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Tarea
Tarea
dinámicos de Thelen
Anteriormente se creía que la secuencia típica del desarrollo motor se encontraba programada de
manera genética; como una serie de pasos automáticos y preordenados dirigidos por el cerebro en
vías de maduración. Hoy en día, muchos científicos del desarrollo consideran que este punto de
vista es demasiado simplista. En lugar de ello, según Esther Thelen (1995; Smith y Thelen, 2003),
el desarrollo motor es un proceso continuo de interacción entre el bebé y el ambiente. Thelen define
a los movimientos de marcha que realiza el neonato cuando se le sostiene parado con los pies
tocando una superficie, como reflejo de caminar. Por lo general, esta conducta desaparece para los
cuatro meses de edad. No es sino hasta el final del primer año de edad, cuando el bebé se está
preparando para caminar, que estos movimientos vuelven a aparecer. La explicación habitual es el
cambio al control cortical; de esta forma, la marcha deliberada del bebé mayor es una nueva
habilidad concertada por el cerebro en desarrollo. Pero, según observó Thelen, los pasos del
neonato implican los mismos tipos de movimientos que éste realiza cuando se encuentra acostado y
patea. ¿Por qué habrían de detenerse los pasos, sólo para reaparecer meses después, si continúan las
patadas? La respuesta, según sugiere esta científica, podría ser que las piernas del bebé se hacen
más gruesas y pesadas durante sus primeros meses, pero no tienen la fuerza suficiente como para
sostener el aumento de peso (Thelen y Fisher, 1982, 1983). De hecho, observó que los lactantes que
dejaron de dar pasos en la superficie lograban soportar el peso de sus piernas al ser sostenidos
dentro de agua tibia, y de esta manera los pasos reaparecían. Su capacidad para producir el
movimiento no se había alterado; sólo lo habían hecho las condiciones físicas y ambientales que la
inhibían o promovían. La maduración por sí sola no puede explicar esta observación, indicó Thelen.
El desarrollo no tiene una única causa sencilla. El lactante y el ambiente forman un sistema
dinámico interconectado que incluye la motivación del bebé, así como su fortaleza muscular y su
posición en el ambiente en un momento particular (por ejemplo, si se encuentra acostado en su cuna
o sostenido dentro de una piscina). Asimismo, cuando un lactante trata de alcanzar una sonaja o
juguete móvil, las oportunidades y limitaciones que representan las características físicas del
lactante, la intensidad de su deseo, su nivel de energía, la velocidad y dirección de su brazo y el
cambio de posiciones de su brazo y mano a cada momento del proceso, son aspectos que
determinan si podrá alcanzar su objetivo y cómo lo logrará. En última instancia, emerge la solución
a medida que el bebé explora diversas combinaciones de movimientos y selecciona e implementa
aquellos que de forma más eficiente contribuyen a ese fin. Además, la solución debe ser flexible,
sujeta a modificación en circunstancias diferentes. Más que estar del todo en control de este
proceso, el cerebro en vías de maduración sólo representa una parte del mismo.
Estos discernimientos iniciales se convirtieron en la teoría de los sistemas dinámicos (TSD) de
Thelen. Según esta teoría de los sistemas dinámicos, “la conducta emerge en el momento a partir de
la autoorganización de múltiples componentes” (Spencer et al., 2006, p. 1523). Según Thelen, los
bebés normales desarrollan las mismas habilidades en el mismo orden porque están construidos de
la misma manera y tienen retos y necesidades físicos similares. Así, a la larga descubren que
caminar es más eficiente que gatear en la mayoría de las situaciones. No obstante, este
descubrimiento surge a partir de las características físicas y experiencias de cada bebé dentro de un
contexto en particular. El que esto sea así quizá explique por qué algunos bebés aprenden a caminar
antes y de forma diferente a otros. Thelen creía que los principios de la TSD se aplican a toda área
del desarrollo. Del mismo modo que un músico de Jazz, los lactantes improvisan sus soluciones
personales a problemas mediante la selección e integración de múltiples patrones o secuencias de
conducta (Spencer et al., 2006).
"Artículo 3o.- Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación,
Estados y Municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación
primaria y la secundaria son obligatorias.
II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso
científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y
los prejuicios.
Además:
c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de
robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la
integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el
cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de
todos los hombres, evitando los privilegios de razas, de religión, de grupos, de sexos o de
individuos;
III. Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo y en la fracción II, el
Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación
primaria, secundaria y normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo
Federal considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y de los
diversos sectores sociales involucrados en la educación, en los términos que la ley
señale;
VI. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y modalidades. En los
términos que establezca la ley, el Estado otorgará y retirará el reconocimiento de validez
oficial a los estudios que se realicen en planteles particulares. En el caso de la educación
primaria, secundaria y normal, los particulares deberán:
a) Impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que establecen el
segundo párrafo y la fracción II, así como cumplir los planes y programas a que se refiere
la fracción III, y
b) Obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del poder público, en los
términos que establezca la ley;
VII. Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley
otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas;
realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios
de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y
discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de
ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su
patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del
administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los
términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las
características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la
autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta
fracción se refiere, y