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SEÑOR
JUEZ CONSTITUCIONAL DE REPARTO
E. S. D.

Yo, OLGA HERNÁNDEZ MORALES, mayor de edad, identificada con cédula de ciudadanía No. 51.825.144,
actuando como agente oficioso de mi hija MARIA VALENTINA LOTERO HERNÁNDEZ, identificada con TI. No.
1.025.531.015, a través del presente escrito formulo ACCIÓN DE TUTELA, en contra de FAMISANAR EPS,
identificada con NIT No. 830003564-7 y la ADMINISTRADORA DE LOS RECURSOS DEL SISTEMA DE
SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD – ADRES, con Nit No. 901.037.916-1, por vulnerar el derecho fundamental de
petición de mi hija en conexidad con LA SALUD, VIDA EN CONDICIONES DIGNAS, ACCESO A UN SERVICIO
MÉDICO DE CALIDAD, PLAN DE BENEFICIOS EN SALUD, entre otros, consagrado en el Art. 23 de la C.P., con
fundamento en los siguientes:

HECHOS

1. Mi hija MARIA VALENTINA LOTERO HERNÁNDEZ, identificada con TI. No. 1.025.531.015, requiere de
forma regular de chequeos médicos como beneficiaria del Régimen Subsidiado de FAMISANAR EPS.
2. Sin embargo, en los últimos meses ella no se encuentra registrada en este régimen.
3. De acuerdo con la información aportada por parte de la ADMINISTRADORA DE LOS RECURSOS DEL
SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD – ADRES, mi hija no se encuentra reportada en la Base
de Datos del Régimen Especial y Exceptuado (BDEX) como de forma temeraria lo indicó en el algún
momento FAMISANAR EPS.
4. Esto ha provocado la imposibilidad material de que MARIA VALENTINA LOTERO HERNANDEZ, pueda
acudir al Plan de Beneficios en Salud (PBS) y no pueda llevar a cabo sus exámenes médicos rutinarios.
5. Ocasionando inconvenientes relacionados con el tiempo, el dinero y la salud de mi menor hija, así como de
los gastos familiares del hogar.
6. Así las cosas, el pasado 10 de mayo de 2023, radiqué derecho de petición ante FAMISANAR EPS.,
solicitando la corrección y actualización de los datos de mi hija en el registro del ADRES, para que pudiera
tener acceso al PBS.
7. Sin embargo, FAMISANAR EPS, mediante oficio del 15 de mayo de 2023, se sirvió dar respuesta a mi
requerimiento.
8. Indicando, en resumidas cuentas, que la novedad de activación del Plan de Beneficios en Salud, ante el
ADRES se enviaría el 19 de mayo de 2023, en garantía de los establecido en la Resolución No. 1133.
9. En tanto FAMISANAR EPS, era la entidad encargada de actualizar la Base de Datos Única de Afiliados
(BDUA)
10. No obstante, el 2 de junio de 2023, el ADRES me informa que en el BDEX no se encuentra reportada el
documento de identidad de mi hija en el sistema.
11. Aunado a esto, insiste que de conformidad con lo previsto en la Resolución No. 4622 de 2016, esta
obligación se encuentra a cargo de las Entidades Promotoras de Salud, esto es, de FAMISANAR EPS.
12. Actualmente, mi hija continúa sin poder acceder al Plan de Beneficios en Salud, debido a la falta de
respuesta clara, concreta y de fondo al derecho de petición que se radicó el 10 de mayo de 2023, y las
supuestas gestiones que indicaron que iban a realizar para regularizar el registro de mi menor hija.
13. Por todo lo anterior, me permito realizar la siguiente;
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PETICION

PRIMERO: Que se proteja el derecho fundamental de petición de mi hija, en conexidad con LA SALUD, VIDA EN
CONDICIONES DIGNAS, ACCESO A UN SERVICIO MÉDICO DE CALIDAD, PLAN DE BENEFICIOS EN SALUD,
entre otros, de mi hija MARIA VALENTINA LOTERO HERNÁNDEZ, vulnerado por parte de FAMISANAR EPS, al no
haber realizado los trámites administrativos necesarios para que se hiciera efectivo su registro en la Base de Datos
Única de Afiliados (BDUA), pues a la fecha no han gestionado nada al respecto ni se ha actualizado esta información
en el ADRES.

SEGUNDO: Que FAMISANAR EPS, proceda a realizar todos los trámites administrativos necesarios para que
garantice y materialice el registro de mi hija en la Base de Datos Única de Afiliados (BDUA), pues de acuerdo a lo
expresado por el ADRES, este trámite no ha sido realizado por FAMISANAR EPS, entidad encargada de realizar las
actualizaciones en el sistema.

TERCERO: Que FAMISANAR EPS, de forma conjunta con el ADRES, garanticen la actualización efectiva de la
información verificando que mi hija se encuentre inscrita en debida forma en el Bases de Datos Única de Afiliados
(BDUA), para que pueda acceder al Plan de Beneficios en Salud, y continuar con sus chequeos de rutina.

FUNDAMENTOS LEGALES Y JURISPRUDENCIALES

Si bien es cierto, el artículo 1, 13, 23, 48 y 86, Constitución Política de Colombia, han reconocido de manera enfática
que la seguridad social, en especial aquella que deviene de la prestación de los servicios del subsistema de salud,
son un servicio obligatorio que tiene que ser prestado a todos los habitantes del territorio sin distingo alguno, a través
de los principios de dirección, oportunidad, coordinación y control del Estado; cuya prestación debe estar alineada a
los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.

Entre tanto, todos los citados principios orientadores están direccionados a que la ciudadanía goce de manera
efectiva del servicio salud, esto es, de manera oportuna de acuerdo a las características propias del sujeto, lo cual
permita un diagnóstico efectivo y un tratamiento médico adecuado y acertado; inclusive analizando las condiciones
socioeconómicas en las que desarrolla el afiliado, para determinar la procedencia o no de la exoneración de
copagos, cuotas moderadoras y pago de medicamentos.

Si bien es cierto, el artículo 1, 13, 23, 48 y 86, Constitución Política de Colombia, han reconocido de manera enfática
que la seguridad social, en especial aquella que deviene de la prestación de los servicios del subsistema de salud,
son un servicio obligatorio que tiene que ser prestado a todos los habitantes del territorio sin distingo alguno, a través
de los principios de dirección, oportunidad, coordinación y control del Estado; cuya prestación debe estar alineada a
los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.

Entre tanto, todos los citados principios orientadores están direccionados a que la ciudadanía goce de manera
efectiva del servicio salud, esto es, de manera oportuna de acuerdo a las características propias del sujeto, lo cual
permita un diagnostico efectivo y un tratamiento médico adecuado y acertado.

Este tema, lo desarrolló la Corte Constitucional, a través de la sentencia T-092/18, cuando expresó:
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[…] El artículo 48 de la Constitución Política consagra la seguridad social y la define en los siguientes
términos: “es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y
control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad en los términos que
establezca la ley”, al tiempo que, el artículo 49, respecto del derecho a la salud, señala que: “La atención de
la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las
personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud. // Corresponde al
Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento
ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las
políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y control. Así
mismo, establecer las competencias de la Nación, las entidades territoriales y los particulares y determinar
los aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en la ley (…)”.

Al estudiar los complejos problemas que plantean los requerimientos de atención en salud, esta Corporación
se ha referido a sus facetas, una como derecho y otra como servicio público a cargo del Estado. Cada una de
estas expresiones implica un ejercicio de valoración particular, en el que se debe tener en cuenta el conjunto
de principios que les son aplicables. Así, en cuanto a la salud como derecho, se ha dicho que la misma se
relaciona con los mandatos de continuidad, integralidad e igualdad; mientras que, respecto a la salud como
servicio, se ha advertido que su prestación debe atender a los principios de eficiencia, universalidad y
solidaridad1..

[…] Al enfocarse en el estudio de la primera faceta, cabe destacar que en ley estatutaria, el legislador le
atribuyó a la salud el carácter de derecho funda-mental autónomo e irrenunciable. De igual manera,
estableció un precepto general de cobertura al indicar que su acceso debe ser oportuno, eficaz, de calidad y
en condiciones de igualdad a todos los servicios, establecimientos y bienes que se requieran para
garantizarlo, el cual se cumple mediante la instauración del denominado Sistema de Salud. Este último se
define como “el conjunto articulado y armónico de principios y normas; políticas públicas; instituciones;
competencias y procedimientos; facultades, obligaciones, derechos y deberes; financiamiento; controles;
información y evaluación, que el Estado disponga para la garantía y materialización del derecho fundamental
de la salud”

[…] La Corte también ha destacado que el citado derecho se compone de unos elementos esenciales que
delimitan su contenido dinámico, que fijan límites para su regulación y que le otorgan su razón de ser. Estos
elementos se encuentran previstos en el artículo 6 de la Ley 1751 de 2015, en los que se vincula su goce
pleno y efectivo con el deber del Estado de garantizar su (i) disponibilidad, (ii) aceptabilidad, (iii)
accesibilidad y (iv) calidad e idoneidad profesional.

Teniendo en cuenta el asunto sometido a decisión, es necesario resaltar el elemento relacionado con
la accesibilidad a los servicios y tecnologías de la salud, el cual corresponde a un concepto amplio que
incluye el conjunto de medidas dirigidas a facilitar el acceso físico a las prestaciones del sistema, sin
discriminación alguna, lo que, a su vez, implica que los bienes y servicios estén al alcance geográfico de toda
la población, en especial de los grupos vulnerables. Este elemento se complementa con parámetros básicos
que guían el ingreso y la permanencia en el sistema, a través de mandatos que apelan a la accesibilidad
económica y al manejo amplio de información.

[…] Por otra parte, en lo que atañe a los principios que se vinculan con la faceta de la salud como servicio
público, es preciso recurrir a lo previsto en el artículo 6 de la Ley 1751 de 2016, en donde se mencionan los
siguientes: universalidad, equidad, continuidad, oportunidad, progresividad¸ integralidad, sostenibilidad, libre
elección, solidaridad, eficiencia, interculturalidad y protección de grupos poblacionales específicos. Para
efectos de esta sentencia, la Sala ahondará en los principios de continuidad, oportunidad e integralidad, los
cuales resultan relevantes para resolver el asunto objeto de revisión.

[…] El principio de continuidad en el servicio implica que la atención en salud no podrá ser suspendida al
paciente, cuando se invocan exclusivamente razones de carácter administrativo. Precisamente, la Corte ha
sostenido que “una vez haya sido iniciada la atención en salud, debe garantizarse la continuidad del servicio,
1
Corte Constitucional. Sentencias T-134 de 2002.
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de manera que el mismo no sea suspendido o retardado, antes de la recuperación o estabilización del
paciente. La importancia de este principio radica, primordialmente, en que permite amparar el inicio,
desarrollo y terminación de los tratamientos médicos, lo que se ajusta al criterio de integralidad en la
prestación2.

[…]Por su parte, el principio de oportunidad se refiere a “que el usuario debe gozar de la prestación del
servicio en el momento que corresponde para recuperar su salud, sin sufrir mayores dolores y deterioros.
Esta característica incluye el derecho al diagnóstico del paciente, el cual es necesario para establecer un
dictamen exacto de la enfermedad que padece el usuario, de manera que se brinde el tratamiento adecuado.
Este principio implica que el paciente debe recibir los medicamentos o cualquier otro servicio médico que
requiera a tiempo y en las condiciones que defina el médico tratante, a fin de garantizar la efectividad de los
procedimientos médicos3.

[…]Finalmente, la Ley Estatutaria de Salud, en el artículo 8, se ocupa de manera individual del principio
de integralidad, cuya garantía también se orienta a asegurar la efectiva prestación del servicio e implica que
el sistema debe brindar condiciones de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación,
paliación y todo aquello necesario para que el individuo goce del nivel más alto de salud o al menos, padezca
el menor sufrimiento posible. En virtud de este principio, se entiende que toda persona tiene el derecho a que
se garantice su integridad física y mental en todas las facetas, esto es, antes, durante y después de
presentar la enfermedad o patología que lo afecta, de manera integral y sin fragmentaciones.

Sobre este principio la jurisprudencia ha sostenido que:

“[Se] distinguen dos perspectivas desde las cuales la Corte (…) ha desarrollado (…) la garantía del
derecho a la salud. Una, relativa a la integralidad del concepto mismo de salud, que llama la atención
sobre las distintas dimensiones que proyectan las necesidades de las personas en [dicha] materia (…),
valga decir, requerimientos de orden preventivo, educativo, informativo, fisiológico, psicológico,
emocional [y] social, para nombrar sólo algunos aspectos. La otra perspectiva, se encamina a destacar
la necesidad de proteger el derecho constitucional a la salud de manera tal que todas las prestaciones
requeridas por una persona en determinada condición de salud, sean garantizadas de modo efectivo.
Esto es, el compendio de prestaciones orientadas a asegurar que la protección sea integral en relación
con todo aquello que sea necesario para conjurar la situación de enfermedad particular de un(a)
paciente. (Énfasis por fuera del texto original4).

Así las cosas, el servicio de salud y las prestaciones económicas derivadas dentro de las mismas, son la razón que
motiva la interposición del presente mecanismo constitucional.

DEL DERECHO DE PETICIÓN.

El artículo 23 de la Constitución Política consagra el derecho que tienen todas las personas a presentar peticiones
respetuosas por motivos de interés general o particular y a obtener pronta resolución. En desarrollo del Texto
Superior, la Ley 1755 de 2015 reguló todo lo concerniente al derecho fundamental de petición, en los términos
señalados en el Código de Procedimiento Administrativo y Contencioso Administrativo.

En reiterada jurisprudencia la Corte Constitucional se ha referido al derecho de petición, precisando que el contenido
esencial de este derecho comprende: (i) la posibilidad efectiva de elevar, en términos respetuosos, solicitudes ante

2
Corte Constitucional. Sentencias T-234 de 2013.
3
Corte Constitucional. Sentencias T-121 de 2015.
4
Corte Constitucional. Sentencia T-092 de 2018.
5

las autoridades, sin que éstas se nieguen a recibirlas o se abstengan de tramitarlas; (ii) la respuesta oportuna, esto
es, dentro de los términos establecidos en el ordenamiento jurídico, con independencia de que su sentido sea
positivo o negativo; (iii) una respuesta de fondo o contestación material, lo que implica una obligación de la autoridad
a que entre en la materia propia de la solicitud, según el ámbito de su competencia, desarrollando de manera
completa todos los asuntos planteados (plena correspondencia entre la petición y la respuesta) y excluyendo
fórmulas evasivas o elusivas.

En Sentencia C-418 de 2017, se reiteró que el ejercicio del derecho de petición se rige por las siguientes reglas y
elementos de aplicación: “1) El de petición es un derecho fundamental y resulta determinante para la efectividad de
los mecanismos de la democracia participativa. 2) Mediante el derecho de petición se garantizan otros derechos
constitucionales, como los derechos de acceso a la información, la libertad de expresión y la participación política. 3)
La respuesta debe satisfacer cuando menos tres requisitos básicos: (i) debe ser oportuna, es decir, debe ser dada
dentro de los términos que establezca la ley; (ii) la respuesta debe resolver de fondo el asunto solicitado. Además de
ello, debe ser clara, precisa y congruente con lo solicitado; y (iii) debe ser puesta en conocimiento del peticionario. 4)
La respuesta no implica necesariamente la aceptación de lo solicitado, ni se concreta necesariamente en una
respuesta escrita. 5) El derecho de petición fue inicialmente dispuesto para las actuaciones ante las autoridades
públicas, pero la Constitución de 1991 lo extendió a las organizaciones privadas y en general, a los particulares. 6)
Durante la vigencia del Decreto 01 de 1984 el término para resolver las peticiones formuladas fue el señalado por el
artículo 6 del Código Contencioso Administrativo, que señalaba un término de quince (15) días para resolver, y en los
casos en que no pudiere darse la respuesta en ese lapso, entonces la autoridad pública debía explicar los motivos
de la imposibilidad, señalando además el término en el que sería dada la contestación. 7) La figura del silencio
administrativo no libera a la administración de la obligación de resolver oportunamente la petición, pues su objeto es
distinto. En sentido concurrente, el silencio administrativo es prueba de la violación del derecho de petición. 8) La
falta de competencia de la entidad ante quien se plantea el derecho de petición no la exonera del deber de
responder. 9) La presentación de una petición hace surgir en la entidad, la obligación de notificar la respuesta al
interesado” (subraya nuestra).-

En atención al derecho de petición, resulta oportuno señalar, que, como presupuestos de procedibilidad de la acción
impetrada, existe uno de verificación preliminar, en cuanto a que la protección judicial, haga referencia a la defensa
de un derecho de tipo fundamental, respecto del cual puede predicarse bien su vulneración, o al menos su inminente
amenaza, según reza el artículo 86 de la Constitución Política. Se busca así, perpetuar la efectividad de la tutela,
asegurando que la orden impartida por el funcionario judicial conjure el desconocimiento de la prerrogativa superior,
pues al probarse que la situación irregular ha cesado, la acción procurada pasa a carecer de objeto.

SUPERINTENDENCIA DE SALUD – MECANISMO NO EFICIENTE PARA RESOLVER ESTE TIPO DE


CONTROVERSIAS.

De acuerdo con lo expuesto, es procedente el amparo cuando la actora no cuenta con un mecanismo ordinario de
protección. No obstante, el presupuesto de subsidiariedad debe analizarse en cada caso concreto. Por ende, en
aquellos eventos en que existan otros medios de defensa judicial, la Corte Constitucional y la Corte de Suprema de
Justicia, han determinado que hay dos excepciones que justifican su procedibilidad:
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(i) Cuando el medio de defensa judicial dispuesto por la ley para resolver las controversias no es idóneo ni
eficaz, procede el amparo como mecanismo definitivo. Lo anterior, conforme a las circunstancias especiales
del caso que se estudia; y,
(ii) Cuando, a pesar de existir un medio de defensa judicial idóneo, este no impide la ocurrencia de un
perjuicio irremediable. En estos eventos, la acción de tutela procede como mecanismo transitorio.
Ahora bien, la Corte Constitucional ha sostenido que, cuando se trate de sujetos de especial protección
constitucional, como es el caso de mi madre, el juez de tutela debe aplicar criterios de análisis más amplios, aunque
no menos rigurosos. En estos casos, el funcionario judicial debe brindar un tratamiento diferencial a la accionante y
verificar que aquel esté en imposibilidad de ejercer el medio de defensa en igualdad de condiciones.

Para el caso objeto de estudio, en principio, existe un mecanismo judicial ordinario al que la accionante podría
acudir. En efecto, el Legislador atribuyó competencias jurisdiccionales a la Superintendencia Nacional de Salud (en
adelante SNS) para conocer de varias controversias. Entre ellas, las relacionadas con la cobertura de servicios,
tecnologías o procedimientos de salud incluidos en el PBS. Lo anterior, siempre que su negativa ponga en riesgo o
amenace la salud del usuario.

A pesar de ello, esta Corporación ha reconocido que el medio judicial descrito no es idóneo, ni eficaz. En primer
lugar, porque la SNS afronta un déficit estructural. De conformidad con los hallazgos de la audiencia del 16 de
diciembre de 2018, celebrada en el marco de la Sala Especial de Seguimiento a la Sentencia T-760 de 2008, esa
entidad carece de las herramientas institucionales para decidir los casos dentro del término legal. Esta situación
generó un atraso de entre dos y tres años para solucionar las controversias de fondo. Así, esta Corte precisó que,
mientras dichas condiciones persistan, este medio judicial no resultará idóneo, ni eficaz.

Posteriormente, el Legislador profirió la Ley 1949 de 2019, con el fin, entre otros, de fortalecer la capacidad de la
SNS en materia sancionatoria. En ese sentido, (i) amplió los términos que tiene la entidad para adoptar una decisión
de fondo, (ii) determinó que la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial del domicilio del apelante
conocerá en segunda instancia de estos casos; (iii) reguló las medidas cautelares que se pueden imponer; entre
otros asuntos. Sin embargo, en la Sentencia SU-508 de 2020, la Sala Plena señaló que las dificultades
administrativas continúan, en tanto que aún no existe información que permita concluir de forma objetiva que la
situación está superada. De manera que, dicho mecanismo jurisdiccional carece de idoneidad y eficacia.

Adicionalmente, la Corte ha advertido algunas condiciones normativas que afectan la idoneidad y eficacia del medio
judicial. Al respecto, señaló que el procedimiento no establece: (i) el término para proferir la decisión de segunda
instancia; (ii) el efecto de la impugnación; (iii) las garantías para el cumplimiento de la decisión; (iv) qué sucede
cuando la EPS no responde o lo hace parcialmente; y, (v) el procedimiento de la agencia oficiosa en estos casos.
Estos asuntos normativos pueden extender el término de duración del procedimiento ante la SNS o incluso impedir el
acceso a la administración de justicia, en algunos casos. En ese sentido, el medio de defensa aludido no es idóneo,
ni eficaz para garantizar los derechos de los usuarios del sistema de salud.

En conclusión, el mecanismo jurisdiccional de la SNS no es un medio eficaz para conseguir el amparo inmediato de
los derechos que aquí se invocan. De su situación particular, concluye que aquel es un sujeto de especial protección
constitucional en razón a que es una persona de la tercera de edad en circunstancias de vulnerabilidad, con
multiplicidad de diagnósticos en etapa crítica en estado de medicina paliativa. Por lo tanto, la tutela es el medio
judicial idóneo para analizar la posible vulneración de los derechos fundamentales.
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PRUEBAS
Documentales:

1. Fotocopias de mi cédula de ciudadanía.


2. Fotocopia de la Tarjeta de Identidad de mi hija.
3. Copia del derecho de petición radicado ante FAMISANAR EPS, el pasado 10 de mayo de 2023.
4. Copia de la respuesta suministrada por FAMISANAR EPS, el 15 de mayo de 2023.
5. Copia de la respuesta suministrada por el ADRES, el pasado 6 de febrero de 2023.

NOTIFICACIONES

A la suscrita OLGA HERNANDEZ MORALES, Calle 48 J # 25 -70, Email: mvalelh06@gmail.com, Celular: 314 201
43 74.

Cordialmente,

__________________________
OLGA HERNANDEZ MORALES
C.C. No. 51.825.144
MADRE Y CUIDADORA DE MI HIJA
MARIA VALENTINA LOTERO HERNÁNDEZ
TI. No. 1.025.531.015

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