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La realidad económica actual impulsa a las empresas a realizar acciones buscando maximizar

los beneficios y minimizar los costos. En esa instancia, los contratos asociativos, se han
convertido en una herramienta de empresarios y empresas para adaptarse a las nuevas
competencias, logrando así mayor competitividad y poder de negociación, permitiendo el
acceso a mercados y recursos hasta ahora vedados para empresas pequeñas o de mediana
escala.

En cuanto a los antecedentes normativos :

La ley de sociedades Comerciales N° 19.950, sancionada en el año 1972, incluyó en su texto la


denominada sociedad accidental o en participación como sociedad típica, lo cual fue
controvertido por tratarse de una estructura jurídica interna que no se explicitaba en relación
a los terceros, en virtud de que la actuación se limitaba al gestor socio. La reforma del año
1983 introdujo en la ley de sociedades, en su capítulo III los contratos de colaboración
empresaria que en sus dos secciones, trataba primero las agrupaciones de colaboración y
seguidamente las uniones transitorias. La ley 26.005, sancionada en el año 2005, hacía lo
propio regulando los consorcios de cooperación.

La ley 26.994 traslada atinadamente los contratos asociativos al cuerpo principal del nuevo
código que estaban hasta ese momento en la ley de sociedades y en la ley 26005. Este cambio
fue celebrado por la doctrina porque precisamente se trata de contratos y no de sociedades.
Asimismo, elimina del vocabulario cualquier referencia a los términos sociedades y empresas.

También se reforma el art 30 de la Ley 19950 que en su anterior redacción determinaba que
las sociedades anónimas y sociedades en comandita por acciones solo podían formar parte de
sociedades por acciones. La existencia de esta prohibición generó una incertidumbre en la
celebración de los contratos de colaboración empresaria, por la posibilidad de que algún
tribunal entendiera que ese contrato era una sociedad comercial y le aplicara el riguroso
régimen consagrado para las sociedades no constituidas regularmente o el régimen
establecido para la sociedad atípica. El art 30 de la ley de sociedades en su actual redacción
establece expresamente que las sociedades anónimas y en comandita por acciones podrán ser
parte de cualquier contrato asociativo.

El Código Civil y Comercial en su capítulo 16, libro tercero, título IV trata los contratos de
colaboración asociativa fijando en su primer sección las reglas generales que imponen una
unidad de criterio en los denominados negocios de colaboración, organización o participación.
Y luego en sus posteriores secciones trata individualmente los negocios en participación, las
agrupaciones de colaboración, las uniones transitorias y los consorcios de cooperación.

Concepto de contrato asociativo

Dentro de las normas generales no se incluye una definición de contrato asociativo lo cual fue
criticado por la doctrina.

Podemos decir que hay contrato asociativo cuando las partes unen sus esfuerzos y
prestaciones para alcanzar el fin común que determina la celebración del contrato.
A los fines de definir los contratos asociativos es pertinente considerar las siguientes
características

A) No hay obligaciones correlativas como en los contratos bilaterales sino que cada parte
adquiere derechos y obligaciones respecto de todos los demás

B) se trata de contratos abierto s en los que pueden ingresar nuevas partes

C) las prestaciones pueden ser de diferente valor, es decir no rige el concepto de equivalencia

D) no se aplica el pacto comisorio, ni la excepción de incumplimiento contractual

E) el vicio que afecta a una de las partes no afecta a las demas

F) cada una de las partes adopta una posición independiente respecto de los demás en cuanto
al contenido de sus derechos y obligaciones

G) existe un interés común que los lleva a cooperar entre si a fin de satisfacerlo, pero no a
través de la contraprestación del otro participante sino a través de la actividad de
colaboración.

H ) no dan origen a un nuevo sujeto de derecho

I) la imposibilidad de las prestaciones no esenciales no tiene carácter extintivo

J) el vicio que afecta el vínculo de una de las partes no afecta a las demás.

En cuanto a la Normativa general el art

El artículo 1442 del Código Civil y Comercial establece lo siguiente:

A) Que las disposiciones de este Capítulo se aplican a todo contrato de colaboración, de


organización o participativo, con comunidad de fin que no sea sociedad.

B) A estos contratos no se les aplican las normas sobre sociedad, no son, ni por medio de
ellos se constituyen, personas jurídicas, sociedades ni sujetos de derecho.

C) A las Comunidades de derechos reales y a la indivisión hereditaria no se les aplican las


disposiciones sobre contratos asociativos ni las de la sociedad.

El artículo referenciado establece la regulación aplicable a los contratos asociativos,


instaurando que dichas formas asociativas no constituyen personas jurídicas, sociedades, ni
sujetos de derechos, no resultando aplicables por ende las normas de sociedades. Por primera
vez en el derecho Argentino se admite en forma amplia y no taxativa la concertación de
negocios asociativos, sin el riesgo de ser considerado sociedades. Asimismo, se aclara que
estas disposiciones no se aplican a las indivisiones hereditarias, ni a las comuniones de
derechos reales.
El gran desafío que se nos presenta como operadores del derecho es diferenciar cuándo
estamos frente a un contrato asociativo y cuándo estamos frente a una sociedad. Para
realizar la distinción debemos tener presente la definición de sociedad que nos da el artículo
primero de la ley de sociedades, a saber :

“ Habrá sociedad si una o más personas, en forma organizada conforme a uno de los tipos
previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio
de bienes o servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas”

Siguiendo a Manovil podemos decir que los elementos diferenciadores entre una sociedad y
un contrato asociativo son los siguientes:

A) En las sociedades las relaciones sinalagmáticas no se establecen entre las partes sino
entre cada una de ellas y el sujeto sociedad, destinatario de las prestaciones comprometidas
por aquellos. En cambio, en los contratos asociativos, al no surgir sujeto alguno, la relación
sinalagmática se da entre las partes.

B) En las sociedades se genera y perdura hasta su liquidación, una organización jurídica,


rigiendo el principio de organicismo, es decir quien expresa la voluntad de la sociedad son los
órganos de la misma. En cambio, en los contratos asociativos y de colaboración no se
estructura organicidad jurídica alguna, no hay representación orgánica sino voluntaria,
regulada por las normas de representación y mandato.

C) La existencia de objeto empresario, resulta fundamental para la existencia de la sociedad,


es decir actividad económica organizada para producción e intercambio de bienes y servicios.
En los contratos asociativos la calidad de sujeto empresario no se requiere para su
constitución, sólo se exige aunar esfuerzos para el logro de un fin común de contenido
patrimonial.

D) Otra de las diferencias es que en las sociedades se configura un patrimonio propio,


diferenciado del de sus miembros, que no existe en los contratos asociativos, existiendo
únicamente un fondo común operativo, pero sin transferencia de su propiedad.

E) En las sociedades, la gestión del patrimonio y la actividad empresaria es común, no


pudiendo los socios asumir en forma separada una parte de la actividad. En el caso de
contratos asociativos o de colaboración coexisten actividades empresarias separadas y
actividades en común.

F) En las sociedad, las perdidas y benéficos son soportados o compartidas en común. En


cambio, en los contratos asociativos las pérdidas o ganancias pueden serlo para una de las
partes o no compartidas en igual mediada entre las partes .

G) Por último, la existencia de un riesgo común determina la existencia de un interés


común, diferente de aquel particular de cada socio. Esto es deriva de su carácter de sujeto de
derecho y por ende centro de imputación diferenciado de derechos y obligaciones.
En la misma sintonía, Richard distingue la sociedad al considerar esencial a ésta la actuación a
nombre colectivo como sociedad, con aportes destinados a constituir un patrimonio
diferenciado, caracterizando a la sociedad como aquella en las que se dan los siguientes
elementos:

a) Manifestación externa

b) Constitución de un patrimonio común o autónomo

c) La durabilidad

d) El carácter económico y común de su fin

e) La actividad u origen negocial

f) Una organización o forma organizada

g) El reconocimiento legal de la personalidad

h) La existencia además de un fin común de un objeto común

En consecuencia, para estructurar o tener por configurado un contrato asociativo que no


constituya sociedad ni sea sujeto de derecho, resulta necesaria la ausencia de alguno o algunos
de los elementos requeridos por el art 1 de la ley de sociedades.

Es dable advertir que el profesor Vitolo en su artículo denominado “Cambios introducidos en el


Régimen de contratos asociativos”, manifiesta que la razón por la cual el legislador ha decidido
que los contratos asociativos no sean considerados sociedades o sujetos de derecho es una
cuestión de política legislativa, dado que para él existen muchas similitudes entre ambos
institutos. A su entender, hubiera sido más útil establecer un régimen distinto para los
contratos asociativos a través de un cuerpo normativo diferenciado o incluirlo en la ley de
sociedades considerandolo lisa y llanamente como sociedades simples de la sección IV.

Por último, es admisible que las partes eligen una forma societaria para estructurar un
contrato asociativo, la inversa es ilegítima.

En conclusión, si las partes organizan actividades empresarias comunes, con riesgo y gestión
común, estarían estructurando un vínculo jurídico que por su esencia es una sociedad, más allá
de que se denomine contrato asociativo.

En lo que hace al régimen de nulidad, el Código Civil y Comercial dispone un mecanismo


similar al que rige en materia societaria en las sociedades que no son unipersonales. El art
1443 dispone:

Si las partes son más de dos, la nulidad del contrato respecto de una de las partes no produce
la nulidad entre las demás y el incumplimiento de una no excusa el de las otras, excepto que la
prestación de aquella que ha incumplido o respecto de la cual el contrato es nulo sea necesaria
para la realización del objeto del contrato.
El articulo consagra la autonomía del vinculo individual que liga a una de las partes respecto de
la subsistencia y valides del contrato para los restantes contratantes en tanto y en cuanto se
trate de negocios con mas de dos signatarios. De tal modo. La invalidez del contrato respecto
de una no afecta a las otras, provocando una extinción parcial subjetiva.

A su vez el incumplimiento de las prestaciones a cargo de una de las partes no permite oponer
la exceptio non adimpleti contratus por las restantes ni hacer unos de pacto comisorio salvo
que la prestación de la parte incumplidora sea esencial para el cumplimiento del contrato

Los contratos a que se refiere este Capítulo no están sujetos a requisitos de forma, en
consonancia con el art 1015 que incorpora el principio de libertad de formas. Es decir, para su
creación no existe una forma impuesta de cuyo cumplimento dependa constitutivamente,
sustancialmente o solemnemente, el nacimiento del contrato de que se trate, sino es a los
efectos probatorios.

De todos modos, la expresión escrita, mediante instrumento público o privado con firmas
certificadas notarialmente es exigida para las uniones transitorias, las agrupaciones de
colaboración y los consorcios de cooperación. Tal formalidad ha sido impuesta meramente ad
probationem en virtud de la falta de sanción explícita de invalidez. En caso de que estos
contratos se celebrasen sin las formalidades prescriptas o sin las enunciaciones impuestas en
los artículos propios valdrán como contratos en el que las partes se obligaron a cumplir con la
requerida formalidad. Si bien en relación a los negocios en participación es dable pactarlos
verbalmente, debe advertirse que no es lo más habitual.

Otra cuestión trascendental que hace a la calificación notarial es la actuación de las partes en
un contrato asociativo.

El artículo 1445, dispone que cuando una parte trate con un tercero en nombre de todas las
partes o de la organización común establecida en el contrato asociativo, las otras partes no
devienen acreedores o deudores respecto del tercero sino de conformidad con las
disposiciones sobre representación, lo dispuesto en el contrato, o las normas de las secciones
pertinentes.

El art 1445 del código civil y comercial establece que la actuación de las partes puede ser a
nombre de la organización común o de todas las participes y que a tales fines se aplican las
normas sobre representación, lo dispuesto en el contrato, o normas de las secciones
siguientes.

El referenciado art dispone la previsión de representación voluntaria, permitiendo la


posibilidad de pactar que se vinculen los partícipes con terceros a través de un representante
común de cada uno de ellos o de la organización común impidiendo una legitimación pasiva o
activa de los partícipes. Los partícipes no otorgan representación orgánica sino mandato o sea
representación voluntaria en tanto el agrupamiento carece de personalidad jurídica
diferenciada.

En los contratos asociativos típicos los representantes no lo son del contrato sino de los
participes en negocios que tengan por causa la funcionalidad de los contratos,
Como ya fue advertido, los contratos asociativos no generan sociedades ni sujetos de
derechos, por lo tanto no resultan aplicables las reglas de la representación orgánica.

Según el tipo de contrato, la representación es voluntaria y se rige por las reglas del mandato y
por las disposiciones de representación

Lo referido por el citado artículo no resulta aplicable al negocio en participación, en virtud de


que en dicho contrato el gestor actúa en nombre propio, no a nombre de otra u otras personas
integrantes del negocio en participación quienes permanecen ocultas. Si quien actuase fuera
uno de los partícipes entraría regir lo normado por el art 1450 que más adelante trataremos.

En el contrato de agrupación de colaboración aplica el art 1457, el que determina que son
aplicables las reglas de mandato a los directores y administradores designados en el contrato o
posteriormente debidamente inscripto.

Asimismo, tampoco se vincula a la actuación del representante de los miembros de la unión


transitoria, a quienes el Código reputa con poderes suficientes una vez que su designación está
inscripta en el Registro Público. Como tampoco, al representante del consorcio de
cooperación, que ostenta la condición de un representante legal.

El art 1445 se refiere a todas aquellas situaciones en las que no dandose la actuación del
administrador o representante designado en el contrato asociativo aparezca interviniendo una
parte integrante del contrato, actuando en nombre de los demás o de la organización común y
trate con un tercero generando créditos o débitos.

5) Libertad de contenidos

A la libertad de forma se suma la liberta de contenidos. El artículo 1446 recoge el principio de


la libertad de contenidos al expresar que además de poder optar por los tipos que se regulan
en las secciones siguientes de este capítulo, las partes tienen libertad para configurar estos
contratos con otros contenidos. Esta libertad se alinea con el principio de autonomía de la
voluntad . Constituye sus límites naturales la ley, el orden público, la moral y las buenas
costumbres.

Esta amplia libertad persigue brindar las herramientas para una mejor organización de los
negocios y prácticas comerciales, en el marco de una realidad más compleja.

6) Efectos entre las partes

El artículo 1447 establece que aunque la inscripción esté prevista en las Secciones siguientes
de este Capítulo, los contratos no inscriptos producen efectos entre las partes.
El código exige la inscripción en el Registro Público de los contratos de agrupación en
colaboración, de unión transitoria y de consorcio de cooperación así como de los
administradores y representantes, no así del negocio en participación.

Dicha inscripción es necesaria para que el Registro Público ejerza un control de legalidad
respecto de los requisitos exigidos por el Código, control que debe ser flexible en la
interpretación de las cláusulas contractuales. Perez Lozano disiente de que dicho control de
legalidad sea necesario en los casos en los que acceden al Registro Público contratos
celebrados por escritura pública y solo se justificaría ese control cuando se celebren por
instrumento privado.

La inscripción de los contratos asociativos se justifica para darles oponibilidad frente a


terceros, es decir tiene como efecto principal la publicidad. Asimismo, la inscripción hace
presumir que dichos contratos no son sociedades, personas jurídicas, ni sujetos de derechos.

La inscripción no es una formalidad a cuyo cumplimiento quede sujeto el nacimiento del


contrato, en virtud del carácter consensual de los contratos asociativos.

conclusión

Luego de analizar las normativa general de los contratos asociativos y particularmente cada
uno de ellos, queda claro que los mismos son una herramienta valiosa disponible para que
empresas, sociedades, asociaciones y personas humanas puedan dar respuestas a sus
necesidades y conveniencias en forma conjunta sin necesidad de constituir una sociedad ni
arriesgarse a ingresar al régimen de las sociedades del capítulo IV aún cuando el mismo haya
mitigado sus consecuencia

Dado el alto impacto que los mismos tienen en el mundo societario, la intervención del
notariado en la redacción de los contratos asociativo le aportara el valor agregado de la
instrumentación, conservación, confidencialidad y eficacia, en un campo en permanente
expansión y cambio

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