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Asimismo, la Ley del Procedimiento Administrativo General, no define de manera expresa que
es lo que debe entenderse por Administración Pública, limitándose a enumerar lo que la
norma considera que constituyen entidades de la Administración Pública.
Finalmente, nuestras normas no definen cabalmente que es lo que debe entenderse por
función administrativa, no obstante mencionarla en reiteradas oportunidades, en diversas
normas legales.
La definición orgánica confunde la Administración Pública con el Estado. Porque hay entidades
del Estado que no son Administración Pública, y entidades administrativas que no forman
parte del Estado.
El Estado se define como una entidad jurídica con poder sobre un territorio, una población y
un poder político.
EL ESTADO Y EL DERECHO:
El Estado se somete al ordenamiento jurídico para proteger los derechos de los ciudadanos, y
la Constitución Política es la norma jurídica que regula el poder político en un Estado de
Derecho.
De esta forma la separación de poderes asegura el equilibrio entre las funciones del Estado,
que son:
LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA.
DEFINICIÓN
Los conceptos existentes de función administrativa son incompatibles con las funciones
legislativa y jurisdiccional. La doctrina busca un nuevo concepto de función administrativa sin
modificar las otras dos.
No todas las actividades del Poder Ejecutivo son administrativas, algunas son de carácter
gubernativo.
Trasciende al Estado: puede ser realizada por particulares mediante delegación, autorización o
concesión.
Afecta directamente a los particulares: sus decisiones impactan en la vida de las personas.
Sujeta a control: puede ser revisada por la función jurisdiccional y otros mecanismos de
control.
Implica que las autoridades deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y el derecho.
Deben actuar dentro de las facultades que les están atribuidas y de acuerdo con los fines para
los que fueron conferidas.
La función administrativa está sujeta a diversos mecanismos de control. Estos mecanismos son
necesarios para asegurar un comportamiento adecuado de la Administración Pública.
Control judicial: realizado por el Poder Judicial a través de la revisión judicial de las
actuaciones administrativas.
También existe el control social o ciudadano, ejercido por los particulares a través de diversos
mecanismos.
La Administración Pública tiene la facultad de limitar derechos, tanto fundamentales como no,
para proteger el interés general.
No todos los derechos pueden ser limitados. Existen derechos absolutos que no admiten límite
alguno, como:
Inviolabilidad de las comunicaciones: solo puede ser intervenida por orden judicial.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD:
Necesidad: no debe existir otro medio menos gravoso para alcanzar la finalidad.
Ponderación: se debe comparar la utilidad de la medida con los derechos que se limitan.
Si el servicio público se privatiza, deja de ser una actividad propia de la Administración Pública.
ACTIVIDAD DE FOMENTO
No pueden modificar o dejar en suspenso una ley. Los decretos legislativos y de urgencia son
emitidos por el Gobierno, no por la Administración, y tienen rango de ley.
Permite sancionar a los particulares por infracciones que no son delitos. Se basa en principios
que protegen al particular de actos arbitrarios. No implica impartir justicia ni aplicar penas
privativas de libertad. Las decisiones de la Administración pueden ser revisadas por el Poder
Judicial.
Las decisiones son revisables por el Poder Judicial, que se realiza a través de tribunales
administrativos o entes colegiados.
No debe confundirse con la función jurisdiccional. La función jurisdiccional es exclusiva de los
entes definidos por la Constitución. Sus decisiones generan cosa juzgada.
Esta actividad es controvertida, toda vez que implica la resolución definitiva de controversias
entre particulares. La decisión es vinculante para las partes.
CONCLUSIONES
Es preciso reconocer que definir el contenido de la función administrativa no es una tarea fácil,
en especial si se tiene en cuenta que paulatinamente la función ejecutiva propiamente dicha
conforme las actividades de la Administración Pública se han ido incrementando y
diversificando. De hecho, como lo hemos demostrado, la función gubernativa o política y la
función administrativa, tradicionalmente componentes de la función ejecutiva, son
actualmente tan diferentes entre sí que resulta por demás discutible seguir manteniéndolas
juntas.
Por otro lado, es preciso establecer con claridad los elementos diferenciales de la función
administrativa.
En primer lugar, si bien es una función pública de interés general, pero no es privativa del
Estado, pudiendo ser ejercida por los particulares mediando autorización del mismo. En
consecuencia, resulta evidente que la Administración Pública no se encuentra íntegramente al
interior del Estado, siendo erróneo identificar ambos conceptos.
En segundo lugar, la función administrativa tiene relación directa con los administrados, de tal
manera que las actividades que desempeña la Administración Pública los afectan de manera
directa. Asimismo, dicha función se encuentra sometida al principio de legalidad, y en especial,
a la ley emanada del Parlamento.