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El Acceso a la Justicia

como Derecho Humano


Noción de Acceso a la Justicia

En un sentido estricto el acceso a la justicia es un derecho adscrito al


derecho a la tutela judicial o jurisdiccional efectiva, también llamado
derecho a un juicio justo o al debido proceso, o derecho a la justicia o a la
jurisdicción, consagrado en los Artículos 8 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, y se contrae a la posibilidad efectiva de acudir ante los órganos
jurisdiccionales en defensa de derechos o intereses.
Derecho a la Tutela Jurisdiccional
Efectiva
La Tutela Jurisdiccional Efectiva implica, en esencia, la posibilidad real de
acceder, en condiciones de igualdad, a un órgano jurisdiccional dotado de
independencia e imparcialidad y cuya competencia haya sido establecida
con anterioridad por la ley, facultado para pronunciarse con base en el
Derecho y mediante un procedimiento que asegure ciertas garantías
procesales, sobre las obligaciones civiles o de otro carácter de una persona,
o sobre una acusación penal formulada en su contra.
Este derecho comprende la protección judicial, con las debidas garantías,
del conjunto de los derechos, o intereses legítimos, de una persona, no sólo
de sus derechos humanos
Tutela Judicial Efectiva

La tutela judicial efectiva se limita a lo establecido en el art. 26 de la


CRBV que establece:
“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración
de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, e incluso los
colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con
prontitud la decisión correspondiente ” “
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia considera la tutela
judicial efectiva como un derecho bastante amplio que involucra no sólo el
acceso a la justicia y a obtener una decisión razonada y justa, sino que
también incluye las garantías constitucionales procesales que se encuentran
en el artículo 49 de la Constitución.
Garantías que integran el Derecho a la Tutela Judicial
Efectiva

Conjunto de derechos que desde un enfoque sistémico conforman esta


institución jurídica de carácter universal. Tales derechos son los siguientes:
derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales, derecho al debido
proceso; decisión ajustada a derecho; derecho a recurrir de la decisión y
derecho a ejecutar la decisión.
Derecho de Acceso a los Órganos Jurisdiccionales

El acceso a los órganos de la Administración de Justicia, manifestación de


la tutela judicial efectiva, se materializa y ejerce a través del derecho
autónomo y abstracto de la acción, a través de la cual, se pone en
funcionamiento o se activa el aparato jurisdiccional, en busca de un
pronunciamiento, sea éste favorable o no al accionante.

El derecho de acceso a la justicia confiere a todos los ciudadanos, la


posibilidad de presentar sus conflictos a los tribunales competentes, y
desde ese momento se comienza a ejercer el derecho a la tutela judicial
efectiva.
Derecho al Debido Proceso

Es un derecho individual de carácter fundamental integrado por un


conjunto de garantías constitucionales procesales mínimas que permiten un
proceso justo, razonable y confiable.
El derecho al debido proceso engloba una serie de garantías, que se
encuentran consagradas en el artículo 49 de la CRBV que podemos
sintetizar tal como sigue: el derecho a la defensa (ordinal 1º) ; la
presunción de inocencia (ordinal 2º); el derecho a ser oído por el tribunal
competente (ordinal 3º); el derecho al juez natural (ordinal 4º); derecho
a no confesarse culpable (ordinal 5º); el principio de validez de la
confesión sólo si se ha hecho sin coacción (ordinal 6º); el principio de
nulla crimen nulla poena sine lege (ordinal 7º); el derecho a obtener
reparación del Estado por los errores judiciales (ordinal 8º).
Decisión ajustada a Derecho

El operador de justicia debe enmarcar su decisión, sobre los hechos que han
sido alegados en la demanda y contradichos en la contestación
correspondiente, es decir, que debe pronunciarse, sólo sobre aquellos
hechos que han sido debatidos o controvertidos por las partes en el
proceso, y sobre los cuales ha recaído la actividad probatoria de éstos, pues
si se pronuncia sobre algún hecho no expuesto por las partes en la fase
alegatoria de proceso, se configura el vicio de incongruencia positiva; en
tanto que si deja de pronunciarse sobre algún hecho controvertido en la
litis, se produce el vicio de incongruencia negativa
Derecho a Recurrir de la Decisión

Todo sujeto perjudicado con la decisión judicial tiene el derecho a recurrir


de la misma, activándose de esta manera el derecho o garantía
constitucional del doble grado de jurisdicción a que se refiere el artículo
49.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que
constituye igualmente una manifestación de la garantía a la tutela judicial
efectiva a que se refiere el artículo 26 ejusdem de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela
Derecho a Ejecutar la Decisión

Es precisamente, el derecho a la efectividad de la decisión judicial, a


ejecutar la orden judicial contenida en el fallo emitido, lo cual se traduce,
Según Carroca, el operador de justicia que por omisión, pasividad o defecto
de entendimiento, se aparta, sin causa justificada de lo previsto en el fallo
que debe ejecutarse, o se abstiene de adoptar las medidas necesarias para su
ejecución, cuando le sean legalmente exigibles, desconoce la garantía a la
tutela judicial efectiva a través del régimen de ejecución y efectividad en el
cumplimiento de la decisión judicial.
El Principio Nom bis in Idem.

El artículo 49, numeral 7 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela establece: Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los
mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente

El principio non bis in ídem tiene una doble connotación, sustantiva y


procesal. La primera radica en la imposibilidad de aplicar dos sanciones
sobre una misma persona por una misma infracción, cuando exista
identidad de sujeto, hecho y fundamento;
Las dimensiones de la justicia y el Sistema de
Justicia
Al determinar el acceso a la justicia es preciso apreciar las diversas dimensiones de la
justicia en el Estado constitucional de Derecho. La justicia posee varias facetas, ya que
representa un valor superior del ordenamiento jurídico y el fin y fundamento primordial
del Derecho; un criterio para la solución de controversias; un sistema orgánico encargado
de su administración; una función (o servicio) de carácter público, y el punto de
referencia de un conjunto de derechos humanos.

Su condición de valor superior del ordenamiento es reconocida por algunas


Constituciones, lo cual implica que los tribunales y demás órganos del poder público han
de procurar la realización de la justicia tanto como sea posible en el ámbito de sus
atribuciones. Al mismo tiempo, ella es el fin y fundamento primordial del Derecho, pues
éste persigue la recta ordenación de la conducta humana. Igualmente, es un criterio que
permite dirimir conflictos, dando a cada uno lo que le corresponde, y una potestad que
ejerce el Estado a través de un sistema orgánico, como expresión de sus funciones
inderogables. Pero la justicia es principalmente la expresión de un conjunto de derechos
humanos,
Equidad y Acceso a la Justicia

1- Equidad y disfrute de los derechos humanos Son múltiples las relaciones


existentes entre la equidad y los derechos humanos.
Ambos son componentes necesarios de un concepto integral del desarrollo.
El crecimiento económico sin equidad no satisface los estándares
preponderantes a escala internacional para la medición del desarrollo de los
pueblos; éste, por otro lado, hoy no puede ser concebido al margen de las
libertades y derechos fundamentales de la persona, hasta el punto de que el
desarrollo es entendido como un proceso de ampliación de la libertad
humana.
Desde la óptica de la equidad como componente del desarrollo humano, la
igualdad en el acceso a los bienes o servicios necesarios para gozar de una
adecuada calidad de vida presupone el pleno reconocimiento de la
condición de persona de cada ser humano y de su dignidad, la cual se
expresa primordialmente en el conjunto de los derechos humanos.
Derechos que han de operar como libertades reales, tangibles y accesibles
para todos
Equidad, Orden Jurídico y Acceso a la Justicia

En la medida en que el orden jurídico se asienta sobre los derechos


humanos y es sensible a los requerimientos de los sectores más
vulnerables, el acceso a la justicia repercute favorablemente en el disfrute
efectivo de los derechos y libertades y en el pleno desenvolvimiento de la
personalidad o ciudadanía de cada persona.
Las Barreras para el Acceso a la Justicia

El acceso a la justicia desemboca de manera natural en el


análisis de las barreras correspondientes, entendidas no sólo
como obstáculos para llegar al órgano jurisdiccional
formulando alguna pretensión, sino también y sobre todo
como las dificultades para obtener una pronta y justa
resolución de la disputa en que una persona se vea envuelta
Algunas barreras son de carácter económico, y se traducen en el elevado
costo del proceso, en virtud del cual puede resultar sumamente difícil
acceder al sistema judicial y hacer uso apropiado del mismo.

Ello nos conduce a enunciar una segunda barrera para el acceso a la


justicia, como lo es la dilación judicial. Los obstáculos arriba señalados se
agudizan a causa del retardo procesal, que a menudo quiebra la resistencia
moral de los litigantes más combativos en la defensa de sus derechos pero
económicamente más vulnerables
Otro grupo de barreras, íntimamente ligadas a las anteriores, se relaciona
con las complicaciones en la regulación de la competencia y los
procedimientos judiciales. En la medida en que existen reglas poco claras
en cuanto a la competencia judicial para conocer ciertas reclamaciones, se
genera una gran incertidumbre que deviene en interminables conflictos de
competencia, los cuales a su vez producen retardo en la resolución de la
disputa
Discriminación en la formulación de la Norma y
aplicación de la ley
El Principio de Igualdad ante la Ley

La igualdad hoy en día puede considerarse como uno de los valores


fundamentales de la democracia y una exigencia perenne en la vida social.
Las luchas contra los privilegios políticos y legales que caracterizaron a las
revoluciones de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX arrojaron
como resultado la consagración casi universal del principio de igualdad
ante la ley. Este principio ha sufrido variaciones respecto a su alcance y
contenido.
La tendencia en los Estados de Derecho contemporáneos es integrar ambas
perspectivas de la igualdad, de tal manera que el principio de igualdad ante
la ley no sea una mera declaración, planteando exigencias de contenido
basadas en los criterios de diferenciación y equiparación que deben ser
tenidos como relevantes. Nuestra Constitución se hace eco de dicha
corriente cuando a la par que se reconoce la igualdad de todos ante la ley,
se exige a los órganos del poder público, en particular al legislador, tomar
en ciertos supuestos medidas de discriminación positiva, en los siguientes
términos:
Artículo 21.- Todas las personas son iguales ante la ley, y en consecuencia:
No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la
condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en
condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona……
De tal manera que tanto la igualdad formal como la material constituyen el
punto de partida para el ejercicio y disfrute de los derechos humanos. En
particular nos referiremos al derecho de acceso a la justicia, contemplado
en el Artículo 26 de la Constitución: Toda persona tiene derecho de acceso
a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses, incluso colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y
a obtener con prontitud la decisión correspondiente

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