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MANUAL DE DERECHO

PROCESAL CIVIL
LINO ENRIQUE PALACIO

MANUAL DE DERECHO
PROCESAL CIVIL
DECIMOSÉPTIMA EDICIÓN ACTUALIZADA

TM

LexisNexis
Abeledo-Perrot

BUENOS AIRES
345.087 Palacio. Lino Enrique
PAL Manual de derecho procesal civil. - 17". ed.- Buenos
Aires: Abeledo Perrot, 2003.
984 p.; 23x16 cm.

ISBN 950-20-1501-0

I. Título. - 1. Derecho Civil

Todos los derechos reservados


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IMPRESO EN LA REPÚBLICA ARGENTINA


CAPÍTULO I

NOCIONES PRELIMINARES

SUMARIO: I. EL DERECHO PROCESAL: 1. El derecho procesal desde el punto de vista de


la teoría general del derecho.— 2. El derecho procesal en sentido estricto.— 3. Conte-
nido del derecho procesal.— 4. Las ramas del derecho procesal. El derecho procesal ci-
vil.— 5. Naturaleza y caracteres del derecho procesal.— 11. LAS NORMAS PROCESA-
LES: 6. Concepto.— 7. Clasificación de las normas procesales.— 8. Eficacia de las
normas procesales en el tiempo.— 9. Eficacia de las normas procesales en el espacio.

§ /

EL DERECHO PROCESAL '

1. EL DERECHO PROCESAL DESDE EL PUNTO DE VISTA


DE LA TEORÍA GENERAL DEL DERECHO

a) Entre los más significativos aportes de la Teoría Pura del Derecho, pro-
piciada por KELSEN, figura la demostración de que toda norma jurídica, desde el
1
AFTALIÓN-GARCÍA OLANO-VILANOVA, Introducción al derecho, 1 Ia ed.. Buenos Aires,
1980. pág. 665; ARAGONESES, Proceso y derecho procesal, Madrid, 1960. pág. 325; ARRUDA
ALVTM, Manual de direito processual civil. Sao Paulo. 1977, 1. pág. 1; BRISEÑO SIERRA,
Derecho procesal, México. 1969. [, pág. 53; CALAMANDREI, Instituciones de derecho procesal
civil (trad. SENTÍS MELENDO). Buenos Aires, 1962, I, pág. 366: CARNELUTTI, Sistema de
derecho procesal civil (trad. ALCALÁ ZAMORA-SENTÍS MELENDO). Buenos Aires, 1944, pág.
81: CLARIÁ OLMEDO. Derecho procesal. Buenos Aires, 1982, I, pág. 3; Cossio, La teoría
egológica del derecho y el concepto jurídico de libertad, 2a ed.. Buenos Aires. 1964, págs.
181-195: CHIOVENDA, istiiuzioni di diritlo processuale civile. Napoli, 1956, I, pág. 60: DEVIS
ECHANDÍA, Nociones generales de derecho procesal civil, Madrid, 1966, pág. 3; DÍAZ,
10 NOCIONES PRELIMINARES

punto de vista formal, reconoce su fundamento de validez en la circunstancia


de haber sido creada por el órgano y de conformidad con el método específico
prescripto por una norma jerárquicamente superior.
Tal conclusión es válida respecto de toda clase de normas, sean ellas ge-
nerales, como las leyes, o individuales, como las sentencias judiciales y los ac-
tos administrativos. En ese orden de ideas la Constitución, que se halla ubicada
en el grado superior del ordenamiento jurídico, designa cuáles son los órganos
habilitados para crear normas generales y determina, asimismo, el procedi-
miento o procedimientos que esos órganos deben observar a talfin:es así como
instituye un Poder Legislativo facultado para emitir ese tipo de normas y pres-
cribe cómo ellas deben sancionarse (iniciativa, votación, mayorías necesarias,
etc.). También la Constitución puede determinar —como ocurre con la que rige
en nuestro país (art. 30)— el procedimiento a seguir para su propia reforma.
Las leyes, a su turno, cumplen frente a las sentencias y actos administra-
tivos un papel sustancialmente semejante al de la Constitución con respecto a
ellas, con la sola diferencia de que gravitan en mayor medida sobre el conteni-
do (elemento material) de las normas individuales. "La relación entre la legis-
lación y la jurisdicción o la administración —observa KELSEN— es así, de ma-
nera general, semejante a la que existe entre la constitución y la legislación. La
única diferencia reside en la manera en que la norma superior determina a la
norma inferior. En un caso el elemento formal prepondera sobre el elemento
material, en el otro los dos elementos se equilibran".

b) Como quiera, pues, que la creación de toda norma jurídica es el resul-


tado de uno o de varios procedimientos cumplidos por un órgano del Estado
provisto de competencia para ello, se comprende que desde el punto de vista de la
teoría general del derecho, el derecho procesal puede ser definido como aquella
rama de la ciencia jurídica que se refiere al proceso en sentido amplio, enten-
diendo por tal a la actividad desplegada por los órganos del Estado en la crea-

Instituciones de derecho procesal, Buenos Aires. 1968. I. pág. 5; GGLDSCHMIDT, Derecho


procesal civil (trad. PRIETO CASTRO), Labor, 1936, pág. 719: "Derecho justicial material"
(irad. GROSMAN), en RDP. 1946-1, pág. 1: GOZAÍNI. Derecho procesal civil, I. Buenos Aires,
¡992, pág 17: GUASP. Derecho procesal civil, 3a cd., Madrid. 1968, I, pág. 31: IBÁÑEZ DE
ALDECOA. Meditaciones sobre la cientijicidad dogmática del derecho procesal. Buenos Aires.
1954, pág. 21: KELSEN, Théorie pitre dti droit (trad. THÉVENAZ). Ncuchatcl. 1953. pág. 122:
LlEBMAN. Manuale di dirítto processuale chile. Milano, 1955. pág. 14; MONTERO AROCA-
ORTELES RAMOS-GÓMEZ COLOMER, Derecho jurisdiccional. Barcelona, 1989. 1. pág. 17. 2a
ed.; PALACIO. Derecho procesal civil, 1, pág. 7; PODETTI. "Trilogía estructural de la ciencia del
proceso civil"', en RDP, 1944-1, pág. 1 13; PRIETO CASTRO, Derecho procesal civil. Madrid.
1964. 1" parle, pág. 12: RAMOS MÉ"NDEZ. Derecho procesal civil. 3a ed., Barcelona, 1986, I.
pág. 3; Rocco, Derecho procesal civil (trad. F. DE J. TENA). México, 1944. pág. 110;
RUBIANES. Manual de derecho procesal penal. I. pág. 43.
EL DERECHO PROCESAL 11

ción y aplicación de normas jurídicas generales o individuales (AFTALIÓN y


VILANOVA). En esa línea de reflexiones, y sobre la base de las etapas más noto-
rias a través de las cuales se desenvuelve el proceso de individualización y con-
creción de normas jurídicas, ese derecho procesal en sentido amplio sería
susceptible de dividirse en: derecho procesal constitucional, derecho procesal
legislativo, derecho procesal administrativo y derecho procesal judicial.
Sólo este último, sin embargo, reviste suficiente autonomía como para
ser objeto de una disciplina independiente con relación a los diversos sectores
en que se divide el llamado derecho material. El estudio autónomo de los res-
tantes "procesos" precedentemente mencionados no podría intentarse sin ries-
go de mutilar, sin beneficios científicos apreciables, los derechos constitucio-
nal y administrativo. Corresponde observar, no obstante, que en algunos países,
como Italia y España, se viene propiciando desde hace algún tiempo la autono-
mía de ciertos procesos de carácter administrativo, particularmente del proceso
tributario.

2. EL DERECHO PROCESAL EN SENTIDO ESTRICTO

a) La disciplina que tradicionalmente se conoce bajo la denominación


de derecho procesal, estudia por un lado el conjunto de actividades que tienen
lugar cuando se somete a la decisión de un órgano judicial o arbitral la solución
de cierta categoría de conflictos jurídicos suscitados entre dos o más personas
(partes), o cuando se requiere la intervención de un órgano judicial para que
constituya, integre o acuerde eficacia a determinada relación o situación jurídi-
ca. Es éste, sin duda, el sector más importante del derecho procesal, y dentro
del cual, como se verá oportunamente, corresponde ubicar la idea de proceso en
sentido estricto.
Cuadra asimismo hablar, como se hizo precedentemente, de la actividad
que desarrollan los órganos judiciales y arbitrales, porque tanto por la similitud
extrínseca que presenta con el proceso judicial propiamente dicho, cuanto por
la índole de las pretensiones que pueden originarlo, no se justifica que el proce-
so arbitral quede al margen de un adecuado concepto del derecho procesal.
Tampoco es aceptable la asociación exclusiva de dicho concepto a la idea
de. jurisdicción —como es corriente en la doctrina—, pues ello comporta ex-
cluir de él a la actividad judicial desarrollada en los procesos llamados de juris-
dicción voluntaria, en los cuales, como se verá infra, n° 44, existe ejercicio de
función administrativa, y no jurisdiccional. Por lo demás, igualmente reviste
carácter administrativo gran parte de la actividad que los jueces y tribunales de
justicia despliegan en los procesos contenciosos (providencias de mero trámite).
12 NOCIONES PRELIMINARES
b) También forma parte del derecho procesal, aunque a título secunda-
rio, el estudio de numerosas actividades vinculadas con la organización y fun-
cionamiento interno de los órganos judiciales, cuyo objeto consiste en facilitar
el desarrollo de las actividades precedentemente mencionadas. Dentro de este
sector se encuentran comprendidas las diversas funciones de orden administra-
tivo y reglamentario conferidas a los tribunales de justicia (designación, remo-
ción, etc., de funcionarios y empleados; expedición de reglamentos, etc.).

3. CONTENIDO DEL DERECHO PROCESAL

a) Muchas son las materias que, no obstante interesar al derecho proce-


sal, pertenecen también a otros sectores del conocimiento jurídico. Son noto-
rias, por ejemplo, las interferencias de aquél con el derecho constitucional
(sistemas de designación de los jueces, delimitación de la competencia federal,
etc.) y con el derecho administrativo (nombramiento, situación, remoción, etc.,
de los funcionarios y empleados judiciales).

b) Asimismo, es fácil advertir la existencia de zonas comunes entre el


derecho procesal y el derecho material, como son, entre otras, las referentes a
las clases de acciones, a las pruebas y a la cosa juzgada. Esa circunstancia de-
terminó que se propusiera, porGoLDSCHMiDT, el reconocimiento de una catego-
ría jurídica intermedia entre ambos derechos, denominada Derecho Justicial
Material, dentro de la cual se incluirían las normas reguladoras de los presu-
puestos, contenido y efectos de la pretensión de tutela jurídica, cuya caracterís-
tica primordial estaría dada por el hecho de contemplar, no el "proceder" del
juez, que sería materia exclusiva del derecho procesal, sino el "cómo" de la de-
cisión judicial.

c) Pero aparte de que la experiencia jurídica no tolera fácilmente esa


discriminación, no parece razonable ni científicamente beneficioso restringir
en esa medida el contenido del derecho procesal, que resulta de tal manera re-
ducido ala condición de un mero derecho ritual, desconectado de gran parte de
los elementos que inciden en la etapa fundamental de la creación normativa,
como es la decisión.
De allí que resulte preferible una delimitación "extensiva" del derecho
procesal, pues tal criterio permite que aquél, aun compartiendo el estudio de
ciertas materias límites con otras disciplinas jurídicas, aporte a su respecto un
punto de vista propio, pero aprovechable para la teoría general del derecho.
EL DERECHO PROCESAL 13

d) En general, existe acuerdo doctrinario en asignar al derecho procesal


el estudio de las siguientes materias:
Io) Jurisdicción y competencia de los órganos judiciales, y régimen jurí-
dico a que se hallan sometidos los integrantes de estos últimos (facultades, debe-
res, etc., de los jueces y de sus auxiliares). Desde el mismo punto de vista orgánico,
también forma parte del derecho procesal lo concerniente a la capacidad, designa-
ción y recusación de los arbitros y amigables componedores.
2o) Régimen jurídico de las partes y peticionarios y de sus representantes
y asistentes. A este punto se halla vinculado el estudio de la pretensión procesal
y de la petición procesal extracontenciosa, que constituyen, respectivamente,
el objeto de los procesos contencioso y voluntario.
3o) Requisitos, contenido y efectos de los actos procesales y trámite del
proceso a través de los distintos procedimientos que lo integran.

4. LAS RAMAS DEL DERECHO PROCESAL.


EL DERECHO PROCESAL CIVIL

a) En el derecho positivo argentino sólo cabe reconocer a dos tipos de pro-


cesos judiciales —el civil y el penal— suficiente autonomía como para justificar la
existencia de sendas ramas del derecho procesal. Debe sin embargo repararse en
que tal autonomía no implica negar la coincidencia esencial que ofrecen el proceso
civil y el proceso penal en aspectos básicos referidos, entre otros, a los conceptos
de jurisdicción, acción, pretensión, sujetos y actos procesales, circunstancia
que legitimaría, pese a la contraposición existente entre algunos de los princi-
pios que informan a uno y otro proceso, la construcción de una teoría general.
Pero la variedad y diversificación que conforme a la legislación vigente exhi-
ben muchas de sus respectivas instituciones, tornan científicamente desaconse-
jable, una vez agotada la formulación de la base conceptual común, el
tratamiento conjunto de las mencionadas ramas del derecho procesal.

b) El derecho procesal civil se ocupa del estudio de todos aquellos pro-


cesos cuyo objeto consiste en una pretensión o petición fundada en el derecho
privado (civil y comercial). En nuestro país, sin embargo, es aún habitual in-
cluir en el marco de aquella disciplina al proceso laboral, pues no obstante la ín-
dole específica de los conflictos que en él se ventilan, la mayor parte de los
principios del proceso civil mantiene vigencia a su respecto. La misma refle-
xión cabe en relación con los procesos judiciales originados en pretensiones
fundadas en normas constitucionales, administrativas y tributarias.
14 NOCIONES PRELIMINARES

5. NATURALEZA Y CARACTERES DEL DERECHO PROCESAL

a) La doctrina acepta, corrientemente, la idea de que el derecho procesal


se halla emplazado en un ámbito secundario con relación al denominado dere-
cho sustancial o material. Se arguye, en apoyo de esa tesis, que las normas que
regulan el proceso carecen de un fin en sí mismas y constituyen sólo un medio
para lograr la realización de los intereses tutelados por las normas sustanciales.
Estas últimas serían, así, normas primarias, mientras que las normas procesa-
les serían normas-medio, instrumentales o secundarias.
CALAMANDREI resume esa concepción en los siguientes términos: "Se
comprende así lo que se quiere decir cuando, en contraposición al derecho sus-
tancial, el derecho procesal se encuentra calificado como instrumental o tam-
bién como formal: instrumental, en cuanto la observancia del derecho procesal
110 es fin en sí misma sino que sirve como medio para observar el derecho sus-
tancial; formal, en cuanto el derecho procesal no regula directamente el goce de
los bienes de la vida, sino que establece las formas de las actividades que deben
realizarse para obtener del Estado la garantía de aquel goce".
Pese a su indudable mérito didáctico, esta tesis es susceptible de numero-
sas objeciones. Entre ellas cabe mencionar las siguientes: Io) Las normas jurí-
dicas carecen, en rigor, definalidad,pues no son más que conceptos a través de
los cuales es posible interpretar una determinada realidad de conducta; 2o)
Aunque se aceptase la idea de que las normas procesales carecen de un fin en sí
mismas, cabría observar que lo mismo ocurre con las numerosísimas normas
mediante las cuales el llamado derecho sustancial o material establece, por
ejemplo, requisitos formales de los actos jurídicos. Tales normas —como la
que dispone, v.gr.. que deben ser hechos por escritura pública los contratos que
tuviesen por objeto la transmisión de bienes inmuebles en propiedad o usufruc-
to (Cód. Civ., art. 1184)— participarían del mismo carácter instrumental que la
doctrina mayoritaria asigna a las normas procesales, porque, igual que ellas,
tampoco regularían directamente "el goce de los bienes de la vida", sino que se
limitarían a establecer el medio adecuado para obtener ese goce (convertirse, en
el caso del ejemplo, en titular de los derechos que emergen del contrato); 3o) El
esquema normativo completo de que el juez se vale para dictar sentencia, se ha-
lla irremisiblemente integrado por disposiciones contenidas tanto en las leyes
procesales cuanto en las leyes sustanciales, pues unas y otras concurren, coor-
dinadas en un pie de igualdad, a acordar el sentido jurídico de la norma indivi-
dual en que aquélla consiste. A ello cabe añadir que, de la conducta observada
por las partes durante la sustanciación del proceso, y, por consiguiente, de las
normas procesales que sirven para interpretarla, depende, en definitiva, la apli-
cabilidad o inaplicabilidad de las correspondientes normas materiales.
EL DERECHO PROCESAL 15

De lo dicho se sigue que no existen razones válidas que justifiquen la pre-


tendida subordinación del derecho procesal al derecho material, yaque dentro
de los sectores de conducta a que respectivamente se refieren, tan "primario" es
uno como otro.

b) El derecho procesal constituye una rama autónoma de la ciencia jurí-


dica. Y ello no es así por razones contingentes y variables, según ocurre con
otros sectores del ordenamiento jurídico, sino porque opera dentro de un ámbi-
to de conductas fundamentalmente distinto del que conceptualizan ¡as normas
de derecho material. Aun sin recurrir a la tesis que explica la naturaleza jurídica
del proceso caracterizándolo como una relación jurídica independiente con res-
pecto a la relación de derecho material (infra, n° 24), la finalidad específica de
las actividades que en él se cumplen explica que los vínculos jurídicos que sur-
gen entre el juez y las partes, así como los requisitos y efectos de los actos pro-
cesales, se encuentren regidos por principios propios, ajenos a los del derecho
material. Así, por ejemplo, a diferencia de lo que ocurre en la esfera de los ne-
gocios jurídicos del derecho privado, el mínimo esquema formal necesario para
asegurar el rápido y expedito desenvolvimiento del proceso excluye la indaga:
ción de las motivaciones subjetivas que determinan el cumplimiento de los ac-
tos procesales; el principio de preclusión, fundado en razones de seguridad
jurídica, descarta la existencia de nulidades procesales absolutas, etcétera.

c) El derecho procesal pertenece al derecho público. No obsta a ello la


circunstancia de que los preceptos aplicables a las relaciones jurídicas que se
controvierten en el proceso civil correspondan, como regla, al derecho privado,
por cuanto la inclusión del derecho procesal dentro de aquel cuadro de las dis-
ciplinas jurídicas está dada por la posición preeminente que en el proceso asu-
me el Estado a través de sus órganos judiciales. Estos, en efecto, no se hallan al
nivel de las partes o de los terceros, sino por encima de ellos, a quienes pueden
imponer, unilateralinente, la observancia de determinadas conductas.
Consecuencia de este carácter del derecho procesal es que las partes no se
encuentren habilitadas para regular el desenvolvimiento del proceso de acuerdo
con su voluntad. Es inadmisible, en suma, e! proceso convencional: lo que no es
óbice, sin embargo, para que ciertas normas específicas (normas dispositivas),
acuerden a las partes la facultad de regular aspectos particulares del proceso
{infra, n° 7).
16 NOCIONES PRELIMINARES

§ //
2
LAS NORMAS PROCESALES

6. C O N C E P T O

a) Es sabido que las normas procesales no se encuentran ubicadas ex-


clusivamente en los códigos de procedimientos y en las leyes sobre organiza-
ción y competencia de los órganos judiciales. También las hay —y en número
considerable— en la Constitución Nacional, en los códigos de fondo a que se
refiere el art. 75, inc. 12 de dicha Constitución, y en los ordenamientos jurídi-
cos nacionales y provinciales de la más diversa índole. De allí que resulte ina-
propiado determinar la naturaleza procesal de una norma sobre la base de su
contingente ubicación legal, y que sea necesario, para ello, atender a otros cri-
terios.

b) La doctrina ha enunciado varios. CARNELUTTI, por ejemplo, divide a


las normas, desde el punto de vista de la finalidad a que sirven, en materiales e
instrumentales, y sostiene que mientras las primeras componen inmediatamen-
te un conflicto de intereses, imponiendo una obligación y atribuyendo even-
tualmente un derecho (subjetivo) (por ej.: "Si un fundo está rodeado por otros,
deberá dejarle paso a la vía pública el fundo colindante a través del que sea más
corto el acceso"), las segundas componen el conflicto mediatamente, atribu-
yendo un poder (de componerlo) e imponiendo correlativamente una sujeción
(v.gr.: "Si un fundo está rodeado por otros, el juez decidirá cómo haya de tener
acceso a la vía pública").
2
BARRIOS DE ANGEITS. Teoría del proceso, Buenos Aires. 1979. pág. 77; CALAMAN-
DREI, Instituciones. I. pág. 366; CARNELUTTI. Sistema. 1. págs. 57 y 87: CLARIA OLMEDO.
Derecho procesal, I. pág. 87: COSTA. Manuale di diritlo processuale civile. Torino, 1955, pág.
3; CHIOVENDA. Isiituzioni, I. págs. 60 y 74; DÍA?.. Instituciones de derecho procesal. I. pág.
51: GOLDSCHMIDT. "Derecho justicia! material", en RDP. 1946-1-1: GOZAÍNI. Derecho
procesal civil, I. pág 27; MOREL, Traite élémentaire de procédure civile. 2'' ed.. pág. 17;
MORELLI, Derecho procesal civil internacional (trad. SENTÍS MELBNDO). 1953: MOREU.O.
SOSA y BERIZONCE, Códigos procesales en lo civil y comercial de la Provincia de Buenos
Aires y de la Nación, comentados y anotados. 1982. 2a ed., 1. pág. 495: PALACIO, Derecho
procesal civil. I. pág. 28; Estudio de la reforma procesal civil v comercial (ley 22.434), pág.
13: PRIETO CASTRO. Derecho procesal civil. I, pág. 27: RAMOS MÉNDEZ, Derecho procesal
civil. I. pág. 24: RENGF.L ROMBERG. Tratado de derecho procesal civil venezolano. Caracas,
1992. I, pág. 221; ROSENBERG, Tratado de derecho procesal civil (trad. ROMERA VERA).
Buenos Aires. 1955. I. pág. 33; RUBIANES, Derecho procesal penal. I. pág. 89; SATTA, Diritto
processuale civile, 5a ed.. Padova. 1957, pág. 204; SCHONKE, Derecho pmccsat civil (trad. 5a
ed. alemana), Barcelona. 1950, pág. 20.
LAS NORMAS PROCESALES 17
Los ejemplos con que dicho autor ilustra su tesis constituyen, sin embar-
go, esquemas normativos incompletos, pues a poco que se medite acerca de las
posibilidades de conducta que encierran tales proposiciones se llega a la con-
clusión de que toda norma sería, al mismo tiempo, material e instrumental.
Piénsese, por ejemplo, que en el caso de ser demandado el propietario del fundo
colindante por incumplimiento de la obligación impuesta en la norma, surgirá
el poder del juez para componer el conflicto y la eventual sujeción del deman-
dado a lo que la sentencia decida. Y adviértase, asimismo, que en el supuesto de
la segunda norma el ejercicio del poder constituye, como el propio CARNELUTTI
lo reconoce, una obligación del juez, a la que corresponde un derecho de las
partes.
Por lo demás, el autor mencionado admite la existencia de normas instru-
mentales en el ámbito del derecho civil, según ocurre, por ejemplo, con la con-
tenida en el art. 1123 del Código Civil italiano (equivalente al 1197 del Cód.
Civ. argentino) que reconoce fuerza de ley al contrato, pues mediante ella se
atribuye a las partes un poder para componer intereses en conflicto; y sostiene,
finalmente, que no todas las normas procesales son instrumentales, pues no re-
visten tal carácter aquellas que instituyen obligaciones y derechos (subjetivos)
procesales, como sucede con la que impone al vencido la obligación de pagar
las costas del proceso, la que establece la obligación del testigo de narrar al juez
los hechos que conozca, etcétera, obligaciones de las que son correlativos el de-
recho del vencedor, el de la parte frente al testigo reticente, etcétera.
Ello demuestra que la idea de la instrumentalidad no es apta, por excesi-
vamente genérica, para determinar la naturaleza de ¡as normas procesales. Re-
cuérdese, asimismo, lo que se dijo supra, n° 5, acerca del carácter instrumental
que también revestirían las normas del derecho civil referentes a los requisitos
formales de los actos jurídicos.

c) Igualmente merece destacarse el intento de diferenciación emprendi-


do por James GOLDSCHMIDT, y posteriormente completado por Roberto GÜLDS-
CHMIDT. Parte de la existencia de un derecho justicial, al que se concibe como la
disciplina que tiene por objeto una relación jurídica constituida entre la justicia
estatal y los subditos y se divide en derecho justicial formal y material según
que, respectivamente, regule el proceder del juez o el cómo de la decisión judi-
cial. Las normas procesales se hallarían incluidas dentro de la primera catego-
ría, que sólo contempla el aspecto "formal" de aquella relación.
En la experiencia jurídica, sin embargo, resultan difícilmente escindibles
tales aspectos formal y material, por cuanto la mayor parte del "proceder" judi-
cial se exterioriza a través de decisiones. Es, en cambio, perfectamente posible
discernir entre el cómo y el qué de la decisión, y advertir, en consecuencia, que
18 NOCIONES PRELIMINARES

el primero corresponde íntegramente al derecho procesal. Por otra parle las


normas procesales concurren, con las llamadas materiales, a la determinación
del contenido de la decisión, bastando pensar, para demostrarlo, en el caso fre-
cuente del litigante que resulta vencido por no haber ofrecido su prueba dentro
del plazo, o por haber sido declarado negligente en su producción.

d) La complejidad de la experiencia jurídica descarta la posibilidad de for-


mular una distinción categórica desde el punto de vista del funcionamiento de las
normas. Pero atendiendo al contenido de ellas, pueden denominarse normas mate-
riales (en sentido estricto) a las que en razón de mentar el modo o los modos de ser
de la conducta preprocesal de las partes, son invocadas por éstas como fundamento
de sus pretensiones, peticiones o defensas. Constituyen normas procesales, en
cambio, aquellas que conceptualizan: Io) La clase de órganos habilitados para in-
tervenir en los procesos, su competencia y los derechos, deberes, etcétera, de las
personas físicas que los integran; 2o) La actuación de dichos órganos, de las partes
de los auxiliares de aquéllos y de éstas y de los terceros durante el desarrollo del
proceso, así como los requisitos y efectos de los actos procesales y el orden en que
éstos deben cumplirse; 3o) Cómo debe comportarse el órgano judicial (o arbitral),
en oportunidad de dictar la sentencia definitiva, para determinar el modo o los mo-
dos de ser de la relación o situación jurídica que motivó el proceso.
En consecuencia, mientras las normas materiales regulan normalmente el
qué de la decisión, o sea, el contenido de la sentencia, las normas procesales deter-
minan el quién y el cómo de dicho acto, comprendiendo, desde luego, a la acti-
vidad que lo precede. Pero tales consideraciones no excluyen, como se advirtió
más arriba, la necesaria incidencia que también tienen las normas procesales en
el contenido de la decisión.

7. CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS PROCESALES

a) Las normas procesales han sido clasificadas desde distintos puntos


de vista. Se distingue, por ejemplo, entre normas orgánicas y normas procesa-
les propiamente dichas, según que, respectivamente, regulen la organización y
competencia de los órganos judiciales o los actos del proceso y el desarrollo del
procedimiento. También entre normas procesales/bnno/ey y materiales: mien-
tras las primeras regulan las condiciones de forma, tiempo y lugar de los actos
procesales, las segundas determinan los requisitos de capacidad y legitimación,
el contenido y los efectos de esos actos.

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