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BLOQUE 2. LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA.

TRANSFORMACIIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN


EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX.

TEMA 16 EBAU. LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y EL ESTALLIDO DE


LA GUERRA CIVIL. DESARROLLO Y CONSECUENCIAS.

INTRODUCCIÓN

La Guerra Civil española comenzó con la sublevación militar que


pretendía acabar, por la fuerza de las armas, con la República dirigida por la
izquierda agrupada en el Frente Popular.
Lo que en un principio pretendía ser un golpe de estado rápido para
imponer un régimen autoritario se convirtió en un largo conflicto civil de casi
tres años de duración cuyo balance final fue dramático.
Los tres años de conflicto armado los podemos dividir en tres grandes
campañas en las que la iniciativa casi siempre fue de los sublevados. El
fracaso inicial en la conquista de Madrid, supuso pasar de lo que se creía una
guerra corta a dos largos años de desgaste.
El bando nacional tuvo siempre una férrea disciplina y una fuerte
jerarquización que le permitió mayor operatividad, más rapidez en la toma de
decisiones y un mejor abastecimiento de los frentes y las retaguardias. Por el
contrario, el bando republicano adoleció siempre de divisiones internas entre
los que querían un Estado fuerte que garantizara la victoria (socialistas y
comunistas) y los que abogaban por simultanear la lucha armada con la
revolución social (anarquistas). Esto les restó fuerza y la falta de organización
contribuyó, en gran medida, a su derrota final.

DESARROLLO

1.- Causas de la Guerra.

Para los historiadores de izquierdas, la guerra fue consecuencia del


deseo de la derecha, en connivencia con parte del ejército, de instaurar en
España un régimen fascista.
Para los historiadores de derechas, fue la reacción justificada de una
parte de los españoles que se sintieron amenazados ante la descomposición
de la República con el Frente Popular y no se resignaron a la instauración en
España de un régimen comunista.
Para ambos, la influencia de lo externo (fascismo y comunismo) fue
determinante. Sin embargo, no podemos obviar algo decisivo en el caso
español, que fue la suma de otra multiplicidad de factores: desigualdades
económicas y sociales, mecanismos de dominación y explotación social muy
arraigados, actitudes religiosas muy radicales, especialmente en contra de los
católicos y de la iglesia, nacionalismos rupturistas, inacción y permisividad del
gobierno republicano ante el clima creciente de enfrentamiento civil y desorden
social, etc. Todos juntos provocaron la profunda división en la sociedad
española que desembocó en una lucha fratricida.

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2.- Sublevación militar (17-18- julio de 1936).

Un grupo de generales monárquicos y conservadores, con la adhesión


de monárquicos, falangistas y carlistas, el apoyo financiero del banquero Juan
March y de contactos extranjeros, preparaba desde el triunfo del Frente
Popular un levantamiento no para restaurar la Monarquía derrocada, sino para
imponer un régimen militar autoritario.
El 12 de julio apareció asesinado el teniente Castillo, perteneciente a la
Guardia de Asalto. Al día siguiente un grupo de guardias de asalto y milicianos
socialistas, detenía y asesinaba a Calvo Sotelo, diputado y jefe del partido
conservador Renovación Española. El 17 de julio, el general Franco,
destinado en Canarias, se alzaba en armas. Al día siguiente la insurrección se
extendía a toda la Península.
Triunfó en Canarias, Protectorado de Marruecos, Sevilla y enclaves de
la Andalucía occidental, isla de Mallorca, Galicia, Castilla-León, Zaragoza y
Navarra. Fracasó en toda la cornisa Cantábrica, Cataluña, Aragón oriental,
Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Valencia, Murcia, Andalucía Oriental
e Isla de Menorca.
La entrega masiva de armas a los sindicatos y a los partidos de
izquierda realizada el 19 de julio en grandes ciudades como Madrid, Barcelona
o Valencia, impidió que el levantamiento inicial de los militares triunfase, pero
también acabó con la última oportunidad para que el alzamiento no acabase en
una guerra civil. La sublevación fue mayoritaria entre la tropa de Tierra,
mientras Marina y Fuerza Aérea se mantuvieron, en gran medida, fieles a la
República.
El coordinador era el general Mola, Capitán General de Navarra, y la
iniciativa fue militar, sin apenas participación civil.
A priori la ventaja inicial quedaba claramente en manos del bando
republicano, pues contaba con el control sobre la mayor parte de la capacidad
industrial del país, el oro del Banco de España y el dominio de las ciudades
más pobladas.

3.- Desarrollo de las operación militares.

3.1.- De la sublevación a la batalla de Madrid (julio de 1936-marzo de


1937).
En el verano de 1936 las operaciones militares fueron básicamente
cuatro, con una clara iniciativa del bando nacional: las tropas norteafricanas
pasaron el Estrecho con la ayuda naval y aérea de alemanes e italianos; el
general Queipo de Llano, desde Sevilla, controló toda la Andalucía occidental;
Mola, desde Navarra, avanzó hasta Galicia controlando la mitad norte a
excepción de Asturias, Cantabria y País Vasco; por último, Franco avanzó
desde el sur conquistando Badajoz y uniendo las dos franjas nacionales. El
bando republicano quedaba separado en dos: toda la mitad centro-oriental
peninsular y la franja cantábrica, industrial y minera.
El otoño y el invierno fueron los meses de la fracasada campaña sobre
Madrid. Antes, en septiembre, Franco se detuvo para liberar Toledo, asediado
por los milicianos republicanos, y donde el Alcázar resistía desde el 18 de julio.
Episodio que fue convertido por los nacionales en símbolo de su heroísmo.
Mientras, la población madrileña, armada y con la ayuda de los voluntarios de

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las recién llegadas Brigadas Internacionales y el apoyo de material soviético,
resistió los sucesivos envites nacionales. Las victorias republicanas del Jarama
y Guadalajara (febrero y marzo del 37), hicieron desistir a Franco del intento.
Se pasó entonces a una guerra de desgaste en la que se conquistaría el resto
del territorio palmo a palmo, lo que permitió a Franco consolidar las conquistas
y acabar con cualquier disidencia interna o resto de izquierdismo en los
territorios ocupados.

3.2.- De la batalla del Norte a la del Ebro (abril de 1937-noviembre de


1938).
Entre la primavera y octubre de 1937 se consumó la ocupación de la
Costa Cantábrica, de vital importancia por su actividad industrial; en junio cae
Bilbao con su cinturón industrial intacto y, en octubre, la cuenca minera
asturiana. En esta campaña se produjo el bombardeo de Guernica por la
Legión Cóndor alemana, convertido por los republicanos en símbolo de la
barbarie.
Durante el invierno del 37-38 el ejército nacional lanzó la ofensiva del
Bajo Aragón. Teruel fue conquistada por los nacionales, vuelto a recuperar por
los republicanos y reconquistado definitivamente por los nacionales. Esta
campaña culminaría en la primavera del 38 con la llegada de los sublevados a
las costas de Vinaroz (Castellón), y la división del bando republicano en dos
zonas separadas. La suerte de la República parecía echada, pero el gobierno
hizo un último esfuerzo por unir de nuevo el sur con el norte, en la esperanza
incierta de que el estallido de una guerra en Europa decidiera a los gobiernos
democráticos a intervenir en España en favor de la República.
La Batalla del Ebro, una auténtica batalla de desgaste, tuvo lugar entre
julio y noviembre de 1938, fue la más cruenta de la guerra y supuso la derrota
definitiva del ejército republicano.

3.3.- Ofensiva en Cataluña y final de la Guerra (diciembre de 1938-


marzo de 1939).
Ante el desánimo republicano, la ofensiva franquista sobre Cataluña fue
rápida. Barcelona caía el 26 de enero del 39 y el Gobierno se exiliaba a
Francia.
Madrid era el objetivo final. Aquí el coronel Casado, apoyado por una
parte de los socialistas (Besteiro) y anarquistas, se había rebelado contra el
gobierno del socialista Negrín que, apoyado por los comunistas y, ya desde el
exilio en Francia, preconizaba la resistencia hasta el final. Una vez más las
divisiones internas del bando republicano se visualizaron en los últimos
combates urbanos entre comunistas, por un lado, y socialistas y anarquistas
por otro, en las calles de Madrid. Casado intentó negociar con los nacionales,
pero Franco sólo aceptaba la rendición incondicional. El 28 de marzo Franco
entraba en Madrid. En días sucesivos caían las últimas plazas republicanas de
Valencia, Alicante y Cartagena. El 1 de abril de 1939 se declara oficialmente
terminada la guerra.

4.- Consecuencias de la Guerra Civil.

4.1.- Costes materiales.

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Destrucción de carreteras, puentes, edificios, ferrocarriles, monumentos
y patrimonio histórico de todo tipo.
La producción agraria disminuyó en un 20%, la industrial en un 30% y
hasta 1952 no se recuperó el nivel de vida anterior a la conflagración.
A todo ello hay que sumar los costes de la ayuda extranjera que hubo
que pagar: a los rusos los republicanos (envío del oro guardado en el Banco de
España a Moscú), y a alemanes e italianos el régimen de Franco.

4.2.- Costes humanos.


Las cifras estimadas varían de unos autores a otros. El número total
entre víctimas en los frentes y represaliados en las retaguardias podría superar
con creces los 350.000. Los militares sublevados al ocupar pueblos y ciudades
eliminaban sistemáticamente a simpatizantes de partidos o sindicatos de
izquierdas. En la retaguardia, los republicanos acababan con cualquier
sospechoso de simpatizar con los sublevados, ser rico o empresario, sacerdote
o simplemente ser religioso.
Puntos negros fueron Badajoz, donde parece que se fusiló a miles de
personas tras conquistar la ciudad las tropas de Franco, o Paracuellos del
Járama, donde también fueron asesinados miles de simpatizantes nacionales
que estaban encarcelados en prisiones madrileñas.
No obstante, a la cifra total de muertes por represalias (bastante
igualada en ambos contendientes), hay que sumar la de los fusilados nada más
terminar la guerra. Otras estuvieron varios años en la cárcel o fueron
separados de sus empleos públicos. Finalmente, en torno a medio millón de
españoles se exiliaron huyendo de la represión.
Otro aspecto no desdeñable es el de la ruina moral que la guerra
supuso para España. Odios antiguos, rivalidades personales o familiares,
disensiones religiosas, anticlericalismo radical, lucha de clases…Todo encontró
en el marco de la guerra el escenario propicio para los ajustes de cuentas que
desembocaron en una profunda división entre españoles. En el bando
republicano las “sacas” indiscriminadas de presos de las cárceles y de las
“checas” (cárceles no oficiales de partidos políticos o sindicatos) para ser
fusilados, mientras que los llamados “paseos” (se sacaba a las víctimas de sus
casas y se las llevaba a un descampado para fusilarlas), estuvieron a la orden
del día en ambos bandos.

CONCLUSIÓN

Un análisis de la guerra permite extraer las siguientes conclusiones:

-La intervención militar extranjera fue fundamental en los dos


contendientes: en el bando sublevado la alemana e italiana y, en el
republicano, la soviética. Todo ello a pesar de que inmediatamente después de
su inicio, se constituye un Comité Internacional de no Intervención al que
pertenecieron la mayor parte de las potencias extranjeras, y que, al menos en
teoría, debía garantizar la no participación en el conflicto español de ninguna
potencia. Se puede afirmar que las democracias europeas se mostraron
bastante indiferentes con la suerte de la República.
-El ejército nacional se caracterizó por la disciplina y cualificación de sus
cuadros de mando. En cambio, el republicano quedó sin mandos profesionales

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suficientes, y los milicianos se caracterizaron por su indisciplina, impericia y
desorganización, debido generalmente a sus divergencias ideológicas internas,
así cada grupo se organizó no como parte de un todo, sino como un todo
aparte.
-La iniciativa fue casi siempre del bando franquista. Los republicanos
jugaron el papel de la resistencia, en espera de una guerra europea que les
beneficiase y que llegó demasiado tarde para ellos.
-El largo conflicto jugó a favor de Franco, que no sólo pudo consolidar su
régimen en las zonas ocupadas mediante la represión de todo lo que pareciese
frentepopulista, sino que le permitió edificar un nuevo Estado, autoritario y
jerárquico en el que él obtuvo los máximos poderes.
-La guerra ocasionó una profunda fractura social que ha aflorado en
determinados momentos, ya que la España de Franco, especialmente durante
la posguerra, no fue la de la reconciliación, sino la de la victoria de Franco.

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