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Introducción: Hermanos:
Hoy, al celebrar Pentecostés, el amor de Dios es el protagonista. El
hecho que hoy festejamos es importantísimo: hoy se cumple la prome-
sa de Jesús, llega el Espíritu Santo y se inicia la misión de la Iglesia:
anunciar al mundo el amor de Dios hecho hombre en Jesucristo. Él
nos envía el Espíritu Santo para que seamos mensajeros de su miseri-
cordia a todos los hombres, para que vivamos la fortaleza de seguir su
camino en medio de las adversidades y sembrar la paz en medio de
los hombres. Al actualizar ese momento, la Iglesia entera revive su vo-
cación. Iniciamos esta celebración eucarística, poniéndonos de pie
para recibir al padre Federico cantando.
Acto Penitencial:
2º Lectura: (1º Corintios) San Pablo enseña que un mismo Espíritu que se mani-
fiesta en diversidad de dones y actividades, anima un mismo cuerpo
que es la Iglesia. ESCUCHAMOS LA SEGUNDA LECTURA
Evangelio: (Jn. 20, 19-23) Jesús está siempre presente en medio de la comunidad
por medio del Espíritu; y a nosotros, sus discípulos, nos deja la misión
de hacerlo presente en el mundo. NOS PONEMOS DE PIE PARA LA
PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO.
Oración de los fieles: Pidamos abrirnos más a las inspiraciones del Espíritu Santo
para ir creciendo a imagen y semejanza de Jesús. A cada intención
respondemos: “Ven Espíritu Santo”.
- Por el Papa, nuestros Obispos y sacerdotes, para que con la guía del
Espíritu conduzcan acertadamente al pueblo cristiano. OREMOS.
- Por los gobernantes, por los que tienen poder para tomar decisio-
nes, por los responsables de hacer que cesen las guerras, para
que lleguen a un entendimiento que haga vivir en paz a los hom-
bres. OREMOS.
- Por todos los que se van a Confirmar este año, para que lleven a
sus hermanos la alegría que supone vivir desde Cristo. OREMOS.
- Por los jóvenes, para que sientan tu fortaleza y no tengan miedo de
seguir a Jesús en su propia vocación con radical libertad y absoluta
disponibilidad. OREMOS.
- Porque queremos ser una comunidad que tenga fortaleza frente a
las dificultades, serenidad para afrontar los desafíos y coraje para
denunciar las injusticias. OREMOS.
- Para que María Madre de la Iglesia sea la estrella que nos guíe y
reúna, para recibir Tu presencia, como lo hizo en Pentecostés.
OREMOS.
- Para que vengas a cada uno de nosotros y todos hablemos el len-
guaje del amor, la justicia y la paz. OREMOS.
Ofrenda: Todos hemos recibido abundantes dones de Dios. Por eso, junto al
pan y al vino presentemos al Señor el propósito de hacerlos fructificar
para bien de los hermanos. PERMANECEMOS DE PIE MIENTRAS
LAS OFRENDAS LLEGAN AL ALTAR Y CANTAMOS.