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- Tres exámenes (formas no se adelanta). No se toma examen parcial, sino hay tres
evaluaciones que se ponderan. Lo que normalmente sucede es que tienen
diferentes características:
1. Desarrollar ideas en espacios pequeños.
2. Objetiva. No necesariamente toda objetiva, sino que prima este
componente (opciones V/F, alternativa múltiple o completar un enunciado).
3. Variará. Puede ser examen oral o que mezcle habilidades (objetiva, parte
desarrollar).
- Ahora bien, la aparición del DA, que es el aplicable a la AP, parte de algo que es
absolutamente necesario: la división de poderes. Para que hablemos de una AP –
no que haya entidades que hagan lo mismo que la AP, ya que eso siempre ha
habido, es una organización del PP– es necesario que nos remontemos a la
separación de poderes. Ello se fecha equivocadamente –el momento es la
Revolución Americana, o de la Revolución Gloriosa– en la RF; ahí, cuando se
empieza con la separación de poderes en a la estructura constitucional
tenemos un poder sometido a la ley y el control jurisdiccional, que es la AP.
No quiere decir que no hubo actividad administrativa, pero como no hay
separación de poderes, no se habla del DA.
- Nace con la RF, porque a diferencia de la RA, se comienza a hablar de un
derecho propio aplicable a este PP. Unas reglas propias para el PP, se aplica en
vez del rule of law, el _. Supone el DA que haya reglas, que haya un poder
sometido a la ley y el control jurisdiccional.
CLASE 02:
- Para ser AP hay que ser PP, pero no cualquiera, sino con ciertas potestades
sometido a ley a control jurisdiccional. Se debe ser también un PP
institucionalizado. La AP requiere de un dato que no es menor, que es la
separación de poderes, solo existe en medida de la separación de poderes.
Así podemos hablar de una organización de poder público que actúa con
determinado tipo de potestades. Es posible que haya poderes públicos que
tengan potestades administrativas, pero no son AP porque no cumplen con la
definición que hemos planteado ahorita; entonces, no existiría el concepto
estatutario que planteamos de AP porque esta, simplemente, no existía tal y
como la conocemos hoy en día.
- Toca, entonces, que expliquemos la definición larga.
Centro de actividad institucionalizado como poder público (a), personificado o
integrado con autonomía en una persona jurídico-pública (b), de suyo sin
potestad legislativa (c) y sometido a la ley, a control jurisdiccional y a control
político.
–Jose Luis Martínez López Muñiz.
Es necesario, para que estemos frente a una AP:
(i) Que haya un PP: tener potestades. Modificar unilateralmente la
situación jurídica de otro incluso sin su consentimiento. Si nos olvidamos
de la idea de que se es un PP, podemos empezar a atribuirle la condición
de AP podemos atribuirle la condición de AP a sujetos que no tienen
potestades.
Ahora, puede haber casos en donde las normas de DA se apliquen a
sujetos que son privados por ejemplo se aplican a empresas del Estado
que no son AP porque si bien lleva a cabo una actividad empresarial
comercial, es de titularidad pública pero no encajará en noción de AP en
la medida que ese sujeto no ejerza potestades. Solo son AP aquellas
empresas públicas que por ley ejerzan poderes públicos
El ejemplo paradigmático es PerúPetro –quien suscribe contratos
de licencia de hidrocarburos, adjudica bienes de titularidad
pública–.
Entonces, hay que ser PP, si no se es PP, no estamos ante una AP. Ahora,
uno de los temas más interesantes es si sujetos privados que ejerzan
función pública son AP, si se le delega a un privado el ejercicio de
funciones públicas.
Por ejemplo, la UDEP es una universidad privada, pero cuando
alguien se titule se le da el título a nombre de la nación. No es un
título propio de la UDEP, sino que es oficial de conocimiento.
Entonces la ley le ha atribuido a las universidades públicas y
privadas el otorgamiento de títulos habilitantes para el ejercicio
profesional.
Una organización privada –UDEP– actúa como AP cuando emite
estos títulos a nombre de la nación o es un sujeto privado cuyos
actos se someten a normas de DA. Los privados, sin dejar de ser
privados, ejercen funciones públicas porque la ley lo ha
designado así.
Otro ejemplo es cuando la ley permite que la fiscalización sea
realizada por privados bajo el encargo de una AP. Esos privados
actúan como si fuera la AP que tiene que fiscalizar. Entonces, en
vez de que vaya la OSINERGMIN a fiscalizar se le da a un
privado la misma facultad que tiene este órgano público de pedir
información al momento de supervisar.
Existen las dos posiciones, (i) algunos sostienen que seguimos ante un
privado que en la medida que ejerza una potestad delegada –solo en esa
medida, espacio cerrado– actúa como AP. Luego de ello, hay otros
autores que sostienen que en estos casos (ii) siguen siendo sujetos
privados, que para ciertos aspectos de su actividad aplican el DA;
entonces, no estamos ante una AP sino ante un privado que porque la ley
establece tiene que ejercer funciones de la AP, por ello, sus actos tienen
efectos jurídico públicos y por esa razón tienen efectos asemejables a los
actos dictados por los PP.
(ii) Personificado o integrado con autonomía en una persona jurídico-
pública: crítica a Enterría. Hay AP que están personificadas –son centro
de imputación de derechos y obligaciones diferenciado-, pero hay AP
que son AP pero que no necesariamente gozan de personalidad jurídica.
Aquí están las administraciones de apoyo a los poderes del Estado
El PL tiene una administración que sirve de apoyo, y que no está
personificada. Pero al interior del PL existe una AP. Esto
también se traslada al TC y PJ. Estas AP no están personificadas,
pero si están integradas con autonomía en una persona jurídica –
Estado– de derecho público interno.
Entonces, la personificación no es un dato relevante. Si es que no está
personificada no pasa nada, no es que la personificación sea exclusiva
del DA.
(iii) No ejerce potestades legislativas y está sometida a control
jurisdiccional: la AP cuando actúa como tal, no dicta normas con rango
de ley, esto le corresponde al PL. Pero es importante reconocer que el PE
puede dictar normas que sí tienen rango de ley –procede acción de
inconstitucionalidad–, estas son los decretos legislativos (delegación
durante los interregnos, tienen periodo de caducidad) y los decretos de
urgencia (en materia económica y financiera ante situaciones
extraordinarias). Lo normal será que la AP no goce de potestad
legislativa; incluso si la cabeza del gobierno puede ejercerla en
situaciones extraordinarias, cuando lo haga no estará ejerciendo
funciones de una AP.
Quien ejerce la potestad legislativa de suyo es el congreso, el PL no es
una AP:
· Ahora bien, puede que formalmente lo sea, pero materialmente no
encaja en esa definición ya que el PL y el PJ tienen una AP; también se
puede decir que el PL dictan actos materialmente administrativos, pero
ello no sería tan acertado.
· Algo similar pasa con el PJ, que es el órgano que ejerce control
jurisdiccional sobre las decisiones que se tomen en la AP. Sin embargo,
este órgano tampoco es AP porque ejerce funciones que no se le
atribuyen a la AP como es resolver controversias con carácter de cosa
juzgada. Finalmente, se puede decir también que no es una AP, pero
realiza actos administrativos.
(iv) Sometimiento al control político: esto porque a la cabeza de la AP –
estado central– se sitúa el gobierno, a la cabeza de la AP municipal está
el gobierno municipal, y lo mismo sucede con el gobierno regional. A la
cabeza de la AP, hay un órgano al cual ella responde que, a su vez,
responde políticamente ante los ciudadanos. Al final, la AP
institucionalizada y técnica, responde ante alguien que está puesto ahí
por los ciudadanos y responde por ellos. La administración pública
finalmente termina respondiendo ante un control político realizado por
un órgano que responde al escrutinio de los ciudadanos.
Ahora, lo peculiar es que el gobierno, o los titulares de los órganos del
gobierno responden ante los ciudadanos; ellos no son elegidos de forma
directa de los ciudadanos –ministros que al final responden ante un Pdte.
que responde ante los ciudadanos y ante el congreso–.
La AP tiene ante su cabeza al gobierno que responde ante los ciudadanos
por los actos de la AP –ella, por muy técnica que sea no puede ser
irresponsable–.
Sin embargo, al mismo tiempo, es importante reconocer que se ha dio
insistiendo en la posibilidad de que existan AP llamadas independientes.
Esto significa que deberían ser AP que estén bloqueadas o protegidas
frente a la injerencia política del día a día. Ahora, esta es una afirmación
que está limitada al día a día, es cierto que las AP tienen mucha
influencia a los PP en su nacimiento o nombramiento de su titular.
Por ejemplo, el BCR. Este es el ejemplo clásico de las AP
independientes. Se le da autonomía para que no caiga en
intereses de un partido político. Ahora bien, el Pdte. no solo es
propuesto por el PE, sino que es ratificado por mayoría absoluta
por el Congreso. Por otro lado, el directorio lo propone el PE (3)
y el PL (3). El nombre sale de alguien que el PE ha propuesto, y
el PL lo ratifica.
Así pues, hemos intentado salvar al BCR de la injerencia del PP
cuando su conformación es, de forma directa, política. Se da una
elección puramente técnica o política. El Pdte. podría proponer a
miembros del BCR a dedo, y no hay ningún requisito; lo mismo
sucede con el Congreso.
La SBS es una AP independiente.
- En la legislación peruana no se ha definido lo que es AP. Las leyes no son
manuales de DA, ellas son textos normativos, y en esta condición, sirven para
establecer reglas o normas que deberían servir para solucionar problemas que
tengan los sujetos. Las leyes no deberían servir de compendios de conocimiento
jurídico; sirven para aportar soluciones a problemas que puedan surgir. Sin
embargo, muchas leyes suelen servir para definir su ámbito de aplicación, es
decir, a quien se le aplica –ámbito subjetivo de aplicación– y a qué se aplica –
ámbito objeto de aplicación–. El ámbito objetivo está definido en el artículo
primero del texto único ordenado de la LPAG.
- Entonces, en la LPAG:
Art. 1: Ámbito de aplicación de la ley:
La presente ley será de aplicación para todas las entidades de AP. Para los fines de
la presente Ley, se entenderá por “entidad” o “entidades” de la AP:
1. El PE, incluyendo ministerios y organismos públicos:
· Eso tiene lógica porque no es posible hacer una equivalencia entre el PL y la
AP en el sentido de que ambos sean iguales, pero es cierto que el PE es AP. No
es cierto que la AP sea solo el PE –o al revés–, pero es cierto que el PE –
incluyendo ministerios y organismos públicos– son AP.
· Es interesante que no se incluyan a las empresas públicas, solo a los
organismos públicos.
2. El PL:
3. El PJ:
· No es correcto que se consideren entidades de la AP al PL y al PJ. El
legislativo dicta leyes, no se le aplica LPAG. Ahora, incluso cuando el
legislativo investiga en las comisiones investigadoras del Congreso, no se
aplicará la LPAG.
El PJ tampoco la aplica, el quorum para una sala no lo determinará nunca la
LPAG, sino los respectivos Códigos o Leyes Orgánicas.
· Aquí lo que se quiere entender se resume en dos lecturas:
a. que el PL y el PJ tendrán administraciones que serán entidades de la AP
b. que el PJ y PL, a ciertos efectos, aplicarán LPAG y dictarán actos
materialmente administrativos.
Es más acertado lo primero, no es que sean administraciones, sino que tienen
administraciones y a ellas se les aplica la LPAG
c. no es que el PJ y el PL sean administraciones, pero cuando actúen como
tales, aplica la LPAG –cuando dicten actos materialmente
administrativos–
No es correcto decir que se le aplica la LPAG a todo lo que haga el PJ o el PL,
ya que eso es completamente falso y desarraigado de la realidad.
4. Los Gobiernos Regionales:
5. Los Gobiernos Locales:
Aquí es importante, al igual que arriba, permitir una matización. Los GR son
AP, pero no solo eso, sucede lo mismo con los GL. Esto porque ambos tienen un
órgano que además de formar parte de la AP local, tiene atribuida por nuestra
CM potestad legislativa. En España, por ejemplo, los gobiernos locales sí dictan
leyes entonces no habría problema en decirles AP, pero las comunidades
autónomas no son AP porque tienen un parlamento.
Entonces, en Perú, los GR tienen el Consejo Regional –formado por consejeros
regionales– que tienen facultades administrativas y también tienen potestad
legislativa porque emiten ordenanzas regionales que tienen rango de ley; así
como el Consejo Municipal también tiene facultades legislativas, de tal manera
que sus decisiones tienen que someterse a control a través de la acción de
inconstitucionalidad –no solo es una actuación administrativa–.
CLASIFICACIÓN DE LA AP
- No hay una sola manera, ya que depende del criterio para clasificar.
(i) Por la generalidad o especialidad de las funciones que tienen
atribuidas:
a. AP generales: se asientan en un territorio, y ejercen en toda la una
serie de competencias que se aplicarán respecto de todos los sujetos
que estén dentro de el.
Las competencias son variadas, tienen distinto alcance, son múltiples,
y son competencia que se ejercen dentro de todos aquellos que estén
en un territorio, por el puro hecho de estar dentro del territorio, estas
AP ejercen competencia en los sujetos que estén ahí.
Al estar en un distrito, estoy dentro de una AP municipal, porque
se ejerce competencia por el simple hecho de estar en un
territorio.
Gubernativa central y municipal
CLASE 03
· El DA, como derecho del poder para la libertad, tiene que ver, por un lado, con
el reconocimiento de PP que tiene la AP –tiene poderes que son característicos
del PP necesarios para garantizar el interés general–, pero ello no es ilimitado;
así como se reconoce condición de PP, se reconocen límites para la actuación del
PP para que no se causen perjuicios a los administrados.
Entonces, hay privilegios y garantías aplicables a la AP. Privilegios que son
característicos de la AP, pero también en el DA partimos del reconocimiento de
limitaciones a la actuación de la AP.
· Jean Riberau usa frase exitosa que tiene bastante facilidad de ser recordada. El
sostiene que el DA le reconoce a la AP privilegios en más –prerrogativas y
potestades que tiene la AP y que no son características típicas de los privados– y
en menos –limitaciones de la AP–.
Sobre los privilegios en más:
(i) Autotutela: entre privados no puede modificar unilateralmente jurídica
del otro y no se puede obligar el cumplimiento de una obligación.
Para lo primero se necesita consentimiento, y, además, si uno tiene el
derecho otorgado por el otro, en lo segundo, no puede ir a hacer justicia
por sus propias manos, sino que debe ir al PP para que se ejecute la
decisión.
Sin embargo, la AP tiene facultades de autotutela:
a. Declarativa: la AP tiene el poder de modificar unilateralmente la
situación jurídica de los otros. La AP tiene la potestad de modificar
unilateralmente la situación jurídica de los otros que se relacionen
con ella.
Por ejemplo, pone sanciones, revoca licencias, otorga licencias.
No se requiere el consentimiento para poder sancionarme. Si es
que por ejemplo no cumplo los requisitos para tener una licencia,
entonces no importa mi consentimiento, solo me la quitan porque
está vencida.
Es ideal que haya consentimiento, pero no es necesario. En una
expropiación forzosa no se pregunta, solo se ejecuta.
b. Ejecutiva: permite que la AP ejecute materialmente la decisión que
hubiera tomado. Ya no solamente le estamos reconociendo a la AP la
posibilidad de modificar unilateralmente la situación del
administrado, de crear una obligación en él, sino de ejecutar esa
obligación sin ir a un tercero como el PJ.
La autotutela ejecutiva le permite a la AP ejecutar sus decisiones.
Esta, le permite a la AP ejecutar las decisiones que hubiera tomado
creando obligaciones y hacerlo ella misma, no a través de terceros.
(ii) Carácter revisor del contencioso administrativo: uno va donde le juez
para que se revise la actuación de la AP. No solo va al juez para que se
anule la actuación de la AP –porque se puede ir para la nulidad del acto
si es que se va en contra a Derecho–. Pero siempre se va al juez para que
se revise la actuación a derecho de la actuación de la administración. Sin
embargo, si lo que se cuestiona es un acto administrativo, en estos casos,
no solo se va para que se revise, sino que se va cuando se haya agotado
la vía administrativa. Antes de que se vaya al juez se presentan los
recursos administrativos que dictó el acto que se cuestionó.
(iii) Carácter inembargable de los bienes de dominio público: no todos los
bienes de la AP son inembargables, pero los bienes que son de dominio
publico que son afectados al uso de domino público, son bienes que están
exento de la posibilidad de embargo –son inalienables e
imprescriptibles–. Los bienes que no son de dominio publico
(patrimoniales) no son inembargables –son inembargables bajo ciertas
limitaciones (leyes), pero no son inembargables–.
Una calle, un puente, el palacio de gobierno, un parque.
- Sobre lo menos
(i) Vinculación de la AP a la legalidad en su vertiente de vinculación
positiva a la norma: mientras que los ciudadanos tenemos una
vinculación negativa a la norma, la AP tiene una vinculación positiva.
Nosotros hacemos todo aquello que la ley no nos prohíba, porque la ley
es límite externo –nos niega que podemos hacer, es una barrera que no
podemos superar y nos niega lo que podemos o no hacer–, mientras que
la AP solo hace lo que la ley lo habilite hacer, la ley es la fuente de sus
competencias y justifica el otorgamiento de potestades, si es que no se le
reconocen estos poderes, entonces no las tiene.
No quiere decir que es bueno o malo, sino que solo puede hacer todo
aquello que le permite hacer la ley.
Esta vinculación positiva de la AP a la ley es una diferencia esencial con
la vinculación negativa a la ley. La AP no se auto atribuye potestades,
sino que se las atribuye la ley. Entonces, cuando vemos las limitaciones
de la AP, esta tiene una gran importancia porque no actúa si es que no
hay habilitación legal para hacerlo.
(ii) La AP, para actuar, sigue procedimientos que están establecidos en
normas o reglamentos que vincula a la AP: para tomar una decisión
tiene que motivarse seguir procedimientos para poder llegar a esa
decisión. Es importante porque a través de el, se controla la actuación de
la AP y su sometimiento a Derecho. No es que el procedimiento tenga
valor en sí mismo, sino que permite que a AP cumpla con la legalidad –
se cumple n ciertos pasos– y que justifique su decisión en el interés
público.
(iii) La plena justiciabilidad de sus actos: todos los actos de administración
siempre se discuten ante los jueces.
(iv) Garantía patrimonial de la AP: la AP debe mantener la indemnidad
patrimonial frente a los administrados; si es que busca expropiarlos, por
ejemplo.
- El DA se aplica a la AP, porque si tiene peculiaridades no se puede aplicar el
derecho privado; no está diseñado para aplicarse ante PP, sino ante sujetos
privados. Entonces, esta aplicación del DA a la AP, algún autor la ha llamado la
garantía constitucional del DA en el sentido que es una exigencia tenga que
aplicar el DA, que no corresponde que tiene otros ordenamientos jurídicos salvo
llamada por el DA.
- Si se pueden aplicar otras ramas a la AP, sin embargo, es importante notar que
esta aplicación siempre se produce ha llamado del DA –hay núcleo esencial a que
se le aplica el DA– y es una utilización instrumental del Derecho Privado,
manteniendo un núcleo de DA. Este núcleo es la llamada al derecho privado al
que se le aplicará al DA.
Hay gente que tiene contratos laborales y el régimen es laboral, pero al momento
de seguir los procedimientos para contratar, se aplica DA.
Hay convenios de estabilidad, convenios de carácter civil porque se niega que
haya prerrogativas la AP, pero al procedimiento de la celebración de ese
convenio, se aplicará el DA. Siempre hay un núcleo al que se le aplica el DA
más allá si luego se aplica instrumentalmente el DA a esa actuación de la AP.
Esto porque en tanto derecho normal de la AP, reúne las condiciones necesarias
para someter al PP al control
- Frente a este reconocimiento del DA como derecho normal de la AP hay una
serie de autores que propugnaron el abandono del DA y la utilización del DP
cundo actúa una AP. Históricamente esto ha sido en los 80 y se propugna un
abandono del DA, se propone que la AP no debería aplicar el DA que se ve como
derecho burocrático, lento, y pensado en el poder, en dar prerrogativas,
estableciendo barreras ante una actuación eficiente del poder público. Es un
mecanismo que impide la actuación flexible y rápida de la AP.
- Se logró implementar estos mecanismos a través de dos vías:
a. Utilización de personificaciones privadas o de carácter privado para
reemplazar sujetos que son AP: se le pone ropaje privado a un sujeto que
es AP y que tiene potestades administrativas
b. Aplicación del derecho privado por parte de los sujetos públicos.
- Frente a ello hay dos frases:
a. García Enterría: la AP es un gendarme, y cuando va de paisano, es un
gendarme vestido de paisano
b. García _: la AP es un gigante, y cuando se agacha es un gigante agachado.
Ambas quieren decir que por mas que disfracemos a la AP de ropaje privado,
sigue siendo poder público. Esto no puede negar su naturaleza –poder público–
lo que hacemos es disminuir las garantías de los administrados frente al PP. PP
no deja de ser, sino que aplica el derecho privado y que no esta pensado en las
limitaciones que tiene que respetar el PP. En consecuencia, de esta manera
logramos disminución de las garantías.
Menos aún cuando la AP aplica el derecho privado, se puede acabar en
negociados varios porque se escoge a dedo incluso si es más rápido.
- Esta aplicación del DP terminó revirtiéndose en los últimos años por la
verificación de que esto era contraproducente. Pero algo bueno salió, y es que se
entendió que el DA es un derecho formalista que no privilegie el procedimiento
por sí, sino en tanto medio para alcanzar un fin. La solución entonces no está en
aplicar el DP, sino simplificar las normas de DA para no crear barreras o
limitaciones, solo las que resulten necesarias. La solución no está en borrar el
DA, sino mejorarlo en aquello solo estrictamente necesario.
FUENTES DEL DA
- La LPAG no tiene enumeración de las fuentes del DA, sin embargo, si regula las
fuentes del procedimiento administrativo. Esta es una ley del procedimiento, no
es un manual del DA y por lo tanto no habría lógica en hacer fuentes del DA.
Esto es peculiar porque cuando uno revisa la lista, no son otra cosa que las
fuentes del DA que todos conocemos desde siempre.
- Estas fuentes son las siguientes:
(i) La CM: si entendemos que el DA es el DC concretizado, la fuente de
donde debemos beber para encontrar las reglas básicas del DA es la CM.
(ii) Los tratados internacionales: vinculan a la AP. Estos forman parte del
derecho interno una vez aprobados, y por tanto vinculan a la AP. No
podemos entender que los tratados únicamente afectan a los privados o
que vinculan solo a los organismos; también vinculan a la AP.
(iii) Las leyes: aquí es importante que tengamos claro cuáles normas en
nuestro país tienen rango de ley, y cuáles son sus peculiaridades.
· Primero, qué normas tienen rango de ley:
a. Las leyes ordinarias aprobadas por el Congreso –ante ella procede la
acción de inconstitucionalidad–. Si pretendiéramos que se pusiera en
duda una ley ordinaria actuamos bajo una acción de
inconstitucionalidad.
Una ley ordinaria se caracteriza por ser aprobada por mayoría simple
de los congresistas estos son más congresistas, ni siquiera es la mitad
más uno, si es que decimos ello estaríamos equiparando una
abstención con un voto negativo, pero el que se abstiene no vota, no
dice que sí ni que no. Si es que decimos que se necesita la mitad mas
uno de los votos favorables, estaríamos diciendo que los votos en
abstención cuentan como negativos–; ahora, esto no puede
confundirse con la norma aprobada con la mitad más uno de los
votos de los congresistas.
b. La ley orgánica si se caracteriza por ser aprobada por una mayoría
calificada. Esto es la mitad mas uno del número legal de los
congresistas. Se aplican con 66 votos por ser 130 congresistas. Se
necesita una mayoría importante. Y por ello es relevante que la
aprobación de las leyes orgánicas exige que únicamente se aprueben
en aquellas materias que establece la CM. Como son leyes aprobadas
por una mayoría reforzada y solo son modificadas por leyes
orgánicas, solo se aprueban en materias que la CM establece. No se
aprueban en materias que no son establecidas como materias de ley
orgánica en la CM.
No es posible que se apliquen materias de leyes ordinarias en leyes
orgánicas, entonces una ley ordinaria no puede derogar una orgánica,
pero no porque sea inferior, sino porque eso implica que las leyes
ordinarias se meten en una materia de competencia de las leyes
orgánicas. Entonces, tampoco puede haber leyes ordinarias que
invadan competencias de las leyes ordinarias.
c. Las ordenanzas municipales y regionales: tienen rango de ley, pero
no fuerza de ley porque no proceden otras leyes.
d. El Congreso puede delegar en el PE o comisión permanente el
dictamen de normas con rango de ley
i. Ley de delegación: contiene delimitación de las materias
delegadas y además contiene la delimitación del plazo de la
delegación. No solamente se establecen materias de
delegación y no puede exceder de esas materias el PE, sino
que la delegación se dicta por un plazo y si se supera, esa
legislación también resulta inválida.
ii. Ley delegada: norma mediante la que se ejerce la delegación:
esta, cuando es el caso del PE, son los llamados decretos
legislativos.
Un DL, es una norma delegada con rango de ley aprobada por
el PE. Solo se dictan en materias que son objeto de la
delegación y por el tiempo establecido.
Leyes de la comisión permanente también son normas
dictadas por la CP delegadas por el Congreso.
Ahora, según el Art. 101 de la CP no se delegan materias relativas de
reforma constitucional, ni leyes orgánicas, ni ley de presupuesto y ley
de la cuenta general de la republica. Estas materias no se delegan ni a
una y a otra. El Art. 104 también sostiene que ello se extiende al PE.
e. Decretos de urgencia: normas con rango de ley dictadas por el PE en
materias económicas y financieras. No son materias reservadas la PE,
sino que el PL también se puede pronunciar. En estas materias
cuando hay especial urgencia y una situación de transitoriedad, es
posible que el gobierno mediante decretos de urgencia reaccione ante
una situación que requiere una reacción o una respuesta rápidas.
Así, el Art. 118 CM establece dentro de las facultades del PE dictar
este tipo de normas.
El requisito material es la materia económica y financiera, pero hay
el requisito que es lo extraordinario de la situación; es una medida
extraordinaria.
Cuando se establece el interregno se pueden dictar decretos de
urgencia –interregno parlamentario–, no están sometidos a las
mismas condiciones que los decretos de urgencia comunes y
corrientes. Estos decretos se pueden dictar sobre diversas materias.
f. Reglamento del Congreso: ley aprobada mediante resolución
legislativa por el Congreso y no requiere promulgación del Pdte.
g. Tratados: la CM dice que procede acción de inconstitucionalidad
frente a los tratados
Hay tres tipos:
i. Tratados de DDHH
ii. Tratados ordinarios: implican modificación de leyes y
aprobados por el Congreso
iii. Tratados ejecutivos: no requieren intervención del congreso y
son aprobados y ratificados por el Pdte. porque no requieren
modificación de leyes. Estos tienen rango de ley pese a que son
dictados por el PJ. El TC y el propio CM le dan ese carácter.
h. Leyes de desarrollo constitucional
i. Leyes de base
j. Leyes de interpretación
Ellas son leyes adjetivadas, tienen rango de ley independientemente
del texto al que se le adjetiven.
k. TUO –se aplica los DS que no es ley–: la prueba un texto de la norma
que toma en cuenta todos los cambios. Esto era habitualmente
importante antes del SPIJ.
Lo que contiene el TUO sigue teniendo rango de ley. El DS que
aprueba el TUO no modifica lo que el TUO establece; únicamente
cambia el articulado, pero no varía el contenido de esas normas
porque ellas tienen rango de ley.
El caso de la LPAG salió dos TUOS para poder recoger las
modificaciones de la misma ley.
_.
CLASE 04:
(iv) Los DS y demás normas reglamentarias de otros poderes del Estado.
(v) Los demás reglamentos del PE, los estatutos y reglamentos de las
entidades, así como los de alcance institucional o prevenientes de los
sistemas administrativos.
(vi) Las demás normas subordinadas a los reglamentos anteriores
(vii) La jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que
interpreten disposiciones administrativas:
· Son los pronunciamientos judiciales –tanto de la jurisdicción ordinaria
y el TC–. Basta que hablemos de un pronunciamiento judicial para
entender jurisprudencia, pero no vincula a los órganos de la AP como lo
haría una norma.
· Normalmente, cuando uno cita jurisprudencia en un libro o demanda, se
cita jurisprudencia de la CS o del TC. Si bien no hay una limitación
formal, se suele entender que la jurisprudencia es la que emite el TC o la
CS a través de la casación.
(viii) Las resoluciones emitidas por la AP a través de sus tribunales o consejos
regidos por leyes especiales, estableciendo criterios interpretativos de
alcance general y debidamente publicadas. Estas decisiones generan
precedente administrativo, agotan la vía administrativa y no pueden ser
anuladas en esa sede
· El precedente administrativo es la respuesta que se da a un caso
particular por parte de la AP. Es la respuesta a una controversia
particular por parte de un órgano de la AP; si es que no hay controversia,
no hay precedente, sino opinión. Esta idea de que el precedente está
vinculado al caso en particular es importante.
· Cuando pensamos en el precedente administrativo hablamos de la
respuesta de la AP ante una solicitud de un procedimiento generado a
oficio respecto de un caso en particular por un sujeto administrado.
· La expresión precedente se usa en dos sentidos:
a. Antecedente –a secas–: supuestos en donde la AP ya ha resuelto
casos similares y lo ha hecho de cierta forma. Vinculan para evitar
posible afectación a la igualdad.
b. Vinculante –tipo específico–: la máximo autoridad de la AP que lo
dicta, le da efectos vinculantes para futuros casos; de tal manera que
no es posible que una autoridad debajo de ella se aparte, si es que lo
quiere, entonces se aparta y lo modifica hacia adelante, no lo puede
dejar de aplicar en el caso concreto. Son aquellos que están regulados
en la LPAG en el Art. 6 inc 1, son precedentes que vinculan por sí
mismos.
Renzo presenta una solicitud y se le acepta. María presenta
solicitud y se le acepta. Héctor presenta solicitud y se le deniega.
El posible carácter vinculante va de la mano con el derecho a la
igualdad, porque a unos les acepto, y no a otros. Se está diciendo
que se diga que sí porque va en contra de la igualdad. Se puede
apartar.
Si es que el precedente es de observancia obligatoria, ya no se
vincula únicamente por la igualdad, sino porque la AP se ha
vinculado y sostiene que resolverá de cierta forma. Estos
precedentes se conocen como precedentes normativos. No se
aparta, si es que esto sucede se tiene que cambiar el precedente,
no inaplicarlo y luego volver a aplicarlo.
(ix) Los pronunciamientos vinculantes de aquellas entidades facultadas
expresamente para absolver consultas sobre la interpretación de normas
administrativas que apliquen en su labor debidamente difundidas
· Los precedentes se dictan en respuesta de un caso particular. Se extrae
una regla general a la respuesta que se de en un caso en concreto.
· Estos pronunciamientos son respuestas en abstracto, es un
pronunciamiento sobre normas que les corresponde interpretar. No se
abstraen del caso concreto, sino respuestas generales no aplicables al
caso concreto que hace un administrado a la administración competente.
Como la opinión es un pronunciamiento abstracto de la interpretación de
las normas es difícil que se impugne.
(x) Los principios generales del DA: que el DA es derecho común y normal
de la AP significaba que estamos ante un sector del ordenamiento
jurídico que tiene autonomía suficiente como para poder encontrar en él
mismo –en sus principios– el criterio para llenar vacíos o deficiencias
que puedan existir en el ordenamiento. A diferencia de lo que sucede con
los derechos que no son derechos normales –se va a principios del
derecho común–, en el DA ante una deficiencia del ordenamiento
jurídico administrativo, acudimos a los principios propios del DA.
· Sobre los principios:
i. Principio de legalidad: las autoridades administrativas deben actuar
con respecto a al CM la ley y al derecho, dentro de las facultades que
le estén atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron
conferidas.
ii. Principio de debido procedimiento
iii. Principio de impulso de oficio: obliga a las autoridades a impulsar
para llegar a una resolución final
iv. Imparcialidad: autoridades, deber de abstención en ciertos
procedimientos
v. Informalismo: el primero de principios procedimentales que buscan
evitar que perdamos el tiempo en formalismos que no tienen
justificación. La forma es importante, el formalismo es diferente.
vi. Presunción de veracidad: se presume que los administrados
responden a la verdad de los hechos que afirman
vii. Celeridad: administración rápida de la AP evitando formalismos
innecesarios.
viii. Eficacia: conservación del acto administrativo.
ix. Verdad material
CLASE 05
(ii) El Perú también se define como un Estado social.
· El concepto de Estado social de Derecho nace como un concepto que buscaba la
superación de lo que se venía a llamar como el Estado decimonónico liberal, como
puramente árbitro y regulador. Entonces, mientras que en el concepto tradicional el
Estado asume una posición neutra de cara a la satisfacción de las necesidades de los
ciudadanos, surge, frente a esta noción, el Estado social de Derecho para promover
que el Estado se implique activamente en la efectiva satisfacción de las necesidades
del ciudadano.
· Surgen las generaciones del derecho
a. Derecho a la libertad
b. Derechos políticos
c. Derechos sociales: que implica actuación positiva del Estado, no se limita a
actuar como árbitro en las controversias de los privados; sino que se
compromete a que la igualdad y libertad se cumplan. No solo se dictan leyes
y dictando que se cumplan, sino que asume un rol más activo –no solamente
para reconocer la libertad e igualdad, sino para que se consiga que ambos se
lleven en la práctica–.
· Esta noción proviene de la Constitución Alemana y se relaciona con la idea de que
el Estado debe promover que se satisfagan las necesidades esenciales de los
ciudadanos –de servicios públicos y asistenciales–. Entonces, el Estado social
implica una actuación positiva por parte del Estado sobre la sociedad para conseguir
que la igualdad sea real y la libertad sea efectiva. De nada sirve que se diga que
todos somos iguales, si es que no se garantiza que estos sujetos, todos iguales,
tengan acceso a la educación; sino ello es ficticio.
· Entonces el estado no tiene solo una función negativa –evitar que se vulneren los
derechos del otro–, sino una positiva –que haya políticas que permitan el ejercicio
de estos derechos–.
· No se puede confundir con el socialismo, ya que este último tiene que ver con la
monopolización de los medios de producción por parte del Estado. El Estado social
es un triunfo que es reconocido por liberales y socialistas, ya que no es un tema de
ideología política, sino que es una conquista que ambas ideologías admiten.
Entonces, se tiene que garantizar el ejercicio de los DF, si es que eso implica reserva
de actuación o diversos mecanismos esto es lo que variará, pero que se den estos
mecanismos para el desarrollo de los intereses de los ciudadanos no cambia.
Entonces, pueden cambiar los mecanismos según la ideología política, pero no su
existencia.
· Entonces, desde el punto de vista del reconocimiento Estado social, implica que no
únicamente el Estado se limita a la cuestión exterior –que haya seguridad, que la
diplomacia vaya muy bien, que haya justicia exterior– sino que entre sus funciones
esenciales está que se garantice la libertad e igualdad –plena vigencia de los DD.
HH, el interés general–; si es que el Estado no ponga las bases para que se ejerza la
igualdad como punto de partida, entonces sigue siendo ineficiente. El Estado no solo
debe expresar, sino también garantizar. A eso conlleva el Estado social.
· Los derechos sociales se reconocen en la CM y algunos de ellos fueron
introducidos en países difícilmente socialistas; los derechos de seguridad social, de
jubilación, los derechos laborales fueron reconocidos en la época de Bismarck en
Alemania, por ejemplo. Esta garantía de la satisfacción que no debe ser cubierta por
el Estado, sino que debe garantizar que se cubran en el Estado social de Derecho.
· El problema de estas exigencias de las cláusulas del Estado social es que la propia
CM reconoce estos derechos sociales, pero su concretización es otro debate porque
estos derechos, como se encuentran en la CM, son de configuración legal que
marcan pauta de actuación al Estado, pero ello nunca podría implicar que a partir de
este reconocimiento alguien demande al Estado para que estos derechos le sean
reconocidos. Entonces, la misma CM establece que el agua y la salud son derechos
que se deben otorgar de forma progresiva.
El hecho que se reconoce el derecho al trabajo no significa que se le debe
demandar al Estado para que se me de trabajo, sino que debe dictar
regulación que fomente la creación de empleo y que el Estado debe proteger
también a los trabajadores.
Cuando se reconoce el derecho a la vivienda digna no se reconoce que se
demande al Estado que se demande para que me de una casa, sino que el
Estado implemente políticas para que todos puedan tener acceso a ella
favoreciendo el acceso a la vivienda. Tampoco significa que pueda tomar la
vivienda del otro.
· Lo característico de estos derechos que se reconocen por la cláusula social es que
se van a ir reconociendo progresivamente y conforme el Estado esté en condiciones
de materializarlos. El reconocimiento de estos derechos implica que el Estado no
solo reconoce derechos de libertad, sino que toma medidas para que se materialice.
Pero eso no implica que ante el pleno reconocimiento de los derechos en la CM
alguien pueda demandar que estos derechos sean reconocidos en una situación
concreta, porque ello tiene que ser desarrollado en la legislación.
· Entonces, lo que le corresponde al Estado no es dar trabajo o dar concretamente
educación; sino le corresponde garantizar que exista el derecho a la educación o a la
salud. Si es que asumimos el papel del Estado como garante, podemos encontrar
diferentes mecanismos a los cuales el Estado garantiza ese acceso a la educación.
Puede poner un colegio en cada pueblo, también puede impulsar a los
privados a que pongan colegios en cada pueblo –reduzco impuestos y recibo
menos a cambio de que tú lo hagas y seas más eficiente que yo–, o doy
dinero a los alumnos para que ellos paguen educación y profesores.
No es la única concreción posible el excluir al privado, porque la garantía se
puede traducir en promoción, prestación directa, garantía.
Dar financiamiento al privado que ponga una posta, pongo yo la posta, u
otros mecanismos. Pero en todas se concreta el Estado social en donde este
órgano promueve el acceso progresivo de todos a los servicios básicos.
No es una cláusula cerrada que da alternativa o solución, sino que el Estado
debe promover activamente que los derechos fundamentales sean cumplidos
de forma efectiva.
· Ahora bien, el reconocimiento de la cláusula de Estado social debe ser tan amplia
para que se sientan cómodos unos y otros dentro del marco constitucional. Si es que
se establece el derecho a la educación, se establece el derecho de establecer
colegios; ahora, si es que dice que el Estado puede financiar ello los privados
pueden hacerlo, como no. Lo que debe tener el texto constitucional es una amplitud
que permita que quienes están dentro del Estado social de mercado se sientan
cómodos tanto a la izquierda como a la derecha.
Si doy un derecho a la educación por tanto eso es suficiente para que esté
más a la izquierda diga voy a poner colegios públicos, y quien esté a la
derecha diga que dará cheques escolares.
Ahora, el que está a la izquierda no puede decir que se elimine la educación
privada –se reconoce el derecho a poner colegios–, y quien está a la derecha
no puede decir que eliminará los colegios públicos –existe la necesidad de
garantizar la educación, y si los privados no alcanzan, entonces otro
mecanismo sustitutivo encontraremos–.
· Dentro del reconocimiento del Estado social, en nuestro país adquiere vital
importancia la noción de subsidiariedad, que tiene doble alcance:
a. Organizacional: subsidiariedad en el sentido de que aquellas organizaciones que
estén más cerca de los administrados sean quienes tengan competencias en esta
materia frente a las competencias más generales que deben estar más en manos
de organizaciones más generales. Hay distribución de competencias de forma
que las competencias que estén más cerca de las comunidades y otras más
generales. Todo ello tiene que ver con la descentralización.
b. Papel del Estado para con la iniciativa privada. Aquí nuestra CM toma partido
respecto del principio de subsidiariedad.
· Podemos estar ante un Estado social en el que no se reconozca el principio de
subsidiariedad, pero esta es la concreción que reconoce nuestro país.
· Entonces, la subsidiariedad sostiene que la iniciativa les corresponde a las
personas que el Estado, en su papel de garante de la satisfacción de ciertas
necesidades, tiene la obligación de intervenir en los supuestos en los cuales la
iniciativa privada es insuficiente para satisfacer las necesidades básicas que se
vinculan con la necesidad de una libertad real e igualdad efectiva.
Entonces, implica la prevalencia en la actividad por parte de los privados, y el
Estado no compite o sustituye a los privados; sin embargo, ello no significa que
no tenga que intervenir cuando su actuación sea insuficiente para satisfacer
necesidades básicas. La intervención del Estado se justifica como garante de
estos derechos sociales, y cuando la actuación de los privados sea insuficiente
para lograrlo, el Estado interviene; ahora, solo interviene cuando hay actuación
deficiente de los privados.
· La CM reconoce ese principio, que no es liberal, en donde el Estado interviene
para reconocer necesidades básicas cuya satisfacción pertenece primero al
privado. Es una intervención que no está destinada a sustituir, reemplazar o
competir con los privados, sino suplir su intervención. El Estado, como garante
de la libertad y la igualdad, debe intervenir cuando la intervención de los
privados sea insuficiente para satisfacer estas necesidades básicas.
Implica que, si un buen negocio es poner en termos la comida y los privados
no lo hace, el Estado no intervenga porque esto no es satisfacer una
necesidad básica. Ahora, si no hay empresas de transporte para que vaya a la
selva, el Estado puede poner líneas aéreas que vayan; o de lo contrario
podría brindar subvención a los privados vayan a la selva. Solamente cuando
lo necesiten.
· Ahora bien, en su concreción para con el DA. La CM establece el principio de
subsidiariedad para con la actividad empresarial del Estado; establece que este
interviene subsidiariamente y exige algo –que podría no ser necesario–, que es
que la creación de empresas públicas sea autorizada por una ley del Congreso.
Nuestra CM establece no solo la subsidiariedad controlada por INDECOPI vía
comisión de la competencia desleal, pero no solo pide eso, sino que sean razones
de interés público y que exista una ley del Congreso para la intervención
empresarial del Estado.
Sobre ello, probablemente el aspecto que sea más discutible del reconocimiento
de la subsidiariedad en la CM es este. Quizá la crítica no haya sido de la más
centrada, pero es genérica a la subsidiariedad en general. Entonces, si se
permitiera que el PE tuviera más libertad para elegir cuando intervenir –cuando
poner una empresa o no sin necesidad de que exista una ley– esta crítica fuera un
poco mejor.
La CM del ’79 no recogía la subsidiariedad, la CM española del ’78 no reconoce
que haya ley, pero pese a que no exista, se reconoce la cláusula de respeto a la
subsidiariedad. Entonces, uno de los temas debatibles sobre ello es que es el
Congreso quien tiene control de la actividad empresarial del Estado, no es
necesario que sea de interés público y que sea subsidiaria –pudiendo controlarlo
el INDECOPI–, sino que es necesario que es el PL el que permite la actividad
empresarial del Estado.
· La unidad, por otro lado, sirve como origen de los poderes del Estado. En un
estado unitario los poderes del Estado son los expresamente no atribuidos a la
entidad descentralizada, y eso tiene como correlato la supremacía de la
organización general respecto de las organizaciones territorialmente
descentralizadas.
· El concepto es supremacía diferente a tutela o jerarquía. Potestades no
atribuidas a gobiernos municipales o regionales y atribuidas al gobierno central
como los mecanismos de control, la contraloría que ejerce sus funciones sobre
todas las demás AP.
CLASE 06:
SEGUNDO BLOQUE: LA ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA
- Supone que existe una pluralidad de sujetos, un orden que es lo que permite a
esos sujetos alcanzar una finalidad en común. Entonces, el concepto de
organización –no nos acercamos al DA– están vinculadas con existencia de
sujetos que busca una finalidad o un objetivo para lo cual establece un orden
entre ellos.
- Las dos primeras son niveles de organización del nivel subjetivo –entre diferentes
entidades–. La manera en como se estructura esta AP en organizaciones
personificadas; es decir, aun no se va a entrar en el nivel orgánico porque
estamos hablando solo de entidades (!importante)
CLASE 08:
c. Participación
- No es un mecanismo que se diferencie de la centralización o descentralización.
La participación no es contrapuesta a ninguna de ellas, sino que es un mecanismo
en donde adicionalmente a estos modelos, se incorpora al ciudadano en la toma
de decisiones por parte de la AP. Esta participación puede ser institucional –
cuando el ciudadano participa desde dentro de la institución– o funcional –
manteniendo su condición de administrado, colabora con su actuación para las
finalidades de la AP–.
- La coordinación o participación es siempre consensual, no se impone al
administrado a participar dentro de estos órganos.
- Vemos que aquí, entonces:
a. Se institucionaliza la participación de las colectividades territoriales en la
decisión política.
b. Se consideran como sus principios la consulta, negociación y concertación de los
sindicatos, asociaciones y grupos sociales con la AP. Esto supone una
flexibilización del principio jerárquico.
c. La coordinación es consensual y no vinculante.
II. SOBRE LA TEORÍA DEL ÓRGANO.
- Dice Santa María que la evolución de la teoría del órgano ha sido una evolución
atormentada, eso tiene que ver con su origen, y a la vez su cuestionamiento que
hoy la conduce a existir de forma más acertada.
- La noción del órgano nace con un alemán _, y busca explicar porque los actos de
un sujeto se le atribuían al Estado, superando la teoría de la representación en el
ámbito civil, se plantea esta como una alternativa.
- Se consideraba como necesario plantear teoría civil de la representación. La
forma en como se entiende ella es insuficiente, de ahí que se planteen esas teorías
como la del órgano. En el ámbito civil, los actos del representante solo se le
imputan al representado en medida que actúa en los limites de la representación,
si es que se excede, esos actos y su responsabilidad, no se imputan al
representado, sino al representante.
Entonces, esta limitación que de alguna manera puede predicarse del ámbito
privado, cuadraba mal con lo que sucedía en el DP, en donde los actos del personal
de la AP, independientemente si actuaban dentro de las normas que les otorgaban
competencia o si actúan excediéndolas, se le siguen imputando a la AP. Es decir, a
diferencia del DP, en donde esta imputación le viene determinada por el actuar fuera
o dentro de sus competencias, en el ámbito administrativo, esto resultaba
insuficiente.
- Para intentar lograr una salida se plantea teoría del órgano con explicación
antropomorfa. Entonces, así como los órganos del cuerpo humano no son
diferentes al cuerpo y todo lo que hace se atribuye al cuerpo; así, los órganos de
la AP no son diferentes del PP y por tanto le atribuyen todo ello que hacen a la
AP.
Esta remisión al órgano como fenómeno que explicaría la imputación a la AP de la
misma manera que todo lo que realiza un órgano del ser humano no puede ser
imputado a nadie más que a la persona.
Si lo que hace el órgano se le imputa al sujeto, lo que hace el órgano administrativo,
se le imputa a la AP porque no es nada distinto que la administración.
- Este concepto inicial de órgano contrapuesto a la noción de ente –órganos forman
parte de los entes, que son los sujetos que tienen personería jurídica– fue materia
de cuestionamientos:
- Parte de una visión cuasiantropomorfa de la AP: esta vocación o intento de darle
una forma humana o de asimilar a la AP como cuerpo humano fue criticado por
ser innecesario. Entonces, no resulta necesario acudir a esta teoría, sino que sería
únicamente necesario explicar esta situación a partir de lo dispuesto por las
normas.
La imputación de las decisiones o responsabilidad de lo que decidan los órganos
a la AP, se justificarían únicamente por un fenómeno más simple, que es la
imputación normativa. Es decir, el hecho que estemos ante una norma que prevé
se debe atribuir responsabilidad al sujeto es suficiente para explicar esta
imputación sin recurrir a estas figuras antropomorfas.
Esta imputación diferenciada no se explica por visión antropomórficas, sino
porque así lo dice la norma que regula la AP.
- Ahora bien, ¿entonces es innecesario que hablemos de órgano? ¿podemos
prescindir de esta categoría y hablar de las entidades, y podemos olvidarnos de
ella? La respuesta es que no. No sería conveniente prescindir de esta categoría
porque si bien no explicaría el fenómeno de la imputación, sigue siendo
igualmente útil a efectos de explicar la organización interna de la AP. Así, los
órganos serían aquellas unidades funcionales al interior de una AP. Es decir, los
órganos serían unidades funcionales al interior de una AP, que, como son
unidades funcionales, permiten la organización interna de las entidades y atribuir
al interior de las entidades competencias. Esta no es una especie de
descentralización, porque esta requiere que estemos ante la creación de PJ, pero,
si estamos ante una forma de distribución, o unidad funcional a la cual se le
podría atribuir determinadas competencias al interior de las unidades.
- Esta noción de órgano sigue siendo necesaria si bien no explica el fenómeno de
la imputación. Este concepto de órgano se explica bajo términos normativos. Sin
embargo, sigue siendo útil en medida que explica la organización interna al
interior de las entidades. Esta organización interna a nivel de entidades implica la
distribución –al interior de estas entidades funcionales– de funciones,
competencias, medios materiales.
OJO. Cabe resaltar que ahora estamos hablando de la organización que existe al interior
de las entidades, la centralización o descentralización son formas de organización a
nivel de entidad; sin embargo, ahora ya estamos al interior de las entidades hablando de
sus unidades funcionales. Antes vimos entes, y ahora vemos órganos, que son el
contenido propio de la organización interna de las entidades.
- A propósito de lo anterior, tiene especial interés que recapitulemos sobre los
elementos del órgano:
a. Subjetivo: titular del órgano. En los órganos, o en su interior, encontramos
un elemento subjetivo –titular quien lo constituye–. Persona física o colegio
d personas que ostenta la dirección y jefatura de la unidad.
b. Objetivo: funciones o competencias atribuidas al órgano. Haz de funciones o
tareas que configuran su denominación oficial.
c. Material: conjunto de medios materiales utilizados por el titular o titulares de
los órganos. Personas que auxilian a aquella en su tarea
Esto resulta importante cuando hablemos de la transferencia de competencias
por el cambio de elementos.
Es importante al hablar del órgano como entidad funcional al interior de la AP
recordar estos tres elementos. Los órganos tienen un titular, al órgano se le
atribuyen competencias para poder alcanzar la finalidad que buscan a través de
ciertas competencias y luego ciertos medios materiales que usan los titulares
para alcanzar en competencias.
Por ejemplo, el viceministerio de hacienda. Hay un titular, que
es el viceministro de hacienda, hay competencias que le son
atribuidas por la ley, y también tendrá unos medios materiales
que están a disposición de estos para que cumplan con sus
funciones.
(v) Por cuantía: hay supuesto de órgano regulado en nuestra legislación que
es el órgano encargado de la resolución de los recursos en contrataciones
con el Estado. Cuando estamos por encima de las 50 UIT, este órgano es
el Tribunal de contrataciones con el Estado. Cuando estamos ante
recursos referidos a contratos que estén por debajo de las 50 UIT,
entonces este se presenta ante la misma entidad para que lo resuelva el
superior jerárquico.
(iii) (!!!) examen objetivo. ¿Inclusiva? no tiene ese nombre pero lo pongo
para guiarme: se atribuye a más de un órgano
a. Alternativa: cuando el Derecho positivo prevé la posibilidad de que,
si concurren circunstancias, y con ciertas formalidades, una función
pueda ser ejecutada en primera instancia por un órgano distinto al
que primero se atribuyó, y que está previsto legalmente.
Entonces, en ella, se le atribuye una competencia a A, pero bajo
determinado supuestos, en lugar de A, la ejerce B.
Normalmente B es superior jerárquico de A.
TRANSFERENCIA DE COMPETENCIAS
- Por otro lado, ahora veremos la transferencia de competencias. Esta puede ser:
(i) Descentralización: entre entidades diferentes. Se transfiere la titularidad
y el ejercicio de la competencia a otra entidad. Ello se llama
descentralización.
La descentralización se distingue de ciertas figuras porque esta implica la
transferencia de competencia entre entidades, y se transfiere la titularidad
y el ejercicio de la competencia, otra entidad es titular de la competencia.
(ii) Desconcentración: se transfiere a nivel intra administrativo –de un
órgano a otro–. Transferencia de la titularidad de la competencia de un
órgano a otro.
Transferencia permanente de competencias de un órgano superior a otro
inferior. Ya sea una transferencia una transferencia hacia abajo –
vertical–, o hacia abajo y al costado.
Por ejemplo, el INDECOPI creó oficinas en cada una de las
regiones del Perú, sin embargo, no se puede decir que sea otra
entidad porque sigue siendo del INDECOPI incluso si es que
existe en otra región. Forma parte de la distribución propia del
ente, no se crea otra organización diferente del INDECOPI, lo
que tenemos es una oficina diferente a la de INDECOPI Lima
que tiene sus propias competencias frente a las competencias de
INDECOPI Trujillo, Puno e incluso Lima. Tiene sus propias
competencias frente al propio tribunal.
Técnicamente, esta oficina “descentralizada”, solo es una
oficina desconcentrada, porque se trata de un mecanismo de
transferencia de competencias de la titularidad de
competencias, no solo porque las ejerzan, sino porque son de
ella, de un órgano a otro.
Antes todos los temas de competencias de barreras burocráticas
se veían en Lima, pero luego de desconcentra –no se
descentraliza– las competencias en Piura. Ahora bien, si es un
asunto de libre competencia, entonces las comisiones regionales
no tienen competencia, sino que, si estamos en una conducta
contraria a la libre competencia en cualquiera de las provincias,
la denuncia es reconocida por la oficina de Lima. Si la
competencia es desleal, entonces se desconcentra. pero la
primera no fue desconcentrada.
No hay creación de una nueva o distinta organización o entidad
administrativa.
-
CLASE 10:
(ii) Si los actos internos son AD: estos son actos que la AP dicta, pero que no están
dirigidos de forma inmediata a un administrado, son actos que tienen como
destinataria a la propia AP. Ahora bien, estos actos internos pueden ser (i) de
organización o (ii) trámite al interior de un procedimiento.
Por ejemplo, el informe necesario de un órgano de la AP que se da para
que otro órgano, también de la AP, realice cierto acto.
Actos a través de los cuales la AP organiza su servicio o su forma de
actuación.
A la pregunta si los actos internos son AD, la respuesta es depende. Esto porque
uno de los elementos que hemos mencionado debe tener el concepto de AD es
que estos produzcan efectos jurídicos respecto de los administrados. Sin
embargo, estos efectos jurídicos pueden ser:
i. directos: decisiones dirigidas a crear unas consecuencias en un
administrado.
la declaración de nulidad de oficio de una decisión, la aprobación
de una autorización, una revocación; por ejemplo.
ii. indirectos: el acto no está dirigido a un administrado, pero aún así
produce consecuencias respecto de este. estos conllevan a que el
administrado de alguna forma se ve afectado por lo que declare la
administración; ahora, no es una declaración dirigida a el, pero es una
declaración que termina produciendo efectos indirectos sobre el. no está
dirigida a crearlos, pero lo hace. un ejemplo de ellos son los actos de
trámite.
L. Primero se decía que solamente son AD los actos que producen efectos
directos en los administrados. En consecuencia, se excluye (a) los que producen
efectos indirectos, (b) los que no producen efectos, (c) los que producen efectos
directos sobre los titulares de los órganos administrativos. Ahora bien, sobre
ello:
(iii) Si los reglamentos son AD. Hay dos posiciones sobre ello:
a. Se excluye como AD al reglamento: esto porque los reglamentos son
normas, y los AD se caracterizan por no serlo, ya que generan efectos
individuales y concretos. Los AD son los únicos que no tienen carácter
normativo, y como los reglamentos son normas, entonces no serían AD
porque estos están destinados a producir efectos jurídicos en una relación
individual.
Ahora bien, ¿qué significa que el reglamento sea una norma? Las normas,
según la doctrina, no solo se caracterizan por su carácter general a estar
destinadas a un número determinado de sujetos –los AD pueden estarlo en
ciertos casos–, sino que se caracterizan por ser abstractas. Esto significa que
innovan el ordenamiento jurídico de tal modo que son susceptibles de ser
aplicadas en distintas ocasiones y para distintos sujetos. Entonces, se aplican
siempre cuando el supuesto que prevé su aplicación se da.
Entonces, una posición excluye del concepto de AD a los reglamentos en la
medida que los reglamentos son normas, e innovan el ordenamiento jurídico,
pero las declaraciones propias de la AP son no normativas, no innovan el
ordenamiento jurídico, y están destinadas a producir efectos en una situación
individual.
b. Se incluye como AD al reglamento: otro sector sostiene que los reglamentos
son AD en la medida que son declaraciones que producen efectos jurídicos,
que son dictadas por una AP en virtud de una potestad administrativa.
Sucede que según esta posición hay dos tipos de AD.
i. Normativos: son aquellos que están destinados a aplicarse en más de
un supuesto. Son reglamentos.
ii. No normativos: se aplican en una situación jurídica individual, o
puede que sea general –número indeterminado de sujetos– pero con
un supuesto de aplicación particular. No son normas, son actos
abstractos.
El profesor considera esta posición porque se cumplen con todos los
requisitos. El último elemento es que están sometidas a ley y control
jurisdiccional –potestad administrativa–. Entonces, como los reglamentos
cumplen con estos requisitos son AD.
Sin embargo, también es cierto que tienen característica peculiar entre los
actos normativos, y ello los distingue de los no normativos. De tal manera
que es entendible que puede resultar justificado que exista un régimen
jurídico distinto para los AD normativos a los AD no normativos –regímenes
jurídicos diferenciados entre ambos–, sin que ello implique no reconocer que
ambos están en la categoría de AD.
Probablemente, este es el punto débil de la teoría que niega que los
reglamentos sean AD, porque si estos en realidad no lo son, y reservamos la
noción de AD a actos que sean individualizables, entonces, ¿no sería
necesaria una categoría que agrupe a las dos? Teniendo tantas cosas en
común, ¿no necesario que exista una categoría que agrupe a las dos –actos
administrativos y reglamentos–?
Acá se refiere a que no es necesario agrupar en una nueva categoría a los
actos administrativos que no son individualizables al caso concreto, porque
con los que pueden individualizarse –que sí son AD– tienen mucho en
común. Por tanto, en realidad sería difícil clasificarlos en una categoría
diferente solamente por tener un elemento que se distancia de lo que “es” en
realidad un AD.
Entonces, tienen tantos elementos en común que hace innecesario que se
cree una nueva categoría. No hay necesidad de crear una nueva categoría que
ya existe. Esta categoría es la de los AD, que no se debe separar. Por ello, se
sostiene que existe, dentro de la categoría del AD, una distinción entre los
AD normativos y los no normativos–.
Aún así, todo ello no es suficiente para afirmar que son dos géneros
diferentes, sino que en realidad la naturaleza jurídica sustantiva de ambos es
la misma y por ello contiene los mismos elementos básicos. Estos elementos
en realidad sí serían suficientes para afirmar que son dos especies distintas
en un mismo género: el del AD.
Entonces, el reglamento es AD, incluso si es que es un AD normativo, el
cual rige por las normas especiales que dicten su régimen jurídico y solo
supletoriamente por la LPAG.
(iv) Si los contratos son AD. Aquí la discusión gira si estamos ante el ejercicio o no
de una potestad administrativa o no.
a. Los contratos no son AD. Hay autores que sostienen que para que estemos
frente a un contrato debemos estar frente a una posición de igualdad, esto
porque los contratos crecen y surgen al amparo de la igualdad; es esta la que
excluye la existencia de potestades. Los AD, según esta teoría, son actos
privados de la AP.
En realidad, como la relación contractual se entiende como actuación es
privada, entonces no serían AD. Se dice que es privada porque es un acuerdo
de voluntades entre dos sujetos que tienen una situación de igualdad, y ahí se
excluyen a las potestades. Cuando la AP contrata hay un acto privado,
porque es precisamente este que se define en virtud de la igualdad, dejando
de lado completamente la existencia de potestades en una relación
contractual.
En consecuencia, esta distinción o categoría de los contratos encajan en los
actos privados de la AP; en donde ella actúa como un sujeto privado.
Es más, algunos sostuvieron que se aplicaría la teoría del fisco, que consiste
en que la AP en realidad tiene dos caras: una cara de derecho privado –
contrata– y otra de derecho público –ejerce potestades–. La AP actúa en
virtud de su personería jurídica de derecho privado, y por ello en realidad los
contratos no son actos administrativos ejercidos con potestades
administrativas.
Por ello, cuando la AP contrata, está adjudicando bienes escasos y por tanto
está actuando como un PP. Cuando contrata está ejerciendo, por lo
menos, una potestad de justicia distributiva (distribuye bienes de sujetos
que tienen igual derecho a optar por ellos). Este es el tipo de potestades
que ejerce, y no estamos ante un sujeto particular que podría realizar estos
actos.
Aquí, para explicar como es el AD, surgen tres teorías:
i. Así como el contrato privado, es un acuerdo de voluntades, un acto
bilateral. El contrato público es un AD bilateral: esta posición es
muy cuestionada porque si decimos que el AD es el acto de la AP, no
puede ser bilateral. Los AD siempre son unilaterales porque son de la
AP.
Solamente cuando la AP dice y acepta, se inicia la relación
contractual con cierto contratista y no con otro. Entonces, el contrato
administrativo no es un acto bilateral en el que existen dos
voluntades que se unen para perfeccionar el AJ en condiciones de
esencial igualdad; sino que un acto unilateral de la AP en ejercicio de
su potestad administrativa que se expresa como acto definitivo de una
serie de actos de trámite que se realizan previamente y del que surgen
efectos jurídicos.
Si bien sí nos manifiesta concurrencia de voluntades conformes –
tanto la AP como el contratista desean crear un acuerdo–, la forma en
como nace ese acuerdo de una forma diferente al contrato privado
porque hay potestades administrativas que hacen que la decisión de
contratar –AD– le de paso al contrato en sí –que no es AD–. Así, los
contratos públicos se perfeccionan mediante un acto unilateral
administrativo propiamente como tal y no por el mero
consentimiento manifestado por el concurso de la oferta y de la
aceptación sobre la cosa y causa que han de constituir el contrato.
ii. Teoría del acto separable –más extendida–. El contrato no es un AD,
porque el contrato es un acuerdo, y este es bilateral; sin embargo, la
expresión de la voluntad de la AP para llegar a ese acuerdo es un AD
separable del contrato. El contrato presupone un AD, porque cuando
la AP manifiesta su voluntad para adjudicar contratos, lo hace a
través de un AD.
Por ejemplo, la adjudicación es un AD, mientras que el contrato no
lo es. El contrato no es un AD, pero la adjudicación que lo
presupone sí.
EXPR ACUE
ESIÓ RDO
N DE (CON
VOL
iii. Teoría del contrato como relación contractual. Es la más defendible,
menos extendida. El contrato puede ser visto como la relación
contractual. Hay dos formas de entenderlo: como acuerdo y como
relación contractual.
En el DP, el contrato –lo contraído– es una cosa, y luego debemos
preguntarnos de donde esta surge. Esto porque si la AP ejerce
potestades mientras contrata, los efectos que se producen deben ser
atribuibles al ejercicio de la potestad. Esta tercera posición plantea
que la relación contractual nace del AD, que presupone un acuerdo.
No es que no hay acuerdo, sí lo hay, pero las consecuencias no son
del acuerdo, sino de la decisión administrativa. Por ello, el contrato
público es un acto unilateral que da pie a una relación contractual.
Hay un AD porque el contrato nace de él, la relación contractual
pública nace del AD.
Se diferencia de la teoría del acto separable porque ella nos menciona
que el contrato no es AD, sino que se presupone que existe la
voluntad de celebrarlo que sí es AD. En cambio, esta tercera teoría
nos dice que la relación contractual nace del AD, que requiere y
presupone un acuerdo porque la AP no lo impone, sino que
requiere de un acto consensual.
OJO. Entonces, respecto del debate planteado sobre el contenido del AD, veríamos que
la legislación peruana toma partido por un concepto más amplio en la medida que se
entiende que el acto puede ser una decisión, certificación o una declaración.
Ahora, existen una serie de normas que han oscurecido esta noción clara e
innegable. Dice el Art. 159 de la ley modificada que “todas las actividades
vinculadas a las funciones de fiscalización, los procedimientos
administrativos y servicios prestados en exclusividad distintas a la emisión
de AD o de cualquier resolución pueden tercerizarse salvo disposición
distinta de la ley. Mediante Decreto Supremo refrendado por la PCM se
establecen las disposiciones necesarias para la aplicación de esta
modalidad”.
Generalmente, esas actividades que se tercerizan son actividades en la que se
realiza una actividad de certificación. Cuando se admite que los privados
puedan realizar actividades por delegación, estas son actividades
certificadoras. Y cuando el Art. 159 dice que se puede tercerizar dichas
actividades distintas a la emisión de AD o cualquier otra resolución, parece
que usa el concepto de AD en sentido restrictivo. Esto porque se puede
tercerizar la emisión de certificados.
Por ejemplo, el título profesional se tiene a nombre de la nación.
Esto en virtud de una ley que permite ello, no es una resolución
administrativa. Es precisamente este ejemplo de actividad privada
en relación con potestades públicas que tiene un carácter
certificador de conocimientos, ya que es la habilitación para el
ejercicio de la profesión emitida por una universidad privada en
virtud de la delegación de una potestad pública.
(iii) La ley excluye del concepto de AD a los actos materiales. Sostiene que “no
son actos administrativos los comportamientos y actividades materiales de
las entidades”. Esto no significa que no sean actos a los que se les deba
aplicar el DA, o que haya barra libre y que no estén sujetos a nada, sino que
significa que no son AD y, por tanto, no se aplicará las normas del
procedimiento para su dictado, no serán materia de los recursos
administrativos.
(iv) Tampoco son AD los actos de administración interna de las entidades. Estos
actos son regulados por cada entidad con arreglo a la ley. Lo que dice la ley
en su Art. 7 es que “los actos de administración interna se orientan a la
eficacia y eficiencia de los servicios y a los fines permanentes de las
entidades”. Agrega luego una regulación, porque “su objeto debe ser
jurídica y físicamente posible, deben ser emitidos por el órgano competente
(…)”. Pretende excluir a los actos internos de los AD, esto porque cuando el
Art. 1 nos dice que son los actos que están destinados a producir efectos
jurídicos sobre los administrados, uno puede interpretar que solamente son
AD los que producen efectos jurídicos directos; sin embargo, también
encajan dentro de la noción de AD los de trámite, y estos no están dirigidos a
producir efectos jurídicos sobre los administrados incluso si no son
impugnables.
Lo que debemos diferenciar son los actos de administración interna y que no
generan efectos ni indirectos respecto de los administrados. Porque si alguna
de estas medidas genere efectos directos, o cuando menos indirectos,
entonces será AD.
OJO. No se puede confundir los actos firmes de los actos que causan estado. Este
ultimo es el que no es impugnable en la vía administrativa, pero sí todavía en la vía
jurisdiccional. si no se impugna en la vía jurisdiccional o la administrativa, el acto
queda firme. El acto que causa estado puede ser impugnado en la vía judicial y no en la
administrativa, pero el firme ya no puede ser impugnado ni en la vía administrativa ni
judicial.
L. El acto que causa estado es el que agota la vía administrativa. Se llaman así porque
los órganos que los dictan carecen de superiores jerárquicos y no hay otros órganos
administrativos ante los que se pueda presentar un recurso en dicha materia; contra ellos
ya no cabe recurso alguno en la vía administrativa y solo se puede recurrir a la vía
judicial. Sin embargo, los actos firmes son aquellos a los que no puede recurrirse ni en
la vía administrativa ni en la vía judicial porque se han agotado todas las vías ordinarias
o especiales de impugnación, por haber transcurrido los plazos que el ordenamiento
asigna para su impugnación, porque se desiste del recurso interpuesto, por haberse
desestimado mediante sentencia firme.
El acto firme hay que distinguirlo del judicial que resuelve definitivamente el
contencioso administrativo porque este es un acto judicial que produce cosa juzgada
–es inimpugnable–.
CLASE 11:
B. Actos discrecionales
- L. Los actos discrecionales son aquellos en los que la AP tiene un cierto margen de
libertad para escoger, entre varias opciones posibles, la que crea más conveniente.
La discrecionalidad implica un margen de libertad de la AP cuando su actuación
no está completamente predeterminada por la ley ni puede ser totalmente
revisada por un tribunal.
- Cuando estamos ante un acto discrecional, la situación cambia radicalmente. Pues
bien, cuando estamos ante un acto discrecional, sucede que la AP tienen margen de
apreciación frente al legislador y frente al PJ. Lo característico y definitorio de estos
actos discrecionales, es este doble margen de apreciación frente a estos dos sujetos.
- Entonces:
a- el legislador no predetermina la respuesta de la AP ante una situación
determinada;
b- y en una situación en la que el PJ no puede sustituir su propia valoración
de lo más o menos conveniente por la valoración que haya realizado la
AP. aquí el PJ no puede reemplazar a la AP respecto de la conveniencia
o inconveniencia de la decisión tomada
Entonces, este doble margen de apreciación se manifiesta frente al PJ –este no
sustituye la valoración de la AP de la decisión más conveniente o menos
inconveniente–. Frente al PJ existe margen de apreciación porque incluso si es
que los jueces pueden indudablemente controlar las decisiones de la AP, lo que
tienen difícil sustituir la decisión administrativa de lo conveniente o
inconveniente que puede realizar la AP en virtud de su valor de oportunidad. Al
legislador porque no predetermina la respuesta de la AP ante una situación
determinada.
Lo que se ha dicho –y con razón– es que, en el fondo, cuando estamos ante una
competencia discrecional, lo que se le permite a la AP es que elija las razones de
su decisión, lo típico de las competencias discrecionales es que, en ellas, más que
escoger una razón u otra, lo que pueda hacer la AP no es escoger una alternativa u
otra, sino las razones por las cuales se decanta por una alternativa u otra.
Entonces, cuando se le deja esta posibilidad a la AP es, en realidad, una
competencia que permite a la AP poder justificar las razones de su decisión.
OJO. El límite a la sustitución viene porque la decisión del juez es una decisión a
derecho, y si la discrecionalidad se define como margen de apreciación para determinar
lo que es conveniente, si es que el juez, después de decir que la decisión en Derecho no
es correcta, da un paso más, y estableciera cuál es la más conveniente, en realidad
estaría pronunciándose sobre un punto que no le corresponde, porque se necesita
evaluar la conveniencia o inconveniencia, y no si es justo o no.
Ya no solo estaríamos ante una determinación si la decisión tomada respeta los
elementos reglados o no, incluso no estaríamos ante un control de la arbitrariedad de la
decisión, sino ante un control a través del cual el juez reemplazaría los criterios de
conveniencia de la AP por los suyos propios, y los jueces esto no lo pueden hacer. Los
jueces deciden en justicia, a partir de elementos o de criterios de justicia –que es lo que
se adecúa a Derecho o no–.
Entonces, si los jueces entraran a expresarse sobre que es lo más o menos conveniente,
estarían tomando el lugar de la AP. Ya los jueces se estarían convirtiendo en AP.
Juzgar a la AP, es también administrar. El límite para el juez es la justicia, y el
límite para la AP es la conveniencia. La operación que se lleva a cabo mediante la
discrecionalidad para el interés general es de sustancia política que habitualmente
el uso de criterios extrajurídicos.
OJO:
o Si es que lo que está mal es la falta de motivación de una decisión podría volver a
decir lo mismo, pero motivadamente. Lo que no corresponde es que si es un acto
arbitrario, que se vuelva a decir lo mismo porque la arbitrariedad es un vicio de
fondo. Cuando es un acto no motivado, me anulaste porque no te di razones y por
ello resuelvo dándote las razones.
o Si la AP no da razones adecuadas de por qué tomo una decisión y no otra su acto
está viciado, pero no es automáticamente arbitrario. Ese vicio de falta de
motivación no necesariamente es suficiente para anular el acto ya que puede ser un
vicio de forma y no de fondo como lo es la arbitrariedad.
CLASE 13
(i) Entidad que tiene competencia para dictar resolución: debe ser dictado por la
entidad competente, ya que si ello no sucede el acto estará viciado. Debe hacerlo,
entonces, la entidad pública competente.
Por ejemplo, cuando se contrata un servicio de telefonía y se compra
una cantidad de GB y no llegan o se agotan más rápido de lo que se
estipula. En realidad, si es que quisiéramos ver quien resuelve esta
controversia sería el OSIPTEL, ya que hay una norma que establece
que, a la correcta o incorrecta prestación del servicio público de
telecomunicaciones, va a ser resuelta, en este caso, por el regulador de
las telecomunicaciones conocido como OSIPTEL.
Sin embargo, si es que me quejo de la calidad de mi teléfono, entonces
la situación cambia. Si es que me pido el último iPhone y no cumple
con mis expectativas objetivamente hablando –cámara mala o cosas
que debería necesitar–, entonces la competencia será del INDECOPI
ya que se trata de derechos del consumidor.
En este caso, la materia de la competencia es de INDECOPI o de
OSIPTEL, esto se encuentra como un criterio de distribución de
competencias interorgánicas.
(ii) Órgano competente que esté dentro de la entidad: dentro de esta entidad pública
se realiza una distribución de competencias mediante unidades funcionales que
permite apreciar que no solo proviene de una entidad, sino de un órgano que es
competente al interior de ella.
Entonces, no basta que hablemos de la entidad competente, sino que es necesario
que también sea competente el órgano dentro de la entidad competente.
OJO. Aquí se debe tener en cuenta las formas de distribución de competencias que
pueden ser materiales, territoriales, jerárquicas o temporales. Todos estos criterios nos
señalarán si nos encontramos ante un órgano competente o no.
(iii) Titular competente, ya que este órgano tiene unos titulares, que son las
personas quienes son los que suscriben el documento. Los órganos dentro de las
entidades funcionales tienen titulares. Para ello, debemos recordar que el órgano
tiene tres elementos: el objetivo, subjetivo y material.
L. El órgano competente actúa por medio de la autoridad regularmente nominada; es
decir, por un grupo de personas físicas cuya actuación se imputa a la AP en virtud de
la titularidad orgánica que ostentan.
Los órganos dentro de las entidades funcionales tienen titulares. Para ello, debemos
recordar que el órgano tiene tres elementos: el objetivo, subjetivo y material. El
subjetivo es una o varias personas naturales, referidas al titular del órgano mediante el
cual actúa. Entonces, debemos ver si es una persona natural –o no– que se le haya
atribuido la titularidad del órgano; y, a su vez, debemos ver si es que ha actuado
imparcialmente o si hay vicios en la voluntad del titular del órgano.
SOBRE LA TEORÍA DEL FUNCIONARIO DE FACTO: primera cuestión a evaluar sobre este
elemento.
Sin embargo, es aquí donde vienen los problemas, ya que puede suceder que el que
actúe no ha sido adecuadamente designado porque nunca lo fue, o porque su
nombramiento inválido ¿esto significa que todo lo que hizo estuvo mal? ¿qué
hacemos por las decisiones dictadas por lo que se conoce como el funcionario de
hecho / facto? Estos de aquí son los funcionarios que actúan como titulares de un
órgano determinado sin ser adecuadamente nombrados –porque nunca lo fue o
porque se declara inválido–.
Aquí hay dos posiciones: (i) que se considere válido (ii) que los efectos no son
cuestionables por razón de confianza o por seguridad jurídica; esto siempre y
cuando los demás puedan, legítimamente, haber confiado en los actos de este
sujeto. Sin embargo, hay dos estándares para establecer si sus actos son todos
válidos o no:
a. Es necesario que el funcionario crea que lo es. Esto puede aplicar para el
funcionario cuyo nombramiento fue anulado, pero no en los casos en
donde el funcionario sabe que no lo es. Esto porque esta teoría se da en
Europa en las GM, específicamente en los alcaldes de determinados
pueblos, ya que estos morían y el cargo era ejercido por otras personas
las cuales tomaban decisiones que se asumían como tan válidas como las
del alcalde difunto.
b. Que los demás puedan, por apariencia, creer que el funcionario lo es.
Persona goce apariencia de legitimidad vincule a los demás con sus
decisiones. Es decir, no se niega que haya la exigencia de una autoridad
regular encargada de la actuación administrativa, pero se respeta la
situación de derecho creada al amparo de una apariencia de legalidad
sobre la que no se puede, o al menos no se debe, volver por razones de
seguridad jurídica. De otra manera, se obligaría a los particulares a
verificar la condición del sujeto en cada caso.
Esta teoría encuentra su historia en Tizio el esclavo fugitivo. Este caso narra que
un señor, llamado Tizio, esclavo, decide escapar y llegar a otro pueblo con el
dinero de su patrón. Con tan buena fortuna se hace reconocido por sus habilidades
y se convierte en pretor dentro de este pueblo. Los pretores eran magistrados que
ejercían justicia –que en Roma era muy formal–. Un día, el señor se encuentra
ejerciendo sus funciones y un día se encuentra con su patrón y deja su vida de
libre. Finalmente, la pregunta surge con qué hacer con las actuaciones de Tizio.
Así, el nombramiento de Tizio es nulo, ¿pero las decisiones que había tomado se
pueden declarar como nulas o cuestionarse? Aquí surge la teoría del funcionario de
facto que permite entender que la persona que goce una apariencia de
legitimidad pueda vincular a los demás con sus decisiones. Los perjudicados
por las decisiones, evidentemente, las cuestionarán; sin embargo, lo importante es
que se adecúen a Derecho.
Por ello, nuestra legislación establece una serie de supuestos en los cuales,
cuando haya una duda respecto de la imparcialidad, lo que corresponderá es
que el funcionario se inhiba. En los casos recogidos en la LPAG es un deber
del funcionario abstenerse de resolver el procedimiento.
El acto que haya sido dictado bajo una de las causales de abstención -
produciendo imparcialidad-, pero que no ha tenido consecuencias respecto del
contenido del acto, ni ha producido indefensión en el administrado, tiene un
vicio, sí, pero no es uno que alcanza la suficiente entidad para ser
invalidante. En conclusión, se trata de un acto que no es invalidante del acto
incluso si es que está viciado.
Ahora, hay otro aspecto que la doctrina sostiene, y es que se debería aplicar la
regla de nadie puede alegar la propia torpeza, lo cual se aplica en el derecho
privado. Es decir, no permitir que quien engaña, alegue el vicio. El que debe
alegar el vicio es quien se ha visto perjudicado por el engaño. Si es que ha
habido un engaño por parte de un administrado, luego no podría utilizar ese
engaño para cuestionar la decisión legal de la AP.
c. También hay una relativa eficacia invalidante cuando estamos frente a vicios
de la voluntad de los funcionarios de la AP.
- Cuando hablamos del órgano colegiado, en la medida que esta voluntad del órgano
se conforma por el conjunto de las voluntades de quienes conforman este órgano,
habrá reglas peculiares para la declaración de la voluntad de este. Entonces, en
virtud de su plurisubjetividad, hay reglas especiales para la formación de la
voluntad.
L. El acto expresión de la voluntad del órgano colegiado es un acto simple para cuya
producción es necesario el concurso de varias personas físicas. También es un acto
oral que se adopta por el mero acuerdo verbal de los titulares aunque
usualmente será transcrito en un acta que tiene función ad probationem.
¿Qué sucede con el sujeto que está en una causa legal de abstención? no vota.
No vota porque ese sujeto no cuenta para el quorum, no el de votación, sino
que no cuenta para el quorum de la constitución del órgano colegiado.
Ejemplo del tribunal de INDECOPI: tiene 5 miembros, pero el
quorum estructural es de 4 miembros; cuando estamos ante una
decisión tomada por 5 miembros, una decisión se puede llegar a
tomar hasta con 3 votos positivos contra 2.
Si uno no va, hay 4 miembros, hay quorum estructural y una decisión
se podrá tomar con 3 votos favorables.
Si se empata, voto dirimente del Presidente del órgano colegiado (su
voto vale doble sólo en caso de empate). Art. 111 LPAG.
Si van 4 y 1 se inhibe, el que se inhibe es como si no hubiera ido, se
va de la sesión. Además de no contar, no participas de la reunión.
Como debe irse en la votación de la materia, no cuenta, en tal materia
en particular, para el quorum estructural. Se debe nombrar a un
suplente para que vote.
- Es necesario, para que un órgano resuelva una materia, esté en la agenda. Para que
un órgano colegiado tenga sesiones es necesario que estén determinadas en una
agenda, de tal manera que los órganos colegiados sólo pueden tomar decisiones
sobre aquellas materias que hayan estado incluidas en la agenda de dicha
reunión. Salvo todos los miembros del órgano colegiado hayan asistido a la reunión
y todos estén de acuerdo en discutir ese tema en dicha reunión; así, se puede ampliar
la agenda y debatir ese tema. Si uno de los miembros no está presente no se puede
tocar ningún tema que no haya sido materia de la convocatoria. Lo que se busca es
impedir que se discutan materias diferentes a las de la convocatoria y que un
miembro no participe de la sesión. El órgano colegiado está vinculado, en la toma de
decisiones, por aquello que sea tema de la agenda del día.
- Una vez que el órgano colegiado llegue a un acuerdo, es necesario que se levante
un acta que contiene la indicación de los asistentes, como el lugar y tiempo que ha
sido efectuada (art. 113 LPAG).
¿Desde cuándo hay acuerdo? ¿desde que se pone por escrito la resolución, desde que
se firma el acta, desde que el órgano colegiado toma la decisión con los votos y las
mayorías correspondientes?
Por ejemplo, la toma de decisión del órgano del INDECOPI. Tenemos 5
miembros y se debate un caso, se acuerdo algo ese día. Sin embargo, en esa
misma sesión no se firma la resolución, ya que pueden hacerse mejoras que
se discuten en la misma sesión. El acto escrito todavía no existe. El acta
puede que se firme ese día o al día siguiente, pero existe acuerdo desde que
se votó.
- En realidad, los actos dictados por órganos colegiados son una excepción al
principio de forma escrita. Mientras una resolución administrativa no esté numerada
y suscrita, no es una resolución administrativa; las resoluciones administrativas
existen desde que están por escrito, hasta entonces habrá proyectos o cualquier otra
cosa, si no está la firma, no vale. Sin embargo, en los órganos colegiados se da que,
cuando se pone de acuerdo el órgano ya existe tal, luego se pone de manifiesto
por escrito, pero se pone de manifiesto, esa resolución no es el acto, el acto se tomó
el día de la sesión.
A veces ha pasado que se tarde unos días en llegar a la versión final de la resolución
porque hay cosas que ajustar, pero no se pueden cambiar, el acuerdo se dio el día de
la sesión. Entonces, es una regla particular aplicable a los actos dictados por órganos
colegiados.
OJO. L. El acta tiene naturaleza ad probationem, y son las reseñas escritas de las
circunstancias objetivas de la sesión celebrada. Es un acto formal que recoge los
prinicipales acuerdos que han sido adoptados, junto con el sentido de los votos de cada
uno de los miembros.
Es por ello que los acuerdos –actos administrativos– son válidos desde su adopción y no
desde su inscripción en el acta, ya que son una excepción al principio de la forma
escrita.
- Antes las actas se firmaban en físico y, muchas veces, no se firmaban el mismo día
de la sesión. Ahora, con la firma electrónica, no solo se deja constancia de quién la
ha firmado, sino en qué fecha se ha firmado.
- Ahora bien, existen una serie de reglas para la formación de la voluntad de los
órganos colegiados que no podemos desconocer. Es importante en estos órganos ya
que la votación debe estar sometida a un momento de discusión entre los
integrantes de los órganos colegiados.
EVENTUAL SUMISIÓN A AUTORIZACIÓN O APROBACIÓN DE LA DECISIÓN QUE
TOMA UN ÓRGANO ADMINISTRATIVO.
L. La autorización y aprobación son técnicas que pueden utilizarse en relaciones
interadministrativas e interorgánicas, y supone que una AP o un órgano superior
controla la actividad de otra AP u órgano inferior.
- Casos en los cuales la norma establece que la decisión del órgano debe estar
sometida a aprobación por parte de otro órgano o debe pasar por una previa
autorización para que se pueda tomar una decisión. Estamos ante una intervención
de otro órgano administrativo en el procedimiento necesario para la toma de
decisiones, por tanto, estamos ante una atribución de competencia que no es
exclusiva –es compartida– porque deben intervenir más de un órgano en la toma de
decisiones.
- Sobre la distinción entre la sumisión a autorización y sumisión de aprobación:
i. Se dice que la autorización es previa a la toma de la decisión del órgano
competente y es un requisito de validez; es decir, si no se obtiene esa
autorización previa a la decisión dictada por el órgano competente, faltará un
requisito de validez y esa decisión será viciada, nula. No se habría cumplido
con una parte del procedimiento previo que implica la intervención del otro
órgano. Interviene un órgano antes de la decisión del órgano competente.
Debo tomar una decisión, pero antes de decir nada debo preguntarle a cierto
otro órgano. Es decir, la autorización se da cuando todavía no se ha dictado
la decisión. Con el visto bueno de mi declaración por este órgano, entonces
ya se puede tomar la decisión. Para que yo opine debo preguntarle a otro, y
eso hace que sea condición da validez.
L. El órgano controlante emite un acto administrativo de voluntad que
levanta una barrera para que la AP inferior pueda dictar un AD definitivo en
materia de su competencia. Sin la autorización la AP no puede dictar el acto
porque no tiene todos los requisitos necesarios para su perfección, lo cual
hace que sea inválido.
Autorización Toma de
como requisito decisión
de validez.
ii. La aprobación se produce después de la decisión. El órgano administrativo
toma una decisión y esta, antes de ser eficaz –ya no antes de ser válida– debe
ser juzgada, valorada por un órgano administrativo a posteriori. Ya no sería
una condición de validez, sino, más bien, una condición de eficacia. En la
autorización la opinión del otro órgano es previa y es un requisito de validez.
Mientras que en la aprobación la intervención del otro órgano sería posterior
a la opinión o valoración por parte del órgano competente.
Esto sucede así porque no se puede cuestionar la validez de algo posterior a
la toma de la decisión, por tanto, la eficacia es lo único que estaría
condicionado porque si ya se tomó la decisión y es necesario que un órgano
intervenga a posteriori, se cuestiona la eficacia y no su validez –que se
podría cuestionar cuando el acto aún no ha sido dictado–.
Ya se dio la decisión, y una vez realizada se va donde el otro órgano para
que la apruebe. Solamente después de ello se considera eficaz la decisión. Ya
se opinó, pero si no se da el visto bueno encargado de la aprobación, la
decisión no va a tener efectos; por ello es condición de eficacia.
Toma de Acto de
decisión (acto aprobación
definitivo) como requisito
para su
- Aquel sujeto a quien se dirige el acto administrativo. Aquí debemos recordar que la
relación jurídico-administrativa puede ser:
i. una que la AP podía tener consigo misma (reflexiva). Estos son actos de
organización interna, por ejemplo, informes que una debe hacer respecto de
la otra, o los mismos supuestos de autorización o aprobación brindados por
otro órgano.
ii. de una AP con otra AP
iii. una de la AP con un administrado, que es lo que normalmente ocurre.
- Cabe resaltar que el destinatario del acto que nos interesa más es el administrado. En
realidad, sobre ello, no hablamos de cualquier administrado sino el que es
destinatario de un acto administrativo; es decir, es el que se ve afectado por tal acto
en sus derechos subjetivos o intereses legítimos y, por eso, debe haber participado
en el procedimiento administrativo. Lo importante de esto es que en todos los casos
en los cuales la decisión de la AP pueda tener consecuencias o afectar a un sujeto es
necesario que la AP le permita la participación en el procedimiento.
- La LPAG define a los administrados, pero es importante tomar en cuenta que los
define, según el Art. 82, como “administrados en el procedimiento administrativo”,
es decir, no regula el concepto de administrado en general, sino como destinatario
de una decisión administrativa, como participante en un procedimiento
administrativo. (Art. 62 LPAG)
- Nuestra legislación dice que se puede promover un procedimiento como titular de
un derecho o interés legítimo o se puede ver afectado si es que el procedimiento
tiene efectos respecto de él. Los procedimientos a pedido de parte los inicia un
administrado con una actuación suya, los iniciados de oficio los inicia la AP, sin que
el acto del administrado sea el que inicie la tramitación. La posibilidad de iniciar
procedimientos administrativos está regulada en la LPAG.
- El destinatario del acto administrativo es el interesado que puede verse afectado por
la decisión de la AP. En el marco del procedimiento administrativo, más que hablar
de administrado, hablamos de interesado; sujeto que se puede ver afectado por el
acto administrativo –decisión que tome la AP–.
- Respecto del administrado / interesado, la LPAG contempla una regulación sobre la
capacidad procesal: la tienen “las personas que gozan de capacidad jurídica
conforme a la ley”.
OJO. La capacidad jurídica es abstracta, ser titular de derechos y obligaciones, y la
capacidad de obrar el la capacidad de ejercerlas y de modificar por acto propio esa
situación jurídica.
- En el DA, el administrado o interesado es quien tiene capacidad jurídica.
Por ejemplo, incluso podemos hablar de un niño que pueda verse implicado
en el procedimiento y puede ser administrado, otra cosa es que tiene que
actuar por medio de su representante.
Si es que nos encontraramos con el caso de que es menor de edad con
derecho a una pensión, en teoría el interesado es el, pero como no tiene
caapcidad para obrar, lo hará su representante en favor de él. Entonces,
estamos ante una situación en donde él es el administrado.
- El DA, más allá del reconocimiento tan genérico, establece ciertas reglas especiales
para la capacidad jurídica especial. Esta refiere que en ocasiones se exige que para
ser titular de determinados derechos y obligaciones, se deben reunir ciertos
requisitos.
Por ejemplo, hay casos en los que ser peruano no es sólo un requisito para
ejercer un derecho sino para tenerlo. Para la función pública ser peruano es
un requisito para ejercerla y para tenerla. Esta posición o peculiaridad de
alguna manera se ve reflejada en la LPAG especial cuando dice que tienen
capacidad procesal ante las entidades las personas que gozan de capacidad
jurídica conforme a la ley; puede que algunos sujetos no gocen de
capacidad jurídica especial conforme a ciertas leyes.
- Nuestra legislación, menciona que los administrados pueden estar legitimados para
poderse dirigir a la AP cuando son titulares de un derecho que se ve afectado por
una decisión de la AP, tienen un interés legitimo ya que una actuación ilegal de la
Administración les produce un perjuicio. También pueden dirigirse a la AP
presentando denuncias, no tienen por qué tener ningún tipo de legitimación, solo
tienen derecho a que les respondan o pueden presentar solicitudes en virtud de un
interés colectivo cuando forman parte de un grupo afectado o en virtud de un interés
difuso. Esto último es por el interés general de la sociedad, es decir, cuando yo
presento una solicitud en virtud de un interés difuso es en virtud de mi condición de
integrante de la sociedad, pero no es que me produzca un perjuicio individualizable,
sino que como la sociedad es afectada en su conjunto también me veo afectado yo.
CLASE 14
EL ELEMENTO OBJETIVO
NOCIÓN DEL ELEMENTO OBJETIVO
- Art. 3 LPAG. Los actos deben expresar su respectivo objeto, de tal modo que pueda
determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se ajustará a lo
dispuesto en el ordenamiento, debiendo ser lícito, preciso, posible, física y
jurídicamente y comprender las cuestiones surgidas de la motivación.
Aquí en realidad, uno puede decir que se está diferenciando objeto –lo que deben
expresar los actos– del contenido. Sin embargo, al respecto, se debe tener en cuenta
que se habla de objeto o contenido, en el inc 2 LPAG igual que en el Art. 5 LPAG.
Entonces, incluso si queremos forzar una definición más restrictiva de objeto, en
nuestro ordenamiento se sabe que ambos son equivalentes. A nivel legislativo se
puede afirmar que se aplican como equivalentes o sustituibles.
REQUISITOS DEL OBJETO O CONTENIDO
- Lo que sí es importante es ver los requisitos que debe reunir el objeto o contenido
del AD. Estos ya se vieron en el Art. 3 LPAG: debiendo ser lícito, preciso, posible,
física y jurídicamente y comprender las cuestiones surgidas de la motivación.
- Esto es reiterado en el Art. 5 LPAG: en ningún caso será adminisble un objeto o
contenido prohibido por el orden normativo, ni incompatible con la situación de
hecho prevista en las normas; ni impreciso, obscuro o imposible realizar. No podrá
contravenir en el caso cocnreto disposiciones constitucionales, legales, mandatos
judiciales firmes; ni podrá infringir normas administrativas de carácter general
provenientes de autoridad de igual inferior o superior jerarquía e incluso de la
misma autoridad que dicte el acto. El contenidio debe comprender todas las
cuestiones de hecho y de derecho planteadas por los administrados, pudiendo
involucrar otras no propuestas por estos que hayan sido apreciadas de oficio siempre
que la autoridad administrativa les otorgue un plazo no menos a 5 días para que
expongan su posición y, en su caso, aporten las pruebas que consideren pertientes.
- Entonces:
(i) Primero, debe ser lícito: que se adecúe al ordenamiento jurídico. Sin
embargo, es importante notar que en nuestro país existen los vicios no
invalidantes.
La regulación del Art. 14 en el Perú que refiere a este tema, es, en ocasiones,
relativamente discutible porque establece que son actos que están afectados
por vicios no trascendentes los actos cuyo contenido sea impreciso o
incongruente con las cuestiones surgidas en la motivación. Entonces, se
establecen una serie de requisitos del elemento objetivo: debe ser lícito, debe
adecuarse al ordenamiento jurídico, para lo cual no debiera tener ningún
vicio, por tanto, si la norma le pide que sea congruente y que sea preciso,
debería ser preciso y congruente, sino sería un acto contrario a la ley, pero la
propia LPAG contempla –es un tema bien debatible–dentro de los vicios no
trascendentes a aquellos actos que tengan un contenido impreciso o
incongruente con la motivación.
La licitud implica que el contenido del acto –no elemento subjetivo ni sus
elementos formales– no contraviene el ordenamiento jurídico. Entonces, la
norma puede contravenirse por varios motivos, porque la autoridad no es
competente, no observa la forma, o cuando el contenido, lo que la AP
declara, va en contra de lo dispuesto por la CM, la ley, los reglamentos, o los
mandatos judiciales. Dentro de los reglamentos se entienden aquellos que
han sido expedidos por la AP.
(ii) Segundo, debe ser posible fácticamente: el contenido del acto debe poder
materializarse. El contenido no puede ser imposible de realizar, ya que no
tendría ninguna lógica que se imponga a alguien cómo medida correctiva
corregir algo que es, por su naturaleza, imposible de corregir.
Por ejemplo, si existe una obra única firmada por un artista muerto.
Si es que compro la pieza y llega dañada, entonces acoge mi denuncia
el INDECOPI y se ordena que el producto se vuelva a entregar. Esto
realmente es imposible porque el objeto ya no puede decirse que
exista, no hay pieza que pueda entregarse en su totalidad.
(iv) Cuarto, el contenido debe ser preciso: la precisión o claridad del contenido
es un requisito esencial del AD. Esto quiere decir que el acto debe ser
determinado, no impreciso ni oscuro; al menos debe ser precisable o
determinable sin la necesidad de un nuevo AD, pues de lo contrario sería
imposible su propia puesta en práctica.
Sin embargo, hay que recordar que el Art. 14.2.1 dice que el acto cuyo
contenido sea impreciso no está viciado. Entonces, no podemos decir que es
un requisito para que el AD sea viable objetivamente y luego decir que es un
vicio trascendente.
(i) Elementos esenciales: contenido esencial es lo que tiene que estar, porque no
hay CV sin precio, transferencia de la propiedad y plazo. El contenido
esencial es lo que define al AJ.
Una autorización es el levantamiento de una barrera para el ejercicio
de un derecho que existe anteriormente, entonces no hay
levantamiento sin derecho pre existente.
No hay sanción sin perjuicio, ya que esta tiene un elemento aflictivo.
No es lo que define a la sanción, porque busca causar un perjuicio,
pero debe causarlo, tiene un contenido aflictivo.
(ii) Elementos naturales: está, salvo que se excluya. Es decir, en realidad si las
partes lo excluyen no pasa nada.
Interés en el mutuo dinerario. El préstamo de dinero tiene interés
legal, pero se puede excluír. Un elemento natural es el interés, pero
las partes pueden pactar que no lo haya.
(iii) Elementos accidentales: están si las partes así lo quieren. Ellas son la
condición, el plazo y el modo. En el DA está si la AP así lo quiere.
a. Condición: incertidumbre de su materialización. Puede que la condición
sea incierta para las partes.
b. Plazo: certidumbre de su materialización, algo que con total certeza va a
llegar.
Este contrato estará vigente el primer día de lluvias del año 2021.
Empezará a contarse la obligación desde el día que se juegue el
primer partido de cuartos de final de la copa del mundo.
c. Modo/Cargo: en actos gratuitos, que implica carga para aquel que quiere
seguir gozando del AD.
Te dono este terreno con la carga de que sea dedicado a la calidad
educativa.
- Ahora, ¿qué se necesita para que la AP pueda introducir algún elemento modal en
sus AD? Sobre eso, el Art. 2 de la LPAG sostiene que cuando la ley lo autorice,
mediante decisión expresa –no implícita o táctica– puede someter al AD a
condición, término o modo, siempre que dichos elementos incorporables al acto,
sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se trate de asegurar con ellos
el cumplimiento del fin público que persigue el acto.
Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fin perseguido por el AD.
a. La legislación establece que se necesita una ley que autorice incluir una
cláusula accesoria. Por tanto, no cabe que se puedan establecer AD con una
condición, plazo o modo si es que no hay una ley que así lo establezca. Esto,
es verdad con dos matizaciones:
i. Lo que establece la propia LPAG en su Art. 42. En este supuesto, para el
sometimiento a un plazo de vigencia de los títulos habilitantes, según
este texto, sería suficiente que sea un decreto supremo el que establezca
vigencia de plazo determinado; no es necesario que se establezca
mediante ley, sino basta un decreto supremo para que se reconozca
eficacia determinada a un plazo determinado a un título habilitante –que
esté vigente desde o hasta que se venza el plazo–.
Entonces, primera matización, es que para el sometimiento de plazo de
vigencia determinada en los títulos habilitantes, se puede establecer por
norma reglamentaria.
ii. El segundo supuesto ha sido materia de distintos pronunciamientos por
parte de INDECOPI. Cuando el administrado solicita que el título
habilitante se establezca con una modalidad particular. Entonces, en
estos supuestos en los que estamos ante un título habilitante con
modalidad a solicitud del administrado ¿no podría darse por
congruencia? El INDECOPI ha dicho que las municipalidades no se
pueden dar autorizaciones con plazo de vigencia, es decir, con una
modalidad.
Por ejemplo, un administrado que pida permiso para poner anuncio
durante 6 meses. La AP dice que sí, y luego el administrado dice que
es una barrera burocrática porque estableció plazo; sin embargo, se
pidió así la autorización con plazo de vigencia. En ese caso parece
que es algo desfavorable para el administrado porque cuando la AP
sostiene que es por 6 meses es porque el mismo administrado así lo
pidió.
Por ejemplo, una empresa se fusiona, proceso de fusión por
absorción. Esto tenía transferencia de los servicios de la sociedad
absorbente, es necesario que la absorbente tenga a su nombre los
permisos y que los solicite para su inscripción, sin embargo, este es
un proceso que tarda. Ahora, ¿qué sucede si cuando entra en vigencia
la fusión aún no se obtienen los permisos? La antigua no puede
operar porque ha desaparecido y la nueva tampoco porque no tiene
los permisos.
Por ello, se plantea lo siguiente: que los de OSINERGMIN otorgue la
inscripción con eficacia suspensiva a la fecha de entrada en
vigencia de la fusión. Es decir, simplemente que se otorgue el
registro, pero este que sea efectivo desde el momento en el que entre
en vigencia la fusión. Antes no lo necesitaré porque está operando la
absorbida, pero cuando ya no esté operando ella y comience a operar
la fusión, la que operará, sin intención de continuidad es la
absorbente.
Ahora, es cierto que ello no está comprendido en alguna ley, ya que
se otorga el permiso con condición. Sin embargo, no se puede
arriesgar a que haya un periodo sin operar.
Aplicando entonces este criterio, se admite la posibilidad de que si el
administrado solicitaba la vigencia con un plazo determinado o a
partir de el, para que entre en vigencia la autorización, esto se
resuelve de esta forma.
C. EL ELEMENTO CAUSAL
NOCIÓN DE CAUSA SEGÚN LA LPAG
INTER RAZÓN
FIN
CA ALI ÉS
POR LA
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- Aquí, es bien interesante ir viendo lo que dice nuestra LPAG respecto de la causa y
la finalidad:
Sobre el principio de legalidad: “Las autoridades administrativas deben actuar con
respeto a la Constitución, la ley y al Derecho, dentro de las facultades que le estén
atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas”.
Luego, la norma alude al elemento finalidad:
“Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por las normas que
otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele a perseguir
mediante el acto, aun encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la propia
autoridad, a favor de un tercero u otra finalidad pública distinta de la prevista en la
ley”.