse la sucesión del fallecido o, en todo
caso, pedirle al juez de los sucesorios que se tramitaron (la letrada le indicará en cual
debe hacerse) que declare la prescripción conforme al Código Civil (art. 3313), vigente al
momento de la muerte de Paulino o, en todo caso, que aplique la caducidad conforme al
Código Civil y Comercial (art. 2288). Es la única forma de que Ud. se asegure de cuál es la
norma que resulta aplicable, lo que además le permitirá legitimar a través de una decisión
judicial esa suerte de “salto” en el tracto.
En cuanto punto 2), es indudable que en la sucesión del hijo del primitivo causante (Paulino)
debe denunciarse el inmueble en cuestión.
Marcela Haydée TRANCHINI

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Cuaderno de apuntes notariales

17.2.- Situación del adquirente por boleto fallecido


CONSULTA
Hay una sucesión iniciada y con declaratoria de herederos dictada en la cual se incorpora un
boleto de compraventa en el que el causante adquirió un bien y nunca lo escrituró. Los herederos
han decidido vender el mismo. La consulta es: ¿pueden ellos en carácter de herederos declarados
ceder el boleto que estaba a nombre del causante y consentir que el titular registral firme la
escritura a nombre del cesionario o deberían escriturar a sus nombres y posteriormente transferir
ellos?
RESPUESTA
No se advierten inconvenientes para que los herederos declarados, mediando la debida
autorización judicial (ello así habida cuenta de que se ha presentado el boleto vinculante para
el causante), cedan en favor de alguien los derechos y acciones comprendidos en el documento
que firmó el fallecido. Consideramos suficiente, para justificar su legitimación a los efectos
de ceder, su condición de herederos declarados. Establecida la titularidad del cesionario como
continuador de los derechos emergentes del boleto celebrado, el titular registral del inmueble
podrá otorgar a su favor la escritura traslativa del dominio. Los aspectos tributarios, los relativos
a los aportes y el pago de honorarios serán tenidos especialmente en cuenta.
Jorge Raúl CAUSSE

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