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Antiespasmódicas
Laxantes y purgantes
Digestivas y eupépticas
Hipotensoras
Cola de caballo
En hemorroides y várices
Naranjo Ortiga
Antihemorrágicas
Ortiga
Emolientes y demulcentes
Antisépticas
Ceibo
Cicatrizantes
Cola de caballo
Berro Romero
Cilantro Romero
Diuréticas
Cola de caballo
Desinfectantes urinarios
Ajenjo Albahaca
Trastornos menstruales
Antiinflamatorias Ceibo
Tranquilizantes
Antipiréticas
Cepacaballo
Expectorantes y antitusivas
Anís Culantrillo Eucalipto Malva Orégano Tomillo
Antihelmínticas, antiparasitarias
Granada Verbena
En enfermedades virales
Sauco
En enfermedades bacterianas
TÉ
Por infusión: Colocar agua hirviendo sobre las hojas y flores en una
vasija y dejarlas reposar bien tapadas, durante diez minutos. Los
tallos y raíces deben ser cortados en pedazos pequeños, luego
agregar el agua hirviendo, tapar y después de veinte o treinta
minutos servir.
JUGOS
Si los tés son beneficiosos, los jugos crudos de las hierbas lo son
todavía más. La estación del año o el lugar en que vivimos muchas
veces, sólo nos permite obtenerlas en cantidad abundante en
estado seco, sin embargo, siempre que sea posible, debemos
usarlas frescas. El jugo se obtiene fácilmente triturando
las hierbas con un mortero, se colocan en un paño limpio y se
exprime. Generalmente se toma frío, pudiéndose utilizar el jugo
así recogido o bien agregándole agua.
BAÑOS
CATAPLASMAS
UNGÜENTOS
GÁRGARAS
INHALACIONES
ENEMAS O LAVATIVAS
Consejos
Como las raíces, tallos y cáscaras requieren más tiempo que las
hojas, es recomendable guardarlas en forma separada.
Los tés de un día para otro fermentan. Razón por la cual se debe
preparar diariamente la porción necesaria y nada más.