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UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES – FILIAL NORTE

CURSO DE CIRUGIA GENERAL Y DIGESTIVA

PACIENTE POLITRAUMATIZADO
Dr. Omar Tineo Carrasco
Definición de Trauma
Según la OMS, el trauma se define como un daño intencional o no intencional, causado al
organismo por su brusca exposición a fuentes o concentraciones de energía (mecánica, química,
térmica o radiante) que sobrepasan su margen de tolerancia, o factores que interfieren con
intercambios de energía en el organismo (deprivación de elementos esenciales para la vida como
calor, comida u oxígeno).

Epidemiología
De acuerdo con la información más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
más de nueve personas mueren cada minuto de lesiones o violencia, y 5,8 millones de personas de
todas las edades y grupos económicos mueren cada año a partir de las lesiones no intencionales y
violencia. La carga de la lesión es aún más significativa, representando el 18% de las enfermedades
totales del mundo. Los accidentes de tránsito son la principal causa de trauma.
En los países más desarrollados, el trauma sigue siendo la causa principal de muerte en
personas de 1 a 44 años de edad. De manera significativa, más del 90% de los accidentes
automovilísticos ocurren en el mundo en desarrollo

Distribución trimodal de defunciones


Las muertes por trauma tienen una distribución trimodal, las lesiones producen muerte en
tres períodos, o picos. El primer pico ocurre dentro de segundos a minutos de la lesión. Durante este
primer período, las muertes en general son el resultado de la apnea debido a una lesión cerebral grave
o alta de la médula espinal o ruptura del corazón, la aorta u otros vasos sanguíneos grandes. Muy
pocos de estos pacientes pueden ser salvados debido a la gravedad de sus lesiones. Sólo la prevención
puede reducir significativamente este pico de muertes relacionadas con el trauma.

El segundo pico se produce en cuestión de minutos a varias horas después de la lesión.


Muertes que se producen durante este periodo son generalmente debido a hematomas subdurales y
epidurales, hemoneumotórax, rotura de bazo, laceraciones del hígado, las fracturas de pelvis, y / o
múltiples otras lesiones asociadas con la pérdida de sangre significativa. La hora de oro de la
atención después de la lesión se caracteriza por la necesidad de una evaluación rápida y reanimación,
que son los principios fundamentales de Advanced Trauma Life Support (ATLS).
El tercer pico, que ocurre varios días o semanas después de la lesión inicial, se debe con
mayor frecuencia a sepsis y disfunciones de múltiples sistemas orgánicos. La atención brindada
durante cada uno de los períodos anteriores afecta los resultados durante esta etapa. La primera y
todas las personas posteriores que atienden al paciente lesionado tienen un efecto directo en el
resultado a largo plazo.

ATLS
El Soporte Vital Avanzado para Traumatismos (ATLS) se desarrolló en 1976 después de un
accidente aéreo en el que varios niños resultaron gravemente heridos. Recibieron atención de
lesiones, pero no se disponía de los recursos ni la experiencia que necesitaban.
El concepto detrás del curso ATLS sigue siendo simple; históricamente, el enfoque para
tratar a los pacientes lesionados, tal como se enseñaba en las escuelas de medicina, era el mismo que
el de los pacientes con una afección médica no diagnosticada previamente: una historia extensa que
incluía antecedentes médicos, un examen físico que comenzaba en la parte superior de la cabeza y
progresaba hacia abajo en el cuerpo, el desarrollo de un diagnóstico diferencial y un plan de trabajo
para confirmar el diagnóstico. El enfoque para paciente con trauma es diferente. Tres conceptos
básicos contemplan el Programa ATLS:
1. Trate primero la mayor amenaza a la vida.
2. Nunca permitir que la falta de un diagnóstico definitivo impida la aplicación de un
tratamiento indicado.
3. Una historia detallada no es esencial para comenzar la evaluación de un paciente con
lesiones agudas.

MANEJO INICIAL DEL PACIENTE POLITRAUMATIZADO


Al tratar a pacientes lesionados, los médicos evalúan rápidamente las lesiones e instituyen
una terapia para preservar la vida. Debido a que el tiempo es crucial, es esencial un enfoque
sistemático que se pueda aplicar de manera rápida y precisa. Este enfoque, denominado "evaluación
inicial", incluye los siguientes elementos:
• Preparación
• Triaje
• Revisión primaria (ABCDE) con reanimación inmediata de pacientes con lesiones
potencialmente mortales
• Adjuntos a la revisión primaria y reanimación
• Consideración de la necesidad de traslado del paciente
• Revisión secundaria (evaluación de pies a cabeza e historia del paciente)
• Adjuntos a la revisión secundaria
• Monitoreo y reevaluación continuos posteriores a la reanimación
• Cuidados definitivos
Las revisiones primaria y secundaria se repiten con frecuencia para identificar cualquier
cambio en el estado del paciente que indique la necesidad de una intervención adicional. La secuencia
de evaluación presentada en este capítulo refleja una progresión lineal o longitudinal de los
acontecimientos; sin embargo, en una situación clínica real, muchas de estas actividades ocurren
simultáneamente. Los principios de ATLS® guían la evaluación y reanimación de pacientes
lesionados.
1.- Revisión Primaria Con resucitación Simultanea
Se evalúa a los pacientes y se establecen sus prioridades de tratamiento, en función de sus
lesiones, signos vitales y los mecanismos de la lesión. Se establecen prioridades de tratamiento
lógicas y secuenciales en función de la valoración global del paciente. Las funciones vitales del
paciente deben ser evaluadas de forma rápida y eficiente. El tratamiento consiste en una revisión
primaria rápida con reanimación simultánea de las funciones vitales, una revisión secundaria más
detallada y el inicio de la atención definitiva. La revisión primaria abarca el ABCDE de la atención
del paciente con trauma e identifica las condiciones que amenazan la vida adhiriéndose a esta
secuencia:
A. Mantenimiento de las vías respiratorias con restricción del movimiento de la columna cervical
B. Respiración y ventilación
C. Circulación con control de hemorragias
D. Discapacidad (evaluación del estado neurológico)
E. Exposición/control ambiental

Los médicos pueden evaluar rápidamente A, B, C y D en un paciente con traumatismo


(evaluación de 10 segundos) identificándose, preguntando al paciente su nombre y preguntando qué
sucedió. Una respuesta apropiada sugiere que no hay un compromiso importante de las vías
respiratorias (es decir, la capacidad de hablar con claridad), y que el nivel de conciencia no está
marcadamente disminuido (es decir, lo suficientemente alerta como para describir lo que sucedió).
Durante la revisión primaria, las condiciones que amenazan la vida se identifican y tratan en
una secuencia priorizada basada en los efectos de las lesiones en la fisiología del paciente, ya que al
principio puede no ser posible identificar lesiones anatómicas específicas. La primera prioridad es el
manejo de las vías respiratorias: despejar las vías respiratorias, succionar, administrar oxígeno y abrir
y asegurar las vías respiratorias.
Los procedimientos prioritarios de evaluación y gestión descritos en este capítulo se
presentan como pasos secuenciales en orden de importancia y para garantizar la claridad; en la
práctica, estos pasos suelen ser realizados simultáneamente por un equipo de profesionales.
A- Mantenimiento De La Vía Aérea Con Restricción De La Columna Cervical
Tras la evaluación inicial de un paciente con traumatismo, primero se evalúan las vías
respiratorias para determinar la permeabilidad. Esta evaluación rápida de los signos de obstrucción
de las vías respiratorias incluye la inspección de cuerpos extraños; identificar fracturas faciales,
mandibulares y/o traqueales/laríngeas y otras lesiones que pueden resultar en obstrucción de las vías
respiratorias; y succión para eliminar la sangre o las secreciones acumuladas que puedan provocar o
estar causando la obstrucción de las vías respiratorias. Comience a tomar medidas para establecer
una vía aérea permeable mientras se restringe el movimiento de la columna cervical.
Si el paciente es capaz de comunicarse verbalmente, no es probable que las vías respiratorias
estén en peligro inmediato; sin embargo, es prudente la evaluación repetida de la permeabilidad de
las vías respiratorias. Además, los pacientes con lesiones graves en la cabeza que tienen un nivel
alterado de conciencia o una puntuación de la Escala de Coma de Glasgow (GCS) de 8 o menos
generalmente requieren la colocación de una vía aérea definitiva (es decir, colocar tubo endotraqueal)
Establecer una vía aérea quirúrgicamente si la intubación está contraindicada o no se puede lograr
B - Respiración y Ventilación
La permeabilidad de las vías respiratorias por sí sola no garantiza una ventilación adecuada.
Se requiere un intercambio gaseoso adecuado para maximizar la oxigenación y la eliminación de
dióxido de carbono. La ventilación requiere una función adecuada de los pulmones, la pared torácica
y el diafragma; Por lo tanto, los médicos deben examinar y evaluar rápidamente cada componente.
Para evaluar adecuadamente la distensión venosa yugular, la posición de la tráquea y la
excursión de la pared torácica, exponga el cuello y el tórax del paciente. Realice la auscultación para
asegurar el flujo de gas en los pulmones. La inspección visual y la palpación pueden detectar lesiones
en la pared torácica que pueden estar comprometiendo la ventilación. La percusión del tórax también
puede identificar anomalías, pero durante una reanimación ruidosa esta evaluación puede ser
inexacta.
Las lesiones que afectan significativamente la ventilación a corto plazo incluyen neumotórax
a tensión, hemotórax masivo, neumotórax abierto y lesiones traqueales o bronquiales. Estas lesiones
deben identificarse durante la inspección primaria y, a menudo, requieren atención inmediata para
garantizar una ventilación eficaz. Debido a que un neumotórax a tensión compromete la ventilación
y la circulación de manera dramática y aguda, la descompresión torácica debe seguir inmediatamente
cuando se sospecha en una evaluación clínica.
Todos los pacientes lesionados deben recibir oxígeno suplementario. Si el paciente no está
intubado, el oxígeno debe ser suministrado por un dispositivo de reservorio de máscara para lograr
una oxigenación óptima. Use un oxímetro de pulso para controlar la adecuación de la saturación de
oxígeno de la hemoglobina.
C - Circulación con control de hemorragias
El compromiso circulatorio en pacientes con traumatismos puede ser el resultado de una
variedad de lesiones. El volumen sanguíneo, el gasto cardíaco y el sangrado son los principales
problemas circulatorios a tener en cuenta.
Volumen sanguíneo y gasto cardíaco
La hemorragia es la causa predominante de muertes prevenibles después de una lesión. Por
lo tanto, la identificación, el control rápido de la hemorragia y el inicio de la reanimación son pasos
cruciales en la evaluación y el manejo de estos pacientes. Una vez que se ha excluido el neumotórax
a tensión como causa de shock, considere que la hipotensión después de la lesión se debe a la pérdida
de sangre hasta que se demuestre lo contrario. La evaluación rápida y precisa del estado
hemodinámico de un paciente lesionado es esencial. Los elementos de la observación clínica que
proporcionan información importante son:
• Nivel de conciencia: cuando se reduce el volumen de sangre circulante, la perfusión
cerebral puede verse gravemente afectada, lo que resulta en un nivel alterado de conciencia.
• Perfusión cutánea: Un paciente con piel rosada, especialmente en la cara y las extremidades,
rara vez tiene hipovolemia crítica después de una lesión. Por el contrario, un paciente con
hipovolemia puede tener la piel facial cenicienta y gris y las extremidades pálidas.
• Pulso: un pulso rápido y filiforme suele ser un signo de hipovolemia. Evaluar bilateralmente
la calidad, la frecuencia y la regularidad de un pulso central (p. ej., arteria femoral o carótida). La
ausencia de pulsos centrales significa la necesidad de una acción de reanimación inmediata.

Sangrado
Identifique la fuente de sangrado como externa o interna. La hemorragia externa se identifica
y controla durante la revisión primaria. La pérdida rápida de sangre externa se gestiona mediante
presión manual directa sobre la herida. Los torniquetes son eficaces en la exanguinación masiva de
una extremidad, pero conllevan un riesgo de lesión isquémica en esa extremidad. Use un torniquete
solo cuando la presión directa no sea efectiva y la vida del paciente esté amenazada.
Las principales áreas de hemorragia interna son el tórax, el abdomen, el retroperitoneo, la
pelvis y los huesos largos. Por lo general, el origen de la hemorragia se identifica mediante un examen
físico y un diagnóstico por imágenes (p. ej., radiografía de tórax, radiografía pélvica, evaluación
focalizada con ecografía para traumatismo [FAST] o lavado peritoneal de diagnóstico [DPL]).
El control definitivo de la hemorragia es esencial, junto con la reposición adecuada del
volumen intravascular. Se debe establecer el acceso vascular; Por lo general, se colocan dos catéteres
venosos periféricos de gran calibre para administrar líquido, sangre y plasma. Se obtienen muestras
de sangre para estudios hematológicos basales, incluida una prueba de embarazo para todas las
mujeres en edad fértil y tipo de sangre, y pruebas cruzadas. Cuando no se puede acceder a los sitios
periféricos, se puede utilizar la infusión intraósea, el acceso venoso central o flebotomia, según las
lesiones del paciente y el nivel de habilidad del médico.
La reanimación agresiva y continuada con volumen no sustituye el control definitivo de la
hemorragia. El shock asociado a la lesión suele ser de origen hipovolémico. En tales casos, inicie la
fluidoterapia intravenosa con cristaloides. Todas las soluciones intravenosas deben calentarse
almacenándolas en un ambiente cálido (es decir, de 37 °C a 40 °C) o administradas a través de
dispositivos de calentamiento de fluidos. Puede ser necesario un bolo de 1 L de una solución isotónica
para lograr una respuesta adecuada en un paciente adulto. Si un paciente no responde a la terapia
inicial con cristaloides, debe recibir una transfusión de sangre. Los líquidos se administran con
prudencia, ya que se ha demostrado que la reanimación agresiva antes del control de la hemorragia
aumenta la mortalidad y la morbilidad.
Algunos pacientes gravemente lesionados llegan con coagulopatía ya establecida, lo que ha
llevado a algunas jurisdicciones a administrar ácido tranexámico de forma preventiva en pacientes
gravemente lesionados. Los estudios demuestran una mejor supervivencia cuando se administra
ácido tranexámico dentro de las 3 horas posteriores a la lesión.
D --Discapacidad (Evaluación Neurológica)
Una evaluación neurológica rápida establece el nivel de conciencia del paciente y el tamaño
y la reacción pupilar; identifica la presencia de signos lateralizantes; y determina el nivel de lesión
de la médula espinal, si está presente.
El GCS es un método rápido, simple y objetivo para determinar el nivel de conciencia. La
puntuación motora del GCS se correlaciona con el resultado. Una disminución en el nivel de
conciencia de un paciente puede indicar una disminución de la oxigenación y/o perfusión cerebral, o
puede ser causada por una lesión cerebral directa. Un nivel alterado de conciencia indica la necesidad
de reevaluar inmediatamente el estado de oxigenación, ventilación y perfusión del paciente. La
hipoglucemia, el alcohol, los narcóticos y otras drogas también pueden alterar el nivel de conciencia
de un paciente. Hasta que se demuestre lo contrario, siempre suponga que los cambios en el nivel de
conciencia son el resultado de una lesión del sistema nervioso central. Recuerde que la intoxicación
por drogas o alcohol puede acompañar a una lesión cerebral traumática.
E -. Exposición Y Control Ambiental
Durante la inspección primaria, desvista completamente al paciente, generalmente cortando
sus prendas para facilitar un examen y una evaluación exhaustivos. Después de completar la
evaluación, cubra al paciente con mantas calientes o un dispositivo de calentamiento externo para
evitar que desarrolle hipotermia en el área receptora del trauma. Caliente los líquidos intravenosos
antes de infundirlos y mantenga un ambiente cálido. La hipotermia puede estar presente cuando llega
el paciente, o puede desarrollarse rápidamente en el servicio de urgencias si el paciente está
descubierto y se somete a una administración rápida de líquidos a temperatura ambiente o sangre
refrigerada. Evite la hipotermia, la temperatura corporal del paciente es una prioridad más alta que
la comodidad de los proveedores de atención médica, y la temperatura del área de reanimación debe
aumentarse para minimizar la pérdida de calor corporal. Se recomienda el uso de un calentador de
fluidos de alto flujo para calentar fluidos cristaloides a 39 °C., pero nunca se debe usar para calentar
productos sanguíneos.

2.-Complementos a la Revisión Primaria con resucitación


Los complementos utilizados durante la revisión primaria incluyen electrocardiografía
continua, oximetría de pulso, monitoreo de dióxido de carbono (CO2) y evaluación de la frecuencia
ventilatoria y medición de gases en sangre arterial (AGA). Además, se pueden colocar catéteres
urinarios para controlar la producción de orina y evaluar la hematuria. Los catéteres gástricos
descomprimen la distensión y evalúan la evidencia de sangre. Otras pruebas útiles incluyen lactato
en sangre, exámenes de rayos X (p. ej., tórax y pelvis), FAST, evaluación focalizada extendida con
ecografía para traumatismos (eFAST) y DPL.
Los parámetros fisiológicos como la frecuencia del pulso, la presión arterial, la presión del
pulso, la frecuencia ventilatoria, los niveles de AGA, la temperatura corporal y el gasto urinario son
medidas evaluables que reflejan la idoneidad de la reanimación.

3.- Considere necesario una transferencia de paciente


Durante la revisión primaria con reanimación, el médico evaluador obtiene con frecuencia
información suficiente para determinar la necesidad de trasladar al paciente a otro centro para su
atención definitiva. Este proceso de transferencia puede ser iniciado inmediatamente por el personal
administrativo bajo la dirección del líder del equipo de trauma mientras se realizan medidas
adicionales de evaluación y reanimación. Es importante no retrasar la transferencia para realizar una
evaluación diagnóstica en profundidad. Solo realice pruebas que mejoren la capacidad de reanimar,
estabilizar y garantizar el traslado seguro del paciente. Una vez que se ha tomado la decisión de
trasladar a un paciente, la comunicación entre el médico remitente y el receptor es esencial.
4.- Revisión Secundaria
La revisión secundaria no comienza hasta que se completa la revisión primaria (ABCDE), se
están realizando esfuerzos de reanimación y se ha demostrado una mejoría de las funciones vitales
del paciente. Cuando se dispone de personal adicional, se puede realizar parte de la revisión
secundaria mientras el resto del personal se ocupa de la revisión primaria. Este método no debe
interferir de ninguna manera con la realización de la revisión primaria, que es la máxima prioridad.
La revisión secundaria es una evaluación de pies a cabeza del paciente con traumatismo, es
decir, una historia clínica completa y un examen físico, incluida la reevaluación de todos los signos
vitales. Cada región del cuerpo se examina por completo. La posibilidad de pasar por alto una lesión
o de no apreciar la importancia de una lesión es grande, especialmente en un paciente que no responde
o es inestable.
4.1.- Historia
Toda evaluación médica completa incluye una historia clínica del mecanismo de la lesión. A
menudo, no se puede obtener una historia de este tipo de un paciente que ha sufrido un traumatismo;
Por lo tanto, el personal prehospitalario y la familia deben proporcionar esta información. La historia
clínica AMPLE es una mnemotecnia útil para este propósito:
• Alergias
• Medicamentos utilizados actualmente
• Enfermedades pasadas/Embarazo
• Última comida
• Eventos/Entorno relacionados con la lesión
La condición del paciente está muy influenciada por el mecanismo de la lesión. El
conocimiento del mecanismo de la lesión puede mejorar la comprensión del estado fisiológico del
paciente y proporcionar pistas sobre las lesiones anticipadas. Algunas lesiones se pueden predecir en
función de la dirección y cantidad de energía asociada con el mecanismo de la lesión. Los patrones
de lesiones también están influenciados por los grupos de edad y las actividades. Por otro lado, en
trauma no aplica el concepto de fisiopatología sino de biomecánica de la lesión o mecanismo de
lesión. Las lesiones se dividen en dos grandes categorías: traumatismos cerrados y penetrantes
Otros tipos de lesiones para las que la información histórica es importante son las lesiones térmicas
y las causadas por entornos peligrosos.
Traumatismo cerrado
El traumatismo cerrado a menudo es el resultado de colisiones automovilísticas, caídas y
otras lesiones relacionadas con el transporte, la recreación y las ocupaciones. También puede ser el
resultado de la violencia interpersonal. La información importante que se debe obtener sobre las
colisiones de automóviles incluye el uso del cinturón de seguridad, la deformación del volante, la
presencia y activación de dispositivos de bolsas de aire, la dirección del impacto, el daño al automóvil
en términos de deformación o intrusión importante en el compartimiento de pasajeros y la posición
del paciente en el vehículo. La expulsión del vehículo aumenta en gran medida la posibilidad de
lesiones graves.

Trauma penetrante
En el traumatismo penetrante, los factores que determinan el tipo y la extensión de la lesión
y el manejo posterior incluyen la región del cuerpo que se lesionó, los órganos en la trayectoria del
objeto penetrante y la velocidad del misil. Por lo tanto, en las víctimas de disparos, la velocidad, el
calibre, la presunta trayectoria de la bala y la distancia desde el peón hasta la herida pueden
proporcionar pistas importantes sobre el alcance de la lesión. (Véase Biomecánica de la lesión).
Lesión Térmica
Las quemaduras por lesiones térmicas son un tipo importante de trauma que puede ocurrir
solo o junto con un traumatismo contundente y/o penetrante resultante, por ejemplo, de un automóvil
en llamas, una explosión, la caída de escombros o el intento de un paciente de escapar de un incendio.
Las lesiones por inhalación y la intoxicación por monóxido de carbono a menudo complican las
lesiones por quemaduras. La hipotermia aguda o crónica sin la protección adecuada contra la pérdida
de calor produce lesiones por frío locales o generalizadas.
Entorno peligroso
Es importante obtener un historial de exposición a sustancias químicas, toxinas y radiación
por dos razones principales: Estos agentes pueden producir una variedad de disfunciones pulmonares,
cardíacas y de órganos internos en pacientes lesionados, y pueden representar un peligro para los
proveedores de atención médica. Con frecuencia, el único medio de preparación del médico para
tratar a un paciente con antecedentes de exposición a un ambiente peligroso es comprender los
principios generales del manejo de tales afecciones y establecer contacto inmediato con un Centro
Regional de Control de Envenenamientos.

4.2.- Examen Físico


Durante la revisión secundaria, el examen físico sigue la secuencia de la cabeza, las
estructuras maxilofaciales, la columna cervical y el cuello, el tórax, el abdomen y la pelvis, el
perineo/recto/vagina, el sistema musculoesquelético y el sistema neurológico.
Abdomen y pelvis
Las lesiones abdominales deben ser identificadas y tratadas agresivamente. Identificar la
lesión específica es menos importante que determinar si se requiere una intervención quirúrgica. Un
examen inicial normal del abdomen no excluye una lesión intraabdominal significativa. La
observación minuciosa y la reevaluación frecuente del abdomen, preferiblemente por el mismo
observador, son importantes en el manejo del traumatismo abdominal cerrado, ya que con el tiempo,
los hallazgos abdominales del paciente pueden cambiar. La participación temprana de un cirujano es
esencial.
Las fracturas pélvicas pueden sospecharse por la identificación de equimosis sobre las alas
ilíacas, el pubis, los labios o el escroto. El dolor a la palpación del anillo pélvico es un hallazgo
importante en pacientes alertas. Además, la evaluación de los pulsos periféricos puede identificar
lesiones vasculares.
Los pacientes con antecedentes de hipotensión inexplicable, lesión neurológica, alteración
del sensorio secundario al alcohol y/u otras drogas, y hallazgos abdominales equívocos deben
considerarse candidatos para DPL, ecografía abdominal o, si los hallazgos hemodinámicos son
normales, TC de abdomen. Las fracturas de la pelvis o de la parte inferior de la caja torácica también
pueden dificultar un examen diagnóstico preciso del abdomen, ya que palpar el abdomen puede
provocar dolor en estas áreas.

5.- Complementos a la revisión secundaria


Se pueden realizar pruebas diagnósticas especializadas durante la inspección secundaria para
identificar lesiones específicas. Estos incluyen exámenes radiográficos adicionales de la columna
vertebral y las extremidades; tomografías computarizadas de la cabeza, el tórax, el abdomen y la
columna vertebral; urografía con contraste y angiografía; ecografía transesofágica; broncoscopia;
Esofagoscopia; y otros procedimientos diagnósticos
Durante la revisión secundaria, se pueden obtener imágenes completas de la columna
cervical y toracolumbar si la atención del paciente no se ve comprometida y el mecanismo de la
lesión sugiere la posibilidad de una lesión de la columna. La restricción del movimiento de la
columna vertebral debe mantenerse hasta que se haya excluido la lesión de la columna. Se debe
obtener una radiografía AP de tórax y radiografías adicionales pertinentes a los sitios de la presunta
lesión.

6.- Reevaluación – revisión terciaria


Los pacientes con traumatismos deben ser reevaluados constantemente para garantizar que
no se pasen por alto nuevos hallazgos y para descubrir cualquier deterioro en los hallazgos
previamente observados. A medida que se manejan las lesiones iniciales que ponen en peligro la
vida, pueden surgir otros problemas igualmente potencialmente mortales y lesiones menos graves,
lo que puede afectar significativamente el pronóstico final del paciente. Un alto índice de sospecha
facilita el diagnóstico precoz y el tratamiento.

7.- Cuidados definitivos


Siempre que las necesidades de tratamiento del paciente excedan la capacidad de la
institución receptora, se considera el traslado. Esta decisión requiere una evaluación detallada de las
lesiones del paciente y el conocimiento de las capacidades de la institución, incluidos el equipo, los
recursos y el personal.
Las pautas de transferencia interhospitalaria ayudarán a determinar qué pacientes requieren
el más alto nivel de atención traumatológica. Estas guías tienen en cuenta el estado fisiológico del
paciente, la lesión anatómica evidente, los mecanismos de lesión, las enfermedades concurrentes y
otros factores que pueden alterar el pronóstico del paciente.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
American College of Surgeons. (2018). ATLS Advanced Trauma Life Support (Edition, Tenth
ed.). Chicago.

Cevallos Esparragon, J., & Perez, D. D. (Edits.). (2017). Cirugia del paciente politraumatizado
(Vol. I). Aran Ediciones.

William C., W., Christopher M., G., & David B. , H. (Edits.). (2007). Trauma Emergency
Resuscitation Perioperative Anesthesia Surgical Management. Informa. New York:
Informa.

Mattox KL, Wall MJ, LeMaire SA. (2004) : Injury to the thoracic great vessels. In: Trauma. 5th
ed. New York: McGraw-Hill Publishers; 571-591

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