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La Guerra Civil fue un enfrentamiento producido por la creciente tensión entre el Frente Popular y la
oposición de derechas.
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, la situación política y
social fue empeorando hasta llegar a los asesinatos del teniente Castillo (izquierdas) y José Calvo
Sotelo (derechas). Este último fue usado por los militares, distribuidos por todo el país, para dar el
golpe de Estado.
El general Mola actuó como organizador del golpe, y su plan era una rebelión donde una serie de
militares (Sanjurjo, Franco, Queipo de Llano, etc.) tomarían las armas en sus respectivas ciudades el
mismo día para posteriormente marchar hacia Madrid y tomar el Gobierno, que presidiría Sanjurjo.
Aunque estaba planeado para el 18, el pronunciamiento se inició el 17 de julio en los cuarteles de
Melilla, y el 18 Franco llegó y tomó el mando del ejército de África. Ese mismo día se sublevaron
otros jefes militares (Mola en Pamplona, Queipo de Llano en Sevilla, etc.).
Aunque la República controlaba los principales centros industriales, los sublevados consiguieron
trasladar el ejército de África a la Península y continuar su ofensiva.
BANDOS ENFRENTADOS
Todo esto la división del país en dos bandos que iban a enfrentarse en una cruenta guerra civil.
DIMENSIÓN INTERNACIONAL
La Guerra Civil tuvo repercusiones a nivel internacional al ser vista como un enfrentamiento entre las
fuerzas democráticas y los regímenes fascistas.
El bando sublevado fue apoyado por las fuerzas conservadoras (Reino Unido y Francia) y fascistas
(Alemania e Italia) vieron en el alzamiento de Franco un freno a la expansión del comunismo. Es por
esto que Alemania e Italia brindaron apoyos a la causa sublevada (que contaron además con el
apoyo de Portugal y el Papado). El bando republicano fue apoyado por la opinión democrática
progresista del mundo estuvo a favor de la república, por lo que los partidos obreros y la URSS se
manifestaron decididamente a favor de la República.
Reino Unido temía que el conflicto pudiese extenderse al resto de Europa, por lo que comunicó a
Francia que si intervenía en España a favor de la República no apoyaría su política internacional ante
Hitler, por lo que estos impulsaron la creación de un Comité de No Intervención.
El bando republicano se regía por una estructura de poder popular, hasta tal punto que se decretó la
disolución del ejército tradicional y la creación de batallones de voluntarios, en lo que debían
integrase las milicias populares. En 1936, el poder del Estado se desplomó y se formaron organismos
organizados en consejos, comités y juntas, que se encargaban de los aspectos sociales, militares y
económicos. También se desarrolló un violento movimiento anticlerical y antiburgués.
El nuevo gobierno fue presidido por el socialista Juan Negrín, pero con sin los sindicatos, solo los
partidos políticos. Negrín mantuvo el poder hasta el final de la guerra, y propuso una política de
resistencia de la República, aunque siempre buscó acuerdos con el otro bando para terminar la
guerra, redactando sus Trece Puntos. Desde marzo del 38, aunque Negrín insistía en la necesidad de
resistir, la falta de alimentos y productos básicos, y la posterior pérdida de Cataluña en el 39 hizo ver
que la República tenía los días contados.
En la “zona nacional”, la disciplina militar y el estado de guerra mantuvieron el orden. Tras la muerte
accidental de Sanjurjo en julio del 36, se creó en Burgos la Junta de Defensa Nacional, dirigida por
militares y presidida por Miguel Cabanellas, para gobernar el territorio ocupado. Prohibió los
partidos políticos y suspendió la Constitución.
El general Francisco Franco fue ganando cada vez más adeptos. Su liderazgo del ejército se impuso
tras liberar el Alcázar de Toledo y conseguir el reconocimiento de Hitler y Mussolini como único
interlocutor válido. En septiembre de 1936 fue elegido jefe del Alzamiento por los militares, y en
octubre se publicó el decreto que lo nombraba Jefe del gobierno del Estado y Generalísimo de los
ejércitos españoles. Se sustituyó la Junta de Defensa Nacional por la Junta Técnica del Estado.
En abril de 1937, Franco dio a conocer el Decreto de Unificación por el que se creó un único partido,
Falange Española Tradicionalista y de las JONS, que unificó a falangistas y carlistas e integró al resto
de fuerzas del bando, siendo Franco el Jefe Nacional del partido.
En enero de 1938 desaparece la Junta Técnica y se forma en Burgos el primer gobierno de Franco,
que concentraba en sí mismo la jefatura del Estado y la presidencia del gobierno. Se inspiraba en el
fascismo y abogaba por el conservadurismo y el catolicismo. Se abolió la legislación republicana en
materia laboral, social y económica y se suprimieron diversas libertades (religiosa, política, sindical,
de prensa, estatutos de autonomía, etc.). Vino acompañado de una violencia extrema, aniquilando
los vencidos de los territorios ocupados. En marzo del 38 se aprobó el Fuero del Trabajo, que creó un
sindicato único y se prohibieron las huelgas.
FASES DEL CONFLICTO
Primera (7-11 del 36): los rebeles avanzan con el objetivo de tomar Madrid. Las tropas de África, tras
cruzar el Estrecho, enlazaron con los sublevados del norte al eliminar la resistencia de Badajoz. En
septiembre, Franco, nombrado jefe del ejército del sur al morir Sanjurjo, ocupó Toledo, desviándose
antes de llegar a Madrid, y terminó con el cerco del Alcázar, donde resistían cientos de sublevados.
En octubre, la República decretó la movilización general para salvar Madrid, y en noviembre, los
republicanos se trasladaron a Valencia, dejando la defensa de la capital al comandante Rojo. Madrid
resistió, gracias a las Brigadas Internacionales y a la Columna Libertad.
Segunda (12 del 36-10 del 37): los sublevados maniobraron para aislar Madrid. En febrero del 37
tuvo lugar la batalla del Jarama, pero no consiguieron su objetivo de incomunicar Madrid. En marzo
del 37, en la batalla de Guadalajara, las tropas italianas perdieron contra el Ejército Popular de la
República. Tras esto, los rebeldes trasladaron la lucha al norte. En abril se produjo el bombardeo de
Gernika, y en junio se ocupó Bilbao. Para aliviar la presión militar en el norte, la República atacó a
Brunete y Belchite. No obstante, perdieron Cantabria y Asturias.
Tercera (11 del 37-6 del 38): el ejército republicano se reorganizó con las Brigadas Mixtas con
Vicente Rojo a su frente. La batalla de Teruel llevó a la ocupación republicana de la ciudad, hasta que
tuvieron que abandonarla en febrero del 38. El ejército franquista comenzó la campaña de Aragón,
llegando al Mediterráneo en abril, lo que causó la división del territorio republicano en dos.
Cuarta (7 del 38-4 del 39): tuvo lugar la batalla del Ebro. Esta empezó con un ataque republicano
frente al cual Franco envió grandes refuerzos, obligando al ejército republicano a replegarse
mientras los franquistas avanzaban. En noviembre del 38 se dio por terminada la batalla, que había
mermado al ejército republicano. En enero del 39 ocupó Barcelona, causando la huida del gobierno
republicano a Francia.
En febrero, solo quedaba la zona centro, es decir, Madrid. Reino Unido y Francia reconocieron al
gobierno de Franco. A comienzos de marzo el coronel Casado hizo una sublevación contra la
República en Madrid, y creó una Junta de Defensa para negociar una “paz honrosa”. Sin embargo,
Franco no aceptó condiciones, y el 28 de marzo las tropas franquistas entraron en Madrid sin
ninguna resistencia. Tras esto, se ocupó el resto de España, y el 1 de abril, se dio por finalizado el
conflicto.
La guerra dejó un número de víctimas (muertos, heridos, mutilados, etc.) enorme, tanto en el frente
como por la represión posterior. Además, más de medio millón de españoles se fue del país,
especialmente a Francia.