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Tutela Judicial Efectiva

Tutela judicial efectiva como garantía fundamental

Uno de los pilares fundamentales para el ejercicio de los derechos y que


consta en el texto constitucional, es la responsabilidad del Estado de garantizar
una justicia trasparente y equitativa y un debido proceso para todos sus
ciudadanos que así lo requirieran, teniendo en consideración que es un derecho
humano primordial por lo tanto es su deber velar para gocen de esta garantía
fundamental.

El derecho de acceso a tutela judicial efectiva apareció originalmente como


una garantía fundamental en los procesos penales. En ese orden, se constituye en
uno de los derechos que han sido considerados integrantes del jus cogens; es
decir, integrativo del orden público internacional, por su amplia aceptación
universal positiva y doctrinaria. Su contenido comprende lo siguiente:

- La abolición de la tortura,
- La desaparición forzada de personas,
- Las ejecuciones sumarias y extralegales y otras prácticas naturalmente
denegatorias de la tutela judicial.
- Es una garantía del hombre como tal, sin importar nacionalidad, y como
es natural,
- Comprende también a los trabajadores en su vinculación contractual
dependiente.
- Este derecho humano se extiende al acceso a un juez imparcial;
- La publicidad de los procesos;
- La asistencia letrada o asesoramiento técnico;
- La inexistencia de dilaciones indebidas o plazo razonable en los
procesos;
- La posibilidad de incorporación de prueba y su aseguramiento;
- La ejecución de las resoluciones, y un proceso judicial sin demora
excesiva. El concepto llega al derecho a la tutela administrativa efectiva
como integrativo del mismo rango de protección jurídica.
- El acceso libre e, incluso, protegido a la justicia, así como la efectividad
del derecho; esto es, que no quede desvirtuado por los vaivenes,
restricciones y demoras del proceso, hace a la existencia misma y
efectividad del derecho de fondo.
- Entre los mecanismos o técnicas destinadas a garantizar la acción
judicial en lo social se encuentra la obligación de proveer servicios de
asistencia jurídica gratuita, evitar los costos del proceso y las facilidades
para acceder al servicio de justicia.

Fuente normativa

El sistema interamericano de derechos humanos (SIDH).

Este organizado ha establecido que los Estados deben delinear y consagrar


normativamente recursos efectivos tendientes a tutelar los derechos humanos de
las personas, así como garantizar la efectiva implementación de tales recursos por
el sistema de justicia, porque "se ha identificado una importante conexión entre la
efectiva posibilidad de acceder a la justicia y el respeto, protección y garantía del
debido proceso legal en procesos de índole social". Se ha remarcado la
"necesidad de que el sistema judicial garantice la vigencia del principio de
igualdad de armas", entendida como que la desigualdad real entre las partes de
un proceso determina el deber estatal de adoptar todas aquellas medidas que
permitan aminorar las carencias que imposibiliten el efectivo resguardo de los
propios intereses. En fin, "el derecho de acceder a la justicia exige que la solución
final de toda controversia tenga lugar en un plazo razonable".

La Organización de las Naciones Unidas.

La cual se considera referente principal y por tanto que explicar tal situación
el criterio de la organización de que señala:
“El acceso a la justicia es un principio básico del estado de derecho. Sin
acceso a la justicia, las personas no pueden hacer oír su voz, ejercer sus
derechos, hacer frente a la discriminación o hacer que rindan cuentas los
encargados de la adopción de decisiones. La Declaración de la Reunión de Alto
Nivel sobre el Estado de Derecho hizo hincapié en el derecho a la igualdad de
acceso a la justicia para todos, incluidos los miembros de grupos vulnerables, y
reafirmó el compromiso de los Estados Miembros de adoptar todas las medidas
necesarias para prestar servicios justos, transparentes, eficaces, no
discriminatorios y responsables que promovieran el acceso a la justicia para todos,
entre ellos la asistencia jurídica (párr. 14 y 15).

La Declaración Universal de Derechos Humanos.

Señala en su artículo 10:

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída


públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para
la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de
cualquier acusación contra ella.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.


En su artículo 17 dice:

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por


tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales. Las leyes federales y
locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la
independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus
resoluciones. Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter
puramente civil.

La tutela judicial efectiva en México

El derecho al acceso a la justicia es uno de los elementos más amplios que


integran el derecho a la tutela judicial efectiva.

Si bien la Constitución no nos da una definición del concepto de tutela


jurisdiccional efectiva, ésta se ha entendido como un derecho público subjuntivo
del que goza toda persona para que pueda acudir a los tribunales independientes
e imparciales, a plantear una pretensión, bien haciendo valer un derecho o
exigiendo su reconocimiento, con el fin de que a través de un procedimiento
formal, se dé solución a sus pretensiones o defensas, además de que se ejecute
esa decisión, siendo que además se atienda su demanda dentro de los plazos y
términos que señale la ley y de manera pronta y correcta.
El poder judicial en México ha tenido una gran evolución a partir de la
inserción de los derechos humanos en la Constitución y, con ello, el reto del
Estado es garantizar de manera efectiva estos derechos, en el entendido de que
son los tribunales jurisdiccionales a quienes les corresponde el control de la
Constitución, ya sea en su modelo concentrado o difuso, en aras de garantizar su
inviolabilidad; la teoría general del proceso es la rama del derecho que coadyuva
en la misión de velar por el pleno goce de los derechos humanos, por cuanto ve al
proceso jurisdiccional. El reforzamiento del derecho a la tutela judicial efectiva, en
términos del constitucionalismo garantista, es la vía que se propone para avanzar
en la efectividad de los derechos humanos que se encuentran en juego durante el
proceso jurisdiccional, y que forman parte del parámetro de regularidad
constitucional.

Se entiende que la Tutela Judicial Efectiva es una garantía del gobernado,


en el sentido de que la autoridad o el particular con independencia de su
naturaleza formal, actúa como sujeto pasivo de esa relación, realiza actos de
autoridad positivos catalogados como unilaterales, imperativos y coercitivos, con la
finalidad de generar condiciones suficientes, para que los sujetos activos
gobernantes accedan a los órganos jurisdiccionales para el ejercicio o defensa de
sus derechos o intereses y que sean atendidas a través de un proceso que le
ofrezca garantías mínimas de efectiva realización.

Para la cuestión de los derechos fundamentales nos adherimos a la


sugerencia hecha por Ferrajoli (2004), bajo la siguiente conceptualización:

Todos aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a


todos los seres humanos en cuanto dotados del status de personas, de
ciudadanos o personas con capacidad de obrar; entendiendo por derecho
subjetivo cualquier expectativa positiva (de prestaciones) o negativa (de no
sufrir lesiones) adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por status la
condición de un sujeto, prevista asimismo por una norma jurídica positiva,
como presupuesto de su idoneidad para ser titular de situaciones jurídicas
y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas.

Es decir la Tutela Judicial Efectiva, es un derecho fundamental, entendido


por su contrario, ya que no estamos meramente frente a derechos patrimoniales.
Además de que es parte del fundamento que conforma la igualdad jurídica
aseguradas por el paradigma del Estado de Derecho que se está intentando
construir en México. Forman parte de una naturaleza supranacional, suscrito por el
Estado Mexicano, transformándose en derechos supraestatales.

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