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LA INCOMPARECENCIA A LA AUDIENCIA PRELIMINAR EN EL PROCESO LABORAL VENEZOLANO

4 de noviembre de 2010 · de Irma Pinto · en Artículos. ·

Dentro del nuevo proceso laboral, que el legislador estableció en Venezuela a partir de la entrada
en vigencia de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo en el año 2003, instituyó como base de dicho
proceso el principio de la oralidad, fundamentado en el artículo 257 de la Constitución Nacional,
así como también del numeral 4º de la Disposición Transitoria Cuarta, ejusdem. Este principio está
consagrado en los artículos 2 y 3 de la ley adjetiva laboral, lo que condujo al establecimiento de la
figura procesal de la audiencia dentro del procedimiento laboral, con el fin de desarrollar la
oralidad como elemento fundamental del mismo.

Ahora bien, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (LOPTRA), contempla dentro del proceso
laboral dos audiencias, la primera, la audiencia preliminar (art. 129 y ss.), y la segunda, la audiencia
de juicio (art. 150). Dentro de éstas participan directamente tres sujetos procesales, a saber: el
juez, el demandado y el demandante. Sin embargo, la audiencia preliminar, la conoce el Juez de
Sustanciación Mediación y Ejecución, mientras que en la audiencia de juicio, conoce el Juez de
Juicio, debido a que el proceso laboral venezolano se desarrolla en dos etapas, o fases. Por lo cual,
sí en la audiencia preliminar el Juez no logra a través de la mediación, la resolución del conflicto, el
demandado procederá a la contestación de la demanda y posterior celebración de la audiencia de
juicio.

En tal sentido, la audiencia preliminar se realizará a partir de la admisión de la demanda,


donde el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución fijará la fecha para su celebración (art. 126
de la LOPTRA), además, el demandado y el demandante deberán comparecer al décimo día hábil
desde que conste en autos la notificación de aquel o del último si fueren varios (art. 128 ejusdem);
así como también, la obligación de la comparecencia a la audiencias de las partes (art. 129
ejusdem). En esta audiencia preliminar se podrán llevar a cabo diferentes fines como lo son: que el
Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución estimulará medios alternos para la solución del
conflicto, tales como el arbitraje y la conciliación (art. 133 ejusdem), además, podrá corregir los
vicios que pudieran existir en el procedimiento, a través del despacho saneador. Igualmente,
deberá incorporar las pruebas que hayan sido promovidas por las partes y, por último acordará las
medidas precautelativas correspondientes (art. 137 ejusdem).

La audiencia preliminar se podrá prolongar, previa aprobación del juez, las veces que sea
necesario, para agotar completamente el debate (art. 132 de la LOPTRA), empero, la audiencia
preliminar no podrá exceder de cuatro (04) meses (art. 136 ejusdem). Ahora bien, como se
mencionó anteriormente, tanto la parte demandante como la demandada deberán asistir
obligatoriamente a la celebración de la audiencia preliminar, ya que dicha incomparecencia
producirá diferentes efectos.
En relación a dichos efectos, existirá el desistimiento, sí la parte actora no compareciera a
la audiencia preliminar, concediéndosele un lapso de 90 días, para volver a intentar la demanda
(art. 130 de la LOPTRA) y, la admisión de los hechos, cuando es la parte demandada quien no
asiste a dicha audiencia (art. 131 ejusdem), siempre y cuando no sea contraria a derecho la
petición del demandante. Cabe destacar, que cuando la parte demandada sea la República o un
ente público que por extensión goza de los mismos privilegios y prerrogativas de ésta, no aplicará
tal disposición (confesión ficta), sino que se tendrá como negado todos los hechos alegados por el
accionante. (Vid. Sentencia Nº 0904, Sala de Casación Social, de fecha 04/06/2009, Caso: José
Cedeño contra CVG Bauxilum, C.A.)

Como se observa, la incomparecencia del demandado produce una penalidad fatal, como
lo es la admisión de los hechos (confesión ficta o rebeldía del demandado). En relación a ello, la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nº 115, de fecha 17 de
febrero de 2004, caso Arnaldo Salazar Otamendi contra Publicidad Vepaco, C.A., precisó el alcance
jurídico de la contumacia de la parte demandada, establecida de carácter obligatorio por la Ley
Adjetiva Laboral, por lo que fragmentó dicho análisis en dos momentos procesales de la audiencia
preliminar, a saber: la apertura y sus ulteriores prolongaciones. En relación a la apertura de la
audiencia preliminar señaló:

“…de no comparecer el demandado al llamado primitivo para la audiencia preliminar, se


presumirá la admisión de los hechos alegados por el actor en su demanda, estando compelido el
Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución en sentenciar de manera inmediata, reduciendo en
la misma oportunidad en que se materializa la referida incomparecencia, la decisión en acta.

Ahora bien, el mandato inserto en tal pauta normativa ilustra a la Sala para cualificar a la
presunción de admisión allí contenida con un carácter absoluto y, por tanto, no desvirtuable por
prueba en contrario.

En efecto, las modalidades de tiempo y forma, previstas en la norma in comento para ejecutar el
acto cognitivo declarativo del derecho (la decisión) limitan ésta a la confesión acaecida por la
rebeldía y, adicionalmente su exteriorización, debe ejecutarse de manera inmediata (sentencia
oral reducida en acta elaborada el mismo día al de la incomparecencia).”
En relación a la prolongación de la audiencia preliminar, también destacó la Sala en la
precitada sentencia, que en tales casos, aunque igualmente recae sobre las partes la
comparecencia obligatoria, estipulado en el artículo 131 de la ley adjetiva del trabajo, en base a los
principios consagrados en el proceso laboral, es decir, que tal incomparecencia surtiría idéntica
consecuencia jurídica de la incomparecencia al inicio o apertura de la misma, sin embargo, ya las
partes han aportado material o medios probatorios al proceso, siendo ello suficiente para que el
Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución, se formarse la convicción con relación a la legalidad
de la acción y consecuencialmente la pertinencia jurídica de la pretensión, aprovechando el
cúmulo probatorio incorporado a juicio. Además, la parte demandada tiene la prerrogativa de
apoyarse de los medios probatorios promovidos. Recalcándose en dicho fallo el carácter relativo
de la incomparecencia de la parte demandada a la prolongación de la audiencia preliminar.
(También vid. Sentencia Nº 0674, de fecha 05/05/2009).

Como señala en artículo 131 de la LOPTRA, la parte demandada podrá apelar (a dos
efectos) del fallo que se dicte en razón de su contumacia, dentro de un lapso de cinco (05) días de
dictado éste, y el tribunal que conozca de la apelación, sólo decidirá con respecto a los motivos
que le impidieron a la parte demandada comparecer al llamado primitivo para la audiencia
preliminar, que en el caso del proceso laboral, se reducen a: caso fortuito o fuerza mayor. En el
caso de que se apele al fallo dictado en una de las prolongaciones de la audiencia preliminar, cómo
la admisión de los hechos reviste de carácter relativo, por ende, desvirtuable por prueba en
contrario, el tribunal que conozca de dicha apelación, decidirá en un capitulo previo (en el caso de
que fuera alegado por la parte demandada en la audiencia de apelación), las circunstancias que le
impidieron comparecer a la prolongación de la audiencia preliminar, es decir, el caso fortuito o
fuerza mayor. Así lo dejó establecido la Sala Constitucional del Máximo Tribunal, en sentencia Nº
810, de fecha 18/04/2006, donde la Sala interpreto la figura de la confesión ficta, establecidas en
los artículos 131, 135 y 151 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Aunado a ello, la Sala Constitucional en el precitado fallo, reiteró el criterio de la Sala de


Casación Social, establecido en sentencia Nº 1563, de fecha 08/12/2004, mediante la cual la Sala
Social se pronunció a favor de la interpretación de las causas extrañas no imputables a la parte
demandada, que la eximirían de las consecuencias jurídicas negativas, como resultado de la
incomparecencia a las audiencias previstas en la ley adjetiva laboral, destacándose en dicho fallo
lo siguiente:

“Así pues, conteste con lo previsto en la norma parcialmente transcrita, la Ley Adjetiva Laboral
faculta al Juez Superior del Trabajo, para comprobar en aquellos fallos constitutivos de confesión
con respecto de los hechos planteados por el demandante, que la incomparecencia de la parte
demandada a la audiencia de juicio, bien en su apertura o en sus posteriores prolongaciones,
responda a una causa extraña no imputable.
Tales causas extrañas no imputables que configuran el incumplimiento involuntario del deudor,
según la norma ut supra mencionada, se corresponden con el caso fortuito y la fuerza mayor, sin
embargo ante tal categorización rigurosa, la Sala ha considerado en reiteradas oportunidades
flexibilizar el patrón de la causa extraña no imputable, no solo a los supuestos de caso fortuito y
fuerza mayor, sino a aquellas eventualidades del quehacer humano que impongan cargas
complejas o irregulares que obliguen a las partes a no cumplir con sus obligaciones, siendo que
esta extensión de las causas liberativas de la obligación de comparecencia a las audiencia
sobrevienen como una excepción de aplicación restrictiva, a criterio de quien juzga.

De allí que la valoración y categorización de una causa extraña eximente de responsabilidad, bien
se trate del caso fortuito o fuerza mayor o cualesquiera otro acontecimiento del quehacer humano
que releve a las partes de la obligación de comparecencia a los actos estelares del proceso, resulta
de la soberana apreciación que de dichos hechos ejecuten los Jueces de Instancia”. (Destacado de
la Sala)”

Como se observa, la Sala de Casación Social, como garante de la justicia, consciente de


que el proceso es un medio para la obtención de la misma, ha flexibilizado la causa extraña no
imputable, incorporando, además del caso fortuito o fuerza mayor, a: “…aquellas eventualidades
del quehacer humano que impongan cargas complejas o irregulares que obliguen a las partes a no
cumplir con sus obligaciones…”. En este sentido, siguiendo el principio procesal de la carga de la
prueba, quien alega un hecho deberá probarlo (artículo 506 del Código de Procedimiento Civil), y
en este caso, la parte demandada, que ejerza el recurso de apelación, deberá aportar las pruebas
suficientes que demuestren las causa extrañas no imputables, como lo son: el caso fortuito, la
fuerza mayor y cualquier otra eventualidad del quehacer humano, causantes de su
incomparecencia a la celebración de la audiencia preliminar, o sus posteriores prolongaciones, si
fuere el caso.

Para concluir, el proceso laboral venezolano, al sustentarse bajo el principio de oralidad,


entre otros, introdujo en la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la celebración de diferentes
audiencias, las cuales son: la audiencia preliminar, donde se cumplen una serie de fines, siendo
uno de ellos la mediación o conciliación de las partes intervinientes en el juicio laboral (primera
fase), y la otra, la audiencia de juicio, la cual se celebra una vez concluido la audiencia preliminar
sin que las partes hayan convenido. Por lo que el legislador a través de la ley procesal laboral, le
otorgó el carácter obligatorio de la comparecencia de las partes a la celebración de dichas
audiencias.

Por lo tanto, se ha establecido en la ley adjetiva laboral, dos efectos a la incomparecencia


de las partes intervinientes, a saber: el desistimiento del proceso, cuando es la parte actora quien
no comparece, personalmente o por medio de su apoderado, o la admisión de los hechos, en el
caso de que la parte demandada no comparezca, teniendo el juez que decidir en este último caso
el mismo día. En el caso que la incomparecencia de la parte demandada tenga lugar en la
celebración del llamado primitivo para la audiencia preliminar, tales efectos tendrán carácter
absoluto, en cambio, si ocurriera tal incomparecencia en las prolongaciones de la audiencia
preliminar, los efectos tendrían carácter relativo, ya que las partes ha incorporado el proceso
diferentes pruebas, las cuales le pueden permitir al juez tener suficientes elementos de convicción
para decidir en relación a la pretensión del actor.

Entendiéndose, que dicha incomparecencia se podrá presentar por diferentes


circunstancias, siendo estas causas extrañas no imputables, el caso fortuito o fuerza mayor, las
únicas causas capaces de eximir al contumaz, de los efectos de la incomparecencia antes
explanadas. Sin embargo, la jurisprudencia del Máximo Tribunal, ha flexibilizado el proceso, y por
ende, estas causas extrañas no imputable, estableciendo que las eventualidades del quehacer
humano que impongan cargas complejas o irregulares, capaces de constreñir al obligado de
comparecer a las audiencias, también deberán considerarse como causas extrañas no imputables,
claro esta, quien alegue un hecho tiene que probarlo, de lo contrario, podrá ser declarado
improcedente la delación ejercida a través del recurso ordinario de apelación.

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