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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE MEDICINA
CD MENDOZA, VERACRUZ

PROGRAMA EDUCATIVO
MEDICO CIRUJANO

EXPERIENCIA EDUCATIVA
CICLO CLÍNICO DE CIRUGÍA

NRC
93350

DOCENTE
DR. E RICK G ÓMEZ

TRABAJO
RESUMEN: ABC A TENCIÓN AL PACIENTE
POLITRAUMATIZADO

ESTUDIANTE
MARIANA MIRANDA SÁNCHEZ

MATRÍCULA
S17004525
ABC Atención al paciente politraumatizado
En situaciones en las que el paciente ha sufrido un accidente traumático se tienen que
evaluar rápidamente las lesiones y proveer una atención sistematizada. El programa ATLS
(Advanced Trauma Life Support) provee los principios básicos para la atención, en primer
lugar, de aquellas lesiones que más amenazan la vida del paciente, lesiones que afectan
a la vía aérea, seguidas de las que afectan a la ventilación-respiración, las que afectan a
la circulación y, por último, las que afectan al SNC.

Esto se hace mediante diferentes elementos, primero que nada la preparación, que puede
ser en dos situaciones clínicas diferentes: en el campo y en el hospital. En primer lugar,
durante la fase prehospitalaria, aquí se mantienen permeables las vías respiratorias, el
control de la hemorragia externa y el shock, la inmovilización del paciente, y el transporte
inmediato, así como la obtención de toda la información necesaria para el hospital. En
segundo lugar, durante la fase de hospital, se realizan preparaciones para facilitar la
rápida reanimación del trauma en el paciente.

El llegar lo primero que se hace es la clasificación del TRIAGE que consiste en la


clasificación de los pacientes en función de los recursos necesarios para el tratamiento y
los recursos que están realmente disponibles. Este se clasifica en:

Triage I:

o Requiere atención inmediata.


o La condición del paciente representa un riesgo vital y necesita maniobras de
reanimación por su compromiso ventilatorio, respiratorio, hemodinámico o
neurológico, perdida de miembro u órgano.

Triage II:

o La atención no debe superar los 30 minutos.


o La condición del paciente puede evolucionar a un rápido deterioro o a su muerte, o
incrementar el riesgo para la pérdida de un miembro u órgano

Triage III:

o La condición del paciente requiere de medidas diagnósticas y terapéuticas en


urgencias.
o Pacientes que necesitan un examen complementario o tratamiento rápido, se
encuentran estables fisiológicamente, aunque su situación puede empeorar si no
se actúa.

Triage IV:

o El paciente presenta condiciones médicas que no comprometen su estado


general, ni representan un riesgo evidente para la vida o pérdida de miembro u
órgano.
o Existen riesgos de complicación o secuelas de la enfermedad o lesión si no recibe
la atención correspondiente.

Triage V:

o El paciente presenta una condición clínica relacionada con problemas agudos o


crónicos sin evidencia de deterioro que comprometa el estado general
o No representa un riesgo para la vida o la funcionalidad de miembro u órgano.

Evaluación primaria
A: Vía aérea y control cervical

Valorar el nivel de conciencia, preguntando al paciente su nombre y qué ha ocurrido. Una


respuesta adecuada implica vía aérea permeable, suficiente reserva respiratoria y buena
perfusión cerebral. En caso de que no haya una respuesta, se evalúa la permeabilidad de
la vía aérea, mediante signos de obstrucción de la vía aérea, como inspección de cuerpos
extraños; identificación de la cara, la mandíbula, y / o traqueal / fracturas y otras lesiones
laríngeas que pueden resultar en obstrucción de las vías; y la aspiración para limpiar la
sangre o secreciones acumuladas. Esto se realiza simultáneamente a la inmovilización
manual de cabeza-cuello, y columna cervical, se coloca o revisa el collarín si ya lo traía.

Si el paciente está inconsciente y no tiene reflejo nauseoso, se procede a la colocación de


una vía respiratoria orofaríngea, y en casos más graves se debe establecer una vía aérea
quirúrgica si la intubación está contraindicada o no se puede lograr.

B: Respiración y ventilación

La permeabilidad de las vías no asegura una ventilación adecuada, se requiere un


intercambio gaseoso y función adecuada de los pulmones, la pared torácica y el
diafragma

Es necesario explorar el tórax buscando lesiones que puedan impedir la adecuada


ventilación como: neumotórax a tensión, hemotórax masivo, neumotórax abierto, y
traqueal o lesiones bronquiales, mediante la auscultación para asegurar el flujo de gas en
los pulmones, inspección visual, palpación y percusión. Estas lesiones deben ser
identificadas durante la valoración primaria y requieren atención inmediata para asegurar
una ventilación eficaz, casi siempre debe estar acompañado con oxígeno suplementario y
estar monitoreando sus niveles constantemente.

C: Circulación y control de la hemorragia

El volumen sanguíneo, el gasto cardíaco y el sangrado son los principales problemas


circulatorios a considerar. Se debe identificar y controlar la hemorragia rápidamente, y el
inicio de la reanimación. En la pérdida de sangre externa debe aplicarse presión manual
directa sobre la herida. Los torniquetes son eficaces en el desangramiento masivo de una
extremidad, pero conllevan el riesgo de lesión isquémica a la extremidad.
Las principales áreas de hemorragia interna son tórax, el abdomen, retroperitoneo, la
pelvis y huesos largos.

Cuando se reduce volumen de sangre circulante, la perfusión cerebral puede verse


afectada críticamente, lo que resulta en un nivel alterado de conciencia. De igual manera
la presencia de pulsos filiformes es una típica señal de hipovolemia. Otra forma de
identificar una hemorragia es mediante la coloración de la piel, un paciente con
hipovolemia puede tener un color cenizo, la piel facial gris y extremidades pálidas.

Se debe establecer acceso vascular típicamente dos catéteres venosos periféricos de


gran calibre se colocan para administrar fluido, sangre y plasma. Cuando no se puede
acceder a los sitios periféricos, infusión intraósea, el acceso venoso central, o
venodisección se pueden utilizar dependiendo de las lesiones del paciente. Para de esta
manera iniciar la terapia de fluidos IV con cristaloides, si al paciente no responde al
tratamiento inicial debe recibir una transfusión de sangre

D: Discapacidad/Valoración neurológica

Se evalúa mediante Escala de Glasgow y examen pupilar. Si la GCS es inferior a 9


puntos, se procederá a la intubación traqueal bajo control cervical manual. Si el paciente
presenta pupilas midriáticas arreactivas, o anisocoria arreactiva, sin clara evidencia de
lesión directa, colocar al paciente en antitrendelemburg a 30º y administrar manitol 20%
(1g/kg) en bolo. Se preparará al paciente para su traslado inmediato a TC. Se realizará
consulta neuroquirúrgica si el Glasgow es menor de 14. No se utilizarán soluciones
hipotónicas (Ringer lactado, glucosado) en los traumatismos craneoencefálicos

Reevaluación.
Antes de comenzar la evaluación secundaria, se reevaluará de nuevo los pasos A, B, C,
D, para observar la respuesta a las medidas instauradas y optimizarlas

Evaluación secundaria.
Una vez estabilizado el paciente en la evaluación primaria, y tratadas la lesiones que
amenazan la vida del paciente de forma inmediata, se evalúan las lesiones que no
amenazan a la vida de forma inmediata pero que resultan fatales a corto plazo si son
desatendidas.

Evaluación terciaria
Monitorización y reevaluación continua del paciente politraumatizado hospitalizado en
búsqueda de posibles lesiones olvidadas que puedan provocar una mayor
morbimortalidad al paciente.

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