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Iglesia católica

principal Iglesia cristiana, formada por


veinticuatro Iglesias autónomas en
comunión con el papa

La Iglesia católica[nota 1] ​(en latín: Ecclesia Catholica y en griego antiguo: Καθολικὴ Ἐκκλησία)
es la Iglesia cristiana más numerosa.[5] ​Está compuesta por veinticuatro Iglesias sui iuris: la
Iglesia latina y veintitrés Iglesias orientales,[nota 2] [6]
​ [7]
​ ​que se encuentran en plena comunión
con el papa y que en conjunto reúnen a más de 1378 millones de fieles en todo el mundo.[8] ​

La Iglesia católica sostiene que en ella subsiste la única Iglesia fundada por Cristo,[nota 3] ​
encomendada al apóstol Pedro, a quien le confió su difusión y gobierno junto con los demás
apóstoles.[1] ​Por ello, se considera a sí misma «como un sacramento», un «signo e instrumento
de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano».[12] ​

La cabeza visible de la Iglesia católica es el papa, el obispo de Roma, considerado sucesor de


Pedro.[nota 4] ​El papa actual es Francisco.[nota 5] ​La sede papal, conocida como la Santa Sede,
ocupa un lugar preeminente entre las demás sedes episcopales y constituye el gobierno central
de la Iglesia,[17] ​por quien actúa y habla, y es reconocida a nivel internacional como una entidad
soberana.[18] ​

A la Iglesia católica pertenecen todos los bautizados según sus ritos propios y que no hayan
realizado un acto formal de apostasía.[nota 6] ​Según los datos del Anuario Pontificio de 2023
referentes al año 2021, el número de bautizados miembros de la Iglesia es de 1378 millones,
alrededor del 18 % de la población
mundial.[20] [21]
​ [22]
​ ​Se trata de una comunidad
cristiana que se remonta a Jesucristo y a los Iglesia católica
doce apóstoles, por medio de una sucesión
apostólica nunca interrumpida,[23] ​también
compartida con la Iglesia ortodoxa.[nota 7] ​La
doctrina católica se encuentra recogida en el
Catecismo de la Iglesia católica.[24] ​

Con dos milenios de historia, la Iglesia


católica es la institución internacional más
antigua del mundo[25] ​y ha influido en la
filosofía occidental, la ciencia, el arte y la
Cruz latina
cultura. Entre sus tareas se incluyen la
difusión del Evangelio y la realización de Fundador(es) Jesuc
obras de misericordia corporales y
espirituales en atención a los enfermos,
(según
pobres y afligidos, como parte de su doctrina Tradic
social conocida como Doctrina social de la
Iglesia (DSI). La Iglesia católica, de hecho, es de la
la mayor proveedora no gubernamental de
educación y servicios médicos del mundo.[26] ​
Iglesia
Fundación siglo i d.
Etimología Gobierno
eclesiástico Santa
La palabra «iglesia» significa «convocación».
Proviene del latín tardío ecclesĭa y este del Sede
griego ἐκκλησία, ekklēsía, que significa
propiamente «asamblea» y que procede del
Primado Papa
verbo ἐκ-καλεῖν, ek-kalein, «llamar fuera».[27] ​
[28]
​ actual Francisco
Designa a las asambleas del pueblo, que
mayoritariamente tenían un carácter religioso. Sede Roma
Es el término frecuentemente utilizado en el
texto griego del Antiguo Testamento para Rito romano
designar la asamblea del pueblo elegido en la
presencia de Dios, sobre todo cuando se trata
(mayoritario)
de la asamblea del Sinaí, en donde el pueblo y varios
de Israel recibió la ley y fue constituido por
Dios como su pueblo santo. La primera otros ritos
comunidad cristiana, otorgándose a sí misma
el nombre de "Iglesia", se consideró heredera litúrgicos
de aquella asamblea.[28] ​Por tanto, según la
creencia católica, con dicho término se
católicos
designa al pueblo convocado y reunido por
Dios desde todos los confines del mundo para Lengua litúrgica latí
formar la asamblea de todos aquellos que,
por la fe y el bautismo, han sido hechos hijos
siría
de Dios, miembros de Cristo y templo del grie
Espíritu Santo.[29]
koin
esla
ecle
y le
vern
Música litúrgica can
llan
Icono de Ignacio de Antioquía.
Siglo xvii. Museo Pushkin.

Las palabras que se emplean en inglés y en
sac
alemán para referirse a «Iglesia», Church y nue
Kirche respectivamente, provienen del griego
kyriaké, cuyo significado es «la que pertenece
al Señor».[28] ​

El término «católico», por su parte, proviene
cató
del latín tardío catholĭcus, que a su vez
procede del griego καθολικός, katholikós, que Calendario gregorian
significa «universal».[30] ​Ignacio de Antioquía
brinda en su Carta a los esmirniotas, escrita Miembros Católicos
hacia el año 110, el testimonio más antiguo
de este adjetivo como calificativo de la
Iglesia:
Número 1378
de millones[2] ​
fieles
Donde
está el Número Obispos:
de 5340
obispo
clérigos Presbíteros:
está la
407 872
comunid Diáconos
ad, así permanentes:
como 49 176
donde Sitio web de la
está Santa Sede (http
Cristo s://www.vatican.v
Jesús
está la a/content/vatican/
Iglesia es.html)

católica.
Ignacio
de
Antioquí
a, Ad
Smyrn. 8,
2[nota 8] ​
[31] ​

Antes del fin del siglo ii, el término “católico” comenzó a designar lo que se consideraba la
verdadera Iglesia y su doctrina, diferenciándola de la de grupos disidentes.[32] ​

En una epístola dirigida al novacianista Simpronio, Paciano de Barcelona (siglo iv) justificó la
aplicación del nombre de «católicos» a sus correligionarios del pasado y del presente, y llegó a
expresar:

Christianus Cristiano
mihi es mi
nomen est, nombre,
catholicus e incluso
vero católico
cognomen es mi
apodo
Paciano de Barcelona,
Epistula 1, 4.[33] ​

En la misma carta, destacó la unidad de la Iglesia católica en contraste con la diversidad de


grupos minoritarios de su tiempo, varios de las cuales tomaron los nombres de sus fundadores
y cuyas doctrinas diferían de la línea de pensamiento eclesial (ebionitas, marcionitas,
valentinianos, apolinaristas, montanistas y novacianistas).[33] ​

El vocablo «catolicismo» se usa por lo general para hacer alusión a la experiencia religiosa
compartida por las personas que viven en comunión con la Iglesia católica.[34] ​Así, se refiere
habitualmente tanto a las creencias de la Iglesia católica como a su comunidad de fieles.[35] ​

En los países en los que el catolicismo es mayoritario, a la Iglesia católica se la conoce


normalmente como «la Iglesia», término que en otros países se aplica a otras Iglesias
cristianas. Según una larga tradición, existen además distintas imágenes que se han empleado
para referirse a la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo
místico de Cristo, Esposa de Cristo, Jerusalén de arriba, Edificación de Dios,[36] ​Barca de Pedro o
Nave de salvación.[nota 9] ​
Características

La Eucaristía, sacramento
central en la Iglesia católica.
La elevación en la misa según
el rito romano.

La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para


ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la
administración de los sacramentos, a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente.

La Iglesia católica se concibe a sí misma como la única Iglesia fundada por Cristo, y por tanto, la
única auténtica frente a las demás iglesias y denominaciones cristianas que han surgido
históricamente después de ella.[nota 10] ​

También, dado que considera que es una institución a la vez divina y humana[37] ​está tanto
fuera como dentro de la historia, en el Catecismo romano (publicado en 1566) se escribió que
consta de dos partes: la Iglesia peregrina, militante o en tránsito (la que existe en la historia) y la
Iglesia triunfante o celeste (al finalmente llegar a la visión de Dios);[38] ​a lo que en ocasiones se
añadió la iglesia purgante, sufriente o expectante (la de aquellos que murieron y aún no llegaron
a la visión beatífica),[39] ​siendo esta última parte de la Iglesia invisible pero aún no en su estado
final.

La Iglesia católica considera que tiene encomendada la misión de elaborar, impartir y propagar
la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer
la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además,
la Iglesia católica se manifiesta como una estructura jerárquica y colegial, cuya cabeza es
Cristo,[40] ​que se sirve del colegio de los apóstoles, y que en la historia posterior ejerce la
autoridad mediante sus sucesores: el papa y los obispos.[41] ​

La autoridad para enseñar el Magisterio de la Iglesia basa sus enseñanzas en la Revelación, que
está expresada tanto en las Sagradas Escrituras como en la Sagrada Tradición.[42] ​

La Iglesia católica se considera a sí misma heredera de la tradición y la doctrina de la iglesia


primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo
en la Tierra. Mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción de los apóstoles,
cumple con el mandato de Jesús de cuidar de su ovejas.[nota 11] ​

Atributos de la Iglesia católica


De acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, esta es «una, santa, católica y apostólica». Estos
cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, ya aparecen como tales en el Símbolo
niceno-constantinopolitano del año 381,[43] ​e indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su
misión,[44] ​y suelen denominarse «notas de la Iglesia».[43] ​

Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos (o notas) de la Iglesia recitando el Credo de
los Apóstoles o el Credo Niceno-Constantinopolitano. Las notas de la Iglesia son dogma de fe,
estas son según la enseñanza oficial:

Unidad: La Iglesia es una debido a su


origen, Dios mismo. Dios es uno según
la doctrina católica y la Iglesia es una
debido a su fundador, Cristo. El apóstol
San Pablo, en su Primera Carta a los
Corintios, hace referencia a la Iglesia
como cuerpo de Cristo:

Las partes del cuerpo


son muchas, pero el
cuerpo es uno; por
muchas que sean las
partes, todas forman un
solo cuerpo.[45] ​

En otra carta, también Pablo enseña


sobre este atributo:
Mantengan entre
ustedes lazos de paz y
permanezcan unidos en
el mismo espíritu. Un
solo cuerpo y un mismo
espíritu, pues ustedes
han sido llamados a una
misma vocación y una
misma esperanza. Un
solo Señor, una sola fe,
un solo bautismo, un
solo Dios y Padre de
todos, que está por
encima de todos, que
actúa por todos y está
en todos.[46] ​
Cristo mismo enseña y ruega por esta
unidad de su Iglesia:

Que todos sean uno,


como tú, Padre, estás en
mí y yo en ti. Que ellos
también sean uno en
nosotros, para que el
mundo crea que tú me
has enviado.[47] ​

Santidad: la Iglesia católica, a pesar de


los pecados y faltas de cada uno de sus
miembros que aún peregrinan en la
Tierra, es en sí misma santa pues santo
es su fundador y santos son sus fines y
objetivos. Asimismo, es santa mediante
sus fieles, ya que ellos realizan una
acción santificadora, especialmente
aquellos que han alcanzado un alto
grado de virtud y han sido canonizados
por la misma Iglesia. La Iglesia católica
contiene la plenitud de los medios de
santificación y salvación. Es santa
porque sus miembros están llamados a
ser santos.[48] ​
Catolicidad: con el significado de
universal la Iglesia es católica en cuanto
busca anunciar la Buena Nueva y recibir
en su seno a todos los seres humanos,
de todo tiempo y en todo lugar, que
acepten su doctrina y reciban el
bautismo; dondequiera que se
encuentre uno de sus miembros, allí
está presente la Iglesia católica.
También es católica porque Cristo está
presente en ella, lo que implica que
recibe de Él la plenitud de los medios de
salvación.[49] ​
Apostolicidad: la Iglesia católica fue
fundada por Cristo sobre el fundamento
de Pedro y los demás apóstoles.[50] ​
Todo el colegio apostólico goza de
autoridad y poder siempre que esté en
comunión con Pedro y sus
sucesores;[51] ​Pedro y los demás
apóstoles tienen en el papa y los
obispos a sus sucesores, que ejercen la
misma autoridad y el mismo poder que
en su día ejercieron los primeros, que
fueron elegidos e instituidos por
Cristo.[52] ​También es apostólica
porque guarda y transmite las
enseñanzas oídas a los apóstoles.[53] ​
Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica,
que son las Iglesias particulares de la Iglesia latina (con ritos latinos) y las Iglesias católicas
orientales (con ritos orientales); todas ellas tienen en común los mencionados atributos o
características esenciales y la autoridad suprema del sumo pontífice como vicario de Cristo en
la Tierra.
Doctrina

Asunción de la Virgen, Tiziano, Santa


María dei Frari (Venecia). Una
creencia que distingue al catolicismo
del resto del cristianismo son los
dogmas marianos.

La doctrina fundamental para la Iglesia católica se encuentra en el credo, que recoge las
fórmulas de fe elaboradas en los primeros concilios de la historia. El credo encuentra una
explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado en 1992 por Juan Pablo
II y cuya versión definitiva fue promulgada en 1997.

Una característica particular y genuina para distinguir a los católicos de los demás grupos
cristianos es su aceptación de todos los concilios ecuménicos de la historia (desde el Concilio
de Nicea I hasta el Concilio Vaticano II).

La noción de Revelación es central en la doctrina católica, porque bajo tal término se incluyen
dos fuentes inseparables entre sí: la Sagrada Escritura y la Tradición. Una síntesis sobre este
tema se encuentra en la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II. Para los
católicos el culmen de la Revelación es Jesucristo.[54] ​

También es notable la posición que ocupa el obispo de Roma. Este recibe el título de papa y se
le considera no solo obispo de su diócesis sino jefe de la Iglesia católica entera, es decir, Pastor
y Doctor de todos los cristianos debido a que es considerado el sucesor de San Pedro.[1] ​Su
elección ha ido variando a lo largo de la historia; desde el siglo xi es elegido por el colegio
cardenalicio en el cónclave. El papa hasta el día 28 de febrero de 2013 fue Benedicto XVI, el
265.º de la historia. Anunció la renuncia al pontificado el día 11 del mismo mes.[55] ​El 13 de
marzo del 2013 fue elegido como sumo pontífice y obispo de Roma el hasta entonces arzobispo
de la ciudad de Buenos Aires, cardenal primado, Jorge Mario Bergoglio quien eligió el nombre de
Francisco en honor a Francisco de Asís.

El papa goza en la Iglesia católica de un estatus de jerarquía suprema, poseyendo el primado


sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se denomina en
la Iglesia católica al poder legislativo, ejecutivo y judicial), la cual puede ejercer de forma
universal, inmediata y suprema sobre todos y cada uno de los pastores y de los fieles católicos.
La autoridad del obispo de Roma, su jerarquía dentro del magisterio de la Iglesia católica ha sido
expuesta en diversos momentos de la historia y de modo especial en el Concilio Vaticano I.

Otras partes de la doctrina católica, sobresalientes y distintivas en relación con el resto de los
cristianos, son la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción, y en la Asunción de María,
madre de Jesús, así como la fe en la autoridad espiritual efectiva de la Iglesia católica para
perdonar pecados y remitir las penas temporales debidas por ellos, mediante el Sacramento de
la Penitencia y las indulgencias.

Otro dogma sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la presencia real de Jesucristo


en la Eucaristía, en que mediante el cambio que es llamado transubstanciación el pan y el vino
presentados en el Altar se convierten en el cuerpo y en la sangre de Cristo.[56] ​

Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la fe en Jesucristo y de
las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial clave con otros grupos cristianos como
los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la fe en Jesucristo es
necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de esta.
Mandamientos de la Iglesia

Entre los preceptos de la Iglesia


católica se incluye la guarda de ayuno
y abstinencia en Viernes Santo, día en
que se oficia la celebración de la
Pasión del Señor.

Los mandamientos de la Iglesia son cinco preceptos promulgados por la autoridad eclesiástica
que se refieren a la vida litúrgica de los fieles, que promueven su acercamiento a los
sacramentos, y que tienen como objetivo garantizar un mínimo en el espíritu de oración y en el
esfuerzo moral, en el crecimiento del amor de Dios y del prójimo.[57] [58]
​ ​

Los cinco mandamientos de la Iglesia son:[59] ​

1. Oír misa entera todos los domingos y


fiestas de guardar.
2. Confesar los pecados mortales al
menos una vez cada año, y en peligro
de muerte, y si se ha de comulgar.
3. Comulgar al menos por Pascua de
Resurrección.
4. Ayunar y abstenerse de comer carne
cuando lo manda la Santa Madre
Iglesia.
5. Ayudar a la Iglesia en sus
necesidades.

Sacramentos
Para la Iglesia católica, los sacramentos son signos eficaces de la gracia de Dios,[nota 12] ​
celebrados bajo ritos visibles, que fueron instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, mediante
los cuales se dispensa la vida divina a todas personas que los reciben con la disposición
adecuada.[62] ​

Existen siete sacramentos: bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, unción de enfermos,


orden sacerdotal y matrimonio. Los sacramentos se corresponden a todas las etapas y
momentos importantes de la vida del creyente, estableciendo un paralelismo entre las etapas de
la vida natural y las etapas de la vida espiritual. Así, los sacramentos se pueden clasificar en tres
grupos: los "sacramentos de la iniciación cristiana", los "sacramentos de curación" y los
"sacramentos al servicio de la comunión y la misión de los fieles".[63] ​

Sacramentos de iniciación cristiana

Bautismo de Agustín de Hipona


representado en un grupo escultórico
de la catedral de Troyes (1549),
Francia.

Bautismo: Es el fundamento de toda la


vida cristiana, el pórtico de la vida en el
espíritu y la puerta que abre el acceso a
los otros sacramentos. Por el Bautismo
los cristianos son liberados del pecado
y regenerados como hijos de Dios,
llegan a ser miembros de Cristo y son
incorporados a la Iglesia y hechos
partícipes de su misión.[64] ​
Confirmación: Con el bautismo y la
eucaristía, el sacramento de la
confirmación constituye el conjunto de
los "sacramentos de la iniciación
cristiana". La confirmación une a los
bautizados más íntimamente a la Iglesia
y "los enriquece con una fortaleza
especial del Espíritu Santo. De esta
forma se comprometen mucho más,
como auténticos testigos de Cristo, a
extender y defender la fe con sus
palabras y sus obras" (LG 11; cf OCf,
Praenotanda 2)[65] ​
Eucaristía: Este sacramento culmina la
iniciación cristiana. Los que han sido
elevados a la dignidad del sacerdocio
real por el bautismo y configurados más
profundamente con Cristo por la
confirmación, participan por medio de la
Eucaristía con toda la comunidad en el
sacrificio mismo del Señor.[66] ​Para la
Iglesia católica la eucaristía no
representa un mero símbolo sino que es
Jesucristo mismo con su cuerpo,
sangre, alma y divinidad allí presentes.
Sacramentos de curación

Joven scout recibiendo el sacramento


del perdón o de la penitencia.

Penitencia: Mediante este sacramento


los fieles obtienen de la misericordia de
Dios el perdón de los pecados
cometidos contra él y se reconcilian con
la Iglesia. Recibe el nombre de
sacramento de conversión, ya que
realiza sacramentalmente la llamada de
Cristo a la conversión, la vuelta al Padre
del que el hombre se había alejado por
el pecado; sacramento de la penitencia,
al consagrar un proceso personal y
eclesial de conversión, de
arrepentimiento y de reparación por
parte del cristiano pecador; sacramento
de la confesión, porque la manifestación
de los pecados ante el sacerdote es un
elemento esencial de este sacramento;
sacramento del perdón porque Dios
concede al penitente "el perdón y la
paz"; y sacramento de reconciliación,
porque otorga al pecador el amor de
Dios que reconcilia.[67] ​
Unción de los enfermos: Con la sagrada
unción de los enfermos y con la oración
de los presbíteros, toda la Iglesia entera
encomienda a los enfermos al Señor
sufriente y glorificado para que los alivie
y los salve. Incluso los anima a unirse
libremente a la pasión y muerte de
Cristo; y contribuir, así, al bien del
Pueblo de Dios" (LG 11).[68] ​

Sacramentos al servicio de la
comunidad

Rito de ordenación sacerdotal.

Orden sacerdotal: El Orden es el


sacramento gracias al cual la misión
confiada por Cristo a sus Apóstoles
sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta
el fin de los tiempos: es, pues, el
sacramento del ministerio apostólico.
Comprende tres grados: el diaconado, el
presbiterado y el episcopado.[69] ​Es el
único sacramento que solo puede ser
recibido por los hombres.
Matrimonio: "La alianza matrimonial,
por la que el varón y la mujer
constituyen entre sí un consorcio de
toda la vida, ordenado por su misma
índole natural al bien de los cónyuges y
a la generación y educación de la prole,
fue elevada por Cristo Nuestro Señor a
la dignidad de sacramento entre
bautizados" (CIC, can. 1055,1)[70] ​
Organización
Véase también: Diócesis católicas

La Iglesia católica tiene miembros en la mayoría de los países de la Tierra,[71] ​aunque su


proporción en la población varía desde una mayoritaria en algunos a casi nula en otros. Es una
organización jerárquica en la que el clero ordenado está dividido en obispos, presbíteros y
diáconos. El clero está organizado de forma jerárquica, pero tiene en cuenta la comunión de los
fieles. Cada miembro del clero depende de una autoridad superior, pero la autoridad superior
debe ejercer su gobierno teniendo en cuenta la comunidad, a través de consultas, reuniones e
intercambio de ideas.[cita requerida]

Basílica de San Juan de Letrán,


catedral de Roma y Madre y Cabeza
de todas las iglesias del Mundo, por su
condición de sede del romano
pontífice.

Territorialmente, la Iglesia católica se organiza en diócesis o Iglesias particulares, cada una bajo
la autoridad de un obispo; algunas de estas, de mayor rango, son llamadas arquidiócesis (o
archidiócesis) y están bajo la autoridad de un arzobispo. En las iglesias orientales católicas,
estas circunscripciones suelen llamarse eparquías y archieparquías, respectivamente. Según
datos de noviembre de 2022, hay 2895 diócesis en todo el mundo, de las cuales 643 son
arquidiócesis.[72] ​La diócesis de Roma, que incluye el territorio de la Ciudad del Vaticano, es la
sede papal. Asimismo, existen 9 patriarcados (3 latinos y 6 orientales), 10 exarcados
patriarcales y 5 territorios dependientes de patriarcas.

Algunos territorios, sin llegar a considerarse diócesis, funcionan en la práctica como tales: son
las prelaturas y abadías territoriales, regidas por un prelado o un abad, respectivamente.
Actualmente, existen 40 prelaturas territoriales, casi el 80% de ellas en América Latina (sobre
todo en Brasil y Perú), y 11 abadías territoriales, más de la mitad en Italia, así como 1 prelatura
personal (la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), con sede en Italia, 36 ordinariatos militares,
9 ordinariatos orientales (3 de rito armenio y 6 para fieles de ritos orientales que se encuentran
en territorios sin eparca, es decir obispo, de su propio rito) y 3 ordinariatos personales para los
fieles convertidos del anglicanismo (católicos de rito anglicano): Cátedra de San Pedro en los
Estados Unidos y Canadá, Nuestra Señora de Walsingham en el Reino Unido y Nuestra Señora
de la Cruz del Sur en Australia.

La Catedral de San Enrique, la iglesia


principal de la diócesis católica de
Helsinki.[73] ​

Las diócesis pueden agruparse en provincias eclesiásticas y estas, a su vez, en regiones


eclesiásticas. La arquidiócesis que preside una provincia eclesiástica es llamada metropolitana.
En ocasiones, la provincia eclesiástica está conformada únicamente por la arquidiócesis
metropolitana. De las 643 arquidiócesis existentes, 563 son metropolitanas (de las cuales 5 son
sedes de iglesias católicas orientales metropolitanas), 4 son archieparquías mayores (una de
ellas posee además 5 exarcados archiepiscopales, en Ucrania) y las restantes 76 son llamadas
arquidiócesis archiepiscopales.

Los territorios en donde la organización de la Iglesia aún no es suficiente para erigir una
diócesis (o una eparquía) son dirigidos por un vicario (o exarca) y son llamados vicariatos (o
exarcados) apostólicos; actualmente existen 82 vicariatos apostólicos (sobre todo en América;
pero también en África, Asia y 2 en Europa) y 14 exarcados apostólicos (en Europa y América;
pero también uno en China). Si la organización es muy incipiente, se erigen prefecturas
apostólicas (actualmente existen 39, casi las tres cuartas partes en China). Por razones graves,
se erigen administraciones apostólicas estables (actualmente existen 8, en Europa y Asia);
además, existe la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney, en Brasil
(diócesis de Campos), para los fieles que se adhieren al "rito romano extraordinario" o Misa
tridentina. En los territorios en que la Iglesia aún no ha penetrado oficialmente, se organizan
misiones independientes sui iuris (actualmente existen 8).

El gobierno de la Iglesia católica reside en los obispos considerados como colegio cuya cabeza
es el obispo de Roma, el papa. La potestad de este colegio sobre la Iglesia en su totalidad se
ejerce de modo solemne en el concilio ecuménico, asamblea de todos los obispos del mundo
presidida por el papa, que es convocado cuando hay que tomar las decisiones más importantes,
en materia de fe (dogmas), de moral o por otras razones pastorales. Cada uno de los obispos,
por su parte, es el principio y fundamento visible de unidad en su Iglesia particular. Los obispos
tienen la misión de enseñar, de santificar y de gobernar con su autoridad y potestad sagrada.[74] ​

Los cardenales son elegidos personalmente por el papa. Su función esencial es elegir al
sucesor del papa, cuando él muere o renuncia. El papa en su actividad por la Iglesia católica
universal suele hacerse ayudar por ciertos cardenales en la administración de la Santa Sede y la
Curia Romana, pero no exclusivamente por cardenales. En el gobierno de sus diócesis los
obispos individuales también son ayudados por presbíteros y diáconos y por otros.

En cada Iglesia patriarcal católica oriental el patriarca tiene autoridad sobre todos los obispos,
incluidos los metropolitas, y los otros fieles de la Iglesia por él presidida.[75] ​Lo mismo va para el
arzobispo mayor en su iglesia particular sui iuris y para el metropolita en una Iglesia sui iuris.[76] ​

En la Iglesia latina los poderes del obispo metropolitano en las diócesis sufragáneas son muy
limitados.[77] ​

Los obispos de un país pueden organizarse en una conferencia episcopal (o asamblea de


ordinarios, en Oriente), cuyos cargos son electivos entre los obispos de la misma nación.
También existen organizaciones inter-diocesanas que involucran a más de un país. Tenemos
así:

114 Conferencias episcopales.


6 Asambleas de ordinarios.
6 Sínodos patriarcales, 1 por cada
Iglesia patriarcal (aquellas iglesias
orientales encabezadas por un
patriarca).
4 Sínodos Archiepiscopales Mayores, 1
por cada Iglesia Archiepiscopal Mayor
(aquellas iglesias orientales presididas
por un arzobispo mayor).
3 Concilios de Iglesias, 1 por cada
Iglesia Metropolitana (aquellas iglesias
orientales presididas por un arzobispo
metropolitano).
13 Conferencias Internacionales
diversas.
Congregaciones y órdenes
Las órdenes religiosas no forman parte en cuanto órdenes de la jerarquía de la Iglesia católica,
pero dependen del papa y de los obispos de formas diversas. Ellas pueden ser de dos tipos:

Órdenes religiosas de derecho


diocesano: dependen del obispo de la
diócesis en la que han sido reconocidas.
Órdenes religiosas de derecho
pontificio: dependen directamente del
papa, aunque deben trabajar en
comunión con los obispos de las
diócesis en las que actúan.
Las congregaciones y órdenes religiosas son establecidas conforme a los tres votos básicos de
pobreza, castidad y obediencia. El origen de cada una se explica, según los católicos, por una
inspiración dada al fundador, que debe ser reconocida como auténtica por las autoridades
jerárquicas. Tal inspiración o carisma se concreta en constituciones que valen solo si son
aprobadas por las autoridades jerárquicas, y según las cuales deben vivir los miembros de cada
orden o congregación. Después del renacimiento, los nuevos movimientos fundados dejan de
recibir el nombre orden y se llaman congregaciones. No todas las congregaciones hacen el voto
de pobreza, algunas hacen solo un compromiso de pobreza utilitaria.

Dentro de la Iglesia católica se encuentran muchas órdenes religiosas monásticas de frailes y


monjas, así como también congregaciones e Institutos de vida religiosa. Sus miembros suelen
hacer los votos de obediencia, pobreza y castidad; de todos modos los votos a realizar quedan a
disposición de la cada institución. Todos ellos dedican sus vidas enteramente a Dios. Otras
prácticas religiosas incluyen el ayuno, la meditación, la oración, la penitencia y la peregrinación.

Entre los principales fundadores se encuentran los siguientes santos:


Benito Bernar Francisc Domingo
de do de o de de
Nursi Clarava Asís, Guzmán,
a. l, fundado fundador
Funda doctor r de la de la
dor de de la orden orden de
la Iglesia francisc los
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de los maestr maestro ores a
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abraza
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Cristo.
Ignacio Juan de José Pedro
de la Cruz, de de San
Loyola, cofunda Calasa José
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Entre las principales fundadoras se cuentan las siguientes santas:
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siglo xix. Jesús siglo xix.
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siglo xi
x.

La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su propia


alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y obediencia,
vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o congregación.

Véanse también: Orden religiosa católica, Congregación religiosa católica, Institutos seculares y Movimientos eclesiales.
Iglesias católicas de rito oriental
Iglesias católicas orientales
Categorías

Iglesias patriarcales

Iglesia católica armenia


Iglesia católica caldea
Iglesia católica copta
Iglesia católica maronita
Iglesia católica siria
Iglesia greco-melquita católica

Iglesias archiepiscopales mayores

Son similares a las patriarcales, pero


el arzobispo mayor, después de ser
elegido por el Sínodo, debe ser
confirmado por el papa antes de ser
entronizado.

Iglesia católica siro-malabar


Iglesia católica siro-malankar
Iglesia greco-católica rumana
Iglesia greco-católica ucraniana

Iglesias metropolitanas sui iuris

Los metropolitanos son elegidos por


el papa a partir de una lista de tres
candidatos enviada por el Concilio de
obispos.

Iglesia católica bizantina rutena


Iglesia católica etíope
Iglesia greco-católica eslovaca
Iglesia católica eritrea
Iglesia católica bizantina húngara
Otras iglesias orientales sui iuris

Iglesias con jerarquía propia: Sin


Sínodo ni Concilio de obispos ya que
tienen una o dos diócesis, sus
jerarquías son elegidas por el obispo
de Roma.

Iglesia católica bizantina búlgara


Iglesia católica bizantina griega
Iglesia católica bizantina en Italia
Iglesia católica bizantina de Croacia
y Serbia
Iglesia greco-católica macedonia

Iglesias sin jerarquía propia: Tras


finalizar la era comunista no se les
ha nombrado todavía un obispo
propio.

Iglesia católica bizantina rusa


Iglesia greco-católica bielorrusa

La división entre las iglesias de Oriente y Occidente dio lugar a la existencia de comunidades de
ritos orientales que se mantuvieron o entraron en plena comunión con la Iglesia de Roma,
conservando su liturgia, pero que en algunos casos se han latinizado en algún grado. Algunas
nunca han estado en cisma con la Iglesia de Roma (como la Iglesia maronita y la ítalo-albanesa)
y otras han surgido de divisiones de las iglesias Ortodoxas o de las antiguas iglesias nacionales
de oriente.

En el pasado fueron también llamadas uniatas pero hoy el término es considerado despectivo e
inexacto. Regularmente constituyen minorías en países donde su contraparte ortodoxa
predomina (como en Grecia, Serbia, Bulgaria, Armenia y Rusia), otras son minorías junto con sus
contrapartes ortodoxas en países donde predomina otra religión (melquitas en Siria, caldeos en
Irak, malankaras en la India, etc.) y otras no tienen contraparte en cisma con Roma (maronitas e
ítalo-albaneses), también debido a la migración muchos católicos orientales viven hoy en países
occidentales (Australia, América del Norte, Argentina, Brasil, Colombia, Francia, etc).
Son consideradas iglesias sui iuris y están en un plano de igualdad con el rito latino, como
afirmó el Concilio Vaticano II a través del documento Orientalium Ecclesiarum. Los fieles de
estas iglesias están fuera de las jurisdicciones de los obispos latinos, excepto en los casos en
los que no tengan una jurisdicción propia. De la misma manera los católicos latinos están fuera
de las jurisdicciones de los obispos orientales, excepto en Eritrea, país donde no existe jerarquía
latina, en parte de Etiopía, en las diócesis siro-malabares que están fuera del estado de Kerala
en la India y en algunas parroquias de las eparquías ítalo-albanesas de Italia.

La organización eclesial de las iglesias orientales católicas está gobernada por el Código de los
Cánones de las Iglesias Orientales, promulgado por el papa Juan Pablo II el 18 de octubre de
1990, que entró en vigor el 1 de octubre de 1991.

Las Iglesias patriarcales eligen su propio patriarca a través de su Sínodo patriarcal, el cual luego
de ser elegido es inmediatamente proclamado y entronizado sin intervención del papa, a quien
luego le remite la comunión eclesial. En su propio territorio canónico sus obispos son elegidos
por el Sínodo Patriarcal tomándolos de una lista de candidatos previamente aprobada por la
Santa Sede. También los santos Sínodos pueden erigir diócesis dentro de su territorio canónico,
pero no en zonas de rito latino.

En el caso de la Iglesia greco-católica rusa, los dos exarcados apostólicos existentes en Rusia y
China antes de las revoluciones marxistas no han sido aún reactivados por la Santa Sede,
dependiendo los fieles en Rusia de los obispos latinos y ucranianos. En China la Iglesia continúa
en las "catacumbas"; las pocas parroquias existentes dependen de obispos latinos.

La Iglesia católica bizantina en América (aunque es parte de la Iglesia católica rutena, lo mismo
que el exarcado de la República Checa y la Eparquía de Mukachevo, constituye una jurisdicción
independiente, no existiendo en la práctica ningún órgano que reúna a estas jurisdicciones
rutenas, como tampoco existe para las jurisdicciones que constituyen, por ejemplo, la Iglesia
católica bizantina griega o la Iglesia católica ítalo-albanesa).

En el caso de la Iglesia albanesa, la Santa Sede ha reactivado la administración apostólica de


Albania Meridional que, a pesar de que fue catalogada como de rito oriental, tiene un obispo
latino y la mayoría de sus escasos fieles son también de este rito. Por esta razón, a partir del
Anuario Pontificio 2020 dejó de ser clasificada como Iglesia particular sui iuris.

La iglesia bielorrusa es la más floreciente de las tres, pero debido a las diferencias con el
Patriarcado Ortodoxo de Moscú, la Santa Sede no le ha nombrado aún jerarquía, dependiendo
sus fieles directamente de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en iglesia
ni incluida en la lista oficial de ritos orientales publicada en el Anuario Pontificio.

La Santa Sede ha erigido también seis ordinariatos para los fieles de rito oriental desprovistos de
un ordinario de su propio rito; estos ordinariatos se encargan de la atención espiritual de
católicos orientales de ritos sin jerarquía organizada en la Argentina, Francia, Austria, Polonia,
Brasil y España, dependiendo de los arzobispos latinos de Buenos Aires, París, Viena, Varsovia,
Río de Janeiro y Madrid respectivamente.

Historia

Edad Antigua

Cristo entregando las llaves a San


Pedro, fresco de la Capilla Sixtina
realizado por Pietro Perugino.

En el contexto del cristianismo primitivo, después de la muerte de Esteban (primer mártir


cristiano) y más aún después de la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 por los
romanos, comenzaron dos procesos: el de la progresiva separación del cristianismo primitivo y
el judaísmo rabínico y el de la propagación del cristianismo, como puede verse en los primeros
centros de la cristiandad. A los seguidores de Jesús se les dio por primera vez el nombre de
«cristianos» en Antioquía,[78] ​sitio en el que por la predicación de varios discípulos (como Pablo
y Bernabé) hubo muchos nuevos adeptos.[79] ​

La doctrina católica afirma que Jesús fundó una comunidad cristiana jerárquicamente
organizada y con autoridad, dirigida por los apóstoles (el primero de los cuales era Simón
Pedro). Posteriormente (según los Hechos de los apóstoles), los apóstoles y los primeros
seguidores de Jesús estructuraron una iglesia organizada. Una carta escrita poco después del
año 100 por Ignacio de Antioquía a los de Esmirna (capítulo 8) es el texto más antiguo que se
conserva en el cual se usa el término ἡ καθολική ἐκκλησία (la Iglesia católica o universal):

"Allí donde aparezca el


obispo, allí debe estar el
pueblo; tal como allí
donde está Jesús, allí
está la Iglesia católica."

El mismo Ignacio de Antioquía testimonia la existencia de un clero en tres grados que consistía
en obispos, presbíteros y diáconos.[80] ​En el siglo iii, san Cipriano, obispo de Cartago, habla de
una jerarquía monárquica de siete grados, en la cual la posición suprema la ocupaba el obispo.
En esta jerarquía el obispo de Roma ocupaba un lugar especial, en cuanto sucesor de san
Pedro.[81] [82]
​ ​

San Ireneo de Lyon dice que los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, habiendo fundado y
edificado la iglesia de Roma, entregaron el oficio del episcopado a Lino.[83] ​

Además, el que el obispo de Roma llegara a tener una importancia particularmente grande, se
debió, según algunos, por motivos políticos: Roma fue la capital del Imperio Romano hasta que
el Emperador Constantino I el Grande hizo de Constantinopla la nueva capital, el 11 de mayo de
330.[84] ​Otros atribuyen esta importancia al hecho de que desde que se reconoció a un obispo
por cada sede, en torno al siglo ii, se reconoció que el primer obispo de Roma había sido Pedro y
que los posteriores obispos de Roma fueron sus sucesores en la mayor prominencia de
autoridad dentro de la Iglesia.[85] ​A Pedro Jesús dijo, según el Evangelio de Lucas:
"pero yo he rogado por
ti, para que no te falte la
fe. Y tú, cuando te hayas
vuelto a mí, ayuda a tus
hermanos a permanecer
firmes.".
Lucas 22: 32 (https://ww
w.biblegateway.com/pas
sage/?search=Lucas+2
2%3A+32&version=DH
H)

Más aún, hacia el año 95, Clemente de Roma (obispo de la Iglesia de Roma entre 89 y 97)
escribió una carta a la comunidad cristiana de Corinto para resolver un problema interno,
sugiriendo su primacía sobre las Iglesias particulares. En efecto, habían surgido levantamientos
contra los presbíteros-epíscopos en Corinto y Clemente, como obispo de la Iglesia de Roma, los
llamó al orden y a la obediencia a sus respectivos pastores, evocando el recuerdo de los
apóstoles Pedro y Pablo.[86] ​Esa carta es la primera obra de la literatura cristiana fuera del
Nuevo Testamento de la que consta históricamente el nombre de su autor, la situación y la
época en que se escribió, y cuyas palabras manifiestan una dureza propia del lenguaje de aquel
que es consciente de su autoridad.[87] ​

Algunos autores han afirmado que no hay argumentos suficientes para confirmar que Pedro
haya sido obispo en Roma.[88] [89]
​ ​La tradición que afirma que Pedro fue a Roma y ahí murió
martirizado se basa también en esta carta de san Clemente, que menciona su martirio (capítulo
5), en la Carta de san Ignacio de Antioquía a los Romanos ("No os mando nada, cosa que hicieron
Pedro y Pablo." – capítulo 4), y en la obra de ca. 175-185 Contra las herejías (https://web.archive.
org/web/20170418083014/http://www.multimedios.org/docs/d001092/p000020.htm#h5) de
Ireneo de Lyon, donde dice:

Como sería demasiado


largo enumerar las
sucesiones de todas las
Iglesias en este
volumen, indicaremos
sobre todo las más
antiguas y de todos
conocidas, la de la
Iglesia fundada y
constituida en Roma
por los dos
gloriosísimos Apóstoles
Pedro y Pablo, la que
desde los Apóstoles
conserva la Tradición y
«la fe anunciada»
(Romanos 1: 8 (https://w
ww.biblegateway.com/p
assage/?search=Roman
os+1%3A+8&version=D
HH) ) a los hombres por
los sucesores de los
Apóstoles que llegan
hasta nosotros.
Ireneo de Lyon,
Adversus haereses,
Libro III, 1.3.1

El Concilio de Nicea I en el año 325 condenó el arrianismo excluyendo de la Iglesia a los


seguidores de esta opinión teológica. Otros concilios también definieron más precisamente la fe
católica y declararon heréticas otras doctrinas (nestorianismo, eutiquianismo), en particular en
los Concilios de Éfeso I (431) y de Calcedonia (451).[90] ​La Iglesia oficialmente dejó de sufrir
persecución en ambas partes del Imperio Romano (que ya estaba bajo la cuarta tetrarquía) a
partir del 313, en el que conjuntamente el emperador Constantino y el emperador Licinio
establecieron la libertad de culto a toda religión con el Edicto de Milán.[91] [92]
​ ​El cristianismo
llegó a ser religión oficial del Estado en 380, cuando Teodosio I el Grande, decretó el Edicto de
Tesalónica.[93] ​

Véase también: Donación de Constantino

Edad Media
La Iglesia católica, en el siglo v, se había extendido por casi todo el territorio del Imperio romano
(desde Hispania hasta Siria, con las zonas costeras del norte de África). Posteriormente, se
realizaron misiones hacia zonas del norte de Europa, que llegaron hasta Irlanda, Gran Bretaña,
Germania, y posteriormente zonas de Escandinavia, Centroeuropa y las poblaciones eslavas del
Este. Este largo proceso abarca de los siglos v al xi. Buena parte de estas misiones, así como el
trabajo de recristianizar los territorios del antiguo Imperio romano de Occidente, fue posible
gracias a los monasterios, sobre todo a los benedictinos.

La expansión de poblaciones convertidas al islam llevó a un progresivo declive de las


poblaciones católicas del norte de África, que llegaría a ser casi completo en el mundo
moderno.

Un hecho posterior significó la división entre numerosas Iglesias: el Gran Cisma entre sus
porciones de Occidente y Oriente (cuya Iglesia, aún denominada como "católica ortodoxa",
pasaría a ser conocida solo por esta última palabra) ocurrido en el año 1054 a causa de las
rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla y, teológicamente, alrededor de la
cláusula Filioque.

Durante los siglos xi y xiv se produce un gran desarrollo cultural gracias a la institución de
nuevas universidades eclesiásticas, centradas sobre todo en la teología, pero también con
facultades de artes, de derecho y, en algunos lugares, de medicina.

En el siglo xiii fueron fundadas y empezaron a desarrollarse las órdenes mendicantes, que
tuvieron un gran influjo en la vida religiosa de la sociedad.

Hacia finales del siglo xiv se produjo un cisma, conocido como Cisma de Occidente, que afectó
a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417, y que provocó fuertes tensiones y el surgimientos
de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más autoridad que el
papa en algunos puntos. El conciliarismo fue condenado en el concilio V de Letrán en 1516.

Véanse también: Iglesia ortodoxa y Cruzadas, Órdenes mendicantes y Antipapa.


La Inquisición
El término Inquisición (latín: Inquisitio haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace referencia a
varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia católica. La
Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en la zona de
Languedoc (en el sur de Francia) para combatir las herejías de los cátaros o albigenses y
valdenses. En 1249, se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición
estatal). En la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a esta con el
nombre de Inquisición Española (1478-1821), bajo control directo de la monarquía hispánica,
cuyo ámbito de acción se extendió después a América. También fueron importantes la
Inquisición portuguesa (1536-1821) y la Inquisición romana (1542-1965), conocida también
como Santo Oficio. El número de ejecutados por autoridades civiles tras ser condenados no
puede determinarse con certeza, por la existencia de numerosas lagunas en la evidencia
documental. Extrapolando detallados estudios,[nota 13] ​Pérez estima en menos de 10 000 las
condenas a muerte ejecutadas en España;.[94] ​En Portugal, sobre alrededor de 23 000 casos
documentados, se registran 1454 condenas a muerte en la hoguera.[95] ​Estas cifras no toman
en cuenta el número de muertes causadas por la tortura o por las condiciones de
encarcelamiento.

Edad Moderna
La Iglesia católica afronta profundos cambios en la Edad Moderna. Por una parte, se inicia una
expansión de las misiones hacia algunas zonas de África y Asia y hacia América desde los
viajes y conquistas de españoles y portugueses. Por otro lado, se viven fuertes tensiones
internas y un deseo profundo de reforma.

La invención de la imprenta permitió una mayor difusión de la Biblia y de sus traducciones, que
empezaron a circular entre los católicos en diversos lugares.

El rechazo de la autoridad papal por causas de independencia política y económica y el rechazo


de Martín Lutero al hecho de que se cobrara dinero por las indulgencias, provocó el surgimiento
del protestantismo en 1517. En el mismo siglo xvi, empezó a desarrollarse el calvinismo en
Suiza, y luego se extendió rápidamente en otros países europeos. Un importante cisma siguió
con el surgimiento de la Iglesia Anglicana (nacida del Acta de Supremacía inglesa en 1534).

Contrarreforma
La contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había
debilitado a la Iglesia católica. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado
del papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en 1648. Sus objetivos
fueron renovar la Iglesia católica y evitar el avance de las doctrinas protestantes.

Entre los años 1545 y 1563 se desarrolló el Concilio de Trento, con diversas etapas. Antes y
después del Concilio de Trento se fundaron diversas congregaciones religiosas que buscaron
promover una profunda renovación entre los católicos. Una de esas congregaciones, que
adquirió más tarde un gran desarrollo, fue la Compañía de Jesús.

Edad Contemporánea

Revolución francesa y secularización


Si bien en principio la revolución francesa no tuvo orientación hostil hacia la Iglesia, se mostró
más radical sobre la cuestión sobre los bienes eclesiásticos.[96] ​La Asamblea Nacional
Constituyente decidió expropiar todos los bienes de la Iglesia,[96] ​lo que empeoró las relaciones
hasta que en 1790 fueron suprimidas todas las órdenes monásticas[97] ​y gran parte de las
religiosas (a excepción de las dedicadas a obras de caridad). Dos meses después se expropió y
secularizó todo el patrimonio de la Iglesia, y se aprobó la Constitución civil del clero y se obligó
al clero a dar juramento a ella, con la que se quería quitar la fidelidad a Roma de la Iglesia
francesa. La negativa de dos tercios del clero se siguió de sanguinarias persecuciones en las
que 40 000 sacerdotes fueron encarcelados, deportados o ejecutados,[98] [99]
​ ​como parte de
una serie de políticas para descristianizar Francia. Los asesinatos de septiembre de 1792
iniciaron el gobierno del Terror, y en 1793 se prohibió el cristianismo, estableciendo el «culto a la
Razón» en su lugar mientras continuaban las persecuciones contra monárquicos y
eclesiásticos.[100] ​Este acoso finalizó tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, el 9 de
noviembre de 1799, en el que derrocó al gobierno del Directorio.[100] ​Durante su mandato se
restableció la religión católica y se reconoció mediante concordato que esta era la fe de la
mayoría de los franceses.[101] ​En 1808 Napoleón, ya emperador, ocupó Roma y los Estados
pontificios; en 1809 arrestó al papa Pío VII y lo llevó a Fontainebleau, donde intentó sin éxito
forzarlo a renunciar al Estado pontificio.[102] ​

La expansión del Imperio francés llevó también a la propagación de las ideas revolucionarias, y
la secularización tuvo consecuencias en Alemania, donde la Iglesia sufrió también expropiación
de sus bienes.[102] ​Sin embargo, la pérdida de influencia y el empobrecimiento de la Iglesia
propició tanto la reorganización material como una renovación interior de la vida eclesial, con
una mayor unión entre obispos, sacerdotes y fieles laicos.[103] ​Surgió así un movimiento
católico que se extendió por los demás países europeos, apoyado por el Romanticismo y su
interés por el arte y la literatura medieval, que trajeron consigo una mayor estima hacia la Iglesia
y conversiones al catolicismo.[104] ​Surgieron numerosas organizaciones católicas, misiones
populares, nuevas formas de piedad; las órdenes religiosas recibieron un nuevo impulso y poco
a poco apareció una prensa católica.[104] ​La industrialización fue ocasión para que la Iglesia
tratara la cuestión social, hecho importante en una época en la que la legislación ignoraba
muchos problemas sociales, confiados de forma general a la caridad cristiana. En este sentido,
fueron relevantes las nuevas actividades caritativas y educativas de las congregaciones
religiosas así como las órdenes dedicadas a la atención a los enfermos.[104] ​

Concilio Vaticano I
Al definir el 8 de diciembre de 1854 como dogma la antigua doctrina de la Inmaculada
Concepción, que afirmaba que María había sido concebida sin pecado original, el papa Pío IX
puso fin a una controversia entre escuelas teológicas que ocupaba varios siglos.[105] ​El dogma
se aceptó sin problemas, pero dado que el papa actuó ex cathedra y que la decisión no había
salido de un concilio, se planteó la cuestión acerca de si el papa podía por sí solo proclamar
verdades infalibles de fe.[106] ​

Cuando Pío IX convocó un concilio que daría comienzo a finales de 1869, la cuestión de la
infabilidad estaba sobre la mesa.[107] ​En la asamblea conciliar hubo ya desde el principio un
bloque mayoritario a favor de la definición dogmática de la infabilidad, que introdujo la cuestión
entre los asuntos a tratar.[108] ​La minoría que se oponía lo hizo no tanto porque se opusiesen a
la infabilidad, sino porque tal definición les parecía inoportuna en aquel momento.[108] ​
Finalmente, la constitución Pastor Aeternus (con la doctrina del primado del papa y su
infabilidad) fue aprobada.[108] ​Inmediatamente el concilio tuvo que ser interrumpido tras el
estallido de la guerra franco-prusiana y la ocupación de Roma que pondría fin a los Estados
pontificios.[108] ​

Un grupo de profesores de facultades de teología alemanas se negaron a aceptar el dogma y


fueron excomulgados, separándose de la Iglesia católica y fundando la llamada Iglesia
veterocatólica.[109] ​A pesar de que el número de seguidores fue reducido, Bismarck les ofreció
ayuda con el objetivo someter la Iglesia al Estado, como había logrado con la Iglesia territorial
protestante.[109] ​La lucha contra la Iglesia se denominó Kulturkampf y a pesar de los grandes
daños para la Iglesia alemana, los católicos se unieron y en las elecciones de 1874 el Partido de
Centro obtendría 91 escaños en el Reichstag.[109] ​Tras el fracaso, la Kulturkampf sería
finalmente desmantelada y el papa León XIII colaboró con Bismarck en ello.[109] ​

Fin de los Estados pontificios


En junio de 1815, tras la caída de Napoleón, la Iglesia vio restituida en el Congreso de Viena su
soberanía sobre los Estados pontificios. Aun así, Italia se encontraba en pleno proceso de
unificación nacional, al que los distintos papas se opusieron, y el nuevo reino fue conquistando
los distintos territorios papales hasta llegar a Roma.[110] ​Su conquista definitiva sobre la ciudad
se produjo cuando las tropas francesas, que habían estado protegiéndola, tuvieron que marchar
a Francia en el marco de la guerra franco-prusiana.[110] ​Los Estados pontificios llegan a su fin
con la toma de Roma, el 20 de septiembre de 1870.[110] ​La consiguiente disputa entre el papa e
Italia, conocida como la «cuestión romana», solo se pondría fin tras la firma de los pactos de
Letrán, en 1929,[110] ​en los que el papa renunciaba a los antiguos Estados pontificios a cambio
del reconocimiento de la soberanía e independencia de la Santa Sede, creándose para tal efecto
el Estado de la Ciudad del Vaticano bajo poder papal.
Hasta la actualidad

El papa Juan Pablo II destacó por su


apertura al diálogo entre religiones y
su carisma entre la juventud católica.

Benedicto XVI fue la cabeza visible de


la Iglesia católica hasta su renuncia,
el 28 de febrero de 2013, y es
considerado un prominente teólogo.

Francisco, 266.º papa de la Iglesia


católica, en marzo de 2013.
1933: encíclica condenatoria de los
principios del Estado laico y la
separación Iglesia-Estado establecidos
en la Constitución y la Ley de
Confesiones y Congregaciones
Religiosas durante la Segunda
República Española.[111] ​
1937: encíclicas condenatorias del
Nacional-socialismo racista y del
Comunismo ateo.
1939: inicio del pontificado de Pío XII.
1948: última edición del Index librorum
prohibitorum, suprimido finalmente en
1966.
1958: inicio del pontificado de Juan
XXIII.
1962-1965: Concilio Vaticano II.
1963: inicio del Pontificado de Pablo VI,
quien continua con el Concilio y la obra
de Juan XXIII.
1978: Año de los tres Papas muere
Pablo VI (6 de agosto); se inicia el
pontificado de Juan Pablo I que solo
dura 33 días (26 de agosto-28 de
septiembre); tras su muerte se celebra
un segundo cónclave, que elige el 16 de
octubre a Juan Pablo II. Su pontificado
se orienta especialmente a la puesta en
práctica de las conclusiones del
Concilio Vaticano II y a viajes por
numerosos países.
1981: El 13 de mayo, el papa Juan Pablo
II sufre un atentado en la Plaza de San
Pedro.
1983: promulgación del nuevo Código
de Derecho Canónico con las
actualizaciones surgidas a partir del
Concilio Vaticano II.
1992: se publica el Catecismo de la
Iglesia católica (su versión definitiva es
de 1997).
2000: jubileo del nuevo milenio,
decretado y celebrado por Juan Pablo II.
2005: inicio del pontificado de
Benedicto XVI.
2013: Benedicto XVI renuncia al papado;
lo sucede el papa Francisco.

Número de católicos

Situación actual

Laicos católicos en la plaza de San


Pedro. Los laicos constituyen la
inmensa mayoría de la Iglesia
católica. En el decir de Pío XII,
reiterado por Juan Pablo II: «Ellos son
la Iglesia» (Christifideles laici 9).

Según los datos del Anuario Pontificio y del Anuario Estadístico de la Iglesia referentes al año
2020, habría en el mundo 1 360 millones de bautizados, el 18 % de la población mundial.[112] ​
[113] [114]
​ ​
En los últimos años se produce un aumento significante del número de católicos en Asia y
África, superior al crecimiento de la población.[113] ​

En España, un país tradicionalmente católico, se desprende de la encuesta realizada por el


Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en mayo de 2010[115] ​que el número de personas
que se declara católica era del 73,7 %; sin embargo, de este porcentaje el 56,8 % declara que no
asiste a las celebraciones religiosas.

La Iglesia católica cuenta como católicos a todos los bautizados en la Iglesia (o admitidos a la
misma si lo piden y habían sido antes bautizados en otros grupos cristianos) con sus derechos
y deberes, y que no hayan hecho acto formal de defección de ella. Para la Iglesia católica quien
no practica como católico sigue formando parte de ella. Pero celebrar otros sacramentos no es
lo que les hace católicos, sino el bautismo. También considera católicos a los que viven de
modo imperfecto, como pecadores con posibilidad de conversión:

Jesús les dijo: «No son


los sanos los que
necesitan al médico,
sino los enfermos. No he
venido a llamar a los
justos, sino a los
pecadores, para que se
conviertan».
Lucas 5: 31-32 (https://w
ww.biblegateway.com/p
assage/?search=Lucas+
5%3A+31-32&version=D
HH) .

Es posible abandonar la Iglesia mediante «un acto formal» de defección llamado Apostasía,
cumpliendo con la manifestación formal de la voluntad de realizar tal acto ante la autoridad
eclesiástica competente. Aún habiendo realizado declaración de apostasía, conforme al
derecho canónico, el vínculo sacramental de pertenencia a la Iglesia dado por el bautismo
permanece, dado el carácter sacramental del bautismo, que para los católicos, es indeleble en el
sentido de que sigue existiendo su unión con Cristo.

Quienes han dejado la fe católica, pueden volver, si lo desean, a la Iglesia, y existen programas y
grupos que buscan facilitar el retorno al catolicismo.[116] ​

La excomunión es una pena medicinal, una medida cuyo fin es la conversión, no la expulsión.
Por eso solo inhabilita para tomar parte de lleno en las actividades de la comunidad, pero el
excomulgado sigue siendo considerado miembro de la Iglesia católica.

La doctrina de la Iglesia católica exige de los fieles la aceptación de su magisterio, siendo


herejía "la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse
con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma".[117] ​Actualmente, solo se inician
acciones disciplinarias contra los teólogos católicos que defienden, con cierta influencia, ideas
alternativas en esos terrenos, privándolos de la autoridad de enseñar con el título de profesores
de teología católica, pero no respecto a los fieles comunes, por mucha que sea su relevancia
pública, contra los cuales puede aplicar solo penas espirituales.

En Alemania 1,78 millones de católicos, con una declaración hecha delante de la autoridad civil
y reconocida por los obispos, han «salido de la Iglesia católica» desde 1990 para evitar el
impuesto eclesiástico (que de promedio se eleva a 9 % de la renta imponible): 143 500 en 1990,
192 766 en 1992, 168 244 en 1995, 101 252 en 2004, año en el cual 141 567 protestantes
hicieron el mismo paso.[118] ​

En otros países, mientras generalmente las personas se alejan de la Iglesia católica sin desear
cortar formalmente su conexión con ella, algunas asociaciones de ateos o escépticos y algunos
grupos protestantes animan a entregar declaraciones de apostasía o herejía. Solo con la carta
circular del Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos del 13 de marzo
de 2006 se hizo totalmente claro el procedimiento eclesiástico a seguir en estos casos.

Distribución en el mundo

Mapa que muestra el porcentaje de católicos en los diferentes


países (Colores aproximados).

En Europa, los bautizados como católicos son mayoritarios en la población de los siguientes
países: Alemania, Andorra, Austria, Bélgica, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia,
Hungría, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Polonia, Portugal,
San Marino. En República Checa, Países Bajos y Suiza están representados por números
similares a los de los protestantes.

La mayor parte de la población de América Latina se considera católica en mayor o menor


grado. El país con mayor cantidad de católicos en el mundo es Brasil, con 180 millones de fieles.

Los países con mayor número de católicos de América Latina, de mayor a menor porcentaje,
son los siguientes: Colombia, Paraguay, México, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Puerto
Rico, El Salvador, Chile, Costa Rica, Perú, Guatemala, Bolivia, Uruguay.

En los países de habla inglesa y en general en la Mancomunidad Británica de Naciones (en


inglés, Commonwealth of Nations) el catolicismo no ha prosperado a raíz del desencuentro
histórico de Enrique VIII con la autoridad espiritual de la Santa Sede; a excepción de Irlanda del
Norte, en el que los católicos han superado en número a los protestantes.[119] [120]
​ ​
En Asia, los países católicos como Filipinas (antigua colonia española) y Timor Oriental (antigua
colonia portuguesa) están rodeados de países musulmanes; en otros, como Líbano, solo lo son
la mitad de la población y en Palestina y Siria, hay pequeñas minorías destacables, y algo
menores aún en Corea, China, India, Japón y Vietnam.

En África, el número de católicos supera el 50 % de la población en los siguientes países:


Angola, Burundi, Cabo Verde, Congo, Guinea Ecuatorial, Lesoto, Reunión, Santo Tomé y Príncipe
y Seychelles. El número total de católicos africanos, según el Anuario Pontificio 2017, con datos
referidos a 2015, sería de 222,3 millones.[121] ​

Compromiso social

Historia y datos varios

Bajo el auspicio de la lglesia católica


medieval, nacieron las primeras
universidades actuales.

Desde los tiempos de la Iglesia naciente la comunidad cristiana ha buscado comprometerse


socialmente, teniendo preferencia por los más necesitados.[122] ​Esto fue reconocido por el
Emperador Juliano el Apóstata (332-363), quien fue un fuerte opositor de la Iglesia.[nota 14] [123]
​ ​
La Iglesia católica fue fundadora de los primeros hospitales, asilos y orfanatos en la historia de
Occidente desde la temprana Edad Media.[124] ​Las primeras escuelas europeas nacieron de la
labor de las Órdenes Religiosas, siendo las universidades más célebres las fundadas por
obispos o los papas. En Europa, de las 52 universidades anteriores al año 1400, varias fueron
fundadas o confirmadas por los papas, entre ellas: Universidad de París (La Sorbona),
Universidad de Coímbra, Universidad de Montpellier, Universidad de Oxford, Universidad de
Cambridge, Universidad de Colonia, Universidad Jaguelónica, Universidad de Lovaina,
Universidad de Roma "La Sapienza", Universidad de Lérida, Universidad de Orleans, Universidad
de Aviñón, Universidad de Bolonia, Universidad de Pisa, Universidad de Ferrara, Universidad de
Salamanca y Universidad de Valladolid.[124] ​Otras que fueron fundadas posteriormente son:
Universidad de Basilea, Universidad de Upsala y Universidad de Alcalá.

La Iglesia católica actualmente cuenta con misioneros religiosos y laicos de ambos sexos que
realizan de forma regular obras sociales, tanto materiales como de apoyo moral y espiritual.[125] ​
En 1996, la Santa Sede dedicó unos 5,2 millones de dólares a ayuda humanitaria, sin contar con
los aportes que hicieron privadamente los laicos y las Órdenes Religiosas.[126] ​

En casi todas las diócesis del mundo, en los países donde le es permitido, la Iglesia católica
lleva a cabo algún tipo de obra social. Cuenta con numerosas fundaciones o pastorales
parroquiales de ayuda tales como escuelas, dispensarios, centros de acogida para niños y
ancianos, hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías, etc.

Los últimos papas han mostrado un marcado interés por los crecientes problemas sociales. Así,
Juan Pablo II en una ocasión destinó 1,72 millones de dólares a poblaciones afectadas por
calamidades y para proyectos de promoción cristiana; 1,3 millones a comunidades indígenas,
mestizas, afroamericanas y campesinos pobres de América Latina; 1,8 millones para la lucha
contra la desertificación y la carencia de agua en el Sahel. Esto entre otras ayudas menores de
cientos de miles de dólares dirigidas a solucionar situaciones humanas críticas y estimular la
solidaridad.[127] ​

La Santa Sede ha distribuido, a petición del sumo pontífice, 5 millones de dólares en el año
1997; 7 millones en 1998 y 9 millones en 1999, etc. Estas cifras han sido destinadas a ayudar a
las poblaciones afectadas por catástrofes naturales o humanas.[128] ​Y en 1999 la suma
destinada por la Santa Sede a ayudas en general ascendieron a un total de 30 millones.[129] ​
Organizaciones católicas
Según datos del Anuario Pontificio dados a la luz en 2008, «las instituciones de asistencia y de
beneficencia de identidad católica, en todo el mundo, son más de 114 738; de estas, 5246 son
hospitales; 17 530 son dispensarios; 577 son leproserías; 15 208 son residencias de ancianos,
enfermos incurables y discapacitados».[130] ​

La agrupación católica de mayor presencia mundial, con mayor número de obras, es Cáritas, que
realiza labores humanitarias y guía proyectos humanos, con presencia en los 5 continentes.
Cáritas Española, por ejemplo, invirtió en 1999 más de 19 000 millones de pesetas (114,2
millones de euros) en la lucha contra la pobreza.[131] ​En 2009, y a pesar de la crisis económica
que vivió el país aquel año, Cáritas Española destinó 230 millones de euros para ayudas
sociales.[132] ​

Por deseo de Juan Pablo II, desde 1984 existe una Fundación para la ayuda del Sahel, que
promueve proyectos de desarrollo en países del norte de África afectados por la desertificación.
Entre los años 2001 y 2004, la Fundación había invertido más de 9 millones de euros en
distintos proyectos.[133] ​

En Estados Unidos, la asistencia caritativa católica encuentra una organización corporativa en la


Catholic Charities USA, que agrupa a más de 1700 asociaciones que trabajan en las diócesis y
que apoyan a más de 9 millones de personas, según se informó en 2010.[134] ​

La ONG católica Manos Unidas ha invertido (entre 2007 y 2009), 2,37 millones de euros en 68
proyectos orientados al desarrollo de Haití.[135] ​

Educación
Hacia finales del siglo xx, la Iglesia católica educaba en el Tercer Mundo a un millón de
universitarios, 96 millones en enseñanza media y 15 millones en la enseñanza primaria.
[cita requerida]
La Compañía de Jesús educa en Hispanoamérica a más de un millón de niños en las
Escuelas Gratuitas de Promoción Popular "Fe y Alegría".[136] ​

En 1985 la Iglesia contaba alrededor del mundo con 45 562 jardines de infancia, con 3 786 723
niños en ellos. De estos centros, 3835 estaban en África, 5331 en América del Norte, 5857 en
Hispanoamérica, 6654 en Asia, 23 566 en Europa y 319 en Oceanía. Este mismo año dirigía
78 160 escuelas primarias y elementales con 22 390 309 alumnos; atendía 6056 hospitales,
12 578 ambulatorios, 781 leproserías, 10 467 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos
y minusválidos, 6351 consultorios familiares, 6583 guarderías infantiles, 7187 centros
especiales de educación o reeducación social y otros 23 003 centros asistenciales.[137] ​

Hacia el año 2000, la Iglesia administraba 408 637 parroquias y misiones, 125 016 escuelas
primarias y secundarias, 1046 universidades, 5853 hospitales, 13 933 centros de acogida para
ancianos y discapacitados, 74 936 dispensarios, leproserías, enfermerías y otras instituciones.
En total, la Iglesia es responsable de la educación de 55 440 887 niños y jóvenes, y dispone de
687 282 centros sociales en todo el mundo.

Véanse también: Universidad católica y Universidad eclesiástica.

Sanidad
Según el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, la Iglesia católica administra y sirve el
26 % de los centros hospitalarios y de ayuda sanitaria existentes en todo el mundo.[138] ​Cuenta
con 117 000 centros de salud (hospitales, clínicas, casas de alojamiento para huérfanos),
18 000 dispensarios y 512 centros para la atención de personas con lepra.[138] ​En la Santa Sede
existen más de 100 organizaciones que se dedican a repartir limosnas a los pobres de todo el
mundo.[139] ​

La Iglesia católica opera numerosos establecimientos de atención a las víctimas de la epidemia


de sida alrededor del mundo. Se ha manifestado en el sentido de que los seropositivos al VIH
merecen apoyo, comprensión y compasión. En 2010 se dio a conocer el uso de 1,2 millones de
euros por parte de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (de la Santa Sede)
para sostener el trabajo de 131 centros de prevención y tratamiento del sida, en 41 países.[140] ​
La iglesia reconoce que la epidemia de sida es grave, pero se muestra crítica hacia las
estrategias adoptadas en varios países. Por ejemplo, rechaza el modelo "biológico-higienista"
adoptado en la educación sexual y las estrategias de prevención de la infección por VIH que
incluyen el uso del condón.[nota 15] ​Desde el punto de vista de la Iglesia católica, la promoción
del condón es un engaño porque no brinda protección total y alienta el adelanto de la edad de
iniciación sexual. Como estrategia para detener la epidemia la iglesia propone la promoción de
un "preservativo moral", basado en la promoción de la fidelidad y la educación sexual
familiar.[nota 16] ​

Financiación
En materia económica la Iglesia católica no es una entidad centralizada, sino que las distintas
personalidades jurídicas canónicas (provincias eclesiásticas, conferencias episcopales,
diócesis, parroquias, asociaciones de fieles, etcétera) son titulares de su patrimonio y lo
gestionan de forma autónoma, obteniendo los recursos según lo establecido en el Derecho
canónico y las leyes civiles.[141] ​En general, la Iglesia católica y sus instituciones se financian
por varias vías, entre las que se pueden distinguir:

1. Aportaciones de las instituciones


propias o ligadas a la propia Iglesia
católica.
2. Rendimientos económicos recibidos
en forma de plusvalías de empresas
e instituciones donde tiene capital
invertido.
3. Aportaciones y recolectas directas o
indirectas, tanto de carácter público
como de carácter privado.
4. Financiación proveniente de las arcas
públicas de muchos de los países
donde tiene presencia.
5. Otras fuentes.
La contribución de los Estados al sostenimiento económico de la Iglesia católica es diferente en
cada caso. En algunos países como España, Italia, Portugal o Hungría el Estado no financia
directamente las actividades religiosas de la Iglesia, sino que los ciudadanos pueden elegir
detraer un porcentaje de sus impuestos para esta causa.[142] [143]
​ ​Un sistema similar se da en
Alemania o Austria, aunque allí se impone un impuesto eclesiástico a todo aquel que se declare
católico para contribuir al mantenimiento de la Iglesia.[143] ​

Sin embargo en países como Argentina, Bélgica o Luxemburgo, es el Estado el que se hace
cargo de los sueldos y pensiones de los titulares de oficios eclesiásticos mediante una partida
de sus presupuestos.[144] [145]
​ ​Todo lo contrario ocurre en otros países como Francia, donde no
se permite subvención alguna con fondos públicos, aunque el Estado sí se hace cargo del
mantenimiento de los templos que son de su propiedad (los construidos con anterioridad a
1905) y también paga a los capellanes de las fuerzas armadas, hospitales públicos y
prisiones.[145] ​

También puede darse que los países eximan a la Iglesia del pago de cierto tipo de impuestos o
tasas, así como que otorguen subvenciones para restaurar o mantener el patrimonio artístico,
para fomentar el mecenazgo, o para financiar instituciones católicas de carácter benéfico, de
enseñanza o asistencial; entre otros.[145] [146]
​ [147]
​ ​
Críticas
La Iglesia católica ha recibido muchas críticas a lo largo de su historia, desde dentro como
desde fuera de ella. Las críticas se dividen principalmente en dos grupos: las que se refieren a
aspectos doctrinales, y las que censuran el comportamiento (real o supuesto) de los católicos
en su conjunto o en porcentajes de cierta relevancia (sea que vivan de acuerdo con las
enseñanzas de la Iglesia, sea que actúen en contra de las mismas).

Críticas sobre el comportamiento de


miembros de la Iglesia
La Iglesia católica ha recibido críticas por la supresión violenta de otros cultos y de la herejía a
lo largo de las Edades Media y Moderna, en particular por parte de la Inquisición.[148] ​También
ha sido criticada por el apoyo activo que algunos miembros destacados de la jerarquía católica
dieron a regímenes dictatoriales (dictaduras militares en América Latina), o la posición
negacionista de ciertos clérigos y obispos.[149] ​

A partir sobre todo de la última década del siglo xx, han sido conocidos diversos casos de
abuso sexual cometidos por miembros de la Iglesia católica que han dado lugar a condenas
penales y civiles, además de condenas eclesiásticas, en varios países. El representante
permanente de la Santa Sede ante la ONU, Silvano Tomasi compareció ante el Comité contra la
tortura e informó durante diez años se investigaron 3420 casos de abusos a menores de edad,
dando como resultado que se apartaran de su cargo a 884 sacerdotes.[150] ​

Durante la preparación del Jubileo del año 2000 (el 10-11-1994) el papa subrayó en una carta
apostólica al episcopado, al clero y a los fieles:
Así es justo que,
mientras el segundo
Milenio del cristianismo
llega a su fin, la Iglesia
asuma con una
conciencia más viva el
pecado de sus hijos
recordando todas las
circunstancias en las
que, a lo largo de la
historia, se han alejado
del espíritu de Cristo y
de su Evangelio,
ofreciendo al mundo, en
vez del testimonio de
una vida inspirada en
los valores de la fe, el
espectáculo de modos
de pensar y actuar que
eran verdaderas formas
de antitestimonio y de
escándalo. […] Es bueno
que la Iglesia dé este
paso con la clara
conciencia de lo que ha
vivido en el curso de los
últimos diez siglos. No
puede atravesar el
umbral del nuevo
milenio sin animar a sus
hijos a purificarse, en el
arrepentimiento, de
errores, infidelidades,
incoherencias y
lentitudes. Reconocer
los fracasos de ayer es
un acto de lealtad y de
valentía que nos ayuda
a reforzar nuestra fe,
haciéndonos capaces y
dispuestos para
afrontar las tentaciones
y las dificultades de
hoy.[151] ​
Juan Pablo II, Tertio
Millennio Adveniente
§33

Críticas en materia doctrinal


Las críticas en cuanto a la doctrina se han basado muchas veces en que la Iglesia católica
expone creencias, doctrinas y conceptos que algunos piensan no están presentes en la Biblia,
siendo que la Iglesia católica considera también como palabra de Dios a la que se transmite
mediante la tradición apostólica.[152] ​Además, se destaca la controversia con el protestantismo
en torno a algunos libros bíblicos, considerados apócrifos por los protestantes (entre ellos, el
libro del Eclesiástico y Tobit) los cuales se encuentran definidos como parte del canon bíblico
de la Iglesia católica conformando el grupo de libros bíblicos conocidos como
deuterocanónicos.

Véase también

Portal:Iglesia católica. Contenido


relacionado con Iglesia católica.

Portal:Cristianismo. Contenido
relacionado con Cristianismo.
Historia del Cristianismo
cristianismo Doctrina de la
Anexo:Papas Iglesia católica
Ciudad del Doctrina social de
Vaticano la iglesia
Teología católica Mariología
Liturgia católica Dogmas y
Eclesiología doctrinas
cristiana marianas de la
Iglesia católica
Concilio
ecuménico Santoral católico

Anticatolicismo Escolástica

Iglesia católica y Martirologio


ciencia romano

Notas

1. En ocasiones, sobre todo por influjo de


países de habla inglesa, se le añade el
adjetivo «romana». En el Credo y en el
Catecismo de la Iglesia católica se
dice de esta que es «una, santa,
católica y apostólica»;[3] ​sin embargo,
existen otros textos en los que
aparece la palabra «romana» añadida
a las anteriores.[4]

2. Hasta el Anuario Pontificio 2020 eran


24, al incluirse también la Iglesia
católica bizantina albanesa.

3. La fórmula subsistit in empleada en la


constitución Lumen gentium del
Concilio Vaticano II (que afirma que “la
única Iglesia de Cristo [...] subsiste en
la Iglesia católica”),[1] ​fue objeto de
varias interpretaciones; ello hizo que la
Congregación para la Doctrina de la Fe
precisase su significado. Dicha
fórmula no vendría a negar la
identidad entre la Iglesia de Cristo y la
Iglesia católica, sino que busca insistir
en el hecho de que la Iglesia de Cristo,
con todos los medios instituidos por
él, persiste (es decir: permanece,
continúa) para siempre en la Iglesia
católica.[9] [10] [11]

4. Al hablarse de cabeza de la Iglesia se


distingue entre su cabeza invisible,
Jesucristo, y su cabeza visible, el
papa, sucesor de Pedro.[13]
5. Se trata del papa número 266 en la
historia de la Iglesia según la Lista de
Papas de Aciprensa,[14] ​y sería el
número 268 según la lista semioficial
publicada en la edición 1919 del
Anuario Pontificio.[15] ​Esta lista, que
asignaba el número 260 al entonces
reinante Benedicto XV, incluía dos
papas excluidos de la lista Aciprensa.
Desde más de medio século el
Anuario Pontificio ya no asigna
números sucesivos a los papas por
motivo de la incierta legitimad de
varios medievales según el derecho
canónico de entonces.[16]
6. La Iglesia católica entiende que el
bautismo puede recibirse una sola vez,
dado que lo considera un sacramento
que reviste carácter. Así, solo puede
ser bautizado quien no haya sido
bautizado antes.[19] ​De este modo, en
quien haya realizado una apostasía, la
Iglesia no considera que quede
revocada su unión con Cristo.

7. Además de la apostolicidad, la Iglesia


ortodoxa también reclama su
catolicidad. Es en este sentido en el
que dicha Iglesia, entre otras, puede
ser también considerada «católica»,
término que en este caso no implica
relación con la Iglesia en comunión
con el papa de Roma, habitualmente
denominada como «Iglesia católica».

8. Quasten señala que Ignacio, en su


carta a los cristianos de Esmirna, es el
primero en usar la expresión «Iglesia
católica» (katholiké) como sinónimo
de «universal», para significar a los
fieles colectivamente.

9. El uso de Nave de salvación o Barca


de Pedro proviene de Marcos 4: 35-41
(https://www.biblegateway.com/passa
ge/?search=Marcos+4%3A+35-41&ver
sion=DHH) , y es expresión utilizada
para referirse a la Iglesia católica al
menos desde el siglo iv. Cf. Ramón
Pellitero, La barca de Pedro (http://ww
w.encuentra.com/articulos.php?id_art
=6991&id_sec=8) .

10. La Iglesia alega que esta es la


voluntad de Cristo, su fundador, que
desea "un solo rebaño y un solo
Pastor" (Juan 10: 16 (https://www.bibl
egateway.com/passage/?search=Juan
+10%3A+16&version=DHH) ; Juan 17:
11 (https://www.biblegateway.com/pa
ssage/?search=Juan+17%3A+11&vers
ion=DHH) ; Juan 17: 20-23 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search
=Juan+17%3A+20-23&version=DHH) )
Según la doctrina católica, Cristo es
"Dios verdadero" (Cf. Credo Niceno;
Juan 1: 1-18 (https://www.biblegatewa
y.com/passage/?search=Juan+1%3A+
1-18&version=DHH) ; Juan 5: 17-18 (ht
tps://www.biblegateway.com/passag
e/?search=Juan+5%3A+17-18&version
=DHH) ; Juan 10: 33 (https://www.bibl
egateway.com/passage/?search=Juan
+10%3A+33&version=DHH) ; 1 Juan 5:
20 (https://www.biblegateway.com/pa
ssage/?search=1+Juan+5%3A+20&ver
sion=DHH) ; Romanos 9: 5 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search
=Romanos+9%3A+5&version=DHH) ;
Hechos 20: 28 (https://www.biblegate
way.com/passage/?search=Hechos+2
0%3A+28&version=DHH) ; Tito 2: 13 (h
ttps://www.biblegateway.com/passag
e/?search=Tito+2%3A+13&version=DH
H) ; Hebreos 1: 5-9 (https://www.bible
gateway.com/passage/?search=Hebre
os+1%3A+5-9&version=DHH) ;
Apocalipsis 1: 18 (https://www.biblega
teway.com/passage/?search=Apocali
psis+1%3A+18&version=DHH) ) y solo
Dios puede fundar válidamente su
Iglesia (Salmo 87 (https://www.biblega
teway.com/passage/?search=Salmo+
87&version=DHH) ). Así, Jesús
aparece como la "Piedra angular" y
"fundamental" sobre la que se funda la
Iglesia (Cf. 1Colosenses 3: 9-15 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=1Colosenses+3%3A+9-15&ver
sion=DHH) ; 1Pedro 2: 3-10 (https://w
ww.biblegateway.com/passage/?searc
h=1Pedro+2%3A+3-10&version=DH
H) ) cuya base también está
constituida por los apóstoles (Cf.
Efesios 2: 20-22 (https://www.biblegat
eway.com/passage/?search=Efesios+
2%3A+20-22&version=DHH) ) y
especialmente por Pedro (Cf. Mateo
16: 16-19 (https://www.biblegateway.c
om/passage/?search=Mateo+16%3A+
16-19&version=DHH) ; Juan 1: 42 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=Juan+1%3A+42&version=DH
H) ), que según la enseñanza oficial
católica, fue constituido como el
pastor universal de la Iglesia por
institución de Cristo (Cf. Juan 21: 15-
22 (https://www.biblegateway.com/pa
ssage/?search=Juan+21%3A+15-22&v
ersion=DHH) ; Lucas 22: 28-32 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=Lucas+22%3A+28-32&version
=DHH) ). Esto, sumado a la promesa
de Cristo a los primeros discípulos
sobre una constante asistencia
(Mateo 28: 20 (https://www.biblegate
way.com/passage/?search=Mateo+2
8%3A+20&version=DHH) ) y la
compañía del Espíritu Santo (Cf. Juan
16: 7-15 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Juan+16%3A+7-
15&version=DHH) ; Juan 14: 15-17 (htt
ps://www.biblegateway.com/passag
e/?search=Juan+14%3A+15-17&versio
n=DHH) ; Juan 14: 26 (https://www.bib
legateway.com/passage/?search=Jua
n+14%3A+26&version=DHH) ; Juan
15: 26 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Juan+15%3A+26
&version=DHH) ; 1Juan 2: 27 (https://
www.biblegateway.com/passage/?sea
rch=1Juan+2%3A+27&version=DHH) )
y a la garantía que le dio a la Iglesia de
nunca ser vencida por el mal (Mateo
16: 18 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Mateo+16%3A+1
8&version=DHH) ), han bastado para
que la Iglesia católica se proclame a sí
misma como "Columna y fundamento
de la verdad" (1Timoteo 3: 15 (https://
www.biblegateway.com/passage/?sea
rch=1Timoteo+3%3A+15&version=DH
H) ), "Esposa de Cristo" (Efesios 5: 24-
30 (https://www.biblegateway.com/pa
ssage/?search=Efesios+5%3A+24-30&
version=DHH) ) y heredera y
depositaria de toda la Verdad
evangélica legada por los Apóstoles
(Cf. 1Colosenses 11: 1-2 (https://www.
biblegateway.com/passage/?search=1
Colosenses+11%3A+1-2&version=DH
H) ; 1Juan 2: 24 (https://www.biblegat
eway.com/passage/?search=1Juan+
2%3A+24&version=DHH) ;
2Tesalonicenses 2: 15 (https://www.bi
blegateway.com/passage/?search=2T
esalonicenses+2%3A+15&version=DH
H) ; 1Timoteo 6: 20-21 (https://www.bi
blegateway.com/passage/?search=1Ti
moteo+6%3A+20-21&version=DHH) ;
2Timoteo 1: 12-14 (https://www.bibleg
ateway.com/passage/?search=2Timot
eo+1%3A+12-14&version=DHH) ;
Filipenses 4: 8-9 (https://www.biblegat
eway.com/passage/?search=Filipense
s+4%3A+8-9&version=DHH) ). Y
exigiendo para sí la obediencia debida
a los mismos apóstoles (Cf. Hebreos
13: 17 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Hebreos+13%3A
+17&version=DHH) ; 2Pedro 3: 2 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=2Pedro+3%3A+2&version=DH
H) ), esto especialmente en la persona
del papa, que según la fe católica es el
sucesor del apóstol Pedro, en la
cátedra episcopal de Roma (Cf.
Sucesión apostólica). Él es el "Pastor
de toda la Iglesia, sobre la que tiene,
por institución divina, la potestad
plena, suprema, inmediata y universal."
(Compendio del Catecismo de la
Iglesia católica, 181).

11. En Juan 21: 15-17 (https://www.bibleg


ateway.com/passage/?search=Juan+
21%3A+15-17&version=DHH) , Jesús
le dice a Pedro: "Apacienta a mis
ovejas". De allí el axioma patrístico
"Donde está Pedro está la Iglesia" (Ubi
Petrus ibi ecclesia).

12. Aquí «eficaces» hace referencia a que


es Cristo mismo quien actúa en los
sacramentos con el fin de comunicar
la gracia.[60] ​Por eso se dice que los
sacramentos obran ex opere operato,
es decir, en virtud de la obra salvífica
de Cristo. De ahí que "el sacramento
no actúa en virtud de la justicia del
hombre que lo da o que lo recibe, sino
por el poder de Dios". En cualquier
caso, los frutos de los sacramentos
dependen también de la disposición
de la persona que los recibe.[61]

13. Entre ellos: Contreras, Jaime y Gustav


Henningsen (1986). “Forty-four
thousand cases of the Spanish
Inquisition (1540-1700): analysis of a
historical data bank”, en
G.Henningsen, JA Tedeschi et al.
(comps.), The Inquisition in early
modern Europe: studies on sources
and methods. Dekalb: Northern Illinois
University Press; García Cárcel, Ricard
(1976). Orígenes de la inquisición
española: el Tribunal de Valencia,
1478-1530. Barcelona: Ediciones
Península.

14. Decía de los cristianos: "Estos impíos


galileos no solo alimentan a sus
propios pobres, sino también a los
nuestros; recibiéndolos en sus ágapes
los atraen como los niños son atraídos
con pasteles". en Alvin J. Schmidt,
Social Result of Early Christianity,
pág.328.
15. Por ejemplo, se considera que la
educación sexual ofrecida por el
estado argentino ( (http://www.lanacio
n.com.ar/nota.asp?nota_id=1022738)
La Nación, 28 de julio de 2010)
sobredimensiona el "modelo biológico-
higienista, al proponer como eje
prioritario la promoción de la salud en
general y reproductiva en particular" y
que no orienta el ejercicio de la
sexualidad hacia el amor. En el caso
de México
([http://www.zenit.org/article-33192?
l=spanish Zenit Archivado (https://we
b.archive.org/web/20121016082553/h
ttp://www.zenit.org/article-33192?l=sp
anish) el 16 de octubre de 2012 en
Wayback Machine., 8 de noviembre de
2009), se demanda al Estado que
indebidamente se inmiscuye en la
educación sexual de los menores,
interfiriendo en la facultad que
corresponde a los padres, pues desde
la perspectiva eclesiástica se trata de
un derecho de patria potestad.

16. Sobre el "preservativo moral", léase la


declaración de la Conferencia
Episcopal Española "La Iglesia y el
SIDA: la solución y el problema" (http
s://web.archive.org/web/2010062104
4958/http://www.conferenciaepiscopa
l.es/pastoral/salud/sida/solucion.ht
m) (consultado el 1 de septiembre de
2010). Sobre la crítica de la iglesia a la
promoción del sexo seguro, cfr.
Alfonso López Trujillo (2003). «Los
valores de la familia contra el sexo
seguro (http://www.vatican.va/roman_
curia/pontifical_councils/family/docu
ments/rc_pc_family_doc_20031201_fa
mily-values-safe-sex-trujillo_sp.html#C
onclusi%C3%B3n) », en el VI
Encuentro Mundial de Familias, Ciudad
de México.

Referencias

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sobre la Iglesia Lumen Gentium (htt
p://www.vatican.va/archive/hist_coun
cils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19641121_lumen-gentium_s
p.html) , n. 8. «Esta es la única Iglesia
de Cristo, que en el Símbolo
confesamos como una, santa, católica
y apostólica, y que nuestro Salvador,
después de su resurrección,
encomendó a Pedro para que la
apacentara (cf. Jn 21,17 (https://www.
biblegateway.com/passage/?search=J
uan+21%3A17&version=DHH) ),
confiándole a él y a los demás
Apóstoles su difusión y gobierno (cf.
Mt 28,18 ss (https://www.biblegatewa
y.com/passage/?search=Mateo+28%3
A18-20&version=DHH) ), y la erigió
perpetuamente como columna y
fundamento de la verdad (cf. 1 Tm
3,15 (https://www.biblegateway.com/p
assage/?search=1+Timoteo+3%3A15
&version=DHH) ). Esta Iglesia,
establecida y organizada en este
mundo como una sociedad, subsiste
en la Iglesia católica, gobernada por el
sucesor de Pedro y por los Obispos en
comunión con él si bien fuera de su
estructura se encuentren muchos
elementos de santidad y verdad que,
como bienes propios de la Iglesia de
Cristo, impelen hacia la unidad
católica».

2. Estado numérico de la Iglesia católica


a 2023 (https://es.zenit.org/2023/03/0
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ca-a-2023-cuantos-sacerdotes-catolic
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y/) Zenit, 6 de marzo de 2023.
Consultado el 18 de marzo de 2023.

3. Catecismo de la Iglesia Católica, 811-


870 (https://www.vatican.va/archive/c
atechism_sp/p123a9p3_sp.html) .

4. Cf. Juan Pablo II, Audiencia general


del miércoles 26 de junio de 1985 (htt
p://www.vatican.va/holy_father/john_p
aul_ii/audiences/1985/documents/hf_
jp-ii_aud_19850626_sp.html) .

5. «Major Branches of Religions» (https://


web.archive.org/web/2015031502205
4/http://www.adherents.com/adh_bra
nches.html#Christianity) .
adherents.com. Archivado desde el
original (http://www.adherents.com/a
dh_branches.html#Christianity) el 15
de marzo de 2015. Consultado el 24
de agosto de 2010.

6. «¿Sabías que la Iglesia católica está


constituida por 24 Iglesias
autónomas?» (http://es.aleteia.org/20
16/08/08/sabias-que-la-iglesia-catolic
a-esta-constituida-por-24-iglesias-auto
nomas/) . Aleteia. 8 de agosto de
2016. Consultado el 7 de noviembre
de 2016.

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Alfred; Bea, Emilia (17 de febrero de
2015). Colligite Fragmenta. Repensar
la tradició crisitiana en el món
postmodern (https://books.google.co
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200. ISBN 978-84-370-9703-9.

8. «Catolicismo: la cuenta es buena, pero


no para todos» (https://fsspx.news/e
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del Concilio Vaticano II» (http://www.al
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(29 de junio de 2007). «Respuestas a
algunas preguntas acerca de ciertos
aspectos de la doctrina sobre la
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14. Aciprensa (https://www.aciprensa.co


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15. Annuario pontificio (https://books.goo


gle.com/books?id=PYg7AQAAMAAJ&
pg=PT1) . 1919, p. 27.
16. Ver las notas explicatives adjuntas en
el Anuario Pontificio a las indicaciones
de León VIII y Benedicto V.

17. «Santa Sede. Estado de la Ciudad del


Vaticano. Información general» (http://
www.vatican.va/news_services/press/
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católica a 2023: cuántos sacerdotes,
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católicos pero disminuyen los
sacerdotes» (https://www.catholichera
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catolicos-pero-disminuyen-los-sacerdo
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23. Cf. Comisión teológica internacional
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y la sucesión apostólica» (http://www.
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Iglesia católica, 147» (http://www.vatic
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w&ved=0CD8Q6AEwBw#v=onepage&q
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t%3B%20catholicus%20vero%20cogno
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española (23.ª edición). Consultado el
16 de septiembre de 2017.
36. Cf. Concilio vaticano II, declaración
dogmática Lumen gentium (http://ww
w.vatican.va/archive/hist_councils/ii_v
atican_council/documents/vat-ii_cons
t_19641121_lumen-gentium_sp.html) ,
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París: Presses universitaires de
France. p. 300. ISBN 978-2-13-054576-7.
«société parfaite en dépit de
l'imperfection de ses membres».; cf.
Colosenses 1: 18 (https://www.biblega
teway.com/passage/?search=Colosen
ses+1%3A+18&version=DHH) y
Colosenses 1: 24 (https://www.biblega
teway.com/passage/?search=Colosen
ses+1%3A+24&version=DHH) .

38. Catechismus romanus ex decreto


Concilii Tridentini ad parochos (http
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sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnx
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1032 (http://www.vatican.va/archive/c
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o%20Purgatorio) . Olivares, Francisco
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Guía para comprender la Eucaristía (ht
tps://books.google.com.uy/books?id=I
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40. Colosenses 1: 18 (https://www.biblega


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44. Cf. Catecismo de la Iglesia Católica,


811.

45. 1Corintios 12: 12 (https://www.biblega


teway.com/passage/?search=1Corinti
os+12%3A+12&version=DHH) .

46. Efesios 4: 3-6 (https://www.biblegatew


ay.com/passage/?search=Efesios+4%
3A+3-6&version=DHH) .
47. Juan 17: 20-21 (https://www.biblegate
way.com/passage/?search=Juan+17%
3A+20-21&version=DHH) .

48. Cf. Juan 17: 17 (https://www.biblegate


way.com/passage/?search=Juan+17%
3A+17&version=DHH) ; Efesios 5: 27
(https://www.biblegateway.com/passa
ge/?search=Efesios+5%3A+27&versio
n=DHH) ; 1Tesalonicenses 3: 13 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=1Tesalonicenses+3%3A+13&v
ersion=DHH) ; 2Corintios 1: 1 (https://
www.biblegateway.com/passage/?sea
rch=2Corintios+1%3A+1&version=DH
H) ; 1Pedro 1: 16 (https://www.biblega
teway.com/passage/?search=1Pedro+
1%3A+16&version=DHH) ; Hebreos 12:
22-24 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Hebreos+12%3A
+22-24&version=DHH) .

49. Cf. Mateo 28: 19 (https://www.biblegat


eway.com/passage/?search=Mateo+2
8%3A+19&version=DHH) ; Hechos 1: 8
(https://www.biblegateway.com/passa
ge/?search=Hechos+1%3A+8&version
=DHH) ; Hechos 2: 37-41 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search
=Hechos+2%3A+37-41&version=DH
H) .
50. Cf. Efesios 2: 20 (https://www.biblegat
eway.com/passage/?search=Efesios+
2%3A+20&version=DHH) ; Mateo 16:
16-19 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Mateo+16%3A+1
6-19&version=DHH) ; Juan 1: 42 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=Juan+1%3A+42&version=DH
H) ; Juan 20: 21-23 (https://www.bible
gateway.com/passage/?search=Juan
+20%3A+21-23&version=DHH) .

51. Compárese Mateo 18: 18 (https://ww


w.biblegateway.com/passage/?search
=Mateo+18%3A+18&version=DHH)
con Mateo 16: 16-19 (https://www.bibl
egateway.com/passage/?search=Mat
eo+16%3A+16-19&version=DHH) .
Nótese que solo Pedro recibe las
llaves. Cf. Lucas 22: 31-32 (https://ww
w.biblegateway.com/passage/?search
=Lucas+22%3A+31-32&version=DH
H) .

52. 1Timoteo 4: 14 (https://www.biblegate


way.com/passage/?search=1Timoteo
+4%3A+14&version=DHH) ; 1Timoteo
5: 22 (https://www.biblegateway.com/
passage/?search=1Timoteo+5%3A+22
&version=DHH) ; 2Timoteo 2: 1-2 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=2Timoteo+2%3A+1-2&version=
DHH) ; 2Timoteo 1: 6 (https://www.bib
legateway.com/passage/?search=2Ti
moteo+1%3A+6&version=DHH) ;
Hechos 20: 17-32 (https://www.bibleg
ateway.com/passage/?search=Hecho
s+20%3A+17-32&version=DHH) ; Tito
1: 5 (https://www.biblegateway.com/p
assage/?search=Tito+1%3A+5&versio
n=DHH) .

53. Cf. Juan 20: 21-23 (https://www.bibleg


ateway.com/passage/?search=Juan+
20%3A+21-23&version=DHH) ; Lucas
10: 16 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Lucas+10%3A+1
6&version=DHH) ; Efesios 2: 20 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=Efesios+2%3A+20&version=D
HH) ; Juan 13: 20 (https://www.bibleg
ateway.com/passage/?search=Juan+
13%3A+20&version=DHH) ; Mateo 10:
40-42 (https://www.biblegateway.co
m/passage/?search=Mateo+10%3A+4
0-42&version=DHH) ; Gálatas 4: 14 (ht
tps://www.biblegateway.com/passag
e/?search=G%C3%A1latas+4%3A+14&
version=DHH) ; 1Corintios 4: 1 (http
s://www.biblegateway.com/passage/?
search=1Corintios+4%3A+1&version=
DHH) ; 1Juan 1: 1-5 (https://www.bible
gateway.com/passage/?search=1Jua
n+1%3A+1-5&version=DHH) ; Hechos
4: 20 (https://www.biblegateway.com/
passage/?search=Hechos+4%3A+20&
version=DHH) . Véase también:
Sucesión apostólica.

54. Dei Verbum, n. 4: "La economía


cristiana, por tanto, como alianza
nueva y definitiva, nunca cesará, y no
hay que esperar ya ninguna revelación
pública antes de la gloriosa
manifestación de nuestro Señor
Jesucristo".

55. Hasta el día 28 de febrero de 2013,


después de anunciar el día 11 del
mismo mes que renunciaría al cargo.
El papa anuncia su renuncia el
próximo 28 de febrero por razones de
salud (http://internacional.elpais.com/
internacional/2013/02/11/actualidad/
1360580038_865243.html)

56. Catecismo de la Iglesia Católica, 1376


(http://www.vatican.va/archive/catech
ism_sp/p2s2c1a3_sp.html) .

57. Catecismo de la Iglesia Católica, 2041


(http://www.vatican.va/archive/catech
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58. Tere Fernández. «Los Mandamientos


de la Iglesia» (http://es.catholic.net/o
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80. Cf. Neander, Augustus, pág. 196, nota


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81. Cf. el Dictionnaire de Théologie


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