LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936 – 1939)

Con el surgimiento de la Segunda República en España, se esperaba un nuevo comienzo. Sin

embargo, las divisiones internas pronto se hicieron evidentes. La resistencia de la élite
conservadora y la Iglesia, junto con las demandas sociales, crearon un caldo de cultivo para el
conflicto. Además, las tensiones regionales y la influencia extranjera contribuyeron al estallido
de la Guerra Civil.

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El surgimiento de conspiraciones contra la República había alertado al Gobierno, a lo que como

prevención envió a militares sospechosos a zonas remotas para incomunicarlos, enviando a
Franco a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Navarra.

Siendo Emilio Mola el organizador de la sublevación que daría origen a la guerra civil. Quería
realizar un pronunciamiento militar y dirigirse a Madrid para acabar con el Frente Popular. La
rebelión inicial no tuvo éxito porque no estaba bien planificada y el ejército estaba dividido, lo
que impidió que se consolidara correctamente.

El levantamiento militar del 17 de julio de 1936 comenzó en Melilla, extendiéndose rápidamente

a Marruecos. Franco lideró las fuerzas marroquíes tras unirse al levantamiento desde Canarias.
Aunque fracasó en ciudades clave como Madrid, Barcelona y Valencia, tuvo éxito en Andalucía,
Sevilla, Galicia y la Submeseta Norte. Al adquirir la guerra un carácter internacional, Francia e
Inglaterra votarían por no intervenir dentro de la política de apaciguamiento del comité de no
intervención en Europa.

Sin embargo, Alemania, Italia y Portugal apoyaron a los rebeldes con armas y tropas de la legión
cóndor alemana y del Corpo Truppe Volontarie italiano, además que Portugal envió 20 000
voluntarios para apoyar la causa nacionalista. A lo que la Unión Soviética apoyó a la república y
surgen las Brigadas Internacionales como un movimiento antifascista global.

Y en septiembre Franco consolidaría las milicias para unificar y fortalecer las fuerzas del bando
nacionalista, lo que le permitió tener un control más efectivo y coordinar mejor las operaciones
militares durante la Guerra Civil Española.

A lo que el gobierno republicano se enfrentó a un dilema entre priorizar la revolución o salvar la

república.

Tras el levantamiento, el gobierno republicano enfrentó desafíos significativos. La dimisión de

Casares Quiroga y los intentos fallidos de negociación llevaron a José Giral a armar milicias
populares y formar un nuevo gobierno, lo que permitió que el golpe militar se convirtiera en una
guerra civil prolongada.
Mientras tanto, las fuerzas rebeldes dirigidas por Mola desde Navarra y Franco desde Sevilla
avanzaron hacia Madrid desde el norte y el sur respectivamente. Aunque las tropas de Mola se
enfrentaron a la resistencia de las milicias republicanas en el norte, las tropas marroquíes al
mando del coronel Yagüe lograron consolidar sus posiciones en Andalucía y avanzaron hacia
Madrid desde el sur, con el objetivo de tomar la capital y acabar con el Frente Popular.

En septiembre, Franco decidió liberar Toledo por razones propagandísticas, liberándola de la

resistencia del coronel Moscardó en el Alcázar. En octubre, la Junta Militar de Burgos nombró a
Franco “Jefe del Estado y del Gobierno y Generalísimo de los ejércitos”, unificando el mando
militar y político.

La conquista de Irún y San Sebastián por los rebeldes llevó al derrocamiento del gobierno de
Giral y al ascenso de Largo Caballero al poder. Quién establecería como objetivo principal ganar
la guerra y dejar de lado la revolución. Para lograrlo, se implementaron medidas como la
nacionalización de las industrias de guerra, la centralización económica y el restablecimiento de
la autoridad gubernamental.

Sin embargo, surgieron tensiones entre quienes abogaban por continuar la revolución y aquellos
que priorizaban la victoria militar, lo que fue aprovechado por los nacionales.

La batalla de Madrid fue crucial en la guerra civil española, llevando al gobierno republicano a
trasladarse a Valencia. La resistencia republicana en Madrid, con la colaboración de diferentes
fuerzas (ejército, las milicias y las brigadas internacionales) impidió el avance de Franco.

Sin embargo, ante el fracaso en la capital, Franco cambió su estrategia, concentrándose en aislar
la capital y reducir el territorio republicano. Con ayuda alemana e italiana, capturó Málaga en
febrero de 1937, desencadenando la batalla del Jarama cerca de Madrid. A pesar de intentar
bloquear la carretera hacia Valencia, los republicanos detuvieron su avance. En marzo, hubo una
lucha intensa en Guadalajara, donde los italianos fueron detenidos por un contraataque
republicano, inspirando a Franco a adoptar una estrategia de desgaste.

Tras asegurar el control del norte de España, incluyendo ciudades clave como Bilbao, Santander
y Oviedo, con el respaldo de fuerzas extranjeras que apoyaban a los nacionales, Franco logró
consolidar su autoridad sobre la región.

El punto más destacado en esta campaña fue el bombardeo de Guernica el 26 de abril de 1937,
llevado a cabo por la aviación alemana e italiana, el cual causó devastación y la muerte de cientos
de civiles. Este ataque provocó indignación internacional y se convirtió en un símbolo de la
brutalidad de la guerra civil española.

En aquel año Franco unificó la Falange Española (FET) de ideología fascista, con las Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), un grupo político-militar, como partido único. Este
movimiento unificador tuvo como objetivo consolidar el control político de Franco sobre España
y establecer un régimen autoritario.
En mayo de 1937, los ministros comunistas se retiraron del gobierno debido a disturbios en
Barcelona. Azaña designó a Juan Negrín como nuevo jefe de gobierno, quien se enfocó en
centralizar el poder y fortalecer el ejército republicano.

En enero de 1938, durante la Batalla de Teruel, los republicanos temporalmente recuperaron la

ciudad, sin embargo, pese a los esfuerzos por resistir, la ofensiva en Teruel fracasó por el avance
de los nacionales que controlaban norte y sur, llevando a Azaña y Prieto a percibir que la guerra
estaba perdida.

A lo que el gobierno republicano decidió cambiar su enfoque estratégico. Dirigiendo sus fuerzas
hacia el Mediterráneo, el gobierno se trasladó a Barcelona, marcando asi el inicio de los
combates en Cataluña.

En abril de 1938, Negrín formó un nuevo gobierno y presentó una oferta de paz abajo una serie
de condiciones a Francos, sin embargo, este la rechazo porque considero tener la guerra ganada.

A pesar de los suministros bélicos que recibieron los republicanos tras el regreso al poder del
Frente Popular en Francia, los nacionales dividieron la zona republicana frustrándoles el intento
de unificación a través del rio Ebro y marcando un punto crítico en la guerra. Tras esta batalla,
Barcelona cayó fácilmente en manos de Franco, lo que llevó a Francia e Inglaterra a reconocerlo
como líder.

En 1939, tras la caída de Valencia, Azaña dimitió, siendo sucedido por Martínez Barrio como
presidente de la república. Esto condujo al surgimiento del Consejo Nacional de Defensa en
Madrid, liderado por Fernando Casado Rey. Casado buscó un acuerdo de paz con Franco,
resultando en la negociación de Madrid y el fin de la guerra el 1 de abril de 1939.

...

La Guerra Civil Española fue un período turbulento que dejó una profunda huella en la historia
de España. Tras su devastador desenlace, el país se enfrentó a la llegada del régimen franquista,
un cambio de rumbo que definiría su destino en las décadas siguientes.

A lo que el país entraría en una nueva fase de su historia con la instauración del régimen
franquista. Un período caracterizado por la consolidación del poder autoritario bajo el liderazgo
de Francisco Franco. Un régimen que se centraría en la reconstrucción del país, marcado por la
represión de cualquier forma de oposición política y la implementación de políticas económicas
y sociales que consolidaron el control del Estado sobre la sociedad. El franquismo inició un largo
periodo de dictadura que perduraría hasta la muerte de Franco en 1975. Durante este tiempo,
España experimentaría cambios significativos en su estructura política, social y económica,
moldeando el destino del país durante varias décadas.