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TISANAS

Curso de fitoterapia práctica 2ª Promoción


Semana 1 Tisanas

Muchas veces decimos, “me voy a tomar una infusión”. Realmente deberíamos decir; “me voy a tomar una tisana”,
pero ¿qué es una tisana y que diferencias hay entre ellas? Vamos a ver esas diferencias en esta lección.

Las tisanas utilizan el agua como agente extractor de los principios activos de las plantas. Se usa la temperatura del
agua para aumentar la extracción de principios activos. Es la forma más popular de preparación, sobre todo, para
tomar por vía oral.

Dependiendo de la temperatura, y del tiempo de exposición al calor, podemos clasificar las tisanas en infusiones,
decocciones, reducciones o maceraciones.

En algunos casos, además de agua, puedes usar leche, bebidas vegetales, vino, vinagre, aceites vegetales y/o miel.

Es importante tapar las tisanas durante los tiempos de reposo para no perder propiedades con el agua evaporada.
Vamos a ver en profundidad cómo hacer cada tipo de tisana.

INFUSIÓN

Es la mejor forma para extraer los principios activos de las partes blandas de las plantas (como flores y hojas blandas)
sin deteriorar su estructura química.

Se trata de verter agua caliente a punto de hervir sobre las plantas a utilizar, dejándolo reposar unos minutos.

Para las flores y sumidades floridas (conjuntos de flores), por ejemplo, manzanilla, lo dejaremos reposar entre 5-10
minutos.
Si son hojas blandas o jóvenes (tiernas), las dejaremos reposar entre 10-15 minutos.
Un caso especial:
El té es una excepción que hacemos a estas normas. Son hojas, pero lo dejaremos reposar muy poco, para que sus
taninos no pasen al agua y hagan que la infusión tenga un sabor muy fuerte. Sin embargo, si lo que te interesa del té
son sus beneficios astringentes y usarlo de forma externa, déjalo 20 minutos o más en reposo para poder extraer bien
todos sus taninos.

DECOCCIÓN

La decocción se usa para las partes duras de las plantas como raíces, cortezas y semillas.
Es necesario que el agua llegue a ebullición para poder extraer bien todos sus principios activos. El inconveniente de
esta técnica es que algunos principios pueden degradarse, o volatilizarse, como los aceites esenciales (aroma de las
plantas aromáticas como el tomillo o romero) o los mucílagos (el gel del lino o del áloe vera).

El tiempo de cocción dependerá del tipo de planta y de la parte que usemos. De 5 a 20 minutos suele ser lo normal.
Es importante que lo dejes cocer a fuego medio-bajo y le pongas una tapa en cuanto hierva, para que no haya pérdida
de principios activos o, al menos, reducirla lo máximo posible.
Después, lo dejaremos reposar entre 5-10 minutos.
Hay dos formas de hacerlo:

1. La primera es la forma más habitual de hacerlo. Echas la planta cuando el agua está ya hirviendo, baja el fuego y lo
dejas durante unos 15-20 minutos, depende de la planta que estés utilizando.
2. En la segunda opción, echa la planta en agua fría y calienta hasta que comience a hervir, en este punto baja el fuego y
déjalo durante unos 15 minutos, según la planta sea más o menos dura.

UN TRUCO PARA LAS DECOCCIONES:


Para perder menos principios activos de la planta, puedes dejarla en remojo durante varias horas antes de la decocción,
a esto se le llama maceración. Esto hará que la raíz se ablande, reduciendo el tiempo necesario de cocción.

Este tipo de maceración-decocción se hace mucho con la raíz de malvavisco o con las bayas de eleuterococo (Ginseng
siberiano). La raíz se deja toda la noche en remojo en agua y a la mañana siguiente se realiza la decocción en el mismo
agua de la maceración. Gracias a usar este método, solo es necesario cocerla durante 5 minutos, en lugar de los 15
minutos que sería lo habitual.

REDUCCIÓN

Cuando la decocción se prolonga más de 20 minutos se produce una reducción. Se llama reducción porque el agua

se evapora y se reduce. ¡Sorpresa!


Se usa en plantas que tienen principios activos inalterables con el calor y se necesita que haya una reducción
considerable para obtener un efecto terapéutico o para poder obtener el principio activo que deseamos. Vamos a
utilizar esta técnica con los jarabes más adelante.

Realizar una reducción es necesario, por ejemplo, para obtener el aceite de las bayas del laurel, también llamado
mantequilla de laurel.

MACERACIÓN

En la maceración dejamos la planta en agua a remojo durante varias horas a temperatura ambiente (si es invierno
déjala dentro de casa). El tiempo suele ser de 4 a 24 horas, dependiendo de la dureza de la planta.
Para que el proceso sea más eficaz es recomendable triturar, o cortar, en pedazos pequeños la planta.

Estas maceraciones en agua también se llaman “infusiones en frío”. Si la dejas al sol, la llamamos “infusión solar”. Si
la dejamos a la luz de la luna, “infusión lunar”.
Elegiremos una de ellas, según la planta elegida y según el uso que queramos darla.

Este tipo de preparación tiene algo muy bueno. Conseguimos que se mantengan intactas las sustancias volátiles
que se perderían al hacer una infusión caliente. Esto lo puedes hacer con las semillas de lino o las flores de
violetas. Para poder disfrutar de sus mucílagos (su gel) debes dejarlas en remojo toda la noche.
Las maceraciones no solo se hacen en agua, también podemos realizarlas con aceite vegetal, miel o vino, pero eso lo
veremos más adelante.

TABLA DE TIEMPOS DE COCCIÓN PARA LAS TISANAS

Raíces duras ( Consuelda, bardana…) 20 a 30 minutos

Raíces blandas ( Regaliz, malvavisco,


jengibre…) 10 a 15 minutos

Cortezas (Canela) 10 a 20 minutos

Semillas o bayas (Hinojo, anís verde…) 5 a 10 minutos

Flores y hojas tiernas Echar y apartar del fuego

Esta tabla es muy genérica, revisa la planta en concreto para ver tiempos más específicos.
¿CUÁNTA CANTIDAD DE PLANTA MEDICINAL DEBEMOS USAR EN LAS TISANAS?

Esta es una de las grandes preguntas que al principio solemos hacernos. La respuesta es un poco ambigua pues la
cantidad depende de la planta que vayamos a usar.

Podemos decir que lo habitual es añadir una cuchara de postre de planta por taza de agua (250 ml). Serían unos 20-30
gr por un litro de agua al día, si usas planta seca. Si la planta es fresca, entonces aumentamos la cantidad de planta
hasta unos 40 gr por litro de agua.

Para las raíces, cortezas y bayas las cantidades suben un poco: entre 25-35 gr por litro de agua en planta seca y 50-100
gr de planta fresca por litro.

Estas cantidades son las estándar, pero no te preocupes porque las cantidades exactas para cada receta las vamos a ir
conociendo a lo largo del curso.

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