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Tener en cuenta que esta bibliografía es anterior a la sanción

del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, por lo tanto


la lectura de la misma debe efectuarse comparando con el
nuevo articulado y teniendo en cuenta las instituciones que ya
no se encuentran vigentes actualmente o cuyo régimen
muestra modificaciones.-
CARLOS NICOLÁS GATTARI

Práctica Notarial
Consolidada
Tomo I

Volúmenes 1 a 5
ISBN 978-950-20-2381-6 (OC)
ISBN 978-950-20-2382-3 (Vol. I)
SET 41394063
SAP 41394066
Tirada: 600 ejemplares
©Gattari, Carlos Nicolás
©AbeledoPerrot S.A.
Administración y redacción
Tucumán 1471
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Impreso en la Argentina. Printed in Argentina.

Gattari, Carlos Nicolás


Práctica notarial consolidada - 1a ed. - Buenos Aires: Abeledo Perrot, 2012.
v. 1, 1088 p.; 24x17 cm.
ISBN 978-950-20-2382-3
1. Derecho Notarial. I. Título.
CDD 347.016
ÍNDICE GENERAL

TOMO I

Volumen 1

A Don Roberto Suardíaz (1920-2001). Memoria y homenaje

Prólogo de la segunda edición

Prólogo de la primera edición

Sector A

Sector B

Parte Primera: La comparecencia

Parte Segunda: Declaraciones de los sujetos negociales

Historia del notariado. La figura de Carlomagno. Lo judicial


y lo notarial

Volumen 2

Prólogo a la segunda edición

Parte Tercera: Legitimaciones notariales

Parte Cuarta: Instrumento notarial

Apéndices

Parte práctica

Volumen 3
Prólogo

Primer Tema: Poder irrevocable

Parte Primera: Estructuras explicadas

Parte Segunda: Práctica y teoría

Segundo Tema: Bien de familia

Tercer Tema: Actos previos a las escrituras

Cuarto Tema: El porqué de lo notarial

Volumen 4

Prólogo

Tema I: Donación

Tema II: Dación en pago

Tema III: El notario, creador de derecho

Volumen 5

Prólogo

Primer Tema: Certificación de firmas

Segundo Tema: Confirmación y ratificación.

Usufructo
PLAN GENERAL DE LA OBRA
TOMO I
Volumen 1
Compraventa I-A
Modelos de escrituras
Comparecencia
Declaraciones de los sujetos negociables
La figura de Carlomagno, lo judicial y lo notarial
Volumen 2
Compraventa I-B
Constancias notariales
Instrumento notarial
Volumen 3
Poder irrevocable. Bien de familia. Actos previos a las escrituras
El porqué de lo notarial
Volumen 4
Donación
Dación en pago
El notario, creador de derecho
Volumen 5
Certificación de firmas
Confirmación y ratificación. Usufructo
Instrumento notarial y documento administrativo
TOMO II
Volumen 6
Los menores en el instrumento notarial
Expedición de copias
Valores de la escritura pública
Volumen 7
Actos de subsanación. Origen del dinero. Bonificación de títulos. Notas marginales
Instrumento rogado sin compareciente. Renta vitalicia.
Certificados registrales
La imparcialidad del notario (con la colaboración
de Juan Alberto Gardey)
Volumen 8
Escrituras judiciales y conexas con juicios
Leyes 24.441y 24.522
Tracto abreviado
Asesoramiento notarial
Volumen 9
Hipotecas
Buques y aeronaves
Secreto profesional notarial
Volumen 10
Cesiones
Actas de comprobación y de notificación
La primera acta en América
TOMO III
Volumen 11
Un reglamento de copropiedad
Contratos conducentes a la propiedad horizontal
Fideicomiso
Sordomudos. Idioma. Firma
José Adrián Negri (1893-1993)
Volumen 12
Poderes
Tiempo compartido o multipropiedad
Los notarios y el milenario del español
Volumen 13
Donación a terceros no legitimarios. Título observable.
Subsanaciones. Restitución al donante
Constitución y división de condominio. Partición por donación de herencia. Disolución de
sociedad conyugal y de sociedades
Estructura tridimensional del derecho notarial
Volumen 14
Consentimiento conyugal (1277). Índice alfabético de casos.
Vocabulario casuístico. Resumen doctrinario
Estudio de títulos (3999. 4010, 1051). Vocabulario de títulos
notariales y judiciales Títulos perfectos e imperfectos.
Memorias de un referencista
¿Existe una técnica notarial?
TOMO IV
Volumen 15
Ensayo sobre la fe de conocer.Escorzo notarial. Nuevo concepto. Enfoque procesal civil y
penal
Sociedad conyugal.Patrimonio estático o de ingreso.
Bienes propios y gananciales
Patrimonio dinámico o de egreso. Falta de consentimiento
conyugal. Sociedad vigente y disuelta
El protocolo notarial. Historia.Ley 404. Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.Ley 9020. Provincia de Buenos Aires
Volumen 16
Testamentos. Testador. Disposiciones
Redacción
Formas testamentarias
Actas de notoriedad. Modelos. Elementos. Concepto
Eduardo Batista Pondé (1910 - 1999). Décimo aniversario
de la creación de la Academia Nacional del Notariado
Volumen 17
Ochenta y dos fórmulas
Miscelánea glosada
Los principios de la ciencia del derecho notarial
PRÓLOGO

En octubre de 1985 se publicaba la primera edición del


volumen 1 de Práctica Notarial, luego actualizada. El autor
ya tenía un proyecto investigativo y docente, pero no sabía
entonces el nivel de desarrollo y completitud sobre las
competencias notariales que en los siguientes veinticuatro
años de constante elaboración alcanzaría esta colección,
que terminó constituyendo la más abarcativa de su prolífera
labor escrita y la más extensa y articulada en el ámbito del
Derecho Notarial.

En esta ocasión, a tres años de su fallecimiento, la Editorial


presenta la obra íntegra en e-book y en cuatro tomos que
reúnen los diecisiete volúmenes originalmente publicados.

Dentro de las alternativas de compilación, se eligió


mantener estrictamente la organización que Gattari confirió
a cada volumen que, en términos generales, compuso
tratando en cada unidad dos o tres temas de aplicación
práctica y uno de carácter teórico o histórico o proyectivo.
Esta presentación tiene la ventaja de respetar el espíritu y
la idea originales del autor y de conservar prácticamente
intactas sus citas y remisiones referidas al interior de la
propia obra así unificada.

Para facilitar su utilización y la búsqueda de temas


particulares, se ofrecen cuatro vías de acceso: 1º ) los
propios índices elaborados por el autor, que se mantuvieron
por su apertura, precisión y riqueza analítica, y están al
inicio de cada uno de los diecisiete volúmenes originales;
2º ) al comienzo de cada uno de los nuevos cuatro tomos se
presenta un plan general del propio tomo y de la obra
completa; 3º ) hay un índice general acumulativo de los
cuatro tomos que luce al final del IV; 4º) y se puede recurrir
a la entrada "por voces" también al concluir el tomo IV.

De los muchos destinatarios de los documentos que


elaboramos, los primeros son, indiscutiblemente, los
otorgantes, usualmente legos en Derecho, de los que el
autor muchas veces escuchó, "Es la primera vez que
entiendo una escritura y sé lo que firmo", expresión que le
retornaba la satisfacción del objetivo cumplido.

La obra, sostenida en sus propias experiencias y


reflexiones, en doctrina, en jurisprudencia, jornadas y
consultas, tiene un decidido acento en la práctica
profesional, en la "vivencia en carne propia" , con enfoques
novedosos y creativos.

"¿Qué busco en estas fórmulas? Más que el ofrecimiento


de un molde repetitivo, pretendo provocar inquietudes,
incitar a la propia creatividad".

Alma docente, como pulsión de todo buen maestro, ofreció


sus conocimientos en la esperanza del avance del Derecho
para el servicio de la gente, y de ser superado por sus
alumnos y colegas.

Ojalá esta nueva edición logre ese destino y así se cumplan


sus designios .
CARLOS MARÍA GATTARI

Volumen 1
Compraventa I-A
Modelos de escrituras
Comparecencia
Declaraciones de los sujetos negociables
La figura de Carlomagno, lo judicial y lo notarial

ÍNDICE

A Don Roberto Suardíaz (1920-2001). Memoria y


homenaje XXIII

Prólogo de la segunda edición

Prólogo de la primera edición

Sector a

Formula. Esquema general


Índice de modelos. Protocolo de 2000

Índice de modelos. Protocolo de 1983

Sector B

Introducción. Principios doctrinales

1. Principio de economía procesal

2. Principio de composición

3. Principio de concentración
4. Principio de atribución

5. Principio de confesión notarial

6. Fórmulas y formularios

Parte primera

La comparecencia

Capítulo I

Concepto. Elementos de orden

7. Concepto de comparecencia

8. Integrantes de la comparecencia

9. Numeración impresa

10. Foliación

11. Número de la escritura

12. No pasó y erróse

13. Membrete o epígrafe

14. Lugar

15. Fecha

16. Mención del notario

Capítulo II

Legitimación subjetiva. Intervención


17. Concepto de legitimación subjetiva

18. Nominación de sujetos

19. Capacidad, habilidad, mayoría

20. Fe de conocer

21. Intervención

22. Esquema general

Capítulo III

Práctica de la comparecencia

A) Elementos de orden

23. Número de escritura

24. Membrete o epígrafe

25. Lugar

26. Constitución fuera de sede

27. Fecha. Nombre del notario

B) Nominación de comparecientes

28. Comparecencia de menores

29. Comparecencia de mayores

30. Comparecencia de herederos o familiares

31. Apellidos una sola vez


32. Apellidos de casadas

33. Ramas hereditarias

C) Intervención

34. Representación necesaria

35. Representación voluntaria y gestión

Parte segunda

Declaraciones de los sujetos negociales

Capítulo IV

Exposición

36. Concepto de exposición

37. Fórmulas propuestas (finca, lote, bóveda)

38. Generalidades

39. Bloques determinativos

40. Fórmulas propuestas para propiedad horizontal

41. Descripción de unidades funcionales

42. Descripción del inmueble común

43. Unidades y porcentuales

44. Veracidad actualizada

45. Error in objecto et in nomine

46. Otros objetos en la exposición


Capítulo V

Estipulación

47. Concepto de estipulación

A) Actos bilaterales

48. Fórmula de compraventa

49. Prestación

50. Contraprestación

51. Cláusula de estabilización

52. Precio en dinero

53. Aceptación de transferencia y reglamento

54. Tradición y posesión

55. Contrato de comodato

56. Donación

57. Donante

58. Mutuo hipotecario

B) Actos unilaterales

59. Bien de familia

60. Habilitación de edad y otros

Capítulo VI

Declaraciones complementarias
61. Concepto

62. Declaraciones complementarias

A) Declaraciones del vendedor

63. Cláusulas de garantía

64. Libre disposición 214

65. Aspectos de la libre disposición 215

66. Desafectación bien de familia. Inembargabilidad

67. Otras transferencias. Impuestos

B) Declaraciones del comprador

68. Asunción de gravámenes y situaciones legales

69. Origen del dinero

70. Denuncia de la mujer

71. Denuncia del varón

72. ¿Es posible denunciar origen propio luego del acto


adquisitivo?
(Ver vol. 7, Cap. Vi)

73. Denuncia de menores

74. Patrimonio e impuestos

C) Declaraciones de ambas partes

75. No se firmó o no exhiben boleto


76. Asunción solidaria de deudas en capital

77. Expensas y póliza contra incendio

78. Pactos de irresponsabilidad

Capítulo VII

Datos personales

79. Ubicación en el texto

80. Razones del desplazamiento

81. Concepto de datos personales

82. Modelos

A) Datos subjetivos

83. Designación de la persona

84. Estado civil y cónyuge

B) Datos objetivos

85. Documento individual

86. Nacionalidad. Ley 22.591

87. Domicilio y profesión

88. Datos y fe de conocer

89. Notas marginales y rectificaciones (ver vol. 7, Cap. VIII)

Capítulo VIII

Consentimiento conyugal
90. Concepto y elementos

91. Cuadro de elementos

92. Modelos

93. Ubicación en el texto

94. Casuística

95. Consultas notariales

HISTORIA DEL NOTARIADO

La figura de carlomagno.

Lo judicial y lo notarial

I. La figura de Carlomagno

II. Legislación precedente

III. Las capitulares

IV. Normas sobre justicia

V. Disposiciones notariales

BIBLIOGRAFÍA

PARTE PRIMERA
LA COMPARECENCIA

La comparecencia de sujetos en audiencia notarial es


necesaria para actualizar la actividad funcional que si no es
requerida no existe. La comparecencia es también el medio
normal para que aquella actividad desemboque en el
instrumento notarial. Así, pues, la comparecencia activa la
función notarial y causa la escritura.

Ahora bien, como constancia del hecho real, la


comparecencia constituye el primer sector de la escritura;
abarca una cantidad de hechos y dichos, particularmente
del oficial público, los cuales constituyen los diversos
integrantes indispensables para su desarrollo, que podemos
esquematizar así:

El hecho físico del comparendo pone en movimiento al


protocolo. Ha habido algún registro notarial —lamentable
hecho— que encuadernó varios años, sólo con el acta de
apertura y con la de cierre: su titular no vivía de la
profesión, no hubo comparecientes. Pero en cuanto los
hubiera, es menester numerar las escrituras, poner
membretes, fechas, lugar, etc.

En cuanto a la legitimación de los sujetos, la realiza el


notario nombrando a los comparecientes, a los cuales
individualiza con su potestad fedante; pero además se
presume relativamente el juicio sobre la capacidad y sobre
la habilidad para el acto, que no siempre se colige de la
mayoría de edad, pues hay muchos menores habilitados.

La intervención —que no se da en todos los casos— es


afirmada por el compareciente cuando lo hace por otro. El
hacerlo por sí, es obvio; con todo, a veces se debe dejar
esa constancia, cuando además reviste carácter de
representante voluntario o legal. En la comparecencia basta
que el interesado lo asevere; el notario lo legitima en su
sector.

En consecuencia, esta primera parte abarca dos capítulos:


"Concepto. Elementos de orden" y "Legitimación subjetiva.
Intervención". Le agregaré uno más para la práctica de la
comparecencia que considero útil, esto añadido al hecho de
que explico los formularios y los distintos modos de
comparecencia, de los cuales algunos ofrecen la suficiente
novedad como para llamar la atención, según se verá.

CapítuloI

CONCEPTO. ELEMENTOS DE ORDEN

Previo el concepto de comparecencia, verificamos sus


integrantes, entre los cuales en este capítulo estudiamos
los elementos de orden, desde aquellos que obran en el
papel sellado hasta la data y la mención de notario. Mis
fuentes principales son las normas y resoluciones de la
Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires.

7. CONCEPTO DE COMPARECENCIA

En palabras de Larraud, "es el acto de hacerse


conjuntamente presentes ante el escribano autorizante los
sujetos de la escritura pública" (parágrafo 185). La
comparecencia es una evidencia notarial y actúa en dos
niveles; como diría Núñez Lagos: elemento en la dimensión
acto y requisito en la dimensión papel.

En la dimensión acto, una o varias personas físicas


individuales se presentan ante el notario para someterse a
su evidencia funcional. Da idea de presencia material e
implica inmediación y simultaneidad entre notario y sujetos.
Adviértase que sólo comparecen ante notario personas
físicas; las personas jurídicas nunca pueden ser
comparecientes.

En la dimensión papel, la comparecencia es una parcela del


instrumento notarial en la cual se registra tal hecho. En ella
se solidifica la movilidad temporal del acto de comparecer,
convirtiéndolo en auténtico. Por ella, el sujeto añade a su
carácter (parte, testigo, etc.), la instrumentalidad y deviene
sujeto instrumental.

"La presencia física, directa e inmediata de las personas y


de las cosas, es la base del derecho notarial" (Rafael Núñez
Lagos,El derecho notarial,"Revista de Derecho Notarial",
1212/1953, Madrid). Y ello es así porque la comparecencia
es requisito esencial de toda escritura pública, ya que la
actuación de oficio del notario contraría lo dispuesto por
losarts. 1001a1004,Código Civil(RdN, 645/77).

Sólo excepcionalísimamente —casos de la ley 11.846,


protocolización ordenada judicialmente— el acto notarial no
requiere la presencia de juez y de parte. Pero la persona
que requiere los servicios del notario está obligada a
comparecer (RdN, 1326 y 646/77).

En cierta oportunidad, un escribano dividió un acta de


notificación en dos fechas: v.gr., el 3/4, folio 135, recibió
requerimiento de Manuel López para notificar a Joaquín
González; el 10/4, folio 153, realizó la notificación él solo. El
Colegio de Capital sentó como doctrina: "El acta de
referencia no constituye escritura pública porque le falta la
comparecencia" (RdN, 647/77 y 583/68).

"Los actos observados no constituyen escritura pública


porque les falta el requerimiento y comparecencia de parte
o la orden judicial que dispuso su otorgamiento; por ello,
resulta imposible concebir su existencia y debe
considerárselos no sólo nulos sino inexistentes" (RdN,
645/77).

"¿Y cuál es la razón de considerar nula la diligencia de


notificación que realiza el notario solo? Una consulta aclara
que, al no existir en el Código Civil la distinción entre
escrituras públicas y actas notariales, hállanse éstas sujetas
a los mismos requisitos formales que aquéllas", esto es,
requieren de compareciente (RdN, 583/68).

La buena técnica enseña que todos los sujetos


instrumentales tienen un lugar especial para nombrarlos en
la escritura: es la parcela que llamamos comparecencia. En
ella, como en las películas, todos los personajes son
presentados inicialmente y entrarán en escena cuando el
papel que desempeñan lo indique.

Esto exige un cambio de mentalidad. Es de rutina nombrar


a comprador y vendedor al principio de la escritura; ya no lo
es tanto que figure el cónyuge consentidor. Pero ¿no es
cierto que nos sacudiría algo si también nombramos al
principio a los terceros acreedores hipotecarios y mucho
más si son los testigos en un testamento?
Sin embargo, todo es cuestión de costumbre; y, a fuera de
sincero, resulta más ordenado y provechoso. ¿Por qué?
Porque inicialmente tenemos a todos los personajes,
los dramatis personae están en un solo lugar; la atención
del protocolista se concentra sobre la nominación en una
sola oportunidad; es mucho más simple el recuento de
firmas.

De lo contrario, tendríamos dos o tres lugares para distintos


comparecientes, siendo así que el acto o actos tienen una
ligazón unitaria. Además, los estudios de títulos muestran
que, a veces, se omite la fe de conocer del cónyuge
consentidor y de otros cuando se los hace comparecer al
final.

Con todo, lo importante es que los sujetos estén nombrados


en la escritura, cualquiera que sea la parte: tal título es
perfecto. Pero la técnica, como servicio, es un medio
valioso y útil que procura mejorar lo que hacemos. Por otro
lado, en toda regla existen excepciones; v.gr., es
técnicamente recomendable que en la escritura de
habilitación de edad, el habilitado comparezca luego de su
habilitación, y no al principio (ver escritura 8).

Es interesante advertir la evolución doctrinaria y legal del


tema que denominoinstrumento rogado sin
compareciente.Lo traté extensamente en el volumen 7, cap.
IX, al que remito para mayor ilustración, no sin antes
informar algo al respecto, aumentado ahora por la ley
porteña 404.

Eldecreto 3887/1998,reglamentario de la ley bonaerense


9020, en su art. 104 sobre subsanaciones y complementos
en aquélla (148, I, 6) establece que podrán realizarse por
nota en los espacios libres del documento protocolar
autorizado,o por documento protocolar posterior que
relacione el acto que complementa o rectifica sin necesidad
de comparecencia de parte.En el volumen pongo algunos
modelos.

La ley porteña 404, de su parte, dispone: "Las actas que


constituyan documentos matrices estarán sujetas a los
requisitos de las escrituras públicas con las siguientes
modificaciones:...e)El notario practicará las diligencias sin la
concurrencia del requirente cuando por su objeto no fuere
necesario". Esto significa que las consultas publicadas en
las referidas Revistas del Notariado, en las cuales el
Colegio sostenía que no cumplían las normas de fondo,
ahora sí las cumplirían.

Esta norma fue precedida por resolución del Consejo


Directivo del Colegio porteño (acta 2789, 1/4/1992): "El
Departamento de Inspección de Protocolos no efectuará
observaciones de escrituras realizadas sin comparecientes,
cuando su contenido sea la subsanación de una escritura
anterior otorgada con los requisitos correspondientes y no
varíe ni altere la voluntad jurídica de las partes". También
hay modelos en el vol. 7

Una consulta de la Academia del Notariado concluye que si


la notificación de una cesión de crédito se realiza en forma
inmediata a la cesión, son acto único. Es decir que cesión y
notificación son un solo documento notarial con partes
sucesivas que, por ello, tienen la misma fecha y
numeración. Si, en cambio, la cesión y su notificación se
efectúan en distintas fechas, deben asentarse en los
lugares que cronológicamente correspondan a cada
documento y, por cierto, cada uno de ellos con la
numeración pertinente (Noticias del Consejo
Federal,8/1999).
8. INTEGRANTES DE LA COMPARECENCIA

Abarca varios subcapítulos a través de constituyentes que


inclusive no son propios de ella, pero sí provocados por
ella. Entre éstos, los primeros son los elementos de orden y
la data: tiempo y espacio. En efecto, el número, membrete,
fecha y lugar son determinados por la comparecencia, ya
que sin rogación, no hay actividad notarial.

Ciertas leyes incluyen la mención nominativa del notario y


su carácter, como sujeto pasivo de la comparecencia,
porque él es el perceptor pasivo de la presencia de las
personas físicas y, al mismo tiempo, el activo autor del
instrumento notarial, ya que la redacción se atribuye a la
paternidad del oficial público.

Prosigue la nominación de los sujetos instrumentales,


meramente enunciados como lectura de la lista de
personajes. Ellos se convierten en sujetos instrumentales
por medio de la fe de individualización, la cual, en nuestra
legislación, se mantiene como único medio funcional para
identificar, cuando en otros países alterna con otros medios.

Existen además algunos integrantes implícitos: tales el


requerimiento o rogación —que suele constar
expresamente en las actas—; el deber de función con todas
sus implicancias; el juicio de capacidad y de habilidad, si
bien respecto de la primera hay un elemento que permite
inducirla, y es la afirmación de la mayoría de edad.

Aun cuando no conste formalmente, el notario no puede


actuar de oficio; la rogación lícita obliga al ejercicio
funcional, salvo excusa justificada. Tampoco queda liberado
de emitir juicio sobre la capacidad y habilidad del sujeto, ya
que integran la legitimación subjetiva que realiza
precisamente en la comparecencia.

En cuanto a los elementos de orden que veremos en este


capítulo son: la numeración impresa, folio, número y
membrete de la escritura, lugar y fecha. Algunos de ellos
son externos al instrumento, pero todos con trascendencia
hacia el protocolo, cuyo sentido unitario se halla protegido
por seis criterios ordinales.

9. NUMERACIÓN IMPRESA

El sistema argentino de formación de protocolo —con la


única y honorable excepción de Salta— es de colección
exógena. En efecto, viene ordenado desde afuera:
juzgados, bancos oficiales, colegios de escribanos (decreto
615/1978,convenio entre Poder Ejecutivo bonaerense y
Colegio). Se adquieren folios que llevan una impresión
numérica, con los cuales se constituyen los cuadernos
(143,ley 9020).

¿Y qué es un cuaderno? Se denomina cuaderno al conjunto


de diez folios de numeración correlativa, iniciado en el
primero de ellos con guarismo terminado en la cifra uno
(140, ley 9020). Se considera el último número impreso,
partiendo desde el 1 hasta el 0 de la decena siguiente: es a
saber, del 31 al 40, del 135431 al 135440, del 1567411 al
1567440, del 71 al 80, etc., siendo decenas independientes.

Estamos lejos de la época en que se estimó nula la


escritura pública extendida en papel sellado no rubricado
por el juez competente, aun cuando la misma sentencia
apunta que los defectos de la numeración corrida de los
papeles sellados en que se extendió, no anulan
forzosamente la escritura (LL, 48-708).
¿Se puede usar cuadernos no habilitados? Laley
9020contempla el uso de cuadernos no habilitados para
casos de urgencia, siempre que las características sean
similares a las de uso, pero dentro de los tres días hábiles
de la fecha documentada, deben registrarse (art. 144).
Todos recordamos que en 1966 y otros años, hemos usado
papel romaní porque el Estado bonaerense carecía de
papel sellado. Por suerte, muchos colegios se ocupan
ahora de proveerlo.

Se han agregado varios ítems con motivo de nuevas


normas legales. El decreto bonaerense 3887/1998, sobre
uso de cuadernos no habilitados, dice que se considerarán
casos de urgencia aquellos en que se trate de actos legal o
fácticamente impostergables y fuere imposible obtener
cuadernos habilitados. El notario dejará constancia, en el
acto protocolar, de la urgencia del acto. El o los cuadernos
utilizados serán firmados y sellados por el presidente y
secretario de la Delegación respectiva, dejándose
constancia en el registro de provisión de cuadernos (99,
I/III).

Quizá podría resultar conveniente expresar en el acto no


sólo la urgencia sino qué trámites hubo de realizar el notario
que no resultaron, por lo cual se vio constreñido a lo hecho,
salvo que sea un suceso de público conocimiento. El caso
es tan excepcional que no costaría mucho hacerlo; lo
recomiendo contra mi sentir, porque cuanto menos
agregados tenga la escritura, mejor. En todo caso creo que
debería consignarse la circunstancia al final antes del "leo".

La ley porteña 404 ordena que las hojas de protocolo sean


provistas por el Colegio de Escribanos a solicitud indistinta
del escribano titular, adscripto, subrogante o interino, en su
caso, siendo los folios habilitados para el uso exclusivo de
cada registro (66 y 67,a).

10. FOLIACIÓN

Al ordenamiento anterior se sigue el de la foliación, el cual,


a su vez, debe coincidir parcialmente con aquél. Los
cuadernos se ordenan cronológicamente, unidos entre sí
mediante la numeración sucesiva de cada uno de los folios
(141, ley 9020). Supongamos diez sellos: 318941/50;
cincuenta sellos más: 320261/310; veinte sellos más:
321431/50. El primer grupo determina los folios 1/10, el
segundo los folios 11/60, el tercero los folios 61/80, y así
sucesivamente.

a) Capital Federal. La ley 1893/1986 de la Capital dispone


en su art. 194: "Las hojas de registro serán foliadas
expresándose en letras y guarismos el número de orden
que les corresponde"; se debe cuidar que el último número
del folio coincida con el último de la numeración impresa.
Esta norma se complementa con disposiciones del Colegio
al establecer que los escribanos deberán foliar los
cuadernos de escrituras dentro de las veinticuatro horas de
ser retirados (RdN, 1739/77).

¿Y cuando hay problemas? Es obligación del escribano


poner en conocimiento del Colegio cualquier anomalía
referente a errores en la numeración de escrituras, de
folios, pérdidas, roturas o alteración de ellos, a fin de que se
disponga las medidas del caso. La pérdida de folios,
además, da origen al procedimiento de reconstrucción (art.
44, a-e,ley 12.990; RdN, 650/77; arts. 1011, CCiv., y 40,
1, c,ley 9020).
Si hubiere alteración o rotura de folios es insistente doctrina
del Colegio sobre la obligación que el notario tiene de hacer
saber a la mayor brevedad lo acontecido en el protocolo y
abstenerse de adoptar medida alguna, estando únicamente
el consejo directivo específicamente capacitado para
disponer el procedimiento a seguir (RdN, 1739/77).

¿Y en caso de error en el foliado? Se resolvió con carácter


general que los errores de numeración de los folios en los
sellos notariales, deberán ser salvados con notas
marginales filmadas por los propios escribanos (RdN,
1739/77): esta resolución fue adoptada el 30 de setiembre
de 1952 y se mantiene.

En caso de pérdida de fojas el mismo Colegio ha


aconsejado que se efectúe, en forma inmediata, denuncia
ante la autoridad policial que corresponda, y en forma
simultánea se le dé comunicación al consejo directivo que
resolverá.

b) Provincia de Buenos Aires. Los remedios a las


situaciones indicadas corresponden en general al Juzgado
Notarial, pues las inspecciones tienen por objeto, entre
otros, la verificación del protocolo y la costumbre ha
reservado a dicho órgano todo lo relativo a pérdida de fojas,
rotura, errores de foliación, repeticiones de número, etc.
(60, 1-4-6, ley 9020).

En el ámbito bonaerense, eldecreto 3887/1998confirma la


costumbre porque en caso de extravío o destrucción de uno
o más folios del protocolo el notario lo comunicará de
inmediato al Juzgado Notarial, especificando el estado de
utilización en que se encontraban.
En la Capital Federal laley 404,67,a,impone la numeración
correlativa en cada año calendario, norma reiterada en el 68
al afirmar que los documentos matrices deberán llevar cada
año calendario numeración sucesiva del uno en adelante.

11. NÚMERO DE LA ESCRITURA

Es un tercer criterio de orden matemático que, como se


puede advertir, predomina, pues la mayor individuación es
la numérica. Precisamente esta triple numeración es uno de
los constitutivos de la certeza y de la seguridad del
protocolo notarial. A su vez, representa un límite que
ordena la potestad del notario.

El número de la escritura constituye el entramado que liga


instrumento y protocolo, siendo la base del principio unitario
de éste. Por ello, todas las escrituras llevarán el número
que les corresponde escrito en letras, por orden de fecha
(193, ley 1893, y 146, ley 9020).

Mientras en la Capital el membrete precede al número por


costumbre, el art. 146, ley 9020, en forma clara expresa que
el documento será precedido por el número de orden que le
corresponde dentro del protocolo. He adoptado este
sistema en los formularios por parecerme mejor. A su vez,
en Mendoza la ley 3048 establece que dicho número en
guarismo deberá colocarse también en el margen cabeza
de escritura.

El número de la escritura, ¿integra el instrumento? El


Colegio capitalino dice que el error del número de la
escritura debe salvarse por integrar el instrumento mismo.
Es más, afirma que "el número sin salvar, afecta parte
esencial de la escritura" (RdN, 1744 y 979/77), lo cual me
parece incorrecto.
El escribano debe informar al Colegio a la brevedad tal error
para arbitrar los modos tendientes a subsanar tal anomalía,
no estando sometida su corrección al criterio particular del
escribano, ya que no se podrá emplear el adverbio "bis" ni
ninguna otra forma que implique repetir la numeración,
conforme surge de la resolución del 2/8/1950 por el Tribunal
de Superintendencia (RdN, 1740 y 979/77).

El número de orden enmendado no puede salvarse por nota


marginal, y si no fuere salvado puede dar lugar a la
aplicación de la multa, establecida en el art. 1004, CCiv.;
213, ley 1893, y acordada de la Corte del 1/6/1931; también
podrá ser aplicada si dos escrituras llevan el mismo número
(RdN, 1744/77, y LL, 108-552).

En resumen, ¿cuál es la doctrina correcta? Creo que la


proporciona Pelosi al afirmar que por no tratarse de un
requisito prescripto por el Código Civil, el número de la
escritura debe entenderse que no es parte de ella, sino
únicamente elemento de ordenación interna; su omisión o
repetición no puede originar nulidad, sino tan sólo
sancionada disciplinariamente (RdN, 1600/77, al pie).

Laley 404,61, final, ordena que "no se utilizarán guarismos


para expresar el número de documentos matrices". Una
manera rara que necesita ser interpretada. ¡Aunque
siempre se ha dicho que es más abarcativa la prohibición!
En el decálogo hay 6 mandamientos negativos.
Sinceramente esta norma ¿querrá decir que el número de
documentos matrices debe ser en letras? Y ¿no sería más
fácil haberlo puesto directamente en forma positiva?
Además esto hace suponer que si escribo: 100 (CIEN)... ¿la
escritura padece de alguna nulidad porque está el
guarismo?
Tiempo después de escrito lo anterior se dictó eldecreto
1624(9/2000), reglamentario, que en el 38-2 dice: "El
impedimento para utilizar guarismos en la expresión del
número de documentos matrices se refiere al que
corresponde al encabezamiento de cada una de las
escrituras que se autoricen o quedan sin efecto". En
definitiva, mucho más simple, conciso y claro hubiera sido
decir: las escrituras autorizadas o sin efecto deben ser
precedidas por un número en letras. ¿Para qué la
referencia a guarismos?

12. NO PASÓ Y ERRÓSE

A los efectos de la numeración de la escritura siguiente la


práctica distingue la anulación de las escrituras terminadas,
de las que han sido interrumpidas. Tratándose del primer
caso, se prosigue la numeración; en el segundo caso, se
repite (RdN, 650/77).

Cuando la escritura se hubiese asentado en su totalidad y


no fuere firmada por las partes, se usará de la expresión
"no pasó" o "quedó sin efecto", agregando las causas que
dieron lugar a ello; para anular escrituras no terminadas se
debe emplear la expresión "erróse". En estas últimas no es
necesario que el escribano estampe su firma después de la
referida nota: esto se dice en Capital (RdN, 650 y 651/77).

Una última referencia. No es necesario poner la palabra


"escritura" o "acta". Basta colocar solamente el número de
orden que corresponde dentro del protocolo. Así,
"DIECIOCHO". "VEINTITRÉS", sin más aditamentos. Por
otro lado, si siempre que se puede se suprime la palabra
"número" se acortará grandemente el texto.
El tema del presente parágrafo constituye un anticipo, ya
que se tratará más ampliamente en el capítulo de
Autorización (XV).

13. MEMBRETE O EPÍGRAFE

Membrete significa la anotación de lo sustancial, o título


puesto a la cabeza de la primera plana de algo que ha de
extenderse después con todas sus formalidades o
requisitos. Epígrafe es el resumen o cita que suele
encabezar una obra científica o literaria, un capítulo o una
división para indicar brevemente su contenido.

Notarialmente es el extracto inicial de los instrumentos


protocolares. Se pone la sustancia del acto jurídico
constituido en ellos. Comprende la naturaleza y el objeto del
acto y los nombres de los sujetos. Da a conocer
sintéticamente el contenido, facilita la ubicación del
instrumento y la formación de los índices. Cabe utilizar
abreviaturas y colocar sólo el nombre de la primera de cada
una de las partes informando la existencia de "otros",
siendo varios.

Membrete y número no forman parte de la escritura, ya que


las normas de fondo nada disponen al respecto, e inclusive
algunas leyes provinciales nada dicen sobre ella, de modo
que predomina la costumbre o alguna resolución que haya
adoptado el Colegio: son sólo elementos de ordenación del
protocolo.

Su error en nada modifica el texto del instrumento, que es lo


principal; no salvar sistemáticamente las enmiendas,
raspados y entrelíneas revela falta de cuidado y podría de
alguna manera ser pasible de sanción disciplinaria.
Que no integra la escritura surge claro del art. 146, ley
9020: "El documento será precedido por el número de
orden... y por un epígrafe que indique su contenido y el
nombre de los otorgantes". Pero está sujeto a inspección,
pues ésta tiene por objeto verificar si se han cumplido las
formalidades de ley en la facción de los documentos (60,
14).

En vez, en la Capital, María Inés Bravo de Gerli explica la


utilidad del membrete, pero advierte que "no es obligatorio,
no siendo en consecuencia observable una escritura que no
lo tiene". El membrete no suele reproducirse en las copias o
testimonios mecanografiados de los instrumentos matrices.

La ubicación del número y membrete es diferente.


Conforme hemos visto, en Capital comienzan con el
membrete, luego sigue el número; en la provincia
bonaerense el número va delante y luego sigue el
membrete. Dicha ubicación se halla vinculada al lugar de
iniciación de las escrituras, que en ambas circunscripciones
comienzan en cabeza de folio (acordada del Tribunal de
Superintendencia del 2/8/1950).

En la provincia de Buenos Aires, los documentos se


extenderán por orden cronológico, iniciándose en cabeza
de folio, y llevarán cada año numeración sucesiva del uno
en adelante, expresada en letras. El primero de cada año
se extenderá después de la nota de apertura (146, ley
9020).

Conviene que el membrete o epígrafe se extienda en línea


ininterrumpida en letras mayúsculas, y si se quiere
destacarlo, se recomienda subrayarlo juntamente con el
número, también con línea ininterrumpida. En las actas
basta poner el objeto; luego el nombre del requirente y, en
su caso, del requerido; v.gr., Notificación: Juan González a
Perla López.

Eldecreto 3887/1998aclara que "en el supuesto de


pluralidad de otorgantes por parte, bastará consignar en el
epígrafe el nombre de uno de ellos y el agregado dey otrooy
otros según corresponda"(98). Este preciosismo con
bastardilla es peor que si la norma hubiera dicho: "úsese del
singular o plural según el sujetofuereuno o varios". Es tan
evidente la variante que alguien podría pensar de los
escribanos que no saben gramática.

Laley 404,de su parte, dispone que los documentos


matrices deberán ordenarse cronológicamente, iniciarse en
cabeza de folio y llevar cada año calendario la numeración
sucesiva del uno en adelante. No podrán quedar folios en
blanco. Deberá consignarse, además, un epígrafe que
indique el objeto del documento y el nombre de las partes.

14. LUGAR

Junto con la fecha, integra la data. Debe especificarse el


lugar especial y el general; v.gr., ciudad de Buenos Aires,
ciudad de San Rafael, provincia de Mendoza, ciudad de
Resistencia, provincia del Chaco; ciudad y provincia de
Corrientes; ciudad y provincia de Salta, y luego República
Argentina.

Puede parecer cargante que se coloque esto: "En Lomas


del Mirador, partido de La Matanza, provincia de Buenos
Aires, República Argentina", pero son todas indicaciones
necesarias si la oficina del registro es ésa. Hace tiempo se
indicó que "la individualización del lugar debe hacerse del
modo más completo posible" (LL, 97-381).
A veces se omite "República Argentina". En cuanto el
documento pueda salir del país, como sobre todo pasa en
zona de fronteras, si entra en juicio se presenta la
impugnación, lo que se debe evitar. Tengo entendido que
así ha ocurrido en el Paraguay y en Chile por documentos
notariales autorizados en provincias limítrofes argentinas.

Se exige la indicación del espacio o sitio en que están los


sujetos instrumentales y, sobre todo, el oficial público, como
circunstancia necesaria para verificar la competencia
territorial del autorizante y definir el derecho aplicable. Si
bien el derecho de fondo es el mismo, recuérdese que hay
normas de procedimiento que son locales (980, CCiv.; 133,
ley 9020).

La indicación del lugar en el instrumento notarial está


protegida por la fe pública que, recayendo sobre él, procede
a su fijación trascendental en derecho. Asimismo, el lugar
establece el criterio de aplicación de las leyes o usos para
la validez y eficacia de las formas y solemnidades según el
brocárdico "locus regit actum" y, por último, hasta rige
obligaciones diferenciales del notario.

Todo notario tiene un domicilio legal que corresponde a su


oficina. Como norma genérica, al protocolo no puede
sacárselo de la oficina del registro. Para hacerlo se exigen
dos cosas: a) causa y motivación suficientes como hechos
forzantes; b) constancia de ella en la comparecencia; v.gr.,
constitución en el despacho de un juez, de un enfermo, en
entidad financiera, acta de comprobación, etc.

Conviene que nos refiramos brevemente a las


circunscripciones de Capital y de provincia, advirtiendo de
antemano que la riqueza de posibilidades que tiene la
bonaerense es realmente extraordinaria.
a) Capital Federal. La norma genérica expresa que los
registros no podrán ser extraídos de la oficina sino en caso
de fuerza mayor o para su traslación al archivo general (68,
ley 404). El Colegio dice que el ámbito en el cual debe
actuar exclusivamente el escribano es la Capital Federal y,
por ende, le está vedado constituirse fuera de sus límites
(RdN, 649/77).

En cuanto a la firma fuera de la notaría, el art. 201, ley


1893, y la prohibición del art. 11, decreto reglamentario
26.655/ 51, implican la obligatoriedad que tiene el
autorizante de manifestar la razón por la cual se firma la
escritura fuera de la oficina (RdN, 1741/77).

Pero aunque se probara que la escritura se firmó en un


domicilio particular en lugar de la oficina del escribano,
según consta en el instrumento, ello no perjudica su validez
en tanto se tratara de la misma competencia notarial (LL,
136-342).

b) Provincia de Buenos Aires. Todas las normas se


encuentran en el art. 130, ley 9020, con tres capítulos. La
competencia general la fija el registro, estando los distritos
notariales constituidos por los partidos de la provincia (193,
I-II, ley 9020).

Pero la competencia del notario dentro de la provincia tiene


cuatro posibilidades que surgen del art. 130, II, y que son:

1) En notificaciones, protestos y otras actas pasadas ante


él, las diligencias pueden realizarlas en todo el territorio de
la provincia (1/2).

2) Si se trata de planes sociales y la entidad no tiene


oficinas en el distrito notarial del inmueble, el notario de
dicho distrito actuará en la oficina más próxima de la
entidad o en la capital provincial (3 y 189).

3) Si son escrituras en que comparece el juez, cualquier


notario del departamento judicial —que abarca varios
distritos notariales— puede actuar (4).

4) Si, por algún motivo, se carece de servicio notarial en un


distrito, pueden prestarlo los notarios de los distritos
limítrofes.

Hay otras circunscripciones en que el territorio del notario


no se limita a los departamentos ni a las ciudades, sino que
abarca toda la provincia (v.gr., Mendoza, Corrientes y
otros), pero el notario debe expresar la causa que motiva el
otorgamiento fuera de su oficina legal.

La ampliación sobre el tema "lugar" comprende cinco


puntos: a) dos sentencias; b) ley bonaerense 9020, 130,
189, y reglamento; c) de Capital Federal una consulta; d)ley
404, 22/24; y, por fin, e) dos despachos sobre laley 24.441;
concluyo con un responso sobre un pésimo recuerdo.

a)Dos sentencias.C. Nac. Civ., sala D, autos "C., E., v. R.,


M. J." (30/5/1996):... 2. El acto jurídico otorgado por un
escribano público fuera del lugar de su jurisdicción territorial
es nulo de nulidad absoluta, con la consiguiente
imposibilidad de confirmación (1047) e imprescriptibilidad...
4. Si el instrumento público es exigido como formaad
solemnitatem(1184) su nulidad priva de todo efecto al
documento, el cual no tiene validez ni como instrumento
privado. En virtud de lo expuesto el 987 es inaplicable al
supuesto descripto (RN, 928-801-1997).
C. Nac. Civ., sala C, autos "Habretche, Horacio J. y otra v.
El Trust Viviendas S.A..." (9/1986). Si el defecto
instrumental espor razón del territorio hay uniformidad de
doctrina sobre la aplicación del 987según el cual ...vale
como instrumento privadosi está firmado por las partes...
vigente por causa de una conversión típica ... Distingue tres
clases de actos: con solemnidad absoluta, relativa yad
probationem ...(RdN, 812-116-1988).

b)Ley bonaerense 9020, 130,2. Aldo Emilio Urbaneja opina


que la intervención notarial para actuar en protestos y otras
actas que exijan diligencias en diversos distritos debe ser
rogada en la sede del registro. En ningún momento se dice
que la primera deba efectuarse en el propio distrito. Bien
pueden ser la segunda o ulteriores las que se realicen en el
distrito sede (RN, 923-51-1996).

Eldecreto 3887/1998reglamentario de laley 9020,sobre


casos del citado art. 130 dice: Art. 88: Están comprendidos
en la extensión de competencia (130, II, 4) aquellos
supuestos en que el notario efectúa inventarios,
constataciones u otras actividades fedantes para los que
fuera designado en el marco de un proceso judicial.

Art. 89: I. A los efectos del 130, II, 5, el Colegio mantendrá


una nómina actualizada que publicará no menos de una vez
por año en su Boletín, respecto de los distritos notariales sin
registro, o con registros notariales vacantes sin suplentes ni
interinos. Esta información se complementará con la
nómina de los registros de los distritos notariales limítrofes,
cuyos notarios podrán prorrogar su competencia territorial
en los casos señalados.

II. En los supuestos de existir alguno de los impedimentos a


que se refiere el párrafo anterior, deberá dejarse constancia
debidamente acreditada en el instrumento del motivo por el
cual se ha operado la extensión de la jurisdicción.

c)Capital Federal, una consulta.Una consulta estudia


losarts. 75,54y79de laley 24.441sobre el estado y la
ocupación del inmueble ejecutado, el lanzamiento si debe
desocupar con la fuerza pública y también al documentar el
remate, todo posible hacerlo con actas notariales.
Despachan Jaime Giralt Font, Lino E. Palacio y Eduardo
Sirkin. El principio es el art. 6 de la 12.990: "Los escribanos
deberán... constituir un domicilio especial...salvo el caso de
instrumentos autorizados por delegación judicial,sólo
pueden actuar dentro de la jurisdicción territorial en que
hubieran establecido su domicilio".

Si, pues, la actuación notarial debe ejecutarse en


demarcación distinta de la del registro del escribano, deberá
requerirse al juez del proceso que libre oficio al del lugar
donde la diligencia deba practicarse para que éste, en un
único mandamiento, confiera al escribano el carácter de
oficial de justiciaad hocy le acuerde las atribuciones
pertinentes. Cuando el remate se haga endemarcación
distinta a la del registro del escribano,debería resultar de su
designación que, entre las atribuciones, se encuentra la de
formalizar el acta del remate (RdN, 841-355-95 y 846-564-
96).

d)Nuevaley 404/2000de la Capital Federal.El art. 24 dice


que los escribanos de registro deberán fijar su domicilio
profesional en la ciudad de Buenos Aires. Podrán residir en
un sitio que se encuentre a no más de 100 km de distancia
de la sede del registro a su cargo... La ciudad de Buenos
Aires será el territorio en que tendrán competencia,salvo en
los actos y diligencias que realicen fuera de ella por
delegación judicialy en los que se refieren los art. 22 y 23.
Para la aceptación de cargos a efectos de extender
escrituras judiciales, incluso en el caso deprotocolización de
subasta, los jueces deberán exigir que el escribano acredite
ejercer funciones de tal en la ciudad de Buenos Aires.

Y ¿qué dice el 22 y el 23? El 22 contempla aspectos


profesionales, y el 23, funcionales; por éste los
escribanosestán facultados para realizar ante los jueces de
cualquier fuero y jurisdicción, así como ante los organismos
estatales, nacionales, provinciales o municipales o de la
ciudad de Buenos Aires, todas las gestiones y trámites
necesarios... Podrán examinar y retirar, mediante
autorización judicial, expedientes judiciales o
administrativos.

Respecto del último párrafo cabe observar: o el 24 se


contradice con el 23, o al revés. En efecto, el 23 dispone
que el escribano de la ciudad de Buenos Aires
puederetirarexpedientes, mediante autorización judicial,de
cualquier juzgado del país.Pero el 24 piensa diverso: para
extender escrituras judiciales,incluso de protocolización de
subasta,el juez capitalino debe exigir que el escribano
tengaregistro de la ciudad de Buenos Aires.¿En qué
quedarnos? ¿Coherencia? Y sí. Cada uno la tiene consigo
mismo.

Hay, sin embargo, una manera (algo ridícula porque


complica), de evadir esa prohibición de modo correcto y
legal: el escribano de provincia solicita del abogado que le
consiga un testimonio judicial, legalmente expedido, de las
actuaciones, y luego protocoliza la subasta de un
expediente de la Capital. ¿Y los tractos abreviados? A mi
entender, no parecería muy técnica la manera de imponer a
los jueces que exijan al notario ser escribano de registro
porteño, en una ley notarial que no está dirigida a ninguno
de los integrantes de los tribunales por más que sean leyes.

El reglamento no mejoró la situación porque ni quita ni


pone. El 8 dice que "la acreditación de ejercer funciones de
escribano de registro en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires que los jueces deben requerir para la aceptación de
cargos, de acuerdo con el último párrafo del 24 de la ley, es
exigible sólo en los casos en que éstos fueren otorgantes
de los documentos notariales". ¿Es ésta una aclaración?
¿Por ventura se podría interpretar que un escribano de
provincias autorizara una escritura en que comparece un
juez de la ciudad autónoma con el art. 512 del CPCC?

A la inversa, nada se dice sobre la "protocolización de


subasta", precisamente aquella en que no comparece el
juez ni, por ende, otorga esa protocolización según se prevé
en la norma procesal arts. 586/587 y en el 1184. De modo
que la parte del art. 24 sigue con la misma "melodía": "en el
caso de protocolización de subasta los jueces deberán
exigir que el escribano acredite ejercer funciones de tal en
la ciudad de Buenos Aires".

Se me ocurre reflexionar algo que resultará curioso:


a)según un nuevo enfoque que he aceptado (vol. 8, cap. I,
párrafo 6.c), Cerávolo y Casabé, sobre base doctrinaria y
jurisprudencial, sostienen que, dictada la sentencia de
escrituración, la escritura podría ser otorgada no por el juez,
sino por quien él nombre. Si el nombrado no es persona de
característica "jurisdiccional", v.gr. el mismo secretario, pero
no el oficial mayor, éste podría otorgarla en registro
bonaerense. Pero eso sí como no consiste en protocolizar
subasta, ésta según el inciso del 24, 404, debe ser otorgada
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. De esta manera
laley 404y su reglamento habría arrevesado las cosas.
Hago notar que el 129 de la 9020 puede haber inspirado
parte del 23 de la 404, pero no incurre en la contradicción
que advierto en éste con el 24.

e)Despachos de jornadas.La coherencia consigo mismo


surge de la XXIV Jornada Notarial Argentina, Buenos Aires,
6/1996, sobre ejecución hipotecaria en laley 24.441,tema III,
punto 5: las provincias advierten no haber delegado en la
Nación facultades jurisdiccionales; por lo tanto laley
12.990(hoy la 404) de carácter local no puede extender la
competencia territorial de los notarios. La Delegación de la
Capital Federal se remite a la 24.441 y el espíritu del
legislador. Además, la XXX Jornada Notarial Bonaerense,
11/1995, Villa Gesell, tema III, punto 5,nemine
discrepante,nulifica todo acto autorizado por notario fuera
de su competencia territorial (ver vol. 8, cap. III, párrafo 20).

Por fin, vaya un RIP para el pésimodecreto 2295/1992,que


"decretaba" una orgía profesional para todo universitario o
no universitario, sobre la base del malhadadodecreto
2284/1991,una auténticaboutadeque intentó crear un
tembladeral unificando en competencias nacionales a todo
el mundo titulado.

15. FECHA

Elart. 1001,CCiv., exige que se consigne en la escritura el


día, mes y año en que fuese firmada, que puede serlo
cualquier día, aunque sea domingo o feriado, o de fiesta
religiosa, y el art. 23 del mismo cuerpo establece que los
días, meses y años se contarán por el calendario
gregoriano.
La fecha es importante, a punto tal que son nulas las
escrituras que no tuvieren la designación del tiempo en que
fuesen hechas (1004,CCiv.). Pero esta sanción no es de
aplicación cuando no se trate de una escritura sin fecha,
sino de fecha irregularmente asentada: un entrelíneas que
no ha sido salvado en forma (LL, 12-152), aun cuando sería
anulable conforme al art. 989, que la considera parte
esencial de la escritura.
Con referencia al año, dice Salvat que la ley ha querido
evitar fraudes. En consecuencia, esta sanción no debe
aplicarse si se trata de errores en los cuales toda idea de
fraude sea materialmente imposible, como sería, p.ej., el
caso de una escritura que estuviera en el lugar que le
corresponde en el protocolo y se hubiera enunciado un año
por otro, cosa que puede suceder a comienzos de año
(RdN, 1757/71).
Esta interpretación ha permitido que el Colegio de la
Capital haya podido sentar como doctrina que el error en la
enunciación del año en que se ha otorgado la escritura, no
la anula y procede salvarlo con una aclaración marginal
(RdN, 978/77).
La fecha se halla conectada con otros temas
importantísimos, como pueden ser la entrada en vigencia
de las leyes (v.gr.,ley 17.711,a partir del 1/7/1968), la
mayoría de edad de las personas, el estado civil, las
sentencias de divorcio, su efecto retroactivo a la fecha de la
iniciación de la demanda, conectada con el consentimiento
conyugal y otros rubros.
Otro aspecto es la fecha incompleta (falta el día). Según
Borda, no anula la escritura, si puede integrarse
determinándola por la inmediata anterior y posterior. Según
ello, aun en el caso extremo de que faltara íntegra la fecha
(día, mes y año) de la escritura 318, se puede inducir que
no habría fraude si las escrituras 313 a 317 y 319 a 321
fueron autorizadas el 14 de abril de 1979 (RdN, 793/72).
El orden cronológico es fundamental, pues es nula la
escritura que no está en la página del protocolo donde
según aquel orden debía ser hecha (1005,CCiv.), lo cual ha
traído interpretaciones variadas en el ánimo de salvar varias
escrituras posteriores frente a una sola errada.
¿Existe un ordenamiento dentro del día? Parecería que
es indistinto. Pero elCódigo de Comercio, al cual se
incorporó eldecreto 5965/1963,ratificado porley 16.478,dice
que el acta de protesto notarial debe contener
esencialmente la fecha y hora del protesto (66, 1),
circunstancia recogida por laley 9020al obligar al notario a
que exprese otros datos cronológicos, cuando lo exijan las
leyes o lo juzgue pertinente (155, II, a).

El Colegio capitalino ha imputado falta de vigilancia en la


redacción de las escrituras de dos protestos practicados en
la misma fecha y hora en distintos domicilios, lo que es
imposible, como igualmente los graves perjuicios que puede
acarrear la inobservancia de disposiciones expresas, tales
como las del Código de Comercio (RdN, 1326/77).

Al adquirir las fojas de protocolo, los colegios de Capital y


de provincia realizan asientos con la fecha de expedición; el
de Capital inclusive pone el sello de rúbrica con esa fecha.
Al procederse a la inspección, se verifica que las escrituras
extendidas sean de la misma fecha de expedición o
posterior.

También se halla ligada la fecha de la escritura con los


certificados registrales. A veces, ha habido descuidos
desastrosos, pues el espacio en blanco se ha cubierto sin
advertir que la expedición registral es de fecha posterior a la
escritura, con lo cual el documento va llevando una bomba
de tiempo en su propio cuerpo, y omito referencias a otras
posibilidades nefastas.
La fecha, como el lugar, se halla protegida por la fe pública,
y constando en instrumento notarial, sólo puede ser
destruido por querella de falsedad que prospere. Algunos
de los errores mencionados —aun sin dolo ni mala voluntad
— pueden coadyuvar eficazmente contra la fe del
instrumento por esas negligencias y descuidos.
Tres apuntes: a) consultas; b) novedad en las normas: otorgamiento
sucesivo en el día; c) ¿y si el acto sobrepasa la medianoche?

a)Dos consultas.Francisco Cerávolo dice que no


corresponde la nulidad de la escritura si se trata de un error
inevitable. Escritura cuestionada: 384 a 386:12/12/1984 //
387, 14/12/1984 // 388, 13/12/1983. El motivo y fin de la
norma contenida en el art. 1005 no es otro que el de
asegurar la certeza de la fecha; evitar su adulteración,
impedir fraudes a terceros mediante el falseamiento de esa
fecha que resulta ser un simple error material (80)... se
declara nula la escritura que no se halla en la página que
corresponde a su fecha, pero no a las que estando
debidamente colocadas adolecen de un error en las fechas.
Cita a Carlos A. Pelosi,El documento notarial,y a José
María Orelle en el Código Belluscio, art. 1005, y otros (RdN,
851-79-1998).
De su parte, Patricia Marcela Casal manifiesta que no es
nula la escritura en la que la fecha es errónea si puede
entenderse por su ubicación en el protocolo cuál es la
correcta (RdN, 859-229-2000). Formula ciertas
consideraciones y se remite a Carlos A. Pelosi en el libro
citado.

b)Unidad de acto y otorgamiento sucesivo.Recordando las


unidades del teatro clásico, podríamos decir que en la
audiencia notarial hay unidad de tiempo y de lugar, de
acción y de personas. Nos interesa la unidad de tiempo que
establece la continuidad entre el otorgamiento y la
autorización. Laley 1893/1886de la Capital Federal decía
que "el otorgamiento de la escritura, firma de las partes,
testigos y escribano, debe hacerse en un solo acto" (210).

ElCCiv.acepta que la unidad de acto constituye un elemento


extrínseco formal del acto notarial, es decir, no atañe ni a su
sustancia ni a la esencia del rito formal, como la firma de las
partes. Se halla ligada al principio de inmediación y lo
presupone porque el notario necesariamente debe estar
presente. Así Carlos A. Pelosi sostiene el criterio de que la
unidad de acto se cumple por medio del escribano, que sí
debe estar presente al firmar cada uno de los interesados.

La primera norma que acepta el otorgamiento sucesivo y


dispone la unidad dentro del día, adecuando el trámite a la
realidad irrefragable es eldecreto 3887/1998,reglamentario
de la ley bonaerense 9020/1978, al establecer que"en los
casos en que hubiera pluralidad de otorgantes y no se
tratara de actos en que hubiera entrega de dinero, valores o
cosas en presencia del notario, podrán suscribir la escritura
en distintas horas del mismo día del otorgamiento,salvo
expresa exigencia legal en contrario" (107), v.gr. el
testamento, 3658.

Por empezar se trata de actos entre vivos; uno de los


ejemplos más claros puede ser el poder que otorgan varias
personas, un reglamento, constitución de sociedad, bien de
familia, cancelación por varios herederos de hipoteca ya
pagada, etc. El notario debe estar plenamente seguro de
que procederán a firmar el texto, ya que después de la
primera suscripción no se puede modificar nada; se
comprende, pues, la necesidad de que se enteren con
antelación.
Hay un segundo aspecto importante: si uno solo de los que
figuran como comparecientes no firma, el documento es un
"no pasó". Alguien podrá imaginar que en esta hipótesis
bastará con testar en la comparecencia a quien falta,
salvando en el lugar correspondiente. Cabe pensar en una
incorrección y, sobre todo, por algo los rogantes del acto
quisieron ser todos los que figuran y ninguno más, pero
tampoco ninguno menos.

La novedad figura también en laley 404,80, porteña, que


tiene el mismo texto subrayado más arriba, con ningún
cambio significativo, pero agrega: "dejándose constancia de
ello en el protocolo. Este procedimiento podrá utilizarse
siempre que no se modificare el texto definitivo al tiempo de
la primera firma". Este artículo, con su agregado, responde
más al Anteproyecto en su art. 34 y son dos contenidos de
que carece el reglamento provincial.

¿Cómo dejar constancia en el protocolo? Inquirí a


escribanos bonaerenses y si bien no hice encuesta,
ninguno aportó datos sobre su propia práctica pues siguen
el procedimiento común. También consulté en esta ciudad,
que lo tiene como obligatorio, pero a tan poco tiempo de
dictada laley 404no hay experiencia. Por ello, es necesario
descubrir algún sistema que permita cumplir la norma sin
sobresaltos.

Sería posible utilizar dos: a) uno, en mi opinión el mejor, es


poner nota marginal una vez autorizado por el notario, lo
que implicará que firmaron todos los comparecientes:
"Buenos Aires, la misma fecha... Hago constar que el
presente acto fue realizado según elartículo 80,ley 404"; b)
en alguna parte del texto, que podría ser en la
comparecencia, donde es más visible, o bien, antes de la
lectura donde será menos perceptible, a elección del
notario.

"...ante mí comparecen las diez personas que se indican...


quienes se conocen entre sí y a los que doy fe de conocer.
Conste que el presente poder se otorga según elartículo
80,ley 404" o bien, detalladas las facultades, formular la
misma constancia. Creo cargazón churrigueresca poner la
hora en que cada uno firma debajo de su signatura porque
no es obligatorio. Conviene poner la comparecencia por
orden alfabético de apellidos y numerar a lápiz la
correspondencia de firmas.

El tema fue tratado por Carlos A. Pelosi enEl documento


notarial,p. 234, y en su comentario al art. 34 del
Anteproyecto. Lo he seguido en miManual de derecho
notarial,p. 133.

c)¿Ysi el acto sobrepasa la medianoche?En el vol. 10, cap.


I, párrafo 9.d), desarrollé este tema refiriéndome a las dos
tesis: a) la unidad de día realiza dos actas: una el día 5 a
las 22 y su conclusión el día 6 a las 2,30, por supuesto en
dos actas con dos comparecencias, dos rogaciones, ligando
una con otra, etc.; b) la unidad de acto es una sola acta
aunque sobrepase la medianoche.

Luego de discurrir reflexionaba: "Encuentro mucho más


racional el sistema de la unidad de acto, aun cuando el día
civil sea distinto. Estimo que debe predominar la
continuidad de la asamblea de copropietarios, que es real, y
no una interrupción ficta a causa de un motivo que no
puede afectar el hecho histórico. En cuanto a lo formal, se
halla suficientemente cubierto con la intervención del
escribano, la presencia de los integrantes de la asamblea y
de los firmantes del acto.
"De cualquier manera, he dado a conocer las dos tesis y
puesto el ejemplo de la que, por más correcta que pueda
parecer en abstracto, resulta complicada, más bien ficticia,
con manifestaciones en contra de economía procesal, no
tan fluida como un acta privada y sin añadirle mucho más.
Hace poco la Academia de Derecho publicó una serie de
trabajos con el títuloDerecho y realidad:en ellos señalan
que aquél debe adaptarse a ésta".

Pues bien, el 46 del reglamento dice: Cuando el acta narre


hechos ya ocurridos el notario deberá formalizarla el mismo
día en que hubiesen acaecido, salvo en el caso de que las
actuaciones notariales que comiencen un día y su
desarrollo se extienda hasta el día siguiente, las que se
considerarán otorgadas el día de su comienzo, debiendo
consignarse en las mismas el hecho de que su finalización
se ha producido el día siguiente al que han comenzado sin
necesidad de otra formalidad. En este supuesto y a los fines
del art. 83, inc.fde la ley, se considerará como si hubiesen
sido extendidas en un mismo día pudiendo extenderse el
día de su finalización.

También podrán ser extendidas al día siguiente si los


hechos que se narren hubiesen ocurrido en un horario tal
que, por lo avanzado del día, el escribano se encuentre
materialmente imposibilitado de extenderlas el día en que
ocurrieron, debiendo hacerlo en los primeros minutos del
día inmediato posterior, aun cuando éste fuere inhábil.

Saco a relucir lo que dice el 83: Las actas que constituyan


documentos matrices estarán sujetas a los requisitos de las
escrituras públicas con las siguientes modificaciones...fi No
requieren unidad de acto ni de redacción. Podrán
extenderse simultáneamente o con posterioridad a los
hechos que se narraren pero en el mismo día, y separarse
en dos o más partes o diligencias, siguiendo el orden
cronológico.

En el primer párrafo del 46 es conveniente tomar aire dos


veces. Han dejado de lado, como en tantos otros, el punto y
aun el punto y coma. En cuanto a consignar las horas me
parece conveniente ponerlo al final, antes de la lectura:
"Hago constar que, comenzada la comprobación a las
veintidós del cinco de noviembre de dos mil, ha concluido
siendo las dos y treinta del seis". En el reglamentario 46
cabría preguntar dos cosas: a) ¿cuáles son los primeros
minutos del día inmediato posterior?; b) ¿No dice el 1001,
por adversativa, que todos los días son hábiles?

16. MENCIÓN DEL NOTARIO

En muchas legislaciones notariales se exige que en el


comienzo del instrumento esté la identificación o investidura
del notario. Las razones básicas son: en cuanto al primer
punto, la atribución de la autoría del documento y, por ende,
de paternidad responsable; en cuanto al segundo, refleja el
carácter transitorio o definitivo del cargo y, dentro del mismo
registro, la posición del autorizante.

La identificación personal se realiza por los nombres y


apellido del notario. Algunos opinan que la firma basta, pero
ésta no excluye la conveniencia de expresar el nombre del
oficial ni siquiera haciendo referencia al sello aclaratorio.
Esto se advierte en nuestro sistema, particularmente en las
copias o testimonios que pueden ser expedidos por uno de
los notarios del registro.

La investidura y el cargo ofrecen distintas modalidades:


titular, adscripto —que inclusive pueden ser dos o más
según los lugares—, suplente, interino y a cargo. Un mismo
notario podría ser titular de un registro, suplente en otro y a
cargo de un tercero, donde si bien no va a autorizar
escrituras, sí podrá expedir copias o testimonios.

Por último, se consigna el número que corresponde al


registro. En la provincia de Buenos Aires, entiendo que no
es necesaria la repetición del distrito notarial o partido, si ya
figura inicialmente al consignarse el lugar, pues ello sería
una tautología (195, II,ley 9020).

Adviértase de la conveniencia del sistema porque, en


efecto, Juan Manuel López puede ser titular del registro
100, suplente en el 200 y a cargo del 300, todos de La
Plata, donde vemos que el sistema indiciario constituido por
el triple criterio: nominación personal, carácter y número de
registro constituyen una unidad que habilita la correcta
interpretación.

Una de las anomalías que con este sistema pueden ocurrir


dentro del mismo registro es que, enunciado en el texto de
la escritura el nombre del notario titular Juan Manuel López,
el instrumento haya sido firmado por su adscripta Mariana
Jiménez. ¿Qué solución podemos encontrar?

En una conferencia, María Inés Bravo de Gerli presenta una


hipótesis diferente, inclusive más riesgosa que la indicada,
y entiendo que, por paralelismo, es un perfecto remedio a la
cuestión planteada de consignar al titular habiendo firmado
el adscripto.

Tampoco existe problema —dice— si por compartir la


misma oficina dos escribanos se confunden y autorizan
escrituras del otro registro. En este caso, no borren la firma
ni coloquen "erróse". Simplemente: dejen la escritura
autorizada por los dos escribanos, siempre lógicamente que
uno de ellos sea el del registro correspondiente. La
escritura no será observada (RdN, 2232/81).

El criterio, siempre válido, es el siguiente: estando la firma


del titular Juan Manuel López, el acto notarial está perfecto.
La firma de la adscripta, Mariana Jiménez, que también
figura, resulta ser excedente, pero no perjudica, al igual que
siendo cinco los otorgantes, interesa que estén las firmas
de los cinco, y no importa que haya alguna más no
conectada con el instrumento.

CapítuloII

LEGITIMACIÓN SUBJETIVA. INTERVENCIÓN

Una vez que se han provocado los elementos de orden por la comparecencia de
los sujetos instrumentales, procede la legitimación subjetiva y, cuando la hubiere, la
intervención. En cuanto a los sujetos, es menester nombrarlos, lo que se puede
realizar de varios modos; informar ciertos atributos personales exigidos por elCódigo
Civile individualizarlos por los medios legales.

17. CONCEPTO DE LEGITIMACIÓN SUBJETIVA

Es aquella por la cual el notario acepta la intervención, por


sí o por otro, de personas físicas en la escritura pública.
Todos son comparecientes en calidad de sujetos
instrumentales; además, quienes realizan el acto de
disposición, declarando sus voluntades, asumen también
carácter de sujetos negociales o partes.

¿Qué es un sujeto instrumental? Pues aquella persona que


comparece en el instrumento notarial como hecho, como
presencia física registrada por la evidencia en la audiencia
notarial. Tales, v.gr., el intérprete, testigo, firmante a ruego;
también los sujetos negociales, los cuales, por hallarse
incrustados en el instrumento, son sujetos de él.
El notario no es sujeto instrumental, pues si bien figura en
él, nada menos que como autor (que lo hace, que lo
autoriza), la imputación lo sindica como padre de él; no es
compareciente, sino que preside la audiencia notarial y
realiza las diligencias del caso. El juez que otorga una
escritura es compareciente ante notario, y quien rige la
audiencia que se vuelca a la escritura pública es también el
notario, y no el juez.

¿Y qué entendemos por sujeto negocial? Aquella persona


que emite una declaración de voluntad destinada a
modificar su estado jurídico provocando una adquisición,
pérdida o extinción de un derecho y también a establecer
una relación jurídica. Toda declaración de voluntad es, de
por sí, un negocio jurídico que precisamente constituye el
aspecto de fondo de la escritura pública.

En tal escritura, el sujeto negocial interviene no sólo como


hecho (compareciente y sujeto instrumental), sino también
como derecho, ya que se produce modificación de
sustatusjurídico: inclusive la realización de un negocio
jurídico es exclusivamente lícita, ya que —por concepto y
coherencia lógica interna— no hay negocios jurídicos
ilícitos.

El sujeto negocial es conocido también por parte y, en


derecho notarial, ésta se interpreta de triple modo: a)
compareciente en audiencia notarial para someterse a la
evidencia del oficial público;
b) sujeto instrumental, ya que sólo éste es quien da base a
la cosificación trascendente de sus declaraciones de
voluntad y de sus hechos; c) otorgante, porque la parte,
leído el instrumento, lo firma exteriorizando un
consentimiento geminado: del negocio, que le atribuyen las
expresiones del notario, y del instrumento, en sus
expresiones literarias de redacción.

Calificada la capacidad (natural y legal), su habilidad y


carácter, la libre disponibilidad de sus bienes y la extensión
de sus potestades, el notario identifica a las partes por sus
nombres y apellidos. Medio relevante de la legitimación
subjetiva es la de fe de conocer que recae sobre las
personas físicas solamente. Éstas pueden comparecer por
sí, por otras personas físicas o por personas jurídicas, todos
los cuales son identificados por sus nombres, denominación
o rubro social.

Corresponde, pues, estudiar la nominación de los sujetos;


la mayoría de edad; el juicio del notario sobre la capacidad
y habilidad de los comparecientes; la fe de conocer, los
testigos de conocimiento y, por último, la intervención, con
lo cual quedará cerrado el sector de la comparecencia.
Nótese que todas estas operaciones —aun cuando no se
refleje totalmente en la escritura— son previas a ella, ya
que su redacción las presupone.

18. NOMINACIÓN DE SUJETOS

Corresponde nombrar a las personas que comparecen ante


el notario, en la escritura pública. Ellas, por el hecho de su
presencia física en la dimensión acto, constituyen y
justifican este sector o parcela del instrumento en la
dimensión papel, que termina por absorber el hecho real
codificándolo.

Ahora bien, ¿qué es persona? Sabemos que es todo ente


capaz de adquirir derechos o contraer obligaciones. Cabe
distinguir dos tipos de personas: las de existencia física y
las de existencia ideal. Para el derecho notarial existen
ambas; pero la persona jurídica no cae bajo la percepción
sensorial del notario, que sólo autentica, identifica y da fe
de individualizar a las personas físicas que son
administradores o gerentes de aquéllas.

Con todo, respecto de las personas jurídicas, el notario


realiza las operaciones de ejercicio al calificar y legitimar la
constitución de aquéllas, verificando críticamente el estatuto
o contrato social, las actas de asamblea y de directorio que
justifican el carácter invocado por el compareciente y las
decisiones que autorizan los actos.

La nominación consiste en indicar los nombres y apellidos o


apellido de las personas. A tales efectos es menester
verificar: a) cómo figuran en los títulos; b) cómo aparecen
en los documentos personales; c) cómo fueron registrados
en los asientos y en otra documentación. Si hay
coincidencia total, es decir, iguales nombres y apellidos, no
existe ningún problema.

Si los nombres y apellidos de los títulos difieren de los


documentos personales, el notario debe tomar los recaudos
necesarios para asegurarse de la identidad de la persona.
En efecto, bien sabemos que Juan Bautista González no es
Juan Bautista Carlos González, y que María Lucía Ramírez
no es Lucía María Ramírez, y que "El Sol, Sociedad
Anónima" no es "El Sol, S.A.".

Por ello se recomienda una actividad prudente y cautelar.


Convencido el notario de la individualidad inconfundible de
la persona, sabiendo que él debe responder porque es él
quien da fe de conocer, deberá pedir inhibiciones por todos
los modos en que figure en títulos y documentos personales
y hacerlo comparecer con todas las variantes
documentadas.
Si existe diferencia entre títulos y registro corresponde
rectificar el asiento, sobre la base del título mal registrado;
esto puede realizarse en acto aparte por medio de escritura,
o bien por vía administrativa volviendo a hacer ficha nueva
correctiva. Pero el sistema más viable y recomendable —
cuando hay boleto firmado— es rectificar en la propia
escritura de venta que se realiza ahora.

¿En qué orden van las variantes? El notario maneja títulos


de propiedad: escrituras públicas, testimonios de
declaratorias, de sentencias. En consecuencia, a mi
entender, primero van las nominaciones que surgen de
títulos notariales, luego de los judiciales y finalmente de los
administrativos (documento nacional de identidad, cédulas)
u otros.

Hace cuarenta años esto era casi imposible. En efecto, las


declaraciones de identidad eran tramitadas sólo por vía
judicial, sirviendo de prueba las partidas de nacimiento,
defunción, matrimonio, documentos nacionales,
provinciales, pasaportes, títulos de propiedad u otros,
añadiendo en casos la intervención de testigos, pero en
especial —como es lógico— la partida de nacimiento.

Antiguamente, si existían errores en el nombre de las partes


otorgantes de la escritura, debían ser rectificadas por vía de
información sumaria ("Gaceta del Foro", 125, 38). Pero la
Cámara Civil Segunda de La Plata no admitía la
información sumaria para subsanar errores de nombres
deslizados en una escritura (JA, 224-8). Inclusive en la
Capital, que lo admitía, exigía que la rectificación se
practicase previa citación de todos los participantes en la
escritura (JA, 345-44).
A medida que transcurrió el tiempo, el notariado mismo
asumió la función de realizar por vía indirecta informaciones
sumarias, haciendo comparecer de este modo: "comparece
Juan López, también conocido como Roberto Juan o Juan
Roberto López o López Marín"; luego, más simple,
"comparece Juan, Roberto o Juan Roberto López o López
Marín". Esto prueba que la información por vía notarial ha
sido una creación del derecho vivo manejado en nuestras
oficinas.

El trámite judicial que se realizaba antes es de jurisdicción


voluntaria; ahora bien, ésta corresponde dogmáticamente a
la competencia material del notario, aun cuando algunas
leyes positivas la atribuyan a la judicial. Con el sistema en
uso: comparecencia con todas las variantes (bajo
responsabilidad del oficial público), la declaración de
identidad se ha desplazado indirectamente hacia la
competencia notarial con motivo de los actos que pasan
ante notario.

¿Y si se cambia el orden de nombres? Se utiliza el sistema


anterior. Pero además una sentencia observa que no existe
ninguna disposición que establezca la nulidad de una
escritura por error en el orden de los nombres de los
comparecientes. El principio fundamental en esta materia
es que no hay nulidad sin texto que la establezca; ahora
bien, el art. 1004, CCiv., sólo se refiere a la omisión de los
nombres de los otorgantes, pero ello no se puede aplicar,
desde luego, a la situación planteada (LL, 285-27).

Los nombres y apellidos se los debe escribir por entero, no


admitiéndose abreviaturas, aunque hay títulos de las
primeras décadas del siglo que las tienen. Así, "el
prenombre de los testigos debe consignarse por entero en
el cuerpo de la escritura, aunque éstos al firmar usen sólo la
inicial" (RdN, 1740/77 y resolución Cjo. Directivo
14/6/1955). Si esto se dice de los testigos, con mayor razón
de los otorgantes.

Los apellidos de los comparecientes serán consignados en


letras mayúsculas si las escrituras son mecanografiadas y
en letras tipo imprenta si fueren manuscritas, destacándose
el apellido (res. Cjo. Directivo 30/6/1952). El dato
identificatorio queda claro y se sabe cuál es el apellido, lo
que es de tener en cuenta si se recuerda que los hay como
nombre de pila, v.gr. Miguel, que es nombre y también
apellido.

Cabe señalar que existe una vieja costumbre en el caso de


solteros con apellidos comunes, que es señalar la filiación
entera, o sea, el apellido paterno y también el de la madre,
aun cuando actualmente se suele colocar en todos los
casos, sobre todo a partir de ciertos formularios registrales,
como el de inhibición.

Anticipo que en la comparecencia el notario individualiza a


los sujetos instrumentales por la fe, y sólo en este momento
los identifica bajo responsabilidad de su poder de hacerlo.

En consecuencia, no es necesario que todas las veces que


aparezcan los sujetos vuelva a ponerse todas las variantes,
ya que la identificación, vuelvo a repetirlo, se realiza en este
sector de la escritura.

19. CAPACIDAD, HABILIDAD, MAYORÍA

Mi fuente bibliográfica principal esAggiornamento en la


redacción escrituraria,de Carlos A. Pelosi (RdN, 941/72). Ni
elCódigo Civilni las leyes notariales exigen la expresión
formal de la capacidad o habilidad de los comparecientes,
porque más bien son conceptos y realidades jurídicas que
pertenecen al derecho material, y no al instrumental, y, en
todo caso, se relacionan con la responsabilidad notarial.

Empero, parecería que el Código Civil exige la enunciación


relativa a la mayoría de edad por relacionarse con la
capacidad jurídica (RdN, 1323/77). Mas el extranjero, mayor
de edad en su país, y el menor de edad en su país que
tiene 21 en el nuestro, son irrevocablemente mayores de
edad (138/139, CCiv.).

Además se hallan los menores de edad, habilitados para


actos determinados: leyes de trabajo, menores que trabajan
o tienen título habilitante o la edad habilitada, y los
emancipados por matrimonio o quienes pueden testar y aun
ser apoderados (arts. 128, 1897, CCiv., y 10, CCom.).

En consecuencia —como muy bien dice Pelosi—, la


recordada disposición del art. 1001, CCiv., no autoriza a
inferir la obligación de expresar en el instrumento la
capacidad de los intervinientes o que éstos son hábiles. De
ahí, entonces, que si el notario asevera en el texto
documental la capacidad de los otorgantes, está
excediendo el ámbito de sus deberes funcionales (RdN,
943/72).

En los modelos he suprimido totalmente tanto la capacidad


como la habilidad, aceptando la crítica que me hizo Pelosi
al comentar mi libro Poder dispositivo de los
cónyuges, sobre la base del razonamiento por él
desarrollado en este aggiornamento (RdN, 733/74).

Informando cinco criterios intercambiables, es suficiente —


prosigue— consignar en unos casos que el otorgante es
mayor de edad, en otros, la fecha de nacimiento o la edad,
o hacer referencia a documentación que legitime para que
resulte la capacidad instrumental y, particularmente, con la
relación concreta del acto instrumentado.

Por tanto —concluye—, no es procedente observar las


escrituras en las cuales no se inserta el juicio de capacidad
ni hay referencia alguna a la habilidad, que vendría a
resultar necesario solamente si no se ha consignado la
mayoría de edad, ni los años o fecha de nacimiento o no se
ha hecho mención de otras circunstancias o documentos
que objetivamente la acrediten (RdN, 944/72).

Frente a la omisión de la mayoría de edad, el Colegio de la


Capital se ha expedido así: "la omisión de expresar si los
otorgantes son mayores de edad es inexcusable y no puede
suplirse con la indicación de ser casados, pero se suple con
la mención de que es persona hábil" (RdN, 1323/77 y
2229/81).

En cambio, la omisión de consignar la mayor edad del


apoderado no afecta el otorgamiento, pues la eventual
incapacidad en relación a la minoría de edad no invalidaría
jurídicamente el acto terminado por el mandatario, atento a
lo establecido por el art. 1897, CCiv. (RdN, 1324/77 y
606/68).

Tampoco suple ni subsana la omisión el método utilizado de


consignar la mayoría de edad por nota marginal por
haberse omitido en el cuerpo de la escritura, lo cual
negativamente coincide con laley 9020al decir que se podrá
poner en nota marginal los datos de identidad de los
comparecientes en documentos sobre actos entre vivos, no
exigidos por la legislación de fondo (RdN, 1324/77 y
2228/81, y 148, I, 6,b,ley 9020).
Hay dos excepciones a todo esto que venimos diciendo: en
materia de sociedades se debe consignar la edad, no
siendo suficiente la simple mención de la mayoría de edad,
e igualmente para los testigos en los testamentos, aun
cuando hay numerosas sentencias que en el ánimo de
salvar las disposiciones del testador, han aceptado que se
consignara la mayoría de edad (art. 11,1,ley 19.550,yart.
3657,CCiv.).

A)Varias.Una referencia al juicio de capacidad; luego


información notarial de identidad ante el Registro de la
Propiedad Automotor en consulta de Miguel N. Falbo y esas
mismas identidades en la pretensión de una inscriptora del
Registro de la Propiedad Inmueble porteño. Por último, una
consulta. Antes debo decir que se remiten alCódigo
Civillasleyes 9020,155, 1, y 404, 77.

a)Juicio de capacidad innecesario:La nuevaley 404,dice en


el art. 77,d,al final, que "el juicio de capacidad de las
personas físicas no requerirá constancia documental".

b)Automotor:Un encargado suplente pregunta sobre una


certificación de firma "si es función notarial establecer la
identidad de personas". Miguel Norberto Falbo expresa que
el notario debe nombrar a las personas. ¿En qué consiste?
En expresar cuál es el nombre y apellido; para ello debe ir a
las fuentes de información que son los diversos
documentos. Si no coinciden, convencido con prudencia de
la identidad del sujeto, su fe de conocer le permite emitir un
juicio sobre esa identidad.

Conclusión: Integra la competencia material del notario


establecer la identidad de las personas que conoce,
señalando las variantes que pueden resultar de la
documentación que tiene a la vista para formalizar el acto
que le es requerido (RdN, 491/1989).

c)Inmueble:Se trata del F.R. 1-1800/1 por si alguien lo


quiere verificar. 1) Comparece María Jesús Pérez o María
Jesús Gregoria Pérez Iribarren o Pérez Iribarren de
Echegoyen con otro, desafectan de bien de familia y
venden. 2) En los datos personales el notario indica María
Jesús Gregoria Pérez Iribarren. La inscriptora observa y
dice que en los datos personales deben figurar las variantes
con que ha comparecido.

El notario contesta que en el caso las variantes


corresponden a: a) título de propiedad; b) asiento de
dominio; c) acta registral 265147 (24/5/1990) de bien de
familia; y d) documento personal. Afirma que, como el
sujeto dispone, comparece con todas las variantes; pero en
los datos personales se pone el DNI que lo individualiza en
la sociedad. Le pide que si insiste le arrime la norma que
impone el deber de reiterar todos los nombres, pues que la
comparecencia y los datos personales tienen diversa
función. No le indicaron nada. Se fueron nada menos que
¡tres semanas!

d)Consulta:Mariana E. Levin Rabey despacha una consulta


expresando que en las escrituras en las que comparecen
herederos no es necesario que figuren con apellido paterno
y materno, puesto que se cumplen los requisitos del
art.1001 con sólo mencionarlos con el apellido paterno, de
acuerdo a laley 18.248.

Además si hubiera habido un error en el nombre de los


comparecientes no es posible subsanarlo mediante nota
marginal, sino que debe hacerse una escritura rectificatoria
de datos personales. La subsanación se puede hacer
también en la misma escritura en que se disponga del
inmueble (RdN, 837-311-1994).

El hecho: el autorizante, por nota marginal, pretende


subsanar el "supuesto" desliz que cometió, aclara los
nombres de los vendedores, incluyendo el apellido materno,
y así el Registro inscribió el título, es decir, había omitido en
la comparecencia la variante de la declaratoria que
seguramente estaba inscripta con el doble apellido.

B)Mayoría de edad.Tres cuestiones: consulta, el extranjero,


una norma provincial.

a)Consulta:Elsa Kiejzman discurre que conforme al art.


1004 no es nula la escritura donde se haya omitido designar
la mayoría de edad de los otorgantes. Por lo tanto,
siguiendo con la terminología utilizada no es título
observable, ya que el autorizante ha suplido dicha
referencia emitiendo juicio de capacidad de aquéllos (RdN,
837-313-1994).

b)Extranjero mayor de edad en su paíscon v.g. 18 años:


¿Cuál es su situación en el nuestro? Es un claro despacho
de Eduardo A Clariá: la capacidad de las personas físicas
se rige por la ley del domicilio (6,7, y 948). Se exceptúan los
casos de personas declaradas incapaces para ejercer actos
jurídicos, tales como los tutores con sus pupilos (949). La
mayoría de edad adquirida conforme a la ley extranjera
donde se halla domiciliada la persona debe considerarse
definitiva y será reconocida en nuestro país, sea la personal
nacional o extranjera (138 y 139).

El domicilio, como punto de conexión, para determinar la ley


aplicable a la capacidad, es el lugar donde la persona tiene
su residencia habitual con la intención de permanecer en
ella. Subsidiariamente se debe tener en cuenta la
residencia del grupo familiar o el centro de sus negocios (5,
Tratado D. Civil, Montevideo, 1940). El domicilio se puede
acreditar mediante certificado de residencia y con
constancias emanadas de autoridad competente del lugar,
del que surgirá la intención de fijar y establecer el domicilio
en dicha residencia.

Como consecuencia la persona que adquirió la mayoría de


edad conforme a la ley de su domicilio, se encuentra
suficientemente habilitada para disponer de bienes
inmuebles situados en nuestro país, sin necesidad de
autorización judicial (RdN, 982/1988).

Puse un modelo en el volumen 6, párrafos 51/52, de Alberto


Domingo Briali, de 19 años, italiano residente en Italia.
Ingresó en nuestro país con motivo de una beca por un año
de la universidad de Bolonia. Sus padres le regalaron
dinero para comprar en un club de campo de Bariloche.
Inclusive debió hacer variados trámites ante la
Administración pública, donde era sistemáticamente
rechazado. Por ello, acudió a un escribano que intentó
solucionarle el problema con un acta de notoriedad que
pudiera exhibir donde le negaban acceso para mostrar su
mayoría.

c)Edad de los comparecientes:Refiriéndose a ella el 109 del


reglamento de laley 9020expresa que cuando, por exigirlo
la ley o la naturaleza del acto, fuera necesario consignarla o
la de sus representados, se expresará con el número de
años o la fecha de nacimiento, de lo contrario bastará hacer
constar que son mayores de edad. Si se tratare de menores
emancipados, habilitados de edad o con capacidad
especial, se hará constar su edad precisa o la fecha de
nacimiento, así como las circunstancias que hagan a su
capacidad.

La constancia de la mayoría la exige la norma civil (1001);


otra manera indirecta es expresar los años o la fecha de
nacimiento como variante con igual resultado. Pero no pasa
así con los menores habilitados por alguna causa, sino que
se exige poner la edad o la fecha de nacimiento a fin de
probar que es hábil y capaz para el acto que realiza.

20. FE DE CONOCER

El art. 1001, CCiv., establece que el escribano debe dar fe


de que conoce a los otorgantes. Corresponde examinar
primero qué es fe de conocer, en qué consiste, cómo y
cuándo se alcanza; su extensión; medios supletorios,
casuística y consecuencias de su omisión para el notario y
para el acto notarial, todo ello en forma abreviada, pues
pienso desarrollarlo en otra publicación.

La certificación o dación de fe de conocimiento ha de ser,


más que un testimonio, la calificación o juicio que el notario
formula o emite basado en una convicción racional que
adquiere por los medios que estime adecuados, actuando
con prudencia y cautela. Hasta ahora no ha sido superado
este concepto establecido en el II Congreso Internacional
del Notariado Latino (Madrid, 1950).

Por la fe de conocimiento se legitiman los sujetos


instrumentales atribuyéndoles una identidad consigo
mismos y una individualización que los distingue de los
demás: son ellos, y no otros. A este respecto recuerdo que
participo de las ideas de Pondé en su libro Tríptico
notarial, que tuve el honor de prologar, sobre la fe de
individualización.
Hallamos dos sujetos: uno legitimante, el notario, y otro
legitimado, el compareciente; éste, a su vez, individualizado
por la actividad del notario y, entre otros medios, por la
documentación que se aparta para las escrituras. Esto me
permite afirmar que la individualización e identificación de
las personas constituye una circunstancia objetiva, mientras
que la fe notarial exhibe contenidos subjetivos potestativos.

¿Cómo se llega a esa identificación e individualización?


Pues por medio de una convicción racional, esto es,
discursiva y reflexiva, que constituye el extracto final
elaborado por el notario sobre la base de su propia
actividad y de los medios que estima adecuados y que
pueden recorrer toda la gama de las pruebas.

La prudencia y la cautela con que debe obrar es la que


regula las responsabilidades del notario sobre la
identificación, y la diligencia que ha de prestar es la
normalmente exigida a un funcionario escrupuloso. Según
hubiere falsedad deliberada, dolo, culpa o negligencia, la
responsabilidad será penal o civil o ambas juntas.

Esta fe —que sólo se emite instrumentalmente y sólo por el


notario— se alcanza muy raramente por un conocimiento
anterior del sujeto. Más común es la elaboración temporaria
que transita entre la recepción de voluntad y la audiencia
notarial, en virtud de los contactos y de los documentos
verificados. Por último, a veces debe lograrse
casi incontinenti; v.gr., en las legitimaciones de firmas.

¿Cuál es la extensión de la fe de conocer? Ella se limita


exclusiva y únicamente a la identidad de la persona. En
consecuencia, todos los demás datos se hallan fuera de la
fe de conocer. La ley orgánica de tribunales, provincia de
Santa Fe, libro II, art. 252, inc. d, dice que los escribanos no
incurrirán en responsabilidad por las declaraciones de los
otorgantes con relación a lo dispuesto en el inciso b.

¿Y sobre qué habla el inciso? Pues sobre edad,


nacionalidad, estado civil, nombre del cónyuge, nupcias,
apellido materno, nombre de los padres, documento de
identidad y domicilio real. Más claro, agua. Todo lo que no
sea la identidad de la persona queda excluido de la
potestad y de la obligación notarial de dar fe, o sea, de
legitimar al sujeto: sólo legitima individualizándolo en el
mundo de las personas.

Ésta es la razón jurídico-científica por la cual he desplazado


los datos personales de la comparecencia, dejando en ésta
solamente los nombres y apellidos que constituyen la
individualización del sujeto instrumental, objeto único sobre
el cual recae la legitimación subjetiva que realiza el notario
en sus escrituras.

De allí el disparate que significó parte de la sentencia en


autos "Sambuco de Sánchez, María E., v. Sánchez Codecá,
Luis A., y otros", en que se sostuvo que la fe de
conocimiento involucra la necesidad de que el fedatario
constate ese estado de familia —cónyuge— para tener por
cumplido el requisito de la ley, y todo por un problema de
consentimiento conyugal (ED, 488-72, con nota de Marco
Aurelio Risolía, y LL, 11/11/1977, fallo 75021). La fecha de
la sentencia es 30/8/1976.

Tanto Carlos Pelosi como Elvira Yorio salieron al paso de


tal doctrina en sendos comentarios a la sentencia que
publicaron en las revistas que dirigían (RdN, 1765/77, y RN,
83/78). Mientras hoy en algunas leyes nacionales o bien se
suprime o se ponen otros medios objetivos o se permite su
alternancia, una cámara nacional civil procura aumentar la
comprensión de dicha fe. ¡Absurdo!

De la doctrina sentada por el Colegio de la Capital en los


expedientes de Inspección y del trabajo de María Inés
Bravo de Gerli (RdN, 2229/81), puede concluirse una
casuística interesante que resulta ser un repositorio eficaz
de situaciones fácticas fundadas en la buena doctrina.
Dicen así:

El hecho de que el compareciente sea funcionario público


que justifica su personería con decretos y resoluciones del
Poder Ejecutivo nacional, no libera al escribano de la
obligación de dar fe de conocimiento. Debe constar en la
escritura que el escribano conoce al otorgante, aun cuando
sea apoderado del Banco Hipotecario Nacional (RdN, 651 y
1324/77).

En el otorgamiento de un testamento por acto público no es


indispensable que el escribano conozca al testador, pero sí
lo es que dé fe de conocer a los testigos del acto y que
éstos conozcan al testador. Si el notario ha consentido la
actuación de dos personas como testigos del acto implica
declarar que las conoce y que están exentas de toda tacha
(RdN, 651/77).

En cuanto a los firmantes a ruego, el Consejo Directivo


resolvió que no existe en la norma civil disposición alguna
que establezca que deban ser personas de conocimiento
del notario autorizante. Además, en una escritura de
comprobación de hechos, el escribano debe dar fe de
conocer al otorgante, pero no a las personas que
hallándose en el lugar, hacen una exposición, firmando la
escritura en ese carácter, pues no siendo otorgantes no
está obligado a asegurar su identidad (RdN, 651/77).
¿Qué sucede si se la omite? El art. 1004, CCiv., fija
taxativamente las causales de nulidad. Entre ellas no figura
la falta de fe de conocer, y debido al carácter restrictivo de
las nulidades no es posible crearla por analogía. El
problema es si existe sustitución de persona.

Su inobservancia no anula las escrituras, pero los


escribanos pueden ser penados por sus omisiones con una
multa (1004, CCiv.). Además, su omisión demuestra falta de
cuidado en la atención del protocolo y puede dar lugar a un
llamado de atención (RdN, 651 y 1324/77).

Algunos autores recuerdan que no se puede dar fe de


conocimiento por nota marginal, estando absolutamente
prohibido (RdN, 2229/81). A mi juicio, siendo una
legitimación notarial, cuya omisión sólo importa una multa y
a lo sumo otra sanción disciplinaria, como la voluntad de las
partes y sus declaraciones quedan incólumes, entiendo que
—cerrada la escritura— correspondería subsanar la omisión
por nota marginal. Ésta parece aun una opinión peligrosa,
por lo cual no lo recomiendo, aunque pienso que en
provincia es mucho más viable.

Dicha omisión puede ser subsanada por otra escritura en la


cual se relata la impugnada y se da fe de conocer a la
persona que tiene el requisito omitido.

La fe de conocer es especial y recae exclusivamente sobre


la individualización de las personas físicas; sus expresiones
son: "de mi conocimiento", "a quienes conozco", "lo
conozco", "por mí conocido". Luego el "doy fe", que también
se puede omitir, pues se sobrentiende.

En consecuencia, la fe de conocimiento no está subsumida


por el "doy fe" que luego de la lectura se suele colocar
cerrando el instrumento notarial. Tiene su personalidad
individual y no se configura con la dación de fe final, la cual
se refiere a lo acontecido en la audiencia notarial (dichos y
hechos) (RdN, 1024/62).

Finalmente, a diferencia de los formularios y fórmulas de


Francisco Martínez Segovia, que la deriva hacia las
atestaciones notariales, creo que esta fe de
individualización conviene que conste en el pórtico de la
escritura en que son presentados los personajes.

Tampoco veo plausible la inserción que de ella hace Mario


Zinny en los "antecedentes", o segunda parte de la escritura
atribuida al notario. Hace presuponer que el notario ya ha
conocido al compareciente con anterioridad ("antecedente"),
y entiendo —junto con Pondé— que es una de las
conceptuaciones erróneas de algunos jueces.

Sobre la fe de conocer: a)leyes 9020y 404; b) despacho de


Jaime Giralt Font; c) sentencias; d) tecnología informática;
e) mi concepto; f) proyecto de reformas.

a)Leyes 9020y 404:La bonaerense dice en el 131, 2, que la


prestación profesional podrá rehusarse por falta de
conocimiento del requirente; en el 171, 4, expresa que el
notario certificará las firmas o impresiones digitales puestas
en su presencia por personas de su conocimiento (176); y
en el 171, 5, para certificar la existencia de personas deben
ser de su conocimiento. El reglamento en el 108, I, dispone
que los firmantes a ruego deben ser individualizados en la
misma forma que los demás comparecientes, es decir,
también se debe dar fe de conocerlos.

La ley porteña 404 exige también la fe de conocer de los


firmantes a ruego, pero mantiene la innecesidad de que el
notario conozca y ni siquiera identifique a las personas con
las que deba entender notificaciones, requerimientos,
peritos y profesionales en actas de comprobación y otras
diligencias (79,c,y 83,c,87, final). Es decir, que la resolución
del Consejo Directivo porteño sobre la inexistencia de
norma civil sobre conocer al firmante a ruego indicada más
arriba se derogó.

¿Querría esto decir que si en una escritura no se da fe de


conocer sobre el firmante a ruego merece observación el
título? Recuerdo que cuando falta la fe de conocer v.gr. de
la parte, es decir, de quien realiza el negocio jurídico, el
Código sanciona la omisión con una multa (1004), pero el
título no es objetable a menos que haya sustitución de
personas. En consecuencia, la omisión de la fe de conocer
en ambas competencias sólo puede ser disciplinada por el
Colegio y nada más. Pero no podemos saber qué opina
ahora el juez con tales normas si hay algún juicio sobre ese
título.

b)Despacho de Giralt Font sobre un caso judicial penal:Se


solicita al Colegio que informe el procedimiento establecido
o adecuado que los escribanos deben seguir para dar fe de
conocimiento y de habilidad. El pedido es interesante y el
despacho lo satisface, a mi parecer. Giralt Font cita
alCCiv.1001/1002, el despacho del II Congreso
Internacional de Madrid, 1950, de la XXII Jornada Notarial
Argentina, Rosario, 1991, el caso "Anaeróbicos v. Detry" de
1984, y remite a bibliografía, al Anteproyecto notarial y al
Proyecto de reformas actual, cuyo artículo reproduce y
luego cito.

En definitiva sostiene que se puede afirmar que los


recaudos que el escribano "debe" tomar, para adquirir la
propia convicción de que una determinada persona es
quien dice ser, son los que, a su criterio, resulten
razonablemente adecuados, obrando con la debida
diligencia, conforme a las circunstancias de cada caso
(RdN, 859-235-2000).

c)Sentencias:En nuestro derecho positivo y conforme al


1001, la legitimación de los intervinientes en el acto se
funda en la fe de conocimiento que brinda el escribano y no
en los documentos que lo acreditan. Por consiguiente, la
identidad de los otorgantes responde a un juicio emitido por
el notario, en uso de su ciencia y en ejercicio de su función;
mediante su conocimiento directo adquirió la firme
convicción de que las personas son quienes pretenden ser
("Weizman, Rubén G., v. Goedhart, Gerardo M.", C. Nac.
Com., sala B, 29/8/1986, RdN, 511/1990).

Otra: Incurre en el delito de falsedad ideológica de


documento público la escribana que, al certificar las firmas
de un formulario de venta de automotor, no corroboró la
identidad de los firmantes. Obra con dolo eventual del delito
de falsedad ideológica de documento público la escribana
que certificó las firmas que ya existían en el formulario de la
venta de un automotor, sin adoptar recaudo alguno para
verificar la autenticidad de aquéllas (C. Nac. Fed. Crim. y
Con.,sala I Autos: "Registro de la Propiedad Automotor",
31/3/1989, RdN, 819-1407-1989).

d)Tecnología informática:El Colegio porteño, en su Boletín


informativo 3030 (13/7/2000), p. 8, da a conocer el proyecto
para implementar tres servicios, de los que nos interesa el
de verificación de identidades que permite restringir el delito
de sustitución de personas, uno de los mayores males del
notariado contra el cual cabe luchar a pleno porque ataca la
fe notarial sobre la individuación de los sujetos
instrumentales.
Mediante esta tecnología, el escribano registrará a sus
clientes; luego verificará la concordancia de sus datos con
los obrantes en el Registro Nacional de las Personas o la
Policía Federal. Para ello cada escribanía tendrá su
equipamiento. De tal modo se evitarán los ilícitos que se
pueden realizar con el DNI, no sólo por efecto disuasivo,
sino por el conocimiento de cuál es el ejemplar válido y, en
el futuro, por conexión directa con las bases de ambas
instituciones. Es imprescindible para las personas
desconocidas, pues cada vez que ingresa un individuo no
registrado su huella se añade al sistema y se utilizará en
posteriores verificaciones.

El método elimina la calificación de "partícipe necesario"


con que son citados penalmente los escribanos víctimas de
este delito, dado que puede proveer la huella digital del
presunto delincuente a la justicia, sin perjuicio de demostrar
su diligencia más allá de lo requerible en el juicio de valor
referido a la fe de conocimiento, y permitirá su identificación
y procesamiento.

Beneficios de la implementación: revalorización del papel


del escribano, disminución y hasta desaparición de fraudes
por falsa identidad, agilidad en el trámite, notable
incremento de la calidad del servicio de los escribanos y del
Colegio, acceso gratuito a Internet.

e)Reforma Comisión 685/1995:El 283 dispone:


"Justificación de identidad. Si el escribano no conoce a los
otorgantes, éstos deben justificar su identidad mediante la
exhibición de un documento que sea hábil para ello, o por la
declaración de dos testigos de conocimiento del escribano.
En la escritura debe constar el número del documento
exhibido o el nombre, documento de identidad y domicilio
de los testigos, asentarse la impresión digital del otorgante
no conocido por el notario, y agregarse al protocolo
fotocopias de los documentos del otorgante y de los
testigos, certificados por el escribano".

Paréceme correcto el avance que significa suprimir la fe de


conocimiento por la individualización de la persona. Esto no
significa de ningún modo que el notario se sacuda la
responsabilidad por ella; pero al menos adecua más a las
circunstancias actuales. Hay algunos escribanos miedosos
que temen la supresión de la función si se suprime la fe de
conocer porque les parece esencial. ¡Craso error! Hay más
de veinte países de la Unión Internacional que la han
suprimido y el notario sigue prestando otras actividades que
cabría pedirles no las disminuyeran. El endiosamiento de la
fe de conocer, induce a pensar que quien así siente, a
pesar de ser él mismo escribano "desconoce" las otras
cosas más importantes que hace. ¡Flagrante criterio de
reducción!

Lo que no me parece tan correcto es insistir con los testigos


de conocimiento. Es tan absurdo como la misma fe de
conocer hoy día. Excepcionalmente se da que el escribano
conozca a dos testigos de conocimiento de alguien a quien
no conoce. En los pueblos no muy grandes es difícil que
sirva, salvo que se introduzca un señor de afuera. Pero en
las ciudades cada vez menos gente conoce a gente, sobre
todo, que opere ante notario. Pero quizá esté bien: es una
excepción.

Muy buena, en cambio, la exigencia de la impresión digital


que debería hacerse con todos, conocidos o no conocidos,
desde el momento en que la técnica actual ha descubierto
medios para utilizar sistemas límpidos. Malo, vuelvo a
repetirlo, que no se enseñara a los escribanos y éstos a sus
empleados a tomar esa impresión digital en forma correcta.
En alguna oportunidad, alguien no aceptó que se la
tomaran; el acto no pasó nunca.

f)Mi concepto:Obra en elManual(párr. 19) y en


elVocabulario.Fe de conocer es el medio técnico jurídico
notarial por el cual el oficial público identifica, física y
documentalmente, a las personas con el fin de
individualizarlas en el instrumento respectivo. Explico
brevemente: convierto la fe de conocer en un medio
técnico, que si bien va a desembocar en un juicio, significa
una elaboración para identificar a la persona, con su
fotografía y toda la documentación (título notarial o judicial,
inscripción, DNI, boleto, boletas, etc.).

Esa identificación física y documental tiene un solo fin: la


individualización, que consiste en singularizar al sujeto
como una única persona, indivisible en sí misma, y, por ello,
diferente de las demás. Como es operación técnica, el
notario se responsabiliza por haber utilizado correcta o
incorrectamente de ella para alcanzar su conocimiento del
individuo compareciente. Pero no responde por haberse
equivocado materialmente si los elementos de identificación
inducen al error.

21. INTERVENCIÓN

Es el sector final de la comparecencia, que no siempre


existe. En efecto, se omite cuando el compareciente
concurre por sí, ya que la presunción de intervenir por sí es
obvia. En cambio, debe ser expresa cuando concurre por
otro; igualmente, si asume doble carácter será necesario
especificar que lo hace por sí y por otro.

La actuación a nombre ajeno sin representación tipifica la


figura de la gestión de negocios, mientras que si hubiere
representación, necesaria o voluntaria, nos hallamos frente
al mandato. En el primer caso no existe normalmente poder
ni documento habilitante; si hubiere mandato, al contrario,
hay poderes y documentos habilitantes.

La justificación de la documentación acreditativa de la


representación compete al notario, razón por la cual en el
formulario se deriva técnicamente a las legitimaciones, la de
personería, a menos que ésta sea ejercida por notoriedad,
en cuyo caso bastará sólo informarla o invocarla.

Corresponde, pues, referirse a normas legales; gestión de


negocio, representación necesaria y voluntaria, para
finalizar con una remisión a la legitimación de personería,
en que se estudia el tema con mayor detenimiento.

La ley 9020 determina que las escrituras deben expresar el


carácter en que intervienen los comparecientes (155,
II, d ). Estimo sobrentendido que la escritura no es un boleto
de compraventa; luego, no es necesario establecer en la
comparecencia "parte acreedora", "parte deudora", "parte
vendedora", ni "parte compradora", aunque a veces
convenga.

Lo que representa una novedad en el formulario es la


ubicación en el texto de la expresión formal de la gestión de
negocios. En efecto, no tengo estadísticas, pero ninguna
escritura suele exteriorizar formalmente la gestión de
negocios dentro de la comparecencia; al contrario, la
constancia se desplaza hacia el final.

Estimo mucho más claro poner inicialmente de relieve la


circunstancia de la gestión negocial. Primero, porque
técnicamente la intervención es un sector de la
comparecencia que comienza la escritura, y segundo,
porque la gestión se evidencia de entrada y salta a la vista,
mientras hay que buscarla si se formaliza por el final.

La representación necesaria puede ser de derecho público


y de derecho privado. En la primera bastará con señalar su
existencia, no precisa de documentación habilitante y basta
con enunciarla. Pero en el caso del representante legal de
la sociedad, sí es necesaria tal acreditación.

Así, pues, en los casos de gestión de negocios, de


representación necesaria de derecho público o de derecho
privado que no precisan de poderes ni de documentos
habilitantes, es obvio que basta su invocación y quedan
totalmente legitimados en el sector intervención de la
comparecencia.

Si se tratare de una representación necesaria de derecho


privado que precisa de poder o de documentación
habilitante, o de representación voluntaria, técnicamente la
legitimación de esta personería se realiza en el capítulo de
las legitimaciones.

Sin embargo, con el objeto de simplificar aún más, si las


expresiones formales son concisas (una o dos líneas), es
probable que convenga formular la constancia en la propia
intervención; v.gr., "Pedro Páramo ... INTERVIENE, el
último por Juan FURLO, según poder general 115, 18 de
setiembre de 1982, ante el notario Juan Bencardino, folio
345, registro 310, de Capital".

Lo relativo a la individualización de los documentos y


poderes, relaciones, trascripciones, legalizaciones,
traducciones y las normas de procedimiento del art. 1003,
CCiv., serán tratados en el capítulo XII, sobre legitimación
de personería.
Vaya como un anticipo: si hubiere diferencia de nombres
entre el poderdante y sus títulos, será menester pedir
inhibiciones por las variantes. En la intervención es el
representante quien afirmará comparecer por aquél; v.gr.,
"comparece ... Pedro Páramo ... INTERVIENE el último por
Juan FURLO (poder) o Juan FURLO y ZAMORA (título)".

22. ESQUEMA GENERAL

CapítuloIII

PRÁCTICA DE LA COMPARECENCIA

Habré de reproducir las comparecencias de algunos


formularios para explicar las razones por las cuales están
redactadas como figuran, dando una base eminentemente
práctica, que es lo que me interesa. Igualmente, todo el
desarrollo del libro se realiza del mismo modo: las
explicaciones preceden o siguen a los ejemplos.

Si bien, en apariencia, no difieren del modo ordinario con


que se suele hacer, hay algunas formas que no son
comunes y pueden sacudir la rutina a que estamos
acostumbrados, como me pasó también a mí mismo. Pero
apreciadas las razones, se verá que todo lleva su
fundamento que deriva del enfoque iluminador: sencillez y
simplicidad.

El estudio comprende el siguiente esquema:


A) ELEMENTOS DE ORDEN

(1) UNO. — Venta: Manuel Jiménez a M. González de


Reboredo. — En la ciudad de Buenos Aires, República
Argentina, a cuatro de enero de mil novecientos ochenta y
tres, ante mí, Carlos Nicolás Gattari, titular del registro
notarial 635, comparecen...

(11) ONCE. — Reglamento ley 13.512. — Tomás Pardal. ®


En la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, a
quince de abril de mil novecientos ochenta y tres, ...

(26) VEINTISÉIS. — Venta: Laudelina Somoza a Félix S.


Ramírez y otro. — En la ciudad de Buenos Aires, República
Argentina, a. veinte de setiembre de mil novecientos
ochenta y tres,...

23. NÚMERO DE ESCRITURA

En letras. Por mi cuenta, siempre añadí el guarismo entre


paréntesis para una visión más rápida. Me parece más
viable aún el sistema de Mendoza, que coloca el guarismo
fuera del margen, a la altura del comienzo del instrumento,
con lo cual se destaca enseguida.

La ubicación del número en primer término es régimen de la


provincia de Buenos Aires (146, 9020). En la Capital es
costumbre ponerlo luego del membrete. Pero cabe destacar
que siendo elemento de orden notarial dentro del protocolo,
convendría más bien colocarlo delante.

Como no hay una norma expresa sobre la ubicación, ya que


no existe prohibición ni imposición sobre un orden
determinado, estimo que en Capital también se puede
poner primero el número y luego el membrete. Como titular
del registro 635 (ley 21.212) seguí siempre el sistema de
provincia, donde sí está sujeto a disciplina.

No es necesario poner la palabra "escritura" o "acta". Para


el Código Civil todas son escrituras, luego se sobrentiende.
La doctrina distingue entre escrituras y actas, lo que surgirá
de los hechos narrados en el texto, y no de la afirmación
inicial.

Ahora bien, si hemos suprimido la palabra "escritura" no es


mucho descubrimiento decir "número uno", "número once",
"número veintisiete", pues ¿qué son sino números? Vuelvo
a insistir: conviene suprimir la palabra "número" siempre
que se pueda: quien quiera comprobar la cantidad de veces
que inútilmente se pone, se llevará una sorpresa.

Aunque parezca absurdo, en una escritura la encontré


treinta y seis veces puesta de modo sobreabundante:
"matrículanúmero1234567";
"certificadosnúmeros34567/568"; "dominio inscripto con
elnúmero1567, partido de La Matanza"; etc. Se puede
seguir bastante.

24. MEMBRETE O EPÍGRAFE

Indica brevemente el contenido del acto notarial: venta (1),


poder especial (5), habilitación de edad (8), reglamento ley
13.512 (11), hipoteca (12), bien de familia (13), cesión de
herencia (14), donación nuda propiedad (16), etc.

Si fueren varias las operaciones conjuntas conviene


mencionarlo, siendo distintas las partes o el contenido de
los negocios: donación y venta (17), cancelación parcial,
liberación y cesión de hipoteca (18), y así en los demás
casos.
El membrete nombra además a los sujetos negociales o a
los comparecientes. Pero no a todos: basta con indicar a
alguno si fueren varios, por lo general al primero seguido de
"y otros". Igualmente cabe utilizar abreviaturas y seleccionar
la nominación más breve: v.gr., Venta: Laudelina Somoza a
Félix S. Ramírez y otro.

En el membrete no conviene abreviar el apellido paterno de


las casadas, puesto que por él se ubican en el índice del
protocolo; así (1) Manuel Jiménez a M. González de
Reboredo. Por otro lado, el nombre, por más propio que
sea, lo usan muchos, pero el apellido individualiza más y
mejor.

Convendría que el membrete, de ser posible, no se


extendiera más allá de la primera línea, la cual estaría
integrada por él y por el número; pero, por supuesto, que
ocupe todo el lugar preciso.

25. LUGAR

Para darles cierta unidad he ubicado todos los modelos que


siguen la fórmula básica en la ciudad de Buenos Aires,
República Argentina. Que las ciudades sean o no capitales
del país o de las provincias no pareciera tener mayor
trascendencia; es un criterio político, y no geográfico. Pero
no está mal, entre otras cosas, porque abrevia.

Cuando la ciudad y la provincia tienen el mismo nombre no


es necesario repetir; así: ciudad y provincia de Salta; ciudad
y provincia de Corrientes; ciudad y provincia de Mendoza.
Si difiere debe indicarse: ciudad de San Rafael, provincia de
Mendoza; ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, y
todos, República Argentina.
En la provincia de Buenos Aires se indica la localidad y el
partido, ya que se halla dividida en tantos distritos notariales
cuantos son los partidos (195, II, 9020), y la competencia
territorial del notario normalmente se extiende a su distrito.
En las demás provincias, las ciudades y localidades
integran los departamentos, los cuales, a su vez, forman el
Estado provincial.

En estos casos, el criterio puede ser triple y aun cuádruple:


"En la ciudad de Saladas, provincia de Corrientes,
República Argentina"; "En la ciudad de Presidencia Roque
Sáenz Peña, provincia del Chaco, República Argentina";
"En Lomas del Mirador, partido de La Matanza, provincia de
Buenos Aires, República Argentina".

En muchas provincias la competencia territorial se extiende


a todo su territorio; v.gr., Corrientes, Mendoza. Pero el
notario que sale de su sede legal, debe consignar la causa
de su constitución fuera de aquélla. En Mendoza ciertas
hipotecas del Banco Hipotecario tuvieron alguna dificultad
en la ejecución, porque notarios de ciudades del interior
autorizaron escrituras en la ciudad de Mendoza, sin
consignar el motivo del desplazamiento.

26. CONSTITUCIÓN FUERA DE SEDE

Los modelos dicen:

(3) TRES. — Venta José Pisano y otros a Francisco J.


Ottobre. — En la ciudad de Buenos Aires, República
Argentina, a seis de enero de mil novecientos ochenta y
tres, constituido a requerimiento del comprador en la calle
Arcos 425, oficina 28,...
(4) CUATRO. — Poder especial Vita Pezza de Fanol a S.
Lapo. — En la ciudad de Buenos Aires, República
Argentina, a seis de enero de mil novecientos ochenta y
tres, constituido a su requerimiento en la calle Nahuel Huapi
1419,...

(7) SIETE. — Venta "Los Mariachis, S.A." a Juan A. López.


— En la ciudad de Buenos Aires, República Argentina, a
quince de febrero de mil novecientos ochenta y tres, me
constituyo en la calle Defensa 37, oficina 819, a pedido de
parte interesada, donde ante mí, Carlos Nicolás Gattari,
titular del registro notarial 635, comparecen.:.

Debe justificarse en el texto mismo de la comparecencia la


constitución fuera de la sede legal del registro que el notario
oportunamente comunicó a su Colegio, pues está
trasladando el protocolo. Además, en tal caso también el
lugar de la autorización consignada se halla protegido por la
fe pública.

Los motivos del traslado pueden ser variados: enfermedad,


préstamos hipotecarios, escrituras ligadas con operaciones
bancarias o con instituciones financieras, inclusive por
comodidad de la gente o en nombre de las buenas
relaciones, y todas las especies de actas que, a diferencia
de las escrituras, pueden tener carácter deambulatorio
(notificación, comprobación, etc.).

La provincia de Buenos Aires tiene muchas más


posibilidades, en especial luego de la últimaley
9020,conforme arts. 130 y 191, que en forma expresa dice:
"Escrituración de planes sociales... I. Las escrituras
públicas... podrán ser autorizadas por notarios del distrito
de ubicación del inmueble, en la sede de dichas
instituciones en la capital de la Provincia, a cuyo objeto
queda prorrogada su competencia territorial... II. En el
encabezamiento de estas escrituras... se hará constar que
se autoriza en la sede de la institución respectiva, ubicada
en la capital de la Provincia en virtud de lo dispuesto en
esta ley". Un ejemplo podría ser así:

(100) CIEN. — Salomón Peretz a Banco Hipotecario


Nacional. — En la ciudad de La Plata, provincia de Buenos
Aires, República Argentina, a quince de abril de mil
novecientos ochenta y cuatro, constituido en la calle..., sede
del Banco Hipotecario Nacional, en virtud de lo dispuesto
por el artículo 191 de la ley 9020, y a requerimiento del
deudor, ante mí, Samuel Kinski, titular del registro 200 de
La Matanza (o del distrito de La Matanza),... comparecen...

Igualmente para todos los casos del art. 130, II.

Estimo que basta con poner quién requiere la constitución


fuera de la oficina, pero que no es indispensable especificar
la causa o motivo del requerimiento (enfermedad, préstamo,
etc.), salvo que tal circunstancia sea trascendente o pueda
preverse alguna consecuencia jurídica: en resumen, el
criterio adecuado a las circunstancias.

27. FECHA. NOMBRE DEL NOTARIO

a ) Fecha. No hay mayor problema, y basta con lo explicado


en el parágrafo 15. A propósito, no es necesario poner las
palabras "días, mes ni año", ya que se sobrentienden y
alargan el texto inútilmente. ¿No es mejor decir "a cuatro de
enero de mil novecientos ochenta y tres" que
"a los cuatro días del mes de enero del año de mil
novecientos ochenta y tres"?
Lo único que cabe agregar es lo relativo a la hora. Además
de ciertas normas que así lo establecen (protesto), la hora
suele ser normal en las actas, de las cuales no trato. Pero a
veces convendrá ponerla en algunas escrituras: v.gr., en los
testamentos, y podría ser trascendente en otros casos,
sobre todo cuando se autoriza fuera de la oficina.

b)Mención de notario.Exigida por alguna norma. Pero nada


impide que el autorizante, no forzado por su ley, así lo
exprese. Una redacción simple: "ante mí, HIJ, titular del
registro notarial 2000"; o bien, "ante mí, EDO, adscripta del
registro notarial 3000"; o "ante mí, APT, suplente en el
registro notarial 4000 por licencia del titular".

En la provincia de Buenos Aires se debe hacer por distrito,


lo que corresponde a partidos (195, II, 9020), pero no
resulta muy plausible lo que se lee a veces: "En la ciudad
de San Justo, partido de La Matanza..., ante mí, titular del
registro 300 del distrito notarial de La Matanza". ¿Para qué
repetir?

B) NOMINACIÓN DE COMPARECIENTES
Desarrollamos las distintas comparecencias

28. COMPARECENCIA DE MENORES

(6) SEIS. — ... comparecen Pedro Manuel MEIJIDO, mayor


de edad, Martha GONÇALVES y PERES o GONÇALVES y
Sebastián Manuel GASCÓN, estos dos menores...

(9) NUEVE. — ... comparecen Raúl Domínguez, Carlos


Alberto Lopietro, Dora Nurich, Mario LIPIO y Mario
Alejandro LIPIO, éste habilitado en su edad en la escritura
anterior, los demás mayores de edad...
Lo que interesa esencialmente en los menores es la
habilitación para los actos notariales, que surge de normas
delCódigo Civil. Así, Martha Gonçalves es menor, pero
emancipada por su matrimonio con Pedro Manuel Meijido, y
Sebastián Manuel Gascón también es menor,, pero está
habilitado, pues tiene más de 18 años y trabaja (capítulos
IV y III, datos personales y declaraciones complementarias).

Alejandro Lipio fue habilitado por su padre en la escritura


precedente (8). Si la habilitación de edad hubiera sido
anterior, el notario consignará el documento como un
acápite de la legitimación notarial, siendo el lugar más
indicado el de personería. Junto con ella habrá de indicar el
certificado que informa su vigencia, el cual, en la Capital, la
tiene por quince días.

La comparecencia de menores no ofrece mayor dificultad.


Si es directa, se justifica en otros capítulos la razón de su
habilidad. Si hay representante necesario, en algunos casos
bastará la mera invocación del hecho notorio (ejercicio de la
patria potestad), y en otros, se deberá describir la
documentación habilitante (modelos 5-8).

29. COMPARECENCIA DE MAYORES

(1) UNO. — ...comparecen Manuel JIMÉNEZ, María


CAMIÑA y Marta GONZÁLEZ de REBOREDO, mayores de
edad...

(11) ONCE. — ... comparece Tomás PARDAL y CINTRA o


PARDAL...

(27) VEINTISIETE. — ... comparecen Laudelina o Laudelina


Lucía SOMOZA o SOMOZA de LLORENTE
Tampoco hay mayores dificultades. Según normas vigentes
o inducidas, la nominación se hace con los nombres y
apellidos que surgen: a) de documentos notariales o
judiciales: escrituras, declaratorias, informaciones; b) de
documentos administrativos: documento nacional de
identidad, libreta cívica o de enrolamiento para los
nacionales o nacionalizados y cédulas de identidad para los
extranjeros. Ése es —para mí— el orden por el cual el
notario primero maneja títulos y luego documentos
administrativos. Si coinciden no hay problemas.

Si existen diferencias o agregados debe consignarlos todos:


v.gr., Tomás Pardal y Cintra (declaratoria) y Pardal
(documento); Laudelina o Laudelina Lucía Somoza, en la
información aprobada en el testamentario de sus títulos, y
Somoza de Llorente porque así aparece en la cédula de
identidad de la policía federal. También las inhibiciones
deben ser solicitadas con tales variantes.

Recuerdo que de tal manera el notario está realizando una


información sumarísima sobre la notoriedad de los distintos
nombres de una única persona, pero cabe destacar que
asume la responsabilidad consiguiente, porque es él quien
da fe de conocer, de modo que no es una cuestión tan
simple y menos sin importancia.

Con esto no estoy diciendo que no asuma tal


responsabilidad: a la inversa, el carácter social de nuestra
profesión estaría forzando para que se haga, siempre, por
supuesto, tomando los recaudos que justifiquen la
convicción y sirvan de prueba por si acaso. Es necesario
tomar conciencia de ambos aspectos; responsabilidad
funcional, carácter social.

30. COMPARECENCIA DE HEREDEROS O FAMILIARES


(2) DOS. — ... comparecen Francisco, Ángela, Concepción
Isabel, Josefina, José y Tomás PARDAL y CINTRA o
PARDAL, mayores de edad,...

(3) TRES. — ... comparecen Nicolás Ganino, María Rosa


PISANO y DIGIGLIO o PISANO, José, Lucía, María del
Carmen y Antonio PISANO y MILETTO o PISANO y
Francisco Javier OTTOBRE. El primero interviene por María
Antonia o Mariantonia PISANO y DIGIGLIO o PISANO.

(10) DIEZ. — ... comparecen Luis MANTUANO...


INTERVIENE POR sí y además en nombre y
representación de las siguientes ramas sucesorias: a) hijos
y herederos de Roberto Fraguío y de Martínez Guzlar,
conocidos por FRAGUÍO y GUZLAR o FRAGUÍO; Roberto
Justo y Ángel Arturo; Florencia Elda, Florencia Ada y Norma
Leonor, éstas respectivamente de TARRELLI, de FRANCÍN
y de COREL ...

Varias son las preguntas que es posible hacer: a) ¿por qué


todos juntos y una sola vez los apellidos?; b) ¿por qué la
supresión de los apellidos de las casadas y, a veces,
consta?; c) ¿por qué la separación en ramas y por qué
comenzar con los apellidos?; d) ¿es necesario que al
nombrarlos en otras partes de la escritura figuren como en
la comparecencia?

31. APELLIDOS UNA SOLA VEZ

Hay varias razones generales: nadie puede negar que es


mucho más claro y más rápido de entender cuántos y
quiénes son los herederos; se cotejan más fácilmente con
los antecedentes o títulos si se colocan en el mismo orden
de la declaratoria, lo que requiere un mínimo cuidado.
Facilita el trabajo de preparación de las escrituras para las
protocolistas; permite una más rápida comprensión por
parte de los escribanos referencistas, constituye una valiosa
ayuda al registrador, que se convierte, en definitiva, en
beneficio propio, porque así será más simple y rápida la
inscripción; hay menos posibilidades de salvar.

Estas razones, entre otras, estimo que han contestado a la


primera pregunta y avalan la colocación de todos los
comparecientes juntos y de los apellidos, una sola vez, si es
posible. Esto, dejando de lado el motivo por el cual se han
desplazado los datos personales más allá de todo
contenido relativo al negocio: aligera la comparecencia.

Cabe ahora preguntar, a la inversa de la costumbre en uso:


¿por qué se debe poner tantas veces cuantas son las
personas si aquéllos son todos iguales? Se contestará que
es más solemne en un documento solemne, pero pongo en
duda que quite solemnidad y, en todo caso, ésta debe
prevalecer hoy sobre la rápida inteligibilidad del acto y del
contenido documentado.

Se dirá que cada persona es inefable e irrepetible y, en


consecuencia, merece un respeto singular nominándola por
entero, sobre todo con su propio apellido. Creo que esto se
me ha ocurrido al correr de la máquina, pero estimo que
nadie se ha hecho tal cuestionamiento casi metafísico.

32. APELLIDOS DE CASADAS

¿Por qué la supresión de los apellidos de las casadas y, sin


embargo, a veces constan? Constan siempre que surja de
documentos notariales, judiciales o administrativos, o sea,
de aquellos que tiene el notario a la vista para operar y
sobre cuya base pide las inhibiciones.
Intentaré explicar la supresión (que se verá no es tal) del
apellido de casada. La ley del nombre establece que "la
mujer, al contraer matrimonio, añadirá a su apellido el de su
marido, precedido por la preposición de". Parecería, pues,
que es obligatorio el apellido del esposo para las casadas
(8 y 1, 18.248. También 17.671 y 20.678).

Pero hay tres posibilidades del uso del apellido de solteras:


si por él es conocida en su comercio, industria o profesión;
si se decreta el divorcio —salvo motivos graves— y cuando
ha enviudado (8/10, 18.248). De modo que aquella norma
no es tan absoluta.

Ahora bien, la misma ley expresa que además del primer


apellido del padre, los hijos matrimoniales podrán llevar el
apellido compuesto (padre-madre) a pedido de los
progenitores o del interesado desde los dieciocho años. Y
termina: "Una vez adicionado, el apellido no podrá
suprimirse" (4,ley 18.248,y 43, decretoley 8204/63).

Estas normas permiten concluir que así como no es posible


suprimir el doble apellido registrado a petición, tampoco
sería posible agregar el doble apellido cuando sólo se ha
registrado el primero, si no hay petición. Sin embargo, en
nuestras escrituras los herederos comparecen con el doble
apellido por las declaratorias.

De este modo, el régimen escriturario entiendo es especial,


tan especial como el judicial; creo que no se guía por la ley
18.248, que se refiere al registro nacional de las personas.
Además, la ley 13.482 dice expresamente que en las
escrituras públicas se hará constar la exhibición de la libreta
mencionando su número (13), siendo dicha libreta el actual
documento nacional de identidad.
¿Cómo aparece la mujer en éstos? Pues con el apellido
paterno, o sea, el de uso en soltería. Dicho artículo no ha
sido derogado por la ley 17.671 (64) y, a la inversa,
establece que la presentación del documento será
obligatoria en todas las circunstancias en que sea necesario
probar la identidad de las personas, sin que pueda ser
suplido por ningún otro documento de identidad (13).

Así, pues, en mis formularios no hay supresión del apellido


de casada: si los títulos antecedentes o los documentos
presentados (v.gr., cédula de identidad) figuran con tal
apellido, en buena hora; pero responsabilizarse en el
ámbito concreto de la fe de conocer con un dato más, como
es el apellido de casada, cuando no surge de los
documentos que tengo a la vista, aumenta sólo la
responsabilidad y no agrega nada, ya que si es casada, uno
de los datos que suelen exigir las normas es la indicación
de las nupcias y del nombre y apellido del esposo.

33. RAMAS HEREDITARIAS

La cesión de bóveda que registra el formulario 10


(1/3/1983) establece que Luis MANTUANO comparece por
sí y además por las siguientes ramas sucesorias: a) hijos y
herederos de Roberto Frauío y Martina Guzlar, conocidos
como FRAGUÍO y GUZLAR o FRAGUÍO: Roberto Justo y
Ángel Arturo; Florencia Elda, Florencia Ada y Norma
Leonor...; b) herederos e hijos de Osvaldo Julián Fraguío,
conocidos por FRAGUÍO y CARDONER o FRAGUÍO;
Nicolás Jorge y Mina Rita, ésta de CROZZI, y la viuda
Graciela CARDONER de FRAGUÍO; c) hijos y herederos de
Edmundo Víctor Fraguío, conocidos por FRAGUÍO y SMITH
o FRAGUÍO: Rogelio, Alejandra, Cecilia y Graciela, las tres
últimas respectivamente de DOBIN, de SEGUIN y de
CIDIELA, y la viuda Cristina Matilde SMITH de FRAGUÍO...
Se comienza con los apellidos para destacar inicialmente
que se trata de varias ramas titulares y se las separa por
medio de letras precisamente para lograr ese efecto: una
separación que permita captar más rápida y
ordenadamente la correspondencia con los antecedentes
de títulos; además es evidente que se acorta muchísimo la
comparecencia. Modelos similares: formularios 17, 22 y 25.

(17) DIECISIETE. — Donación y venta... comparecen Ariel


Demóstenes DE MATTEO, DEMATTEO, DE MATEO o
DEMATEO (5/10) y sus hijos: Sylvia Ernestina, María de los
Ángeles, Norberto Salvador, Pedro Luis y Mariela DE
MATTEO y RUIZ o DE MATTEO (1/10 cada uno), y Carlos
Esteban DESIO ...

Nótese la diferencia; en la escritura 10, las mujeres figuran


con los apellidos de casada, porque así fueron registrados
en la Municipalidad o así aparecen en las declaratorias. En
cambio, en la escritura 17 los hijos figuran como en la
declaratoria: De Matteo y Ruiz, y como en los documentos
de identidad: De Matteo; además, el apellido una sola vez,
en forma corrida los nombres.

Esto exige mayor atención, aunque parezca más fácil: en


efecto, aquí tiene importancia la coma detrás de los
nombres. Una coma mal puesta cambia a la persona, que
no coincidirá con la declaratoria; pero este mínimo de
atención lleva un tiempo mucho menor que la colocación
repetitiva y hace menos mecánica la obra de redacción.

C) INTERVENCIÓN
34. REPRESENTACIÓN NECESARIA
Patria potestad
(5) CINCO. — ... comparecen Silvia Lapo,... Marcial
Aramburu... INTERVIENEN: b ) Marcial Aramburu en
ejercicio de la patria potestad que ejerce sobre su hijo
Osvaldo Pedro ARAMBURU.

(14) CATORCE. — ... comparecen Marta GONZÁLEZ de


REBOREDO o Marta GONZÁLEZ y sus hijos ...
INTERVIENEN por sí; además la primera en ejercicio de la
patria potestad que ejerce sobre su hija menor Ana Carlota
REBOREDO.

Sociedades

(7) SIETE. — ... comparece Juan Antonio LÓPEZ...


INTERVIENE por sí y, además, en su carácter de
presidente de "Los Mariachis, S.A.", con sede en...

(9) NUEVE. — ... comparecen Raúl Domínguez, Carlos


Alberto Lopietro, Dora Nurich, Mario y Alejandro LIPIO, éste
habilitado en la escritura precedente, los demás mayores de
edad, a quienes conozco. INTERVIENEN: los dos últimos
por sí; los demás, por su orden, en carácter de presidente
de "EL ESCUDO, S.A.", socio gerente de "EL ESTÍMULO,
S.R.L.", y socia comanditada de "CONSTRUCTORA
NURICH, S.C.A.", con sedes en...

Nos encontramos con dos casos de representación: en


ejercicio de la patria potestad y como administrador de
sociedad. Se puede notar que tanto en uno como en otro, la
comparecencia registra el sector "INTERVENCIÓN", que
sólo aparece cuando hay representaciones necesarias o
voluntarias.

Si el representante lo hace también por sí, se debe destacar


dicha circunstancia (14 y 7). Aunque no sea necesario,
también se puede poner la expresión "por sí" cuando hay
uno que así lo hace y constituye la excepción; esto permite
ubicar a "los demás" sin necesidad de nombrarlos (9).

Es decir, siempre conviene destacar lo excepcional; de esa


manera, el resto tiene configuraciones comunes que
permiten conglobarlos en expresiones únicas, significativas
de todo el conjunto, sin lugar a confusión ni a oscuridades.

En el caso de representación por patria potestad basta con


la invocación que se hace por notoriedad, esto es, por
declaración de quien la ejerce, no siendo necesario, por lo
común, la justificación del parentesco; en consecuencia, no
es exigible ni la partida ni la libreta de familia ni la cita
formal de ninguno de ellos (5-14). Otro es el caso de la
habilitación de edad, que sí lo requieren, y algunas normas
(8).

Si la representación fuere de sociedades habrá que indicar


la denominación o razón social, tal como surge de títulos y
de los estatutos o contratos, e igualmente la sede o
domicilio legal en forma precisa por exigencias registrales.

Si hubiere diferencia entre la denominación estatutaria


actual y la de títulos, por cambio de nombre no asentado en
el registro de la propiedad, la sociedad comparece de las
dos maneras y se pide inhibiciones de las dos maneras. La
correlación entre ambas denominaciones conviene hacerla
en la relación de títulos o legitimación sustantiva con la
legitimación de personería, informando al registro
inmobiliario del cambio ocurrido. Pero este tema no es
motivo del presente estudio.

Si la representación fuere de personas públicas (art. 33,


CCiv.), bastará con invocar el carácter en que concurre el
compareciente, así: "Juan Martín Leal, gobernador de..."; "o
ministro de Obras Públicas de..."; "Monseñor Julián Aruba,
obispo de la diócesis de Santana...". Esto es, no resulta
necesario justificar su personería ni carácter.

La notoriedad es difícil de expresar y es variable. En


general, estimo que la de los cargos públicos queda
limitada al país o a la provincia, por las elecciones
nacionales o provinciales. El resto de los funcionarios por
decretos del Poder Ejecutivo, con la consiguiente publicidad
en el boletín oficial y en los diarios, ello siempre que los
cargos sean importantes.

Esto no obsta para que a veces se produzcan algunas


situaciones anómalas de relieve y de grueso calibre, como
la que aconteció en La Plata hace más o menos cuatro
lustros con aquel juez designado y que dictó numerosas
sentencias y ni siquiera tenía título de abogado. Pero se
llegó a aquello de que "error communis facit ius".

35. REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA Y GESTIÓN

(3) TRES. — ... comparecen Nicolás Ganino, casado,


matrícula 67898, Lavalle 1312, oficina 15. El primero
INTERVIENE por María Antonia o Mariantonia PISANO y
DIGIGLIO o PISANO...

(5) CINCO. — ... comparecen Silvia Lapo... INTERVIENEN:


a) Silvia Lapo en nombre y representación de Vita PEZZA
de FANOL, según poder especial 4, 6 de enero de 1983,
pasado en este registro, folio 7v...

(24) VEINTICUATRO. — ... comparecen Alejandro y María


Luisa Tuculet, Margarita Suárez de Grondona, matrículas
28984, 14052 y 54823, casados y vecinos; Mateo Eduardo
TUCULET y DUHALDE o TUCULET, y Joyita Marcela o
Jovita Marcela Ana FRÍAS... INTERVIENEN: a) Alejandro
Tuculet por Jacquelina o Jacquelina María DUHALDE o
DUHALDE; b) María Luisa Tuculet por Ángeles María o
María Ángeles o Mariángeles o María DUHALDE de
TUCULET; c) Margarita Suárez de Grondona representa a
Angélica Magdalena TUCULET y DUHALDE o TUCULET o
TUCULET de PÁEZ...

La intervención es invocada por el representante, quien


expresa nombres y apellidos de la persona por la cual
comparece. En la escritura 24, Mateo Eduardo Tuculet y
Jovita Marcela Frías —cónyuges— no son representados;
en consecuencia, de ellos no se dice nada en la
comparecencia, ya que es fútil afirmar que intervienen por
sí.

¿Qué sucede si hay diferencias entre título y poder? Si se


puede remediar, en buena hora. De lo contrario, el
apoderado será quien asevere que concurre por Juan
Rodríguez (título) o Juan Carlos Rodríguez (poder),
trasladándose ahora a él la responsabilidad de la
invocación, ya que el titular poderdante no es
compareciente ni sujeto a la fe de conocer del notario de la
venta.

Así, en la escritura 3, Nicolás Ganino interviene por María


Antonia (declaratoria) o Mariantonia (poder). Éste es el
motivo por el cual comparece con las dos formas; pero al
legitimar la personería se indica la forma del poder, y en la
legitimación sustantiva de la declaratoria se indica la otra
forma.

En caso de la escritura 5, se legitima la personería en la


misma intervención, indicándose los datos precisos para la
ubicación del poder. Si bien no es técnicamente correcto,
pues habría que desplazarlo a la legitimación notarial, como
la invocación es breve, concisa y no confunde, también
podría realizarse aquí.

En la escritura 24 la cuestión es más complicada. Hay tres


representaciones; por dicho motivo, conviene repetir el
nombre del apoderado indicando la persona representada,
e inclusive separarlos por incisos para mayor claridad, ya
que esto es lo que interesa. Puede prestarse a confusión el
uso de los ordinales: el primero por..., la segunda por..., la
tercera por... He visto citar hasta sexto.

Gestión de negocios

(22) VEINTIDÓS. — ... comparecen Rosalía... NICO y


Amadeo CRICI... Amadeo Crici INTERVIENE en calidad de
gestor de negocios de Rubén Carlos JEREZ, matrícula
67890, domicilio Pacheco 4285, de esta ciudad...

Para la gestión de negocios basta con la invocación de tal


calidad y la designación del gestionado o dominus
negotii,con los siguientes datos: apellido y nombre,
documento de identidad que legalmente corresponda (96,
decreto 2080/80, Capital). La fórmula 22 presenta un caso e
introduce la novedad de realizar la constancia formal de la
gestión en la misma comparecencia, sector de intervención.

Como no hay representación, Amadeo Crici actúa por sí, ya


que él es el obligado a todas las resultas del contrato (art.
2305,CCiv.), pero formaliza la declaración de que
INTERVIENE por Rubén Carlos Jerez en la misma
comparecencia, exactamente como en la representación,
para que inicialmente se tenga idea de la gestión.
También resulta desacostumbrada la comparecencia en mi
fórmula de testamento, ya que figuran en dicho sector de la
escritura, y no al final, como es lo común (ver escr. 29). El
fundamento teórico es el principio de composición y sólo es
cuestión de costumbre.

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