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EL DEBIDO PROCESO Y EL HABEAS CORPUS COMO GARANTIAS

PROCESALES

Sandra Juliana Oviedo Humanez

Fundación Universitaria San Martin

Bogotá, noviembre de 2023

El derechos fundamental al debido proceso y el Habeas Corpus son unas garantías


previas, establecidas en la Constitución política de Colombia en su artículo 29 y 30, que posee
todo individuo cuando se ve involucrado en un proceso judicial, en el cometido de que
representan una limitación jurídica para el Estado, el cual tiene entre otras funciones la de
“establecer las garantías de protección a los derechos de los individuos, de modo que ninguna
de las actuaciones de las autoridades públicas dependa de su propio arbitrio, sino que se
encuentren sujetas a los procedimientos señalados en la ley” (Sentencia C-641 de 2002).

Ambos conceptos se encuentran relacionados por ser derechos fundamentales de orden


constitucional, sin embargo, en cuanto a sus fundamentos poseen características que los hacen
disimiles entre sí. Así las cosas, es pertinente, abordarlos de modo independiente, partiendo en
un primer momento desde el derecho al debido proceso y luego el derecho al Habeas Corpus,
mencionando las características que ambos poseen.

1. El debido proceso

En ese orden de ideas, el Derecho Fundamental al Debido Proceso se encuentra


consagrado en el artículo 29 de la Carta Política de 1991, en el cual se encuentra la siguiente
disposición:

El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y


administrativas.

Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se
le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las
formas propias de cada juicio.
En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se
aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable.

Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado


judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la
asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el
juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar
pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia
condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho.

Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido


proceso. Constitución Política de Colombia [C.P.]. (1991). Artículo 29.

El debido proceso es un principio constitucional que contiene una serie de formalidades


que le deben ser respetadas al individuo que se encuentra involucrado en un proceso judicial,
para que a este no se le vean vulnerados los derechos que le han sido otorgados legalmente. La
Corte Constitucional ha sido muy clara en cuanto a la interpretación de este precepto
constitucional, al decir que es un “Principio inherente al Estado de Derecho, cuyas
características esenciales son el ejercicio de funciones bajo parámetros normativos previamente
establecidos y la erradicación de la arbitrariedad” (Sentencia C-034/14). Es decir, este derecho
constituye las formalidades propias con las cuales se debe desarrollar un proceso judicial,
respetando las etapas de este, y permitiendo así la negación a cualquier tipo de arbitrariedad que
puedan ejercer los funcionarios con jurisdicción judicial. A estas etapas del proceso, la Corte
Constitucional en sentencia T-242/99 las ha denominado como “formas propias de cada juicio”,
debido a que, para no vulnerar los derechos reconocidos legalmente, las autoridades deben
ceñirse a una serie de parámetro que hacen del acto judicial, un proceso claro, pertinente y de
conformidad con la ley.

Cabe mencionar también que el derecho al debido proceso no es un derecho absoluto, ya


que su ejercicio se puede ver contrarrestado por una serie de limitantes que resultan favorables y
necesarias cuando se puedan ver afectados otros derechos fundamentales. Es decir, su ejercicio si
bien funciona como una limitación para evitar la arbitrariedad por parte del Estado, este también
posee sus propias limitaciones, que resultan necesaria para evitar que más adelante el individuo
pueda ver afectados otros derechos.

Este derecho se aplica prácticamente a todo proceso que requiera ser resuelto por medio
de la ley (administrativo o judicial) y se fundamenta por una serie de características, tales como:
el respeto que se debe tener por el juez competente y el mismo que este debe hacer del proceso;
el respeto por las formalidades propias; el derecho a la legitima defensa y la presunción de
inocencia que se le reconoce a la parte demandada dentro de un proceso. Básicamente, son una
serie de características mínimas que deben estar presentes dentro de un proceso.

1.1. Características del debido proceso

El debido proceso como derecho constitucional comprende las siguientes características:

a) El derecho al libre y fácil acceso ante las autoridades competentes, al debido


procedimiento del hecho jurídico del que se es parte, a estar informado de las decisiones
emitidas por los jueces y con base en ello a impugnar dichas decisiones ante autoridades
con mayor jerarquía. (Martínez, 2014)
b) El derecho a ejercer todos los medios legales de defensa para ser escuchado y obtener
decisiones favorables; el derecho a ser judicializado conforme a las leyes preexistentes, el
derecho a la buena fe y a la lealtad de todas las personas que hacen parte del proceso.
(Martínez, 2014)
c) Que el proceso deba ser llevado por un funcionario competente para dirigir el proceso, es
decir que tenga la capacidad legal para ejercer jurisdicción en determinadas actuaciones
judiciales. (Martínez, 2014)
d) Derecho a no ser juzgado dos veces por un mismo hecho, para asegurar el derecho de
libertad que cada individuo posee y, en consecuencia, evitar que un conflicto que
contiene consecuencias sancionatorias obtenga más de una respuesta, de diferentes
autoridades. (Martínez, 2014)
e) El proceso de doble instancia para evitar la arbitrariedad de las autoridades encargadas de
administrar justicia, corregir errores y enmendar la aplicación indebida que se haya
presentado; y el derecho fundamental a la presunción de inocencia, es decir que en
cualquier proceso se es inicialmente inocente hasta que no se haya demostrado la
responsabilidad al término de un proceso que cumpla con todas las garantías procesales.

2. Habeas corpus

El Habeas Corpus es una de las principales garantías para la protección de la libertad de


aquellas personas que han sido privadas de esta ilegalmente. La Constitución Política de
Colombia (1991) establece en su artículo 30 que “Quien estuviere privado de su libertad, y
creyere estarlo ilegalmente, tiene derecho a invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo
tiempo, por sí o por interpuesta persona, el Habeas Corpus, el cual debe resolverse en el
término de treinta y seis horas”. Es decir, este derecho fundamental permite garantizar el
derecho a la libertad consagrado en al artículo 28 del mismo texto constitucional que reconoce la
libertad que toda persona posee, así como también, que nadie puede ser molestado, ni reducido a
prisión o arresto, sino por mandamiento escrito de una autoridad competente y de acuerdo con
las normas legales formalmente establecidas.

Básicamente, este es derecho es una acción constitucional, definida así por la legislación
colombiana mediante Ley 1095 de 2006, en la que se dice que:

El Hábeas Corpus es un derecho fundamental y, a la vez, una acción


constitucional que tutela la libertad personal cuando alguien es privado de la libertad
con violación de las garantías constitucionales o legales, o esta se prolongue
ilegalmente. Esta acción únicamente podrá invocarse o incoarse por una sola vez y
para su decisión se aplicará el principio pro homine.

El Hábeas Corpus no se suspenderá, aun en los Estados de Excepción.

En ese orden de idea, el alcance y finalidad de la invocación del Habeas Corpus,


consagrado como acción de carácter constitucional, es la de asegurar que todas las decisiones
emitidas por una autoridad competente y que estén dirigidas a introducirse en la libertad de un
individuo, coincidan con lo legamente establecido, es decir, con las formalidades descritas en la
constitución.
2.1. Características del Habeas Corpus

El Habeas Corpus como derecho fundamental y constitucional comprende las siguientes


características:

a) La competencia para resolver la solicitud de un Habeas Corpus recae sobre todos los
jueves de la Rama Judicial del poder público. “Si el juez al que le hubiere sido repartida
la acción ya hubiere conocido con antelación sobre la actuación judicial que origina la
solicitud de Hábeas Corpus, deberá declararse impedido para resolver sobre esta y
trasladar las diligencias, de inmediato, al juez siguiente” (Ley 1096 de 2006)
b) Invocar ante cualquier autoridad el Habeas Corpus y este debe resolverse en un periodo
de 36 horas; la acción puede ser invocada por terceras personas sin la necesidad de recibir
un mandado por parte del afectado y; que la acción pueda invocarse en cualquier
momento siempre que la violación se siga manteniendo.
c) Posibilidad de impugnar la providencia emitida por el juez en la que se niegue el Habeas
Corpus, ante un superior jerárquico.
d) Iniciar investigaciones pertinentes para afirmar o desestimar el habeas corpus, es decir,
determinar si existieron o no vulneraciones, sin detrimento de las acciones legales
restauradoras de perjuicios que estime adelantar el afectado. (Ley 1096 de 2006).

Conclusión

En primer lugar, El debido proceso se funda bajo el postulado básico del Estado de
Derecho, como un derecho y garantía fundamental de aquellos individuos que han sido
involucrado o hacen parte de un proceso judicial; que faculta a los mismo para exigir y reclamar,
ya sea en la actuación jurídica como en la administrativa, el respeto por seguir el orden
procedimental establecido por la ley para la resolución de un conflicto legal, lo que se traduce, de
conformidad con el artículo 29 de la Constitución Política, que el proceso o juicio debe ser
conforme a las leyes existentes al acto impugnado, ante el juez o tribunal competente y con
observancia de las formas para cada juicio en particular.

En resumen, el debido proceso hace referencia a las garantías fundamentales con la que la
autoridad competente debe llevar a cabo un proceso judicial, para que este no se desvié y se
convierta en asunto en el que pueda alegarse la violación al debido proceso. Por ello es necesario
que los procesos judiciales se manejen ante una autoridad competente; de conformidad con las
leyes y que estas sean preexistentes; en condiciones de igualdad jurídica y de conformidad con
las características propias de cada juicio para con ellos lograr la eficacia de los órganos
encargados de administrar justica.

Por otro lado, el Habeas Corpus también corresponde a una garantía procesal ligada
principale3mnte con la libertad personal, en el sentido de que permite investigar si la privación
de la libertad de una persona se dio de conformidad con la ley o si de lo contrario se realizó
violando estas.

Ambos derechos sen encuentran consagrados en la Constitución Política de Colombia,


son derechos fundamentales y están ligados con los procesos judiciales que se presenten, en el
sentido de garantizar cualquier tipo de violación que se pueda presentar con los derechos de los
individuos.

Bibliografía

Constitución Política de Colombia [C. P.]. (1991). Artículo 29. [Título II]. (39a. ed.). Leyer

Constitución Política de Colombia [C. P.]. (1991). Artículo 30. [Título II]. (39a. ed.). Leyer

Corte Constitucional Colombiana, La Sala Plena de la Corte Constitucional (13 de agosto de


2002), Sentencia No C-64/2002 [M.P: Escobar, R].

Corte Constitucional Colombiana, (29 de enero de 2014) Sentencia No C-034/14 [M.P: Calle,
V].

Corte Constitucional Colombiana, La Sala Sexta de Revisión de la Corte Constitucional, (16 de


abril de 1999), Sentencia No T-242/99 [M.P: Sáchica, M].

Ley 1096 de 2006

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