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Tarea Académica I

Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva

Docente:
Patzy Sadith Lopez Cordova

Integrantes:
Balbuena Ccaihuari Thaís Jahaira U21218504

Flores Vasquez Estefani Salome U21218793


Patricio Pala Linda U18207672
Paredes Velita Shirley Helorian U21217154
Ventocilla Ricra Ronaldo Franco U21209918

Año:

2022
INTRODUCCIÓN:

Un principio fundamental del proceso es el derecho a la tutela jurisdiccional


efectiva. El hecho de considerar al proceso como un medio de protección de
todos los derechos hace que la Constitución le exija el cumplimiento de ciertas
condiciones para que el proceso cumpla los estándares del Estado
constitucional. Esas condiciones de validez constitucional del proceso, que se
convierten en auténticos derechos fundamentales de las partes, podemos
reunirlas en la expresión «tutela jurisdiccional efectiva». La Tutela jurisdiccional
efectiva entendida como: "El derecho de una persona a ser atendida por el Poder
Judicial para que a través de un debido proceso se resuelva una situación
conflictiva o incierta". La Constitución Política del Perú, en su artículo 139 inciso
3 señala que son principios y derechos de la función jurisdiccional: "la
observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional". Además, el artículo I
del Título Preliminar del Código Procesal Civil establece que "Toda persona tiene
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de sus
derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso". Este artículo no
distingue qué clases de personas tienen derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
(en adelante TJE), en consecuencia, esta, situación jurídica de ventaja, recae
tanto en las personas naturales como las personas jurídicas, ya sean de derecho
privado o de derecho público. Al hacer mención que la TJE resulta aplicable para
el ejercicio o defensa de derechos o intereses inherentes a la persona con
sujeción a un debido proceso, quiere decir que los titulares de la TJE son los
sujetos procesales, es decir, el demandante y el demandado. Así, la tutela
jurisdiccional es un derecho constitucional que concede a los particulares la
posibilidad de obtener tutela efectiva por parte del Estado ante aquellos actos de
la administración que puedan vulnerar sus derechos. De esta manera, la acción
contenciosa administrativa deriva de la "tutela jurisdiccional" como un medio de
defensa de los derechos de los particulares y se configura como un derecho
constitucional de los administrados a solicitar y obtener tutela jurisdiccional
efectiva respecto de aquellas resoluciones administrativas que causan estado a
fin de que se reconozca un derecho, se proteja un interés de naturaleza
administrativa o se repare un derecho conculcado. A continuación,
sustentaremos nuestros argumentos en los siguientes párrafos.
EXPOSICIÓN DE LAS POSTURAS DE LOS AUTORES:

El derecho a la tutela jurisdiccional “es el derecho de toda persona a que se le haga


justicia; a que cuando pretenda algo de otra, esta pretensión sea atendida por un órgano
jurisdiccional, a través de un proceso con garantías mínimas”. Por ende, Bernardis
(1985) define a la tutela jurisdiccional efectiva como:

La manifestación constitucional de un conjunto de instituciones de origen


eminentemente procesal, cuyo propósito consiste en cautelar el libre, reale
irrestricto acceso de todos los justiciables a la prestación jurisdiccionala
cargo del Estado, a través de un debido proceso que revista los elementos
necesarios para hacer posible la eficacia del derecho contenido en las
normas jurídicas vigentes o la creación de nuevas situaciones jurídicas,
que culmine con una resolución final ajustada a derecho y con un
contenido mínimo de justicia, susceptible de serejecutada coercitivamente
y que permita la consecución de los valores fundamentales sobre los que
se cimienta el orden jurídico en su integridad.(p.23)

Sin embargo, no es suficiente que un derecho esté reconocido expresamente en los


textos constitucionales, pues la verdadera garantía de los derechos de la persona
consiste en su protección procesal, para lo que es preciso distinguir entre los derechos
y las garantías de tales derechos, que no son otras que los medios o mecanismos
procesales a través de los cuales es posible su realización y eficacia. Es por ello por lo
que, muchas veces, se reclaman nuevas formas procesales que aseguren,
fundamentalmente, una tutela jurisdiccional pronta y eficiente.

El derecho a la tutela judicial es subjetivo y comprende una serie de derechos, entre los
que se distingue el acceso a la justicia, es decir, el derecho a la efectividad de las
decisiones judiciales. En ese sentido, Pérez (1984) entiende que la tutela jurisdiccional
efectiva es:

El derecho que tiene toda persona a que se le haga justicia, a que cuando
pretenda algo de otra, esta sea pretendida por un órgano jurisdiccional a
través de un proceso de garantías mínimas. Siendo la Justicia uno de los
valores fundamentales que todo ordenamiento jurídico debe perseguir, su
realización constituye misión primordial de la actividad de cualquier
Estado. (p.1024)
Por lo que se puede decir que el derecho a la tutela judicial efectiva es un derecho
humano que se instrumenta en el ámbito procesal. Este tiene una función trascendental
respecto de los demás derechos humanos, pues permite su exigibilidad ante las
autoridades, que deben ser imparciales, competentes y transparentes, a través de
procedimientos previamente establecidos por la ley.

El derecho a la tutela jurisdiccional efectivo si tiene el potencial de ser un derecho


fundamental. En ese mismo sentido Álvaro (2009) señala:

El derecho fundamental de acceso a la jurisdicción se traduce entonces en


el poder de exigir del órgano judicial, en tiempo razonable, el desarrollo
completo de sus actividades, tanto decisorias, con emisión de un
pronunciamiento procesal o de mérito sobre el objeto de la pretensión
procesal, como que pueda ser realizado efectivamente desde el punto de
vista material. Todo eso debe conformarse al concepto de adecuación, con
la proporcionalidad necesaria entre el derecho fundamental a un proceso
justo y el derecho fundamental a una tutela jurisdiccional efectiva y
adecuada. (p.192)

El derecho a la tutela jurisdiccional es el derecho donde toda persona puede solicitar


reparación a través del sistema legal para la protección de sus derechos sobre la base
de su singular condición como tal, el proceso debe contener ciertas formalidades para
proteger los derechos de las personas.

Asimismo, el derecho a ser asistido y defendido por un abogado técnicamente capacitado


como derecho contenido dentro del debido proceso y en el derecho de acceso a la justicia.
En ese sentido Quiroga, (2015). Señala;

El derecho en mención resulta de importancia en atención a la exigencia de


defensa cautiva vigente en nuestro país, implica que “cualquier actuación
judicial para ser validada por la autoridad judicial debe estar asesorada por
un letrado”, ello conforme a lo establecido en el artículo 132 del Código
Procesal Civil. (p.40)

De este modo, el derecho de defensa resulta exigible sólo en aquellos casos en las que
se tenga la condición de investigado por un delito o falta administrativa, pero no en el resto
de los procesos en los que se exige la defensa cautiva. Supuestos en los cuales, el
derecho de defensa gratuita busca garantizar la tutela de los derechos de una persona
ante la administración de justicia a iniciativa propia y no necesariamente ante algún
requerimiento o acusación previa como sucede en el derecho de defensa.
ASPECTOS GENERALES

Origen:
El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso surgen como
consecuencia de la constitucionalización de los derechos fundamentales,
después de la Segunda Guerra Mundial y la era del nacionalsocialismo, cuando
las garantías de un proceso judicial no eran reales ni efectivas. Prueba de ello,
la Ley Fundamental de Bonn de 1949 en su artículo 19 inciso 4. Toda persona
cuyos derechos sean vulnerados por el poder público, podrá recurrir a la vía
judicial. Si no hubiese otra jurisdicción competente para conocer el recurso, la
vía será la de los tribunales ordinarios. No queda afectado el artículo 10,apartado
2, frase 1 y la Constitución Española de 1978 artículo 24 inciso 1, “todas las
personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunalesen
el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda
producirse indefensión.”

Esto se refiere al hecho principal de que todas las actuaciones a realizar en el


marco de cada juicio específico deben permitir al imputado obtener una tutela
efectiva y válida de sus derechos. Ningún miembro del tribunal debe perder de
vista el proceso, ya que este consiste en esclarecer los hechos del mismo,
determinación precisa y decisiva de los derechos del imputado, aplicando la
norma de justicia a un caso concreto.

El proceso es un instrumento de tutela del Derecho, de modo que, si se


desnaturaliza por violación de sus formas esenciales, el instrumento de tutela
falla y con él sucumbe inexorablemente el derecho de los justiciables; existe
entonces la necesidad de cuidar el normal desarrollo del proceso.

TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA:

El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva es aquél por el cual toda persona,


como integrante de una sociedad, puede acceder a los órganos jurisdiccionales
para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a que sea
atendida a través de un proceso que le ofrezca las garantías mínimas para su
efectiva realización. El calificativo de efectiva que se da le añade una
connotación de realidad a la tutela jurisdiccional, llenándola de contenido.

Además, es deber del Estado promover la efectividad del derecho a la tutela


jurisdiccional, que no sólo se limita al aspecto procesal, sino, fundamentalmente,
al aspecto material, en el sentido de resolver la pretensión planteada.

Actualmente se sostiene que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva


comprende:

Acceso a la justicia: La posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales, ya


sea como demandante o demandado, con el propósito de que se reconozca un
interés legítimo.

• El derecho a un proceso con todas las garantías mínimas: Que sería,


precisamente, el derecho al debido proceso.

• Sentencia de fondo: Los jueces deben dictar, por regla general, una
sentencia sobre el fondo del asunto materia del petitorio para solucionar el
conflicto intersubjetivo de intereses o eliminar la incertidumbre, ambas con
relevancia jurídica; empero, en el caso de no poder entrar al fondo, porque no
concurren los presupuestos procesales y las condiciones de la acción, dictarán
una resolución fundada en derecho.

• Doble instancia: Es la posibilidad que tienen las partes de impugnar la


sentencia que consideren contraria a derecho, con el propósito de que sea
exhaustivamente revisada por el superior jerárquico y, de ser el caso, se expida
una nueva sentencia adecuada. ·

• Ejecución: Es el derecho a solicitar y obtener el cumplimiento material


efectivo de la sentencia definitiva, pues resulta insuficiente la declaración de que
la pretensión es fundada o infundada (aun cuando se sustente en sólidos
fundamentos doctrinarios). La efectividad de las sentencias exige, también, que
ésta se cumpla (pese a la negativa del obligado) y que quien recurre sea repuesto
en su derecho violado y compensado, si hubiera lugar a ello, por los daños y
perjuicios irrogados; de lo contrario, las sentencias, y el reconocimientode los
derechos que ellas comportan a favor de alguna de las partes, se convertirían en
meras declaraciones de intenciones.
En este sentido, Pérez (1985) ha señalado que:

El derecho a la tutela jurisdiccional despliega sus efectos en tres momentos


distintos: primero, en el acceso a la justicia, segundo, una vez en ella, que sea
posible la defensa y poder obtener solución en un plazo razonable, y tercero, una
vez dictada la sentencia, la plena efectividad de sus pronunciamientos. Acceso
a la jurisdicción, proceso debido y eficacia de la sentencia”.

1.1. ACCESO A LA JUSTICIA

Cappelletti y Garth (2006) señalan que la definición de acceso a la justicia, se


halla expresada en dos dimensiones: una normativa, referida a que “el derecho
igualitario de todos los ciudadanos a hacer valer sus derechos legalmente
reconocidos”, y una dimensión fáctica referida a los “aspectos procedimentales
para asegurar el ejercicio del acceso a la justicia”. Conforme a ello, el acceso a
la justicia es aquel derecho orientado a garantizar tanto la tutela de derechos
como el acceso al sistema de justicia para solicitar su tutela.

Además, al introducir en el debate la noción de acceso a la justicia, para lo cual


se hace referencia a dos concepciones: a) una tradicional, que entiende al
acceso a la justicia como “la creación de condiciones para acceder a los
tribunales estatales”; y b) una integral que implique no sólo dichas condiciones,
sino que también incluya “el reconocimiento de toda clase de mecanismos
válidos que resuelvan conflictos de modo pacífico”. (La Rosa, 2009, p.115-116)

De este modo, la definición de acceso a la justicia hace referencia a la posibilidad


material de poder ingresar al Sistema de Justicia con la finalidad de tutelar un
determinado derecho. Esta aproximación conceptual de acceso a la justicia, nos
lleva a comprender al término “justicia” no con un contenido propio, sino, como
un conjunto de instituciones encargadas de administrar el servicio de justicia, ya
sea estatal o particular.
DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA COMO DERECHO
FUNDAMENTAL:

Para empezar cabe recordar que los derechos fundamentales “son definidos
como aquella parte de los derechos humanos que se encuentran garantizados y
tutelados expresa o implícitamente por el ordenamiento constitucional de un
Estado en particular.” (García, 2018, p. 17) Por lo tanto, son derechos que
también pueden ser considerados como derechos constitucionales porque están
recogidos en la Constitución; sin embargo, su validez va más allá de las fronteras
del Estado ya que son de carácter universal.

Por otro lado, de acuerdo con la teoría de Alexy (citado por Zúñiga) existe tres
argumentos que sustenten la existencia de un derecho humano como un derecho
fundamental:

a) Aspecto formal: Consiste en el reconocimiento del derecho en la


Constitución, en este caso el derecho a la tutela jurisdiccional se encuentra
reconocido por la Carta Magna en el artículo 139 inciso 3.

b) Aspecto material: Todo derecho fundamental tiene justificaciones lógicas


para su definición. En este sentido, el derecho a la tutela judicial efectiva sirve a
los intereses de la convivencia pacífica porque, de no ser reconocido, la
autotutela actuaría como el principal mecanismo de solución de controversias.

c) Aspecto procedimental: Esto se refiere a la capacidad del Estado para


respetar y defender los derechos porque no se le permite cambiar o actuar en
contra de los términos de un derecho fundamental. El derecho a la tutela judicial
no depende de la voluntad del Estado; más bien, es una garantía necesaria para
la protección de todos los demás derechos fundamentales.

DERECHO A SER ASISTIDO Y DEFENDIDO POR UN ABOGADO


TÉCNICAMENTE CAPACITADO:

El derecho a ser asistido y defendido por un abogado técnicamente capacitado


podría ser comprendido tanto dentro del derecho al debido proceso como dentro
del derecho de ingreso a la justicia, puesto que el ejercicio del mismo, dejará
evadir las barreras existentes, tanto legales como extralegales, respecto al
ingreso a la justicia que fueron descritas precedentemente, empero además
posibilita asegurar el derecho de protección comprendido dentro del derecho al
debido proceso. De este modo, el derecho de defensa resulta exigible sólo en
aquellos casos en las que se tenga la condición de investigado por un delito o
falta administrativa, pero no en el resto de los procesos en los que se exige la
defensa cautiva. (p.39)

En ese sentido Quiroga, (2015). señala, el derecho en mención resulta de suma


importancia, en atención a la exigencia de defensa cautiva vigente en nuestro
país, implica que “cualquier actuación judicial para ser validada por la autoridad
judicial debe estar asesorada por un letrado”, ello conforme a lo establecido en
el artículo 132 del Código Procesal Civil. (p.40)

De otro lado según Hidalgo, (2015). el derecho en comento puede ser


comprendido tanto dentro del derecho de acceso a la justicia como del derecho
al debido proceso atendiendo a que la asistencia y defensa a cargo de un
abogado que denomina trilogía del derecho de defensa, que implica lo siguiente:

a) Defensa letrada, referida a la formación jurídica necesaria que acredite como


abogado a quien asuma la defensa de otra persona.

b) Defensa material, referida a que el abogado que asuma la defensa o patrocinio


legal se encuentre en posibilidad de ofrecer pruebas de descargo y contradecir
las de cargo; y

c) Defensa técnica, referida a la posibilidad de análisis procesal y constitucional


de los medios de prueba. (p.41)

en otras palabras, la obligación de considerar al derecho a la asistencia y defensa


mediante un abogado, como derecho contenido dentro del debido proceso y en
el derecho de ingreso a la justicia, la cual, radica en que el citado derecho
coopera tanto a asegurar lo demás de derechos contenidos dentro del debido
proceso como a contrarrestar la mayor parte de barreras descritas como
parámetros del ingreso a la justicia, y por lo tanto superarlas si se asegura el
derecho en referencia.
CONCLUSIONES:

• En primer lugar, se concluye que la tutela jurisdiccional efectiva es el derecho que


tiene toda persona como miembro de una sociedad a acudir al órgano
jurisdiccional para que se le haga justicia a través de un procedimiento adecuado
en defensa de sus derechos e intereses, con las garantías mínimas para su
realización, buscando así una sentencia justa y que esta sea realizada de manera
efectiva.
• En segundo lugar, el derecho a la tutela judicial efectiva es un mecanismo de
protección de derechos e intereses, en virtud del cual todo sujeto de derecho tiene
derecho a exigir la protección de sus derechos ante las autoridades judiciales para
sí o en nombre de otros. acción o inacción. lesiones o amenazas a las autoridades
o a los particulares.
• En tercer lugar, el derecho a la tutela judicial efectiva es un derecho fundamental,
pero no sólo porque este presente en la Constitución; sino porque beneficia
significativamente a la sociedad al permitir que todos los ciudadanos, sin
distinción alguna, accedan al sistema judicial para resolver sus conflictos
mediante un debido proceso.
• Por último, el derecho a ser asistido y defendido por un abogado técnicamente
capacitado funda su importancia en la exigencia de defensa cautiva obligatoria en
el Perú, que implica la necesaria firma de abogado en todo escrito que sea
presentado ante la Administración de Justicia, salvo algunas excepciones como en
los procesos de Habeas Corpus. Por otra parte, la exigencia formal de defensa
cautiva no constituye la única justificación para garantizar el derecho en
comentario, sino que más bien se suma a que el citado derecho debe asegurar la
trilogía del derecho de defensa como, la defensa letrada, defensa material y
defensa técnica, pues conforme señalásemos anteriormente la naturaleza
especializada del derecho requiere la necesaria participación de profesionales.
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