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TEMA 9

EL DESARROLLO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

A. Significación y causas de la guerra civil española


B. La sublevación
C. Desarrollo militar de la guerra
D. Organización política e intervención internacional en las dos zonas
E. Las consecuencias de la guerra
F. Conclusión

A. SIGNIFICACIÓN Y CAUSAS DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA


La guerra Civil ha sido interpretada de formas muy diversas:
- Visión maniquea del conflicto: Se escribió mucho sobre ella, para unos fue algo inevitable
y necesario para acabar con todo el desorden reinante y la fragmentación del Estado, para
otros la principal causa fue el temor de la clase dominante a ser eliminada su hegemonía
por la República frentepopulista.
- Lucha de clases y enfrentamiento de las dos Españas: hay personas que veían la guerra
como un enfrentamiento sangriento entre las dos Españas polarizadas entre la izquierda y la
derecha, además de una lucha de clases.
- Prólogo de la segunda Guerra Mundial: pese a que las causas eran fundamentalmente
internas, no se pueden desligar del contexto de una Europa en crisis, económica por el crack
del 29 y política (ascenso del fascismo y la influencia de la Revolución Rusa).

B. LA SUBLEVACIÓN

La preparación del golpe militar contaba con el apoyo de algunas fuerzas políticas de la derecha,
que colaboraron en extender el movimiento y en buscar apoyos. El objetivo principal era
establecer una dictadura que controlase la situación con el general Sanjurjo al frente. La
muerte de Sanjurjo en un accidente de aviación, obligaría a replantearse la jefatura del
levantamiento.
Mola, director del golpe, contaba con el apoyo del carlismo navarro, desechó toda acción
inmediata sobre el centro neurálgico de Madrid y montó un dispositivo militar de sublevación
simultánea. Pretendía un golpe que despejara la situación en pocos días, pero no lo consiguió,
por las dificultades de la propia conspiración y por la influencia del contexto social y la
ideología de cada región. La principal idea de la revolución es derrocar al gobierno de la
República, y al no triunfar el golpe, se transformó en una Guerra Civil.

ESPAÑA QUEDA DIVIDIDA EN DOS


La guerra comenzó el 17 de julio de 1936 en Marruecos, donde llegó Franco para hacerse
cargo del mando. El 18 de julio se extendió el alzamiento por toda la Península.
Las regiones conservadoras (Navarra, Castilla y León y Galicia) apoyaron la sublevación. En
Andalucía, donde el izquierdismo era mayoritario, se complicó la situación: Queipo de Llano
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se hizo con el poder en Sevilla, Granada, Córdoba y Cádiz. Málaga, Almería y Jaén quedaron en
la zona republicana.
En Madrid el golpe fracasó porque el general Joaquín Fanjul fue derrotado por los milicianos,
que estaban armados, en el cuartel de la Montaña. En Barcelona también fracasó este golpe
porque Goded no contó con el apoyo de la Guardia Civil. El País Vasco fue fiel a la República,
ya que esta le prometió otorgarle el Estatuto de Autonomía (salvo Álava). También lo fueron
Santander y Asturias (salvo Oviedo capital). Zaragoza fue tomada por el Bando Nacional con
Miguel Cabanellas y el levante optó por el bando republicano.
El Bando Nacional (Derecha) estaba formado por las clases altas, parte del ejército, la Iglesia y
por las clases medias y bajas del Norte, y los partidos como CEDA, Falange, monárquicos. El
Bando Republicano (Izquierda) estaba formado por la otra parte del ejército y por los partidos
y sindicatos de izquierdas (PSOE, CNT, UGT, ORGA, PNV, ERC).

C. DESARROLLO MILITAR DE LA GUERRA

1º) GUERRA DE COLUMNAS (julio a noviembre de 1936)


Al principio el objetivo de los sublevados fue la toma de Madrid, para lo que el ejército operó
al modo colonial usado en Marruecos: pequeñas columnas avanzaban a pie o eran
transportadas en camiones. La operación fue facilitada por el desorden republicano y la carencia
de un verdadero ejército, sustituido este por milicias populares como la de Durruti.
El bando rebelde tuvo también varias dificultades: una, la escasez de recursos de Mola, que
hizo recaer el avance hacia Madrid sobre las fuerzas del ejército del sur; y la otra que la mayor
parte del ejército de este bando se encontraba en África teniendo que ser transportados por los
aviones italianos o por los barcos alemanes a Andalucía.
Las columnas mandadas por el coronel Juan Yagüe marcharon por Andalucía occidental y
desde Extremadura sobre Madrid, tomando Badajoz; pero el desvío desde Talavera a Toledo
permitirá a los generales republicanos José Miaja y Vicente Rojo detener las columnas del
general Varela a las puertas de Madrid. El frente se estabilizó surgiendo así el mítico grito ¡No
pasarán! iniciado por Ibárruri, “la Pasionaria”.

2º) LA GUERRA TOTAL Y LA MODERNIZACIÓN DE LA ESTRATEGIA


La contienda creció debido a la ayuda exterior de ambos bandos. Se pasaron a las grandes
ofensivas y contraofensivas. La guerra adquirió un carácter moderno: la aviación comenzó a
ser el arma fundamental, la caballería fue sustituida por los carros de combate… Se llegó al
concepto de “guerra total”, al ser bombardeadas ciudades, y se intensificó la “guerra
psicológica” utilizando la radio, los periódicos y la llamada “literatura de trinchera”.
Las grandes operaciones militares
En la ofensiva de Franco sobre Madrid se dieron las grandes batallas de Jarama y de
Guadalajara, donde las fuerzas italianas enviadas por Mussolini sufrieron un descalabro
cuando intentaron avanzar perpendicularmente hacia Madrid. Después de esto, Franco abandonó
la idea de tomar Madrid y determinó concentrar los efectivos en el Norte y hacerse con sus
recursos energéticos e industriales para así ganar la guerra.
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Los frentes de combate fueron desplazándose de este a oeste. El Norte fue ocupado por los
nacionales de Mola. En abril se llevó a cabo el bombardeo en Guernica.
La República, para aliviar la presión militar en el norte, desencadenó el ataque a Brunete y a
Belchite (Zaragoza), pero no consiguió evitar la pérdida del Norte. En octubre del 37 Franco
proyectó la marcha hacia el Mediterráneo para dividir la zona republicana y dejar aislada a
Cataluña. Después de recuperar Teruel las columnas de Franco llegaron al mar continuando el
avance por Valencia y Castellón.
Para contrarrestar la ofensiva, la República realizó un supremo esfuerzo en la batalla del Ebro
(julio del 38) donde destacó el general Enrique Líster. El ejército republicano atravesó el río y
estableció una cabeza de puente en Mequinenza para embolsar al ejército enemigo; pero este
reaccionó y consiguió vencer a los republicanos.
El camino de Cataluña quedó abierto y los nacionales tomaron Barcelona en enero del 39. La
caída de Gerona significó la huida hacia Francia del gobierno republicano y de refugiados.
Azaña también abandonó el país. Cataluña estaba ocupada completamente para febrero.

3) EL FINAL DE LA GUERRA
La España republicana quedó reducida a Madrid, una parte de la meseta sur y la zona costera
levantina hacia Almería. Tras el gobierno de Negrín, quien deseaba resistir luchando, en Madrid
se formó una Junta de Defensa presidida por el coronel Casado con el fin de gestionar una
rendición honrosa, aunque Franco impuso la rendición incondicional. Las tropas de Franco
entraron en Madrid el 28 de marzo y días después cayeron también las últimas zonas
republicanas.
El 1 de abril de 1939 Franco anunció que la guerra había acabado, pero los más de 300.000
muertos, el hambre, la destrucción y la emigración forzosa que esta produjo fueron heridas que
permanecerán en el cuerpo social de España y que tardarán muchos años en recuperarse.

D. ORGANIZACIÓN POLÍTICA E INTERVENCIÓN INTERNACIONAL


EN LAS DOS ZONAS

1. LA EVOLUCIÓN DE LA ZONA REPUBLICANA

El caos inicial y el Gobierno de Giral


Tras el estallido de la guerra el Gobierno se vio desbordado por el poder popular,
produciéndose el derrumbamiento de las instituciones y el Estado dejó prácticamente de existir.
Esta situación fue aprovechada por los poderes regionales que operaron al margen de toda
institución republicana.
Tras el alzamiento Casares Quiroga dimitió y fue sustituido por Martínez Barrio, que será
reemplazado por José Giral. El caos reinante tuvo su manifestación cuando se les entregaron
armas a las organizaciones radicales, con cuyas milicias, sin mandos e indisciplinadas, se quiso
organizar un Ejército Popular.

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En el verano y otoño de 1936 el poder del Estado sufrió un desplome casi total. Comités,
juntas… aparecían por todas partes.
La falta de autoridad se manifestó en el desencadenamiento de una represión con miles de
víctimas entre las que encontramos escritores (Maeztu), políticos (José Antonio Primo de
Rivera) y sacerdotes. De ahí la creación de “checas” que ajusticiaban o torturaban a sus
prisioneros. Aquí vienen los momentos de mayor persecución contra la Iglesia.

El gobierno de Largo Caballero y el restablecimiento de la autoridad


La llegada de Largo Caballero a la presidencia, en septiembre del 36, obedeció a la
necesidad de encauzar la revolución y concentrar las fuerzas operantes. Para ello incluyó a los
comunistas y a los anarquistas en su gobierno.
Trató de recuperar el control de un Estado que tiene sus poderes dispersados en un sinfín de
comités y también de regular los cambios sociales profundos que protagonizan los sindicatos
como respuesta a la insurrección y a las fuerzas que la han apoyado.
Entre las medidas políticas destacamos la concesión del Estatuto de Autonomía al País Vasco,
la creación de tribunales populares, la puesta en práctica de la reforma agraria y la
nacionalización y colectivización de la industria. Largo Caballero también asumió la
dirección de la guerra y la reorganización del Ejército. Como medida de seguridad el gobierno
se trasladó a Valencia.
Fueron constantes los enfrentamientos entre comunistas, anarquistas y comunistas del POUM
que llegaron a enfrentarse en una pequeña Guerra Civil en Barcelona lo que provocó la dimisión
de Largo Caballero.

El gobierno de Negrín y la influencia comunista


Le sustituyó Negrín que consiguió reforzar la autoridad gubernamental y terminar con las
disputas internas. Azaña deseaba el fin de la contienda, pero Negrín no querían una rendición
incondicional. Ante estas circunstancias no ve más salida que la resistencia a ultranza.
Durante este gobierno se incautaron y colectivizaron empresas, se realizaron experiencias
libertarias y se impulsó intensamente la reforma agraria
Tras la caída de Barcelona la autoridad de Negrín fue suplantada por una Junta de Defensa,
presidida por Casado, encargada de gestionar la rendición.
.

2. LA EVOLUCIÓN DE LA ESPAÑA FRANQUISTA

Un régimen militar férreo


El régimen nacional, al ser un régimen militar, impuso un férreo control. La represión también
fue brutal e indiscriminada. Sus víctimas fueron sospechosos de izquierdismo: como Lorca,
Companys o el general Batet. La represión de ambos bandos fue uno de los capítulos más
lamentables y deplorables de la guerra.

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Los esfuerzos por organizar un “Nuevo Estado”
Se empezó a construir una organización estatal de la que carecía. La Junta de Defensa
Nacional decidió concentrar el poder en un mando único; fue así como Franco fue nombrado
jefe de Gobierno del Estado Español y “generalísimo” de los Ejércitos y “caudillo”. Él
acabó con la rivalidad entre tradicionalistas y falangistas mediante el Decreto de Unificación y
creó un partido único, Falange Española Tradicionalista y de la JONS.
La Iglesia tomó partido a favor del “Nuevo Estado” y, en 1937, una carta pastoral del
episcopado dio a la guerra el carácter de “cruzada”.
En 1937 instauró un gobierno en Burgos. No llegó a crear un estado propiamente fascista, más
bien ejerció un poder personal ilimitado expresando un exaltado nacionalismo y una gran
enemistad hacia toda forma de autonomía regionalista.

La adopción de medidas contrarreformistas


En la zona nacional se eliminaron las reformas republicanas, la reforma agraria fue abolida,
también quedó derogada toda legislación laica republicana surgiendo otra acomodada a los
principios religiosos de la tradición católica, recuperando así la Iglesia su influencia. Antes de
que acabara la guerra se promulgó una de sus leyes fundamentales, el Fuero del Trabajo. Con
él se sentaban las bases de la organización corporativa del Estado. Los sindicatos de clase
fueron sustituidos por los verticales que agrupaban a patronos y asalariados en una misma
organización; se consideraron como actos subversivos las huelgas y reivindicaciones colectivas.
La ley de Responsabilidades Políticas facultaba a los tribunales mixtos para la aplicación de
penas a las personas vinculadas a partidos de izquierdas.
Restos de las fuerzas republicanas se refugiaron en los montes, constituyeron una guerrilla (los
maquis) que fue combatida por la guardia Civil y el Ejército. Finalmente, se estableció estricta
censura en periódicos, literatura... Se vivió una larga posguerra que finalizó con la muerte de
Franco en 1975.

3. EL COMITÉ DE NO INTERVENCIÓN Y LA AYUDA RECIBIDA POR LA REPÚBLICA

El gobierno frentepopulista de Francia prestó ayuda al gobierno republicano, pero la presión de


la derecha francesa y de la reticencia británica le hicieron reconsiderar su actitud inicial. Tan
solo pudo prestar 300 aviones a la causa republicana.
A Gran Bretaña le inquietaba el matiz revolucionario del Frente Popular, ya que recelaba todo
cuanto pudiera incidir sobre Gibraltar, además temía que si las distintas potencias prestaban
ayudas a ambos bandos el conflicto podría desembocar en una guerra mundial. Por ello,
propuso la creación de un Comité de No Intervención integrado por Gran Bretaña, Francia,
Alemania, la URSS… La actuación del Comité fue una farsa porque Italia y Alemania y la
URSS tan solo otorgaron ayudas a Franco y a la República respectivamente.
En EEUU, cuyo presidente Roosevelt estaba a favor de la República, se hallaba vigente una ley
de neutralidad que le impedía vender armas a países en guerra. Por eso vio adecuada la
propuesta de no intervención. Aunque, empresas como Texas Oil Company intervinieron en la
contienda otorgándole a Franco todo el petróleo que necesitó.

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En México, su presidente Lázaro Cárdenas envió municiones y fusiles de su propio ejército a
la República.
La URSS prestó una gran colaboración la República (1.000 aviones, carros de combate). Pero
su exigencia de pago por adelantado obligó a los republicanos a sacar las reservas de oro que
tenían en el Banco de España. Fue también decisiva la labor soviética en la formación de las
Brigadas Internacionales (60.000 hombres) las cuales tuvieron un papel destacado en la
contienda.

4. LA AYUDA RECIBIDA POR LA ESPAÑA FRANQUISTA

La ayuda de la España franquista fue más efectiva que la republicana. A comienzos de la


contienda ya contaba con la ayuda de Italia y Alemania quienes ayudaron a Franco a trasladar al
ejército de África a la Península.
Italia ayudó a Franco por afinidades ideológicas y estratégicas: deseaba establecer unas bases
en Baleares. Envió 700 aviones, más de 1.000 carros y unos 120.000 voluntarios.
Alemania, por otra parte, tuvo intención estratégica: la España republicana era aliada neutra de
Francia y un triunfo de los sublevados podría cambiar esta orientación. Hitler envió a la Legión
Cóndor 500 aviones, material bélico y muchos técnicos.
También recibió ayuda de Portugal, los “viriatos” e irlandeses. El gobierno del portugués
Antonio Oliveira Salazar cedió su territorio para realizar operaciones militares e introducir
armamento en España.

E. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA


- Pérdidas humanas. Hubo más de 500.000 muertos, 350.000 exiliados y 1.500.000 heridos. La
situación favoreció a que se frenase el crecimiento demográfico de la época. La mayor parte
de los muertos, herido y exiliados eran personas que se encontraban en la plenitud de sus
vidas.
- Pérdidas materiales. En la agricultura y la ganadería hubo grandes destrucciones: reducción
de la superficie sembrada y de la producción agrícola y en la ganadería se perdieron caballos,
mulas, vacas... Las instalaciones industriales quedaron dañadas o destruidas igual que el
sistema de transportes y la red de comunicaciones. Además, se produjo la destrucción de
edificios. También España soportó la deuda contraída por el régimen franquista con Alemania
(en forma de explotación de minas españolas) e Italia, a la que se suman las deudas con las
compañías petroleras norteamericanas.
- Pérdida de divisas. Se agotaron las reservas de oro con el pago del material de guerra y
víveres para los republicanos. La renta se redujo a los niveles de 1914: la guerra arruinó a
España.
- Las secuelas morales. Muchas fueron las heridas morales que dejó la represión en ambos
bandos: muertes, cárceles, destierros, marginación.
- La población pasó hambre. España no pudo abastecerse de productos básicos que se
racionalizaron hasta inicios de los 50. Como consecuencia, aumentó la población activa
dedicada a la agricultura.

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La victoria de Franco supuso el establecimiento de un régimen dictatorial que gobernará el país
durante casi 40 años, durante los cuales los vencidos sufren la represión, la marginación o el
exilio.

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